Hola buenas noches, he aquí el capítulo 10, ya vamos actualizados y a muy buen tiempo, si no me equivoco tengo por lo menos hasta el capítulo 13, así que estas semanas avanzaremos más rápido. Querida amiga ShadowTamerBlack, muchas gracias por tu review, me alegra que te haya gustado esta primera noche, pero aún faltan 4 más :) por lo que habrá mucha más sangre en el futuro, y también conoceremos más a fondo al resto de los integrantes de los nuevos equipos. Respecto a Hilary, creo que ella tiene mucho corazón pero nunca se ha visto muy interesada en beybatallar, aunque lo tendré en cuenta para más adelante. Este capítulo nos hace retomar el tema principal del fic, así que espero que lo disfruten. Nos vemos pronto, y ¡Buena Lectura!.
- Capítulo X –
La fiesta de celebración del cuarto campeonato mundial era algo nuevo para todos los beyluchadores; sin duda, los europeos no habían reparado en gastos para pasar a la historia como uno de los mejores torneos del deporte. El festejo se desarrollaba dentro del elegante restaurante estilo neo-barroco del casino, con los muros cubiertos por un papel tapiz violeta y flores de Liz de un color mucho más oscuro debajo de una tenue luz cálida que junto con músicos que tocaban una tranquila melodía medieval, hacían de la reunión un momento ameno. En el extenso espacio se habían retirado todas las sillas, dejando solo mesas que presentaban un exquisito bufet con comidas típicas de la región de Monte Carlo, aves, carnes, pescados y mariscos en delicados canapés, bebidas de muchos colores en llamativos vasos y copas de siluetas elegantes, además de una fuente de deliciosos postres decorados con perlas de azúcar y hojas de oro comestible.
Era la oportunidad perfecta para que los jugadores socializaran entre ellos y los fanáticos VIP y algunos suertudos que habían conseguido ganar invitaciones al evento pudieran saludar y tomarse fotografías con los atletas. Las risas y los cuchicheos se escuchaban al compás de la cristalería fina haciendo brindis por todo el restaurante, aunque los personajes que más llamaban la atención eran Tyson y Daichí que corrían entre el bufet, tomando un poco de todo en una charola para no perderse de nada.
-¡Toma algunos de esos también! – Exigía Tyson al pequeño pelirrojo ya que su charola se encontraba totalmente llena.
-¿De estos que tienen tentáculos? – Preguntaba Daichí, señalando con el dedo de entre cientos de canapés de diferentes texturas.
-¡Sí, esos mismos! ¡Toma cinco por lo menos! – Ordenó el campeón defensor, mientras Hillary y Kenny no hacía otra cosa que mirar desaprobatoriamente el comportamiento de su equipo.
-¡Oye Tyson! ¿¡Si sabes que todo es gratis!? – Preguntó la castaña con sarcasmo mientras sostenía una copa alargada con una bebida rosada y un trozo de piña elegantemente cortada en forma de estrella en el borde.
-¡Ya sé, pero debo probarlo ahora, porque cuando traigan más quizá el sazón sea diferente y no quiero perderme de nada! – Argumentó Tyson, le costaba entender que Hillary no comprendiera algo tan simple.
-Tú y Daichí nunca aprenderán a comportarse– Suspiró Kenny tras darle una probada a su canapé de carnes frías añejadas.
-Dejen al campeón mundial en paz, creo que necesita recargar energías ya que le espera una difícil batalla para mantener su corona – Dijo una voz divertida que se aproximaba hasta ellos.
-¡Garland! – Saludó Tyson con la boca llena. – Te estaba esperando para conversar – Dijo tras haberse pasado el enorme bocado.
-Pero primero que nada, yo quiero saber porque tu equipo se redujo, ¿qué pasó con Ming Ming y Brooklyn? – Preguntó Daichí inquieto.
-Ming Ming tiene que dar un concierto en América mañana, así que solo vino a presentar el evento y se fue volando hacia allá. – Comentó Crusher.
-Debe ser agotadora la agenda de una súper estrella. – Supuso Hillary al ponerse en los zapatos de Ming Ming.
-¡Pero es tan talentosa! – Exclamó Kenny con las mejillas sonrojadas.
-Y Brooklyn dijo que deseaba tomarse un pequeño descanso del beyblade, quería probar cosas nuevas y encontrar talento en ellas. – Dijo sincero Garland, ya que le daba gusto que su compañero buscara desarrollar su talento en otro tipo de cosas.
-Pues me da gusto por Brooklyn – Comentó Tyson ante la noticia sobre el paradero del talentoso beyluchador.
-Por cierto Tyson, tu actuación fue buena en la ronda contra Latin Blast pero creemos que te urge un nuevo compañero. – Observó Mystel obviando lo que había sucedido que había dejado a los BBA-Revolution en la mitad de la tabla de posiciones.
-¡Oye! – Reclamó Daichí un poco molesto.
-No lo tomes a mal pequeño, ese engaño le pudo haber pasado a cualquiera. – Le dijo Crusher tranquilizándolo con respecto a Nikté.
