Buen día! No puedo expresar lo feliz que me siento de ya tener escritos 26 capítulos de la larga travesía de este fic... pareciera que hubiera sido ayer (como 2 años) cuando soñaba con que la historia estuviera hasta estas instancias, y henos aquí :D
Estoy sumamente agradecida con sus visitas y sus reviews, son una gran motivación para que este fic siga adelante, nunca me cansaré de decir que me siento afortunada de que hayan dado clic a esta historia, ¡y más aún que les haya gustado! Por lo que daré lo mejor de mí para tratar que la historia se mantenga interesante y tenga el final que ustedes merecen n_n
AngelKhazanovXIII
¿Qué tal amiga? ¿Cómo va todo? No te preocupes, yo también quisiera poder fangirlear todo el día pero la vida no nos deja jeje y afortunadamente aún existen los momentos de serenidad para poder planear, discutir y planificar todos los hechos que resultan en el fic. Me alegra haber podido transmitir los nervios de Silke y regular un poco la tensión con el latoso de Kirill, creo que le da un toque de humor ácido al fic a diferencia de la princesa que es mandona y cómica pero tierna a la vez (o eso creo yo XD). La aparición de Leela también ayuda a la alemana a relajarse y a dejar notar que Robert también tiene otras cosas en mente :) Gracias por tu apoyo amiga, espero que te guste como sigue la última ronda del torneo O_O
Y por cierto! Gracias por darme disponibilidad a altas horas de la noche cuando me atoro en alguna parte de la historia! Fangirleo 1000% :D
Saludos!
rebeca . miguel
¡Bienvenida seas amiga! Agradezco mucho tus lecturas y más aún saber que han sido de tu agrado; diario trato de mejorar en todos los puntos que mencionas, en especial en las bey batallas, la realidad es que son muy complejas de escribir, veo una y otra vez la serie animada para tratar de describir lo más realista posible lo que sucede en el plato, entre las bestias bit y los bey luchadores, y más aún intento no repetir escenas, pero me pareció importante agregarlas al fic, pues es una gran parte de la trama de la serie ^^ y me motiva mucho saber que no son tediosas y logran interesar aún más, así que espero te guste la siguiente bey batalla que verás en este capítulo 26. Silke fue un hacer y deshacer, la tenía planeada desde hace mucho tiempo, en un inicio era como una Tomb Raider, pero era irreal que fuera buena en todo lo que hacía, por lo que traté de hacerla más humana, con errores, virtudes y debilidades, que han sido un punto clave en la camaradería que ha formado con los Blitkrieg Boys, a quienes idolatro desde siempre, y me pareció incorrecto templarles el carácter, siendo que su personalidad natural me parece que puede ser explotada al máximo. Otro problema es el de las familias como bien mencionas, pasa en todas las familias, y una dama y un caballero de alta sociedad no son la excepción, sin embargo logran reconciliarse y sentirse felices el uno por el otro, lo que creo que muy tierno y honorable de parte de ambos. Me siento muy halagada por todos tus buenos deseos hacia el fic, te prometo que continuaré escribiendo esperando que te lleves un buen sabor de boca ^^
Respecto al fic de mi amiga, fíjate que no lo ha subido, solo me pasó una parte, incluyendo el beso, pero yo le hice un pequeño dibujo de aquel bochornoso accidente el cual te dejo a continuación jeje le pediré que lo publique porque ya tiene público! Yo también quiero saber que pasa con esa historia
ht_tps_:/_lovelywoods._deviantart._com/_art_/Ira-and-Tala-623166900 _Sólo quítale los guiones bajos jiji_
Muchas gracias por todo, te mando un enorme abrazo y espero te guste este capítulo, que creo yo, tiene un poco de todo, romance, sangre, comedia, traición...
