Hola que tal, aqui está el tercer capítulo de "Negocios y Beyblade". Esta lectura es un poco más larga que las anteriores, pero resultaba difícil separarla en dos capítulos, así que espero que la disfruten. Muchas gracias nuevamente a Shadow Tamer Black por sus amables reviews, espero que este capítulo cumpla con tus espectativas :)


Capítulo III

Silenciosamente el elegante vehículo llegó hasta donde los G-Revolutions lo aguardaban. El auto dio un giro amplio unos metros antes de donde el grupo se encontraba para dejar la puerta trasera justo frente a ellos. En la parte frontal el chofer, un joven de cabellos negros perfectamente bien recortados se bajó para aproximarse hasta ellos y abrir la puerta.

- Bienvenidos sean a la fortaleza Jürgens, mi nombre es Gottfried y seré su chofer, por favor señorita, caballeros. – Dijo amablemente con un marcado acento mientras abría la puerta para que los invitados subieran.

-¡Oh sí! ¡A esto es a lo que yo llamo estilo! – Exclamó Tyson antes de entrar a la limusina robándole a Hilary el primer lugar.

- ¡Oye genio! ¡Las damas van primero! – Reclamó Hilary ante el comportamiento de Tyson.

- ¡Tal vez, pero definitivamente el campeón mundial va antes que todos! – Respondió sin importarle.

Todos subieron a la limusina divertidos de ver como Tyson y Hilary no paraban de discutir, seguro ellos terminarían casados o algo así. El espacio dentro del automóvil permitía que los siete pasajeros pudieran ir cómodamente sentados sobre los oscuros asientos de piel. Max, Ray y Kai iban sentados al contrario del chofer, mientras que Tyson, Kenny, Daichi y Hilary iban con la vista al frente. Gottfried se subió al auto y lo encendió, para comenzar el ascenso al castillo de Robert. Era imposible ver nada que no fueran troncos de árboles y el follaje de los pinos que habitaban toda la fortaleza. Un hambriento Tyson comenzaba a desesperar, y lo demostraba moviendo la planta de uno de sus pies. Para su suerte, el recorrido duró apenas cinco minutos, y cuando la gran maraña de árboles dejó de verse, solo los muros antiguos de roca del hogar de Robert se apoderaban de la vista de cualquiera. La limusina se detuvo a un costado de una gran fuente con un grifo del cual brotaba agua desde sus alas, lo que ocasionaba un efecto mágico en el ambiente ya que algunos diminutos reflectores apuntaban al animal de mármol, mientras el sol continuaba poniéndose por encima de los altos pinos. El chofer se aproximó a la puerta trasera de la limusina y la abrió para que los G-revolution bajaran del auto para dirigirse a la entrada del castillo.

-¡Muy bien! ¡Estamos de vuelta! – Se apresuró a decir Tyson con gran entusiasmo, al reconocer la entrada principal, que era una gran puerta de madera roja con adornos en metal.

- ¡Oh! ¡Pero que castillo tan enorme! Jamás había estado frente a uno, pero apuesto que es de los más grandes que hay. – Dijo Hilary muy asombrada.

- Y… ¿cada una de esas ventanas es de una habitación? - Preguntó Daichi un tanto temeroso.

- Ya lo verás Daichi, yo seré tu guía, conozco todo el castillo como la palma de mi mano – Se ofreció el campeón mundial.

-Pero Tyson, solo hemos estado una vez aquí, además no es de buena educación – Replicó Kenny ante las propuestas de su amigo.

- ¡Jefe! ¡Por esos comentarios la gente siempre piensa mal de mí! – Fingió un herido Tyson.

La discusión se vio terminada cuando la puerta de madera del castillo se abrió revelando a Gustav, el anciano mayordomo de Robert, tan bien uniformado con su smoking como siempre, hizo una ligera reverencia y dio la bienvenida al grupo.

-Buenas noches, mi señor los estaba esperando, por favor, síganme, los llevaré hasta el salón comedor. – Gustav dio la vuelta y comenzó a caminar esperando ser seguido por los jóvenes.

- Nunca cambies Gustav, esto me encanta, ya puedo oler la cena – Dijo un contento Tyson.

- Jaja, nunca le da vergüenza hablar de comida ¿verdad? – Preguntó Max a Ray quien solo se limitó a reír.

El nuevo camino que recorrieron se encontraba rodeado de pinturas de arte que decoraban los muros perfectamente pintados de tonos pastel. Tyson creía reconocer el camino, pero sin duda era un auténtico laberinto por lo que Kenny decidió sujetarlo del brazo para evitar que ocasionara alguna travesura o pudiera herirse perdiéndose y cayendo en alguna trampa como la última vez.

Al fin llegaron a una puerta doble con adornos en oro, donde Gustav llamó a la puerta, la cual de inmediato fue abierta por un par de sirvientas que usaban un uniforme color vino, y dieron la bienvenida al mayordomo y sus acompañantes. Detrás del umbral de la puerta, la vista era para deleitarse, con diversos platones que contenían todo tipo de sopas, carnes, ensaladas y una gran variedad de panes para acompañar. Tyson de inmediato rebasó a Gustav para poder servirse de todo antes que el resto de sus compañeros, sin embargo, un carraspeo lo detuvo en seco.