-Los equipos nuevos tienen la ventaja del anonimato, pero ustedes ya saben cómo funciona el nivel competitivo, así que deben sacar ventaja de ello. – Agregó Garland mientras veía en dirección de Latin Blast que se encontraban del otro lado de la mesa de postres.
-Sí, lo sé. Hillary está hoy como suplente, pero quería saber si de hecho alguno de ustedes deseaba unírsenos. – Dijo pensativo el campeón mundial, ya que conocía la gran desventaja que tenía, porque en todos los equipos había jugadores de sobra, y en el suyo Kenny y Hillary no eran precisamente beyluchadores.
Los tres ex-jugadores de BEGA se miraron entre ellos, y luego Garland habló. – Lo sentimos pero nos consideramos un equipo, este año no pudimos prepararnos lo suficiente, pero el próximo todo será diferente, mientras tanto te deseamos la mejor de las suertes Tyson, y a ti también Daichí.
-Se los agradezco mucho, en fin, tendré que encontrar un fuerte beyluchador que no tenga equipo ni compromisos para unirse a nuestra causa… ¡y ya nos urge porque tenemos una semana para encontrarlo!- Exclamó con preocupación tras recapacitar que el tiempo se encontraba en su contra.
-Buena suerte con ello. Nosotros ya nos retiramos. – Dijo Crusher.
-Los estaremos animando desde casa.- Agregó Mystel.
-Hasta luego y gracias. – Dijo Daichí.
El trío se despidió con un gesto de mano y se alejaron en dirección a la salida, no sin antes ser detenidos por un pequeño grupo de aficionados que habían ganado sus entradas en diversos medios.
Por la fiesta, los anfitriones paseaban saludando a cada equipo, mientras que la princesa y su amiga hacían lo mismo acompañadas por una escolta de dos guardias con armaduras medievales; su trabajo era felicitar a cada grupo que había conseguido entrar al torneo.
El equipo de lo Blitzkrieg Boys no era el más divertido de todos, pero además de la comida, había otras razones para quedarse, como observar más de cerca a sus enemigos y el asunto que Kai tenía pendiente con su socia.
-Kai deberías comer algo, tanta bilis te hará daño. – Le dijo Tala despreocupado, en realidad le divertía ver al "señorito presumido" molesto, dado que él siempre parecía entretenerse en fastidiar al equipo con su extrema seriedad.
El bicolor no hizo caso, solo miraba a lo lejos a la hermana de Robert mientras saludaba con gran etiqueta al equipo australiano acompañada de la princesa.
-¿Creen que está enfadado? – Preguntó Bryan a Ian y Spencer con tono divertido.
-Furioso es una palabra más adecuada – Comentó Ian antes de beber un shot de vodka.
-No pierdan su tiempo molestándolo, sigamos comiendo – dijo Spencer sin hacer mucho caso a las reacciones de sus compañeros, naturalmente él se sentía incómodo con el tema, porque había sido derrotado por Mariah y Tala se había dado cuenta de ello.
De pronto, el andar de las dos damas con largos vestidos se dirigió en dirección a los rusos que solo se giraron para recibirlas.
-Buenas noches Blitzkrieg Boys, deseamos felicitarlos por su gran papel en esta noche, mi nombre es Silke Jürgens y ella es la princesa Marie-Angelique Lemoine, queríamos felicitarlos por su espléndida actuación de hoy, ambas estamos seguras de que llegarán a la final.
-Buenas noches, y gracias por la felicitación. – Correspondió Tala con el respeto necesario.
-Hum, ustedes no hablan mucho ¿verdad?- Observó Marie-Angelique a lo que el equipo ruso solo correspondió con el semblante serio de siempre.
-Para ser un beyluchador de clase mundial como ellos el hablar no es necesario en el plato de juego. – Le comentó Silke a Marie-Angelique tranquilizando un poco las cosas, ya que la rubia podía llegar a ser en ocasiones como esta algo malcriada.
El equipo ruso mantuvo su seriedad sin tomar como algo positivo o negativo la intención de Silke, a quien no le importaba la reserva de los rusos.
- ¿Podrían permitirme hablar con el joven Hiwatari por unos momentos en privado?- Solicitó con cortesía la castaña.
- Adelante. – Respondió Tala cerrando los ojos, sabía que Kai quería decirle unas cuantas cosas a la chica.
A su vez, Marie-Angelique algo temerosa ante la mirada del bicolor susurró a Silke algo que todos escucharon claramente.
-Silke, puedo enviar a uno de mis guardias contigo, este chico me da mala espina, parece un delincuente.- Dijo con seriedad a lo que los Blitzkrieg Boys quedaron impactados. Hablarle a Kai de esa forma cuando se encontraba molesto podía ser peligroso.
-Descuida, el joven Hiwatari es inofensivo. – dijo Silke con seguridad, lo que hizo reaccionar a todos los rusos con una carcajada que se esforzaron por enterrar exitosamente dentro de ellos.
Sin embargo el temperamento de Kai iba en aumento. La palabra "inofensivo" hacía eco en su cabeza con la voz de Silke. A pesar de todo siguió a la alemana hasta una terraza privada a unos metros de distancia donde las puertas de cristal permitían verles. Marie-Angelique miraba de arriba abajo a los Blitzkrieg Boys dudando que solo fueran beyluchadores.
