Danza de Fuego:

Capítulo primero-Leyenda muerta.

"La habían llamado como a una antigua divinidad: Freya, diosa del Amor.

Y era eso lo que parecía cuando, con su melena de fuego al viento, bailaba en los escenarios de Comodo.

Había tenido algo especial: quizá sus ojos dorados, quizá su radiante sonrisa, quizá su amor por la danza, pero, cuando bailaba, nadie podía apartar los ojos de ella.

También se recordaba su habilidad en el arte de la lucha, tanto con arco como con látigo; hasta el punto de afirmarse que sus enemigos morían extasiados por su belleza.

Tal llegó a ser su fama que gentes de todo el mundo acudían a verla bailar, admirados unos, desdeñosos otros; pero todos concordaban después de verla en que su danza era algo excepcional, un regalo de los mismísimos dioses.

Ella nunca había rechazado una oportunidad para bailar, aceptaba todas y cada una de las melodías que los bardos componían para ella, y todas y cada una las interpretaba bien.

Esa era Freya: la admirada, la adorada, la envidiada; la que forjó la leyenda.

Una leyenda que se quebró como un bello cristal en una sola noche.

Cuentan que un día, en el que su danza era más bella que nunca, el local en el que actuaba comenzó a arder, y el público, absorto en el baile de la muchacha, fue consumido con una sonrisa maravillada en el rostro. La única que, inexplicablemente, salió ilesa del terrible incendio fue la propia Freya.

Pero, desde aquel momento, su leyenda murió: en necesidad de buscar un culpable, todos giraron los ojos hacia la bailarina, acusándola de haber hipnotizado al público, y, por lo tanto, haber causado su muerte.

La tacharon a ella de embaucadora; a su danza, de venenosa.

Y aquello fue demasiado para ella. Freya, la diosa del Amor, se cortó su melena pelirroja y no volvió a bailar jamás, dejando pasar el tiempo mientras contemplaba con la mirada vacía las playas de Comodo"


Aquella historia, contada de boca en boca antes de que le leyenda se apagase, era lo que había hecho a Alan, entonces arquero, decidirse por una profesión.

La había visto bailar una sola vez, hace tiempo, y no podía permitir que su danza se extinguiese: debía componer para Freya.

Crear una melodía que fuese para ella, que captara su esencia y sus sentimientos y los mostrase al exterior; algo que ella pudiese bailar, ella y ninguna más.

Por eso cruzó el mundo en dirección a Comodo, la ciudad que nunca duerme, a buscar entre las blancas playas a la sombra que había sido la bailarina más grande de la época.

Y allí la encontró, olvidada por todos como si se tratase de un juguete con el que ya el niño no juega por considerarlo ajado y antiguo; sentada sobre el pantalán, junto al mar, con los ojos dorados apagados y el pelo rojo cortado a la altura de los hombros en lugar de caer como una cascada de fuego por su espalda. Sin embargo, todavía conservaba parte de aquella belleza suya de antaño: los rasgos de una triste estatua de alabastro mirando al mar en busca de un barco perdido años atrás.

Y desde el momento en que la vio de nuevo, Alan supo que necesitaba poner música a aquella historia, para que aquella bailarina se levantase y recuperase su fuerza perdida.

-¿Eres tú la bailarina Freya?- preguntó.

Ella se volvió, escrutándole con sus ojos ambarinos para luego esbozar una sonrisa amarga al reparar en sus ropas.

-Un bardo… ¿Qué quieres?

-Debería ser obvio¿no?

Freya negó con la cabeza, volviendo la vista de nuevo al mar.

-Yo ya no bailo- murmuró- Deberías saberlo.

-Eras una leyenda- replicó Alan, sentándose a su lado.

La bailarina volvió a esbozar su mueca amarga.

-Mi leyenda murió, y yo con ella- dijo- Perdí mi público, mi danza y mi espíritu. Aunque siga aquí, en realidad yo morí hace dos años, la noche del incendio.

-Querrás decir que te dejaste matar- repuso Alan- Podrías haber replicado las acusaciones y haber continuado bailando. Las voces hubieran acallado enseguida, y tú…

-Yo ya no bailo- repitió Freya- Porque mi danza hace daño a la gente.

Después se levantó y se alejó, perdiéndose en la ciudad como un fantasma de pelo de fuego.


Notas de la autora:

Holaaaaa . Esta es mi nueva historia, que ire publicando a la vez que mi Fan Fiction principal, Cicatrices, que tambien esta publicado en esta web.

En primer lugar, para los que me seguis del otro fic, quiero anunciar que Cicatrices sigue siendo mi prioridad, como ya dije en las notas de alla, y que no se publicara mas despacio porque tambien este subiendo capitulos de Danza de Fuego, sino que seguira a su ritmo normal (ya de por si lento xD)

Este fanfic lo publico como un descanso, y como historia corta, ya que quiza alguien deje de leer Cicatrices porque ya va 21 capitulos publicados y sigue U Sin embargo, esta historia tiene varios puntos en comun con Cicatrices, como el parecido fisico entre Freya, la protagonista de Danza de Fuego (DdF, para abreviar) y la mala de Cicatrices, Izayoi Tsukasa. Como a los que no leais el otro fic no os interesara, para los que quieran enterarse, algunos datos estan publicados en el capitulo 21 de Cicatrices (Izayoi)

No obstante, el comienzo de DdF ha sido mas pesado que el de Cicatrices, en el que la accion comenzaba muy deprisa y enganchaba con mas facilidad. Esta obra es mas tragica, por asi decirlo, y habla mas de deseos y sueños que de aventuras (por eso tambien es mas corta) Se que este tipo de fics, al ser mas dificiles de leer y contar menos cosas, tienen menos exito, pero aun asi queria probar a publicarlo a ver que os parece.

Weno, y para los que no lo sepan, Freya esta basada en otro personaje mio (solo el comienzo de su historia y su nombre, ademas del hecho de que sea bailarina) asi que si la veis en alguna otra obra mia, ya sabeis, es, pero no es, la misma xD

Y ahora si, lo tipico:

Leed este primer capitulo y dejad reviews, que vuestra opinion me importa mucho, ya sabeis ;-)