Hola a todos, aquí reportandome con el capítulo 18 :) y bueno para avisarles que ya pasamos la mitad del fic, se que no se ha actualizado como debería pero cada vez se va volviendo más serio y ya están apareciendo muchos detalles sutiles que serán importantes a la hora del nudo de la trama, a veces tengo que releer mucho para encontrar el punto en que se pueda escribir y que esté como escondido para más adelante usarlo.

Gracias como siempre por darme la oportunidad de compartirles esta aventura que inició con algo muy cortito y a la larga, bueno, digamos que han pasado cosas que hasta para mí son una sorpresa.

SadowTamerBlack

Vaya! Me da mucho gusto saber que el 17 te divirtió, ese tenía que tener ya un poco sabor, por que bueno, luego de que se descubriera la terrible debilidad de Silke no creo que Kai o los rusos reaccionaran de otra manera.

Pues más bien Silke fue educada en las áreas de como ser una digna esposa de una buena familia, el beyblade fue algo que tuvo que aprender por cuenta propia y debo decir que sin Gekiryu nada de esto hubiera sido posible :(

En si cuando veo a Kai explotar en ira creo que es el peor sádico que puede existir, incluso más que Boris o su abuelo, y el que su rival sea una chica no le tienta en corazón para nada D: Sin embargo Silke tampoco es alguien que se deje pisotear por lo que habrá guerra, oh si!

Definitivamente todo lo que le ha ido pasando la hace crecer cada vez más, para empezar entró al torneo sólo para proteger el negocio de aquel misterioso beyluchador que los atacó y ahora terminó en un embrollo contra su propio hermano y de paso tiene que mejorar sus habilidades a un lado de un equipo que no hecha porras, sino que al contrario o les sigue el paso o se queda atrás, también he disfrutado ver su evolución, y aún falta mucho más.

Gracias por darte una vuelta por mi fic amiga, por apoyarme y comentarme, y espero que ya te animes a publicar lo que tienes del tuyo! ^^ Y seguiremos con ánimo hasta que este fic llegue a su fin por que tu fascinante historia también me ha motivado a profundizar algunas cosas que al inicio no tenía planeadas. Gracias por el Art Trade de todo corazón, y que viva Beyblade! :D

MaryMishe00

Así es amiga, a pesar de que Silke siempre tiene que lucir y actuar perfecta, también tiene debilidades y creo que eso siempre es algo positivo en todo personaje, por que los motiva a luchar en contra de aquello que fácilmente los puede derrotar.

Bueno, nuestro amigo Kai siempre está dispuesto a demostrar quien es el número 1 y poner en su lugar a aquellos que se atreven a dejarlo en ridículo, este castigo que le dio a Silke supongo que fue una forma de desahogar la frustración que ella le hizo sentir durante tanto tiempo sin ser digna de ello, así que a la pobre si le fue mal, incluso hizo cosas que nunca antes había intentado, como trepar el pino, las chicas sabemos perfecto lo difícil que es andar en tacones fuera de un piso plano, ahora imaginémosla a ella... Y bueno, le ha tocado vivir lo que nunca antes, apañárselas en áreas que desconoce como la carpintería, esperemos que no se machuque más dedos :(

Bueno, Robert es muy inteligente, pero por ahora es difícil saber con certeza que sucederá cuando se enfrenten, aunque claramente usará cualquier cosa para obligarla a retirarse de la contienda, pero por otro lado el equipo que la respalda no sabe decir NO, así que ella no cederá pase lo que pase.

Y a pesar de ser una señorita, obvio todos tenemos que trazar la línea de hasta donde podemos tolerar una situación como la que se vive en la abadía, ella sabe que lo merece pero tampoco es para tanto.

Jaja! ese léxico amiga XD cuando escribí lo último lo que pasaba por mi mente es que Kai sólo esperaba escucharla decir una palabrota y lo más que pudo hacer fue decir chispas jeje ni siquiera se pudo desahogar con una palabra de mayor categoría.

Bueno amiga, pues ahora que ya estás de vacaciones no olvides seguir con tus otros fics y los dibujos para DA, te agradezco mucho el apoyo que me has dado y espero seguir capturando tu atención con lo que falta de la historia, y nuevamente gracias por haberme dado click (aunque fuera en el tercer capítulo XD) dándome la oportunidad de llegar a tu amor por beyblade.

NOTICIAS

1.-Les invito cordialmente a pasarse por el fanfic de mi amiga MaryMishe00 titulado Feliz Cumpleaños Robert que es un hermoso fic con mucha comedia y romance, con la participación de los G-Revolution, los Majestic, mis OC´s Silke y Marie-Angelique e introduciendo a la OC propiedad de la autora MaryMishe00: Lela. De verdad si quieren pasar un rato muy divertido denle click y no olviden dejarle reviews ya que es su primera publicación aquí en Fanfiction.

2.- Quisiera notificarles la salida del nuevo manga de Beyblade Rising de Aoki Takao con Tyson, Rey, Kai y Max nuevamente como protagonistas, siendo una secuela de G-Revolution, salió en Julio en Japón en la revista CoroCoro (alguien ya lo subió en Youtube por si gustan verlo), y pues seguiré la historia como la tengo planeada, fingiendo que Beyblade Rising no existe por que no se como altere mi fic, pero ni hablar, después de 16 años es justo lo que los fans de esta serie esperábamos.

Un enorme saludo a todos los que se pasan por aquí y les deseo una Buena Lectura =^x^=


Capítulo XVIII

La noche cayó y a pesar del cielo completamente despejado, la obscuridad era total incluso entre los corredores tenuemente iluminados por antorchas eléctricas. Había sido un día distinto a lo que el equipo ruso tenía planeado desde el principio. Bryan y Spencer tuvieron que aumentar sus horas de entrenamiento, debían encontrarse listos por si era necesario que uno de ellos tomase el lugar de Silke, mientras que Kai y Tala los enfrentaban.

-Es suficiente por hoy. Vayamos a cenar. – Indicó Tala quien a pesar de mostrarse en buenas condiciones sentía el mismo cansancio que sus camaradas.

Los cuatro se dirigieron a la cocina y tomaron sus lugares, sirviéndose emparedados nuevamente ya que el desayuno de Silke no había conseguido llegar hasta esa hora.

Pasaron los minutos en silencio, hasta que la chica se unió a ellos. Silke no lo demostraría, era orgullosa a su manera y no quería parecer el eslabón débil del equipo, así que con la mano derecha muy adolorida, acomodó la pesada silla para tomar asiento y prepararse un pequeño refrigerio. Cualquier mínimo movimiento de la muñeca le resultaba fatigoso, incluso untar aderezos a la rebanada de pan.

-¿Peleaste con el martillo y perdiste? – Dijo Kai repentinamente sin prestar atención con una clara referencia a su dedo pulgar izquierdo que tenía un color obscuro en la zona de la uña a causa del golpe que antes había conseguido acertarse.

Ante la provocación Silke simplemente lo fulminó con sus joyas ámbar y cuando el japonés devolvió la mirada ella le sacó la lengua y regresó a su sandwich.

