El regalo de San Valentín más inapropiado del mundo.

Verdad irrefutable número 327: el trece de febrero es de lejos el día más romántico del año. Quieren hacernos creer las multinacionales de los bombones, peluches y candados que se trata del 14 pero no, amigos míos, no. El día 13 de febrero, el muy noble y leal 13 de febrero, es por fuerza mucho más romántico. Y lo es por dos razones muy evidentes. En primer lugar, porque se trata del día que eligen los muchachos y muchachas para pensar en los infinitos detalles y posibles derivaciones de la inminente cita. Se trata, en el fondo, de un momento único en el que cada jovencito transita con la imaginación todos y cada unos de los pasillos del laberinto de posibilidades que la ocasión puede provocar. ¿Y si tiene hambre antes de ir al cine? ¿Y si no le gusta la película? ¿Y si llueve? ¿Me querrá realmente? ¿Se acordará siquiera de mi dentro de diez días? Etc. Y en segundo lugar, es "mega ultra súper" romántico porque hay bobos que eligen comprar su regalo ese día. Sí, sí, sí. Un mismísimo día 13, número que, os recuerdo, presagia todo tipo de fatalidades. Y sin embargo, allí lo tenemos al bueno de Ranma Saotome un 13 de febrero casi a la medianoche buscando por toda Nerima una tienda abierta en donde adquirir un obsequio que complazca a su prometida. ¿Es que acaso existe una acción más romántica que esa? ¿Una mayor demostración de confianza ciega en el amor que alguien esperando tener suerte un día trece? Yo creo que no. Y más lo creo aún, cuando mi buen amigo Ranma fuerza el portón de metal de una librería, se escabulle entre oscuras estanterías repletas de silencios escritos y tantea hojas desprovistas de braille (intentado resolver con sus huellas dactilares el tema del que tratan los distintos tomos que va hallando). Mucho me temo que no encuentre algo conveniente. Todos conocemos su habitual mala suerte. ¿Qué posibilidad hay de que le salga bien el experimento cuando toma un librito chaparrito y culón del tercer estante de la última repisa y huye con él sin siquiera intentar mirar su título? Obviamente, ninguna…aunque él se regrese al Dojo feliz y sintiéndose astuto. "Hoy sí que no podrá reprocharme nada" –piensa-. "Me habré olvidado otra vez de San Valentín pero al menos conozco sus gustos. Ama leer, la muy empollona o como dicen en México, la muy matada (Nota del autor: Ranma conoce mucho del dialecto mexicano por razones que no vienen al caso)".

Todavía lejos de allí, en su habitación custodiada por la imagen de un patito amarillo, Akane se encuentra culminando los últimos detalles de su regalo: envolver la tetera automática de última generación que piensa regalarle a Ranma. Lamentablemente, el tema se le escapa de las manos. Ella y las manualidades -por muy artista marcial que sea- se llevan como el agua y el aceite o dicho de forma más irónica, como el Ranma y la Akane. Fatal. Si pliega un borde del papel de regalo de forma aparentemente impecable, ya se rasga del otro lado. Si consigue por fin, colocar un poco de cinta adhesiva en el sitio apropiado, ya el resto del rollo cae y rueda por toda la habitación. Y cuando por fin lo encuentra, lo de siempre: tarda horas en hallar el punto exacto en dónde lo dejo. ¡Si al menos tuviera uñas! Pero no las tiene. "No, claro que no" –se tortura mentalmente-."Esta marimacho no tiene uñas ni sabe nada de manualidades". ¿Puede decirme alguien ahora: qué tiene de romántico el tonto y comercial 14 de febrero? Porque si yo tuviera que definir el amor con dos ejemplos, lo haría con estos. La niña torpe luchando contra su enemigo más potente, su torpeza. Y el niño maldito batallando contra la mala suerte. Y ambos, creyendo que son capaces de vencer…por amor.

