¡Buen día! Andaba de vacaciones familiares jeje por eso no había podido subir el capítulo pero ya estamos aquí :)

Primero que nada los agradecimientos por sus Reviews n_n

Susanramos24

¡Muchas gracias por tu comentario! A mi también me gustó ver como Silke se enfrentó a Robert, aún con la presión de los otros europeos y de su propio equipo, supongo que todas las rosas tienen espinas, aunque a simple vista no se vea ;) Los Majestics también son uno de mis equipos favoritos, y me dio coraje que el Batallón Barthez les robara la cámara en G Revolution, pero por eso este fic va dirigido a ellos a un modo mucho más personal ^^

lunaroja

Me da gusto que la narrativa sea de tu agrado, a veces demoro mucho por que leo una y otra vez el fic cambiando oraciones y palabras por otras que queden mejor, incluso escucho música de beyblade o la que se usa en las batallas pokémon para sentir el ambiente y ver si queda la nueva frase o dejo la vieja jiji. Silke ha sacado las garras, y tiene muy buenas razones para hacerlo, eso te lo prometo. Y respecto a su beyblade, pues aún es un misterio lo que sucedió, tendremos que descubrirlo en un par de capítulos más O_O

ivipoe

Pues aquí hay un capítulo más hehe y el 18 tengo ya la mitad escrito así que no creo demorar mucho en subirlo :) y bueno, elegir a Hiro como compañero de Tyson no fue fácil, tenía a varios en mente, pero este beyluchador me pareció la mejor opción ya que no se revela todo su potencial en la serie. Gracias por leer!

ShadowTamerBlack

Disfruta tus vacaciones a lo locooooo! :( a mi ya casi se me terminan! T_T

A mi también me gustan las intervenciones de los rusos con Silke, son divertidas jeje pero había que esconderla o que pensarían los medios?

Creo que Hiro está para ayudar a Tyson a llegar a la final, al fin piensa que su hermano está listo y este es el último escalón antes de llegar a la cima por cuarto año consecutivo.

La derrota de Silke fue un giro dramático a la historia creo yo, le ha metido un poco de sazón y como bien dices, Silke no puede perder nuevamente.

Creo que los rusos respetan a Silke, y bueno, inclusive Tala ha perdido y no es como que lo vayan a sacar del equipo por eso, creo que a pesar de ser tan serios saben lo que es ser un equipo y no darle la espalda a uno de los suyos, aunque claro, aquí parece que fue un error de la chica.

Desde luego que a Robert no le parecerá la unión. Se suponía que Silke trabajaba con ellos, no que trabajaba para ellos, supongo que cualquiera se sacaría de onda O_O incluso los otros europeos, más Johnny que tiene un temperamento tan explosivo jajaja.

Marie-Angelique es todo un ángel con Silke, a pesar de su personalidad tan diversa e hiperactiva, tiene buenos sentimientos ;)

Muchas gracias por apoyarme Ira!

MaryMishe00

Awww que bueno que ya tienes cuenta! Jeje muchas gracias por todos tus comentarios en DA, prometo seguir subiendo dibujitos ;)

Rspecto a tu ONE-SHOT...! Vaya! Muero de ganas por leerlo! Así que aprovecha las vacaciones y súbelo OwO! Tengo mucha curiosidad por leer todo lo que me has contado jeje.

Me seguiré esforzando, incluso cuando vuelva al trabajo, quizá demore más en actualizar pero es un compromiso terminar este fic n_n

Así es... Silke es una señorita que ha alcanzado la perfección en ciertos aspectos, pero ahora tendrá que hacerlo al lado de sus compañeros rusos si ni quiere quedarse atrás y que Robert la derrote D:

Gracias por todo! besos!

Buena lectura =^x^=!


Capítulo XVI

La segunda ronda de las batallas individuales tenía lugar entre los White Tigers y Latin Blast, pero había dos equipos que no la estaban observado debido a estrategia o problemas técnicos. En la sala de espera número 1 ardía Troya.

-¡Eres demasiado permisivo con ella! – Reclamaba un chico con cabellos de fuego. – ¡Si fuera mi hermana la hubiera sacado a la fuerza de ese grupo! –

-¡Mucho cuidado Johnny, puedo estar molesto pero que no se te olvide que ella es una dama! – Respondió el señor Jürgens en defensa de la acusada.

-¿¡Una dama!? ¡Una dama nunca contestaría de esa forma Robert! ¡Ella obedecería como debe de ser a su superior! –

-¡Espero que no te refieras a ti exgladiador de Glasgow! –

-¡Te voy a…! –

-¡Cálmense los dos! – Interrumpió el rubio poniéndose en medio de ambos beyluchadores que ya se preparaban para batirse en duelo ahí mismo. – ¡Cielos chicos! ¡También me encuentro un poco ofendido debido al comportamiento de Silke pero no es para que se pongan a pelear entre ustedes! – Confesó Enrique con seriedad.

-A mí también me molesta pensar que nos haya dado la espalda… pero quizá sólo era cuestión de tiempo para que pasara… - Opinó Oliver robando las miradas de los otros tres jugadores.

-¿¡A qué demonios te refieres Oliver!? – Preguntó Johnny intranquilo.

-Marie-Angelique lo dijo, tiempo atrás nunca dejamos jugar a Silke, los tres años pasados estuvo concluyendo sus estudios, así que tal vez esta fue la única oportunidad que tuvo para probar que ella también podía jugar, ¿no es así? – Pregunto volteando en dirección a la princesa que yacía sentada a lo lejos tomando un poco de agua mineralizada con frutos rojos flotando en ella.

-A mí no me vean, yo no sé nada. – Respondió lavándose las manos mientras los observaba aburrida con su discusión.

-¡Ese no es el punto! ¡Si quería jugar nos lo hubiera pedido y la habríamos aceptado! – Exclamó Johhny tras ver que no recibirían apoyo alguno de la princesa.

-Deberías enfriarte la cabeza con una ducha. – Sugirió Oliver.

-Tú en serio que no entiendes a las mujeres Johnny, Silke no jugó con nosotros porque desea batallar con Robert, quiere probar que Gekiryu es mucho más fuerte que Griffolyon. – Intuyó Enrique intentando armar el rompecabezas.

-¿¡Más fuerte!? – Exclamó Robert molesto. – ¡En primer lugar Griffolyon es y ha sido siempre el estandarte de la familia Jürgens, ya les he contado esa historia! –

-Como un millón de veces… - Susurró Marie-Angelique recargando su barbilla contra su muñeca aburrida evitando que los otros la escucharan.

