¡Hola! Buenas noches, ¿cómo les va? Pues todo bien por acá, ya listo el capítulo 25 O_O les confesaré que cuando inicié el fic no pensé llegar tan lejos jeje pero aqui estamos ya dos años después de que lo inicié. Ya revisé como van los capítulos y aparentemente andaré concluyendo el fic por ahí del capítulo 30, más o menos, pero prometido que serán capítulos largos, por que he ido retrasando sin querer el nudo de la trama, pero ya casi estamos ahí, puesto que los Blitzkrieg Boys se deben enfrentar primero a los Majestics! Pero ya estamos sobre la marcha.
Quiero agradecer cada uno de los reviews que me han dejado n_n no saben como me motivan y como les agradezco de corazón que se den su tiempo para leerme, he disfrutado mucho escribiéndolo y más aún al saber que haya fans que les agrade lo que escribo ^^
MaryMishe00
Hola amiguita!
Gracias por darte tu vuelta acá, me encanta leer tus mamá reviews, siempre me llegan todas las emociones que me dejas tras cada capítulo.
Ya sé que empezaron todos bulleando a Silke, pobre, pero hasta ella se puede poner nerviosa ante una situación complicada como esta, sin embargo creo que la idea de Tala de ofrecerle vodka funcionó a la perfección no crees?
El desfile, vaya, pues me inspiré muchísimo con la película de "Marie Antoinette" y su soundtrack cabe decir, siempre busco algo de música que vaya con lo que escribo para que me sea más fácil imaginarme dentro de la escena yei!
Y Leela, me gustó bastante como quedaron sus escenas, nos dejan ver una parte de Robert que raramente se le ve, en especial con la traviesa princesa que goza de hacerles bromas y amenazas a medio mundo; además ayudó a Silke a tranquilizarla lo que fue muy bueno para la germana, en verdad gracias por prestármela :)
Espero que te guste este capítulo, muchas gracias por tu apoyo, en especial con las ideas para la batalla de Silke y Robert! Espero pronto el nuevo capítulo de tu fanfic!
Guest
Muchas gracias por seguirme en esta loca aventura de beyblade! Espero que te siga gustando el avance del fic! Te envío un gran saludo!
Vi
Hola! Gracias por tu review! Te prometo que concluiré este fic, de eso no hay duda, porque ya tengo toda la trama resuelta :D Y me motiva mucho saber que he escrito un Kai convincente, porque con todo y sus virtudes y defectos (traiciones jaja) así lo amamos a nuestro chico serio ^^ Y Tala! Bueno, el cambió mucho de la primera temporada a la tercera, creo que es el líder que moriría por proteger a los suyos y viceversa, es un personaje que me ha ayudado a mediar bastante las situaciones complicadas entre Kai y Silke, incluso con el mismo Voltaire, Tala es más prudente. Seguiré entonces con la descripción para que te puedas sumergir más aún en los escenarios, algo que disfruto bastante de escribir, saludos!
Sarah Kilensky
Hola amiga! Gracias por pasarte a leer!
Tienes razón, ojalá el mundo exterior no interfiriera tanto con el fantástico mundo del fanfiction, pero así es la vida, hay que hallarle sus momentos para escribir ^^
Ay amiga, pues mucha suerte con tu fic! Ojalá lo publiques pronto, yo te entiendo perfectamente pero si se puede, ya verás que pronto fluye tu historia; ojalá la dejes por acá para darme una vuelta, de hecho yo empecé a escribir este fic porque leía el fic de una chica que publicaba muy de vez en cuando y cuando dejó de publicar tuve que empezar mi propio fic para compensar el vacío que me dejó TT_TT XD
Mucha suerte con tu historia! Te mando abrazos y a la musa para tu historia!
Kazukime
Hola! Bienvenida! Es todo un honor que te hayas desvelado por mi fic jeje me halaga mucho tu comentario, muchas gracias en verdad!
Bueno que puedo decir, amo a los europeos y es una lástima que salgan tan poco en la serie, así mismo de los rusos no se ha podido ver mucho, por eso decidí que era el momento de hacerlo brillar! Creo que son algo así como "hermanos" ya que sobrevivieron una infancia muy dura, y solo pudieron confiar entre ellos mismos, y se estiman tal y como son, serios y rudos pero con gran camaradería entre ellos. Soy su fan!
La princesa! Vaya! Me atrevo a decir que como personaje es muy versátil, prácticamente puede apoyar en cualquier tipo de escena, ya la veremos más adelante que otros talentos tiene ^^ pero molestar a Johnny y Enrique seguro es uno de los principales.
Gracias por tu apoyo, y bueno, aquí te dejo el capítulo 25! Disfrútalo! Te mando muchos saludos!
AngelKhazanovXIII
Que tal amiga!? No te preocupes, yo también he andado de aquí para allá intentando encontrarle tiempo al fic, pero gracias a tu incondicional apoyo a todas horas (literal) he podido sacar la batalla de Tala que tanto trabajo me costó.
Me encantó que dijeras que Kirill es un "cachorro desobediente", me lo imagino así tan cual con orejitas y todo! es tremendo ese Kirill y como le gusta fastidiar a la pobre Silke y a sus ex-compañeros de la abadía. Creo que en definitiva se requiere ese One-shot del que hemos platicado :D
Y nuestra amada princesa XD creo que al principio era odiosa y ahora es más simpática o es mi percepción? Ya verás que aún le quedan muchas travesuras por hacer en su arsenal.
Me alegra que te haya gustado tanto la ceremonia de apertura como a mí, y Tala como siempre la voz de la razón, porque Kai y Silke se resisten a trabajar juntos, pero por eso están Voltaire y Marie-Angelique para sacarles provecho!
Muchas gracias amiga, pues aquí están las batallas que han traído a Silke tan nerviosa. Espero que las disfrutes! Besos!
Bueno! Pues solo me queda decir Buena y excelente lectura! =^w^=
Capítulo XXV
-¡Esto sí que es emocionante madames et monsieurs! ¡Los primeros beyluchadores de este día son el carismático Enrique y el feroz Tala! ¡Jamás pensé ver a este dúo competir en el mismo plato! ¡Espero de todo corazón que el primer estadio pueda resistir la fuerza de estos devastadores adversarios! – Exclamó Jazzman a todo pulmón ya que a pesar del micrófono y los amplificadores, sus comentarios se lograban opacados por el público.
El ruido de los presentes inundaba el estadio abierto, donde sobre salían los gritos de chicas que clamaban por el italiano, el cual saludó guiñando un ojo hacia un camarógrafo cercano, ocasionando que los gritos femeninos se excitaran más aún.
-¡Oye ruso! – Se dirigió Enrique a su rival al tenerlo en frente. – ¿Escuchas eso? ¡Así es como se aclama a un gran y honorable beyluchador! ¡No de la clase que roban jugadores a otros equipos! – Calificó soberbio a su homónimo.
Tala no tuvo reacción alguna al comentario del rubio. Comprendía lo molestos que estaban y planeaba usar todo ese rencor a su favor.
- Y no será porque los equipos de los que provienen son algo… ¿decepcionantes? – Argumentó el lobo curioso por el efecto que causaría su sencilla respuesta.
Enrique frunció el ceño y sonrió sutilmente, no arreglarían nada con palabras, sino con la batalla.
Un movimiento entre ambos que producía grandes burbujas desde el agua fue incapaz de desviar las pupilas de los jugadores. Lentamente una estructura esférica dejó que el agua escurriera por sus curvas y posteriormente se abrió hacia los lados revelando una maqueta a gran escala de una fortaleza de ladrillo al centro de una circunferencia con escasa altura.
-Volvemos a la trasmisión a punto de comenzar el primer combate, soy Brad Best. –
-Y Yo AJ Topper, en la hermosa París, ciudad del amor, creadora de la guillotina y el croissant. -
- Y hablando de creaciones, tenemos la maqueta del demolido Fuerte de la Bastilla, una construcción que sirvió como cárcel desde 1417 hasta el inicio de la Revolución Francesa. – Explicó Brad.
-¿Crees que la Bastilla resista una segunda toma por parte de estos beyluchadores Bradd? – Preguntó Curioso AJ.
