Todos los hombres son iguales. Y Ranma NO es una excepción.

Cuando por fin me enteré de que Pe-chan y Ryoga compartían un mismo cuerpo y esencia, la decepción que se depositó en mi corazón fue de una naturaleza doble. Ryoga, un canalla, pervertido, aprovechado y mentiroso. Y mi prometido, un imbécil que sabiéndolo, no dijo nada. ¿Tan poquito le importaba mi recato que no era capaz de abrir la boca al menos cuando me iba a bañar con el cerdo? Eso no es ni timidez ni lealtad al amigo. Se trata, simplemente, de falta de estima y respeto hacia mi. Y desde luego, aquello sumado a lo de Shampoo, Genma y Mousse me tenía perpleja. ¿Realmente era tan fácil caer en las dichosas fositas y tan difícil volver a ellas? ¿Por qué? Puedo entender que una tienda de electrodomésticos, por ejemplo, tarde diez segundos en venderte una cafetera y más de un año en repararla si esta vino defectuosa. Pero…¿Y China? Porque me perdonará el muy Ranma y sus amiguitos encantados pero por muy lejano y exótico que parezca Jusenkyo nunca será tan inaccesible como la burocracia de un servicio de tramitación de garantías. Si no vuelven a curarse es simplemente porque no les apetece. Al uno porque en el fondo es rarito, al otro porque realmente tiene naturaleza de cerdo y mejor ni me pongo a explicar lo que opino de Shampoo y las gatas.

Por eso entenderéis, porque estaba furiosa y perpleja, que en un arrebato de rabia decidiera vengarme de todos de la manera que más pudiera doler a Ranma. Es decir, resolviendo el entuerto de una vez por todas y demostrando de paso que, lo que a él le resultaba imposible, a mi me salía fácil y al primer intento. Y si luego, alguno se lamentaba por perder la habilidad de transformarse. Pues mejor. Fin de la hipocresía y castigo justo a la general falta de empatía hacia mi persona. No aburriré al lector narrando los detalles de mi despedida. Los ruegos angustiosos del vato susodicho, ni siquiera sus vanas promesas de formalizar ya mismo el compromiso si desistía de realizar un viaje tan peligroso. Incluso me llegó a dar igual que me besara apasionadamente en los labios justo antes de marcharme. Ni así se disipó mi furia. Y eso que el muy mano larga hasta aprovechó la ocasión para hacer contacto donde no debía por "accidente". Lo dicho, cerdo el uno y cerdo el otro.

De más está decir, ya conocéis el enorme ego del vato, que estuvo siguiéndome la pista durante kilómetros. Esperando que algún peligro imprevisto le diera la oportunidad de reivindicarse rescatándome de las "garras de la muerte". Lamentablemente para el susodicho, "las garras de la muerte" poco tiene que hacer ante una artista marcial furiosa. Precipicios, animales salvajes, tormentas, enfermedades infecciosas, todos estos peligros y muchos más esquivé con gracia, fuerza y un poco de astucia. Ojalá pudiera decir lo mismo del vato. Una terrible llaga en el pecho infligida por un tigre, una costilla rota cuando lo del despeñamiento de piedras en aquel barranco infame y lo peor de todo, sus insoportables estornudos moqueantes que mal intentaba simular escondido cien pasos por detrás de mi equipaje. ¿Es que realmente creía que no le veía escondido tras aquel arbusto o que no le oía ahogar entre hipos su incipiente resfriado? El vato desde luego había perdido el norte. Y a lo mejor hasta literalmente. Sabe dios si había tenido el mínimo de sentido común de traerse una buena brújula como la mía o simplemente me seguía sin un plan B en caso de extraviarse. Por momentos llegó a causarme algo de pena. Patético, necesitado, débil y torpe. A lo mejor, para él realmente se trataba de una odisea imposible. Sobre todo teniendo en cuenta sus pobrísimas cualidades de supervivencia. ¿Cómo era posible que el engreído más grande de Japón ni un buen fuego supiera armar? ¿Es que acaso de todo eso se había ocupado siempre Genma? Es más, a juzgar por el sonido de su estómago, claramente estaba pasando hambre. Sí, sí. Lo que leéis. Ranma, el artista marcial formidable, el genio de la lucha que me seguía para salvarme de mi misma, incapaz de cazar un simple conejo. Menos aún de asarlo apropiadamente. Por un momento hasta llegué a creer que me había enamorado de un farsante. Luego me desdije. Yo, desde luego, no estaba enamorada de ese farsante. De hecho, creo que le debía unas palabras de agradecimiento a Ryoga. Ahora y gracias a su felonía podía juzgar mucho mejor a los hombres. Si el atento y dulce del chico del pañuelo amarillo podía ser un cerdo disfrazado, ¿qué me impedía llegar al a conclusión de que Ranma era en realidad un cobarde y debilucho alfeñique se había aprovechado de mi ingenuidad para hacerme creer con triquiñuelas que era fuerte, guapo y sacrificado? Nada. Quitada la venda, ahora veía a los hombres y en especial a Ranma cómo son en realidad: torpes, débiles y mentirosos.