Kai y Silke se encontraban en la gran terraza que daba hacia el jardín en forma de laberinto dentro de los terrenos del casino, el ruso no quería hablar, pensaba que Silke era una sínica al presentarse ante él de ese modo.
-Debo decir que fue una actuación extraordinaria la que diste, felicitaciones, ahora veo como llegaste tan lejos en el mundial pasado.- Dijo como un cumplido.
-Dijiste que nos veríamos en el torneo. – Respondió cortante sin quitar su mirada penetrante de ella.
-Eso dije y tengo noticias respecto a nuestro acuerdo, volveré con ustedes a Rusia mañana temprano para revisar y firmar los papeles que corresponden a nuestro contrato, como socios necesito que estemos ambos leyendo cada parte para evitar errores, así que nos veremos en el aeropuerto antes de nuestro vuelo.-
-¿Nuestro?- preguntó Kai molesto alzando una ceja.
-Sí, ya no hay más vuelos programados en los próximos cinco días debido a una tormenta que se avecina, pero le comenté al Sr. Dickenson y fue una suerte que entre sus lugares sobrara uno, así que me lo asignaron para apresurar las cosas y comenzar a fabricar el microchip que acordamos.-
La mirada de Kai se mantenía furiosa y Silke lo podía notar, por lo que prefirió no quedarse con la duda y preguntarle.
-¿Sucede algo?-Cuestionó con candidez.
-Dijiste que nos veríamos en el torneo. – Repitió tratando de hacerla comprender su punto. Finalmente Silke advirtió a lo que Kai se refería.
-Oh, ya veo. Lamento el malentendido, pensaste que yo también participaría. Lo siento pero me encuentro muy ocupada como para jugar beyblade. – Dijo tras un suspiro.
-¿Ocupada? Yo te veo aquí, da lo mismo que estés abajo o entre el público.- Le respondió obviando la lógica.
-De hecho no, ahora mismo llevo este vestido con fines de recaudación de fondos para la caridad, y en unos días, luego de haber firmado todo el papeleo de tus empresas, deberé ir a las plantas de ensamblaje para dar la orden de la nueva producción de los microchips. Como ves tengo una agenda algo ocupada, a diferencia de Robert que ya tiene una reputación en el Beyblade, yo puedo seguir con los negocios familiares sin que este torneo se interponga.
-El torneo es lo que menos me importa, no necesito derrotarte frente al mundo para demostrar quién de los dos es superior, así que mejor saca tu blade ahora mismo y terminemos con esto, prometo que no tomará mucho tiempo, no quisiera interrumpir tu apretada agenda.- Le dijo con sarcasmo.
-No jugaré contigo.- Respondió de inmediato.
-¿Acaso tras verme en el estadio te asustaste?- Dijo sonriendo de forma intimidante.
-Eres bastante fuerte pero en realidad solo te desafié porque de otra forma no hubieras accedido a darme el 60% de las acciones, además ya no tienes nada de valor para mí.- Confesó sin temor.
-Sorprendente… solo te importa el dinero ¿no?- Dijo Kai con un aire de burla.
-Esto es un negocio, no beneficencia, la relación que tengo contigo es estrictamente un negocio al cual ya le he sacado el provecho que necesitaba así que no veo la necesidad de batirme contigo nuevamente. – Silke aclaró todo el asunto que Kai tenía que tratar con ella. La mirada de odio por parte de Kai no faltó, más la serenidad de la alemana se hizo presente.- Aclarado eso, nos veremos a la hora de la salida del vuelo, disfruta del resto de la fiesta.-
La elegante hermana de Robert solo pasó a un lado de Kai volviendo al interior del casino, dejando a Kai más enfurecido que nunca, dando un golpe bajo a su orgullo, ya que cuando se vio derrotado por Brooklyn todo lo que pensaba era en destruirlo, pero esta chica solo lo hacía tener pensamientos homicidas.
-Todo está arreglado. – dijo Silke sonriendo a Marie-Angelique mientras la tomaba del brazo para despedirse del equipo ruso cuando se vieron alcanzadas por Kai y los Majestics que también deseaban saludar a los semifinalistas del año anterior.
-Tala, su victoria contra los White Tiger X fue sorprendente, es bueno saber que se encuentran en tan buena forma. – Felicitó Robert a su homónimo de los Blitzkrieg Boys. –
-Gracias. – Respondió con franqueza. – Ustedes no tuvieron muchos problemas con los australianos, pero ya llegará el momento de beybatallar. – Correspondió el pelirrojo.
-Sería la primera vez que nos enfrentamos, por lo que espero no me decepcionen. – Desafió el germano.
-Lo mismo digo, sería una pena eliminar a los anfitriones del torneo. –Confesó el pelirrojo sonriente correspondiendo el reto a Robert.
Ambos equipos se lanzaron miradas entusiastas. Como beyluchadores, no existía nada más emocionante que combatir con jugadores poderosos, en especial cuando nunca antes habían tenido la oportunidad de medirse entre ellos.
Antes de despedirse, Robert se enfocó en Kai quien se notaba mucho más serio que de costumbre.