Vi
De nada amiga! Aquí seguimos con la trama, escribiendo al menos una frase al día, y te confieso que me siento igual que tú, por un lado estoy emocionada de estar cerca de concluirlo, pero por otro lado tampoco quiero que termine :( pero así es la vida, aunque una vez que lo concluya no se que vaya a pasar, igual y me animo a continuarlo, pero lo que si sé es que un One-shot es muy posible :D Pues la historia ya se viene un poco oscura, pero confío en que es la decisión correcta para darle un giro inesperado, ustedes me dirán que tal les parece la idea ^_^ Y respecto a las familias, era necesario explicar lo que sucede entre los Majestics, me parece que es muy romántico como se manejaban aquellas familias con anterioridad, y sería una mentira negar que lo siguen haciendo, pero en el caso de los Alemanes... algo más tendrá que pasar...
Saludos Vi!
MariMishe00
Misheeee!
Uffff pues este capítulo si que tuvo batallas intensas, la verdad es que nunca vimos un enfrentamiento de los Majestics con los Demolition Boys, creo que hubiera sido muy interesante, pero a mi parecer, son igual de peligrosos.
Entre Tala y Enrique, quise que se notara la fiereza de ambos, sin importar el tipo de bestia bit, ¡una batalla amistosa podía convertirse en la tercera guerra mundial!
Kai y Johhny... fue un milagro que esos dos no dejaran todo Versailles carbonizado, lo digo en serio, ambos tenían sus propias razones para ganar, y finalmente los vimos sumidos en otro empate, lo que debió ser incómodo para Kai, ya que todo dependía de Silke.
Los Jürgens... por ahora no puedo revelar totalmente lo que llevó a Silke a dicho enfrentamiento, pero el drama de la bey batalla, terminó por enorgullecer a ambos hermanos el uno del otro, creo que los acercó más y demostró que el amor y la rivalidad pueden coexistir en la misma familia. Pero Silke ganó no solo por su determinación, sino por el apoyo y motivación de su equipo, ya que de haber enfrentado a Robert el mismo día que enfrentó a Tyson, el germano la hubiera derrotado sin problemas, y por suerte, el combate se realizó luego de todo lo que tuvo que sobrevivir la castaña.
Luego todo el relajo de las familias antiguas... es todo un drama histórico, pero verdadero. En grandes guerras los oponentes eran primos entre sí, pero eso no sucede en este fic xD aquí son chicos ricos emparentados que gozan de beber champagne y una buena bey batalla... aunque Leela deberá ponerse las pilas, por que Robert tendrá que buscar pareja lejos del círculo familiar :D
Bueno, ya me contarás que te parece la pequeña escena entre Robert y Leela, sé que la amarás :D Y no cantes victoria... este capítulo... se pondrá intenso... y los demás... quien sabe :v
Agradezco que me hayas dejado invitar a tu OC a esta historia, y la invaluable ayuda que me brindas cuando me entran dudas :D Muchas gracias amiga, ya mismo me voy a dejarte tu review en tus fics, sabes que andaba con poco tiempo pero libre al fin! Besos y abrazos! Leela x Robert 3
Sarah Kilensky
¡Hola Sarah! Así es, ¡un capítulo más al fic! ¡Y cada vez se vuelven más largos! Es algo que disfruto, por eso a veces la demora, pero ya empiezo a comprender cómo dejar a los lectores en suspenso, y no solo para ustedes, también para mí lo es, a veces es complicado elegir el punto de corte del capítulo, y este número 26 no es la excepción O_O.
Entiendo a lo que te refieres con aquello de moldear el fic. La idea para este fic lo empecé cuando tenía 13 años... ahora tengo 28! Y mi novio fue quien me animó a publicarlo, al principio no estaba muy segura si debía hacerlo, pero tenerlo fuera de tu computadora y poder compartirlo te hace concentrarte más, por que ya sabes que no se queda solo en ti, especialmente cuando ves que hay interés en los lectores, así que anímate a subirlo, y ¡encantada seré tu primera lectora ^0^!
¡Que lindas tus palabras amiga, yo también me inspiro más al leer tus comentarios!
Y nuestra pequeña Silke ya se está convirtiendo en toda una Blitzkrieg Girl, y como bien dices... aquello de que Johnny fuera su novio afortunadamente ya quedó aclarado, pero bueno, te confieso que no puedo asegurar o negar que el "señor amor" se aparezca xD tendrás que leer el fic hasta el final para descubrirlo, aunque puedo decir que pasarán cosas que fortalecerán la relación...