-¡No Silke! –Intervino Bryan llamando la atención de la chica. – ¡Así nunca te respetará! Mira, podrías decirle algo como esto… - Bryan se aproximó a la oreja de Silke diciéndole en secreto unas palabras en ruso, haciendo que sus ojos se abrieran mucho.

-¿Y… Se puede usar todo junto en la misma oración? – Preguntó curiosa ante semejantes palabrotas.

-Eh… depende de la intención, aunque también puedes decirlas por separado pero se pierde el efecto. – Recalcó el maestro con sabiduría.

Tala suspiró interrumpiendo aquella lección de mal vocabulario.

-Y bien… espero que esa ventana haya quedado como estaba. – Dijo expectante por un trabajo bien hecho.

-Está sellada… aunque claro que no puedo asegurar que luce igual que antes. – Mencionó Silke mirando hacia abajo un poco avergonzada por su pésimo trabajo de carpintería.

-Ya veo. Hazla de nuevo hasta que quede como estaba, debes aprender a hacer las cosas bien. – Indicó Tala como si se tratase de algo sencillo.

Silke se puso de pie imponiéndose sobre todos.

-Yo siempre hago las cosas a la perfección, la volveré a hacer mañana. – Indicó molesta, cuando se había puesto en duda su forma de trabajar.

-Eso espero… - Dijo Ian bostezando llamando la atención de todos desde la puerta. – Si no haces las cosas a la perfección con este blade podrías resultar más que herida. –

Ian llegó en el momento justo antes que la chica se molestara más y que Kai obtuviera lo que buscaba al fastidiarla. El ruso de la misma estatura que Silke colocó sobre la mesa un beyblade recién pintado color azul turquesa, se parecía mucho al original pero tenía algunas ligeras modificaciones, la punta ya no era delgada como aguja a diferencia del blade anterior, ahora tenía una mayor superficie para un mejor balance y apoyo, el anillo de defensa era pequeño en comparación con el de otros blades pero totalmente sólido, y el anillo de ataque tenía las cuatro puntas reforzadas para mejorar los golpes certeros de Gekiryu sin mencionar el mecanismo de pistones que no se veía a simple vista. Aquel blade era como un pequeño tanque.

-Luce bien, buen trabajo Ian. – Señaló Tala desde su asiento con los brazos cruzados.

-Es magnífico… ¿puedo? – Preguntó Silke al ingeniero.

-Adelante. – Respondió bastante orgulloso por su obra.

Silke lo tomó con cuidado, era liviano aunque se sentía perfectamente como todo el peso se hallaba distribuido en el eje de la punta del trompo. La castaña metió una mano al bolso de su vestido y sacó la pequeña caja de cartón donde se encontraban las piezas originales de su blade, y el bit de Gekiryu, el cual colocó con cuidado sobre la corona de su nuevo beyblade.

-Luce fantástico, ¡muchas gracias Ian! – Se expresó Silke con gratitud ante su compañero.

-Todavía no me lo agradezcas, aún falta saber si puedes manejarlo. – Sonrió con malicia el dueño de Wyborg.

-Eso es cierto, el sistema de Pistones que Ian inventó no es fácil de dominar y si te cansaste cuando peleaste con Tala, bueno… esto te dejará totalmente exhausta. – Opinó el serio Spencer haciendo que la sonrisa de emoción en la cara de Silke se desvaneciera sutilmente.

-Y solo tienes tres días contando con hoy ya que el viernes partimos a Italia. – Observó Bryan.

Silke suspiró descansada. – No se precupen, sé que lo conseguiremos. – Dijo la chica optimista.

-Deberías dormir por que mañana te enfrentarás a mí de nuevo. – Le dijo Kai adelantándole la práctica del día siguiente.

-Estoy ansiosa por que eso pase. – Respondió Silke desafiante confiada en su nuevo beyblade. – Ah, y la ventana, casi lo olvido. – Se dirigió a Tala quien solo le miraba indiferente.

La cena continuó amena sin más interrupciones, por más que habían cambiado su trato ligeramente hacia ella, Silke no los detestaba y del lado contrario parecían sentirse curiosos en la alemana quien lucía una mayor motivación que antes a causa del desafío de Robert.

Un rato después, Silke por fin se halló en su habitación. Todo le dolía, y tenía que estar bien descansada al día siguiente, por lo que rápidamente se preparó para dormir, no sin antes revisar su celular. Como siempre continuaba sin señal pero aún tenía un ligero pendiente, aquel dichoso mensaje por parte de Johnny. Puso un dedo sobre la tecla para abrirlo, pero decidió no presionarlo y en su lugar activó la alarma del dispositivo, sentía tanto cansancio que dudaba poder levantarse sin ayuda del despertador. Sostuvo entre sus manos el beyblade que Ian le había fabricado, no podía dejar de pensar lo fabuloso que Gekiryu se veía en él, y estaba ansiosa por usarlo al día siguiente. No podía perder frente a Robert. Jamás.

Al día siguiente luego de otro ameno desayuno por parte de Bryan nuevamente y un pan cada vez mejor que el anterior, los Blitzkrieg Boys se dirigieron a la nave de entrenamiento. Silke aguardó órdenes.

-Lanza tu beyblade hacia el beyestadio. – Indicó Tala sin más.

Silke frunció el ceño un poco extrañada, eso no parecía un entrenamiento, así que se limitó a hacer lo que le pedían. Se aproximó un par de pasos hacia el estadio y cargó el blade azul en su lanzador. Presionó el gatillo y Gekiryu salió disparado. A penas y rebotó sobre la dura superficie de roca cuando a Silke se le dificultó controlarlo dentro de la circunferencia debido a que se deslizaba a una mayor velocidad que la de sus ojos; repentinamente siguió su descontrolado camino hacia el atrio el cual impactó con fuerza atravesándolo, consiguiendo entrar a la sala de armamento. Sólo se escuchaban ruidos pesados y metálicos de cosas cayendo. Silke se llevó la mano derecha al rostro cubriendo su boca cuando ahogaba un suspiro debido a la impresión de los destrozos causados por Gekiryu, mientras que sus compañeros solo esperaban algún milagro por parte de la beyluchadora. En determinado momento el blade volvió a atravesar el muro hacia la sala de entrenamiento en dirección hacia ellos, por lo que Spencer lanzó a Seaborg para detener el peligroso camino de Gekiryu quien rechazó el ataque continuando imparable sorprendiendo al más alto, así que Kai y Tala tuvieron que tomar cartas en el asunto lanzando sus propios blades para finalmente derrotar el blade loco y dejarlo inmóvil en el piso.

Silke lucía impactada, sin embargo los chicos no parecían tan sorprendidos.

-¡Lo siento! – Se disculpó Silke de inmediato dirigiéndose hasta Gekiryu para levantarlo con cuidado. Sentía que tenía una granada entre sus manos.