Verdad irrefutable número 328. Pues no, no se pueden vencer los defectos con amor. El joven malmirado por siete brujas y dos gitanas no logra escapar a su destino. Y la mujercita de pelo azul se queda con el envoltorio ya terminado en la mano mientras su contenido se desliza al suelo por una hendija mal sellada. En condiciones normales, Ranma aprovecharía la luz de luna para calibrar la conveniencia de entregar su regalo a Akane o no. No fuera cosa que haya cogido un Kamasutra por error. Akane por su parte, le pediría ayuda a Kasumi para conseguir que el maldito lacito rojo se quede en su sitio sin despegarse. Siendo como es, 13 de febrero, el muchacho avanza a paso firme sin pensar en otra cosa que en la embriagadora sonrisa que pondrá Akane al descubrir que se acordó de ella. Y la peliazul sigue porfiando por disimular que sus manitas de artista marcial son las de una suave y delicada dama. Y así se termina el 13 de febrero y nos envuelve el manto frío de la noche del 14. Ya suenan las campanas recordando a todos que acabó el lunes y nace el martes. Ya lo amantes más audaces corren a las casas de sus amadas a jurarles amor eterno bajo la luz de la luna. Como si la luna no tuviera otra cosa que hacer (con todas las facturas pendientes que tiene) que ocuparse de observar las infinitas citas románticas de esas hormiguitas que apenas si logra ver desde tan lejos. Verdad irrefutable número 329: ¿Y cómo no va a tener deudas la buena de la luna si solo se acuerdan de ella los poetas, esos seres pobres por profesión, y los astronautas que como es bien sabido son avaros por naturaleza?

Verdad irrefutable 330: Ranma y Akane no son la excepción a la verdad irrefutable 328. Quiere el destino que la muchacha se rinda y salga de su habitación a pedir ayuda a Kasumi a las 0:03 del 14 de febrero y se tope con el mismísimo Ranma que está por entrar a la suya. Quiere el destino también que ruede otra vez el contenido del regalo mal empaquetado por los suelos y caiga justo a los pies del muchacho.

-¿Una tetera automática? ¡Y es último modelo! Sin cables ni conectores raros. Te habrá costado un dineral…yo…-tartamudea- yo…gracias…

Romántico, ¿verdad? ¡Qué lindas que son las escenas cursis si se las corta a tiempo y se pasa a publicidad! ¡Y qué tremendas y agobiantes…si la supuesta reciprocidad no se produce! "¿Qué importa?" piensa el lector ingenuo. "Se trata de un libro. Incluso el ya mentado Kamasutra es un regalo que podrá provocar que le estalle la madera de una mesa en la cabeza pero que a la postre no hará sufrir a Akane hasta lo más profundo. Aún, un libro de cocina, podrá resultar insultante pero jamás romperle el alma en dos. No existe libro en este mundo cruel que pueda ser poco apropiado para una buena lectora como Akane. Mucho menos hay un escrito que sea tan poco apropiado que le haga brotar instantáneamente lágrimas de los ojos. Y aún de existir, ¿qué posibilidad hay de que justo Ranma lo escoja a ciegas entre las mil millones de obras posibles?" Pues bien, verdad irrefutable número 331: sí existe.

-Ranma… -se le quiebra la voz a Akane cuando lee la portada-, creo…que te has equivocado de prometida. Yo…es igual –se le cae una lágrima- .Ni fuerzas tengo de tirártelo por la cabeza.

Allí queda, en el suelo y sin abrir, el primer tomo del Gran Diccionario chino-japonés que un muchacho sin mucho sentido común le ha regalado por San Valentín a la rival de una chinita de largos cabellos.


-Nabiki, Nabiki.

La muchacha se deja zarandear en su cama por unos cuantos minutos sin abrir un ojo. Si duerme profundamente o está generando expectativa en aquella madrugada del 14 de febrero, es algo que solo ella sabe (y el narrador omnisciente, claro está, que, por la razón que sea, no desea revelarnos el misterio).

-Nabiki –vuelve a insistir Ranma-, despierta por favor. Esta vez, he metido la pata hasta el fondo. Yo…necesito tu ayuda.

-10000 yens.

-Pero…no tengo tanto.

-Da igual. Me los deberás. Y añadiremos 100 yens a la deuda por hora que te retrases en pagar.

Los ojos de Ranma se mueven nerviosamente entre los párpados entrecerrados durante unos instantes, señal de que se encuentra calculando pros y contras. Y finalmente…se sienta sobre sus propios gemelos y le relata con lujo de detalles su hazaña.

-¿Podrás ayudarme? Soy el peor prometido del mundo. Nadie, ni intentándolo a propósito, podría efectuar un regalo menos apropiado que ese.

-¿Nadie? –se abre de pronto el ojo codicioso de Nabiki (el derecho)-. ¿Eso piensas?

