La novia de Shampoo o 4 formas de morir a manos de Akane. Segunda Parte.

Y Ranma salió volando. Claro que con lo que sabía ahora, no tardaría mucho en volver al epicentro de la onda expansiva. Akane lo sabía. Quizás por eso, porque entendía que nos quedaba poco tiempo a solas, fue al meollo de la cuestión.

-Entonces, si sólo es por procrear…¿Por qué tiene que ser con Ranma? ¿Por qué insistir con lo del casamiento si no significa más que un encuentro sexual fortuito? Cuanto más estés aquí, menos estarás con tu novia, Pastadental.

-Las amazonas tenemos costumbres raras. Nos ponemos nombres de cosméticos o utensilios del baño y elegimos para procrear a los hombres más fuertes para asegurarnos tener niñas fuertes. Y Ranma me venció.

-Hay muchos peces en el mar; algunos son fuertes y mucho menos complicados que Ranma. Dicen que Ryoga es mono…

-Ay, Akane –dejé escapar un suspiro-. Créeme. Ya lo he intentado. Extrañaba tanto a mi novia que me conformé con él. No funcionó…su herramienta…tiene el mismo sentido de la ubicación que su cerebro…intentó hacerme un hijo…primero, por el ombligo. Luego por el codo y al final, por…ay, no puedo ni decirlo ¡Qué asco!

-Jaja. Mi cerdito a veces también intenta darme besitos en el ombligo, en el codo y en la nariz…¡Qué coincidencia tan extraña! ¿Y Mousse? Todo el mundo dice que está interesado en ti.

-Más de lo mismo, Akane. Está ciego. También intentó fecundar mi ombligo.

-¿Kuno?

-¿Te estás vengando de lo de Kodachi o qué? Una cosa es renunciar a Ranma y otra, acostarme con alguien que está enamorado de él. ¡Antes prefería hacerlo con Happosai!

Y por supuesto, dichas estas palabras, tan poco sensatas, una cabeza ovalada por el eje horizontal y sin muchos pelos asomó por el gimnasio.

-¿Me llamabas?

La verdad es que NO…pero nos vino de perlas que apareciera. Akane le dio con el mazo con tanta precisión que consiguió con el mismo golpe arrastrar al exterior a Ranma que acababa de regresar.

-Bueno, eso nos dará unos cinco minutos más de intimidad. Entiéndeme, Shampoo. Quiero ayudarte. Pero no puedo permitir que sea con Ranma.

-A lo mejor no es tan mala idea lo de ménage à trois –me sorprendí razonando en voz alta-. Si tú estás ahí, Ranma no te estaría metiendo exactamente los cuernos. Y yo necesito ayuda. No puedo estar sola con un hombre. Si tú estuvieras allí…creo que me entregaría más a gusto.

-Lo siento. Yo soy más de ménages à deux (Nota del autor: Y así es cómo se rechaza galantemente un ménage à trois).

-Ah yo pensaba que eras más de ménages à 1/2 (Nota del autor: Y así es cómo se trollea a Akane cuando acaba de rechazar galantemente un ménage à trois).

-Muy ingenioso, el chistecito. Ja…ja.

-Lo sé. La gente suele dejarse llevar por mi gran atractivo pero mi principal virtud es el sentido del humor (Nota del autor: a mí también me pasa).

-¿Entonces el ménage à trois está descartado?

-¡Por supuesto que está descartado! (Nota del autor: Os preguntaréis por qué si lo sugiere Ranma, sale volando y si lo dice Shampoo, sólo obtiene un galante rechazo. Es porque todos los hombres son unos cerdos).

Y guardé silencio…luego de semejante diálogo pseudohumorístico…lo que tocaba era un cambio radical de situación, una vuelta de tuerca en toda regla. Y si teníamos en cuenta el título del fic y la manera número 3 de morir a manos de Akane Tendo, mucho me temía que lo que estaba por ocurrir era la irrupción volcánica y celosa de mi querida Pastadental. Sin embargo, lo único que ocurrió es que nos envolvió un extraño y tímido silencio. Habíamos llegado a un punto muerto en nuestras confesiones. Ni ella se resignaba a prestarme la virginidad de Saotome ni yo encontraba una vía de escape satisfactoria.

-Ya lo tengo, Akane –gritó Ranma desde una ventana-. Me sumergiré en la fosa de los trillizos ahogados y así no seré realmente yo quién honre los compromisos con Shampoo y Ukyo. Luego, volveré a la normalidad. Todos ganamos.