-Esos muros tienen más de un metro de espesor de piedra – Dijo Tala sin preocuparse demasiado. – Tendrás que repararlos también y limpiar el desorden que causaste. –

-…lo haré… - Respondió Silke comenzando a cansarse de lo mucho que le costaba pagar su irresponsabilidad. –

-Es una broma, te dijimos que este edificio no nos importaba en lo más mínimo. – Le reprochó desinteresadamente a la chica quien no estaba segura de comprender la gracia en ello. – Lo que no es una broma es pensar en ese blade atravesando un cuerpo humano. – Señaló Tala con completa seriedad. – Si no lo controlas podrías herir gravemente a alguien, así que creo tienes trabajo que hacer, te dejaremos todo este salón para que practiques, tienes un solo día. – Concluyó para retirarse seguido por los otros.

Silke permaneció de pie, un poco nerviosa por el inmenso poder que le correspondía dominar en un periodo tan corto.

-No vayas a morir. – Dijo Kai antes de salir al último por las puertas, llamando la atención de la vista incómoda de Silke. – Aún me debes una batalla. – Recordó el Hiwatari antes de cerrar las pesadas puertas detrás de sí.

La alemana miró su blade y luego observó con cuidado los agujeros hechos con él. Sentía algo que temblaba en su interior, al principio pensó que eran nervios, pero al analizarlo notó que se trataba sólo de una intensa emoción que surgía desde adentro. Su mirada cambió mostrando serenidad, cargó su blade nuevamente y se preparó para un nuevo lanzamiento.

-¡Muy bien Gekiryu! ¡Enfoquémonos en conseguir esto! – Exclamó Silke para ella y su bestia bit, sabía que sería difícil pero estaba segura de conseguirlo, y una vez que lo hiciera, demostraría que ella también podría ser la cabeza de la familia Jürgens.

Disparó su blade apuntando hacia el centro del bey-estadio donde descendió con gran fuerza, rebotando debido a la fuerza que el sistema de Ian le propulsaba. Nuevamente se volvió loco siguiendo un camino disparejo fuera del bey estadio, impactando esta vez contra la puerta que conducía a las escaleras del campanario, la cual se hizo trizas con el certero golpe, el blade emergió sin haber disminuido la fuerza volviendo hacia el centro de la nave donde Silke aguardaba.

Gekiryu se dirigía en su dirección, pero hizo el temor y la duda a un lado y se concentró.

-Vamos… - Susurró expectante. - …gira… gira… - Decía ensimismada intentando que el blade cambiara de dirección antes de llegar hasta ella.

Los segundos se volvían eternos, y la distancia entre ambos cuerpos se acortaba, el blade azulado no variaba en su ruta. A poco menos de un metro de distancia, el trompo viró y fue a estrellarse contra una banca de metal a un costado de un muro, dejando el asiento de acero retorcido como si un auto hubiera impactado contra él. Finalmente Gekiryu se detuvo.

Silke supo que eso había estado cerca, sin mencionar lo rápido que su corazón palpitaba. Se aproximó hasta su blade, el cual le costó trabajo sacar entre el metal ensortijado.

-No me daré por vencida. Intentémoslo de nuevo Gekiryu. – Dijo firme y lanzó nuevamente su blade sin buscar un punto específico para que cayera, solo necesitaba poder controlar su desplazamiento, pero el blade se movía a una terrible velocidad, tanto que era imposible intentar que se quedara quieto en un solo sitio, era como volver a jugar beyblade desde el principio.

El nivel de concentración que requería se encontraba fuera de lo que alguna vez hubiera hecho, era muy difícil, tenía que dejar de pensar en cualquier cosa, incluso en el espacio en el que estaba, solo eran Gekiryu y ella. Decidió intentar algo nuevo aunque comprometedor. Cerró los ojos y quiso dejar que su beyblade se moviera por puro instinto. Al hacer el sentido de la vista a un lado, obtuvo dos reacciones diferentes. La primera era que la preocupación le suplicaba que volviera a abrir los ojos, que era muy peligroso no ver donde se encontraba Gekiryu y que dolería si no podía alejarlo de ella. La segunda quería hacerla recelar del miedo, tener fe en que todo saldría bien y en que Gekiryu sería sus ojos. De pronto escuchó un fuerte estruendo a su derecha, que la hizo alzar los hombros a causa del ruido, su respiración se volvía más pesada y apretaba los ojos con fuerza para obligarse a no abrirlos. El inconfundible sonido de un cristal haciéndose pedazos se escuchó detrás de ella, haciendo que mordiera su labio inferior y que una gota de sudor rodara desde su frente, pero aún no podía desistir. En su interior intentaba encontrar paz a pesar de los destrozos que ella misma causaba a su alrededor, algo que parecía empezar a funcionar, ya que el ruido continuaba pero cada vez a menor escala.

-Podemos hacerlo… - Se dijo a sí misma. – Acércate, vamos, lentamente… - Comenzó a hablarle al beyblade. El ruido seco del trompo chocando contra la pared se escuchaba aún a lo lejos delante suyo. No sabía la distancia, pero conocía la dirección de la que provenía el sonido, así que intentaba pensar en el blade como una extensión de sí misma, como si fuera una pelota que hubiera lanzado hacia la pared y rebotara de regreso hasta ella.

Escuchó un crujido cercano en la misma dirección, pero no parecía haber sido el muro, tal vez uno de los platos de los diversos bey-estadios del piso, Gekiryu se estaba acercando, podía sentirlo, y dos sensaciones luchaban por dominar, el temor y la valentía. Algo de pronto cruzó su mente, un viejo recuerdo, más de diez años atrás cuando Silke y Gekiryu se miraron por primera vez, ese sentimiento de seguridad que el dragón había producido en ella, le ayudó nuevamente a tener el coraje que necesitaba para completar el entrenamiento.

El ruido cesó, y pasó casi un minuto en el que Silke a pesar de haber comenzado a sentir cansancio se mantuvo de pie en la misma posición. Lentamente abrió ambos ojos y ahí estaba su beyblade girando en el piso enfrente de ella en perfecto equilibrio. La joven se arrodilló y tomó el blade con su mano derecha sin temer a lastimarse. Inmediatamente empezó a respirar agitadamente, sentía su pecho oprimido pero podía relajarse ya que ambos lo habían conseguido tras volver a sentir eso que los unió para siempre.

Silke exhausta miró su blade con cariño. No podía tener más gratitud hacia él.

-Esto fue un gran avance ¿no crees?, pero aún no terminamos, ¡Arriba Gekiryu! – Exclamó poniéndose rápidamente de pie, lanzando su blade a un estadio a lo lejos, esta vez cayó justo en el centro quedándose quieto en perfecta sincronía con los deseos de su ama.

Pasaron las horas y la estrella incandescente se movía de Este a Oeste jugando con las sombras de la abadía, en la que podían escucharse golpes pesados retumbar en las paredes lejanas de la iglesia. Incluso en cuartos lejanos como el gimnasio, virutas de las viejas trabes de madera caían cerca de Spencer que se ejercitaba. En la cocina, se podía escuchar el tintinear de la cristalería de tanto en tanto, y Kai sólo se mantenía pensativo con cada estruendoso sonido desde el patio trasero.

