¡Cásenos, mayordomo!

Este one-shot participa en el reto ¡Clichéame esta! del foro Ranmaniáticos, organizado por Beu Mixtu y que tiene la siguiente consigna: "parodiar un cliché". En mi caso, me he decantado por "el asesino era el mayordomo".


Ranma y Akane deambulaban por la noche estrellada de Nerima sin optar por un rumbo fijo. A lo mejor la vorágine de la pelea en la que estaban enfrascados, les tenía distraídos. A lo mejor, simplemente aprovechaban que estaban solos para retrasar el regreso a casa. De hecho, nadie sabía a ciencia cierta si venían de una gran aventura (rescate de Akane incluído) o solamente se habían quedado estudiando hasta tarde en la casa de algún amigo. El caso es que de pronto, la conversación se puso…por llamarlo de alguna manera…rara. Y digo que se puso rara, aún teniendo en cuenta, que quienes hablaban eran ya de por sí una pareja bastante extraña.

-Pues eso mismo. Akane. Lo que has oído. Pienso hacerme detective privado.

La jovencita del pelo azul hizo un gesto despectivo con la mano izquierda.

-Tonterías, Ranma. Resolver las cosas pacientemente y con agudeza mental no es tu estilo. Además ya se ha hecho hasta le cansancio. ¿Te acuerdas de Misterios en Nerima?

-Sí, sí –bufó Ranma-. Pero entonces la protagonista era Nabiki. Ahora quiero ser yo el guapo inspector al que le vengan a ofrecer trabajo femmes fatales…estem…viejos arrugados…y desempeñar grandes papeles.

Cuando Akane dejó salir su típico suspiro de resignación, Ranma supo que era el momento y el lugar para convertir una escena ridícula en otra romántica. Así que sin mediar mayores palabras se arrodilló frente a ella y le tomó de una mano.

-¿Me ayudarás, Akatson?

-Por supuesto que no –se ruborizó su prometida-. Y menos si me llamas así.

Ranma se rascó la cabeza mientras permanecía de rodillas y en actitud suplicante.

-¿Tendotson? ¿Watsane? ¿Watsdo? Por favor –frunció los labios-, dime que Watsdo, no.

-Supongo que podría aceptar Watsane mientras que me prometas que no te harás llamar Ranlock Saotolmes. ¿Podrás prometerme eso, mi guapo detective?

-Elemental, mi querida, Watsane. De todos modos, yo pensaba ser Sherma Holmsotome.

Akane se mordió los labios para no decirle que aquel apelativo le resultaba más ridículo que el anterior y se dedicó a aprovechar la situación. Al fin y al cabo había conseguido decirle "guapo" sin que la lengua suelta de su prometido reaccionara con sarcasmo o la simple vergüenza propia le hundiera a ella siete metros bajo tierra. Por muy tonta que fuera su idea, la cosa tenía gracia. Por fin harían algo juntos sin que nadie les interrumpiera. Su prometido sería necio pero al menos, en su necedad, solo le había pedido ayuda a ella. O al menos eso creía Akane.

-Por cierto, Watsane…¿qué crees que quede mejor? ¿Ukyotson y Watpoo…o Watsyo y Shamtson?

Mientras Ranma salía despedido por los aires se preguntó cómo era posible que un gran detective como él no hubiese visto venir aquel desenlace. Y por primera vez se preguntó si realmente valía para aquella profesión. Por suerte para el buen desarrollo de esta historia, daba la casualidad de que ya habían pasado diez minutos desde que había tomado la decisión de cambiar de hobby y por tanto, su aterrizaje se produjo en el jardín de una gran mansión desde cuyo interior se oían gritos. Como todo el mundo sabe, los detectives tienen un imán para los crímenes. Un más que misterioso imán que solo podría explicarse por un exceso de casos fortuitos o porque están compinchados previamente con los asesinos. El caso es que difícilmente podían pasarse más de una decena de minutos sin toparse con algún incidente con desenlace fatal Por tanto, así fue que Ranma…perdón, Sherma Holmsotome se hizo cargo de su primer caso, es decir, gracias al gentil golpe de mazo de Akane.

Efectivamente, desde el interior de la enorme mansión salía un grupo de unas diez personas espantadas. Eso sí, aunque correteaban aparentemente en un caótico desorden, ninguno invadía los laterales del sendero de entrada ni causaban mayor estropicio. Cuando arribaron por fin, hasta la posición de Ranma, el primero de ellos extrajo un plumero de su bolsillo izquierdo y le sacudió el polvo del hombro mientras el segundo le ayudaba a incorporarse y el tercero le ofrecía un té. Se encontraban todos ataviados con trajes negros un moño un tanto pequeño y por supuesto, guantes blancos.