-Buenas noches Kai, solo quería agradecer la magnífica oferta que nos hiciste, no creí que hubiera algún empresario tan "visionario" para proponer un porcentaje así, pero te aseguro que ambos resultaremos beneficiados, estoy convencido de que lograrás ser un gran sucesor de Voltaire. – Expresó Robert con tranquilidad.
Sin embargo la mirada de Kai se dirigió a Silke quien mantenía la suya contra él. Fue entonces cuando se dio cuenta de que ella no le había confesado a Robert como había obtenido el trato, y la miradita que la alemana le lanzaba lo amenazaba para no sacarlo a tema.
-En realidad Silke fue la gran arquitecta de este negocio, pero ya vendrán más y entonces haremos los ajustes necesarios. – Respondió el bicolor con una falsa sonrisa mientras lanzaba una indirecta a la hermana de Robert.
-Bueno, ya veremos que se puede hacer, si es que llegamos a ello. – Le contestó Robert con la misma empatía que Kai le presentaba. -Bien, sigan disfrutando de la noche caballeros, nos veremos en Escocia en una semana. – Se despidió Robert de Kai y los Blitzkrieg Boys. A continuación se aproximó hasta las damas seguido por el equipo.
-Quiero la revancha Kai. – Le dijo Johnny al pasar a un costado suyo sin obtener alguna reacción del ruso.
-Ya pueden retirarse. – Le dijo Marie-Angelique a su escolta. – Mi príncipe ya está aquí.-
La escolta se alejó y Oliver se aproximó a la belleza rubia tomándola por la cintura.
-Te extrañé. – Le confesó antes de besarla en la frente.
-¡Ah! ¡Estuviste majestuoso mon amour! – Le respondió la princesa abrazándolo mientras lo llenaba de besos en el rostro.
-Oigan, ¿porque disfrutan comer frente a los hambrientos…? - Inquirió Enrique bromista con los amantes fingiendo lamento.
-Oye, nada te impide ir a buscar a esa hermosa australiana, oh espera, ella es el enemigo, cuanto lamento tu amor prohibido. – Se burló Oliver tras lo cual besó el dorso de la mano de la princesa.
-Blah Blah, Enrique no estás aquí para enamorarte de las contrincantes, debes arrancarles el corazón para que podamos llegar a la final. – Intervino Johnny con rudeza apretando su puño.
-Vaya pero que romántico Johnny, conque así piensas a cerca de las chicas… - Intercedió Silke a su vez sonriendo.
-¡No Silke, no es lo que crees, yo solo hablo de que este tonto debe comenzar a pensar con la cabeza! ¡No todas las chicas son así!, eh verás… ah… ¡lo escuchaste fuera de contexto! – Respondió rápidamente a modo de disculpa consiguiendo hacer reír a todo el equipo cuando se quedó sin excusas.
- Robert. – Dijo Silke tras hacer una leve reverencia. – Enhorabuena por haber obtenido el primer lugar en la tabla de puntuaciones. Simultáneamente en tu batalla demostraste el poder de la familia Jürgens. – Congratuló con gracia.
- Te lo agradezco, haré todo lo posible por traer honor a nuestra familia. – Respondió aceptando el cumplido. – Apropósito, ¿Todo bien? – Preguntó Robert a su hermana.
-Desde luego, la fiesta es del agrado de todos los competidores, se les ve bastante complacidos, en especial el campeón mundial a quien aún no he ido a saludar. – Informó con una sonrisa.
-Nosotros tampoco, vayamos entonces. – Indicó dirigiéndola con la palma de su mano para que pasara antes que el resto.
Los Blitzkrieg Boys les vieron retirarse, para prestar su atención a la estrella del equipo.
-¿Y bien, que sucedió? - Preguntó curioso Tala, ya que supuso que no habría revancha.
-Es una maldita interesada, solo le importa el dinero.- Respondió frívolo tras comprender como le había jugado sucio sin informarle a Robert.
-No me parece tan interesada, de hecho creo que es bastante educada, podríamos decir que es mi heroína, ya que al fin alguien te puso en tu lugar.- Dijo Tala mientras despreocupado comía un canapé de cangrejo.
-Espero que te guste, ya que vendrá a la mansión con nosotros. –Comentó molesto a lo que Tala casi se atragantó con el bocado.
-¿¡Que ella va a qué!?- Preguntó Tala alarmado después de beber algo para aclararse la garganta.
-Lo que escuchaste, quiere firmar el contrato. – Dijo Kai cruzado de brazos mientras la veía receloso a lo lejos dirigirse con los BBA Revolution.
-Ahora si se pondrá peligroso el asunto. – Confesó su preocupación Bryan a Spencer e Ian en voz baja.
-No crees que él sería capaz de… - Insinuó Ian mientras pasaba su dedo índice dibujando una línea sobre su cuello.
-Si tuviera a Mariah cerca, yo lo haría. – Opinó Spencer poco convencido de sus palabras.
-¡Suficiente con sus burlas! – Les gritó Kai autoritario, ocasionando que Tala se pusiera a la defensiva.- No quiero que nadie se involucre con ella, no olviden que es la hermana de Robert y podría aprovechar la oportunidad para obtener información.