El mitad japonés miraba a Dranzer, al parecer Silke lo había conseguido en menor tiempo del que suponía. Esa alemana había comenzado a convertirse en una especie de rival para él, una detestable competencia, casi tan molesta como Tyson. Pero se sentía tranquilo, si Silke se volvía más fuerte, podría derrotarla sin abusar de ella y entonces restituiría su honor como beyluchador.

Cuando faltaban casi veinte minutos para la cena, Kai se dirigió a la nave. El ruido ya había cesado desde hacía una hora, lo que significaba que o Silke se había desmayado o estaba descansando. Al abrir la puerta solo gruñó molesto ya que se había equivocado en sus predicciones, Silke se hallaba de pie y Gekiryu no paraba de girar en perfecto equilibrio sobre la punta de un clavo cuya cabeza plana se encontraba contra el piso.

La nave todavía se encontraba en una pieza, aunque con una ventana, una banca de fierro y una puerta de madera rotas, muchos golpes en las paredes que parecían haber sido hechos con un mazo, escombros en el piso y bey-estadios agrietados.

-¿Estás listo? – Preguntó Silke aún de espaldas, sabiendo que no se trataría de ningún otro que no fuera Kai.

El bicolor no hizo ningún ruido, estaba molesto por que la voluntad de Silke era inquebrantable, pero él mismo se encargaría de que eso no durara. Se colocó frente a la chica del lado contrario de un bey-estadio cercano que no se encontraba en tan mal estado para verificar su avance.

-Entonces juguemos. – La desafió preparando a Dranzer.

Silke sonrió interesada en el reto, de un salto su blade se elevó hasta la altura de sus ojos y lo atrapó con facilidad para disponerse a enfrentar a su adversario.

-Cuando digas – Respondió Silke mostrando su beyblade listo.

Kai le miraba con recelo. Estaba seguro de que ahora sus poderes se habrían nivelado un poco, pero entrenamiento o no, Silke sería quien quedara en segundo lugar.

La alemana mostraba una sonrisa confiada, aunque por dentro sabía que no duraría mucho, lo que dijo Spencer era cierto, ese entrenamiento le había desgastado a lo largo del día; tenía más hambre que otras veces y el sueño comenzaba a picarle los ojos a una temprana hora del día, sin embargo nada se interpondría en su deseo de demostrar que era tan buena como su rival.

-3, 2, 1, ¡LET IT RIP! – Gritó Kai, dando la salida de ambos blades.

Silke y Kai dispararon sus lanzadores, y esta vez Silke fue capaz de controlar perfectamente a Gekiryu sobre la superficie del plato dirigiéndolo en línea recta hasta encontrarse con Dranzer quien evitó su ataque con mucha facilidad.

-Así que aprendiste a controlarlo, bien, ¡qué te parece esto! – Indicó Kai moviéndose a gran velocidad mientras golpeaba a Gekiryu por todos los costados.

Silke sentía cada diminuto empujón en su blade como si de hecho estuviera recibiendo certeros golpes en su cuerpo, algo que la hizo agitarse rápidamente.

-¿Ya te rendiste? – Preguntó Kai al notar su rápido desgaste.

-¡Para nada! – Le replicó Silke con el rostro exhausto pero una confiada sonrisa. – Cada vez me acostumbro más a tu forma de jugar, así que tienes menos oportunidades de sorprenderme. – Le dijo repleta de seguridad en sus palabras.

Kai rió divertido. – ¿Eso crees? ¡Vamos Dranzer! ¡Acába con ella!- Indicó rápidamente dirigiendo su blade amenazante envuelto en fuego directo a ella.

-¡Ahora Gekiryu! – Indicó Silke consiguiendo que su blade se aproximara hasta Dranzer para enterrarse antes de tocarlo.

-¿Eso es todo? – Preguntó Kai un poco decepcionado.

Silke solo le miró respirando con dificultad, ahora tenía la ventaja, no había de que preocuparse, solo debía esperar a que Dranzer se paseara por la zona apropiada, algo que no tardó en ocurrir cuando Gekiryu decidió embestir desde las entrañas de las rocas.

Dranzer fue elevado desde abajo, pero Silke no esperaba haberlo golpeado tan fuerte como para que el beyblade llegara casi hasta el techo de la nave, sin embargo lo que pasó a continuación fue una flecha incandescente que descendió hacia Gekiryu golpeándolo con fuerza hacia el suelo ocasionando una onda de calor que se esparció por todo el lugar, haciendo que Silke se cubriera como pudo, mientras que Kai lucía fresco como si nada.

-¡Debemos resistir Gekiryu…! – Le decía Silke a su bestia bit entre dientes. La alemana había calculado que luego de ese despliegue de poder tendría una oportunidad para vencerlo, justo cuando bajara la guardia.

Dranzer cesó su ataque para retroceder como Silke había predicho, y aunque su blade se encontraba girando a menor velocidad, la bestia bit apareció haciendo frente al fénix, era ese momento o nunca.

-¡Gekiryu! ¡Embístelo con todo lo que tengas! – Ordenó la chica enfocando la poca fuerza que le restaba hacia un formidable ataque final para intentar sacar a Dranzer del estadio.

El enorme dragón se dirigió hacia el ave de fuego completamente descubierto, algo que Kai no ignoró y tampoco desaprovechó.

-¡Dranzer! ¡Blazing Gigs! – Comandó el bicolor cuando Dranzer descargó una gran llamarada que envolvió a Gekiryu sobrepasándolo en dirección a Silke.

La alemana notó el fuego aproximarse hasta ella, pero no se movería, no dejaría a Gekiryu solo en medio del combate, repentinamente el fuego se desvió cuando el mismo Gekiryu se movió de su lugar protegiendo a la joven del formidable ataque. Kai también lo notó, era la misma conexión que tenía Tyson con Dragoon pero había algo más allí, algo que aún no lograba ver.

Cuando las llamas se desvanecieron, Gekiryu desapareció y en el estadio solo se encontraba Gekiryu sin moverse y Dranzer quien continuaba en perfecto equilibrio.

Silke cayó al piso con ambas rodillas, poniendo sus manos sobre el piso para mantenerse erguida. El cansancio se le notaba tanto en el rostro como en la ropa, y su respiración desmedida hacía creer que podría desmayarse en cualquier momento.

-¿En serio creíste que después de mi ataque me encontraría vulnerable? – Presumió Kai respecto a las acciones tomadas por Silke. – No deberías subestimar a ningún beyluchador del torneo con algo así. – Determinó el bicolor recuperando a Dranzer.

-No volveré a cometer ese error. – Sonrió Silke mientras recuperaba la velocidad de su respiración.

El sonido de un par de manos aplaudiendo se escuchó desde la entrada, haciendo a Silke voltear aunque Kai no parecía sorprendido. Ian, Bryan y Spencer se encontraban detrás del capitán que dejó de aplaudir.

-Felicidades, conseguiste en unas cuantas horas dominar un sistema de beyblade muy novedoso, algo que a otros les tomaría días. – Congratuló sincero aunque limitado en su entusiasmo el capitán. – Sin embargo, debes ser muy ingenua si crees que podrás ganar solo con embestidas y cabezazos de tu bestia bit.