-¡Segundo! ¡Ese dragón es una reliquia familiar la cual debería estar en una vitrina y no paseando como si se tratase de un poodle(1)! ¡Cuando mi madre se lo dio se suponía que no lo sacaría del castillo, y ahora anda mezclándose con esas otras bestias bit mutantes rusas! ¡Y tercero! ¡Ella tiene sus prioridades bien establecidas! ¡Ese Hiwatari y sus "camaradas" son una pésima influencia, por lo que haré que Silke vea su error y aprenda de él! – Concluyó enardecido, y tras un suspiro continuó más tranquilo - …Con algo de suerte la ayudará a forjar carácter y aprender su lugar para en un futuro ser una buena esposa. - Dijo lo último con un tono de voz mucho más sensato.

-Apoyo eso. – Complementó Johnny aun apretando los puños, pero Robert tenía razón, Silke aún era joven y debía equivocarse para madurar y ser una persona sabia, por lo que toleró lo que acontecía esperando hacerla entrar en razón al momento en que los Majestics derrotasen a los Blitzkrieg Boys.

-Estamos todos de acuerdo, quizá el internado la mantuvo lejos del mundo real, por eso parece que ahora está fuera de control pero pronto todo volverá a ser como antes, así que sólo preocupémonos por nuestras próximas batallas. – Opinó Enrique ya que las cosas se habían tranquilizado.

Oliver asintió y el semblante de Johnny y Robert retomó la serenidad, sólo la princesa torció los labios, comprendía a la perfección las acciones de Silke al ver la forma tan soberbia en que actuaba el cuarteto europeo, pero sabía de lo que su amiga era capaz de lograr.

En la sala número 5, los Blitzkrieg Boys habían decidido seguir con la alineación inicial, ya que si cambiaban a Silke, los otros equipos podrían suponer que su trío tenía alguna falla y atacarlos desde ese ángulo.

-Esta vez no olvides seguir mis órdenes, ya que si estorbas en lugar de ayudar yo mismo te eliminaré ¿entendido? – Advirtió el capitán a la chica que miraba la alineación de sus blades sobre el esquema de un bey estadio.

-Desde luego. – Asintió seria. Tenía tantas cosas en su cabeza que no se atrevía a pensar en actuar sola nuevamente. Su derrota frente a Tyson y el desafío a Robert la llamaban a enmendar inmediatamente sus acciones.

Kai no tenía nada más que decir. Lo que había acontecido entre Silke y Robert le había confirmado donde se encontraba la lealtad de su socia, al menos por ahora.

-Esclarecido todo sigamos con el torneo, tenemos que analizar bien a nuestros rivales. – Indicó Tala siendo el primero en dirigirse al palco seguido por Kai.

-Silke espera. – Le llamó Ian la atención a la castaña quien volteó hacia él.

-¿Si? – Preguntó atenta.

-Déjame ver tu blade. – Solicitó el ruso.

La alemana lo puso en su mano esperando el diagnóstico. Ian sonrió levemente y lo devolvió.

-A pesar de todo le diste una buena paliza a Dragoon, pero tarde o temprano tendrás que reemplazar las partes de este blade, por lo que te sugiero prevengas golpes innecesarios en tu próxima batalla. – Refirió Ian devolviendo el trompo a su dueña.

-Gracias por el consejo, seré cuidadosa. – Respondió un poco preocupada por el estado de Gekiryu.

-Contamos contigo para que el equipo vuelva a llegar a la final este año. – Respaldó Spencer al más bajito.

-Creo que solo te falta aprender a predecir los trucos que algunos beyluchadores tienen bajo la manga, por eso harías bien en escuchar a Tala, él tiene mucha experiencia, al igual que Kai aunque el Hiwatari no gusta de enseñar a otros. – Terminó por concluir Bryan.

Silke escuchó atenta a los ánimos que el resto de sus compañeros le daban, por lo que asintió sincera a sus avisos y agradecida se dirigió con el resto al palco.

La segunda batalla había sido ganada dos a uno por los White Tiger X sobre Latin Blast y la tercera batalla ya estaba en curso, el encuentro se mantenía dominado por Half Moon sin embargo los Dingo Crash no cedían, y sólo restaba ver a los Majestics contra los PPB All Starz.

Las batallas eran mucho más feroces que el día de la apertura, ya que muchos equipos habían modificado su forma de jugar de tras analizar a sus rivales.

Cuando llegó el turno de los Majestics, parecían tan molestos que eliminaron rápidamente a los PPB All Starz. Max sucumbió duramente ante Robert quien demostró poca empatía por el rubio. Y no era para menos, deseaba asustar a Silke mostrándole el poder de Griffolyon sobre Draciel.

Tras un breve receso, era el turno de las batallas por equipos. El público quedó fascinado al ver el poder de seis beyluchadores en la arena. Hasta que llegó el turno del tercer sorteo, el corazón de Silke se llenó de nervios, ya que solo quedaban tres equipos con los que podrían quedar emparejados, y uno de esos era el equipo de su hermano. Las luces de selección comenzaron a moverse sobre los cuatro nombres restantes, y una se detuvo sobre el logo del equipo ruso, mientras que la segunda se detuvo justo a un lado del equipo Majestic.

-¡La penúltima batalla de la noche! ¡Blitzkrieg Boys vs Latin Blast! – Anunció Jazzman.

Silke dejó salir un suspiro de alivio, le dolía admitirlo, pero luego de su batalla con Tyson sabía que debía entrenar muy duro para poder vencer a Robert. Se levantó de su palco con el resto de su equipo para dirigirse a la arena y volver a jugar como un equipo al lado de Tala y Kai.

Al ingresar al centro del estadio podían escucharse una mayor cantidad de ánimos hacia el equipo ruso, aunque Latin Blast no se quedaba atrás, el tercer equipo novato de la temporada había sido recibido con gran aceptación gracias a la destreza de sus jugadores.

-¿Y qué opinan? – Preguntó Franco a sus compañeros viendo desde su banca en dirección a los rusos.

- La chica y Kai tienen blades de equilibrio, y el capitán es de resistencia, creo que lo mejor será atrapar a los dos primeros con la mucosa de Hixolotl y encargarnos del lobo al final. – Propuso Nikté.

- ¿Serás suficientemente rápida antes de que el fuego de Kai logre solidificar tu ataque, o tal vez Wolborg lo anule congelándolo? – Preguntó Javier un poco dudoso de la estrategia.

-Para eso me tienes a mí – Repuso Rodrigo. - Yo me encargo del ave. –

-En ese caso a mi déjenme al can. – Se ofreció Nikté.

-Bien, Gekiryu es mío. – Concluyó Franco.

- Buena suerte. – Deseó Javier, ya que era su turno de permanecer en el banco.

