Dark: Sean bienvenidos!
Nico: AL quinto Capitulo!
Dark: Y ahora les queremos decir!
Nico: que... Dark Janubis no es dueña de Yugioh! Ni de ninguno de sus personajes...!
Dark: Y ahora empecemos con el fic!
Todo por una serpiente!
El pequeño Yugi estaba caminando con la cabeza gacha. Como en varios intentos anteriores, le habían negado trabajo. Nadie quería a un chico enfermo, después de todo, cuanto peso podría cargar antes de desmayarse? Yugi necesitaba urgentemente un trabajo, requería de conseguir alimento, requería con urgencia un cambio de indumentaria... pero no lo encontraría, y él lo sabía. En ese momento, su pecho empezó a dolerle, fue entonces que cualquier trabajo parecía bueno, incluso si comer tierra le daría dinero para sobrevivir, entonces estaría dispuesto a hacerlo.
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El gran faraón caminaba entre sus fieles súbditos mientras deambulaba por el mercado. Había mucha gente, sin embargo nadie le hacía venias. Eso lo llenaba de satisfacción, nadie lo reconocía, nadie podía ver su rostro bajo su capa, por primera vez, el faraón se sentía un ser humano normal.
Un hombre pasó y lo empujo. Ouch! Eso fue algo brusco, pero algo completamente normal. Ignorando eso Yami siguió su paseo. Pero al no haber estado nunca lejos del palacio, Yami desconocía por completo que lugares serían buenos para visitar. Definitivamente el mercado no llamaba mucho su atención, después de todo él era el faraón, si quería algo entonces bastaba decirlo para que segundos después lo tuviera a sus pies. No, Yami quería ver más de su pueblo, pero no quería ver lo que el siempre veía... quería más...quería conocer aquello que estaba más allá del pueblo que sus ojos veían cada mañana al salir a su alcoba. Fue entonces que se le ocurrió que sería entretenido visitar la parte cercana al río. Ciertamente, fuera del pueblo no habría semejante ajetreo. Con esa decisión en su mente, el faraón se puso en marcha hacia su destino final.
Ooo
Minutos atrás, kuribo le había rogado que se detuviera. Lo había tratado de jalar a casa, pero él se negaba. Tenía que intentarlo, tenía que llegar hasta su lugar secreto, él único lugar donde él podía conseguir al menos la mínima ración de comida. El único lugar donde parecía que el destino había sido piadoso con él al colocar una palmera de dátiles escondida. Y el único lugar donde por un instante, él podía olvidarse de los dolores de su alma. Así que, indicándole a su peludo amigo que regresase al reino de las sombras a descansar, Yugi se puso en marcha a aquel lugar. Pero, de instantes, sentía que se iba a arrepentir de ello... cada paso se veía más difícil que el anterior. Su estomago le dolía de hambre pues ya casi eran las cuatro de la tarde. Sus piernas flaqueaban a cada paso y su pecho le estaba empezando a arder, pero la única forma de sobrevivir sería comiendo algo, y la única forma de comer, sería llegar hasta ese claro escondido.
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Yami ya estaba fuera de la ciudad, pero al no estar tan acostumbrado a dar largas caminatas, se encontraba sediento. En ese momento, ¡Oh, Cómo deseaba el faraón poder ordenarle a Shimon un vaso de agua! Pero como si los dioses oyeran sus súplicas, en frente de sí, logró divisar un pozo junto a varios arbustos espinosos. Y se veía que aun estaba en funcionamiento!
-Oh! Gracias a RA!-exclamo mientras alegre corría hacia el pozo. Para su suerte, había un pequeño cubo atado a la cuerda, listo para ser lanzado. A Yami esto le pareció algo extraño, volteó buscando con la mirada para ver si alguien lo estaba usando, pero no localizó a nadie. Pensando que no podía ser tan malo, lanzo el cubo al pozo. Luego con gran prisa, procedió a sacarlo. Sus ojos se iluminaron al verlo lleno de agua limpia, y sin pensarlo dos veces se dedico a tragar varias bocanadas de agua. Luego se descubrió la cabeza dejando caer un poco de agua en su cabeza.-Sí, Definitivamente, he de hacer que Seto construya otro templo a Osiris por la pureza del agua!
