En los zapatos de Ranma. Final
Con las primeras luces del sol, Akane se sintió triunfal. Por fin superaba la prueba. Y le daba igual si le había parecido que la experiencia entera dentro del centro de alterne se había dilatado demasiado, concretamente desde el mismísimo año pasado; la verdad era que solo había pasado unas cuantas horas en su interior. Sartén en mano, la muchachita se proponía alimentar a sus anfitrionas con un buen desayuno a base de huevos revueltos y de paso, demostrar que Ranma exageraba con sus comentarios de la noche anterior. La cocinita del lupanar lucía sorprendentemente acogedora. Ollitas rosas colgando, platitos de cerámica con motivos silvestres y una jarra decorada a juego con el mantel de la mesa del comedor. Nada hacía suponer en el decorado que sus dueñas no fueran unas damas. Más bien, buena parte de la porcelana había sido elegida con un gusto exquisito. Si alguien desentonaba inmersa en aquella sobriedad era la misma Akane que mezclaba ingredientes con una gracia exuberante. Cada tropiezo suyo con un utensilio de cocina generaba un tintineo alegre y vivaz muy alejado del silencio de convento que solía reinar en el lugar a esas horas, las que utilizaban para dormir las hormiguitas que trabajaban de noche. ¿Alguna vez habría alguna fulana acariciado con semejante pasión a los platos como lo hacía Akane entonces para dejarlos relucientes? Probablemente, no. La muchachita se entregaba al acto culinario con un lujurioso desorden crónico. Cuando el aceite empezó a gemir por la subida repentina de temperatura, los hijos sin fecundar de la gallina supieron que pronto les llegaría la hora. HDP observó azorada el meticuloso desnudamiento de cáscaras del alimento de origen animal. Aquellas manos, tan poco aptas para la cocina, le superaban en su área de experticia de una manera rotundamente felina. HDP dejó escapar una risita cómplice con el destino. Si el tonto de Ranma sospechara siquiera que su poco femenina Akane había sido diseñada por Dios para amar,,,claro que hacía falta ser una de ellas para notar que la torpeza culinaria de Akane se debía a que poseía un don maravilloso que le saboteaba la cocción de alimentos. Verdad era que nadie en su sano juicio untaría mayonesa sobre un huevo a medio freír. Y sin embargo, ya le gustaría a Ranma que su prometida le mimara con aquella suavidad con la que había depositado la espesa salsa sobre la sartén humeante. Y si la torpe muchachita había optado por apagar el aceite que se había volcado sobre el mismo fuego con agua, HDP ya no veía un caos de humos negros y productos carbonizados, solo voluptuosidad. Aquella danza de errores era el baile más procazmente sexual que hubiese presenciado nadie jamás en el puterío.
-Niña –le dijo mientras probaba un carbón oscuro que supo ser en algún momento de su vida una alba clara de huevo-, si Ranma sobrevive a vuestra noche de bodas y calculo que sobrevivirá porque es endemoniadamente fuerte, será el hombre más feliz sobre la faz de la Tierra.
Akane se ruborizó.
-No pienso casarme con ese idiota. Y aún de hacerlo, jamás le cocinaría ni un postre después de todo lo que se ha burlado de mi repostería.
Nueva sonrisa cómplice de HDP con el destino.
-O sea que en el terreno de la imposibilidad cocinarle algo que le guste te parece más raro que casarte con él.
Y no hizo falta que respondiera. La cara de Akane estaba tan colorada como el traje del bombero que en ese mismo instante las llevaba en brazos al exterior.
-Lo siento, amiga –intentó disculparse Akane-. Solo espero que no pienses que quemé la cocina a propósito para obligarte a salir al exterior. Ha sido un…accidente…de los míos…
En rigor a la verdad, el fuego estaba más que controlado y reducido. Aún así, más y más heroicas hormiguitas rojas invadían el hormiguero ajeno para evacuarlo de las libidinosas hormiguitas negras. ¿La excusa? Un posible daño a la estructura del edificio.
-Tranquila, Akane –repuso HDP-. Ha sido mi idea que cocinaras después de todo. Y Ranma tiene razón. Lo tuyo parece mágico. Imposible realizarlo con tal grado de perfección a propósito.
En el exterior, Ranma, Shampoo, Ryoga y Nabiki esperaban a que el acto de evacuación terminara de realizarse.