El equipo latino envió a sus tres jugadores al plato y los rusos hicieron lo mismo, Tala se colocó al centro de la formación con Silke a su diestra y Kai a su izquierda. Del lado contrario, la chica se encontraba en la posición central con el capitán a su derecha y Rodrigo en el lado contrario, todo el público se encontró expectante mientras se revelaba el séptimo estadio de la noche.


-¡Oh pero que ven mis ojos! – Dijo AJ cuando veía como emergía el nuevo bey estadio cubierto de pinos en la circunferencia, pasto en la planicie y un lago de forma irregular con el agua oscura. - Pronostico que esta batalla será toda una sorpresa para los seis jugadores. –

-Y no te equivocas AJ, el estadio Lago Ness puede parecer fácil, pero los avistamientos del monstruo no son solo un mito en este campo de batalla. Los beyluchadores tendrán que tener suerte o cuidado para no caer en sus fauces. – Advirtió Brad.

-Así es Brad, y por los Blitzkrieg boys nuevamente tenemos la alineación de los jugadores de la primera ronda, me pregunto si Silke podrá sincronizarse con sus compañeros de equipo. –

-Ella tiene mucho que probar AJ, pero en el equipo Latin Blast vemos por fin jugando al Capitán Franco, aunque parece que Nikté será la líder en este encuentro debido a su posición central, creo que es difícil predecir como saldrán las cosas en este primer encuentro entre rusos y latinos. -


-¡Latin Blast! ¡Blitzkrieg Boys! ¿Preparados? – Cuestionó Jazzman mirando a ambos equipos con los lanzadores arriba. – 3… 2… 1… ¡LET IT RIP! –

Seis beyblades saltaron al unísono de sus lanzadores al plato, delimitando su terreno divididos por el pequeño Lago Ness.

-Silke cuida la retaguardia. – Fue la orden de Tala que tomó a la beyluchadora por sorpresa, sin embargo obedeció y se mantuvo girando a un borde del límite del estadio esperando nuevas órdenes a la par en que Tala y Kai comenzaban a avanzar ganando terreno aproximándose a sus oponentes.

-No está saliendo como esperábamos. – Comentó Nikté un poco incómoda, ya que no contaban con la jugada de Tala.

-No, supongo que los subestimamos, hagamos lo mismo, dos contra dos Rodrigo, y Nikté, ya sabes que hacer en el momento preciso. – Indicó Franco actualizando su estrategia.

Nikté asintió y se quedó detrás de ellos.

Dranzer y Wolborg atravesaron el lago brincando por encima de pequeñas embarcaciones que se habían colocado, retomando terreno inmediatamente. Franco y Rodrigo no perdían tiempo por lo que antes de impactarlos rompieron su formación dejando pasar a Nikté entre ellos, quien retuvo a Kai y Tala al mismo tiempo.

Tala y Kai se sorprendieron de la gran defensa que poseía su oponente, por lo que se miraron mutuamente y se alejaron volviendo a caer sobre los barquitos que flotaban sobre las oscuras aguas.

Nikté sonrió e invocó a su bestia bit que lanzó ácido hacia los blades rusos, obligándolos a saltar de sus lugares. Kai retrocedió hacia tierra firme y gracias a sus rápidos reflejos consiguió esquivar el ataque de Rodrigo que lo flanqueó desde la distancia a una gran velocidad.

-¡No escaparás Kai! – Exclamó Rodrigo. - ¡Hindor aparece! - Hizo el llamado a su bestia bit.

Entre destellos verdes un ave apareció desplegando su inmensa envergadura, inmediatamente Dranzer surgió protegiendo su territorio y ambas aves se dirigieron al ataque.

Tala consiguió congelar el lago para obtener más terreno a su favor e intentaba llegar hasta Nikté pero el ácido de Hixolotl lo mantenía a distancia. Wolborg salió de su bit al llamado del pelirrojo y una intensa niebla se manifestó, cegando parcialmente a Nikté.

-¡Hola Silke! – Saludó Franco quien había conseguido burlar a los otros para llegar hasta ella.

La alemana no hizo nada, se quedó quieta como Tala había ordenado, ya que Franco no intentaba atacar a sus compañeros.

-No piensas moverte, muy bien, ¡vamos Hitus! – Gritó Franco cuando su blade se multiplicó incontables veces y una pequeña banda de bestias bit con forma de micos se dirigieron hasta Silke rodeándola por todos los flancos.

-Esto ya lo he visto, es similar a la técnica de Enrique y Amphilion solo que en mayor cantidad. – Dijo Silke sin mayor preocupación. - ¡Gekiryu dales un buen escarmiento! –

Gekiryu apareció y con ayuda de su cola golpeó a todos los primates que pretendían rodearlos enviándolos lejos a las orillas del plato dejando a Silke girando en su posición inicial.

-Es muy fuerte… - Opinó Franco notando que su ataque no funcionaría con ella.

-Kai me está haciendo retroceder, no podré sostenerlo por mucho tiempo. – Les susurró Rodrigo ante la fuerza de Dranzer que había comenzado a detener a su Hindor.

-Cambio de plan, todos contra Tala, si lo derrotamos eliminaremos esa neblina y podremos reagruparnos contra los otros dos. – Coordinó recibiendo la aceptación de sus compañeros.

Kai retrocedió poniéndose entre Silke y Tala cuando notó que jugarían de otra forma.

Tala notó sus intenciones y cuando pretendía realizar su ataque Novae Rog contra sus oponentes que se habían situado en una posición cercana, el pequeño monstruo mecánico debajo del agua congelada consiguió levantarlo por encima de la niebla sorprendiéndolo, dejándolo vulnerable a cualquier ataque, que no fue desaprovechado por los tres miembros de Latin Blast.

Rápidamente su ataque unido se vio frustrado cuando Dranzer chocó impactando a Franco, propulsándolo contra Rodrigo que a su vez golpeó a Nikté desviando los tres ataques de Tala.

-¡Pero qué demonios haces! – Le gritó Kai a Silke furioso ya que la chica le había impactado por sorpresa para salvar a Tala.

-¿Nunca has jugado billar? – Preguntó tranquila sin perder su vista del plato de juego. - Si perdemos a Tala no podremos ganar. –

-¡A mí no me importa! ¡Puedo ganar esto solo, si vuelves a golpearme así te arrepentirás! – La amenazó antes de lanzar plumas rojas a los adversarios que tenía cerca que aún se veían aturdidos.

-Oh vaya… no creí que lo tomarías a mal… - Opinó Silke desde su posición aún sin moverse.

-Buena jugada, aunque a la próxima avisa antes de hacer algo así. – Mencionó Tala dirigiéndose hasta donde Kai rodeando el lago donde la niebla se había disipado casi por completo.

Kai y Tala unieron sus ataques contra el trío latino pero una vez más, Nikté se colocó al frente protegiendo a sus compañeros con la defensa viscosa de su bestia bit.