-Kai. – Pronunció Tala en un tono dominante, como cuando el lobo alfa se dirige a un invasor - Estás empezando a perder la cabeza, tu problema con Silke es ajeno al torneo, así que resuélvelo directamente con ella, nosotros no nos implicaremos. – Concluyó el pelirrojo molesto, ya que la actitud caprichosa de Kai cuando se trataba de la alemana comenzaba a disgustarle.
Por otra parte, el equipo de los Majestics y las dos señoritas se encontraron con el campeón mundial quien por fin había llegado a los postres.
-¿Buenas noches BBA-Revolution, están disfrutando de los pastelillos? – Preguntó Silke inundada en ternura al ver a Tyson y a Daichí con la cara llena de merengue.
-¡Oh! ¡Hola Silke! ¡Y los Majestics también! – Saludó Tyson limpiándose rápidamente con una servilleta.
-Despacio Tyson, no quisiéramos que murieras de un shock hiperglucémico antes de nuestro combate. – Le recomendó Enrique divertido.
-Lo lamento chicos pero necesito energía para poder derrotarlos con facilidad. – Respondió el siempre divertido Tyson.
-Lo que necesitas son buenos modales jovencito. – Regañó Marie-Angelique ante las risas de todos los Majestics.
-¿Y tú quién te crees que eres? – Retó Tyson a la rubia. – ¡Con o sin modales soy el mejor! – Dijo el japonés subiéndose el ego.
-Oye Tyson, yo también estoy aquí. – Le reclamó Daichí de mala gana quien ya comenzaba a cansarse de que su compañero se llevara todo el crédito.
-¡Y además te falta humildad! – Observó la chica nuevamente.
-¡Tranquilo Tyson! – Insistió Kenny a su amigo que comenzaba a ponerse rojo.
-Oh vaya, lamento mucho que Tyson sea tan maleducado, no es su culpa. – Dijo Hilary intentando poner orden.
-¿Y quién eres tu plebeya? – Cuestionó la ojiazul mirando de arriba abajo a la castaña. - ¿A caso eres su novia y por eso lo defiendes? – Insinuó con una voz melodiosa.
Hilary se puso totalmente colorada, era difícil distinguir si era porque Marie-Angelique la había llamado "plebeya" o "novia de Tyson".
Silke solo soltaba una risita discreta y decidió intervenir por el bien de la velada.
- Hilary, Tyson, Daichí y Kenny, permítanme presentarles a la Princesa heredera de Mónaco, Marie-Angelique Lemoine, ella es muy estricta en cuestión de etiqueta pero tiene un corazón de oro. – Dijo tras presentar a su amiga quien se seguía mostrando seria frente a los plebeyos como si esperara una reverencia de ellos. – Marie-Angelique, quiero que conozcas a Tyson y Daichí, los indiscutibles campeones del mundial pasado, Hilary es la jugadora suplente del día de hoy y Kenny es el armador del equipo. Debo agregar que el equipo de los Majestics fue vencido por este joven, así que se merecen nuestro respeto. – Le dijo a su amiga quien pareció haber cambiado su expresión pero solo un poco.
Tras la presentación Marie-Angelique tomó su vestido de los lados e hizo una rápida reverencia.
-Me da mucho gusto conocerla señorita, mucho gusto caballeros. – Dijo educadamente la rubia.
A los BBA-Revolution no les quedó de otra que corresponder el saludo de la forma adecuada, al parecer habían comenzado con el pie izquierdo. Los Majestics no dijeron nada al respecto, en realidad antes ellos también pecaban de ególatras debido a su posición social, pero actualmente veían a Tyson como un buen amigo y un gran rival.
-Es verdad que Tyson nos causó problemas hace unos años, pero consiguió unir nuestra amistad en un equipo, y ahora te devolveremos el favor derrotándote campeón mundial. – Indicó cordialmente Robert en un claro reto por el título.
-Desde luego que sí chicos, espero con ansias ver su trabajo en equipo. – Respondió Tyson animado por la simple idea de enfrentarse nuevamente a Robert.
- Apropósito Tyson, ¿ya tienes en mente algún tercer miembro?, solo tienes una semana, ya que las modificaciones en los equipos serán posibles hasta una hora antes de que comience la segunda noche de batallas. – Preguntó Robert con un tono más serio.
-Bueno… - meditó Tyson.- En realidad me está costando un poco de trabajo, los equipos que no consiguieron clasificar en el torneo han rechazado la propuesta, son leales a sí mismos, supongo que tendré que buscar a alguien por fuera. – Respondió Tyson con un aire de preocupación.
-Ten en cuenta que sólo te quedan siete días, además de que necesitas forjar una estrategia y elegir a alguien que no sea un novato. – Le recordó el dueño de Griffolyon.
-Si lo sé, pero no te preocupes, lo resolveré. – Dijo Tyson recuperando la alegría que lo caracterizaba.
-Muy bien, más te vale no defraudar a ninguno de los equipos, o el torneo perdería su gracia. – Recomendó antes de retirarse.
-¡Buena suerte Tyson! – Se despidió Enrique.
-¡No comas demasiado dulce! – Incluyó Oliver.
Johnny no dijo nada, solo les lanzó una mirada retadora y se fue con lo demás.
-Nos veremos en una semana. – Concluyó Silke sonriendo.