-Oh, ¡Qué rápido los has encontrado, Ranma!
Nabiki le guiñó el ojo.
-¡Y qué rápido que han llegado los bomberos al lugar del incendio! Es como si estuviese todo preparado ya por una genia de la manipulación. Gracias por tu ayuda.
Akane se giró hacia HDP.
-Yo…te juro que no tuve nada que ver. ¡NO QUEMÉ LA COCINA A PROPÓSITO!
Nabiki sonrió.
-No, claro que no. No me refiero a eso. Digo "Gracias" por todo lo que has hecho esta noche. La manipulación empezó en el mismísimo momento en que comencé a jugar a las cartas con Ranma. Todo lo que ocurrió después era previsible para alguien como yo. Incluído el incendio del final.
HDP miró a Nabiki con desprecio.
-¿Así que has montado todo este numerito para hacerme salir? Déjame adivinar. ¿Ranma te contó que me parezco a ti y soy la guardiana de un gran tesoro? ¿Sentiste que era tu deber demostrarme tu superioridad? ¿O simplemente vas tras la recaudación?
-Sí, sí, sí y sí –Nabiki asintió con la cabeza a cada una de las cuatro preguntas-. Efectivamente, lo he preparado todo para que salieras. Efectivamente, Ranma me lo contó todo. Sí, necesitaba demostrarte mi superioridad y sí, voy tras el dinero pero sobre todo, hermanita perdida, voy tras el malhechor que inculpó a nuestra madre en el pasado, es decir, tras tu padre carnal y el mío, Soun Tendo.
La incredulidad, aquella diosa-niña mimada que disfrutaba vagando por el mundo para apoderándose por sorpresa de los corazones más sensibles, se depositó en el de Akane. ¿Había oído bien la peliazul? ¿Acaso Nabiki insinuaba que su madre había sido una prostituta en el pasado? ¿Acaso HDP era realmente su hermana mayor perdida? ¿Esa que Rumiko no se molestó en mencionar en 38 tomos pero de cuya existencia las tres hermanitas se acordaban perfectamente? Desde luego algo sí que encajaba en la estrambótica situación y era que el olfato y gusto de Ranma por las Tendo era el que, a la postre, la había hallado. De pronto el corazón de Akane dio un vuelco. ¿Y si fuera verdad? ¿No significaría eso entonces que su madre estaba todavía viva? No, imposible. Ella misma, aunque pequeña, recordaba haber participado en el entierro. Además, de algo estaba segura. Su padre no era un desalmado. Luego el aura de combate de Akane se encendió instintivamente.
-Nabiki –se puso en pose de combate-, será mejor que te expliques.
Y la pelimorena se explicó. Con fotos, gráficos, recortes de periódicos antiguos y una gran parafernalia de datos irrefutables. Entre otras cosas, la foto de su madre rodeada de tres jovencitas idénticas a las mujeres mayores que se asomaban entonces desde los últimos pisos del prostíbulo.
En aquel mismo momento Akane despertó de su extrañísimo sueño. No podía creer que tantos lectores hubiesen caído una vez más en una trampa tan burda. La excusa de la ensoñación, una vez llegado a un punto de difícil retorno, ya se había utilizado en estas historias hasta el hartazgo. Solo entonces la peliazul recordó que era 17 de enero, cuarto aniversario del inicio de la colección de one-shots y dedujo que el bueno de Leandro había imaginado un final así como una especie de homenaje a los 1001 one-shots en su día. Más importante aún, la peliazul recordó que al día siguiente, el 18 de enero, ocurría algo mucho más especial todavía: el cumpleaños de Minefine7, un cumpleaños que desde luego merecía una más que merecida historia bonus.
Fin.
Historia bonus: Cuando Minefine7 cumple años…
Cuando Minefine7 cumple años el tiempo se para, el planeta deja de girar sobre su propio eje y las gotas de lluvia detienen su caída. Dicen los que saben que un 18 de enero de hace algunos años una terrible y sangrienta invasión de marcianos detuvo su feroz ataque sobre la humanidad pura y exclusivamente porque les parecía mal hacer coincidir el Apocalipsis con tan dichosa ceremonia. ¿Qué celebramos pues? Su nacimiento. Se trata por tanto de un solemne aniversario que recuerda a todos una situación de lo más dichosa: nada más y nada menos que yo, Leandro-Sensei, soy feliz. Porque, no lo olvidemos, la muy cabezona decidió nacer de culo (como toda rebelde sin causa) complicándole sobre manera la formalización del milagro de la vida a la parturienta. ¿Se rindió entonces su madre? ¡Pues claro que no! Antes apretó los dientes y exclamó mientras pujaba con más fuerza: "¡Debo cumplir con mi deber aunque cueste tanto! ¡Si esta niña no nace, el excelentísimo Leandro-Sensei no tendrá en el futuro quien le planche las camisas!