-No podremos pasar a ese ajolote sin arriesgarnos a que se nos adhiera esa sustancia. – Dedujo rápidamente Tala dirigiéndose a Kai.

-Silke, separaremos a Franco y Rodrigo, golpea a la chica con toda tu fuerza, sin ella sus compañeros no tendrán donde escudarse. – La dirigió Kai.

-Ese si es trabajo en equipo. – Dijo Silke feliz de que al fin iba a entrar al campo de batalla.

-Yo te cubro, lanzaré más neblina y entonces la tomas por sorpresa. – Indicó Tala a su compañera.

-¡Bien! – Celebró Silke esperando a que la niebla cubriera esta vez mayor cantidad del terreno de su equipo.

-¡Nikté! ¡Ten cuidado, esta vez vendrán por ti! – Le advirtió Franco mientras se defendía de las plumas de Kai que atacaban todas las copias de su blade, alejándolo de la chica.

-No se preocupen, ¡aquí la espero! ¡Hixolotl! – La bestia bit de Nikté secretó una mayor cantidad de sustancia pegajosa a su alrededor, elevando su defensa, segura de que si Gekiryu la golpeaba también resultaría seriamente afectado.

Tala se entretenía luchando con Rodrigo al otro costado de Nikté cuando alcanzó a notar una gran sombra que atravesaba la neblina. La mexicana lanzó un fuerte chorro de ácido hacia lo que venía en su encuentro pero se sorprendió cuando distinguió a su adversario que era un objeto grande y pesado cayendo a una corta distancia de su blade clavándose en la tierra. Se extrañó hasta que logró distinguir la cabeza del monstruo del Lago Ness que previamente había atacado a Tala.

-¡No puede ser! – Exclamó la chica al notar que había sido engañada por un señuelo que había recibido todo el ataque.

-¡Gekiryu! – Llamó Silke a su bestia bit una vez más, la cual impactó el trozo de metal golpeando a través de él a Hixolotl sacando tanto al trozo de escombro como al blade de Nikté fuera del estadio. Gekiryu rebotó cayendo sobre la superficie congelada del lago donde la mucosa de la bestia bit se había congelado y no representaba ningún peligro.

-¡Nikté! – Exclamó Rodrigo.

-No temas muchacho, pronto estarás fuera también. – Sonrió Tala al ver como Silke había cumplido maravillosamente con la parte del plan que le correspondía. –

-¿Te ayudo? – Preguntó Silke cuando Gekiryu apareció por debajo de la tierra elevando a Hindor sin mucha dificultad.

-¡Novae Rog! – Aprovechó Tala al tenerlo en la posición ideal y deshacerse del él dejándolo inmóvil sobre el campo de batalla.

-¡No! ¡Hindor! – Se lamentó el dueño del cóndor.

-Soy el último que queda… - Se dijo Franco para sí mismo mientras seguía intentando esquivar las plumas de Kai que cada vez lo hacían ir más y más lento.

-Dranzer… Blazing Gigs. – Ordenó Kai a su bestia bit, que con ayuda del sistema de pistones de Ian, consiguió eliminar a Franco sin requerir asistencia de sus compañeros.

-¡Los tres contendientes de Latin Blast han sido eliminados! ¡Y el equipo ganador no perdió a ningún miembro, así que los tres puntos van para Los Blitzkrieg Boys! – Anunció Jazzman acompañado de aplausos del público.

Los dos rusos y la alemana no celebraron en grande, no más allá de una leve sonrisa de satisfacción, Dranzer volvió a la mano de Kai, y Wolborg que estaba cerca de Gekiryu le golpeó ligeramente para devolverlo hasta su dueña, cuando el blade azul claro terminó impactado dentro del plato cerca de Latin Blast.

La mirada de Tala retrocedió, no había golpeado a Silke tan fuerte como para vencerla de esa forma tan dramática.

-Hey, estaba distraída. – Reprochó Silke tras un suspiro, así que se dirigió hasta el otro lado del estadio para recuperar su beyblade.

Tala no dijo nada, se miró con Kai que también se notaba inconforme con aquella acción, y ambos volvieron a la banca.

Silke estaba a punto de tomar su blade cuando otra mano lo alcanzó antes por ella. La alemana alzó la vista y se encontró con Nikté quien fruncía un poco el ceño pero igual entregó el blade a la Blitzkrieg Girl que se encontraba sorprendida.

-Gracias, no te hubieras molestado. – Agradeció Silke.

Nikté suspiró y relajó su semblante. – Eso fue asombroso, nunca antes me habían derrotado de esa manera, felicidades, debes ser la chica más ruda del beyblade. – Le dijo a su homónima.

Silke se sorprendió ante aquellas palabras. – ¡No! De no haber sido por ese monstruo del Lago Ness no hubiera podido atacarte. Eres una gran beyluchadora, lo digo en serio, le causaste problemas a mis compañeros de equipo. – Le dijo con una sonrisa.

-Bueno, ese es mi papel. – Nikté estiró su diestra en dirección a Silke. - Suerte, te estaré observando, espero podamos enfrentarnos otra vez. -

Silke estrechó la mano de la chica con la suya con una cálida sonrisa. – Eso me gustaría mucho, les deseo buena suerte a ti y a tu equipo, fue un placer haber jugado con ustedes. – Concluyó Silke.

El estadio comenzó a aplaudir al ver un comportamiento tan agradable entre dos rivales.

-¿Pero que se supone que hace? – Preguntó Ian impaciente.

-Creo que… hace amigos. – Respondió Spencer desde la banca.


-¡Y ese es el espíritu del Beyblade! – Señaló Brad.

-¡Es la finalidad de todos los deportes Brad! Hacer amigos aún en el campo de batalla, no importa quién gana o quien pierde, el respeto mutuo es lo más importante. – Comentó AJ.

-A pesar de no haber conseguido la victoria, Latin Blast es un equipo muy bien organizado, tuvieron en aprietos a Tala y Kai un par de ocasiones. – Dijo Brad.

-Es cierto, aunque creo que Silke se recuperó de la mala jugada que efectuó con Tyson al sacar a Nikté de esa forma tan digamos "original", pocos son los beyluchadores que usan todo a su alcance dentro de un beyestadio para sacarle ventaja a sus oponentes. – Agregó AJ.

- ¡Y hablando de oponentes peligrosos ya vienen los últimos contendientes, Half Moon vs Majestics! – Concluyó Brad anunciando la última batalla.


Los europeos no demostraron piedad ante el habilidoso trío de Half Moon, derrotándolos en poco tiempo, algo que hizo enfurecer especialmente a la única fémina del equipo.