-¿No piensas saludar antes de comer? Yo diría que vienes a visitar a la comida y no a mí. – Dijo la inconfundible voz de Robert, que yacía sentado en un cómodo sillón frente a la chimenea, con Johnny, Oliver y Enrique con miradas cómplices en dirección al glotón de Tyson. –

-¡Robert! ¡Chicos! ¿Viejo, como han estado? El señor Dickenson nos mostró los diseños de los nuevos estadios que hicieron para el torneo, todo quedó genial. – Por un momento Tyson se olvidó por completo del banquete, lo único que amaba más que la comida era el beyblade.

- Estamos más que preparados para dar inicio al nuevo torneo europeo, este año tenemos más equipos inscritos para las preliminares, lo que promete que habrá una gran masacre de beyblades antes de conocer a los equipos que se enfrentarán a lo largo del evento. – Dijo Robert malicioso al levantarse de su confortable sillón para estrechar la mano de Tyson.

- Si, este año los Majestics llegarán a la final, nada personal Kai – Agregó Johnny refiriéndose al ruso que se limitó a cerrar los ojos y dibujar una sonrisa retadora.

- Yo quiero nuestra revancha Oliver, recuerda que aquella vez quedamos empatados – Se aproximó Ray hasta donde se encontraba Oliver para estrechar la mano del francés.

- Espero que tu técnica haya mejorado, porque Unicolyon no es el mismo de antes – Respondió el tercer Majestic ante el desafío del chino.

- Y estoy seguro de que este año nos podremos enfrentar Enrique, quiero probar la defensa de Draciel contra Amphilyon – Saludó amistosamente Max

- Por supuesto, pero debes saber que mi bestia bit está ansiosa por luchar contra equipos americanos – Correspondió el saludo el italiano. – Por cierto, ¿quién es esta belleza que los acompaña? – Dijo Enrique al notar a Hilary, a quien se le acercó como solía hacerlo con todas las chicas bonitas – Hola, soy Enrique Giancarlo, es un placer, ¿no te gustaría ir a pasear conmigo en mi yate? – le preguntó tomando su mano derecha para besarla.

- Ah, este… - La chica se sonrojaba ante el comportamiento tan seductor del rubio –mi nombre es Hillary Tachibana, mucho gusto… -

- ¡¿Oye Enriquito qué haces?! – Interrumpió Tyson interponiéndose entre el italiano y la japonesa.

- ¿Qué? Oh, lo lamento Tyson, no sabía que era tu novia, en fin, discúlpame – Se excusó Enrique.

-¡¿Qué?! ¡No es mi novia! ¡Solo te estoy protegiendo de ella, es mandona, gritona y…! – Tyson calló de inmediato al ser golpeado en la cabeza por Hillary con su bolso de mano.

- Eres un desconsiderado Tyson, mira que hacerme quedar mal delante de gente tan bien educada, tal vez deberías aprender de ellos – Bufó la castaña

- El único gritón aquí eres tú Tyson – Completó Daichi

- Hey, tranquilos chicos, permítanme hacer las presentaciones – Se ofreció Kenny - Hillary, Daichi, les presento al equipo de los Majestics, son viejos amigos, y son poseedores de las bestias bit más antiguas de todas. Robert, Johnny, Oliver y Enrique, ellos son Hillary, la asistente de nuestro entrenador, y Daichi, la pareja de Tyson en el mundial pasado.-

- Mucho gusto, gracias por invitarme – Dijo Hillary juntando las manos a los costados para hacer un saludo estilo japonés al equipo Majestic.

- Y mírenme bien, yo seré el nuevo campeón mundial, así que duerman con un ojo abierto a partir de ahora. – Se presentó un confiado Daichi.

- Jeje, tienes el mismo temperamento que Tyson pequeño, ya veo porque fueron el equipo vencedor; y mucho gusto señorita, se ve que ha hecho un gran trabajo apoyando a Tyson para que mejore día con día, esperamos que su estancia con nosotros sea agradable. – Habló Robert por todos los europeos. – Bueno, y ahora, porque no pasamos a la mesa y platicamos del torneo, para que puedan ir a descansar y mañana temprano aclararemos sus dudas, ¿qué opinan? –

- ¡Por supuesto! ¡Creí que nunca lo dirías! – Ansioso Tyson se dirigió hasta la mesa para que todos lo siguieran.

La mesa era rectangular, Robert se sentó a la cabeza, dejando que los Majestics y Kenny se sentaran de un lado, y el resto de los BBA Revolutions del contrario. La velada transcurrió con tranquilidad, Tyson no paraba de probar cada platillo, mientras que Robert se dedicaba a explicar las reglas del torneo.

-Debido a que la temática de parejas de equipo del año pasado fue un gran éxito, decidimos junto con el señor Dickenson que este año habría un evento especial de tríos, lo que haría al juego mucho más competitivo al tener a seis beyluchadores en el plato. –

- ¡Vaya! ¡Así que tres contra tres! – Se impresionó Ray al notar la complejidad en aquello.

- Por supuesto que de las cinco rondas que hay en el torneo antes de la final, solo dos serán con esta modalidad, ya que sabemos lo importante que es para los beyluchadores como individuos probarse a sí mismos, sin embargo, esas rondas ternarias darán el triple de puntos, lo que podría conllevar a que algunos equipos que lleven un marcador bajo, puedan subir o viceversa, si sus habilidades como grupo son malas, podrían caer hasta la última posición. – Reveló Oliver.