-Sí…creo que sí –Asiente con la cabeza.

Verdad irrefutable número 332: En ocasiones Nabiki rechaza trabajos aparentemente lucrativos. Sobre todo, si tiene entre manos un negocio aún más provechoso. A veces el disparador para que lo abandone todo y empiece a maquinar planes maquiavélicos es un evento, a veces, una imagen y otras, una frase. En este caso, la de Ranma: "Nadie podría superarme ni haciéndolo a propósito" desencadena una vertiginosa marea de eventos. En primer lugar, lavarse los dientes (la manipulación y el aliento fresco son dos conceptos que se presuponen mutuamente), en segundo, encargar en la imprenta de la esquina una serie de panfletos de contenido procaz e idéntico. Y por último, entrevistar en el patio del colegio a los destinatarios del concurso inventado para la ocasión.

-Dice el señor Ranma Saotome –encara a Akane en la puerta misma del Instituto y frente a una buena cantidad de testigos- que no existe persona sobre la faz de la Tierra capaz de regalar peor que él. ¿Está usted de acuerdo, Doña Akane Tendo?

-Hermana, ¿es necesario que me humilles así en público? Ranma se basta y sobra para hacerme infeliz.

-Lo tomaré como un sí. Al parecer, alguien –risas cómplices del público- se ha enterado de la situación y ha preparado un concurso nuevo. Según dice la rumorología del instituto, ahora mismo Don Ranma Saotome está intentado subsanar su fallo con un regalo que, todos sabemos, terminará siendo aún más inapropiado. Quien consiga obsequiar a su pareja con un objeto o una acción aún peor será acreedor de un fabuloso premio. Claro que obviamente, para participar en el concurso hay que pagar una módica inscripción de 1000 yens.

De más está decir que en estos momentos la rabia carcome el alma de Akane de una manera voraz. Es un hecho tan obvio y evidente que ni siquiera vale la pena catalogarlo como una verdad irrefutable. Se trata más bien de una verdad universal, lógica e inevitable. Y sin embargo, por muy sulfurante que sea la situación, Doña Ak…perdón… Akane, no estalla., momento crítico que aprovecha nuestra escurridiza manipuladora para clavar la daga aún más profundo.

-Doña Akane Tendo, ¿qué espera recibir de regalo de San Valentín?

-Después de lo de ayer…-responde agriamente- nada en absoluto. Es mejor no ilusionarme esperando algo porque si no, el golpe será mayor cuando choque con la triste realidad. Sin ilusión, no hay decepción. O mejor dicho, ya nada puede decepcionarme más.

Verdad irrefutable número 332: Ranma podrá ser malo con las palabras, engreído, inmaduro, poco empático pero no es malo. Una cosa es no animarse a decir "te amo" y otra muy distinta es hacer sufrir accidentalmente a Akane y quedarse tan tranquilo. En este mismo instante, ya la vergüenza del 14 de febrero le tiene sin cuidado. Ni teme que Akane se ría de él por pretender regalarle algo ni sufre imaginando una reacción desproporcionadamente positiva de su prometida que le lleve directo al altar a la temprana edad de 16 años. Lo único que le agobia, por el contrario, es demostrarle a Akane y demostrarse, que puede ser romántico…sin pasarse claro está. Verdad irrefutable 333: Akane desea más que nada en el mundo una figura coleccionable de Kasumi barriendo tamaño 1/15 con todos sus complementos y más de 500 piezas articulables. Obviamente Ranma ni posee la exorbitante cantidad de dinero que aquella réplica vale ni tiene mucha idea de quién la fabrica o dónde se vende semejante joya del coleccionismo otaku. Por tanto, acude a los clásicos. Si su sentido común va a fallar, si sus conocimientos sobre Akane no sirven para indicarle un regalo al alcance de su mano, pues solo le quedan las películas románticas hollywoodenses.