Y sin embargo…ay, debilidad de mujer piadosa, no soportaba oír sus estornudos ni verle tiritar de frío tras aquella rama quebradiza que le escondía ni mucho menos notar en su mirada la huella inequívoca del apetito no satisfecho. Aquello me convirtió en la típica madre desengañada que sabía que su hijo era un inútil y aún así, por puro lazo de parentesco y costumbre, le preparaba la comida y la cama. En el fondo, por mucho que le despreciara, no me costaba nada dejarme olvidada una fogata sin apagar de vez en cuando con medio plato de sobras perfectamente comestibles. Y sí, queridos lectores, lo admito. También he olvidado hasta en tres ocasiones, objetos de mi kit médico. Especialmente, aspirinas, pañuelos y hasta la bufanda que me había regalado el único hombre honesto sobre la faz de la tierra, mi papi.

He de admitir, queridos lectores, que aquello se convirtió en una rutina. Como también la costumbre de estudiar por las noches bajo mi carpa mi diccionario chino-japonés. Si el vato roncaba a treinta metros mullido bajo la frazada que me regaló Kasumi y que por supuesto, también me dejé olvidada hace unos días, yo aprovechaba las horas de vigilia restantes para velar por su sueño, no fuera cosa que le atacara algún animal salvaje, y para aprender chino. Al fin y al cabo, ¡qué diferente sería su vida y la mía si el muy vato se hubiese dignado a tomar estas precauciones antes de llegar a Jusenkyo!