- No esperaba ese tipo de temática, tendré que hablarlo con mi mamá, para poder organizar la mejor terna posible en el equipo PPB All Starz – Dijo un pensativo Max.

- Es interesante, al tener tres jugadores, controlar la estrategia será más difícil, en equipos grandes como el de Max la táctica podría cambiar de un juego a otro. – Observó Kenny.

- Esa es la idea, aunque claro, los miembros de los equipos deberán confiar totalmente uno en el otro, es algo en lo que hemos estado trabajando desde nuestro encuentro, por lo que deberán tener cuidado con nosotros.- Mencionó Johnny tras darle un trago a su bebida.

- Y la modalidad en los otros tres encuentros, ¿cómo será? – Preguntó Hillary.

- Las batallas individuales serán jugadas en tres asaltos, los mejores dos de tres ganan, pero la idea del torneo es que se registren los dos jugadores que elija el equipo como representantes, los cuales serán fijos y un tercero que podrá jugar dependiendo de la estrategia del equipo para alguno de los tres rounds. – Aclaró Enrique.

- Así que básicamente habrá que volver a escoger una pareja, más un tercer jugador sorpresa – Declaró Kai finalmente.

- Wow, Kai habló, significa que esto estará interesante – Comentó Tyson emocionado.

- Bueno, creemos que sería mucho más interesante, el tener un jugador sorpresa podría cambiar las cartas sobre la mesa – Confesó Robert.

- Me gusta, eso le dará la oportunidad a todos de participar – Opinó Daichí mientras devoraba una hogaza de pan.

- Pero Tyson, Daichi, olvidan algo… los BBA Revolution solo son ustedes dos… Ray, Max y Kai tienen sus propios equipos, significa que nos faltaría un miembro. - Dijo un preocupado Kenny.

- ¡Es cierto! Wah… no lo había pensado, necesitaremos un tercer miembro, y no queda mucho tiempo, ¡a penas y una semana! – Se exaltó Tyson.

- Bueno, estoy seguro de que encontrarán al alguien, hicimos esto para permitir una mayor conexión entre los jugadores, y realmente lamentaría no poder enfrentarte en las finales Tyson, pero recuerda que tu primer equipo se unió en las preliminares del campeonato, así que no deberías tener problemas para conseguir a alguien más. – Le reconfortó Robert.

- Tienes razón, bien, no hay razón para no celebrar eso comiendo una vez más – Rió el campeón antes de tomar otra pieza de cordero asado.

- Siempre tienes mucha energía Tyson, eso es lo que me agrada de ti. Bien caballeros, señorita, creo que podemos pedir el postre, tras lo cual sería bueno que se fueran a descansar y a meditar la información que les hemos dado hoy, para discutirla mañana en medio del desayuno. – Terminó Robert antes de hacer una seña a una de las sirvientas para pedir que trajeran el postre.

A cada uno de los presentes se le sirvió un mini-gateaux, que es una elegante torta en miniatura, totalmente personal, decorada con perlas y papel de oro comestible sobre una base de pan de chocolate y frutos rojos. Acompañaron el delicioso postre con café o té, según lo prefirieran y finalmente, satisfechos, se levantaron para retirarse a descansar.

-Liesl, ¿pudieras llevar a la señorita a la habitación que se le preparó? – Solicitó Robert a la rubia.

- Desde luego que sí. Fäulein, si fuera tan amable en seguirme, la llevaré hasta su alcoba. – Dijo Liesl a Hillary quien se despidió de todos y siguió a la sirvienta.

- Buenas noches chicos, nos vemos mañana, muchas gracias por la cena, Robert – Dio Hillary antes de salir por la puerta.

- Corinna, Traudel, lleven a los BBA a sus aposentos, que se acomoden como lo deseen. – Ambas asintieron y abrieron la puerta para guiarlos a sus cuartos. – Duerman bien, mañana seguiremos con la charla. – Se despidió Robert, a lo que los otros agradecieron la atención y se dirigieron a los dormitorios.

Al llegar a las habitaciones, las cuales se encontraban por lo menos a seis metros de distancia entre ellas, una de las sirvientas les indicó que se separaran en dos grupos de tres personas, para tomar cada habitación, por lo que Tyson, Kenny y Daichi tomaron la primera, y Max, Ray y Kai la segunda. Tyson dio las buenas noches y metió a Kenny y a Daichi al cuarto de inmediato, ya que necesitaba comenzar a planear la estrategia lo antes posible con su actual equipo, para sacarles ventaja a los PPB All Starz, White Tiger X y Blitzkrieg Boys.

-¡De prisa chicos, debemos ver como quebrar a Kai, Ray y Max! – Gritó Tyson tras cerrar la puerta.

- ¿Pudiera ser mañana? Estoy muy cansado por el cambio de horario. – Dijo Daichi soñoliento.

- Si Tyson, deberíamos descansar, mañana lo discutimos – A Kenny le ardían tanto los ojos que ya se había retirado los anteojos para disponerse a dormir en una de las tres camas que les habían preparado.

- Oh… está bien, ustedes duerman, yo puedo deducir todo solo – Reclamó Tyson tras dejarse caer fastidiado en una cama para comenzar a roncar un par de minutos después.