-Buenas noches. – Terminó por decir la princesa un poco tajante y ambas se retiraron con el equipo europeo.
Los BBA-Revolution se quedaron mirándose entre ellos. Prácticamente ya habían sido amenazados por casi todos los equipos conocidos, y los nuevos solo los acosaban con las miradas.
-Entonces Tyson, ¿qué tan fuertes son ellos? – Preguntó Daichí curioso.
-Son bastante poderosos, y ahora ya no tenemos la ventaja sobre ellos, como bien dijo Robert, ya se han convertido en un equipo. Sí que han cambiado bastante, ya no son los presumidos que solían ser. – Mencionó Tyson algo melancólico pero feliz por el resultado.
-¡Pero de que hablas! Esa princesita sí que es detestable, uy, como me gustaría decirle algunas cosas en privado. – Dijo caprichosamente la japonesa.
-Vamos Hilary, no lo tomes tan apecho, con el tiempo verás que te caerá bien. – La tranquilizó Tyson.
Sin embargo Kenny se encontraba muy callado, por lo que su amigo lo cuestionó.
-¿Qué sucede jefe?, por qué el silencio sepulcral, la noche es muy divertida y no haces otra cosa que estar pensativo. - Le dijo extrañado.
-Robert y Garland tienen razón, ¿qué pasa si no encontramos un tercer compañero?, casi todos los equipos ya tienen fijos sus jugadores, simplemente ni siquiera tú y Daichí podrían pelear una batalla de dos contra tres beyluchadores experimentados. – Le recordó preocupado.
-¡Ay no te preocupes, lo resolveremos mañana! – Dijo Tyson comiéndose las preocupaciones.
-Oh Tyson, solo conseguirás que Kai se enfade si no logras llegar a la final. – Comentó Hilary recordando la última batalla del año anterior.
Tyson olvidó la comida por un segundo y reaccionó de forma hiperactiva.
-¡Es cierto! ¡Me olvidé de Kai! ¡Quería hablar con él! – Recordó de pronto el campeón.
-Muy tarde. – Respondió Daichí entretenido con una tarta de frutas. – Ya se fueron, supongo que volverán a su helado congelador, lo que es una lástima porque pensaba decirle algunas cosas a Tala. – Aseguró sin mayor preocupación.
-¡AH!, y yo aquí perdiendo el tiempo… - Reaccionó tras buscar por toda la fiesta con la mirada a los Blitzkrieg Boys quienes no eran nada difíciles de encontrar debido a sus estaturas.
-Eso te pasa por que te enajenas comiendo. – Le reprochó Hilary.
Tras la noticia de que Silke acompañaría a los Blitzkrieg Boys a Rusia, Tala había decidido que se retirasen al hotel asignado por la BBA para descansar, ya que el vuelo salía a las 05:25 am para llegar a Moscú cerca del mediodía y tenían que repartir adecuadamente los tiempos para entrenar y coincidir con el asunto de las empresas de los Hiwatari y los Jürgen, el cual esperaban no demorara demasiado. El resto de la noche aconteció tranquila para ellos; por una parte, les había ido muy bien en el torneo, ya que los blades funcionaban a la perfección, y los ajustes serían mínimos y por la otra, Kai debía concentrarse en las obligaciones que tenía como heredero de una compañía internacional.
Dentro del cercano aeropuerto de Niza Costa Azul*(1) en una de las salas de los vuelos internacionales, el reloj marcaba las 04:50 am. Los Blitzkrieg Boys esperaban el abordaje. Sin embargo había una insignificante cosa que pasaba por la mente de todos. El sexto acompañante aún no llegaba. No era que les importara, de hecho esperaban que ni se apareciera, suficiente fastidio era tolerar a Kai de tan mal humor y tener que soportarlo así el resto de la semana mientras se hospedaban en la mansión Hiwatari para entrenar.
La sala se encontraba repleta de viajeros a pesar de la hora. Como Silke había dicho, ya no había más vuelos programados. De pronto, una figura conocida se aproximó hasta ellos. Silke había llegado perfectamente peinada con una trenza en forma de corona sobre su fleco, la cual rodeaba toda su cabeza dejando el resto de su cabello suelto. Usaba una blusa roja de manga larga con una falda de tablillas del mismo color que cubría sus rodillas, acompañada de unas botas cafés, arribó hasta ellos trayendo consigo una valija roja de tamaño mediano sin compañía adicional.
-Buenos días caballeros. – Saludó Silke con amabilidad a sus compañeros de viaje.
-Buen día.- Respondió cortante Tala mientras veía hacia otro lado.
Los cinco rusos permanecían sentados en una fila completa de asientos, por lo que Silke tomó un asiento vacío que se encontraba al frente de ellos sin realizar mayor ruido. La chica se mantuvo sentada con una posición perfecta mientras pasaban los treinta minutos que faltaban para la salida del avión. Bryan, Spencer e Ian morían de curiosidad por saber que era lo que pasaba por la mente de Kai en esos momentos. Solo se le podía notar molesto. Parecía que no la soportaba en lo más mínimo.