La segunda ronda llegó a su fin y los beyluchadores fueron los primeros en ser escoltados fuera del estadio por medio de camionetas para ser llevados a salvo lejos del recinto y los fanáticos hacia sus respectivos hoteles en distintos puntos de la ciudad.

-Déjenos aquí – Solicitó Tala más como una orden que como una petición.

-¿Eh? ¿Justo aquí? – Preguntó extrañado el chofer orillando el vehículo a un lado de un parque sobre una avenida secundaria de camino al hotel en que se hospedaban.

-Exacto. – Aceptó Tala, a lo que de inmediato Silke que se encontraba cerca de la puerta la abrió para que bajaran. La castaña ya comenzaba a entender qué se hacía cuando Tala daba una orden.

Silke bajó de un salto seguida por los otros hasta que vieron al chofer de la BBA retirarse, por lo que pacientemente esperó a ver qué harían después.

-Tarde libre. Nos vemos por la noche en el hotel. – Indicó sin más el lobo.

Silke se sorprendió por eso, no lo esperaba pero no estaba tan mal ya que necesitaba hacer algunas compras.

-Requiero un trago. – Comentó Tala, casi sonó como una invitación por lo que cuando comenzó a caminar Ian, Bryan y Spencer lo siguieron.

Silke solo los observó irse en una dirección, y Kai la tomó por sorpresa partiendo hacia el lado contrario en silencio.

La chica se quedó completamente sola en el parque. Era difícil comprender como ese equipo tan distante podía estar tan sincronizado con el mínimo nivel de comunicación, pero la actitud de los muchachos no le molestaba en absoluto, de hecho le agradaba ya que con Robert siempre tenía que avisar a donde iba y de donde venía. Le simpatizaba no tener que entregar cuentas a los rusos.

Silke admiró los edificios que rodeaban ese parque familiar para ella. Años atrás cuando sus padres murieron y Robert heredó todas las responsabilidades de los Jürgens con tan solo 15 años, Silke de 12 se encontraba sola en su castillo, fue entonces que los Mc Greggor, cercanos a la familia alemana, se ofrecieron para cuidar de la joven en Escocia hasta que estuviera lista para ingresar a la escuela que sus padres pretendían. Le debía mucho a la familia de Johnny, pero detestaba que el pelirrojo quisiera asumir el rol de su hermano mayor cuando Robert no estaba, justo como esa misma tarde.

Feliz por su suerte actual, comenzó a recorrer una transitada calle aledaña donde sabía que había varias tiendas de ropa y accesorios, así que se dedicó a comprar ropa interior, un pijama invernal, algunos elementos de higiene personal y un bolso de viaje para llevar todo consigo, sintiendo aquello como un relajante paseo.

En un segundo punto de la ciudad, Kai Hiwatari caminaba entre la multitud. Finalmente podía descansar de aquel "equipo". Cosas muy interesantes habían pasado ese día, algunas buenas, otras no tanto, pero tenía una sensación con respecto a Silke. Ella y Gekiryu tenían mucho más en su interior de lo que se ve a simple vista. Aún le intrigaba hallar la debilidad de la alemana, Tyson le había vencido pero a su forma de ver las cosas, Silke era quien había perdido por sí misma el encuentro.

El bicolor se dirigió hasta un banco, y procedió a retirar una fuerte cantidad de efectivo, la suma que usualmente cargaba para dificultar el ser rastreado constantemente por su abuelo, algo que solo hacía en ciudades donde jugaba beyblade para posteriormente desaparecer del radar nuevamente. Al concluir inició la búsqueda de una plaza comercial cercana, ya que no se olvidaba del asunto que lo obligaba a tolerar a Silke, por lo que era de vital importancia conseguir una computadora adecuada para revisar minuciosamente la preciada USB que la germana llevaba en su muñeca izquierda.

La tarde cayó y el cielo se tornó en tonos rojizos, anaranjados y rosados que se iban difuminando en azules y violetas. La temperatura lentamente comenzaba a descender, algo que no interesaba mucho al equipo ruso original que se encontraba dentro de una rústica taberna en un sótano con los muros de piedra y una cálida chimenea. El lugar no era visitado precisamente por jóvenes de su edad, por lo que algunos hombres maduros y ancianos los miraban con recelo mientras bebían un espumeante líquido ámbar en grandes tarros de vidrio.

-¿A esto le llaman cerveza? – Se quejaba Bryan.

-No sirve ni para el calentamiento, se me seca la garganta. – Compartió Ian una opinión similar.

-Y el Vodka que importan es de lo más insípido. – Dijo un inconforme Spencer al verificar las marcas sobre las botellas al fondo de la cantina.

-Supongo que un Wisky Escocés es la única opción. – Dijo Tala Resignado. A los rusos no les agradaba tanto dulzor en una bebida, por ello preferían el sabor seco del Vodka, pero tendrían que ajustarse a la gastronomía del lugar. – ¡Cantinero! Cuatro Wiskys del mejor que tenga – Solicitó el pelirrojo con la mano.

El barman tomó cuatro caballitos(2) de vidrio, pero antes de que comenzara a servir, Tala le llamó la atención.

-Queremos cuatro botellas, no cuatro tragos. – Indicó con una mirada intimidante.

El cantinero sorprendido llamó a su único mesero quien llevó las botellas solicitadas con la cristalería adecuada y un recipiente con hielos.

-Así está mejor. – Opinó Tala sirviéndose el primer trago.

-Con la garganta bien hidratada ya podemos platicar. – Celebró Bryan.

-Oye tal vez deberías poner hielos a tu bebida para suavizarla, creo que es demasiado para ti – Se burló Spencer de su amigo más bajo.

-¡Por favor! ¡Mi cerebro puede beber mucho más que tus músculos! – Retó Ian alzando su shot(3) a modo de brindis.

-Ya lo veremos, será hasta morir entonces. – Aceptó Spencer la propuesta de Ian llenando su vaso también dando inicio a la competencia.

-Hey Tala, estás muy pensativo desde que salimos del torneo. – Se refirió Bryan a su capitán mientras una sonrisa cruzaba sus labios viendo a sus dos compañeros ingerir la dulce bebida una y otra vez.

Tala bebió completo su vaso. Y al tiempo que se servía nuevamente le respondió a su camarada.

-Necesitaba un trago porque hay algo que me inquieta… - Comentó con la mirada perdida en dirección a los otros dos.

-¿Y qué es? – Inquirió curioso Bryan. A pesar de que tenían alta resistencia al alcohol, sus efectos relajantes ya habían eliminado la seriedad que los caracterizaba.

Tala se quedó pensativo nuevamente. No quería alarmar a nadie pero sentía que había algo malo en Silke, y peor aún, que él, el capitán no pudo notarlo con anterioridad.

-Desafiaré a Silke en la abadía, tengo que comprobar algo. – Dijo retomando su trago.