-¿A qué te refieres? – Preguntó la chica poniéndose de pie.

-Esos no son ataques, sólo son movimientos. – Indicó Kai.

-¿No comprendo, cual es la diferencia? – Respondió dudosa la chica.

-Los ataques son varios movimientos combinados en una secuencia favorable para engañar y golpear al enemigo. – Comentó Ian acercándose hacia el estadio, recogió a Gekiryu y lo revisó rápidamente. – Como puedes ver, tu blade es mucho más resistente que el anterior que tenías, pero no sirve de nada el gran poder que controlas si no lo manejas adecuadamente. – Declaró entregándolo a su dueña. -

-No olvides que sólo te restan dos días para conseguirlo. – Recordó Spencer señalando con su dedo índice y anular.

-Te recomiendo que mañana lo definas para que el Jueves podamos perfeccionarlo, y el Viernes en Italia todos se lleven una gran sorpresa. – Concluyó Bryan.

Silke miró a Gekiryu, nunca había pensado en un ataque, ya que con su fuerza siempre había sido más que suficiente, aunque ahora que se lo decían era obvio que tenía trabajo que hacer.

-Muy bien, mañana lo tendré listo. – Dijo Silke dirigiéndose a la salida pasando entre sus altos compañeros.

-¿A dónde vas? – Preguntó Tala. – Ya es hora de la cena.

-Lo sé, pero prefiero primero reparar la ventana, luego cenaré. – Declaró retirándose hacia el oscuro pasillo, a pesar de tener hambre tenía bien establecidas sus prioridades.

Los Blitzkrieg Boys se quedaron atrás, Kai también pretendía dejar la sala cuando las voces de sus compañeros lo detuvieron indirectamente con una pregunta.

-¿Es extraño no? – Le dijo Bryan a su equipo.

-¿La bestia bit? – Indagó Spencer acertadamente.

-Es raro que una bestia bit de tan alto nivel proteja a un blader inexperto, a pesar de que en primer lugar fue su culpa que el ataque de Kai le hubiera impactado directamente. – Observó Ian. – ¿Recuerdan cuando Kai utilizó al Black Dranzer sin saberlo usar? En ese momento esa bestia bit descontrolada no hizo más que destruirlo todo. –

-Quizá es algo similar a Tyson y Dragoon. – Intuyó Bryan recordando como el dragón azul del este tiene como principal prioridad a Tyson antes que una batalla.

-No. – Intervino Kai. – Tyson se ganó el respeto de Dragoon luego de muchas batallas, y aparentemente estas son las primeras veces que Silke entra a una. Hay otra razón. – Dijo seguro de sus palabras antes de retirarse también.

Tala solo observó a todos interactuar intentando sacar sus propias conclusiones. Era casi seguro que tenían al equipo más fuerte, pero no sabían que tan confiable era la bestia bit de Silke si prefería perder una batalla a perderla a ella.

El grupo se dirigió a la cena, donde solo recalentaron, aunque a lo largo de la velada, Silke nunca llegó. Se hizo más tarde y todos se fueron a dormir, sin embargo un curioso Kai se dirigió hasta la ventana que la alemana debía reparar, al llegar descubrió sorprendido que había vuelto a quitar todas las tablas y los clavos inutilizables yacían en un balde. Sólo se apreciaba la mitad inferior de la ventana sellada, y el trabajo lucía mejor hecho que como estaba originalmente. Pero… ¿por qué le molestaba? Tal vez sentía que había encontrado a alguien igual de perfeccionista que él.

Silke ya se encontraba colocándose su pijama en la habitación que le tocaba, cuando extrañada se miró al espejo detenidamente al ver enrojecidas algunas zonas de su piel, lo que no podía ser otra cosa que el rastro de la batalla con Kai, aquellos golpes que recibió Gekiryu se habían reflejado de alguna manera en su propio cuerpo, justo como lo había sentido. Un poco preocupada se cubrió con la ropa, ya no sentía hambre, sólo quería dormir, ese día había resultado muy extenuante, no sólo para ella, también para Gekiryu, mejor aprovechaba cada hora restante de la noche para recuperarse, ya que sólo le quedaban un par de días para desarrollar su propio y distintivo ataque.

A la mañana del miércoles, Silke despertó tras escuchar el sonido programado en su teléfono, aún se encontraba cansada, pero tenía que completar la segunda misión que era crear un ataque único. Recordó como Robert era implacable con el ataque "Daga de viento" de Griffolyon, debía encontrar un punto fuerte en su amigo para usarlo a su favor.

El desayuno aconteció sin mucha charla, y al finalizar antes que el resto, Silke se dirigió a la nave para diseñar la técnica que la pondría al mismo nivel que Robert y el resto de su equipo.

Ninguno de los muchachos quiso importunarla, de hecho esperaban ver otro milagro por parte de ella al final del día. En el edificio de pronto se escuchaban rugidos profundos, ruidos secos, a veces agudos, y periodos de total silencio.

Tras un largo rato, Silke cesó el entrenamiento. Ella y Gekiryu se sincronizaban muy bien en algunas maniobras, pero hacer diversos movimientos en cierto orden le costaba un poco de trabajo, sólo sentía que eran secuencias sin mucho sentido. Se sentó en el frío piso estirando sus piernas mientras observaba a Gekiryu girando al centro del estadio.

-Gekiryu, - Le llamó. La bestia bit apareció frente a ella, rodeándola con su largo cuerpo serpenteante. – No se me ocurre nada… debemos encontrar tus fortalezas y usarlas para hacer algo como el Blazing Gigs o Novae Rog de Kai y Tala… - Le comentó pensativa.

La bestia bit solo asintió y a continuación abrió sus grandes fauces mostrando su afilada dentadura.

-No podemos usar tu veneno, es muy peligroso para las otras bestias bit, tendremos que pensar en otra cosa. – Dijo Silke sonriendo resignada.

Gekiryu cerró de nuevo su hocico y se aproximó hasta Silke donde apenas la punta de este se recargaba sobre sus rodillas. La castaña se dedicó a acariciar las finas escamas sobre sus fosas nasales, mientras la enorme criatura cerraba los ojos dando a entender que le gustaba.

-Veamos… - Dijo Silke aun pensando al recorrer con su vista el cuerpo de Gekiryu. – Eres… muy grande, eso ya de por sí nos sirve; tienes unas escamas extraordinariamente duras como el acero y brillantes como el diamante, incluso aguantaste el ataque de fuego de Kai en dos ocasiones, así que tu defensa es una gran ventaja; pero como dijo Tala, no podemos ganar sólo con golpes. – Silke se quedó pensativa, incluso Tyson tenía esa tormenta que Dragoon causaba liberando una gran corriente de aire. Sabía de antemano que Gekiryu era una bestia bit cuyo hábitat natural es el fondo del mar, pero eso no significaba que pudiera manipular el agua de la misma forma que la bestia bit del chico rubio Max. – No ganar sólo con golpes… -

Algo surgió en su mente, según sus investigaciones era posible, pero no sabía si Gekiryu sabría cómo hacerlo.