Y finalmente llegamos a las afueras de Jusenkyo, yo como si hubiese salido ayer de excursión, y el vato, más muerto que vivo. Supongo que alguno ya habrá notado el detallito de llamar a Ranma con aquel mote cuasi despectivo. No es mi culpa. Siempre utilizo ese apelativo para nombrar a quien me cae mal o ha caído en desgracia. Por suerte, Ranma, digo…el vato, hacía un tiempito que ya no me molesta. Desde que ayer hallé el último sendero que desembocaba directamente en las fosas era como si la tierra se lo hubiese tragado. Al final tenía razón; no existía mejor venganza aplicada a Ranma que triunfar donde él había fallado. Y era una pena. Porque ahora que no estaba, daba la casualidad que empezaba a necesitarle. Se ve que no había hecho del todo bien los deberes. O al menos que no había escogido bien el dialecto chino adecuado para estudiar. El caso era que según los carteles que advertían al público, los malditos de Jusenkyo se transformaban en el ser que se había ahogado allí cuando entraban en contacto con…¡agua caliente! Claro, claro. Como si Genma fuera en realidad un oso panda que cayó en la fosa del hombre egoísta ahogado…Jajajaja. ¿Os lo imagináis? ¿No? Pues yo tampoco…aunque había que admitir que la escena entera daba escalofríos. El lugar de entrenamiento lucía más desierto que parque de atracciones de final de película de Batman. Una densa niebla lo cubría todo y para mi desgracia llegué a últimas horas de la tarde. Desde luego, qué bien que me habría venido el vato entonces haciéndome compañía. Un escalofrío, de esos intuitivos y ancestrales, recorrió buena parte de mi médula espinal. Las aguas, estancadas y sin renovación natural ni artificial, expedían un olor nauseabundo. Quienquiera que cayera en ellas, con o sin aguas mágicas, podía darse por maldito. Jamás se desprendería de la sensación de desagrado. Para más inri, ni siquiera me acompañaba el suave murmullo animal de todo sitio desértico. Al maldito ambiente aterrador no le acompañaba ni el más mínimo sonido. Como si todo estuviera muerto. Desde luego, solo un ruido llegaba a mis oídos y era el de mi tonto corazón que, justo sobre el final, decidía perder todo el vigor y valiente bizarría anterior. ¿Se reiría el vato de mi si ahora me daba media vuelta con el rabo entre las patas? Ya me lo imaginaba, ya. Burlándose de la cobarde de su prometida, ufanamente. Y por supuesto, recordándome hasta la tumba que él llegó más lejos que yo. ¡Maldito vato! ¡Y maldito Jusenkyo! ¿Por qué ambas imágenes tenía que ser tan aterradoras? ¿Y por qué demonios, me causaba más escalofríos imaginar su risa sobradora si renunciaba ahora? No lo sabía. Lo que sí puedo aseguraros es que mientras los pelos se me ponían de punta no dejaba de observar y traducir los letreros: fosa del cegato ahogado, fosa de la foca ahogada, fosa del despistado ahogado, fosa de la zorra amazona ahogada, fosa del caniche resfriado ahogado, fosa del hombre mezquino ahogado, fosa del adolescente tímido ahogado, fosa del…¡UN MOMENTO! Aquí había algo que olía muy mal y no eran ni las fosas ni los calcetines de Ranma. Bueno, de hecho, SÍ eran los calcetines de Ranma. El muy guarro llevaba tres semanas sin lavarlos con la excusa de que los ríos no tenían ni detergentes ni enchufes.

-Sal de ahí, artista marcial de pacotilla –le espeté, furiosa-. ¿Qué sentido tiene ocultar tan bien el cuerpo tras una piedra si te asoma toda la coleta?

He de advertir al lector incauto que toda mi descripción anterior sobre su patetismo a la hora de sobrevivir se trataba más bien de intuiciones mías y vanas deducciones puesto que rara vez me dejaba mirarle sin que utilizara su célere técnica Saotome. Luego de tan larga travesía puedo asegurar que se trataba de la primera vez en un mes que nos veíamos cara a cara. Más aún, puedo afirmar que, en mi tonta cabeza, se había fusionado el mal recuerdo de su aspecto con el que mis juicios de valor habían creado sobre su valía como hombre. Por tanto, cuando por fin le vi, no pude más que sorprenderme. Se encontraba demacrado, sí. Y también lucía necesitado. Pero de ninguna manera parecía torpe, débil o egoísta. Bastó con mirarle a los ojos para darme cuenta que si no comía durante le viaje era porque un feo nudo en el estómago se lo impedía. Si no prendía fuegos por la noche era porque prefería sufrir el frío invernal chino a verme a la cara y si se ocultaba mal era…porque…¡Dios mío!...ya ni ganas de vivir conservaba en el ánimo.

-¿Ya haberlo descubierto, Akane?

¡Qué tonto! Al muy cabeza hueca de tanto interactuar con chinos se le había pegado el acento y su gramática libre.

-¿Descubrir qué? ¿Lo que parece evidente dadas las circunstancias? ¿Que en realidad eres una chica pelirroja mentirosa y los demás, tus mascotas que se cayeron en las fosas? Por supuesto que no me lo creo. Hay miles de cosas que no encajan. Mi padre ya conocía al tuyo de hace mucho. Por supuesto que no es un panda. Y aunque nunca te vimos, sabíamos de sobra que eras un chico. Además, estoy harta de esta estupidez. Si me han ahogado aquí mismo para crear a la fosa de la Akane ahogada. Sé de sobra que el detonante del cambio es el agua fría y no, la caliente.