-¿Se encuentra bien, Señorito? –le preguntó el cuarto hombre trajeado.

Ranma asintió con la cabeza y luego intentó poner la cara de agudeza inteligente que tan bien había practicado imitando a Columbo en la tele.

-¿Y ustedes? Parecéis asustados.

-Y lo estamos, señorito –repuso el quinto-. Ha de saber que hace instantes no más, se ha producido un crimen en la sala de estar de Lord Fiambre, nuestro anfitrión.

De más está decir que bastó que se pronunciara la palabra "crimen" para que los ángeles de Ranma se teletransportaran como por arte de magia junto a él.

-¿Qué pensar, Airen? –dijo la primera mientras acariciaba de forma un tanto provocadora la pipa apagada que acompañaba su más que escotado traje de Sherlock Holmes original.

-Habrá que investigarlo, Watpoo –repuso el gran investigador y se dirigió a Ukyo-. ¿Procedemos?

La cocinerita ingresó en el salón y advirtió con horror que allí yacía el cadáver de Lord Fiambre con un gran cuchillo atravesándole el pecho y un sinfín de platos y fuentes rotas. Presumiblemente la lucha había sido grotesca, larga y sangrienta. De hecho, los restos de comida, ketchup y/o fluídos humanos cubrían alfombras y muebles por igual. Ukyo recogió un plátano herido, una mandarina fatalmente aplastada y un melón a medio masticar y marcó con tiza en el suelo el lugar en que se encontraban los cadáveres, antes de proceder a tirarlos a la basura.

Ranma le dijo al Akane:

-Como toda cocinera es muy prolija y respetuosa con los cadáveres de origen vegetal. Presumiblemente (y a lo mejor estoy equivocado), el autor de estos asesinatos y el de Lord Fiambre es una misma persona.

Las manos de Shampoo se juntaron inmediatamente entre ellas y comenzaron a aplaudir.

-Ohhhhh, excelente deducción, airen. Tener sentido.

Quizá impelido por la cara de disgusto y obviedad de Akane; quizá por la de alborozo de Shampoo, Ranma decidió profundizar en sus pesquisas y pronto dio con una pista que llenó de orgullo y satisfacción el corazoncito de Ukyo.

-Ya lo tengo. El culpable ha tenido que ser un mayordomo.

-Ohhhh, brillante, mi amor. Siempre supe que tras esos músculos existía también un alma sensible y brillante.

En este momento, es justo afirmar que la característica aura morada de Akane adquiría ya tonos tan oscuros como los trajes de los sospechosos.

-¿Cómo que "brillante"? –estalló por fin- si se trata de una convención de mayordomos. Por supuesto que fue uno de ellos.

-No le quites mérito. Akane. Él solito dedujo que se trataba de este tipo de reunión. Yo entiendo que le guardes rencor porque no te prefiere como ayudante pero poniéndole palos en la rueda solo favoreces a los criminales.

Akane volvió a suspirar. El gran mérito carecía de verdadera dificultad, habidas cuentas del cartel enorme colgado sobre la puerta de entrada que explicaba detalladamente el propósito de la fiesta: "Reunión bianual del excelso gremio de mayordomos de Nerima".

-Un momento –dijo Ranma-. Creo que puedo agregar un dato aún más revelador a la identidad del asesino. Se trata de…¡un hombre!

Esta vez Ukyo no pudo aguantar la emoción y plagió la actitud habitual de Shampoo tirándose encima del gran investigador de Nerima y exclamando.

-Bravo, bravo. Maravilloso. Ranma, eres único.

Imaginad, queridos fans de Ranma ½, por un momento la escena. Cómo con cada deducción súper complicada iba ganado halagos de la segunda y tercera prometida y cómo el ego de nuestro protagonista iba creciendo en el mismo grado que la frustración de la primera prometida se volcanizaba. La tensión se olía a kilómetros de distancia y ni siquiera se disipó cuando la ironía, nuestra querida aliada en estas historias, hizo acto de presencia.

-Sé que solo soy una aprendiz del increíblemente guapo y sagaz Sherma Holmsotome –dijo Akane-, pero siguiendo sus pasos, creo que podríamos deducir también en que el asesino llevaba puesto un traje negro con guantes blancos.

Ranma la llevó aparte con gesto condescendiente.

-Ay, Watsane, Watsane, Watsane, deja la investigación para los profesionales.