-Mira, ya se quedó dormido, y ni siquiera se quitó la ropa… - Observó Kenny algo acostumbrado a ese comportamiento

En la otra habitación, Ray y Max se preparaban para dormir, cambiando su vestuario por el apropiada para descansar. Kai ya se había metido a la cama, y solo miraba al techo entretenido en sus propios pensamientos.

-Será muy interesante este torneo, estoy pensando en que Mariah querrá ser el tercer participante – Le comentó el chino al americano.

- Yo igual, creo que a Michael le agradará volver a participar como activo en el equipo, aunque no sé si Rick quiera volver a unírsenos, pero en todo caso será divertido. ¿No lo crees Kai? ¿Tú ya pensaste quien podría ser el tercer aliado? – Se dirigió Max al pensativo Blitzkrieg Boy.

- Esa es decisión de Tala – Se limitó a responder antes de cerrar los ojos y girarse al lado contrario para no tener que seguir platicando.

El rubio solo rió cómplice con Ray – creo que no quiere darnos pistas de su estrategia, ¿no te parece? – Concluyó Max

El castillo finalmente quedó en silencio, en el exterior, el sisear de los pinos al moverse con el fuerte viento que anunciaba la próxima entrada del invierno resoplaba en los alrededores. El ruido que para algunos sería tranquilizador consiguió despertar a Kai, obligándolo a levantarse para tomar un poco de agua de la mesita que había en el centro de la habitación que compartía con Ray y Max. Al parecer el cambio de horario había afectado a los que habían viajado desde el Japón pero ese no era su caso, por el contrario, no sentía sueño en lo absoluto.

Suspiró y se aproximó a la ventana aún con el vaso de vidrio, para dar otro sorbo mientras observaba la luna iluminando las puntas negras de los árboles que se movían en el bosque. De alguna forma se sentía emocionado por el día siguiente. Trataba de adelantarse a cómo sería la respuesta de Robert a la propuesta de su abuelo, y como tendría que responder él para no perder esa oportunidad de oro. Sabía que el alemán era un gran beyluchador, y era muy posible que también fuera un experto empresario, pero no mejor que él, de eso no había duda. Solo unas horas más y sería libre de tomar sus propias decisiones.

Apartada se sus pensamientos, una curiosa y diminuta luz llamó su atención entre los árboles. Parecían dos ligeros haces de luz que apenas se dejaban ver por entre el frondoso follaje. Lo más seguro era que fuera un auto entrando al castillo, lo que no era de su incumbencia por lo que dejó de prestarle atención y miró la luna nuevamente. Estaba decidido, nada podría salir mal. Dio el último sorbo, y se giró para devolver el vaso a la mesa para tratar de conciliar el sueño nuevamente.

La mañana llegó con el cantar de las aves que se adelantaban a la salida del astro rey. El castillo a pesar de ser silencioso y acogedor, parecía anunciar que el día recién empezaba. Las cortinas de grandes corredores y salones comenzaron a abrirse. Y un inigualable aroma a pan recién hecho comenzó a inundar las habitaciones de la parte sur de la fortaleza.

Kai, Ray y Max no tardaron en incorporarse, los dos últimos aún se sentían un poco cansados, pero nada que una buena ducha no les repusiera. En la habitación contigua sin embargo, la inquietud de Daichi y su sobra de energía, habían conseguido que el pequeño se quemara con el agua caliente, lo que ocasionó que corriera por toda la habitación despertando a Tyson con sus gritos, mientras Kenny estaba terminando de vestirse.

-¡Pequeño mono! ¡Mira lo que hiciste! Me despertaste con tu desastre, ¡has mojado todo el baño y encima te acabaste las toallas! ¡Ahora tendré que salir a buscar más! – Tyson se dirigió molesto hasta la puerta de la habitación.

El campeón mundial solo portaba unos calzoncillos que cubrían hasta la mitad del muslo, y abrió la puerta esperando encontrar a Corinna o Traudel para solicitar más toallas, pero para su buena suerte se encontró con otra sirvienta, a quien no había visto durante la cena.

-Buenos días – dijo amablemente la chica con una sonrisa ligera y con la mirada divertida al ver al campeón mundial solo con ropa interior.

-¡AH! Buenos días, jeje, oiga señorita… ¿cree que podría traerme un par de toallas? Verá, mi compañero de cuarto no tiene idea de cómo se deben usar, así que las ocupó todas y ahora no tengo nada para mí – se quejó cruzando los brazos sin importarle mucho su actual vestimenta.

- Por supuesto que sí, no se preocupe, enseguida se las enviaré – Respondió la chica

- Oh gracias, es genial esto de tener sirvientes – Dijo más tranquilo Tyson a la vez que cerraba la puerta dejando a la chica afuera con el encargo.

Una hora más tarde, todos se hallaban reunidos nuevamente en el salón comedor, esperando que trajeran el desayuno. Hillary, Kenny y Tyson platicaban animadamente con Robert, mientras que Ray y Enrique veían en una tableta fotografías actuales de los bey estadios en internet. Por otra parte, Daichi y Max leían los afiches que Oliver les mostraba de muchos jugadores nuevos que provenían de países que era la primera vez que jugaban en un campeonato de beyblade. Por su parte Kai y Johhny solo se miraban desafiantes sentados uno frente al otro en los sillones frente a la chimenea.