-Sentir decirte esto, Akane. Pero tu prometido y su padre haberse ahogado durante su viaje antes de conocerte. Y lo han hecho en estas mismas fosas malditas que tienen la propiedad inversa. Las que tú dices se encuentran por allí –señaló hacia el este- Yo ser amazona china…como Shampoo. Y haberme caído en la fosa del Ranma ahogado…como poder imaginar mi vida convertirse en un infierno. Obviamente, por ser medio hombre haberme expulsado de aldea amazona. No haber tenido ni casa ni dónde ir, haberlo perdido todo, hasta que descubrir a aquel panda que caerse en la fosa del Genma ahogado. Yo…haber visto tu foto…en la carta que guardar Genma al morir en su bolsillo y darme cuenta que poder hacerme pasar por tu prometido.

-Y-yo…

Me quedé muda, patidifusa y como decía al principio…perpleja. Descubrir que los hombres eran unos mentirosos, manipuladores y egoístas me había partido el corazón pero estaba dentro del rango de posibilidades. Encontrarme ahora con que el otro 50% de la población mundial carecía también de convicciones y valores, simplemente me dejaba sin aliento. ¡YO AMABA A ESE HOMBRE! Y ahora resultaba que ni le amaba ni era hombre. Con razón le costaba tanto sobrevivir fuera de casa. Con razón…

De pronto, ese último detalle, el de las escasas dotes de supervivencia de Ranma me hizo caer en la realidad de la situación.

-¡Caramba, Saffron, ya has crecido! –le dije casi sin pararme a pensar si había acertado o no-. Me alegro por ti. No sabía que las reencarnaciones maduraran tan pronto. Y la verdad poco me importa. ¿Por qué te tomaste tanto trabajo en inventarte todo esto? Siempre sospeché que algún día intentarías usar la treta inversa conmigo pero nunca algo tan elaborado. Igual no cuela, ¿sabes? Nodoka es una madre. Jamás hubiese aceptado que un extraño era su hijo solo porque se le parecía. Y Ranma es un hombre. Lo sé porque me enamoré de él.

El falso Ranma se encogió de hombros.

-¿Cómo poder imaginar algo tan disparatado?

-Bueno, ha ayudado bastante que, en el momento que tú señalaste el sitio en que se encontraban las fosas adecuadas, el imbécil de mi prometido que estaba escondido detrás de aquel árbol en lugar de saltar a salvarme o a defender su hombría atacada, corriera en aquella dirección como un poseso. Solo un hombre podría reaccionar de manera tan insensible, ridícula y egoísta. En fin, vuelvo a preguntar ¿por qué un plan tan elaborado para engañarme? No va mucho con tu estilo.

Saffron extrajo una tetera de un bolsito que llevaba tras sus espaldas y se roció con un poco de agua caliente.

-Dime la verdad, Akane. ¿No has llegado por un instante a odiar a hombre y mujeres por igual gracias a mi plan?

-S-si…supongo que sí.

Saffron se dio media vuelta y comenzó a marcharse no si antes responderme con extrañas palabras…¿de amor?

-Pues ya tienes tu respuesta, humana. Si algún día te hartas de los humanos, ven a buscarme. Solo un Dios como yo puede contentarte.

Curiosamente, Ranma ya se encontraba a mi lado cuando intenté separar mis labios para darle apropiada respuesta. El muy tonto no estaba mojado. Al parecer venir a interrumpirme sí que era más importante que sacarse la maldición de encima.

-Por favor, no lo desengañes, Akane. Se ha enamorado de ti porque le has estado protegiendo durante todo el viaje con gestos de bondad inusitada. La fogata, la bufanda, la comida. Todo aquello le llegó al corazón. Y no le culpo. Es realmente muy difícil no enamorarse de ti.

Me encogí de hombros.

-Esos regalos eran para ti y en el fondo, lo sabe. Por supuesto que lo mejor es que sepa de buenas a primeras que lo nuestro es imposible.