-Haz lo que quieras –se dejó caer sobre una silla sin mucha convicción-. De todo lo que me han ofrecido hoy para destrabar la situación, es la idea menos rara. Ya ni ganas de matarte me quedan. Y tranquilo, puedes seguir comportándote como un idiota por siempre. No tienes competencia por mi amor. Por muy estúpido que seas, tu rival es un pervertido fecundador de ombligos. No tienes nada que temer.

La verdad es que me dio pena. Nunca la había visto tan deprimida. ¿Contenta? Sí, sobre todo en las raras ocasiones en que Saotome la acompañaba con la boca cerrada. ¿Enojada? Muchas veces. Normal si tenemos en cuenta que yo la hacía rabiar. Pero…¿triste? Creo que era la primera vez que la veía así. Y más triste se puso aún cuando Ranma contestó con su nivel de empatía habitual: "Pues genial. En unos meses vuelvo. Sabía que te parecería buena idea" y se esfumó.

-OYE, AKANE –le grité, enojada-. NO es justo. Tú me preguntaste qué te ocultaba y yo lo confesé todo. No deberías guardarme secretos. Dime, por favor, qué me ocultas TÚ a MÍ.

-No oculto nada. O más bien, lo obvio. Lo que tú ya dijiste. Ranma jamás estará a mi nivel emocional. Y eso que hasta yo me doy cuenta que el mío no es muy elevado que digamos. Estoy empezando a creer que tienes razón. Que los hombres sirven solamente para procrear.

-Bueno, algunos. Hay otros que ni para eso. Cof cof Ryoga. Cof cof Mousse Cof.

-Es que a veces pareciera que sirve para algo más. No sé cómo explicarlo. Me hace creer en él. Me convence de que detrás de toda la estupidez hay un buen corazón y que me traería la luna si hiciera falta. Y no sólo a mí. A veces creo que haría lo que fuera por cualquiera en apuros. Por ejemplo, ahora se me ha metido la tonta idea en la cabeza de que nos escuchó toda la conversación y se buscó una excusa para irse a China a buscar a Pastadental para que os podáis reunir otra vez. ¿Qué tontería, no? Esa sería la solución sensata y madura a todo este embrollo.

-Sí, ¡qué tontería! Si se encontrara con ella, el muy idiota no tardaría ni diez segundos en meter la pata y pelearse con ella, la legendaria superamazona invencible. En el mejor de los casos, terminaría muerto. Y en el peor, encontraría la manera de vencerla y tendría que procrear con ella.

-¿Ese es el peor de los casos?

-Por supuesto. Yo no soy tan tolerante como tú. Si le toca un pelo a Pastadental, lo destripo vivo.

Fin de la segunda parte de La novia de Shampoo o 4 formas de morir a manos de Akane.

En la próxima la conclusión.


Historia bonus 1: Leyendas de FANFICTION

Es sólo un rumor pero dicen los que saben que si comentas todos los capítulos por triplicado de una colección de one-shots de alrededor de 170 capítulos, ganarás la lotería.

Tampoco está muy comprobado lo siguiente pero dicen los que saben que poner una colección de one-shots de alrededor de 170 capítulos en favoritos trae más suerte que conseguir un trébol de cuatro hojas.


Historia bonus 2: La princesa del guisante.

Cuando era pequeño mi madre siempre me contaba dos cuentos. La princesa del guisante y El gato con botas. Y como yo ya era aburrido, en lugar de disfrutar de la parte ficcional y lúdica de las historias me la pasaba polemizando con mi madre. No me gustaba la moraleja de ninguna de las dos historias. Peor aún, consideraba que eran contradictorias entre ellas. Repasemos: la princesa del guisante es una jovencita que naufraga y aparece en las playas de un reino. Tiene amnesia y no dispone de ningún tipo de objeto que pueda identificar su procedencia. Ni de dónde viene ni más importante aún, si es de buena familia. Y pro supuesto, es bellísima. Así que el baboso del príncipe se enamora perdidamente de ella. Obviamente, le da igual si es pro-Shampoo y no se acuerda…o si es esquizofrénica, ladrona, presa fácil de los galanes o peor aún, fan del team-capi. Lo único que le interesa de la jovencita es que es guapa. Y a la madre, ni siquiera le importa que sea guapa, mientras consiga demostrar que es una princesa, todo bien. Y da igual si luego se descubre que fue ella la que hizo explotar el barco en la que navegaba porque es pirómana. Mientras tenga sangre azul en las venas, el matrimonio es posible. Así que la somete a prueba. La hace dormir sobre cien colchones apilados y debajo del último coloca un guisante. Y a la mañana siguiente le pregunta: ¿Has dormido bien, querida?

-Lo siento, reina. Debe de ser por tantas emociones, pero a pesar de las sábanas de seda y de los mullidos colchones…no sé, no he conseguido sentirme cómoda.