–Oye Gekiryu, - Le dijo cariñosamente, haciendo que el dragón abriera los ojos para prestar atención. – ¿Sabes si puedes lanzar gas venenoso? – Le preguntó curiosa.

El dragón negó con la cabeza.

-¡Vamos! ¡Sé que puedes hacerlo! – Le motivó sonriente.

El dragón se encontraba extrañado pero aun así lo intentó. Lanzó un rugido hacia una zona lejana de la nave y nada. Le miró decepcionado pero ella insistió más.

-Inténtalo una vez más. – Le dijo animada.

Nuevamente rugió en la misma dirección y una especie de niebla violeta salió de su garganta, opacando la visibilidad hacia esa zona, el dragón lució sorprendido. Silke se puso de pie, sin conmoción alguna, después de todo las leyendas suelen basarse al menos en un hecho real.

-¡Bien hecho! Aunque aún no sabemos las consecuencias de ese gas, ¿crees que pudiéramos combinarlo como dijo Tala? – Preguntó emocionada.

La bestia bit asintió de inmediato preparándose para lo que fuera.

-Podríamos intentar hacer que el oponente nos persiga y en el momento justo lanzar esa niebla para confundirlo y entonces sacarle ventaja, sí creo que es algo similar a lo que hacen Tala y Kai, muy bien Gekiryu, debemos intentar algunos movimientos, ver cual combinación funciona mejor y entonces integrar esta niebla… amm ¿cómo deberíamos llamarla? – Preguntó Silke abiertamente, obteniendo solo leves gruñidos por parte de la bestia bit. - ¿Qué te parece… "Violet Mist"? –

El comando era corto y fácil de comprender, así que Gekiryu no se opuso.

-¡Muy bien! ¡Es hora de practicar! – Indicó Silke siendo respaldada por un gruñido simpático del dragón.

El día transcurrió lento, cada beyluchador entrenó por su cuenta en diferentes zonas de la abadía, ya que era importante el trabajo en equipo pero también lo era la sincronización de cada blader con su respectiva bestia bit.

Después de varias horas de entrenar, Kai decidió parar y dedicarse a configurar la laptop que había adquirido en Escocia para abrir el archivo que Silke tenía, algo que no era difícil para él, ya que sólo requería de entrar a los comandos principales de la computadora y escribir algunos programas básicos; esperaría a la hora de la cena para hacerlo con la dueña de dicha información.

Cerca de las seis de la tarde el resto de los Blitzkrieg Boys ya habían dado por concluida su práctica, uno a uno se habían ido reuniendo en la cocina para beber algo y descansar de la larga jornada. No solo era la pesadez del entrenamiento; el torneo, los cambios de horario y las travesías habían comenzado a desgastarlos. Usualmente los equipos permanecían en el país donde se jugaban las rondas antes de pasar a la siguiente, sin embargo debido al misterioso beyluchador que los atacó en la Mansión Hiwatari no podían arriesgarse a permanecer en un lugar fácil de ubicar.

Tala se encontraba desarmando a Wolborg pasa sustituir la punta desgastada por una nueva, mientras limpiaba y lubricaba el sistema de pistones. Ian, Bryan y Spencer descansaban jugando póker en una orilla de la mesa mientras bebían diversos batidos, por su parte Kai se mantenía de brazos cruzados sobre la mesa con la computadora encendida, cada minuto que transcurría lo hacía molestarse con respecto a cómo Silke le hacía perder el tiempo. De pronto se puso de pie y se dirigió a la salida de la cocina.

-¿A dónde vas? – Preguntó Tala extrañado, sin embargo el otro no respondió.

El bicolor tuvo que recorrer pesadamente todo el camino hasta la nave, pero su molestia solo incrementó al encontrar vacío el lugar. Cerró la pesada puerta con fuerza dirigiéndose a la lejana torre de la ventana en reparación, sólo para descubrir que estaba totalmente sellada con las tablas perfectamente alineadas y los clavos bien puestos, las maderas inservibles se encontraban apiladas a un costado junto con las herramientas acomodadas en la caja. Todo esto le molestaba más ya que no había forma de regañar a alguien por un buen trabajo, en especial uno que no supiera realizar. Dejó el lugar y se dirigió hacia la última habitación en la planta superior del claustro y llamó a la puerta. No hubo respuesta.

-¡Silke! – Le llamó por su nombre y nada aún.

Harto, abrió la puerta sin cuidado alguno y sólo encontró a la chica sentada en la silla del escritorio con los brazos cruzados y su cabeza recargada sobre el viejo libro de mitología. Silke dormía tan profundamente que el escándalo de Kai no la había perturbado en absoluto.

Kai apretó el puño derecho, esa mujer se esforzaba por hacerlo perder los estribos. Tenía ganas de despertarla dando un golpe al escritorio de madera pero se contuvo. Salió de la habitación y cerró la puerta detrás suyo. Mientras bajaba las escaleras se preguntó por qué le había perdonado a su rival ese día, tal vez era su forma de reconocer que se había ganado un descanso.

Al volver a la cocina Kai cerró la pantalla sobre el teclado, hizo a un lado la computadora y se preparó la cena. Tala y los otros no dijeron nada, pero con ver las acciones de Kai comprendían que Silke no bajaría.

A la mañana siguiente, el celular de Silke comenzó a sonar desde su cómoda. La chica tardó en comprender lo que sucedía. Adormilada se puso de pie e intentó responder al teléfono sin obtener respuesta, hasta que comprendió que se trataba de la alarma. Tras apagarla se acostó sobre la cama mientras bostezaba con pereza.

Repentinamente abrió mucho los ojos al ver la luz en la ventana cuyas cortinas no había cerrado. Verificó la hora del teléfono y se asustó como nunca en su vida.

-¡No puede ser! – Dijo mirándose la ropa un poco arrugada. – ¿¡Desde que hora me quedé dormida!? – Se preguntó exaltada.

De inmediato se retiró la corona trenzada, se cepilló rápidamente y se peinó con una sola cola de caballo para verse más presentable, se lavó la cara para refrescarse, tomó su beyblade y lanzador para dirigirse al desayuno sintiendo todo su cuerpo cortado, no había músculo que no le doliera debido al entrenamiento, la reparación de la ventana y la pésima postura en la que se durmió.

Al llegar a la cocina, sus compañeros se le quedaron viendo extrañados.

-Llegas tarde. - Sentenció Tala.

-Por favor discúlpenme, ¡no volverá a pasar lo prometo! – Se excusó tomando el lugar libre a un costado de Tala.

La castaña se apresuró a servirse una pequeña cantidad del estofado de Spencer, desafortunadamente no había pan por su culpa así que empezó a comer sin demora.

-¿No crees que te serviste muy poco? – Preguntó Kai frívolo.

-Una dama no debe comer más de lo que cabe en sus manos. – Respondió Silke con naturalidad.

-Una dama tal vez, pero tú ya no eres una, ahora eres una beyluchadora, si no comes lo suficiente enfermarás. – Dijo Tala sirviéndole otra gran cucharada del guiso incomodándola.

-Tala, es demasiada comida, no podré terminarla… - Se defendió cuando el pelirrojo intervino de nuevo.