Llegar montado en una moto con una chaqueta de cuero y raptarla en pleno instituto (imposible: lo de raptar no va con su estilo), llegar montado en una tabla de surf sobre una gigantesca ola y obsequiarla con un lei hawaiano (verdad irrefutable y casi historia bonus número 334: se llama lei tanto al collar de flores de Hawai como al plural de la moneda rumana, como al identificador universal de actividad jurídica). O mejor aún, hacerlo montado en un fiel corcel, vistiendo una armadura y entregarle una rosa roja ¿Por qué no? Si se disfraza de forma conveniente nadie se enterará de que se trata de él. Ni siquiera Akane. Podrá lavar su sentimiento de culpa sin necesidad de pasar por el incómodo momento del "me gustó/no me gustó". Un excelente plan a la altura de sus necesidades y limitaciones. El único problema, el tiempo. Debe conseguirlo antes de que se acabe la última hora de instituto y el estúpido concurso de Nabiki finalice. Le basta con participar en persona en la pantomima y que un misterioso galán se comporte como un caballero para desbaratar sus planes. Nadie podrá comparar sus abominaciones con su no regalo y Akane se sentirá querida y deseada. Suficiente. Así pues, Ranma ya corre, salta y se despeña barranca abajo. A veces tropieza, otras, le mojan con agua fría accidentalmente. Incluso los porfiados imprevistos insisten e insisten en mojarle a pesar de que, con su nueva tetera automática, resuelve el entuerto fácilmente. Lo del corcel desde luego no es lo más sencillo, menos aún cuando Ryoga, Kuno y otros usuales obstáculos se empeñan por entorpecerle el paso en su maratón particular. Eso sí, ahora que se rinde y entra en la tienda de disfraces hay que reconocerle que la armadura de caballero medieval le sienta a las mil maravillas. El yelmo con motivos dorados a juego con el escudo de tonos púrpuras realzan buena parte de sus facciones. Lástima que decida cerrar el primero y cubrir su cuerpo con el segundo. Y lástima también que existe la verdad irrefutable número 334: en pleno San Valentín, el temita de conseguir ya no digo una rosa roja, sino una simple flor es difícil y costoso, muy costoso.

-750.000 yens –responde secamente la viejita que atiende la única floristería que todavía tiene material a la venta.

-Ha de ser una broma.

-No, muchacho. Es la última flor en todo Nerima y tu disfraz destila desesperación.

Buena observación. Irrefutable y verdadera como casi todo lo que se ha dicho en esta historia. Y muy a tono con lo que suele ser la vida de nuestro héroe.

-¿Qué eres? –farfulla al fin-. ¿Prima lejana de Nabiki?

-800.000 yens.

-¿Por qué?

-No conozco a la tal Nabiki pero está claro que acostumbra estafarte. Y si lo hace es porque eres mal negociador.

¿Irrefutable, verdad? E irónico. Hasta una venerable ancianita es capaz en menos de cinco minutos de oler los puntos débiles del artista marcial más fuerte de Japón.

Por pura piedad, me tomaré la libertad de saltearme unas tantas verdades irrefutables más y unos cuantos eventos que no vienen al caso, sobre todo las razones por las cuales inicia una batalla brutal con su padre, rosa más cara del mundo en mano. Optaré en cambio por detenerme en un hecho previsible, la reyerta termina justo, justo a las puertas del instituto Furinkan y justo a tiempo para el gran desenlace. Una vez más, la más que útil y necesaria tetera automática, el mejor regalo del mundo, resuelve un temita menor y luego, se inicia la entrada triunfal del tenaz caballero Ranmoncio del Soto montado en un espléndido ejemplar de caballo panda panzón. A la flor más cara de la historia todavía le cuelga intacto uno de sus veinte pétalos originales. Y el tallo ha mutado su espectacular ángulo llano en un triste ángulo recto.

Nabiki, nuestra práctica y experimentada Nabiki, ni pestañea. Antes decide comenzar a pagar honradamente a sus acreedores. Mejor hacerlo ahora que exponerse al escarnio generalizado y perder de todas formas. Un negociante más primerizo, un tonto y novato estafador, intentaría sabotear el acto de amor puro o argumentar que un oso panda y una flor destartalada no es algo romántico. O incluso optaría por la simple acción del desenmascaramiento para que la lengua torpe de Ranma haga el trabajo. Pero Nabiki no. Comprende sobradamente que el enorme grado de patetismo es parte inseparable del romanticismo de la escena. Y que cualquier intento de sabotearla solo le dotará de más patetismo y por tanto, de más romanticismo. Así pues, Nabiki paga y se consuela pensando en una verdad que no es irrefutable pero muy, muy, muy probable: "¿Qué son unos cuántos yens perdidos hoy si ya los recuperaré mañana?".