Entonces, la reina, jubilosa, le dice a su hijo: puedes casarte con ella. Todavía no sabemos de qué reino viene pero en ese reino es una princesa. Solo una sería tan delicada para lograr sentir el guisante que le escondí bajo los cien colchones.

Recuerdo que mi madre me contaba con alegría esta parte como dándome a entender que debía buscar una mujer así para casarme cuando cumpliera 85 años (que es la edad a la que se imaginaba que me iba a casar). "¡Qué delicadeza!", exclamaba ella. Y yo: ¡Qué pelo! ¡Cómo se nota que nunca trabajó en su vida y no sabe lo que es el verdadero cansancio! Una mujer de verdad se duerme hasta en el suelo. ¡Con una niña caprichosa así no me casaré jamás!".

Además y por contrapartida, estaba El gato con botas. Repasemos la moraleja de la Princesa del Guisante: lo único importante es ser de sangre azul aunque no haya pruebas materiales. Y sin embargo, todos sabemos que la moraleja del Gato con botas es exactamente la contraria. El protagonista es de muy baja condición y engaña a todos gracias a la astucia del gato para hacerles creer que es un príncipe. Así que yo todas las noches le decía a mi madre que o eres fan de la princesa del guisante o del gato con botas. O a lo sumo, rechazas a los dos por mantener el status quo del enlace entre nobles como método de dominación de los débiles (sí, con cinco años ya hablaba así). Pero, sostenía, no es posible considerar que ambas enseñanzas son igual de buenas y provechosas. La princesa es noble aunque no lo parece y el muchacho del Gato con Botas parece noble aunque no lo es. La polémica duró por siglos y más aún cuando decidí, efectivamente casarme con una plebeya que me ha demostrado en más de una ocasión ser extremadamente antiguisantezca. Como aquella vez que me enseñó un misterioso punto rojo que tenía en la planta del pie que le había salido hacía dos semanas y no sabía cómo (luego de mucho investigar, descubrimos que había pisado con uno de sus zapatos un clavo que había atravesado la suela y que ahí permanecía, clavándosele más de un centímetro en la planta del pie a cada paso sin que lo notara por dos semanas). Efectivamente, si mi madre quería casarme con una mujer que presintiera un guisante bajo cien colchones, yo había optado por esposar a una que no sentía un clavo que la pinchaba a cada paso.

Y sin embargo, ayer por fin, pude hacer las paces con mi madre. Cuatro de la mañana y mi querida princesa duerme boca arriba, con los brazos estirados cual Cristo Redentor y sé positivamente que duerme porque deja salir ligerísimos silbidos por su nariz que es la forma que tiene de roncar la gente tímida. De pronto, cae sobre mi cabeza, es decir sobre el 15% de cama libre, su móvil, se desliza por mi cuello y se queda suspendido un 30% del mismo justo por fuera del borde del precipicio del colchón. Los silbidos de mi crista redentora se hacen más sonoros y amenazan con hacer caer el aparato de telecomunicación. Así que como todo caballero, me escurro suavemente procurando no despertarla y pongo su móvil a salvo en mi mesita de luz. Dos segundos después, Minefine7 se despierta visiblemente angustiada.

-¿Qué pasa?

-No sé. Sentí que me faltaba algo.

-Toma, se te cayó el móvil.

-Ahhhhh, ya presentía yo que mi lado del colchón estaba desnivelado.

Y eso es todo. Dentro de mil años una madre sobreprotectora le contará a su hijo el cuento de la náufraga Minefine7 a la que la reina madre le roba el móvil por la noche y ésta se despierta en seguida confirmando que es una princesa. Y así el bueno del príncipe Leandro puede casarse al fin.

Fin de la historia bonus.


Comentarios

Estimada Blackpanterkjes. Y yo te extrañaba a ti. Qué bueno que todavía sigues por aquí.

Estimado Ranma84. Sigue así. Estás cerca de ganar la lotería.

Estimada Edisa Inu. Bienvenida al selecto club de fans de Minefine7. No es tan nutrido y numeroso como el club de Bulmita pero son todos, buena gente. ¡Yo, el primero!

Estimada Llek Bm. La colección de one-shots se llama "Los 1001 one-shots" pero siempre le cambio el nombre al del último capítulo publicado.

Estimada Minefine7. Uyuyuy. ¡Qué miedo! Minefine7 me amenaza. ¿Qué voy a hacer? Estoy taaaan preocupado.

Estimada Akyfin02. ¿Qué tal los delfines? Hace tanto que no sé nada de ti. ¿Tu hermana ficticia sigue bien? Cuídate mucho y aléjate de los vatos.