-Debes admitir una cosa – Comentó Bryan llamando la atención del pelirrojo. – Nuestro equipo se volvió mucho más interesante desde que se nos unió. –

-Supongo. – Respondió pensativo moviendo su vaso en círculos. – Tener a Silke es casi como tener otro chico. -

En la calle, la noche casi había caído, sin embargo la zona de la ciudad en la que se encontraba Silke era muy turística y segura, por lo que al terminar sus compras, decidió entrar a una famosa y pintoresca cafetería del rumbo que tenía sillas y mesas de madera clara en su terraza exterior para pedir una deliciosa infusión(4). A causa de la hora, había una larga cola para pedir las bebidas, pero no tenía ninguna prisa, así que se formó detrás de una mujer que iba acompañada de su hija de unos cinco años a quien traía de la mano. Enseguida más personas llegaron a formarse detrás suyo.

Silke miraba con ternura a la pelirroja del frente mientras jugaba con su pequeña hija de listones en el cabello anaranjado y pecas sobre sus mejillas en la fila que avanzaba hacia la caja. Le traía recuerdos melancólicos, pero muy felices de cuando ella salía a solas con su madre.

De pronto Silke vivió uno de esos momentos en que una mirada no deja de observar fijamente, lo que la hizo voltear detrás suyo. Pero el hombre de edad madura que seguía inmediatamente detrás de ella no era quien la contemplaba, sino un joven detrás del señor. Silke volvió la vista al frente, ya que se había sentido muy maleducada al fijarse en ese chico de gafas oscuras tan repentinamente, por lo que olvidó el asunto distrayéndose con algunas revistas que descansaban sobre la barra de la caja; terminó por elegir una cuyo tema eran las recetas fáciles con pocos ingredientes y consejos para cocineros aficionados, por lo que decidió llevarla también, recordando que la responsabilidad del próximo desayuno era suya, entonces llegó el turno de pedir su orden.

La joven salió en poco tiempo, llevando consigo un té floral. Había pensado en caminar hasta el hotel que no estaba muy retirado de ahí, pero al ver que una mesa se desocupó, fue y tomó asiento para degustar su compra. Dejó las bolsas que llevaba consigo sobre una de las cuatro sillas de la mesa y tomó un sorbo. Ese té era delicioso, podía sentir una fragancia que resultaba de la combinación de rosas con almendras y miel. Suspiró descansada, y contempló las estrellas en el cielo nocturno. Había sido un día lleno de sorpresas no solo para ella. Salió de su ensimismamiento cuando notó al chico que estaba una persona detrás de ella en la fila sentarse en una mesa a pocos metros de la suya. Aquel joven con gafas oscuras no dejaba de verla fijamente y comenzaba a incomodarla. La castaña supuso que su actuación en el torneo la habría convertido a pocas horas en una figura pública pero no sabía que sería tan fatigoso tener una mirada encima. Sin embargo dejó de prestarle atención y comenzó a revisar su celular. Sólo había un mensaje nuevo con un archivo adjunto de multimedia y pertenecía a Johnny. Silke cerró los ojos. No sabía si abrirlo o no. Ya que el mensaje no contenía texto, decidió reservarlo para otro momento en que se encontrase menos estresada, así que dejó el teléfono plateado sobre la mesa y tomó otro sorbo del cilíndrico envase de cartón.

Para su infortunio, el joven de gafas negras y cabello castaño cenizo se levantó de su asiento con su café y se dirigió hasta ella. Silke fingió que no le estaba prestando atención por lo que el muchacho la cuestionó cordialmente.

-¿Está ocupado este asiento? – Dijo sentándose sin esperar a que la alemana respondiera. Como si ambos se conocieran de toda la vida, el chico se retiró las gafas revelando unos ojos azules tan claros que parecían grisáceos, y le sonreía pícaramente, dejando su teléfono móvil color negro sobre la mesa.

Silke comprendió de inmediato que ese comportamiento era muy maleducado y un poco sospechoso por lo que tomó su teléfono, lo guardó y recogió sus bolsas con una mano y el té con la otra.

"Entschuldigen Sie." – Se excusó Silke en alemán a la vez que se ponía de pie pretendiendo que no entendía al joven. Se alejó unos pasos hasta la avenida e hizo la parada al taxi más cercano que de inmediato abordó.

-"¿A dónde se dirige?" – Preguntó el chofer en inglés británico.

-"Hotel Scotch Side Inn por favor." – Indicó Silke en el idioma adecuado no sin antes lanzar una discreta mirada al chico que permaneció en la mesa que usurpó a Silke como si nada hubiera pasado. Esa experiencia había sido desagradable, y la mirada de ese chico… Con las gafas le incomodaba pero sin ellas la perturbaba, ese curioso par de ojos como icebergs realmente consiguió atemorizarla un poco, por suerte nunca se volverían a topar.

Silke bajó del taxi frente al hotel y caminó en dirección a la puerta pensando un poco en el chico que se le acercó. El color de esos ojos como el hielo le hacía sentir escalofríos de sólo recordarlo. Iba muy ensimismada cuando repentinamente una mujer gritó su nombre sacándola de sus pensamientos.

-¡Silke Jürgens! – Exclamó una pelirroja de cabello corto con el uniforme del hotel quien se aproximó hasta la castaña a toda prisa. – ¡No puede estar aquí! ¡Vaya a su habitación lo antes posible! ¡Tenga! – Dijo rápidamente entregando una llave de la habitación.

Silke la miró extrañada sosteniendo la llave plateada sin comprender, ya que se suponía su nombre no estaba registrado junto con los Blitzkrieg Boys cuando oyó un gran estruendo metros detrás suyo.

-¡Ahí está Silke! – Se escuchaba en medio de un gran alboroto.

-¡Váyase! – Volvió a gritar la empleada y se aproximó junto con otros trabajadores del hotel a detener la gran multitud de reporteros que doblaban a los que habían atrapado a sus compañeros esa misma mañana antes del desayuno.

Silke no lo pensó dos veces y corrió en dirección al elevador, sin embargo era difícil detener a los reporteros y algunos habían pasado la valla humana de seguridad del hotel, y las puertas del elevador demoraban en abrirse, así que la alemana tuvo que correr hacia las escaleras para subir los ocho pisos a pie con todo y sus compras. Sabía que no estaba a salvo ya que los gritos y pisadas veloces se escuchaban más y más cerca detrás de ella. Por fin pisó el último escalón y respirando con dificultad corrió hasta la puerta de la habitación, metió la llave y dio vueltas para un lado y para otro pero no funcionaba. Los reporteros al fin habían llegado hasta esa planta, y se aproximaban haciendo un gran escándalo, por lo que la chica empujó con fuerza la puerta que finalmente cedió, dejándola pasar para inmediatamente cerrarla recargando todo su peso contra ella. Se escuchaba detrás como llamaban a la puerta insistentemente, pero se había salvado.