Finalmente, llamaron a la puerta, sin duda aquel era el desayuno.

-Adelante – Respondió Johnny al ver que Robert estaba demasiado entretenido para dar la indicación.

La puerta a pesar de todo no se abrió, y volvieron a llamar una vez más, por lo que un fastidiado Johnny se aproximó para abrirla.

-Adelante – Repitió al mismo tiempo que abría la puerta, cuando se sobresaltó y ahogó un grito que hizo que el resto de los presentes voltearan hacia la puerta, más sin poder ver más allá de la silueta de Johnny.

- Vaya, pero como haz crecido, ahora eres mucho más alto que yo - se escuchó una voz femenina sobre el corredor.

- No puede ser, esa voz es de… - Dijo un incrédulo Robert tras dejar la charla con Tyson y dirigirse hacia a puerta también.

- ¡Si… Silke! – Exclamó finalmente Johnny quien no acababa de creer lo que veía.

- ¡¿Silke?! – pronunciaron al unísono Oliver y Enrique quienes también dejaron lo que hacían para alcanzar a Robert en la puerta.

- Oh Silke, que gran sorpresa, creí que no llegarías hasta el inicio de la próxima semana, escuché del mal clima en Suiza y que no habría vuelos por lo menos en otros dos días, pero olvídate de eso, por favor pasa – Dijo Robert muy contento mientras tomaba a la chica de la mano para que entrara a la habitación.

Los BBA se quedaron mirando a la chica curiosos desde sus lugares, mientras Oliver, Enrique y Johnny la saludaban, era obvio que la conocían desde hacía mucho.

-Pero que agradable sorpresa Silke, eres como la cereza en un día que comienza perfecto, que gusto me da verte – Dijo Oliver besando el dorso de su mano derecha.

- Oliver, eres tan amable, no importa cuánto tiempo no nos veamos, siempre me sorprendes con palabras tan dulces.-

- Pero de que hablas, si te has puesto encantadora, deberías olvidarte de las reglas e Robert, y salir a conocer el mundo ahora que eres joven. – Mencionó un pícaro Enrique antes de besar su mano también.

- No podría hacer eso, va en contra de las reglas familiares, tú sí que eres un diablillo Enrique -

- Silke – Dijo Johnny tras besar su mano antes de decir cualquier otra cosa – Mi propuesta sigue en pie, cásate conmigo –

- Pero Johnny, me propusiste eso desde el décimo cumpleaños de Robert, siempre te dije que él te mataría, además, tu eres como un hermano para mí. – Aquello era como un flechazo en el orgullo de Johnny, aunque a juzgar por las risas de Oliver, Enrique y Robert, parecía ser una vieja broma entre los europeos.

Silke llevaba puesto un vestido de color rosa pastel, de mangas largas que cubrían hasta las muñecas, la longitud del vestido cubría a la altura de las rodillas, y tenía un cuello recto con holanes blancos a unos cuantos centímetros debajo del cuello. Sus cabellos castaños oscuro estaban trenzados por encima de sus orejas y se enlazaban en la parte trasera de su cabeza, dejando el resto de su cabello suelto.

-Bienvenida a casa Silke, quisiera presentarte a uno viejos amigos – Dijo Robert llevando hasta el centro del salón a la chica – G-Revolutions, ella es Silke Jürgens, mi hermana y…- Repentinamente Tyson interrumpió la presentación que daba el alemán.

-¡Oh! Pero Robert… ¿¡cómo puedes tener a tu hermana de sirvienta?! – Exclamó Tyson mientras señalaba con el índice al dueño de todo aquel lugar.

- ¿…Sir… – Sonó primero una voz francesa

-…vien… - Sonó una segunda voz italiana

-…ta…? – Sonó una última voz irlandesa mientras la mirada de Robert se transformaba en la del mismísimo Gryffolyon.

Los Majestic sin duda intentaban entender ese sustantivo que involucraba a Silke con Tyson. Incluso los G-Revolutions comprendieron que el jovencito había ido demasiado lejos al hacer esa denuncia sin pensarlo dos veces. Toda la sala parecía estar a punto de estallar al grito de guerra cuando la recién llegada blandió un abanico que llevaba en la mano derecha y lo puso delante de su rostro para evitar que se viera su boca al soltar una controlada carcajada.

-Este chico es muy divertido – continuo riendo con gracia – ya veo por qué es el campeón mundial, se requiere un poco de irreverencia para mantener un puesto así –

La sala nuevamente quedó en silencio sepulcral, donde la única divertida por la situación era la nueva integrante.

-Lo que sucedió es que llegué durante la madrugada, y cuando iba caminando por el corredor por la mañana, este jovencito salió pidiéndome toallas, yo le dije que se las enviaría, y me pareció muy gracioso verlo en boxers, así que no podía evitar ayudarlo. – dijo sonriendo ante la declaración del chico.

Fue entonces cuando Robert relajó su ceño fruncido y comenzó a reír también, seguido por los otros tres que cuando pensaron en Tyson pidiendo toallas en ropa interior les pareció que era algo muy cómico y de lo más común en la actitud del japonés.

De inmediato todo el ambiente se tranquilizó, y Hillary golpeó a Tyson en la cabeza como siempre.