-¿Haz notado que tus mejillas lucen pálidas? – Observó señalándola con la mirada amenazante de un lobo.

-¿Qué? – Se extrañó ella.

-¿De dónde crees que Gekiryu saca su energía? Te agota tanto que ayer ni siquiera cenaste. No seas un problema para el equipo y come tu porción. – Sentenció.

Silke se le quedó mirando al plato. No se trataba de cuidar su figura, es solo que ella no tenía las mismas dimensiones que sus compañeros.

-Somos un equipo.- Le dijo Spencer con tranquilidad.

-Si uno cae, todos caemos, nuestro régimen de entrenamiento es el mismo siempre, mejor acostúmbrate – Opinó Bryan mirando su tenedor con un bocado.

-Además tú y yo tenemos la misma estatura, si yo puedo comer eso tú también puedes. – Dijo Ian convencido de sus palabras.

Silke se le quedó mirando al plato, seguía considerando que era inapropiado comer tanto, pero era cierto que se sentía cada vez más cansada, así que no dijo nada y comenzó a desayunar. Al poco rato se dio cuenta que su plato estaba vacío casi al mismo tiempo que los demás. Se sorprendió tras notar como esa cantidad de comida había conseguido satisfacerla, sus compañeros tenían razón, Gekiryu absorbía mucha de su energía. Se sentía un poco avergonzada al dejar que los chicos se involucraran en su alimentación, pero sabía cómo devolverles el favor indirectamente.

-Estamos listos para enseñarles nuestra nueva técnica. – Dijo de pronto llamando la atención de los presentes.

-Pues mañana partimos temprano a Italia, así que espero esté bien desarrollada. - Declaró Tala.

-Lo está, ayer no dejamos de entrenar hasta conseguirlo, creo que podré demostrar a lo que me refiero jugando contra los cinco al mismo tiempo. – Habló modesta.

-Eso será interesante. – Dijo Bryan con una sonrisa maliciosa.

-El otro día fuimos buenos contigo, hoy no será así. – Declaró Ian mientras Spencer asentía.

Kai y Tala no dijeron nada, por el bien del torneo esperaban que su avance fuera algo sobresaliente.

Luego de dejar la cocina recogida como siempre, el equipo completo fue hacia el plato de entrenamiento, Silke se sentía mejor gracias al desayuno, pero esperaba impresionarlos para que no se prolongara la batalla, pudiera darse un baño y acostarse el resto de la tarde para llegar bien descansada a Italia.

-Muy bien, estoy lista. – Indicó colocando a Gekiryu en su lanzador, con una sola mano apuntaba la luger hacia el centro del beyestadio.

Sus compañeros no dijeron nada, solo se pusieron en guardia y dieron la oportunidad a Silke de ser quien contara.

-¡3, 2, 1, LET IT RIP! – Gritó firme al momento en que todos disparaban sus blades en el centro intentando golpear a Gekiryu.

Silke volvió a jugar como solía hacerlo, justo como se acomodaba mejor, los cinco rusos rodearon a Gekiryu por algunos instantes antes de impactarlo, descubriendo que la defensa de la beyluchadora había sido canalizada de una forma más eficiente con el nuevo sistema de pistones, por lo que Gekiryu absorbió la fuerza con que lo habían golpeado reflejándola en su contra. Los cinco se vieron alejados momentáneamente, algo que esperaban que pudiese ocurrir, sin embargo las bestias it de los Blitzkriegboys aparecieron, a su vez el blade turquesa emprendió su camino lejos de ellas, consiguiendo que lo persiguieran.

Silke se mantuvo firme, el primer golpe de los cinco consiguió hacer que su cuerpo de inmediato resintiera como si una bocina de muy alto volumen estuviera detrás suyo, haciendo que las altas vibraciones pasaran a través de sí. Tomó un respiro al quitárselos de encima y decidió usar su nuevo ataque tomándolos por sorpresa.

-¡Gekiryu! ¡Violet Mist! – Exclamó haciendo que la bestia bit saliera cubriendo la mitad del estadio. Su tamaño y el brillo de sus escamas reflejaba la fuerza y voluntad de Silke, a´si que el drgón rudió con fuerza algo que no detuvo a las otras bestias bit hasta que una pantalla de humo violeta cegó la vista dentro del bey estadio.

-¿Es en serio? – Preguntó Tala poco feliz. – ¿Esto es tu gran ataque? ¡Wolborg! – Tala ordenó a su lobo que siguiera con el ataque a pesar de que no veían lo que pasaba al interior de la nube, sin embargo el blade plateado salió disparado fuera del estadio, aún giraba pero la bestia bit lucía aturdida, no solo por el golpe, algo más había acontecido dentro del territorio de Gekiryu. –¿Pero cómo? – Dijo Tala anonado.

-Va uno y faltan cuatro. – Sonrió Silke.

Kai y Bryan se encontraban fuera de esa nube y tuvieron el mismo pensamiento, las bestias bit aladas desplegaron la envergadura y crearon una corriente de aire que disipó el extraño ataque de Gekiryu, sólo para descubrir que el dragón ya no estaba, sólo había un agujero en el piso, además de que Wyborg y Seaborg se encontraban con poco balance, las dos bestias bit se movín con dificultad, como si estuvieran sintiendo mucho dolor, algo que sus dueños podían percibir también.

-¿Te enterraste como siempre no Silke? – Preguntó Bryan convencido de que sabría como terminar la batalla.

-¡Cuidado arriba! – Le dijo Silke señalando al techo de la nave, donde su blade bajaba con gran impulso golpeando a Falborg con el gran peso de Gekiryu, dejando al segundo blade inmóvil en el beyestadio.

-¡¿Qué!? – Exclamó incrédulo Bryan.

Kai se había anticipado a dicha jugada de Silke por lo que había tomado precauciones alejándose del sitio donde Falborg había sido abatido, la alemana no dejaba de ser peligrosa si uno se confiaba de ella, por lo que prefirió guardar la distancia hasta el momento justo.

-¡Seaborg ataca! – Indicó Spencer recuperando velocidad.

-¡Tú también Wyborg! – Dirigió Ian su blade contra Silke, sin embargo ambos se veían muy debilitados, lo que Silke aprovechó para golpearlos con toda la fuerza y sacarlos del estadio.

Silke ya había comenzado a sentirse cansada y agitada, viendo borroso mientras sentía como su corazón palpitaba rápidamente, solo quedaba uno, era ahora o nunca.

Kai notaba como su rival se encontraba en las últimas instancias de la batalla, pero por esta vez quería conocer de qué era capaz, después de todo, se trataba de un entrenamiento.

-Lo has hecho bien hasta ahora, pero puedo ver que ya casi se termina la batalla para ti. – Indicó Kai señalando a la chica que respiraba con dificultad, no obstante ella sonrió.

-¡Como dije, estamos listos! ¡Gekiryu! ¡Violet Mist otra vez! – El dragón lanzó su gas contra Dranzer quien de inmediato aleteó para evitar que se le acercara, pero esta vez el ataque sólo era una distracción, inesperadamente de entre el humo Gekiryu apareció dando un fuerte cabezazo al ave de fuego, Kai lo resistió pero el impacto mandó ambos blades hacia afuera del estadio, siendo atrapados por sus respectivos bladers.