"¿Profesionales?" pensó Akane. Pero si solo llevaba cinco minutos ejerciendo una profesión para la que jamás se había educado formalmente…

-…esa deducción –prosiguió Ranma con su lección sobradora- es una verdad de Perogrullo. Cualquiera con dos dedos de frente podría haberla realizado. Si realmente quieres ayudarme, pídele a ese, aquel y aquel –señaló a tres mayordomos- que vengan con nosotros a la cocina y deja que se reitre el resto de sirvientes si es que esa es su verdadera vocación.

Akane puso los brazos en jarra.

-¿Y puede saberse con qué excelsos criterios ha, don Sherma Holmsotome, separado la paja criminal del inocente trigo y ha reducido la cuenta de sospechosos a solo tres?

-Porque así suele ser, Watsane. Caramba qué poco informada estás. Siempre son TRES los sospechosos.

-Tonterías. Aquí todos lo son. Además, por qué esos tres y no otros cualquiera. ¿Con qué criterio eliges?

Ranma se encogió de hombros.

-Bueno, son los tres primeros que me hablaron. El que me sacudió el polvo, el que me ayudó a levantarme y el que me dice "señorito" todo el tiempo. Es obvio que los demás son personajes secundarios que el narrador omnisciente ni se molestó en describir. Por algo será, ¿no?

Esta vez Akane admitió con cierta docilidad que su prometido a lo mejor tenía algo de razón.

-Bueeeeno, te dejo pasar esta tontería pero solo porque da la casualidad que Monsieur Leassasain, el segundo de los mayordomos que has individualizado como posible criminal, lleva un cuchillo ensangrentado asomando por el bolsillo, arañazos en la cara de una evidente trifulca muy reciente y porque ahora mismo está saltando sobre el cuerpo de la víctima y, mientas se asegura de que esté realmente muerto (clavándole el arma homicida repetidamente en el pecho), grita: "Muere, cabrón, muere de una vez".

-Alto, alto, alto, Watsane –extendió nuestro sagaz protagonista los brazos-. No te precipites. Cierto es que las pruebas podrán parecerte abrumadoras pero…no podemos estar seguros hasta acabar la investigación.

-¿Cómo que no? Si somos nosotros mismos los testigos del hecho delictivo y Monsieur Leassasain no para de confesar.

-No, no –meneó su dedo índice de izquierda a derecha-. Si las cosas funcionaran así, solo existiría gente proAkane en el fandom de Ranma y sin embargo, has de reconocer que existen miles de seguidores proShampoo y proUkyo a pesar de las pruebas exageradamente amplias de que la pareja principal son Ranma y Akane.

-Bueno, si vas a poner en duda también eso…si te parece que Ranma y Akane no son los protagonistas…mejor será que me vaya….

-Espera –le cortó el paso dando una voltereta en el aire-. Solo digo que hay que terminar con la investigación. A lo mejor alguno de los sospechosos decide confesar su secreto y sería de mala educación contestarles solamente "te he oído", ¿no te parece, Watsane?

Curiosamente, no por ridícula y trágica, la escena dejaba de tener cierto magnetismo romántico. Akane a la defensiva, Ranma saliéndose del personaje extraño que se había autoimpuesto porque su prometida le obligaba a volver a ser sí mismo y…soledad. Un cóctel perfecto más allá de los cadáveres y las deducciones poco afortunadas que acompañaban a la historia. Akane, pues, inició su contraataque incidiendo en lo evidente.

-Linda acrobacia de artista marcial has dado para ser un simple detective.

-Bueeeeno –se llevó una mano a la espalda Ranma-…quizás no te lo creas pero más de una vez sentí la tentación de resolver todo, apaleando al grupo de mayordomos al completo. Por fuerza alguno de ellos sería el asesino y recibiría su merecido, ¿no?

Una sonrisa de aprobación se escapó de la boca de Akane. La verdad es que ella misma había recurrido a la misma solución mental en un par de ocasiones. Y, para qué mentir, Ranma en plan revientacráneos pues…le parecía más guapo. O menos tonto que es casi lo mismo. Claro que todavía quedaba un temita por resolver.

-¿Se puede saber por qué demonios le pediste a esas complacientes sumisas que te ayudaran?

-Pues…por eso mismo. Porque son complacientes y sumisas. Ya me gustaría recibir un halago tuyo de vez en cuando.

-Pues lo mismo digo, Ranma..digo… Sherma Holmsotome. Alguna vez me gustaría que utilizaras tus "dotes detectivescas" para descifrar mis sentimientos en lugar de procurar que te alaben.