-¿Saliste en ropa interior al corredor? ¡Que maleducado!- Dijo enfurecida.

-¿Yo? ¡Pero si fue culpa de este mono!- Reclamó Tyson mientras jalaba a Daichi de las mejillas para reprenderlo.

-¡Me duele! ¡Yo no sabía que el agua salía tan caliente! – Chilló el pequeño pelirrojo.

- Lamento el malentendido, pueden llamarme Silke, es un placer tener al campeón mundial en nuestra casa – Dijo la chica al aproximarse a Tyson que soltó a Daichi para estrechar su mano.

-¡Oh rayos! Lamento haberte confundido, el gusto es mío, no sabía que Robert tenía una hermana tan linda – Dijo Tyson disculpándose por todo aquel altercado.

- Gracias, aunque lamento no haberlos conocido antes, me encontaba terminando mis estudios en una escuela internado en Suiza, pero pude ver en la televisión cuando tu equipo derrotó al de mi hermano, tengo que agradecerte que los hayas convertido en un equipo, porque nunca escucharon mis sugerencias para ello – Relataba al mirar a los Majestics de ahora comparados con los de antes.

-Bueno, nosotros también aprendimos mucho de ellos, a propósito, este es mi equipo, Hillary, Kenny y Daichi. Y los demás son Ray, Max y Kai, cada uno pertenece a otros equipos, pero originalmente éramos los Blade Breakers.- Concluyó Tyson mientras los miembros de su equipo la saludaban desde lejos.

- Si, los recuerdo, han sido muy famosos. Pues me alegro de que estemos todos reunidos, me encuentro muy emocionada por el torneo que está por venir, así que les deseo la mejor de las suertes, aunque yo apostaría por que los Majestics ganarán – Dijo sonriendo

-Por supuesto que ganaremos, estas son nuestras tierras, así que deberán prepararse bien para enfrentarnos.- Dijo Robert muy confiado.

Al fin llamaron a la puerta, y esta vez era Gustav con el resto de la servidumbre trayendo platones tapados con el desayuno. A lo que todos pasaron nuevamente a la mesa para tomar el desayuno y seguir hablando del torneo. Esta vez la mesa se llenó totalmente, con Silke ocupando la cabecera del lado contrario de la mesa, teniendo a los lados a Johnny y Kai.

-Silke, ya estás enterada de la modalidad del torneo ¿no es así? – Preguntó Robert desde el lado contrario de la mesa a su hermana que comía un poco de fruta.

-Desde luego, leí cada panfleto respecto al torneo – Respondió la chica.

-Muy bien, entonces chicos, ¿alguien tiene alguna duda?- Cuestionó el anfitrión del campeonato.

Los G-Revolution se miraron entre ellos, al parecer todas las dudas que tenían solo odían ser resueltas con sus respectivos equipos.

-Yo solo quisiera saber dónde será la batalla de exhibición, ya sabes, la preliminar donde se seleccionarán los equipos. – Preguntó Tyson alzando la mano

-La ronda inicial será en Mónaco, ya me encargué de ello – Respondió Oliver.

-¿En Mónaco? ¿Acaso es aquel lugar lleno de casinos? – Se inquietó Hillary.

-Sí, ese mismo señorita, verá usted, la prometida de Oliver es la princesa de Mónaco, por lo que se eligió como el lugar sede para la inauguración de todo el evento, donde asistirán grandes aristócratas y patrocinadores de todo el continente para la noche de apertura. – Comentó Enrique entusiasmado.

-Wow, ¿te casarás con una princesa Oliver? Eso es como un cuento de hadas. – Tyson no pudo contenerse ante la noticia.

-Desde luego, en una semana más podrán conocer a la princesa Marie-Angelique Lemoine, su padre y el mío han realizado negocios desde hace muchos años, así que nuestro matrimonio no es algo de extrañarse. – Contestó Oliver.

- Pero aún son muy jóvenes para casarse, ¿no es así? – se sorprendió el más joven.

-La edad no importa cuando se trata de amor Daichi- Le respondió Oliver con gentileza.

- ¡No puedo esperar! Será una noche muy emocionante, conoceremos a nuevos bey luchadores, y sabremos quienes serán los nuevos equipos que participarán, ya quiero que sea la próxima semana – Decía un extasiado Tyson.

-Pues no deberías tomarlo con tanta prisa Tyson, te recomiendo que cuando vuelvan a casa se pongan a entrenar, porque de los equipos que consigan entrar al torneo, se le dará un punto extra a quien quede en primer lugar, y ese sin duda lo ganarán los Majestics, ¿no es así Silke? – Le dijo Johnny a la chica que estaba a su lado.

-Estoy segura que podrán ganar ese punto, tienen todo mi apoyo para ello – Celebró Silke alzando su copa con agua –

Todos cuchicheaban respecto a las sorpresas que el nuevo campeonato les brindaría, sin embargo esa era la menor de las preocupaciones de Kai, solo esperaba el momento apropiado para hablar con Robert.