Un gusto que me acompañes amiga, saludos!
Les deseo una excelente lectura =^w^= Y ya mismo me pongo a seguir con el capítulo 27, porque las cosas están que arden, y sería cruel de mi parte extenderles tanto el suspenso O_O
Capítulo XXVI
El segundo combate se llevaba a cabo en medio de los jardines del Palacio de Versalles, con el público vitoreando a cada maniobra a los bey luchadores, se sentía gloria y asombro en el ambiente fresco y jubiloso, y era el momento exacto para que dos populares bladers pudieran entablar una conversación algunos metros detrás de las gradas sin ser importunados.
Robert llegó hasta una valla de seguridad pasando algunos arbustos altos arreglados como caballos que se alzaban sobre sus patas traseras lejos de la carpa médica. Se encontraba tranquilo, ya lo peor había pasado y estaba muy satisfecho con el resultado. Silke siguió sus pasos hasta que el alemán recargó sus brazos sobre la valla metálica que reposaba en la orilla del Gran Canal observando a lo lejos a Dragoon.
Silke esperó a que él le hablara, una dama debía permitir que un caballero iniciara la conversación.
Robert cerró los ojos y se giró hacia la castaña, ofreció la diestra y Silke la tomó con la suya.
Robert levantó un poco la manga del atuendo de su hermana, revelando la diminuta herida que había teñido un pequeño y amorfo círculo de sangre sobre la tela.
Se trataba de un piquete que se notaba un poco inflamado.
-Griffolyon no quiso hacerte daño. – Le aseguró Robert. – Sentí su dolor, la bestia bit de la familia Jürgens siempre protegerá a los suyos y destrozará a los enemigos, pero esta fue una fuerte prueba para todos nosotros. Debo agradecer a Gekiryu por la fidelidad que te tiene, es una bestia bit extraordinaria, ojalá supiéramos más de ella. –
-Gekiryu es mi amigo, sabes que no pudo llegar en mejor momento a mi vida, y también le causó conflicto obedecerme para derrotarte, pero ambos nos hemos fortalecido mucho en estas semanas gracias a los Blitzkrieg Boys. –
-Los Blitzkrieg Boys… un equipo interesante. ¿Ya podrás decirme de qué se trata todo esto? – Preguntó retomando el argumento de la firma del contrato entre las empresas alemana y ruso-japonesa.
-No es nada de qué preocuparse. – Afirmó la chica soltando la mano de su hermano.
-Entiendo. No me lo dirás, parece que tienes confianza en tu nuevo equipo, a pesar de lo atemorizantes que les parecen a los otros, tú te ves feliz. – Recalcó el último detalle.
-Ellos me han enseñado mucho, no podría estar más agradecida de haber tenido la oportunidad de conocerles. – Comentó con cariño.
- Ya veo. Cuando termine el torneo por favor hazles una invitación a casa. –
- Así lo haré. – Aceptó alegre asintiendo con la cabeza.
-Por cierto, todos estos cambios han sido inimaginablemente favorables para tu reputación. – Mencionó Robert mirando a los ojos de su hermana.
-¿De quién se trata? – Preguntó Silke tras una pausa.
- Un par de buenos pretendientes, un príncipe árabe y un heredero americano. – Dijo sin chistar.
- ¿Y cuál de los dos te resulta más apropiado? – Cuestionó poniendo toda su confianza en el juicio de su hermano.
Robert se quedó pensativo por unos instantes en que se cruzó de brazos. Luego soltó un profundo suspiro.
-Silke, no es lo que a mí me resulte apropiado, es una decisión que te afectará directamente a ti, por eso tú tienes la palabra final. – Admitió.
-Pero esa elección posicionará a los Jürgens de diferentes formas, tenemos que ver cuál de todas ellas es la que nos conviene más, ya que solo tenemos una oportunidad. – Respondió con seriedad.
-Siempre… me ha impresionado la forma tan madura con que tomas este asunto, pero no quiero que cometas una equivocación que te haga infeliz. – Dijo mostrando una profunda preocupación.