Esa misma noche, nuestro héroe reunió a sus tres prometidas en el Dojo de la mansión Tendo, citó a sus respectivos padres, conocidos y a todo a quien le pareció pertinente para este desenlace. Esta vez Ranma iba ataviado con un espectacular traje blanco sospechosamente similar al de Hércules Poirot y un sombrero a juego.

-Estimados amigos –comenzó a hablar-, como en toda novela policíaca toca, al final de ésta, una reunión de todos los participantes para que el brillante detective –se señaló con ambos pulgares- descubra por fin al culpable del delito. Queridos amigos –insistió en el apelativo con una astuta sonrisa-, no quiero distraeros con más rodeos. Ya todos conocéis el delito. Alguien ha logrado sortear absolutamente todas y cada una de mis sofisticadas medidas de seguridad y me ha robado el corazón. La culpable de semejante atrocidad se encuentra entre estas tres muchachitas –señaló a Akane, Shampoo y Ukyo- y ya va siendo hora de que la desenmascare.

-Objeción hohohoho –gritó un personaje misterioso (aunque luego Ranma con su sagacidad habitual dedujo que se trataba de Kodachi)-. ¿Por qué hemos de reducir las sospechosas a solo tres?

Ranma dirigió una de sus manos a la frente y se masajeó las sienes.

-Por favor, Kodachi. No interrumpas. Ese tema se ha discutido ya hasta el hartazgo.

-Aún así –tiró miles de pétalos negros-. ¡PROTESTO! Exijo que se incluya a alguien más en la terna de sospechosos.

Instantes después Ranma eligió a alguien al azar del público y lo colocó en la cuarta silla vacante. Ahora sí, nuestro héroe se sentía a gusto. Por fin, por fin, el silencio reinaba y él había juntado el coraje para confesarle a todo el mundo quién era su amor. La escena entera olía a desenlace. SU VIDA, de hecho, olía a desenlace.

-Estem…Ranma… -susurró Akane- perdona que te interrumpa pero…

-Caramba, Watsane. La verdad es que me esperaba una interrupción de todo el mundo menos de ti. No sé si te das cuenta pero estoy intentando confesarme. Por si no quedó clara la metáfora. Nadie me abrió el pecho y sustrajo mi órgano indispensable para venderlo en el mercado negro medicinal. Me refería al amor. Y quizá te sorprenda, pero tu nombre sale unas doscientas veces en mi deducción final.

-Ya..ya…no creas que no estoy ruborizada y todo eso. Por poco y se me caen las bragas cuando oí lo del corazón robado (Nota del autor: como a todas las lectoras, no lo neguéis). Pero…¿era necesario sentar a mi lado como sospechoso de sustraer tu corazón justamente a Monsieur Leasssain?

-No sé, Watsane. Cogí a alguien al azar.

-Ya…ya…pero es que me está intentado clavar su cuchillito entre las costillas. ¿No deberíamos encerrarle y ya? Esto es simplemente ridículo.

-Ufa, Watsane. Siempre cuestionando mis decisiones. Ni confesarme a gusto puedo. Has de cuenta que también es un candidato a mi amor y ya.

Akane suspiró.

-¿Tu oyes lo que estás diciendo? ¿Al menos lo piensas antes de decirlo? A lo mejor deberíamos sentar a Ryoga aquí también…

Cierto. No había pensado bien. ¿Y cómo hacerlo cuando Akane de tan agitada que estaba le echaba la respiración de sus susurros casi entre los labios?

-He de confesar, mi querida Watsane, que me están entrando ganas de posponer esta confesión…digo…deducción…un par de añitos…dadas tus insinuaciones, pero no lo haré. Hoy que he juntado el valor ni tú me disuadirás. Así que tú mandas, Watsane. ¿Te siento a Kodachi al lado?

-N-no…no –se resignó y ruborizó Akane al mismo tiempo-. Déjalo así. Este imbécil me causa menos miedo y repulsa que Kodachi.

Había que admitir, por otra parte, que Shampoo y Ukyo aguardaban a que terminara la interminable conversación entre susurros, con innegable elegancia. Ya era para todos evidente quién era pérfida ladrona de la joya más valiosa de Nerima y su presencia allí solo servía para recibir una triste humillación pública. Pese a todo, se mantenían en sus puestos majestuosamente tranquilas. A lo mejor, su amor era sincero después de todo. O, más probable aún, su habitual ceguera se prolongaba hasta el final. Fuera como fuera, ambas jovencitas habían optado por no retrasar lo inevitable forzando lo que naturalmente estaba por salir solo. Desde un punto de vista matemático, conservaban un 33,33% de posibilidades cada una (y el 0,01% restante Monsieur Leassasain).