El desayuno resulto ser muy ameno gracias a la convivencia de viejos y nuevos amigos, en el caso de Hilary, Daichi y Silke. Todos se encontraban satisfechos tanto por la comida como por las buenas noticias respecto a las reglas del torneo, y ellos tenían la suerte de ser amigos del anfitrión ya que habían recibido la información un par de días antes que el resto de los equipos. Cuando concluyeron, Robert le pidió a Gustav que llevase a todos al gran salón de música para que pudieran seguir conviviendo de forma más íntima en una cómoda sala estilo victoriana alrededor de un gran piano de cola, lo que resultó ser la señal para Kai, quien detuvo a Robert para que todo el grupo se adelantara al ingresar al nuevo salón.

-Robert, quisiera hablar contigo en privado, es sobre un negocio de mi abuelo Voltaire. – Dijo con la seriedad que lo caracterizaba.

-¿Un negocio? Vaya eso suena realmente interesante viniendo del Señor Hiwatari. – Robert se quedó ligeramente pensativo, ahora confiaba en Kai pero tendría que arriesgarse con el mayor de los Hiwatari. Lo meditó un momento y finalmente aceptó. – Está bien, vayamos a mi oficina privada.

Kai se sintió confiado, pues Robert había mordido el anzuelo más rápido de lo que él pensaba, sin embargo no esperaba lo que vendría a continuación.

Silke. –Pronunció Robert en dirección a la joven que ya se encontraba sentada escuchando entretenida el final de aquella historia que Tyson siempre contaba respecto a la guillotina que había burlado tres años atrás en aquel castillo.- Acompáñame. –

La alemana se disculpó con los presentes y se dirigió hasta donde la aguardaban Robert y un receloso Kai. Sin perder un minuto más, el anfitrión abrió la puerta y ofreció que Silke saliera primero, para luego seguir él y Kai.

Avanzaron por el corredor en la dirección opuesta en la que habían llegado al salón. El castillo mantenía las grandes alturas de los edificios de las eras medievales, pero los acabados eran nuevos, elegantes y modernos. Subieron por unas amplias escaleras de caracol que tenían ventanillas al costado del muro que daba hacia los terrenos boscosos de la fortaleza y que dejaba entrar haces de luz que iluminaban las oscuras escaleras. En el piso superior, caminaron unos metros más hasta llegar a una puerta de madera doble de color blanca, la cual Robert abrió para revelar una gran biblioteca, con un par de sillones lo bastante cómodos como para recostarse y leer tranquilamente. Avanzaron un poco más hasta una puerta en medio de dos libreros y debajo de la estatuilla de un grifo. Robert sacó una llave de su bolsillo y abrió el último acceso a su oficina privada.

Los tres entraron y se aproximaron hasta un gran escritorio de madera de caoba bellamente tallado, con algunos adornos en relieve que semejaban plumas. Robert se aproximó y retiró una silla para que Silke pudiera sentarse, tras lo cual él se colocó a un lado de la silla principal detrás del mueble y le ofreció a Kai el asiento contiguo a Silke.

El ruso se sentó. No estaba en sus planes que hubiera alguien además de Robert en la discusión, pero no podía hacer nada al respecto. Por su parte, Robert levantó el teléfono que descansaba sobre el escritorio e hizo un pedido algo inusual.

-Gustav, envía té para Silke en mi oficina, eso es todo. – Y colgó.

A continuación dio la espalda a los presentes para tomar un elegante frasco de cristal que había en la repisa detrás de su cómodo asiento con un líquido color ámbar. Se tomó su tiempo abriéndolo y tomando un par de vasos de baja altura pero del diámetro adecuado para degustar un gran cogñac con un añejamiento de 100 años por lo menos. Una vez concluida la tarea, cerró nuevamente el recipiente, colocó uno de los vasos frente a Kai y el otro delante de sí mismo; acertadamente llamaron a la puerta, la cual se abrió silenciosamente, dejando ver a Liesl, trayendo una charola con una tetera de porcelana blanca decorada con aves coloridas y una taza sobre un plato que hacían juego, los cuales puso sobre la mesa al alcance de Silke, donde sirvió un aromático té de rosas.

-Muchas gracias Liesl – dijo Silke cuando la sirvienta terminó de llenar su taza, así que tras una reverencia, ella se retiró dejando a los tres solos nuevamente.

Robert miraba a Kai y este le devolvía la mirada, mientras Silke solo levantaba su taza y bebía un sorbo en completo silencio. El señor Jürgens levantó el cogñac y tras una rápida degustación decidió que era momento de hablar.

-¿Y bien Kai, que asunto era el que deseabas discutir? – Preguntó tranquilo.

Kai miraba de reojo a Silke, sentía que debía tenerla vigilada, ya que ésta parecía ser una situación de dos contra uno, debía estar atento ante cualquier intromisión por parte de ella.

-Mi abuelo y yo deseamos la fusión de nuestras dos compañías, para desarrollo de una tecnología biomecánica con fines médicos, sin embargo requerimos de software, el cual quisiéramos que fuese de tu empresa. – Kai se mantuvo de brazos cruzados recargado en el respaldo de la silla, mientras su cogñac solo esperaba sobre el escritorio. - …Sin embargo, esto tendría la propuesta adicional de que tus productos pudieran entrar en Japón a través de nosotros y esperamos contar con tu apoyo para abrir las fronteras a nuestros bienes aquí en Europa.-

Kai concluyó con precisión, no había desperdiciado tiempo ni palabras en explicar su objetivo. Robert por su parte, bebió un poco más de su licor, para aclararse la garganta y responder ante aquella situación.