Silke respiraba agitadamente ya que no esperaba toda esa adrenalina, ¿cómo podían los beyluchadores manejar tanto estrés? De pronto notó de reojo el movimiento de una silueta en la habitación, alzó la mirada y sus ojos sorprendidos se fijaron en un joven que llevaba sólo una toalla alrededor de la cintura y con una segunda secaba el frente grisáceo de su cabello a quien no reconoció de inmediato, haciéndola creer que quizá se había equivocado de puerta, sin embargo al identificarlo bajó su mirada hacia un costado y muy apenada se disculpó.

-Por favor perdóname... no era mi intención... – Fueron sus palabras nerviosas aún sin aliento.

-¿Qué no te han enseñado a tocar primero? – Preguntó fastidiado Kai aun escuchando el escándalo en el pasillo.

El ruso había salido de tomar una ducha, y la sorpresa de Silke no era para más, ya que sus característicos tatuajes faciales se habían ido por completo. La chica no dijo nada ni tampoco se movió de su posición contra la puerta. La alemana sabía que esa situación era muy inapropiada y no tenía idea de cómo lidiar con ello, ya que nunca había visto el cuerpo semi desnudo de un hombre. A pesar del incómodo momento a Kai no le importó, atravesó la habitación hacia el lado contrario del cuarto de baño, notando como Silke sólo cerraba los ojos y aprovechó para vestirse sólo con el pantalón del pijama que el hotel proporcionaba, dejó las toallas a un costado sobre una silla y tomó el control remoto para recostarse en la última cama y mirar tranquilamente las noticias sobre el torneo en la televisión.

Cuando Silke escuchó el ruido, lentamente abrió un ojo observando a Kai quien no le prestaba la menor atención. Aún apenada tomó sus cosas y se dirigió hasta la cama que le habían asignado al otro lado de la habitación. Silenciosamente comenzó a sacar algunas cosas para acomodarlas en la bolsa de viaje que había adquirido. Al concluir revisó la hora en el reloj cercano, ya pasaban de las ocho de la noche, por lo que tomó lo necesario y el pijama para darse un baño y prepararse para dormir. Pocos minutos después, salió vestida con la ropa de descanso y se sentó sobre el colchón para dedicarse a cepillar su largo cabello castaño cual frutos de pino.

Kai continuaba prestando atención a las noticias, y Silke se acostó boca abajo sobre su cama hojeando la revista de recetas fáciles. Pasó una hora en la cual ninguno de los dos cruzó palabra alguna, tan solo Silke alzó la vista en dirección al noticiario al escuchar una crítica suya, respecto a su recuperación en la batalla por equipos, y prosiguió interesada en la revista.

La castaña terminó su lectura y revisó la hora nuevamente, ya casi eran las diez y Tala y los demás aún no volvían, por lo que decidió preguntarle a Kai.

-¿Los chicos…?- Empezó a formular sin poder concluir.

-No van a volver. – Respondió cortante. – Ya duérmete. – Sentenció cambiando de canal.

Silke se sobresaltó al escuchar aquello. ¿Cómo era posible que no volvieran? La situación se había vuelto más inapropiada de lo que pensaba, era algo inaceptable para ella pasar la noche en la misma habitación con un hombre a solas. Miró a Kai con un poco de desconfianza pero luego se tranquilizó al ordenar todo aquello en su cabeza. Era Kai de quien estaban hablando, sabía muy bien que él la aborrecía, y después de la amenaza de ese día, quedaba más que claro que sus intenciones eran distintas. Sin demorar apartó la revista, se metió en las cobijas, apagó la luz desde el botón que yacía sobre su cama y se dio la vuelta para que el resplandor de la televisión no la perturbara.

-Buenas noches. – Se le escuchó decir con gentileza.

Típicamente Kai no respondió y siguió viendo las noticias en un canal diferente con un volumen bajo. En determinado momento volteó hacia Silke que se encontraba a una cama de la suya y frunció el ceño. Reiteradamente se veía obligado a soportarla.

La noche transcurrió como si la habitación se encontrase vacía, y la mañana llegó de la misma forma. Ambos socios se daban la espalda mientras se preparaban para dejar el hotel. En el tocador Silke peinaba cuidadosamente su acostumbrada corona trenzada con ayuda de pasadores, ese look mantenía su cabello suelto pero recogido en la parte superior para que no le estorbara la cara. Del lado contrario, Kai terminaba de guardar su lanzador y blade en sus bolsillos. De pronto ambos se pusieron de pie y giraron al interior de la habitación, donde sus miradas se encontraron. Silke tomó la mochila de viaje de su cama y Kai levantó la caja de la computadora portátil del asa de plástico del piso. Ambos se dirigieron y llegaron al mismo tiempo a la puerta, era una situación cómica para quien no estuviera involucrado en ella, ya que parecía que competían por ver quien salía primero. En el último instante Kai fue quien abrió la puerta para avanzar por el pasillo y Silke la cerró detrás suyo. El bicolor llamó al elevador y subió cuando las puertas se abrieron, esperaba dejar a Silke fuera pero ingresó antes de que estas se cerraran. La música ambiental era lo único que sonaba en el transporte vertical, mientras Kai fingía que Silke no existía y viceversa.

Al llegar al lobby, se encontraron con una gran multitud cargando maletas abandonando el hotel, y el comedor se encontraba repleto. Cada uno ingresó por su lado y comenzó a servirse lo preferido en la mesa de buffet, y a pesar de que no había mesas vacías, una con seis sillas tenía una cartulina doblada en forma triangular que decía con letras elegantes: "Reservada para los Blitzkrieg Boys", por lo que Kai y Silke se vieron obligados a compartir la mesa a causa de las circunstancias. A su alrededor, huéspedes cuchicheaban y tomaban fotos y videos con ayuda de diversos artefactos digitales a la forzada pareja en la que se había reducido su numeroso grupo. La alemana recordó al chico de la noche anterior y pensó que había sido algo paranoica, ya que el público a su alrededor también la incomodaba.

Kai y Silke terminaron a la vez su desayuno, se dirigieron al mostrador y cada uno entregó la llave que le habían dado, a continuación fueron a la salida, donde por suerte no había reporteros, y tampoco se veía la camioneta blanca de la BBA, así que notando el único taxi que aguardaba por pasaje, lo abordaron, subiendo Silke detrás y Kai adelante. Fueron otros quince silenciosos minutos hasta el aeropuerto, y al llegar una mano delicada y otra envuelta en un guante negro ofrecieron la misma cantidad de dinero al taxista quien no supo cual de las dos tomar.