Akane se mantiene en su sitio sin llegar a estar patidifusa aunque lo parezca. Más que sorprendida parece curiosa. Sin duda se trata de Ranma. Ningún otro ser humano sería tan ridículo y fuerte de montar en panda y sin embargo, es imposible que sea él. Verdad irrefutable 335: ES IMPOSIBLE; IMPOSIBLE, IMPOSIBLE que sea él. Y sin embargo, grabaos esta verdad irrefutable en la cabeza, amigos míos, la verdad número 336: a veces, las verdades irrefutables se refutan…por amor (aunque suene cursi).

-Ranma, ¿eres tú?

-No, no. Soy…un admirador…secreto. Ranma jamás haría esto por una marimacho fea y absurda…estem…eso creo…no lo conozco en realidad…al tal Ranma Saotome…digo…aunque lo imagino guapo y masculino, muy masculino…un hombre entre los hombres…yo…creo que voy…a dejar de hablar ahora.

Verdad irrefutable número 337: ¡Qué lindas que son las escenas cursis si se las corta a tiempo y se pasa a publicidad! ¡Y qué tremendas y agobiantes…(esperad, eso ya lo dije…Verdad irrefutable 338: Leandro_Sensei es repetitivo). En fin, el caso es que Akane, la muy akanuda, ya tiene la flor entre sus dedos. Le basta con dejar huir a su tímido galán para dar fin a la bonita escena de película romántica hollywoodense que había imaginado Ranma pero noooo, ¿por qué dejarle ir si puede regodearse en su victoria? Tampoco podemos reprochárselo. Ranma haría exactamente lo mismo en su lugar o más aún según presumo y seguro que tengo razón porque al fin y al cabo…¡soy el narrador omnisciente!

-Es curioso, caballero. Su voz me resulta muy conocida…Y a ese panda juraría que lo he visto antes.

-Se equivoca, milady. Se trata de un caballo y mi voz seguramente le suene porque mi fama se encuentra muy extendida por todo Japón…por supuesto, menos que la del gran Ranma Saotome…a quien desde luego no conozco…estem…creo que volveré a callarme.

-Como si eso fuera posible…si eres quien presumo…no serás capaz de mantener la boca cerrada más de dos segundos.

Silencio total. Bueno, durante tres segundos. Uno más de lo predicho por Akane. Lo suficiente para no sentirse derrotado.

-Bueno…¿hermosa desconocida, le ha gustado el regalo? ¿Cree usted que exista un mejor obsequiador en este mundo que el galán que tiene aquí presente?

-Ranma…digo…desconocido…no deseaba tanto. Solo que sepas lo que me gusta. Nada más. En el fondo, tratarme como una dama, cuando todavía piensas en mi como "una marimacho" es lo más inapropiado que has hecho jamás. Bien haría Nabiki en intentar recuperar su dinero. No quería esa tonta pieza de colección. Solo que supieras que me gustaba.

Verdad irrefutable número 339: Akane se marcha en silencio. Admitiendo que Ranma le quiere y haría lo imposible por ella y convencida, al mismo tiempo, de que nunca, por mucho que lo intente, será capaz de entenderla y por tanto, quererla de verdad.

Ranma por supuesto, tampoco, se toma el trago amargo con dulzura. Antes aprovecha que su identidad se ha mantenido "exitosamente" en secreto para embestir con su preciosa lanza contra todo lo que encuentra a su paso. Eliminar la escena del crimen del mapa, la mejor manera de deshacer el recuerdo triste en la mente. Caen árboles, estallan vidrios, se desparraman libros y también, ¿cómo no?, mueren algunos panfletos del concurso de Nabiki, cercenados en miles de trocitos de papel. La jovencita por su parte, ni lerda ni perezosa, aprovecha el malentendido para volver a llenar sus bolsillos vacíos de billetes.