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Cuando Minefine7 cumple años las aves detienen sus aleteos en el aire y levitan en su sitio sin osar a caerse. Es tal el respeto de la naturaleza por su aniversario que ni los grillos se animan a exhalar sus melancólicos "criiiis". Dicen los que saben que cuando por fin madre e hija dejaron de ser una, los testigos de tal hazaña solo atinaron a levantarla con los brazos extendidos sobre una saliente de piedra y mostrársela al resto de animales de la selva. Luego, dijeron: "he aquí un milagro inconcebible. Se trata de una dulzura tan sublime que, según los que saben, será la única mujer DIGNA de plancharles las camisas al GRAN Leandro-Sensei cuando crezca…Hakuna matata. Vive y hará feliz a Leandro".
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Cuando Minefine7 cumple años las olas del mar realizan un mannequin challenge de 24 horas de duración. Así de profundo es el sentimiento de admiración que aquella mujer inspira en las aguas salinas. Saben, en su infinita sabiduría (casi equiparable a la de los que saben) que cada 18 de enero celebramos que el centro del mundo se haya enamorado de un servidor. Para ser honestos, ni yo tengo camisas ni Minefine7 es muy dada a planchar pero da igual. Todo sabemos que si un día se me diera por comprarme una y mancharla, sería Minefine7 la que las lavaría…luego de cantarme las cuarenta por ser tan distraído, claro está.
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Cuando Minefine7 cumple años los lectores de fics de Ranma lo dejan todo de lado y se aprestan a felicitarla con cuantiosos reviews en la colección de su humilde maridito. Dicen los que saben, que los técnicos de fanfiction siempre temen a los 18 de enero pues suelen colapsarse los servidores con infinitas demostraciones de afecto.
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Por cierto, cuando Minefine7 cumple años, mejor que Bulmita reciba un buen regalo también porque…a mi hija no le parece para nada descortés hacer coincidir un Apocalipsis en forma de rabieta con el cumple de su madre.
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Cuando Minefine7 cumple años Rumiko durante unos cuantos segundos sospecha que los finales cerrados no son tan mala idea. Luego se acuerda de que es millonaria y se le pasa.
Fin de la historia bonus.
Comentarios
Estimado juan-k-chan. Merci.
Estimada blackpanterkjes. Ok. Entendido. ¿Qué tal 2017?
Estimada camuchis. Tranquila. Solo era una broma del día de los inocentes. No sé muy bien lo que significa estar deprimido. Soy demasiado cabeza dura para dejarme vencer por derrotas momentáneas. Así que más bien me enojo, pego un par de gritos, resuelvo el problema y luego tan contento como si no hubiese pasado nada.
Estimada sslove. Te agradezco tus palabras. Aunque eso de hacer ejercicio no lo veo muy claro. Si existe algo capaz de provocarme una depresión es la inminente amenaza de tener que hacer alguna actividad que requiera esfuerzo físico. Por suerte, nunca me deprimo=nunca hago ejercicio.
Estimada Erica. Tus pistas han sido muy oscuras y no he logrado dar con tu nombre real. Será mejor que seas un poco más directa, Erica, la próxima vez que me digas tu nombre. No te preocupes por el nombre del gato. En realidad se llama Sheldon como el de Big Bang Theory. "Krilin" es su seudónimo en esta colección. Le pusimos así porque ha sido el único integrante de la familia capaz de quitarle el sitio preferido del sofá a Bulmita. Casualmente el que suele defender a capa y espada el personaje de la serie.
Respetaré tus tiempos pero que sepas que me preocupa un poco el tema de tu ausencia. Me basta con que me digas que va todo bien con tu familia.
Estimada xandryx. Estem. HDP…significa…helado de piña. Por cierto, no hubo depresión. Solo una tonta broma del día de los inocentes que me salió mal.