-No pondría mis manos al fuego AJ, no es un secreto que hay mucha tensión en estos dos equipos, puedes ver desde aquí como los beyluchadores ya intercambiaron saludos. Y a juzgar por la confianza que se ve en ambos, yo diría que no habrá ningún estadio que logre terminar en una sola pieza cuando ambos comiencen a chocar espadas, especialmente porque es fácil salir de este estadio si no se es prudente. –
-Bueno Bradd, Enrique se ha lucido bastante en sus combates a lo largo del torneo, su manejo de Amphilyon es impecable, tal vez no es muy veloz pero la destreza para engañar a sus rivales con las ilusiones que crea su bestia Bit hacen que su estrategia sea imposible de superar, y si a eso le agregas cientos de dientes repartidos en dos cabezas, oh oh, estás en serios problemas. –
-Concuerdo contigo AJ, pero en este caso tenemos a Tala con la mente sagaz de un depredador en medio de un clima con condiciones adversas, sin embargo siempre consigue sobrevivir, y con la ayuda de Wolborg, creo que Amphilyon podría llegar a necesitar una placa térmica para reptiles pues el invierno se acerca*. –
Tala y Enrique sacaron sus lanzadores y colocaron sus beyblades en ellos. El público guardó silencio de forma unánime, como si temieran arruinar la concentración de los bey luchadores quienes ya habían encontrado el mejor punto para comenzar a jugar dentro de la fortaleza.
Silke se mantuvo expectante, conocía a Enrique, sus mañas para determinar la fuerza y estrategia del oponente sin mencionar el peligro que Amphilyon representaba para cualquier bestia bit si acaso llegaba a atraparla con sus mandíbulas de dientes filosos como dagas. Esperaba que cualquiera que fuese su táctica para enfrentar a Tala, el pelirrojo la anticipara con ingenio y le derrotase antes de ser demasiado tarde.
En otra zona de la banca, Bryan recargó los codos sobre sus rodillas y esbozaba una gran sonrisa, como si supiera que la batalla sería muy interesante y valía la pena no perder ni un solo detalle. Los rostros de Ian y Spencer lucían similares, inclusive en Kai quien se dignó a ver la batalla desde el inicio, a diferencia del resto de los encuentros que usualmente ignoraba con los ojos cerrados.
-¡Bey luchadores! ¡Prepárense para lanzar! A la marca de 3… 2… 1… ¡LET IT RIP! – Gritó con todas sus fuerzas desde un islote a una breve pero segura distancia del bey estadio.
Inmediatamente los dos rápidos objetos circundaron la estructura con fieles detalles tales como puertas, ventanas y barrotes, los movimientos de Amphilyon y Wolborg solo ameritaban su intento por entrar al edificio y atacar desde ahí.
Enrique vigilaba petulante las pupilas asechadoras de Tala, ambos lucían una concentración inquebrantable, pero por esta vez, el italiano tomaría la delantera con un rival que sabía podría resistir el ataque.
Una cortina de polvo se formó en breves instantes acompañada del crujir de los ladrillos, cuando el beyblade de Enrique atravesó sin previo aviso horizontalmente La Bastilla para sorprender a Tala al estar alineado con él.
Muchos gritos ahogados se escucharon en algunas tribunas, seguidas por el sisear de cientos de lenguas que se comunicaban confundidas en las tribunas ya que no se dispersaban rápidamente las partículas de los escombros que eran alzadas por el viento.
Silke no lograba ver nada pero la posición de Tala le transmitía seguridad, cuando de pronto el pelirrojo le dirigió unas palabras a su oponente.
-¿Ya podemos empezar la batalla de verdad? – Alzó un poco la vista sobre la nube grisácea que se desvanecía.
-Disculpa mis modales, pero me cansé de esperar. –Sonrió Enrique.
En ese momento, los presentes pudieron distinguir con ayuda de las cámaras que retransmitían en las pantallas gigantes a Wolborg girando detrás de una pequeña barrera de hielo donde algunos ladrillos se habían quedado atrapados en diversas estalagmitas de hielo que subían en diagonal desde el suelo del bey estadio a escasos centímetros del blade plateado, y en el extremo más alejado, Amphilyon giraba en perfecto equilibrio sobre una de las puntas traslúcidas de agua congelada.
-Era de esperarse. – Comentó Tala nada sorprendido.
-Y no has visto nada. – Respondió Enrique.
Wolborg impactó su propia creación con tal fuerza que el hielo se hizo añicos, a lo que Enrique corespondió saltando hacia una de las torres de La Bastilla aguardando al oponente que no se hizo esperar y fue directo a él quedando ambos sobre la pequeña circunferencia del puesto de vigilancia. Los blades chocaban uno contra otro, a simple vista parecía que de hecho estaban siendo atraídos al centro, cuando en realidad ambos empujaban a su oponente para obligarlo a abandonar aquel techo.
Los dos se encontraban muy parejos, pero no se veían afectados por la lucha, hasta que la estructura no resistió más el desgaste de la presión que los bladers ejercían y se vino abajo, obligando a los oponentes a separarse y caer en torres separadas.
-¡Esto es aburrido! – Se quejó Enrique. Tala era muy diferente a la mayoría de los rivales que solía enfrentar, no se estaba esforzando y dificultaba la evaluación de su ataque y defensa, por lo que tendría que calcular con Amphilyon imponiéndose a Wolborg. – Creo que no podremos avanzar si no nos ponemos serios, ¿no te parece? – Preguntó divertido.
-Es aceptable. – Respondió Tala, también comenzaba a perder la paciencia.
-¡Amphilyon! –
- ¡Wolborg! –
Un deslumbrante flash ensombreció momentáneamente el estadio al aire libre, y un feroz lobo alado apareció al mismo tiempo que un salvaje wyverno de dos cabezas. El can soltaba un gruñido preventivo a su oponente quien respondió con un agudo alarido proveniente del reptil mitológico.
-Ahora si va en serio. – Declaró satisfecho Johnny.
Amphilyon batió sus largas alas y se lanzó contra Wolborg quien aguardó hasta el último momento para esquivarlo saltando ágilmente. Mientras se alejaba, el lobo lanzó hielo con su boca logrando impactar en la cabeza principal de Amphilyon, deteniéndolo parcialmente, sin embargo la segunda cabeza lo embistió en el aire, consiguiendo a penas golpearlo, desviando un poco su caída.
-Nada mal. – Observó el anciano Hiwatari desde su asiento.
Leela escuchó atenta. Quería que los Majestics ganaran, pero en ese momento, simplemente no sabía a cuál de los dos apoyar, el pelirrojo saltaba con gracia y evadía con precisión cada ataque del gigantesco dragón de dos cabezas, pero Enrique no estaba afectado por ello, parecía que solo iba ajustando su puntería prediciendo los movimientos del ruso.
-¡Enrique! ¡Deja de perder el tiempo y acábalo de una buena vez! – Exclamó la princesa levantándose de su lugar poniendo ambas palmas sobre sus mejillas para que su grito llegara hasta el europeo. Algo que no fue imposible pues todo el estadio escuchó perfectamente a su majestad.
Voltaire y Leela se le quedaron mirando a la rubia quien relucía una mueca malhumorada.
-Qué mujer tan escandalosa… - Se dijo Enrique a sí mismo en medio de la batalla.
-Oye Silke, ¿Se puede saber de qué lado está tu amiga? – Preguntó Bryan confundido en la banca.
Silke se limitó a subir los hombros sonriente. – Quien sabe. – Admitió sin más. Llevaba muchos años presenciando las batallas de los Majestics, entendía la desesperación de la princesa, pues ya había pasado mucho tiempo y el enorme Amphilyon a penas y había conseguido rosar a Wolborg.
Desde la grada de los Majestics, Oliver se mantenía de brazos cruzados, sabía que Enrique era muy peligroso pero que a veces pecaba de confianzudo, como la ocasión en la que fue derrotado por Tyson, esperaba que se preparase para capturar a Wolborg y terminar el encuentro.
De pronto Enrique decidió que dificultaría las cosas para Tala, así que Amphilyon se lanzó con mayor velocidad y fuerza, aún sin poder alcanzar a Wolborg pero deteriorando rápidamente el plato, haciendo volar escombros por aquí y por allá de la detallada réplica que fungía como escenario.
Tala no se dejaba engañar, sabía que Enrique era mucho mejor de lo que parecía, solo intentaba probarlo, pero el capitán tenía mucha experiencia para enfrentar al cualquier tipo de rival por lo que indicó a Wolborg lanzar una bruma helada para dificultarle al wyverno la visión.
-¡Wolborg! ¡Vamos a refrescar un poco a ese lagarto! – Ordenó Tala recuperando terreno con aquella estrategia.
-¡Prepárate Amphilyon! – Anticipó el rubio, consiguiendo que ambas cabezas de su bestia bit permanecieran atentas al can.
El lobo lanzó por el hocico un espeso velo helado que destellaba a causa de sus cristales con respecto al sol.