Ranma aprovechó para continuar con su "deducción".

-Queridos amigos, ¿Es posible amar unos pechos planos…?

Y no hizo falta que dijera más. Ya Akane había arrebatado el cuchillo de manos de su vecino de silla y apuntaba el arma filosa hacia la frente de su prometido. ¿Cómo demonios podía citar a tanta gente para que fueran testigos de…una confesión tan patética? Shampoo, de hecho, mantenía una radiante sonrisa de oreja a oreja mientras respondía la pregunta retórica del muchacho negando con la cabeza. Su larga cabellera morada ondeaba también de lado a lado mientras el muchacho continuaba con su soliloquio.

-…¿es posible amar la rispidez de la madera de un mazo golpeando tu cara por sorpresa?

En realidad, Ranma estaba por descubrir si era posible amar el filo del acero degollando su cuerpo aunque quiso la buena fortuna o un arrebato de prudencia de su parte que el tema del discurso virase convenientemente en su favor.

-…por supuesto que no es posible. Watsane no tiene realmente los pechos planos ni jamás de los jamases me dañaría a propósito con el mazo. Tiene esa gentileza y esa gracia femenina innata aunque alguna aquí presente crea que se trata de una marimacho colérica. Lo que ocurre es que un hilo de pescar oculto, invisible a la luz del sol le obliga a comportarse así conmigo.

Akane enarcó una ceja.

-¿Un hilo de pescar? Se trata de cólera pura y dura y ya estoy harta de tantas patrañas. ¡Siéntate en mi lugar y verás quién es la verdadera detective aquí!

-¿Qué?

-Que te sientes al lado de mi buen amigo Monsieur Leassasain o le cuento a todo el mundo dónde guardas la lupa cuando estás en modo "investigadora privada".

Ranma se rascó la cabeza por tercera vez en la historia, titubeó un rato en su sitio y finalmente dejó groggy al mayordomo asesino con un sutil ataque de las castañas y se sentó.

-Queridos amigos, ni esas chirusas ni yo hemos robado nada. Mi deducción tan sencilla como irrefutable es que el único guardián de semejante "tesoro" –hizo un gesto de comillas con las manos- tuvo que entregárselo a alguien voluntariamente.

Ranma se levantó como impelido por un resorte y exclamó:

-¡JAMÁS! Yo nunca hubiese dado el primer paso. Tuvo que ser una ladrona.

Murmullos en el público. Desde luego el argumento era sólido como una piedra. Sin embargo nuestra sagaz "detectivesa", ya tenía muy engrasada la línea del interrogatorio.

-¿Ajá? ¿Y qué ocurrió en Jusenkyo? Creo recordar unas muy dulces palabras pronunciadas por esos labios rebeldes.

-Estem...la ladrona me obligó a hacerlo…con un hilo de pescar. Sí, eso. Con un hilo de pescar.

-¿Y todas las veces que me rescatas?

-¡Hilo de pescar!

-¿Y cuando te pones celoso?

-HI-LO-DE-PES-CAR.

-Uffff, tú todo lo arreglas con un hilo de pescar, ¿no? Menos mal que los buenos novelistas jamás de los jamases abusan de un truco tan bajo. Sería deprimente…(nota del autor: habéis pescado la ironía, ¿no? ¿NO? Y si no la habéis pescado es precisamente porque os falta…hilo de pescar)

-Bueeeeno –aprovechó Ranma el instante en que Akane bajó la guardia-, como parece que ya hemos zanjado el asunto, podríamos irnos a cenar. Kasuuuumiiii, ¿Ya está la comid…?

En esta ocasión fue la atlética prometida la que dio medio vuelta en el aire y culminó su acrobacia cortándole el paso a su prometido.

-Alto ahí, bribón. Tú no te me escabulles hasta que respondas a mi última pregunta. ¿De qué color es ese famoso hilo de pescar que tanto mentas?

-¿Qué?

-Responde por favor.

Ranma negó con la cabeza y se cruzó de brazos.

-No pienso contestar a preguntas necias. Obviamente es transparente. Ya lo he dicho antes.

-¿Seguro?

-S-sí…supongo.

-¿Seguro seguro?

Una gota de sudor resbaló desde la sien de Ranma hasta la punta de su barbilla.

-Creo que sí. La verdad es que intento no prestarle mucha atención aunque su mera existencia me devane los sesos, me carcoma el raciocinio y me deje sin aliento.

-Queridos amigos –se dirigió Akane al público expectante-, he aquí mi conclusión. El hilo de pescar que obliga a nuestro sospechoso a realizar actos de amor hacia mí, quizá sea transparente para vosotros pero para él y para mi, es y ha sido siempre, de color rojo.