-"¿Recuerdas lo que te dijo Bryan?" – Mencionó Kai en ruso para que sólo Silke entendiera de una forma un poco atemorizante, demostrando que de hecho sí había escuchado cuando la chica había querido contribuir con los boletos de avión.

La alemana asintió un poco apenada y guardó su dinero, sabía que su presencia era molesta para Kai, pero no era su intención incrementar su fastidio o el de nadie más. Bajaron del auto y se dirigieron a la zona de los vuelos internacionales del aeropuerto. No fue difícil encontrar a sus compañeros ya que se habían adueñado de una fila completa de asientos donde Ian dormitaba, y Bryan y Spencer platicaban entre ellos.

-Para ser tan enano asimila muy bien el alcohol – Mencionó satisfecho Bryan, ya que Spencer había perdido la contienda.

-Sigo pensando que esa tercera botella que se tomó tenía menor volumen de alcohol. – Se excusó el más alto.

-Buenos días. – Saludó Silke animadamente notando cansancio en los rostros de su equipo.

-Fue una larga noche. – Suspiró Spencer advirtiendo la sorpresa en la chica.

-Quizá la próxima vez quieras acompañarnos, apuesto que fue muy aburrido quedarte con Kai. – Señaló Bryan con una risa burlona.

Silke miró al bicolor sentado de brazos cruzados. – Creo que ambos disfrutamos del silencio, aunque supongo que sería una experiencia interesante acompañarlos en otra ocasión. – Respondió accediendo a la invitación sonriente.

-Ya están aquí, podemos proceder a comprar los boletos. – Anunció Tala bebiendo café de un vaso de cartón con el logo de una popular marca, ya que se le veía un tanto cansado.

Kai se levantó con su pequeño equipaje y acompañó a Tala al mostrador por los boletos, mientras Silke tomaba asiento a un costado de Ian, quien le pareció muy gracioso en la posición tan incómoda en que dormía.

-Gracias por frustrar mi noche – Comentó Kai con sarcasmo.

-No pudo haber sido tan malo, hace más ruido el crujir de un piso de madera que su presencia. – Opinó Tala bebiendo otro sorbo de café. – Pero quiero pelear con ella apenas lleguemos, hay algo que no me gusta nada. – Confesó el pelirrojo en un tono muy serio.

-Entonces mis sentidos siguen siendo tan agudos como siempre. – Admitió Kai quien había pensado lo mismo cuando habían beybatallado por equipos.

Rápidamente consiguieron los pases de abordaje de regreso a San Petersburgo, y el equipo estuvo una vez más en el avión de vuelta a "casa", esta vez solicitaron pases en primera clase, así que cada beyluchador tuvo un gran y cómodo asiento, donde los que se encontraban con resaca podrían descansar cómodamente reclinados, especialmente Ian quien se encontraba como zombie, por lo que apenas llegó a su asiento, se colocó el cinturón de seguridad y comenzó a dormir mucho antes de que el vuelo diera inicio.

Horas después se encontraban en el aeropuerto de Púlkovo, ya totalmente recuperados cerca de las 14:00 pm tiempo local. En el camino hacia el helipuerto Silke se había desviado momentáneamente para hacer algunas compras de víveres, los cuales venían remolcados en un carrito por uno de los empleados del local de carnes añejadas de la zona de suvenir del aeropuerto junto con otros misceláneos frescos y en conserva. Tala no dijo nada, después de todo era responsabilidad de Silke la comida del día siguiente, sólo esperaba que la chica no echara a perder parte de lo que había adquirido. Con la despensa cargada y todo el equipo listo, Spencer voló de regreso a la Abadía. El paisaje había cambiado ligeramente, a pesar de que el sol brillaba debido a la escasez de nubes, las villas vistas anteriormente por Silke se encontraban casi sepultadas por la nieve. Sólo las avenidas principales habían sido limpiadas. Al llegar de vuelta al gran complejo eclesiástico, la castaña pudo apreciar que no se veía tan tétrico después de todo, con aquel brillante sol y la nieve de la que parecía emerger. Ian presionó el botón para reabrir las compuertas que también tenían una gruesa cubierta de nieve, pero de inmediato desistieron lanzando la nieve hacia el exterior dejando libre el camino para aterrizar.

Al bajar Silke fue la primera en tomar una de las cajas de víveres para llevarlos lo antes posible a la cocina o se congelarían en ese húmedo hangar, Tala hizo una seña con los ojos para que el resto ayudara y se dirigió a la chica antes de salir por la puerta.

-Nos vemos en la sala de entrenamiento, date prisa. – Ordenó dejando la sala acompañado de Kai quien obsequió una severa mirada a Silke quien extrañada se preguntó que crimen había cometido esta vez.

De camino a la cocina ninguno de los tres Demolition Boys dijo nada, algo que no le dio buena espina a Silke, por lo que apresuradamente se dirigió a donde la habían citado, dejando la bolsa de sus compras propias en el suelo ya que no se atrevió a ir si quiera a su habitación.


Glosario:

1) Poodle: Perrito francés, son muy lindos, imagino que en todos los países de habla hispana las razas de perros se llaman igual pero lo pongo por si a caso.

2) Caballito: Así se le conoce a la cristalería para un trago aquí en México. Consiste en un vaso de vidrio pequeño para tomar el licor puro.

3) Shot: Sinónimo de caballito, creo que así es como mejor se conoce al rededor del mundo.

4) Infusión: A diferencia de los tés de bolsita, las infusiones o a veces llamadas tizanas, son trozos de mayor tamaño de frutas, flores u hojas secas que se usan para hacer un té combinado.


Antes de despedirme una súper mega disculpa por no narrar tan ampliamente las batallas de los otros equipos. La verdad en un inicio sí tenía contemplado hacerlo, pero en total serían como 28 batallas... y además de que es mucho tiempo (1 batalla por capítulo o quizá 2), debo admitir que no tengo tanta creatividad para escribir tantos diferentes escenarios y batallas. Se me secaría el cerebro y la calidad de las batallas iría disminuyendo o se harían repetitivas. También cometí un terrible error, ya que desde un principio no sortee las batallas, porque finalmente los Blitzkrieg Boys son los protagonistas de este fic, y cuando quise armar los grupos, se repetían algunos equipos en la misma ronda... por que revolví los números y bueno... simplemente no se pudo, por que la primera ronda ya está escrita, y no se podían modificar como habían ido jugando, y por otra parte, ya tengo el orden de como se irán batiendo los Blitzkrieg boys con el resto de la competencia, así que cuando realicé el sorteo con ayuda de una página de internet... desastre! Una terrible equivocación de mi parte, y pido disculpas por ello.

Gracias por leer este fic, se los estaré agradecida por siempre :)