Los jardines retomaron el aspecto matinal con una ligera neblina sobre la superficie acuática, Amphilyon batió sus alas intentado dispersar la creación de Wolborg, pero la humedad de los jardines era muy alta como para conseguirlo, cuando el blade de Tala embistió por debajo de toda aquella bruma al de Enrique, Amphilyon lo representó destruyendo parte de La Bastilla perdiendo el equilibrio sobre ella.
El monstruo de dos cabezas demostró su descontento chillando enfurecido, pero era una excelente oportunidad, así que Wolborg comenzó a atacarlo sin descanso, saltando entre los escombros lanzando hielo al cuerpo de la bestia.
Silke no parpadeaba, Tala estaba dominando a Enrique sin problemas, aunque algo dentro de ella no la dejaba tranquila; sabía de lo que Enrique era capaz. ¿Acaso se arriesgaría a estar acorralado para probar a Tala? Deseaba advertirle que no se confiara, pero era extraño animar a sus serios compañeros, así que confiaría en sus habilidades antes de expresar una preocupación innecesaria.
Robert se mantenía estoico, de brazos cruzados, aunque su índice derecho subía y bajaba sobre su brazo, él también parecía sentir que Enrique estaba aplazando las cosas demasiado, pero conocía las jugadas de su compañero y estaba seguro que asestaría en el momento preciso.
Wolborg castigaba a Amphilyon congelando diversas zonas de su cuerpo. A pesar de tener dos cabezas, aquella espesa niebla dificultaba que lo atraparan, sin embargo el lobo tenía que moverse más rápido tras cada embestida, puesto que las dos cabezas ya anticipaban sus pasos.
Los espectadores comenzaban a ver la respiración agitada en Enrique y Tala, se estaba prolongando demasiado aquella batalla. De pronto Wolborg congeló la cabeza de la cola de Amphilyon, cegándola momentáneamente, consiguiendo que la bestia bit sacudiera todo su cuerpo en desesperación.
Tala sonrió y preparó su mejor ataque.
-¡Novae Rog! – Exclamó iniciando el ataque que congelaría el blade de Enrique.
En medio de sus violentos movimientos, Amphilyon no conseguía ver el inminente ataque del lobo que saltaba desde lo alto hacia él, por lo que no podría protegerse. Sin embargo, Enrique sonrió para sí.
-Te tengo… - Declaró.
El blade de Tala embistió con toda su congelante fuerza el blade de Enrique que se desvaneció al apenas tocarlo. Amphilyon desapareció de su sitio y la cabeza principal emergió desde la niebla justo debajo del lobo, capturándolo por un costado, robándole un lamento al canino.
-¡No! – Exclamó Silke con nerviosismo, y a pesar de su seriedad, los Blitzkrieg Boys también se asombraron ante esa jugada, ya que Tala había sido capturado.
El pelirrojo sintió unas fuertes punzadas en su espalda y pecho, dificultaban su respiración y paralizaban ligeramente sus movimientos del lado izquierdo.
-No puedo creer que hayas caído. – Sonrió Enrique triunfador. –Hice una copia del blade de Amphilyon y la escondí entre la neblina, ahora deberías darte por vencido, ya que los dientes de Amphilyon causan muchísimo dolor, tanto que pronto no podrás pensar con claridad, pero estoy dispuesto a darte la opción de rendirte honorablemente. – Accedió.
La niebla empezó a desvanecerse, y el blade de Tala se tambaleaba ligeramente mientras Enrique lo golpeaba una y otra vez. Amphilyon podría tener su cabeza secundaria aún congelada, pero la principal tenía bien sujeto a Wolborg que no podía defenderse de ninguna forma. El público comenzaba a creer que era todo para los rusos, pero Tala alzó la vista a su oponente levantando una ceja.
-En realidad… yo soy quien no puede creer que tú hayas caído. – Respondió satisfecho.
-¡¿Qué?! – Se extrañó Enrique ante sus palabras.
Las alas de hielo de Wolborg comenzaron a brillar y el frío se hizo presente nuevamente en el estadio, pero no para invocar más bruma, sino para congelar la cabeza del wyverno que tenía contacto directo con su blanco pelaje.
De inmediato el blade plateado de Tala embistió al del italiano alejándolo del centro del estadio intentando sacarlo.
Silke se sorprendió ante el sacrificio que hizo Tala para tener a Enrique a su merced, y podía comprobar lo efectiva que fue aquella arriesgada maniobra, se notaba el descontento en Robert y los Majestics del lado contrario.
Enrique enseñó los dientes, aquello ciertamente no lo esperaba, pero tenía las mandíbulas de Amphilyon alrededor del lobo, y eso era algo que no desperdiciaría, por lo que en las últimas instancias del juego, la resistencia de los jugadores sería todo.
Amphilyon era tan voluminoso que tardaría para congelarse en su totalidad, pero ¿podría obligar al lobo a desistir antes de que se congelara la mayoría de su cuerpo? Kai se preguntaba esto, puesto que ambos jugadores eran el depredador y la presa al mismo tiempo.
Sus blades habían cesado el ataque, ahora solo se tambaleaban en el plato en polos opuestos, era imposible saber quién caería primero.
-¡Tú puedes Tala! – Animó Silke desde su asiento sin importarle nada más que apoyar a su capitán.
Kai la miró con desprecio, estaba a punto de decirle que no se entrometiera cuando en las gradas detrás de ellos el nombre de Tala empezó a ser coreado por el grupo de fanáticos que antes los habían saludado.
El pelirrojo se olvidó momentáneamente de la presión que afectaba su pecho tras escuchar su nombre, todas aquellas voces que le motivaban a no rendirse, a soportar solo un poco más.
-Lo… corean… - Mencionó Ian extrañado mirando por encima de su hombro.
Spencer no se contuvo así que animó a su capitán. – ¡Ya escuchaste Tala! ¡Derrótalo! –
-¡Congélalo Tala! – Agregó Bryan alzando el puño izquierdo.
-¡Enrique! – Vociferó Johnny. – ¡No te rindas! ¿¡Acaso ya olvidaste quién es él!? ¡Es una de las sabandijas que dividió a nuestra familia! – Le gritó con fuerza el escocés.
-¡Puedes hacerlo! – Apoyó Oliver. – ¡Vamos Enrique! – Continuó animándolo.
-¡Hazlo por los Majestics Enrique! – Le gritó Robert también.
Detrás de ellos, aficionados empezaron a clamar el nombre del italiano. Ahora no era una batalla entre dos jugadores, más bien entre dos bandos.
Los bey luchadores escuchaban todos los gritos y apoyos, pero la realidad era que el rubio empezaba a sentir entumido su cuerpo, hormigueo en las piernas y sus dientes tiritar del frío que le transmitía su bestia bit. Del otro lado, Tala soportaba bastante bien el dolor que sentía en el torso, pero su respiración se veía comprometida, sus pulmones no podían expandirse adecuadamente y empezaba a sentir la vista distorsionada hacia su oponente.
Los dos lucían muy cansados, pero eran incapaces de rendirse. Incluso el servicio médico ya se hallaba preparado a los costados de las gradas por si acaso.
-¡Oye! – Le gritó Enrique a Tala, con frío pero con una última y descarada sonrisa. – Podría quedarme así hasta la noche, pero el resto de los beyluchadores se molestarán. – Insinuó el italiano.
Tala le sonrió, pensaba lo mismo, ya era hora de darle fin al encuentro. – Entonces, esta será tu salida. – Respondió aceptando el desafío.
-Ya lo veremos… ¡Amphilyon! – Gritó propulsando su blade.
Tala embistió de igual forma el blade desgastado de Enrique. Un sonido seco resonó y ambas bestias bit se desvanecieron, dejando solo un par de beyblades inmóviles en el plato repleto de escombros.
-¡Pero que batalla tan intensa! ¡La declaro un empate! ¡Por favor aplaudan a estos dos beyluchadores por darnos esta excelente bey batalla! – Exigió DJ de inmediato para otorgarles a los jugadores el merecido descanso después del intenso juego.
Las gradas enloquecieron cuando el marcador en las pantallas reflejó el medio punto a cada equipo, la primera batalla había concluido con el resultado más justo de todos. Ninguno de los jugadores merecía salir perdedor después de su valiente actuación.
Tala y Enrique se aproximaron sin mostrar el dolor de las secuelas inmediatas de la batalla, levantaron sus blades y se despidieron con una última mirada de respeto para volver con sus equipos.
Marie-Angelique desplegó su abanico y dejó salir un suspiro un tanto decepcionado mientras se echaba aire. Parecía que la batalla le había complacido e incomodado al mismo tiempo.