-Ni hablar, Akane –volvió a cortarme el paso-. Tú no lo entiendes… no eres una mujer normal. Eres la más maravillosa que ha existido jamás. No puedes partirle el corazón a un hombre, dios o demonio sin correr el riesgo de destrozarle definitivamente. No le deseo una decepción akanesca ni al peor de mis enemigos.

¡Si será idiota! Románticamente idota. Ahora y visto en retrospectiva, resultaba que no me había dicho lo de Ryoga…¡por pura empatía masculina! Y luego hay gente que todavía niega su existencia. ¡Qué barbaridad!

Fin.

Historia Bonus

Yo soy tu padre.

Iba a contar en esta historia bonus que hemos adoptado un minino. Iba a relataros detalladamente todas sus divertidas manías, o la linda historia de cómo nos lo encontramos Minefine7 y yo. También iba a deciros que, para seguir con la broma, le llamaremos aquí de ahora en adelante "Krilin" (porque Krilin tiene siete vidas como todo gato y es la mascota de Goku). Pero no puedo. La muy Bulmita tiene un gran sentido del protagonismo y hace instantes nada más ha protagonizado la anécdota de la semana. Una tan jugosa que es de obligatoria narración en estas historias bonus.

Resulta que Gohan le preguntó cuál era su superhéroe preferido y la niña respondió primero lo que todos esperábamos: "Hulk" pero luego agregó una frase tan bonita y emocionante, como inesperada: "y en segundo lugar, papá". Ya lo sé, ya lo sé. De sobra todos conocemos la naturaleza manipuladora de mi hijita. Era obvio que luego vendría el pedido de regalo o lo que fuera. Aún así, sonó tan lindo. Tan sincero….Y aunque luego sobrevino el desengaño, ¡qué lindos cincos segundos! Esos no me los quita nada ni nadie.

-¿Y por qué? –le dio letra Minefine7.

-Porque el "dar padre" a último momento en la película, traiciona al emperador para salvar a Luke. ¡Eso es un héroe!

Efectivamente, cuando dijo "papá" se refería nada más nada menos que a Darth Vader de Star Wars. Supongo que seré tonto pero aún así me emocionó. ¡Qué buena elección! ¿Acaso no es Darth Vader tan héroe o más que Luke y Han Solo? ¿No es en el fondo el mismo personaje que Vegueta? Ya me imaginaba de hecho, que con la complicidad de mis dos hijos y del gato convenceríamos a Minefine7 para realizar una gran maratón friki. Pero no. Fue precisamente entonces que llegó el último desengaño de la jornada.

-¿Entonces te apetece que veamos más tarde el episodio I? –se me adelantó con la pregunta Gohan.

-Por supuesto, que no –repuso Bulmita-. No tengo ganas de ver esa m erd% de lucecitas y navecitas, aburridooooo.

-Pe-pero tu héroe…es…-tartamudeé en vano.

-Tampoco me apetece ver a Hulk. Solo quiero mi novio tenga tantos músculos como él.

La moraleja es, pues, que a las mujeres les gustan los hombres oscuros y retorcidos que les recuerden de alguna manera al padre pero no, las películas de acción. Ahhh, y al parecer es importante que tengan músculos. Irónico, ¿verdad?

Fin de la historia bonus.

Estimada Leia Rey Skywalker Solo. Interesante. Por un lado me haces ganar una disputa con Minefine7 que juró y perjuró que jamás nadie leería con agrado la historia bonus del basketball. Por otro, no te gusta Anticlímax. Pero al parecer eres fan de Star Wars. Has hecho méritos para caerme muy bien. Sobre todo por lo de tu idea de encargarme el final de Ranma ½. Sigue comentando, por favor. Aunque a Anticlímax no le guste lo que tengas que decir sobre él (jaja).

Estimada sslove. Y feliz cumpleaños a ti. Cuando corresponda acuérdate que te lo he deseado por adelantado.

Estimada blackpanterkjes. Y feliz cumpleaños a ti también. Acabo de notar que he recibido muchas felicitaciones por mi aniversario de nacimiento. A lo mejor me conviene cumplir cuatro o cinco veces al año.