Verdad irrefutable 340: ¡Muerte a las sonrisas!...perdón, esa era la 285…estem…un momento por favor…ah, sí…verdad irrefutable 340: las tuercas suelen dar vueltas y a buen entendedor sobran las palabras. Akane desde luego pertenece al grupo de malentendedores. Poco a poco, sin pausa y sin prisa, el paisaje va trasmutando su alegre fisonomía de animé cómico y se pone más a tono con el estado de ánimo akanil. El cielo añil se tiñe de un gris seco y apagado, más propio de la ceniza que del hogar de las estrellas mientras la naturaleza languidece también por momentos. Las plantas muestran un color verde mortecino, propio de la tez de un anciano venerable y los animales, los pocos que presencian la retirada de Akane, casi ni bostezan. Incluso el infaltable grillo de todo silencio, tañe sus "cricris" con una débil melancolía. Sandy, Wendy y Mindy, las trillizas pasteleras, se encuentran tan absortas e indecisas entre dos recetas posibles que casi ni la ven pasar. Y lo mismo le ocurre a Akane con el resto del mundo. Su tristeza le asemeja a un fantasma invisible que es ignorado por todos los testigos posibles hasta que decide finalizar su errante travesía en un banco del parque Nakniruf. Allí, una jovencita de pelo naranja se encuentra llorando desconsoladamente. Extraña coincidencia, Akane también comienza a llorar.

-Enaka, Enaka –le grita de pronto y a lo lejos, un muchacho de pelo azul y camisa china verde-. ¿Se puede saber por qué lloras? No solo me acordé de tu replica de Imusak sino que además, gracias a esta gran oferta que conseguí por Nozama, obtuve dos por el precio de una (verdad irrefutable 341: da igual lo que diga wikipedia, los libros de historia del comercio y otras fuentes poco fiables, Nozama es eterno y existe desde el inicio de los tiempos. Es más: cuando Dios creó el mundo, encargó por Nozama una podadora en el segundo día y le llegó al tercero, justo a tiempo para la creación de las plantas. Así que, ya sabéis, fanficteros comprad por Nozama. Verdad irrefutable 342: Nozama todavía no ha accedido a pagarme por hacerles publicidad sutil en mis fics…por ahora).

Efectivamente, las lágrimas de Enaka se siguen vertiendo sobre sendos paquetes de los que asoman… ¡dos Imusak idénticas! Imaginad por un momento la envidia que estará carcomiendo el alma de Akane ahora. Y su perplejidad. A falta de una, le obsequian con dos prohibitivos muñecos (a menos que se compren por Nozama que como todo el mundo sabe es más barato). Y a pesar de tener su felicidad duplicada, la muy Enaka…¿está llorando?

-¿Por qué lloras? –vuelve a insistir el joven de pelo azul y camisa china verde-. ¿Qué he hecho mal?

-Snifff…nada…tonto…son muy bonitas…pero el manual está en chino…tu oferta excluye manuales en otros idiomas, tonto del higo. Se trata del regalo más inapropiado del mundo. Me he ilusionado tanto al ver las cabezas y las manos y todos los complementos…pero no soy capaz de armarlas…

Cuando 15 minutos después Ranma encuentra al amor de su vida compartiendo su diccionario con dos desconocidos y jugando en ronda a tomar el té con dos muñecas descomunales, el paisaje, por pura rebeldía, se ha vuelto a poner a tono con el estado de ánimo de la peliazul. Las flores centellean con sus potentes colores y los rayos de sol lo iluminan todo con dulzura y suavidad. No obstante, la sonrisa de Akane brilla irrefutablemente más que el sol en aquel instante, al menos para Ranma…perdón, para el caballero desconocido que sigue ocultando su misteriosa identidad tras un yelmo de cartón.

-Akane, ¿lo has guardado?

-Sí, es tu regalo…después de todo…digo…de Ranma. Tiene que gustarme si es tuyo…de él…

Y por fin…Clark Kent se quita las gafas…y Ranma el disfraz.

-Akane, soy yo.

-Jiji…lo sabía. Vamos, Ranma, no soy tonta. Si veo que dos seres vivos cercanos a mi nunca coinciden al mismo tiempo en el mismo lugar y llevan la misma ropa, obviamente voy a deducir que se trata de la misma persona. No soy TONTA.

Verdad irrefutable 343: Ranma se muerde la lengua para no mencionar cierto pañuelo amarillo y prosigue con su interrogatorio.

-Entonces…¿te han regalado una?

-Siiiii, por ayudarles a ensamblarlas. ¿A que son majos? Yo…creo que te debo una disculpa…-se acerca hasta casi rozarle la cara con la suya-…un regalo siempre es apropiado si se obsequia con amor –le da la mano y le sonríe-…Además…se trata de un libro después de todo. Puedo ir a cambiarlo por otra cosa si me apetece –se dispone a darle un beso de agradecimiento-. Dame el ticket de compra para que lo guarde, por favor.

-Estem….