-Es estuvo mejor. – Aceptó el bicolor mirando a Silke a quien intentaba moderar su respiración subiendo y bajando los hombros.

-No esperaba ese ataque, de hecho no comprendo bien cómo funciona. – Dijo Tala serio, a pesar de ser una práctica, Silke lo había derrotado con una enorme facilidad.

-Gekiryu posee veneno, nunca lo habíamos usado, ni siquiera sabíamos que efectos tendría, pero a juzgar por lo fácil que los pude eliminar, es una especie de paralizador… - Dijo aún exhausta.

-Wyborg tiene resistencia al veneno, no es fácil que esto le pase, ¿quién es Gekiryu en realidad? – Preguntó calculador, así que el resto de las miradas masculinas se sumaron a él demandando una respuesta por parte de la chica.

-No lo sé. – Dijo más nadie le creyó. – Es en serio, -insistió doblegando su mirada - lo único que sé es que Gekiryu fue comprado en una subasta hace casi cien años por mi tátara-abuelo materno en Japón, y bueno, como Robert heredó a Griffolyon, mi madre decidió darme la reliquia de su familia para emparejar las cosas, es todo lo que sé. – Declaró modesta.

-No deja de ser extraño. – Continuó Bryan alzando las manos, para él esa explicación no era suficiente.

-¿Ese ataque es peligroso, estás segura que puedes controlarlo? – Observó Spencer.

-Descuiden, todo estará bien, y bueno si me disculpan quisiera retirarme, me siento un poco mareada. – Dijo sobándose la cabeza mientras sonreía dulcemente y se dirigía a la salida.

-Aún nos queda todo el día para entrenar. – Recordó Tala.

-No lo creo, yo ya he tenido suficiente. – Respondió Silke despidiéndose con una leve seña de la muñeca. – Me voy a descansar. – Avisó antes de salir por la puerta.

Los muchachos se quedaron mirando entre ellos, no solían ser del tipo que recompensaba el buen trabajo de otros con halagos, aunque en esta ocasión podían hacer una excepción. El desempeño de Silke había sido mucho mayor al 100% en menos de tres días, seguramente Boris la llamaría "prodigio" pero no podían olvidar que ella no era un soldado, si le exigían más podrían correr con la mala suerte de que se fatigara tanto que no pudiera competir en el torneo del sábado, así que olvidándose de ella siguieron con sus respectivos entrenamientos en diferentes partes del complejo.

Silke caminaba muy lento, subiendo de a uno los escalones de piedra sujetándose firmemente del barandal, se sentía mucho peor de lo que les había hecho creer a los demás, pero no podía sentirse más satisfecha de lo que ya se encontraba, si seguía con el buen trabajo, podría vencer a Robert con suma facilidad. Repentinamente cayó de rodillas perdiendo el equilibrio, sintiendo mucho asco y unas espeluznantes ganas de vomitar. Sus ojos se abrieron mucho asustados y un sudor frío desagradable recorrió su espalda.

-¿Es la primera vez que esto te pasa? - Dijo una voz que hablaba en frases cortas y sin tacto escalones abajo.

Esto hizo a Silke levantarse de inmediato retomando la compostura adecuada dejando de lado el malestar que sentía.

-No es nada, estaré bien. – Respondió sin mirar atrás siguiendo lentamente con el camino hacia su habitación.

-Si te esfuerzas demasiado ni siquiera llegarás a la batalla con Robert. – Recordó Kai seriamente.

-¿Y qué hay de ti? – Se volteó hacia él con el semblante curioso. – ¿Hasta dónde llegaste por derrotar a Tyson o a Brooklyn? - Mencionó indagando en las batallas que habían sido televisadas mundialmente.

Kai subió los escalones hasta estar a su altura haciendo frente a sus palabras mirándola con seriedad.

-Yo no moriré por algo así, pero tú… - Con su índice presionó ligeramente el hombro izquierdo de la chica haciéndola apretar sus ojos – …a penas y puedes estar de pie después de esa demostración, ¿cómo esperas prolongar una batalla con Robert? – Le preguntó.

-Porque… tú y yo nos parecemos.- Respondió sonriente pero convencida de lo que decía.

-No nos parecemos en nada. – Gruñó Kai de inmediato.

-¿No? discúlpame entonces, yo pensaba que tú sólo querías demostrarle a Tyson que puedes superarlo, así como yo deseo que mi familia reconozca que yo también haría un buen trabajo siendo la cabeza de los Jürgens -Kai alzó la vista ante dicha declaración por parte de Silke. - en fin, discúlpame por haber confundido las situaciones, sigue con tu entrenamiento.- Concluyó antes de volver sobre sus pisadas.

-Oye. – Llamó Kai su atención haciéndola girar nuevamente, a lo que le lanzó una cajita blanca con algunas letras en ruso.

Silke atrapó el pequeño paquete y leyó el contenido que no se encontraba en el idioma nórdico: "Tetrazepam".

-Tómate una antes de dormir. – Indicó Kai.

-De hecho creo que tomaré dos. – Respondió Silke sin fijarse.

-Con una basta. – Insistió Kai, detestaba decir las cosas más de una vez.

-Descuida, mi madre era doctora – Le dijo, más la mirada indiferente de Kai no desaparecía, tal vez para muchas personas esa medicina era muy fuerte pero prefirió explicarle que no atentaría de ninguna forma contra su persona – escucha, cuando era niña me daban este medicamento, tuve algunos problemas de salud, así que estaré bien, gracias. – Le comentó con comodidad llevándose la caja hacia su habitación.

Kai se dio la vuelta para volver a la práctica, aunque se quedó algo pensativo, incluso en la abadía esa medicina sólo se usaba en casos extremos con los niños para sedarlos o control de ansiedad, pero si Silke insistía en que su madre estaba certificada para dárselo, debía suponer que quizá la alemana tenía resistencia a medicinas más leves.


Bueno ya estamos a un paso de seguir el torneo a Italia, y esta vez los Blitzkrieg Boys llevan un arma mejorada, por lo que están asegurando su pase a la final desde ya. Espero que les haya gustado y Let it Rip! Les adelanto que el capítulo 20 será muy especial, tanto por que ya se cumplió un año desde que empecé a escribir, como que he llegado tan lejos y es gracias a sus visitas y reviews, así que será un capítulo que le dará una pausa muy divertida a la historia, que espero les agrade.

-Se me olvidaba, esto tenía que estar desde el capítulo antepasado, pero bueno con eso de que publiqué doble creo que se me fue jeje

El nombre de Silke es un nombre alemán que tiene varios significados, cuando buscaba un nombre pare este OC quería que no fuera tan común, así que en una página de "significados de nombre para bebés" hallé que Silke significa "Victoria", algo que me pareció muy adecuado para el personaje y sus deseos de siempre caminar hacia adelante. Si lo buscan en algunos sale que es "luz" o "cielo", pero mi intención era la primera.