Estimada Elisa Lucía V 2016. Supongo que te falta aceptar las líneas generales de fanfiction. Siempre lo pide antes de dejarte publicar por primera vez.

Estimada Rankosita. Emocionar y hacer feliz. Son lindos objetivos cumplidos. Por tanto, tu comentario también me hace latir rápido el corazón y me causa felicidad.

Massy13. ¡Qué pena! Justo tú que vuelves y yo que me ausento por casi dos meses. En mi defensa diré que la vida me ha deparado imprevistos en proporciones industriales.

Estimada Desco. ¡Por supuesto! Quien invente el control remoto universal para humanos, gana el premio Nobel de las ciencias. Incluso creo que existe una película muy mala de Disney sobre una app para el móvíl que sirve para mandar cosas a los chicos.

Enhorabuena. Si conoces a Pirandello, eres guay.

Muchas gracias por tus saludos. Espero que lo hayas pasado bien estos dos meses. Ya me contarás tus novedades.

Estimada Rankosita. Ranma candidato a presidente, Ranmond e Ibuki 1/2. Se nota que te gustan los fics que respetan la dinámica Ranma y Akane pero los sacan de contexto. Sospecho que más adelante tendrás varios capítulos que te llamarán mucho la atención. "Anticlímax rules" por ejemplo es de lectura obligada si te gusta este tipo de historias.

Estimada Akyfin02. Uy sí, uy sí. Ya me resigno. Total…como soy tan poco denso…Revive a Hibokiiiiiii! Y termina el fic de una vez que te vas a recibir de ingeniera antes que Mikzaki de reina.

Mmmmmmm, demasiado poético la historia de la madre naturaleza y el padre naturaleza. Mejor que no se enteren tus compañeros de exactas de tu gran vena creativa. A lo mejor te van a buscar con antorchas a tu casa. Jajajaja.

"Seguiré para ver si hoy logro ya ponerme bien al corriente con todos los caps que me faltan, nos vemos en el siguiente review!" Te faltaron algunos pero estás aprobada. Has contestado muchos y muy lindos.

Estimada Akyfin02. Yo no soy un hombre. Soy un dios. Luego, soy perfecto. Además nunca confundas al narrador con el autor. Podemos tener serias discrepancias creativas.

No es verdad. Mencióname una solo persona que sea capaz de jurar: "yo no me he mordido la lengua jamás" o al menos "yo me he mordido la lengua y no me ha dolido". No existe tal persona ni existirá. He dicho.

Estimada Akyfin02. Veo que Gotenska te ha llamado mucho la atención. Te contaría más cosas en este fic pero todavía no puedo. Estoy preparando una historia bonus sorpresa sobre ella. Así que no cuentes nada. Ya llegará.

Estimado/a guest. ¡Tengo el don! ¿Habéis leído, lectores míos? A partir de ahora podéis llamarme "Don Leandro-Sensei". Gracias. Me ha gustado tu comentario.

Estimada Beu´Mixtu. Aprecio mucho tu comentario sobre la forma de escribir. En general tengo un estilo que Minefine7 describe como "rimbombante" y me esfuerzo mucho por apaciguarlo todo lo posible. Contigo siento que he cumplido el objetivo.

Duda: Es como Akane pero más pequeña, menuda y coqueta. Tiene un mechón rojo que nadie sabe si es teñido o natural.

Estimada Beu´Mixtu. Son perfectas esas palabras para describir a Ranma .Tierno y seductor. Y eso que casi son antónimos.

Duda: estem…seeee…es color café…o naranja…o celeste. No me acuerdo ya. Mi memoria funciona a muy corto alcance.

Estimada Beu´Mixtu. No, Nabiki nunca manipula los medios. Solo modificó la tele para que pase como en directo videos que ella preparó con anterioridad.

Estimada Beu´Mixtu. Pues eso me parece genial. Lee todo el día y comenta también. Jajaja.

Estimada Beu´Mixtu. Sí, si, si, si. Lee Misterios en Nerima. Porque te voy a contar un secreto. Esta enorme colección nació con la tonta idea de atraer lectores a ese fic. Aunque al final resultara al revés.