-¡Awwwwwwwwwwwwwwwwwwwww! –exclamaron todos, incluídas Shampoo, Ukyo y hasta Monsieur Leassasain (y eso que había perdido tres dientes por culpa de Ranma).

Genma y Soun veloces como el rayo comenzaron a buscar entre los presentes si existía algún cura, juez de paz o similar que pudiera oficiar la boda legalmente antes de que alguien se arrepintiera. Y mientras esta tarea se iba realizando con extraña rapidez, el último cabo suelto de la investigación estaba por anudarse.

-A lo mejor sí es de color rojo el hilo de pescar –concedió Ranma- pero seguimos atorados en el misterio anterior. Yo no te entregué mi corazón voluntariamente. ¡Tú me lo robaste, ladrona!

Emoción, suspenso, drama. Justo ahora que íbamos tan bien, todo podría irse por el desagüe si Akane aprovechaba la vía de escape que le proporcionaba Ranma para asustarse y huir con una pelea sin sentido. ¿Habrá madurado lo suficiente nuestra querida protagonista? ¿Aprovechará la ocasión Monsieur Leassain para assasainar a alguien más? ¿Tendrá algo más que objetar Kodachi? Todo esto y más lo sabremos en el próximo capítulo de "Los prometidetectives marciales"…o en el siguiente párrafo de esta historia. Lo que toque.


Akane tragó un poco de saliva. ¿Aceptar que fue ella la primera en enamorarse y casarse o intentar ganar y arriesgarlo todo? Obviamente, la segunda opción.

-Aclárame un punto, Sherma Holmsotome. De los dos, ¿quién es más fuerte?

-Yo, por supuesto.

-¿Y más inteligente?

-Yo, también.

-¿Más hábil, previsor, paciente, guapo y expeditivo?

-Yo, yo, yo, yo y yo. ¿Por?

Akane simuló pensar concienzudamente imitando la pose de Ranma cuando se rascaba la cabeza.

-Pues entonces no entiendo cómo pude robarte nada sin que te dieras cuenta y lo permitieras.

-Estem…bueno…no sé…

Akane se le acercó y agrandó sus pupilas al estilo Happosai.

-Yo..que soy tan tonta…y débil…¿podría robarte un beso sin tu colaboración?

Aseguran los testigos del largísimo y apasionado beso que tuvo lugar a continuación, que cada tanto, cuando Akane se detenía un poco para recuperar el aliento, Ranma aprovechaba para aclarar: "es el hilo de pescar, el hilo de pescar".

Esa misma tarde, Genma y Soun hallaron entre los presentes a un juez de paz licenciado y la boda dio inicio. Sin embargo, extraña vuelta de tuerca, quizás por lo frenético de los cambios o quizás, por simple timidez, teníamos a la radiante novia vestida de blanco… temblando en un rincón.

-Lo siento, Ranma. No puedo hacerlo.

Su casi marido se arrodilló a su lado y le susurró infinitas palabras de amor.

-Ya sé que sientes eso y más por mi, Ranma. Pero aún así, no puedo.

-¿Por qué?

-Porque Monsieur Leassasain me sigue pareciendo un asesino psicópata que debería estar en la cárcel. ¿Cómo va a oficiar él nuestra boda?

-Uffff, Watsane, ya te lo he explicado. Se trata del único presente con un título que formalice nuestra unión de forma legal.

-Pues así yo no me caso y no hay nada que puedas hacer para convencerme.

Efectivamente, no hizo falta que le convencieran. Ranma salió huyendo de allí en dirección desconocida y con el corazón hecho pedazos. Y Akane se quedó lloriqueando sobre el regazo de Kasumi y repitiendo: "¿Qué he hecho? ¿Qué he hecho?". Monsieur Leassasain aprovechó para apuñalar con el cuhillito del pastel a los muñecos de la tarta de bodas. Y Shampoo y Ukyo corrieron a sus casas a desempolvar sus trajes de novia, no fuera cosa que los acontecimientos decidieran tornarse decididamente en su favor.

Quince minutos después, cuando ya la policía había hecho acto de presencia en el Dojo y se estaba llevando al mayordomo asesino a la prisión más inmunda de Nerima, el Teniente Hernández llegó a notar antes de caer inconsciente como una sombra veloz le dejaba KO de una patada voladora.

-No te llevarás todavía a mi juez de paz –bramó Ranma con un cubo de pintura roja en la mano izquierda y un ovillo de hilo de pescar en la derecha.