-¿Qué sucede Alteza? Pensé que deseaba que mi equipo ganara. – Cuestionó el anciano Hiwatari con malicia.
-El corazón de una mujer es complicado señor Hiwatari, usted ya estuvo casado, debería saberlo. – Respondió sin cuidado la princesa, recibiendo una risa ahogada del anciano a quien le divertía el infortunio de la rubia.
-Señora princesa… - Preguntó Leela en un susurro acercándose hasta ella. – Ya me confundí, ¿de qué lado estamos? –
-¡Pues de ambos por supuesto! ¡Esta aún no es la batalla final! ¡Ambos podrían volver a enfrentarse si es que el equipo del jovencito de gorra pierde…! - Echó a reír la rubia al decir lo último, pero calló de inmediato al ver que la japonesa no compartía sus ideales. La princesa tomó la mano de Leela con delicadeza. – ¿Tú quieres que el campeón mundial vuelva a ganar su título este año verdad? – Preguntó con gentileza, sin sus muecas de niña malcriada que usualmente presumía en público.
Leela se sonrojó un poco, y solo asintió tímida, pues su mera invitación al torneo era para apoyar a su mejor amigo Tyson a pesar de ansiar la victoria de Robert.
Marie-Angelique sonrió y devolvió su mirada al bey-estadio donde los Majestics recibieron a Enrique.
-Sí que somos complicadas… - Reconoció melancólica.
En la banca de los Majestics Enrique arribó sonriendo tranquilo.
-Lo siento chicos, parece que ese ruso leyó mi jugada. – Admitió el rubio.
-Lo manejaste muy bien Enrique, buen trabajo. – Lo elogió Robert sin perder seriedad.
-Ambos se arriesgaron con ese último ataque, un empate fue más que honorable. - Aceptó Oliver con orgullo.
Enrique se le quedó mirando a Johnny quien no lo elogiaba de ninguna forma.
-¿Te percataste? – Preguntó el italiano.
Johnny torció los labios para luego convertirlos en una sonrisa.
-La tecnología de sus beyblades los hace más rápidos, no veo ningún problema si en lugar de anticipar sus ataques dejamos que vengan a nosotros, podemos resistir mucho mejor los impactos. – Determinó beyluchador de fuego.
-Jugaremos resistiendo entonces. Ve que más información puedes obtener de Kai antes de derrotarlo Johnny. – Ordenó Robert.
Johnny solo asintió.
-Después de eso le mostraré a Kai lo que es el infierno… -
Al llegar a su banca, sus compañeros se aproximaron hasta él, excepto Kai quien se quedó rezagado en su asiento.
-¡Felicitaciones Tala! ¡Una batalla increíble!– Exclamó Spencer.
-¡Tu jugada fue increíble, hubieras visto los nervios en los Majestics! – Agregó Bryan.
-Apuesto a que Enrique se enfermará después de hoy, ¿Tú cómo te encuentras? – Cuestionó Ian preocupándose por la salud de su capitán.
-Estaré bien, no fue nada, aunque fue una dura batalla creo que ese empate fue más que justo, ahora que se encuentran con medio punto, sus nervios los traicionarán, les corresponde a Kai y Silke sacar provecho de ello – Les comunicó ignorando los músculos adoloridos de su cuerpo. – Y en cuanto a ti… - Se refirió mirando a Silke quien solo sonreía apacible. – Gracias por tus ánimos. – Le indicó con una media sonrisa antes de pasar a su lado en dirección a la banca.
Kai se puso de pie cuando su compañero llegó hasta él.
-Creo que el escocés irá con todo desde el inicio. – Objetó Tala tras su batalla con un resultado de medio punto, un resultado que difícilmente sus rivales aceptarían no solo por su orgullo, sino por Silke.
Kai escuchó sin reacción alguna y avanzó hacia el ruedo pasando entre los rusos; Silke sin embargo no dejaba de ver a los europeos, Enrique no quiso que los paramédicos lo revisaran, pero aceptó una manta térmica y tomó asiento con su equipo.
La chica tenía sentimientos encontrados. Por un lado se hallaba preocupada por Enrique, pero por el otro se asombró ya que era la primera vez que Tala le daba las gracias, aunque aquello no duró lo suficiente, puesto que Kai pasó a su lado con unas palabras totalmente negativas.
-No te atrevas a entrometerte en mi batalla o lo lamentarás. – Amenazó obligándola a torcer los labios ante sus amargas palabras tras verlo pasar y obsequiarle una de esas desagradables miradas.
-Qué fuerza tuvo este primero encuentro, ¿No te parece AJ? – Comentó Brad en medio de la pausa mientras se retiraba el plato.
-Brad… casi siento que nuestros palcos estaban por sucumbir, por suerte Enrique y Tala fueron considerados, ¡Pero no esperaría la misma atención de los siguientes contrincantes que ya se aproximan a sus lugares de salida! –Aseguró emocionado AJ.
-¡Y para el segundo tercio del encuentro entre los Majestics y los Blitzkrieg Boys, parece que -tendremos una batalla explosiva! ¡Tenemos a Johnny McGreggor por parte del equipo europeo y a Kai Hiwatari de los rusos! –
-Qué suerte que estamos en medio de un jardín con agua alrededor del plato Brad, sino, pediría que me reubicaran a una locación segura… -
-Dudo mucho que haya una zona a prueba de fuego en toda Francia, Salamulyon y Dranzer extenderán su fuego hasta los otros continentes. –
-Tienes razón Brad, hace unos ayeres, asistimos a aquel evento organizado por Robert, donde vimos a este par batirse en una fuerte batalla, pero unos campeonatos más tarde, no estoy muy seguro de lo que podríamos ver. –
-Bueno AJ, lo único seguro es que todos saldremos con un atractivo bronceado de este combate. –
Kai llegó primero a su sitio. Tala había empatado el primer encuentro, lo que significaba que los Majestics se habían fortalecido y confabulados contra Silke, no se rendirían jamás. Le parecía entretenido, esta vez Johnny daría mucha más batalla, pues la forma en que el pelirrojo se dirigía a la alemana parecía esconder cierta atracción. Poco le importaba lo que hubiera entre ellos, siempre y cuando lo pudiera aprovechar para acercarse más a la batalla final con Tyson.
El escocés se acomodó del lado opuesto mirando a Kai con desprecio. Al iniciar ese torneo, ansiaba batirse de nuevo con él. En su batalla anterior se había dejado llevar por su orgullo y superioridad sin comprender lo que hacía a Kai tan bueno, siendo este pequeño detalle la conexión del Hiwatari con su bestia bit. Sin embargo, la inesperada integración de Silke con los rusos no le había agradado nada a Johnny. Él la conocía desde hacía mucho, sabía que era compasiva y obediente, y si estaba con ellos, seguro parte de esa dulce personalidad se habría desvanecido. Era por esa razón que no los dejaría vencer a su equipo. Sus ojos se movieron ligeramente a la banca detrás de Kai.
-¿Es irónico no te parece? – Sonrió el ruso de pronto.
-¿Qué? – Preguntó Johnny devolviendo su atención al oponente.
-Que ella prefiera estar con nosotros que con ustedes. – Aseguró divertido.
Johnny se molestó, sin embargo logró controlarse y desistió con una sonrisa.
-Ni siquiera la conoces, no puedes presumir de saber lo que prefiere… eso es lo que la hace interesante. – Reveló cargando su blade.
Kai bufó y sacó su blade para prepararlo. Las razones de Silke le resultaban aburridas e indiferentes, siempre y cuando ella no interfiriera con su futuro, toleraría su cercanía.
-¡Versalles! ¡Agarren sus extintores y prepárense a recibir la próxima bey batalla, y debido al deterioro del plato anterior, habrá cambio de escenario! – Exclamó Jazzman cuando a su señal un nuevo estadio emergía debajo del agua.
La esfera que lo resguardaba se abrió por la mitad, dejando entre ver un hermoso y frondoso jardín convertido en laberinto. Tenía diversos detalles como bancas en algunas zonas, rocas en los extremos y capullos de rosas blancas en los muros verdes. Del lado de cada contrincante había un acceso al laberinto con un claro al centro del estadio, donde se llevaría a cabo la batalla.
-¿Y qué tenemos por aquí? Este bello jardín de rosas es todo menos lo que parece, el laberinto contiene diversas trampas bajo el pasto, la única zona libre de ellas es la que se encuentra al centro del mismo, por lo que chicos, ¡les recomiendo llegar lo antes posible para evitar perder energía en el camino! ¡Ah y una cosa más, todos los muros forman un circuito, por lo que si decidieran atravesarlo, sus blades saldrían disparados fuera del estadio perdiendo el encuentro! ¡¿Y estamos listos para iniciar?! – Preguntó mirando a ambos lados.