Finalmente fueron llamados para abordar. Silke se puso de pie al escuchar que su grupo podía ingresar a la aeronave, adelantándose a los rusos. Al llegar a la fila de asientos que correspondía a los Blitzkrieg Boys, Silke quien entró primero levantó su equipaje para colocarlo en el espacio designado para ello sobre los asientos del avión, cerró el compartimiento y se dirigió hacia Tala quien encabezaba al grupo.
-¿Dónde prefieren que me siente? – Preguntó con ingenuidad.
Tala sabía que Kai optaba por la ventana y él sólo deseaba descansar un poco antes de llegar a Rusia por lo que prefería darle el andador a Silke.
-Puedes tomar el asiento del pasillo. – Le indicó Tala. En realidad prefería solo ignorarla, pero la forma tan respetuosa que ella tenía para comunicarse dificultaba despreciarla.
-Bien, muchas gracias, en ese caso pasen ustedes primero. – Ofreció con la mano extendida.
Kai pasó indiferente hasta su asiento en la ventanilla seguido por Tala sin decir nada más. Silke había sacado un libro igual de viejo que el anterior que había visto Kai de la maleta antes de guardarla, solo que de otro color y sin demora comenzó a hojearlo.
En el lado contrario del pasillo, Ian se había situado en la otra ventana, seguido de Bryan en medio y de Spencer junto al pasillo.
El despegue ocurrió cinco minutos después de que todos estuvieran en sus lugares y el viaje con dirección a Moscú dio inicio. Debido a la hora de la madrugada en que el vuelo se encontraba programado, la mayoría de los pasajeros habían preferido dormir, ya que después de todo a pesar de que el viaje duraba cuatro horas, llegarían a la capital rusa a antes de las 12:00 horas locales, por lo que el resto de la noche sería corta. Sin embargo Silke prefirió concentrarse en la lectura, la cual Tala alcanzó a notar que consistía en dibujos de runas antiguas. Se extrañó un poco y cerró los ojos sin darle mayor importancia. Esperaba que todo se mantuviera tranquilo hasta Moscú, y para su sorpresa descubrió lo mismo que Kai; Silke era callada, reservada y evitaba hacer movimientos bruscos, de forma que no podía decirse que fuera una molestia.
Al llegar a su destino, Silke se levantó antes que los demás para bajar su maleta del compartimiento, sin embargo su equipaje se había resbalado un poco hacia atrás por lo que le costaba alcanzarlo, inesperadamente Spencer que se encontraba sentado a un lado del pasillo solo estiró su brazo por encima de la chica para alcanzar la maleta con facilidad bajándola para ella.
-Eres muy amable, no necesitabas molestarte, muchas gracias.- Le dijo correspondiendo la acción desinteresada que el ruso más alto había realizado con una tierna sonrisa para luego comenzar a avanzar por el corredor hacia la salida.
Spencer había cambiado su expresión sin percatarse de ello por una más relajada, a lo que el resto de su equipo encontró como algo sumamente anormal mientras lo veían con miradas penetrantes.
-¿Qué? – Preguntó alzando los hombros retomando su expresión usual – necesitaba ayuda.
Kai solo pasó a un costado gruñendo inconforme, mientras Tala se dirigió a él antes de adelantarlo.
-Eso fue raro. – Comentó con frialdad el capitán.
-¿Raro? Yo diría bastante perturbador. – Agregó Bryan.
-A mí nunca me has ayudado.- Reclamó Ian.
-Nunca me ha parecido que necesites ayuda enano. – Se defendió el rubio.
Al ingresar al territorio ruso, fue necesario que la chica se separase del grupo debido a su nacionalidad, por lo que tuvieron que esperar a que se volviera a reunir con ellos en la salida de la sala de transición. Cuando esto ocurrió, Silke los alcanzó llevando una elegante capa color blanca que cubría por encima de la mitad de las botas altas, previendo que el clima exterior se encontraría bastante frío.
Kai le miró con desprecio, solo era otra niña boba que se cambiaba de ropa cada vez que la veía. El resto habían pensado que sería divertido verla congelarse de frío pero su suposición había sido abatida.
-Vámonos. – Dijo Tala al ver que todos se encontraban reunidos y comenzaron a seguirle en dirección al estacionamiento.
Al llegar siguieron caminando dejando a todos los autos atrás, hasta llegar a una zona donde solo había motocicletas estacionadas. Los cinco rusos se aproximaron a un grupo de motos de aire deportivo con picos en las llantas, totalmente adaptadas a la nieve.
-¿No hay un automóvil?- Preguntó la chica comprendiendo lo que acontecía.
-Las carreteras se encontrarán saturadas a causa de la nevada, es más rápido si usamos este medio – Respondió Tala sin prestarle mayor atención mientras se colocaba junto a una motocicleta color roja.
Cada uno avanzó hacia la suya y comenzaron a prepararse, hasta que Silke se aproximó a Kai.
-¿En dónde iré yo? – Preguntó intranquila.
-Puedes irte con Ian – Respondió cortante, pero esa actitud no intimidaba en lo más mínimo a la alemana.
-Nunca me he subido a una motocicleta, y no quiero ser descortés pero no me subiré con alguien a quien acabo de conocer, ya que si ocurre un accidente todo se podría malinterpretar, sin mencionar que no llevo el equipo adecuado de protección. – Le contestó con firmeza.