.-O la factura. Da igual. No te preocupes, no miraré el precio. Solo quiero …

De pronto, justo cuando Nabiki se encuentra otra vez devolviendo el dinero a los afortunados ganadores del concurso…suenan infinitas sirenas de policía por todo el parque. Y de una patrulla, se bajan dos ancianas.

-Allí, allí, allí está mi libro robado.

-¿Lo has robado?

Ranma se lleva una mano a la espalda.

-Bueno, era medianoche del 13 de febrero. Estaba todo cerrado y se me había olvid…

-…¿Y te habías olvidado de San Valentín?

Verdad irrefutable número 344: cuando la segunda viejita reconoce la propiedad de la flor más cara del mundo y asegura que le ha sido sustraída por la fuerza, ya Ranma Saotome se ha colocado el yelmo sobre la cabeza y escapa a toda prisa.

-Akane Tendo –dice un policía a la peliazul-, queda detenida por la serie de robos producidos en una librería y una floristería.

Y mientras Ranma huye, nuestra única e inigualable heroína, la autora de cierta llamada anónima a las autoridades, se embolsa un buen botín.

Verdad irrefutable 345: no importa qué es lo que parezca por unos instantes, los regalos de Ranma son siempre, siempre, siempre, lo más inapropiados del mundo. Verdad irrefutable 346: Nabiki nunca pierde dinero.

Fin.


Historia bonus

-¡Papá!

-¿Sí, Bulmita?

-¿Qué me vas a regalar para San Valentín?

-Nada. A lo sumo le regalaré algo a tu madre.

-¿O sea que quieres que me regalen cosas chicos malos y desconocidos…?

-N-no…

-Entonces, ¿qué me vas a regalar para San Valentín?

-Yo…, no sé. Un juguete barato…

-Entiendo..tendré que buscarme un novio que me regale cosas buenas…

-N-no…no..no hace falta. ¿Qué te parece un juguete caro?

-No sé…¿solo uno?

-¿Dos?

-…

-¿Tres?

-…

-¿Te encierro en un convento y no vuelves a ver la luz de sol?

-De acuerdo, papi. Me conformaré con tres regalos caros. Te quiero.


-¡Mamá! ¿Por qué papá me quiere más que tú?

-¿¡Qué!?

-Me va a regalar tres juguetes caros para San Valentín ¿y tú?


-¡Gohan!

-¿Qué?

-Mamá y papá me van a hacer regalos de San Valentín…

-Sí, ya vi cómo los estafabas..¿y?

-Que yo tendría que hacerles regalos a ellos.

-Me parece justo. ¿Y?

-Que no me parece bien que paguen ellos mismos sus propios regalos.

-¿Y?

-¿Me prestas…digo…me regalas dinero?


-¡Mamá!

-¿Sí?

-Mira qué bonito maquillaje infantil que te compré con el dinero de…mi dinero. ¿Verdad que no lo quieres?

-Claro que lo quiero. Es tu regalo, mi vida.

-¿VERDAD QUE NO LO QUIERES?

-No.

-Ok, mami. Como desees. Entonces tendré que quedármelo yo.

Y así más o menos fue el San Valentín pasado. Deseenme suerte para este.

Fin de la historia bonus.


Comentarios

Estimada the-girl-of-pig-tailed. No soy diabólico. De hecho, existe gente que me considera Dios. Gente con un gran sentido común. Por supuesto.

Estimada blackpanterkjer. Hay que celebrar Halloween. Es importante. Piensa en los pobre monstruitos sin hogar. Si no fuera por la recaudación de las ONG que trabajan en Halloween no tendrían nada que llevarse a la boca el resto del alo. Piensa en eso.

Estimada ange-modecha. Nice review…as always too. Ir a ningún sitio y sin embargo llegar a destino, especialidad de la casa.

Estimada Sslove. Mmmmmm, los capítulos kilométricos conspiran contra que comentes pero también por ellos me tienes estima…me vale. Gracias por comentar. Pero sobre todo, por leer.

Estimada Elisa 16. Lindo cumplido. Yo solo siento pesar por terminar de leer una historia amena e interesante. Ojalá pueda publicar con más regularidad a partir de ahora.

Estimada Akyfin02. Ser peque rules.

Estimada Aihiwatari, Ser adulto rules.

Estimada Daia. Vivir rules.

Estimada Minefine7. Estar casada con el Sensei rules.