Fue entonces que un extraño sonido llamó la atención del faraón. Era como un zumbido...no...era más como un siseo! Algo tembloroso, Yami volteó para ver a una cobra egipcia mirándolo en posición de amenaza. Atemorizado ante esto, el faraón empezó a alejarse lentamente del animal, pero por más lento que se movía, la serpiente parecía seguirlo. Aterrado, Yami intento una rápida huída, pero sin notarlo, su capa se había quedado prendida a uno de los arbustos provocando que el faraón cayera de cara al suelo. Se levantó lo más rápido que pudo y trato de liberarse; mientras tanto, la cobra se acercaba cada vez más y más.
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Yugi estaba caminando lentamente, arrastraba sus pies en la arena, levantarlos era muy agotador. De pronto, algo llamó su atención. Era como un murmullo y venía de entre varios arbustos. Moviéndose con cuidado entre ellos, Yugi logró divisar una imagen preocupante. Un joven se había quedado atrapado en los arbustos y una cobra que parecía estar lista para atacar se le estaba acercando. Yugi sabía que esas eran muy malas noticias para ese chico. Un cobra egipcia puede matarte con una sola mordida en menos de dos horas, y definitivamente no sería una muerte muy agradable!
Yugi miró al chico a la cara, era obvio que el muchacho no lo había visto, sin embargo, pudo ver bien su rostro de terror. El muchacho era muy parecido a él mismo, por ello se sintió muy mal por él, es decir, si él estuviera en su lugar desearía que alguien le ayudase, aunque sería muy probable que nadie lo hiciese. Olvidando eso, Yugi miró a todos lados y pronto vio lo que necesitaba: una rama de un arbusto espinoso caída. La tomó en sus manos, ignorando lo más posible el dolor que algunas púas pequeñitas le causaron, y con todo su valor, saltó de entre los arbustos y quedó detrás de la serpiente.
-AH!-gritó llamando así la atención de la cobra-me ves?...ven aquí!-dijo dándole con una piedrecilla e incitándola a acercársele.
-Uh?-se preguntó Yami al ver a este chico haciendo eso. "quién es él?...esta ayudándome?...acaso sabe quién soy?...eso debe ser..."se dijo así mismo mientras miraba al chico atrayendo al animal hacia él.
Yugi estaba nervioso, nunca en su vida había enfrentado a un animal tan potencialmente mortal. Fue entonces que la cobra se preparó para atacar, irguiéndose altamente y dando rápidos lances hacia Yugi, quien los esquivaba pobremente. Fue entonces que usando toda su fuerza y la rama que traía, le dio un fuerte golpe en la cabeza. La cobra quedó algo atontada con el golpe, luego miró al chico que agitaba la vara y en vez de atacar, se retiró pacíficamente del lugar.
-Niño...estas bien?-preguntó nerviosamente el faraón.
Yugi levanto la mirada hacia el sujeto, dio una sonrisa y luego se dejo caer sentado en el suelo.
-SI...solo algo agitado señor-dijo recobrando su aliento.
-NO sé como agradecerte tu ayuda pequeño-dijo acercándose hacia él.
-Bueno...tal vez podría agradecerme teniendo más cuidado...-dijo mirándolo, Yami se sorprendió-se nota que no suele venir por estas zonas. Cerca del río habitan las cobras acechando por los pozos... debe tener mucho cuidado la próxima vez-dijo tratando de ponerse de pie, pero los nervios se lo impedían-disculpe...me da una mano?
Yami miró al pequeño con una mirada incrédula "es que acaso no sabes quién soy?...no puede ser cierto..."
-Disculpa ...niño...no sabes quién soy?-preguntó inquieto.
-Uh?... debería saberlo?-preguntó inocentemente- La verdad es que no lo conozco...oiga puede dejar lo de niño? Ya tengo mis buenos quince años, no soy un niñito-dijo algo fastidiado.
-Oh...disculpa-con eso Yami le dio una mano para ponerse de pie.
-Gracias-dijo Yugi.
Luego de soltarle la mano Yami sintió algo en la suya, era sangre. Alarmado tomó la mano del chico en la suya y vio como tenía pequeñas heridas en ella, mientras tanto Yugi lo miraba algo nervioso.