Johnny y Kai estaban más que listos. El público aplaudía y gritaba alzando pancartas con los escudos de sus equipos, sus nombres y fotografías. Sus patrocinadores y la prensa aguardaban con toda clase de cámaras. Los otros equipos del torneo esperaban aprender de una batalla con dos rivales con el mismo poder y elemento. Pero Robert y Silke sólo tenían algo en mente, sabían que el fuego de su compañero sería mucho más ardiente que el del oponente.
-3… 2… 1… ¡LET IT RIP! – Gritó Jazzman las ansiadas palabras por Versalles.
Los dos beyluchadores cayeron de inmediato frente al acceso al laberinto. Parecía fácil, pero los altos muros del jardín impedían ver con claridad por donde iba el blade, solo los espectadores podían tener una pista gracias a una cámara aérea que los filmaba.
Repentinamente hubo una explosión del lado de Johnny y Salamulyon saltó sobre los muros cayendo más adelante.
-¡Oh Oh! ¡Eso ha sido una mina del lado del beyluchador de los Majestics…! – Jazzman no había terminado de hablar cuando Kai también salió volando debido a un trampolín que se había activado cuando pasó por arriba de él. – ¡Y creo que Kai activó una trampa también…! – Comentó de inmediato.
Kai no desaprovechó la oportunidad y lanzó un ataque de certeras plumas rojas, algunas de las cuales golpearon el blade de Johnny cambiando el curso de su caída, enviándolo algunos pasillos más atrás del centro.
Johnny vio esto como un reto, así que su blade se envolvió en fuego y siguió avanzando por el peligroso terreno quemando cualquier ataque, como unas flechas que salieron al girar a un nuevo pasillo.
Kai sentía que casi llegaba al claro cuando un agujero se abrió al frente de su blade haciéndolo caer en un pozo de agua, de inmediato Dranzer logró evaporar toda el agua y continuar el arduo recorrido teniendo mucho cuidado de no tocar los muros.
Silke presenciaba a dos genios avanzar por el estadio repleto de trampas, sus blades no resentían de ninguna manera las tretas ocasionadas a cada momento. Faltaba muy poco para que se encontraran cara a cara.
Johnny fue el primero en llegar al centro el estadio. Así que invocó a Salamulyon quien escupió hacia el cielo bolas de fuego, que se precipitaron hacia la zona del laberinto en la que Kai aún se encontraba.
Dranzer apareció de inmediato repeliendo todas aquellas balas incandescentes con una enorme llamarada que consiguió que los espectadores más próximos al estadio sintieran el calor en sus rostros.
-¡Qué impaciente eres! – Observó Kai a Johnny, cuando el blade azul marino emergió debajo de Johnny levantando el blade naranja de su sitio.
Johnny y Silke se quedaron estupefactos ante una recreación del ataque de la alemana.
-¡Tú…! – Señaló Johnny enfurecido. – ¡Copiaste el ataque de Silke! –
-¿Hablas de eso? Lo he visto tantas veces que me parece aburrido. – Dijo Kai con sarcasmo.
-Te burlas de nosotros… ¡Yo te enseñaré! -
A pesar del descontento, Salamulyon alcanzó a golpear a Dranzer en la cabeza con su cola, neutralizando así el ataque sorpresivo, obligando al blade de Kai a retroceder un poco para que Johnny pudiera aterrizar sin mayor problema.
-¡Johnny! ¡Deja de prestarle atención! ¡Sólo quiere enfadarte! – Exclamó Oliver.
El escocés no respondió a su compañero pero apretó los puños y se lanzó contra él.
Chispas saltaron en medio del campo y un aroma a metal fundido empezó a recorrer el fresco ambiente del Gran Canal en Versalles.
Kai no se veía importunado en absoluto por el ataque directo de Johnny por lo que Dranzer se convirtió en una flecha roja que impactó a Salamulyon en el pecho lanzándolo contra los muros del laberinto. La salamandra de inmediato comenzó a sentir la electricidad recorrer su cuerpo, produciéndole espasmos a Johnny en las manos y el pecho.
-¡Resiste Johnny! – Le gritó Enrique haciendo a un lado la manta térmica para apoyar a su compañero.
-En verdad esperaba que esta batalla fuera mucho más interesante que la vez anterior, pero hasta yo me equivoco a veces. – Sentenció Kai. – ¡Dranzer! ¡Spiral fireball!
El ave rojiza se convirtió en una bola de fuego incandescente con una luz totalmente blanca que se lanzó a toda velocidad para rematar a la bestia bit que se retorcía con la electricidad.
Los ojos de Silke veían con preocupación cómo Kai estaba por derrotar a Johnny, sin embargo, un destello en los ojos de la Salamandra llamó la atención del equipo ruso.
-¡Kai! ¡Aléjate es una trampa! – Le gritó Silke con fuerza pero fue demasiado tarde.
Ágilmente Salamulyon atrapó a Dranzer con sus cinco extremidades en el momento preciso y usó su fuerza para voltearlo contra el campo electrificado.
De inmediato Kai sintió tensión en sus músculos de la misma forma en que Dranzer se retorcía también. La fuerza que atravesaba su cuerpo era impresionante, pero no lo suficiente para doblegarlo.
-¡Jaque mate Kai! – Gritó el pelirrojo con mucha determinación.
-¡Oh no! – Reaccionó Spencer al ver a su compañero contra las cuerdas.
El blade de Kai se tambaleó violentamente mientras que el de Jonny recuperaba las revoluciones.
-¡Bien hecho Johnny! – Felicitó Robert desde lejos.
-¡Se confió demasiado! – Se atrevió a decir Tala para sí mismo.
-¡Despídete de la gran final Kai! – Le recalcó Johnny.
-¡Blazing Gigs! – Gritó Kai y Dranzer dirigió todo su poder hacia el circuito que yacía debajo de ambas bestias bit.
Una fuerte explosión retumbó en el estadio, obligando a los espectadores a compactarse hacia atrás de sus asientos. Marie-Angelique se abrazó de Leela en medio de la conmoción y Kirill y Cheslav cubrieron a Voltaire con sus cuerpos.
Silke se cubrió con los brazos como pudo, momentos después una nube negra impedía ver a Kai o a Johnny si quiera. Sin embargo lentamente dos siluetas de pie se distinguieron en el bey estadio.
Todos los muros del jardín ardían, los botones de rosa se encontraban carbonizados y los beyblades giraban cada vez más lento. Las bestias bit parecían solo estar furiosas, no tenían gran daño en ellas, pero Johnny y Kai habían llevado el combate al extremo.
Jazzman tosió a causa del humo y se aproximó para verificar que el combate pudiera seguir.
-¡El estadio ha sufrido daños pero sigue apto para concluir este combate, así que prosigan!
No era necesario que Jazzman les pidiera que continuaran, los dos beyluchadores enfrentaron a sus bestias bit, que agresivas se golpearon, mordieron y arremetieron una y otra vez, dejando ver a los blades como se tambaleaban cada vez más.
Sin embargo, Dranzer dominaba sobre Salamulyon, quien acertaba uno de cada tres golpes al fénix. El escocés comenzaba a sentir la fatiga, Kai era mucho más veloz que la última vez.
-¡No puedo… perder! – Negaba Johnny con la cabeza.
-¡Qué quede claro Johnny, yo seré el campeón y ni tu ni nadie se interpondrá en mi camino! – Alzó Kai su voz, Dranzer decidido a terminar con la salamandra, disparó sus plumas incandescentes dañándola en todo el cuerpo. Johnny sentía como el aire se le escapaba al igual que su energía.
Silke quería apoyar a Johnny, animarlo pero las cosas no eran como antes, ahora ella misma era el enemigo, solo podía esperar que Kai lo derrotara sin hacerlo sufrir.
El escocés alcanzó a ver a Silke a lo lejos, si él perdía, solo demostraría que no era lo suficientemente bueno para ser la cabeza de los Mc Greggor y que tampoco lo era para protegerla.
-Tal vez no pueda ganar esta vez… - Dijo Johnny con un hilo de voz a su rival quien se alzaba airoso. – ¡Pero, puedo arrebatarte la victoria! ¡Salamulyon detonación! – Fue la última orden de Johnny.
Kai intentó alejarse de su contrincante, pero el ataque final de la salamandra fue muy veloz. Un calor incinerante se expandió seguido de una explosión mucho más fuerte que la anterior, dejando parcialmente sorda a toda la audiencia. La energía liberada consiguió que Johnny cayera al suelo bruscamente y Kai apenas alcanzó a protegerse con los puños.
