He escrito varios fics, sin embargo es la primera vez que publico alguno. Esta es una idea que ha ido madurando a lo largo de... ¿diez años? y hasta ahora siento que la historia ha comenzado a tomar una forma un poco más seria (ya que al principio era extremadamente fan girl XD). Así mismo quiero agradecer a mi Editor en Jefe, el usuario AnotherAppleJuice (mi novio) por ayudarme cuando la musa simplemente decide desaparecer.

Espero de verdad que se sientan entretenidos por la historia que les comparto, gracias de antemano por darle una oportunidad a mi fic.

Beyblade es propiedad de Aoki Takao, y yo solo me baso en su gran obra para realizar un fic con fines de entretenimiento :)


Capítulo I

~ Un año antes del primer campeonato mundial de Beyblade. ~

Una mujer de unos veinticinco años se encontraba dentro de una habitación terminando de llenar un elegante baúl con zapatos muy finos los cuales eran de una talla muy diferente a la suya. La joven puso el cerrojo al baúl colocándolo de pie y sacándolo al pasillo, donde un hombre de tez blanca y cabello negro como la noche le preguntó si aquel era el último paquete, a lo que la rubia asintió y él procedió a cargarlo para llevarlo hasta el auto que esperaba afuera de los aposentos medievales.

Ambos pertenecían al grupo de empleados de servicio de la familia Jürgens, que seguían las órdenes del dueño de toda aquella herencia germana, el cual, ya era un excelente beyluchador, a pesar de que ese deporte oriental apenas se encontraba ascendiendo en popularidad a lo largo y ancho del mundo.

La mujer que había empacado los zapatos, vestía una blusa y una falda que le llegaba hasta las rodillas de color vino, y utilizaba un peinado muy bien ajustado en un moño alto sobre su cabeza. Sus zapatillas de tacón bajo del mismo color del conjunto comenzaron a resonar en el pasillo de una roca oscura pero cálida, tan antigua como la época de las primeras cruzadas. Sus pisadas se dirigían hasta una habitación al final del largo corredor, donde tocó la puerta antes de que una voz masculina le permitiera la entrada.

Adelante. – La puerta doble se abrió de par en par tras la respuesta del señor de aquel castillo.

Ya se encuentra todo listo señor. – Respondió la sirvienta.

Muy bien, te lo agradezco mucho Liesl, ella bajará en un momento. – Le indicó el anglosajón a la rubia quien tras una reverencia se retiró del umbral de la puerta.

La habitación era en realidad un estudio lleno de lujos pero conservando los detalles antiguos como una chimenea con un escudo de armas que resguardaba la imagen de un grifo. El joven de unos 16 años se mantuvo recargado contra la pared, esperando pacientemente a la damisela que se encontraba en el anexo de la habitación.

Ya he terminado de despedirme Robert – dijo una voz femenina que apareció dentro del estudio.

Esa delicada voz pertenecía a una chica de apenas 13 años recién cumplidos, quien vestía un elegante vestido blanco con algunos detalles en negro, el cual cubría en su totalidad sus brazos, y las rodillas, llevando zapatos de tacón negros. Sus cabellos eran del color de los frutos que dejaban caer los pinos que rodeaban el castillo y su mirada era del mismo matiz avellanado de Robert sólo que el de su hermano solía ser más amenazante, a diferencia del suyo que era gentil para cualquier persona que la mirara.

¿Segura? No hay problema si quieres tomar un poco más de tiempo, después de todo, no verás estos viejos muros por algunos años – Le aconsejó su hermano a lo que la chica negó con la cabeza y dibujó una hermosa sonrisa en sus labios.

Ya me encuentro lista para hacer justo lo que mamá y papá anhelaban, solo desearía haber podido despedirme físicamente con ellos. – Dijo con cariño la alemana.

Robert se alejó de la pared y colocó su mano derecha sobre el hombro izquierdo de la castaña, y ambos se sostuvieron la mirada por unos instantes.

Sabes que ellos siempre estarán contigo y ahora mismo se encuentran muy orgullosos de tu decisión Silke. – Le dijo el joven que a pesar de siempre mantenerse serio, guardaba calidez para dirigirse a su hermana menor.

Silke solo se apresuró a abrazar a Robert, ya que sería algo que no haría por algún tiempo. Pero segura de sí misma se separó tras unos instantes.

Muchas gracias. Bueno, creo que es hora de irme, por favor cuida del castillo, y mi habitación quiero que esté como está ahora mismo, y no dejes que tus amigos hagan fiestas salvajes mientras no estoy – dijo lo último de manera divertida para evitar derramar alguna lágrima de despedida.

Descuida, los tendré bien controlados, todos ellos te envían sus mejores deseos, en especial Johnny, creo que en realidad le gustas.-

Desde luego que no, yo considero a Johnny mi hermano pequeño – Dijo divertida la chica, hasta que una silueta de un hombre mayor entró a la habitación.

Señorita Silke, estamos listos para partir. – Anunció el mayordomo.

Gracias Gustav, por favor llévala hasta el auto – Pidió Robert

Desde luego que sí señor. –

En ese caso, nos veremos en tres años – Se despidió la chica con una sonrisa

Muy bien, estaré esperando por que vuelvas convertida en toda una dama, esfuérzate mucho y te deseo lo mejor. – Dijo el poseedor de la bestia bit familiar conocida como Gryffolyon.

Silke solo se despidió con un gesto de mano y salió por la puerta, siendo escoltada por Gustav hasta la entrada principal del castillo de su familia, una estructura que se hallaba de pie gracias al sacrificio y la valentía de generaciones de Jürgens que lo habían protegido hasta la muerte de toda clase de invasores. Eso era lo que ella necesitaba ahora, poder responder a sus ancestros con la misma moneda, la valentía. Le echó un último vistazo al hogar que tenía antes de subirse a la limusina y decidió no mirar atrás para evitar sentir esa melancolía que quería salir en forma de lágrimas cristalinas.

Hasta luego señorita, esperaremos con ansias su regreso – Dijo Liesl con la voz algo quebrada, ya que había estado toda su vida al servicio de Silke, desde que solo era su compañera de juegos hasta ahora que era su asistente.

Descuida Liesl, escribiré e-mails cada vez que pueda, lo prometo. –

¡Algo más! – Liesl sacó algo envuelto en un pañuelo y lo puso en las manos de Silke – No debería dejar esto aquí, estará mejor con usted, no lo abra hasta que se vaya.

Gracias Liesl, eres tan buena conmigo. – Dijo Silke sonriendo, aquello que le había entregado consiguió calmar sus nervios. – Hasta pronto Gustav, cuida de mi hermano.

Lo haré señorita, que tenga un buen viaje. – se despidió el anciano.

La limusina arrancó y el viento de un nuevo comienzo movió los traviesos cabellos de la segunda hija de los Jürgens, mientras ella distrajo su atención con aquel pañuelo que tenía entre las manos. Lentamente desenvolvió el pequeño objeto y una cadena con un pendiente poco convencional surgió, lo que emocionó a Silke, haciéndola sentir que solo sería por un corto tiempo y que todo el esfuerzo valdría la pena. Alegre abrió la cadena y la colocó alrededor de su cuello, escondiéndolo entre sus ropas, traerlo puesto le daba la fuerza que le faltaba para enfrentar aquella distanciada separación.


Este primer escrito es solo la introducción de mi OC, que será uno de los personajes principales de la trama que nos espera en los siguientes capítulos, los cuales espero publicar constantemente, por que me he emocionado mucho con mi primer fic online. Muchas gracias por leerme.