-¿Qué piensas hacer con eso? –tembló Akane.

-Lo que debí hacer desde el primer momento que te vi.

Me es difícil (a pesar de mi arte sutil) describir la escena siguiente. Los tironeos, empujones y hasta rasguños que la resistencia akanesca provocó. Así mismo, me resulta totalmente inaccesible la descripción de la felicidad de Genma y Soun que presenciaban la pelea. Simplemente informar a mis buenos lectores que no fue hasta la treintena de minutos que la fierecilla domada claudicó y se vio de pronto frente a un altar improvisado, vestida de blanco y atada a una silla con un hilo de pescar rojo que le restringía toda escapatoria.

Monsieur Leassasain comenzó con la ceremonia.

-¿Desea usted, Don Sherma Holmsotome, casarse con doña Watsane Tendotson?

-Sí quiero.

-¿Desea usted, Doña Watsane Tendotson casarse con don Sherma Holmsotome?

-Por encima de mi cadáver.

A Monsieur Leassasain le brillaron los ojos.

-Eso puede arreglarse.

-Tranquila, Akane –le "calmó" Ranma-. Mi buen amigo Leassasain me ha prometido no volver a matar a nadie desde que le sustrajera las primeras seis vidas del modo gata a Shampoo.

Entonces fueron los ojos de Akane los que brillaron.

-¿Eso hizo?

-Estem…pues sí. Técnicamente ha matado a Shampoo seis veces.

Akane sonrió.

-¿Sabes, guapo? De pronto este juez de paz me cae mejor. Sí -se dirigió a al mayordomo asesino-. Sí, quiero casarme con este hombre.

Fin de la investigación.


Epílogo.

Jueza: Entonces ¿confiesa haber asesinado a Lord Fiambre?

Monsieur Leassasain: Sí.

Jueza: ¿Y tiene algo que decidir en su defensa? ¿Algún atenuante?

Monsieur Leassasain: He redimido mi crimen con una buena acción que lo compensa con creces.

Jueza: ¿Cuál?

Monsieur Leassasain: He casado a Ranma y Akane.

Jueza: Awwwwww. ¿De verdad? ¡Absuelto!

Fin del epílogo.


Historia bonus.

Tener un gato

Expectativa: Los gatos son seres independientes muy distintos de los perros. Voy a tener que perseguirlo para poder darle un mimo.

Realidad: Krilin duerme literalmente encima de mi cara porque no puede estar solo ni siquiera por la noche o sufre. De las 24 horas del día, 23 se las pasa ronroneando sobre alguien.

Expectativa: Bulmita se aburrirá de él enseguida, se sentirá agobiada por la nueva presencia y buscará todo tipo de excusas para escaparse del gato.

Realidad: Krilin es un peluche vivo que ya no sabe como huir del cariño constante de su nueva ama.

Expectativa: Yo mando sobre el gato.

Realidad: Manda Bulmita (esta era previsible)

Expectativa: Cuando Krilin vea el rascador nuevo que le compré, va a pasarse horas jugando con él y afilándose las uñas.

Realidad: Sin comentarios.

Expectativa: Hemos visto muchísimos videos con Gohan en youtube sobre gatos tratando de cazar el punto rojo emitido por un láser.

Realidad: Te miran con cara de "sé perfectamente de dónde sale esa luz y que la manejas tú, por cierto, quiero otra lata de atún".

Expectativa: Se va a querer escapar.

Realidad: No hay quien lo saque del sofá. Y si abres una ventana te mira con cara de asco porque hace frío.

Expectativa: Los gatos no se tiran pedos

Realidad: Sin comentarios.

Expectativa: Los gatos rasguñan más fuerte que Bulmita.

Realidad: Ni cerca.

Expectativa: Los gatos son ágiles y tienen una especie de sexto sentido. Será muy difícil que con nuestra torpeza habitual, lo pisemos.

Realidad: ¿Cómo no lo voy a pisar si le encanta caminar un paso por delante de mi y más lento que yo? Parece Gohan.

Expectativa: Los gatos odian el agua.

Realidad: Es verdad, pero eso no le impide a Krilin meterse en la bañera cada dos por tres.

Expectativa: Pensaba que Minefine7 me iba a censurar el 80% del fic anterior.

Realidad: ¡HE PASADO LA CENSURA! (El gato mantiene de buen humor a mi mujercita)

Expectativa: Minefine7 se inspirará con el nuevo miembro de la familia y formulará chiste excelentes.

Realidad: Los gatos son guays y los perros son guaus.

Expectativa: Los chistes de Gotenska serán mejores.