Jazzman terminó en el agua, ya que no tuvo más alternativa para salvarse.
El estadio quedó unos instantes en silencio, y luego los murmullos comenzaron a escucharse.
Del lado de los Majestics, el equipo médico se aproximó hasta Johnny quien yacía inconsciente sobre el suelo.
Kai alcanzó a ver a Johnny más no su blade. Cuando Jazzman por fin pudo recuperarse se aproximó a la espera nube de humo negra intentando verificar el resultado.
El réferi carraspeó con nervio.
-Es mi deber informar que… el estadio se destruyó totalmente, y a pesar de que Dranzer es el único que sigue girando… ¡el combate es un empate! – Declaró sin prórroga el oficial de la BBA.
Kai se sorprendió por el veredicto, y su mirada asesina se dirigió a un convaleciente Johnny a quien se llevaban en la camilla.
-No puedo creerlo. – Reveló Tala.
-Johnny se sacrificó solo para conseguir un empate. – Completó Spencer la frase.
Kai no toleró aquel resultado que lo tomó por sorpresa. Recogió su beyblade que aún se mantenía en pie fuera del estadio, y giró hacia su equipo. La mirada que se cruzó con la suya lo tomó desprevenido. Los ojos de Silke lucían preocupados, la expresión en su rostro era de angustia, algo que nunca antes había visto en ella, y que sin embargo cuando se le aproximó, lastimosamente confirmó que se enfocaba en Johnny y no en él. Kai torció los labios y la golpeó con su hombro moviéndola un poco, sin Conseguir robar su atención del enemigo. Después de todo, ella sentía algo por el gladiador de Glasgow y lo peor era que su pase a la final dependía sólo de ella.
En la banca de los Blitzkireg Boys, nadie emitió un sonido cuando Kai llegó. Hablar de más podría ser mortal. Sólo Silke permanecía de pie mirando a la distancia.
Robert observaba incrédulo el estado de Johnny. Oliver y Enrique consiguieron despertarlo, y el francés puso en sus manos el blade destrozado de Salamulyon.
-¿Qué tal me fue…? – Preguntó con dolor.
-Lo hiciste muy bien, a veces los empates son mejores que las victorias. – Respondió Robert sin perder seriedad. – Has crecido Johnny.- concluyó.
-Buena suerte Robert, temo que ella es tan buena como esos rusos… - Temió el escocés.
-En seguida estaremos contigo. – Indicó Oliver.
-Cuida ese brazo, ¿de acuerdo? – Pidió Enrique notando como el codo izquierdo de Johnny comenzaba a hincharse.
El equipo médico pasó a retirarse con el paciente.
Entonces un fuerte enojo invadió el pecho de Robert, se dirigió con firmeza hacia el bey estadio que ya habían terminado de retirar y pronunció unas palabras a Silke.
-¡Tú hiciste esto, espero estés satisfecha, porque yo no! – Rugió Robert.
Silke no quería que las cosas sucedieran así, pero no tenía otra opción más que hacerse responsable. Intentó dar un paso cuando la voz de Tala la sacó de sus pensamientos.
-Silke. – Dijo con pasividad. La chica volteó ingenua. – No olvides que estamos contigo.
La mirada triste de Silke cambió y asintió con media sonrisa. Era cierto, tenía a su propio equipo que la respaldaba, ellos eran muy talentosos y valientes, también debía ganar ese duelo por cada uno de ellos.
La castaña avanzó con la cara en alto para enfrentar su mayor reto.
Voltaire soltó un puñetazo a su asiento llamando la atención se sus dos acompañantes femeninas.
-No puede ser… ¡Kai! ¡¿Cómo pudiste ser tan descuidado?! – Se preguntaba el viejo molesto ahora que el campeonato se les iba de las manos.
La rubia carraspeó sin temor.
-No debería preocuparse. – Intervino la princesa.
El anciano la miró sin compresión.
-Silke derrotará a Robert y los Blitzkrieg Boys pasarán a las finales. – Decretó con mucha seguridad.
-¿Apostaría su vida? – La cuestionó burlón.
-Desde luego, y por eso seré yo quien les de su nueva ropa para la presentación final en una semana. – Aclaró ella.
El viejo no lo demostraría por supuesto, pero la certeza de la princesa había tranquilizado sus nervios.
Leela podía percibir la gran confianza que Marie-Angelique tenía en Silke. Dirigió sus joyas verdosas al campo de batalla, Robert lucía tan fuerte e imparable, ¿en qué se basaba la princesa para saber que Silke ganaría? Se sorprendió cuando a lo lejos alcanzó a ver la tranquilidad que había en la banca de los Blitzkrieg boys, al menos en la mayoría de ellos.
-Valiente público, soy Brad Best volviendo al tercer tercio del primer combate por equipos del día. Luego de la segunda Ronda, es mi deber informarles que el beyluchador Johnny se fracturó el brazo izquierdo, así que les pido le enviemos nuestros mejores deseos para una pronta recuperación. – Solicitó amablemente Brad a todas las audiencias.
-Y menos mal que solo fue un brazo roto Brad, por un momento creí que tendríamos un festival del hombre en llamas aquí mismo. – Se refirió AJ Topper al evento americano con ese nombre.
-Afortunadamente no llegamos a tanto, la audiencia sigue entera, y más que lista para la batalla que consiga el desempate entre estos dos equipos. -
-¿Un desempate Brad? No lo sé, Silke y Robert son igual de feroces que los dúos antes presenciados. –
-Lo sé, de eso no hay mayor duda. Silke empezó muy bien para ser una novata en los torneos, y tras algunos descuidos se recuperó magníficamente, esto sin duda gracias al apoyo de su equipo, que aunque no lo parezca, son un equipo muy unido. Y su bestia bit da un despliegue de poder increíble, me sigo preguntando de donde proviene. –
-Eso es un misterio, tal vez podamos preguntarle al finalizar el encuentro de hoy, aunque por otro lado tenemos a Robert, capitán de los Majestics y un veterano en este deporte, uno de los beyluchadores más fuertes sin duda y una bestia bit que no se tienta el corazón ante ningún adversario, ¿eso aplicará para su hermana? –
-Bueno, parece que no nos queda de otra más que esperar a ver que tienen que decirse este par en el bey estadio y suplicar que estos palcos no se derrumben.-
-Tranquilo Brad, me comunican que debido a la destrucción de los estadios previos, ellos usarán un plato clásico, así que espero las bestias bit se queden en su zona y no hagan más pirotecnia. –
Jazzman salió de nuevo de entre las gradas, se había alcanzado a cambiar su atuendo mojado victoriano por uno más moderno. Encendió el micrófono y tras un desagradable y agudo chirrido estuvo en posición para verificar el último combate.
-Hemos vuelto amado público, por el último tercio de esta ronda, en la que hasta ahora hay une empate, pero Silke y Robert nos darán un vencedor ¿Cierto? – Jazzman miró de un lado al otro animado, sin embargo ninguno de los hermanos parecía divertirse con su charla. Por lo que apenado, el DJ prosiguió. – Parece que no tienen mucho que decirse, - Tosió. – Así que, ¿¡Por qué no comenzamos!? –
Silke y Robert tomaron sus lanzadores y prepararon sus beyblades. Las pupilas de águila de los jóvenes Jürgens se desafiaban entre sí, solo esperando la salida.
-3… 2… 1… ¡LET IT RIP! –
Los blades no habían tocado el fondo del estadio cuando Griffolyon y Gekiryu ya se habían manifestado chocando entre sí.
El público quedó boquiabierto ante el despliegue de sus espíritus sagrados. Gekiryu rugía e intentaba enroscarse en Griffolyon que se defendía con sus garras y alas, soltando un gañido amenazador.
Ambas bestias bit eran enormes y trataban de imponerse la una sobre la otra. Los sonidos que emitían erizaban la piel de los presentes que esperaban nunca estar al frente de una bestia bit furiosa.
-Son impresionantes. – Comentó Hiro a los BBA Revolution.
-Siempre pensé que Griffolyon era insuperable, sin embargo Gekiryu le está dando una buena batalla. – Consideró Tyson.
-Según Dizzy, lo que estamos presenciando no es ni la mitad del poder real de ambas. Se están conteniendo. – Opinó Kenny.
-Pero si se contiene demasiado, Silke se cansará y perderá el duelo. – Se preocupó Hillary.
-Entonces no será muy largo… - Supuso Daichí.
Silke sabía que no tenía tiempo que perder, pero la estrategia de Robert era igual que una muralla a la que debía encontrarle una zona frágil para sincronizar un ataque.