Kai se encontraba harto de ella para encima tener que escuchar las exigencias de la "auto-invitada" y no era el único, pero no podían dejarla ahí. El ruso puso el freno del vehículo y se bajó hasta hacerle frente a Silke. Se retiró el casco y lo puso en las manos de la chica.
-"Su carruaje espera mi lady".- Dijo con sarcasmo y una mueca desagradable demostrado su fastidio.
-Gracias. No es necesario que te esfuerces. – Respondió la castaña a la sátira de su socio al tiempo que se colocaba el casco, dirigiéndose hasta el vehículo azul obscuro donde colocó su maleta en la zona destinada para ello en la parte trasera.
Kai se subió nuevamente a la motocicleta y se colocó un par de googles para proteger sus ojos de la ventisca de afuera mientras esperaba a que Silke subiera detrás suyo, aunque ella demoraba en decidir cómo colocarse.
-"No tenemos tiempo para esto"- Dijo Tala en ruso, acompañado de las miradas importunadas del resto del equipo.
-¿Te podrías apresurar?- Exigió Kai tras la presión del pelirrojo.
-¿Puedo sentarme de lado?- Preguntó confusa la chica - Como montar a caballo.- comparó refiriéndose a la albarda*(2).
-Puedes sentarte igual que como montas una bicicleta – Dijo perdiendo los estribos.
-Tampoco me he subido a una. – Respondió con calma.
El resto de los Blitzkrieg boys intercambiaban miradas de cansancio, fastidio y desaprobación, a la par que Kai intentaba mantenerse controlado.
-Solo coloca tu pie izquierdo en el pedal izquierdo y siéntate colocando el pie derecho sobre el pedal derecho – Dijo dándole las instrucciones para que no hubiera ninguna duda.
-Muy bien…-respondió comprendiendo cómo funcionaba, era algo torpe intentar subirse sin sujetarse de ningún lado aunque finalmente lo logró.- Listo – confirmó sin sostenerse de nada.
Kai encendió la motocicleta y arrancó en dirección a la salida seguido por los demás, obligando a la chica a abrazarse de él por mero instinto.
-Lo lamento, no estoy acostumbrada a tocar a otras personas. – Se disculpó con él a través del casco.
-Somos dos. – Respondió soportando el contacto de las manos de la chica alrededor de su torso – No hagas movimientos bruscos. – Dijo de mala gana mientras salían de la zona del aeropuerto.
En las frías calles de Moscú, tal como Tala lo había dicho, la nevada había creado una infinita fila de autos que tocaban la bocina sin parar frustrados del congestionamiento que se había armado gracias a tanta nieve. El equipo ruso avanzó detrás de Kai entre los autos parados por algunos minutos.
Para Silke la experiencia era nueva sin embargo no se sentía atemorizada y Kai lo notaba ya que lo sujetaba con la fuerza mínima. De pronto, pasaban ideas por su cabeza con la finalidad de tirarla del vehículo, pero pronto volvía a la realidad de que sería malo para el negocio, como ella lo había dicho desde un principio. Era bastante astuta, sabía cómo fastidiarlo y al mismo tiempo protegerse de cualquier tipo de venganza.
Finalmente arribaron a la mansión Hiwatari, que se encontraba cubierta de nieve. Silke bajó de la motocicleta cuando esta se hubo apagado, y se dispuso a devolver el casco a su dueño y bajar su equipaje.
-Gracias- Dijo amablemente a lo que Kai respondió solo con un gruñido que pasó desapercibido solo por la castaña.
Silke esperó con su maleta en el suelo hasta que los rusos estuvieron listos, entonces comenzó a avanzar detrás del dueño de la elegante casona cubierta de nieve que tenían al frente.
Ahora comenzará la firma del contrato, y tan solo les quedan siete días antes del siguiente juego por lo que habrá que esperar que acontece con el joven Hiwatari quien debe repartirse entre un negocio y su propio equipo sin perder el enfoque de enfrentar a Tyson una vez más.
PD: Ya actualicé los nombres en el capítulo VI. Se cambiaron por que con mi lapsus de ausencia mejoré al equipo latino.
Trivia:
Equipo: Latin Blast.
*Capitán: Franco, significado: Hombre de la lanza.
País:Venezuela.
Bestia Bit: Hitus, mico de noche caribeño, Aotus griseimembra.
Ataque:?
*Nikté, significado: Flor en náhuatl.
País: México.
Bestia Bit: Hixolotl. Ajolote, anfibio endémico de México.
Ataque: Ácido.
*Rodrigo, significado: Célebre por su gloria.
País: Chile.
Bestia Bit: Hindor, el cóndor, ave nacional del Chile.
Ataque: Vendaval.
*Javier, significado:Nombre Vasco, Casa nueva o Castillo.
País: Colombia.
Bestia Bit: Hinia, Delfín rosado típico de Inia geoffrensis
Ataque: Marejada.
Glosario:
*1 Aeropuerto Niza Costa Azul: Es el aeropuerto más cercano a Mónaco, a pesar de que se encuentra en Francia.
*2 Albarda: Silla de montar con ambas piernas del mismo lado. Inglés: Sidesaddle.