-Estas sangrando
-Oh esto-dijo Yugi mirando su mano-creo que no tuve mucho cuidado con la vara... descuide, estoy bien- completo alejando su mano de la de ese extraño.
-Tranquilo, no voy a hacerte daño si eso te preocupa-dijo Yami notando el rostro algo intranquilo del chico-ven!-lo jaló hasta el pozo donde aun quedaba algo de agua en el cubo. Vaciando un poco, limpió la mano de Yugi. Luego tomó un pañuelo que traía consigo y lo amarró en su mano-Listo, con eso bastará.
Yugi miró su mano y luego miró al extraño. Por primera vez desde que había llegado a Egipto, un ser humano como él estaba siendo amable y piadoso. Yugi le sonrío.
-Muchas gracias...um...
-Yami-respondió el sonriente faraón.
-Muchas gracias Yami-dijo Yugi dandole un abrazo.
Yami se sorprendió mucho. Normalmente estaría prohibido que un aldeano tocara al faraón, y mucho menos abrazarlo, pero Yami se sintió extrañamente tranquilo con la demostración de afecto.
-De nada... disculpa...tu nombre es?
-Mi nombre es Yugi señor-dijo separándose.
-Yugi eh?...es un nombre muy agradable, te sienta muy bien.
-gracias, su nombre también le queda bien señor-dijo Yugi.
"Por qué me llama señor?...según dijo, él y yo tenemos la misma edad"
-Bueno, fue un placer-dijo Yugi inclinándose para retirarse, pero antes de que se fuera, Yami le sujeto de la muñeca.
-Oye, espera...
-Si?-dijo nerviosamente.
-Bueno...es que, como tu ya has dicho, no estoy muy familiarizado con estos entornos... ya que tu vives aquí, quizá podrías mostrarme algún lugar que valga la pena?
-Yo?...guiarlo?...
-Si...podrías?
-Bueno... si conozco un lugar especial, pero... pero es un secreto y no puedo llevarle...-dijo algo nervioso. No quería que nadie destruyese su lugar secreto.
-Y es muy agradable?-preguntó Yami con expectativa.
-Para mí si lo es, pero como ya dije...
-Llévame!-dijo Yami muy entusiasmado.
-pero...ya le dije que no puedo!-dijo alarmado.
-OH! Por favor! Quiero conocerlo, si hay lugar tan especial en Egipto, entonces quiero verlo, no sé cuando pueda volver a venir y no quiero regresar a casa sin haber visto algo grandioso de esta tierra!
-Pero...-Yugi estaba dudoso.
Yami vio que no podría convencer fácilmente al muchacho, así que usó lo último que se le ocurrió, buscó en su túnica y sacó algo.
-Te pagaré!-dijo mostrando dinero en sus manos.
-Pero...-En ese momento Yugi volteó y vio las manos de Yami-ME PAGARÍA CON ESO?-dijo alarmado. En las manos de Yami habían tres monedas de oro sólido.
-No basta?-dijo mirando, entonces busco más-Con esto bastaría?-dijo agregándole otras dos monedas más.
Yugi casi se cae de espaldas. Ahí en frente de él, había un hombre que estaba dispuesto a pagarle más oro del que había visto en toda su vida y únicamente tenía que llevarle a su lugar secreto.
-Esta seguro de eso?-preguntó pensando por un instante que era una broma.
-Completamente. Si tu me llevas, yo te pagaré estas cinco monedas de oro-dijo sonriéndole-entonces...tenemos un trato?-dijo guardando el dinero de nuevo.
Yugi lo pensó un poco. Esta era una oportunidad de una vez en la vida. Esta era la oportunidad de salvar su vida... de comer verdadera comida, de recibir ayuda...simplemente, por más que amaba su secreto, no pudo ponerlo encima de su supervivencia.
-Trato-dijo dandole la mano a Yami.
Ooo
Dark: Bueno, esto se pone mejor... espero que les gustara...
Nico: Y si no les gusta, bueno, entonces de seguro eso no te lo esperabas...
Dark: gracias Nico...¬ ¬''
Nico: Di nada n.n!
Nico/Dark: Hasta la próxima!
R&R