Repentinamente Griffolyon rasguñó con su garra el rostro de Gekiryu, impulsándolo hacia atrás.
Silke no esperaba eso, su blade seguía bailando en perfecto balance luego de un ataque aéreo de Robert que consiguió deslizarla unos escasos centímetros.
-¿Hiciste todo este espectáculo para esta patética actuación? – Preguntó Robert un poco decepcionado.
Silke no respondió, pero Gekiryu arremetió con todo su peso devolviendo el golpe a Griffolyon; Robert sintió ese ataque con una mayor intención que sus golpes previos, Silke iba en serio.
-Una señorita no debería estar en el campo de batalla, ¿acaso esta es tu forma de rebelarte en contra de la familia que te crió? – Las palabras de Robert se volvieron mucho más personales, el duelo en sí no tenía tanta importancia.
-No me revelo en contra de nadie. Conozco mi lugar y hago esto por el bien de mi familia, solo son tú y tu orgullo los que ven rebeldía en mis actos. – Se defendió la castaña.
-¿Tu familia? ¿Y qué hay de Johnny? ¿Esa es la forma en que actúas por el bien de tu familia? ¡Daga de viento! – Comandó a Griffolyon.
Gekiryu rápidamente se colocó frente a Silke y desplegó sus aletas craneales para proteger a su dueña.
-Por favor entiende que no te he traicionado ni a ti, ni a mi familia, tampoco es un capricho, es sólo que me di cuenta que aún no era lo suficientemente buena para traer honor a los Jürgens. ¡Pero este día eso va a cambiar! ¡Vamos Gekiryu! – Silke se mostró firme y Gekiryu sentía sus deseos, por lo que se lanzó contra Griffolyon una vez más.
-¡Daga de viento! – Reiteró Robert creando una fuerte corriente con plumas que rebotaban en las escamas metálicas de Gekiryu.
La tremenda corriente que se formaba obligaba a Silke a protegerse son un brazo para poder mantener ambos ojos abiertos, ese ataque era la principal defensa de Robert, con el viento en su contra, no podría usar el Violet Mist.
-¡¿Por qué te contienes?! – Profirió de pronto Silke.
Robert frunció el ceño.
-¡Conozco a la perfección el nivel de poder que manejas! ¡Será una vergüenza para mí si te gano así! – Apuntó la joven, quien no se inmutaba por la fuerte corriente de aire que la golpeaba constantemente.
-¿¡En serio quieres seguir con esto!? ¡Bien! ¡Griffolyon! – La cabeza de águila comprendió la orden de su amo, y el ataque se intensificó, lanzando una mayor cantidad de plumas a mayor velocidad, algunas de las cuales alcanzaron a Silke rosando su ropa causando algunos cortes en ella.
Esa gran cantidad de aire hacía difícil respirar, así mismo Silke sentía como sus pies se deslizaban lentamente hacia atrás, y vino a su mente la batalla que había tenido con Kai en el techo de la abadía en San Petersburgo. En aquella ocasión había perdido cuando el Hiwatari lanzó el ataque final, así que se le ocurrió que debía aguardar hasta el último momento, dejando creer a Robert que ha ganado y ser ella quien use el ataque sorpresa.
-¡Aguanta ahí Gekiryu! – Pidió Silke a su bestia bit.
El dragón asintió y se mantuvo firme en su sitio. Robert no le veía mucho sentido a esto, pero Silke había empatado muchas veces jugando al ajedrez con él, así que era necesario adelantarse a sus pensamientos.
Silke empezaba a aspirar profundamente, le sería imposible soportar mucho más, Tala había dado solo cinco minutos, de los cuales ya llevaba la mitad.
-¡Oye Gekiryu! – La bestia bit giró hacia ella. – ¡Bajo tierra! – Gritó Silke.
Gekiryu se mantuvo estático unos instantes, aparentemente desobedecía la orden, pero unos momentos después se desvaneció del plato, dejando que las afiladas plumas de Griffolyon pasaran hacia el lado contrario del plato en dirección a Silke.
-¡Griffolyon detente! – Reaccionó Robert lo más rápido que pudo, sin embargo parte del ataque era imparable, a lo que Silke sólo se encogió en su sitio protegiendo con sus manos su cabeza.
Se quejó levemente, algunas de esas plumas se clavaron en sus brazos y piernas.
-¡Silke! – Exclamó Marie-Angelique asustada. Leela no podía creer lo que habían visto sus ojos.
Tala sonrió.
-Creo que está un poco loca. - mencionó Bryan. – Pero tiene muchas agallas.
Robert observó detenidamente a su hermana, en una postura que nunca antes la había visto, no era más una niña, tampoco una damisela, era una guerrera que podía igualar en un combate a cualquier beyluchador, sin que le importara ensuciarse las manos.
Silke algo adolorida pero satisfecha alzó la mirada.
-Acabas de cometer un grave error… ¡Gekiryu! –
La bestia bit emergió de atrás enredándose rápidamente en Griffolyon, y de sus fauces salió el terrible gas que hizo chillar al grifo, produciéndole parálisis a Robert. Ambos blades comenzaron a perder fuerza de rotación, aun así Silke no se detuvo y embistió el blade de su hermano con todas sus fuerzas, por poco lo saca del plato.
La alemana pudo tomar un respiro. Se alzó y extrajo una pluma clavada en su muslo, dejando un pequeño punto carmín sobre su ropa, luego retiró las tres plumas restantes distribuidas en sus brazos. Dolían como inyecciones en la piel, pero había valido la pena ese pequeño sacrificio, ya que había conseguido asestar a Robert.
-Eres buena, no lo voy a negar… - Reconoció Robert mientras se erguía con trabajo.
Silke escuchaba atentamente.
-Pero… a pesar de tus esfuerzos… ¡Yo sigo siendo la cabeza de la familia! ¡Y la defenderé hasta la muerte de cualquiera, inclusive de ti! – Declaró reponiéndose con sus últimas fuerzas en dirección a ella.
Silke se preparó para contraatacar, pero la fuerza Robert le resultó desmesurada, y su blade fue empujado hasta la orilla del plato.
Era increíble para todos presenciar a Griffolyon empujando al gigantesco Gekiryu, pero estaba a nada tumbarlo lejos del estadio, por su parte, Silke se estremeció, vivía su derrota lentamente, cuando alguien llamó su atención.
-¡Silke! – Gritó la última persona de quien esperaba escuchar su voz.
-¿Kai…? – Se vio anonada al confirmarlo tras verlo de pie en la banca.
-¡Si dejas que te derrote sólo demostrarás que las mujeres son incapaces de hacerse cargo de su familia! – Sentenció de golpe, tras lo cual volvió a sentarse de brazos cruzados. No era su estilo entrometerse en las batallas de los demás, pero Silke lo arruinaría todo si perdía el encuentro.
Esas palabras tuvieron un profundo impacto en Silke, sabía que podía hacer un trabajo tan bueno como Robert, sólo quería demostrar que era igual de valiosa. Las dudas se terminaron, vencería a su hermano.
-¡Tú puedes Robert! – Gritó Leela desde el palco de honor.
El alemán alcanzó a divisarla junto a Marie-Angelique quien hizo caso omiso a su dama de compañía y apoyó a su mejor amiga.
-¡Silke! ¡Tienes que derrotarlo! – Animó Marie-Angelique.
-¡Vamos chicos! ¡Den su mejor esfuerzo! – Aclamó Tyson desde su sitio.
El público empezó a enviarles porras de ánimo a ambos, tal fue el efecto causado en ellos que olvidaron que estaban en medio de un estadio lleno de amantes del beyblade, y que solo se trataba de un juego, tal y como sus serenas partidas de ajedrez.
Silke miró a Robert, se le veía tranquila con una delicada sonrisa. El alemán tardó unos segundos en corresponderla. Por fin ambos se habían dado cuenta que eran hermanos y una torpe discusión estaba interfiriendo el deporte que amaban.
-¡Vamos Robert! –
-¡Adelante Silke! -
Gekiryu y Griffolyon chocaron en medio del plato donde sus blades no paraban de hacer fricción el uno contra el otro hasta que se propulsaron a los polos opuestos del bey estadio. El blade de Robert salió del estadio y solo Silke quedó girando dentro.
-¡Increíble! ¡Ya es casi oficial que los Blitzkrieg Boys pasan a la ronda final! ¡Silke es la ganadora! – Gritó Jazzman a todo pulmón ocasionando que todo el estadio enloqueciera.