Realidad: Entra un ladrón a robar un banco con un gato en la mano y dice:
- ¡Manos arriba o aprieto el gatillo!

Expectativa: Mis chistes son los mejores.

Realidad: Lo son. ¿Qué entidad es cuatro veces animal?

-No sé. Yo conocía lo del felino siendo dos, porque es gato y araña.

-Shampoo porque es zorra y cobra. Y además si la mojas, se convierte en gata y araña.

Lo sé, lo sé, es genial. Podéis votar en la casilla de reviews mi chiste como el mejor de los tres. O, si queréis hacerme rabiar, el de Minefine7 o Gotenska.


Comentarios

Estimada blackpanterkjes. ¡Los frikis somos musculosos! ¡Tenemos el cerebro y los dedos que usamos para teclear en forma!

Estimada camuchis. Pues yo llevo un par de meses llenos de imprevistos. Así que te entiendo. Hay veces que cualquier sorpresa positiva nos levanta el ánimo.

Estimada sslove. No sé si el mundo está preparado para dos Bulmitas coexistiendo en la misma era.

Estimada Beu Mixtu (cap. 6). En el fondo da igual si deja de transformarse o no. Al siguiente one-shot vuelve igual a la normalidad.

Estimada Beu Mixtu (cap. 7). La hija oficial de Ranma y Akane de la colección es Seiko. Ayame sale con otra personalidad, edad y nombre porque es un one-shot que había escrito aparte y cuando recién empezaba no tenía la idea de unidad ficcional que tengo ahora para los 1001 one-shots. En todo caso, es más pequeña, mimosa y dependiente de unos padres a los que no juzga como inmaduros.

Estimada Beu Mixtu (cap. 8). No hay de qué. Me encanta responder reviews. Y más sin son muchos seguidos.

Estimada Beu Mixtu (cap. 9). La verdad que a mi no me gustaba mucho el drama hasta que Minefine7 me clavó la aguja ponzoñosa insinuando que no era capaz de hacer llorar a nadie. Ahora puedo afirmar con orgullo que se han derramado muchas lágrimas en esta colección. Es muy posible que sí exista la revista Science and Health. Soy muy de inventarme las cosas pero también me encanta investigar los datos que me invento para darles credibilidad. Por ejemplo, Arvo Part de "Diseñando las dudas" es muy real.

Estimada Beu Mixtu (cap. 10). Lo pensaré. De hecho, tengo un libro terminado y otra a medio redactar.

Estimada Beu Mixtu (cap. 11). Efectivamente la idea de los tres fantasmas de las navidades se ha hecho muchas veces por este fandom. Mi versión aparece sobre el capítulo 90 y tantos.

Estimada Beu Mixtu (cap. 12). Buen punto. Efectivamente dejo algo de mi en cada historia y efectivamente el sentimiento que quise trasmitir queda allí perfectamente rescatable por cualquier lector que se tome la molestia de leerme lo suficiente para conocer mi estilo. Agradezco absolutamente todos tus cumplidos pero especialmente este me ha llegado.

Estimada Beu Mixtu (cap. 13). Jajajaja. Tienen más de las que me acordaba. Bien visto.

Estimada Beu Mixtu (cap. 14). Saludos a tu marido. Por cierto, ¿entra en estado Neko-ken?

Estimada Beu Mixtu (cap. 15). Síiii, claro que sufren muchos los personajes. Desde aquí quiero iniciar una campaña de concientización de los autores. Dejad de torturar a vuestros queridos personajes. Tienen sentimientos.

Estimada Beu Mixtu (cap. 16). Maravilloso. Un mensaje por duplicado. Amo cuando pasa eso. De hecho. En el capítulo 57 tengo pocos comentarios y me vendría genial un review doble. También me vendría bien en el 72, 73 y 74. Jajaja.

Estimada Beu Mixtu (cap. 17). Un secreto. La verdad es que la lectora ofendida me cae muy bien.

Estimada Beu Mixtu (cap. 18). Me gustaría leerlo, sinceramente.

Estimada Beu Mixtu (cap. 19). Sí, desde luego, sin historias bonus…no es lo mismo. Mmmmm. Diccionario para entender hombres. No existe.

De hecho…los hombres son todos unos pervertidos, mentirosos y complicados y por tanto Bulmita no debería casarse con ninguno. He dicho.

Estimada Beu Mixtu (cap. 20). Sí, no hay mucho que decir sobre este fic. Jaja.

Estimada Beu Mixtu (cap. 21, 21 bis y 22). Me alegro que te gustara. Es el primer three-shot de la colección. El culpable de que luego me animara a incluir más historias cortas tripartitas.