-Bueno, admito que esa es una propuesta bastante atractiva, y algo precipitada si me permites decirlo. –

-Lo sé, pero como sabes, los negocios en ocasiones son así –

Robert se limitó a hacer una mueca con los labios en sinónimo de aprobación, mientras la mirada de Kai se mantenía fría y alerta. El alemán movió el licor dentro del vaso haciendo pequeños círculos con la diestra, mientras meditaba un poco lo que le estaban ofreciendo. Pasaron algunos segundos y bebió otro poco del vaso para expresarse.

-Seré sincero contigo Kai, en realidad no lo haría, pero ya hace algunos años que nos conocemos, y te has ganado mi respeto, así que iré directo al grano. Actualmente hay otra oferta muy importante para Tecnologías Jürgen, y la fecha para cerrar dicho negocio se ha pospuesto hasta finalizar el torneo, dentro de un mes y una semana, pero admito que tu compraventa es tentadora, por lo que me encantaría revisar cada hoja del contrato.-

-Puedes hacerlo, las oficinas de mi abuelo están en Moscú, aún falta una semana para el torneo así que estoy seguro que podríamos resolverlo antes de su inicio. – Respondió Kai con total seriedad y paciencia.

-Como dije, me encantaría, pero ahora mismo me encuentro terminando los preparativos para el campeonato, por lo que mi agenda no me permitiría hacer esa clase de viaje, así que Silke irá a Moscú en mi lugar y decidirá que nos conviene más. –

Kai se sorprendió un poco, se delató alzando una ceja, mientras la chica dejaba la taza de té vacía sobre el plato y asentía sin reproche alguno a Robert.

-Se lo que estás pensando Kai, pero Silke es mi mano derecha, te aseguro que es mejor negociante que yo, no en vano pasó tres años fuera de los muros de este castillo, así que, por favor Silke, encárgate; estás al tanto del otro asunto, por lo que dejo en tus manos el destino de esta compañía, y que aceptes el negocio que consideres más conveniente. –

- Así lo haré, le diré a Liesl que haga los preparativos para salir lo antes posible, ya que debo estar de vuelta mañana para una cita que tengo con Angelique, a quien ya le había avisado que volvería anticipadamente. – Declaró con determinación la hermana de Robert.

- Bien, llévate a Liesl y a Gottfried para que el viaje sea más cómodo, Kai, ¿está bien si salen hoy mismo? –

- Por mi está bien, agradezco tu interés. – Concluyó la frase bebiendo de un solo trago el cogñac, y devolviendo el vaso seco al escritorio.

- Muy bien, en ese caso, todo está resuelto, así que ve preparando a tu equipo para el torneo Kai, supongo que nos veremos hasta entonces. – Dijo Robert dando el trago final a su bebida.

- Así parece – Respondió un serio Kai.

- Kai, nos veremos en el auto en una hora, iré a despedirme y por mis cosas. – Declaró Silke poniéndose de pie a lo que Robert y Kai un tanto cansado de las formalidades, se levantaron junto con la señorita.

- Hazlo, y por favor disculpa que en tu primer día libre te pida esto - Se disculpó Robert.

- No hay ningún problema, por el contrario, necesitaba algo de ejercicio fuera del internado – Dijo la chica antes de retirarse, seguida por Kai quien tan solo se despidió de Robert con un movimiento de la cabeza.

Silke atravesó la biblioteca seguida por Kai para volver al salón de música donde todos les esperaban. Ninguno de los dos cruzó palabra en el recorrido y entraron a la sala.

-¿Oigan, donde está Robert?- Preguntó Tyson.

-Él se encuentra revisando algunos documentos ahora mismo, pero no tardará en volver. – respondió la castaña oscura.

-Oh, esto de ser rico sí que debe ser agotador, en fin, porque no vienes Silke y nos cuentas sobre ti – animo Tyson.

- Lo lamento, pero yo también vengo a despedirme, tengo un asunto que atender, pero nos veremos para el día del torneo, entrenen mucho y buena suerte – Replicó Silke.

-¡Pero acabas de llegar! Robert no te da un día libre ¿cierto?- Dijo molesto Johnny.

- Jeje, no te preocupes, volveré mañana y podremos seguir platicando sobre lo que han hecho estos tres años.- Le tranquilizó la chica.

- En fin, que tengas un buen viaje Silke – Dijo Enrique al saber que no había más que hacer.

-Nos veremos en el torneo entonces- Se despidió Oliver.

-Desde luego que sí, nos vemos, hasta luego a todos– La chica levantó la mano derecha para retirarse y salir por la puerta en dirección a su habitación para acomodar su equipaje.

Por su parte Kai se aproximó hasta Tyson para avisarle que él también debía irse.

-Tyson, debo volver con mi abuelo, más vale que entrenes, nos veremos en una semana – Le dijo antes de darse la vuelta para retirarse.

-¡Oh no! Tú también nos dejarás, bueno, pero avísale a tus amigos rusos que este será nuestro torneo ¡¿eh?!- Gritó un Tyson animado a Kai que también abandonaba la sala.


El torneo está a una semana de dar inicio, mientras tanto Kai tiene un asunto pendiente con su abuelo, nos vemos en el capítulo IV.