Silke no podía creerlo, era su beyblade y no el de Robert el que seguía girando dentro del límite. Gekiryu se desvaneció satisfecho y Silke se dejó caer exhausta sobre sus rodillas en el piso. Estaba algo mareada y comenzaba a sentir ligeros dolores en donde las plumas habían perforado. Una silueta tapó el sol frente a ella y le ofreció su blade.
Distinguió a Robert y sorprendida tomó su blade y la mano de su hermano que la ayudó a ponerse de pie.
Todo pasó demasiado rápido. No se le ocurría ninguna palabra que dedicarle a Robert.
-Siempre lo supe. – Dijo Robert en medio del vitoreo de la multitud.
-¿Qué cosa? – Silke no comprendía a que se refería.
-Que traerías honor a nuestra familia hoy y siempre. - Concluyó.
Silke se sonrojó ante aquellas anheladas palabras. De pronto notó a sus compañeros aproximarse al plato de juego.
- Ve con tu equipo, y suerte en la final. – Le dijo sonriente Robert antes de darse la vuelta satisfecho hacia los Majestics.
Silke lo vio retirarse, era tan serio y admirable, sabía que tenía al mejor hermano del mundo.
-Nunca dudamos de ti. – Aseguró Tala satisfecho.
-Has crecido mucho desde el día en que te nos uniste. – Le dijo Spencer.
-Y veo que tus métodos también se han vuelto más peligrosos. – Recordó Bryan señalando los puntos rojos sobre uno de sus brazos.
-No hay duda en que somos un increíble equipo. – Certificó Ian.
Sus enormes compañeros la miraban felices por el resultado y ella les correspondía dichosa.
-No lo hubiera logrado sin su apoyo y entrenamiento chicos, en verdad estoy muy agradecida. – les sonrió. -Y… ¿Kai? – Le llamó Silke.
El mitad japonés estaba un metro alejado del equipo. No decía nada pero alzó la vista al escuchar su nombre.
-Gracias. – Mencionó Silke con un gesto de cabeza.
Kai resopló.
-Estamos en la final y es lo que cuenta. – Respondió muy a su manera.
Silke continuó sonriendo, el chico más serio de su equipo era el que más los apoyaba a todos a pesar de nunca demostrarlo.
-Silke, deberíamos ir a la enfermería y limpiarte esas heridas. – Observó Ian.
- Sí, vayamos, Tala estoy casi segura que deber revisar tu pecho. – Insistió Silke a su capitán que no mostraba señal alguna de dolor.
-Está bien, vayamos todos. – Dijo refiriéndose específicamente a Kai, quien había recibido varias descargas eléctricas y lo mejor sería corroborar que todos estuvieran bien.
-¡Oh! ¡Mire señor Voltaire! Silke ganó justo como dije que lo haría. – Presumió la princesa lanzando aire al viejo.
-Está bien, hará los trajes de la gran final. – Desistió el anciano que intentaba disimular la felicidad que tenía con el resultado de la alemana que había salvado a su equipo y las próximas ganancias del mismo.
-Bien, iré a visitar al equipo, vamos Leela, no creo que quieras quedarte aquí tu sola. – Le insinuó con una mirada hacia el viejo por lo que la rubia corrió hasta la princesa quien con un gesto de mano le indicó a Kirill que se moviera para dejarlas pasar.
Mientras bajaban las escaleras, Leela no sabía cómo sentirse y la princesa de inmediato se dio cuenta de ello.
-Quita esa cara. – Dijo casi ordenando.
Leela puso una cara de sorpresa ante la petición.
-Deberías estar feliz, Robert lo está con el resultado, así que quita esa cara que me dan ganas de llorar. – Mencionó sin darle mucha importancia.
-Tiene razón, ambos se esforzaron en grande, solo quiero felicitarlo. – Insistió Leela.
-Y lo harás en cuanto lleguemos a la enfermería, mi amado dice que todos están ahí.-
-¿Todos? – Preguntó la ojiverde con curiosidad.
-Así es, los rusos y los Majestics, ¡date prisa! – Le pidió mientras apresuraba el paso.
Leela quería estar donde Robert, pero había mucha gente y prefería hablar con él a solas, en especial por aquello de la ropa interior. Así que mientras terminaban por bajar las escaleras, anunciaron que el siguiente combate los BBA Revolution serían los contendientes.
-Ah, princesa, ¿cree que pudiera quedarme? Mi amigo Tyson va a Beybatallar, y quisiera apoyarlo. – Solicitó la japonesa.
Marie-Angelique la miró con el ceño fruncido, aunque Leela comenzaba a sentir que esa expresión solo era para demostrar su autoridad y no era molestia verdadera.
-Bien, pero luego me buscas ¿entendido? Aún no acaba tu castigo. – Asintió y siguió su camino a la enfermería.
Lejos de todo el ajetreo en una gran carpa blanca, se encontraba el primer herido de la tarde que observaba el juego desde un pequeño televisor. Cuando arribaron los Majestics con el equipo vencedor los Blitzkrieg Boys.
Al divisarlo, Silke se aproximó al escocés velozmente pues tenía enyesado el brazo izquierdo.
-Johnny, ¡cómo lo siento!- Exclamó Silke abrazando al pelirrojo.- ¿Te encuentras bien?- Preguntó consternada tomando asiento sobre su cama.
-Sí, sí, estoy bien… - Dijo torciendo los labios dirigiendo su mirada lejos de ella, le dolía a morir su cabeza.
Silke sonrió, sabía que no estaba en Johnny aceptar un empate. – Ese fue un gran combate, felicidades. – Expresó antes de darle un beso en la mejilla.
-¿A caso nos usaste para darle una lección a tu novio?- Señaló Kai con las absolutas circunstancias de su lado.
-¿Mi novio? – Preguntó extrañada mirando al escocés como si fuera un desconocido.
Repentinamente una voz mandona respondió al ingresar a la carpa médica.
-¿Cómo va a ser su novio? Es su sobrino…- Obvió Marie-Angelique ante la bochornosa situación. – ¿Pues qué creían?- Preguntó mirándolos despectiva.
-¿Qué? – Preguntó Extrañado Bryan. – ¿Cómo que tu sobrino? –
Silke sonrió divertida y explicó con calma.
-Una prima mía se casó con el tío del padre de Johnny, eso nos hace tía y sobrino en tercer grado.- Aseguró y continuó.- Las familias con antiguos linajes usualmente han estado emparentadas para garantizar alianzas y la supervivencia de las mismas, es por eso que todos somos primos lejanos, excepto Marie-Angelique y Enrique, ellos son primos hermanos. – Dijo la castaña sonriente a lo que Marie-Angelique intentó callarla siseando contra su dedo índice, obteniendo así la mirada de los rusos.
-¡Ay primita no tienes por qué avergonzarte!- Pidió Enrique antes de abrazarla con alegría.
-¡Suéltame pervertido!- Exclamó la princesa dándole una fuerte cachetada que lo llevó hasta el piso, puso sus manos sobre su cintura y negó con la cabeza. – ¡A mi tía seguro se le pasaron las copas cuando conoció al padre de Enrique!-
El italiano solo pudo responder estornudando debido a su combate con Tala.
-Así que todos son familia. – Observó Tala. Ahora le era más fácil comprender el por qué los Majestics estaban tan molestos con la decisión de Silke.
-Pero eso significa que Marie-Angelique y Oliver son parientes también… - Opinó Ian calculando.
-Sí, pero se estipula que deben pasar al menos tres generaciones sin parentesco directo para que sea posible un nuevo matrimonio, los Jürgens aún requieren de dos generaciones más para que sus lazos de sangre se vuelvan a entrelazar con los de nuestras familias. – Les comentó Oliver.
-Por eso nosotros tendremos que buscar en otro lado, ¿No es así Robert?- Preguntó Silke a su hermano.
-Así es.- Asintió la cabeza de la familia Jürgens
En ese momento llegaron al lugar una doctora y dos enfermeras.
-Muy bien chicos, excelentes batallas, sin embargo, Silke, Tala y Kai, quisiera que revisaran sus heridas, aún les falta una batalla más por equipos, es nuestro deber que se encuentren en las mejores condiciones, así que sigan a las enfermera y en seguida estoy con ustedes. – Solicitó la doctora mientras anotaba en su libreta.
-Silke, quisiera hablar contigo un momento a solas. – Pidió Robert a su hermana.
-Seguro Robert. – Respondió la castaña. – Ahora los alcanzo. – Dijo la alemana a su equipo que se adelantó con las enfermeras mientras los hermanos abandonaban la carpa.
Hasta aquí el fic queridas y queridos lectores! Ya ahora si prometo la sorpresa en le capítulo que sigue ^^ excelente semana!