-No seré infeliz, al contrario, con el apellido Jürgens en la cima, tendré mi recompensa. –
-El nombre de los Jürgens ahora mismo se encuentra muy alto, gracias a ti. – La halagó con una sonrisa.
-Me siento honrada por eso. – Pausó cerrando los ojos. – Así que, retomaremos este asunto del matrimonio una vez concluido el torneo. –
-Tal vez nuevos pretendientes entren a la jugada. – Concluyó Robert.
-Nunca fue mi intención, pero ahora que ocurrió me esforzaré más y tal vez se pueda cerrar un buen negocio. – Declaró satisfecha.
-Y hablando de negocios, cómo va el asunto con los Hiwatari, en las noticias se te vio llegar con el mismísimo Voltaire Hiwatari, supongo que ya has discutido con él. –
-Así es, el trato de Kai conmigo se pospuso hasta que el torneo termine, sin embargo el abuelo ha resultado más accesible de lo que pensaba al inicio. Marie-Angelique nos ha ayudado a que la cabeza de los Hiwatari apoye más nuestro trato. Me dijo que si daba una buena actuación en el torneo, nos daría todas las facilidades para exportar a Japón; una razón más para ganar este torneo. -
-Y a tu juicio… ¿el abuelo de Kai es confiable? – Dudó Robert.
Silke suspiró. – Es un hombre obstinado, sin embargo a pesar de la personalidad de mis compañeros, ellos siguen sus órdenes con discreción, considero que si le doy lo que pide sin fallar, él nos dará lo prometido, así que solo resta esperar a la final del torneo… - Silke no pudo terminar ya que una fuerte explosión resonó a lo lejos en el plato de juego atrayendo la atención de los alemanes, y Jazzman declaraba por medio de los altavoces a Tyson como el vencedor.
Tras un breve silencio Robert agregó algo más.
-Todo apunta a que… la final del año pasado se repetirá entre tu equipo y el de Tyson. Quisiera saber, ¿dónde te sitúa eso a ti? – Preguntó con el ceño ligeramente fruncido.
-Supongo que eso es un secreto de equipo. – Sonrió Silke de forma traviesa.
A Robert no le quedó más que sonreír también.
-Deberíamos volver, es mejor que te revisen esas heridas, - Dijo empezando a caminar de regreso. - además supongo que tendrás que ponerte de acuerdo con tu equipo para tu último combate, será contra los Dingo Crash, ¿o me equivoco? –
-Veo que llevas muy bien las cuentas de nuestras bey batallas, también son el equipo que los Majestics derrotaron en batallas individuales durante la primera fase del torneo, ¿algún consejo? – Preguntó la castaña.
-En realidad como jugadores individuales aún les falta un poco de experiencia, pero en las batallas por equipo han resultado más complicados de vencer, será cuestión de analizar su estrategia, pero sé que ganarán sin problemas, así que es un hecho que estarán en la gran final en nuestra amada Alemania, creo que nos volveremos a ver hasta entonces. – Se refirió Robert con un aire melancólico.
Silke correspondió el gesto, sin embargo en su andar Robert se detuvo sin pensarlo, y su mirada se dirigió a la parte trasera de las gradas. La castaña siguió la trayectoria de la vista de Robert llegando hasta una melena rubia que miraba sigilosamente a Tyson desde una posición oculta detrás de todo el escándalo.
-¿Por qué no hablas con ella? – Preguntó Silke con una sutil voz.
-¿Disculpa? ¿Hablar con quién? – Fingió Robert sin entender.
-Esa linda chica, la conocí hace un rato, parece que es una de tus admiradoras. -
-¿Hablas de Leela? – Se extrañó el germano.
-Deja la seriedad a un lado y ve con ella, estoy segura que se alegrará de verte. –
Robert intentó contestarle pero Silke ya se alejaba con elegancia, parecía que no lo escucharía.
El alemán suspiró. Silke era la persona más discreta que conocía, miró furtivamente a su alrededor, no había reporteros, ni seguridad, ni otra persona interesada en algo que no fuera la batalla en curso, así que decidido, caminó con paso firme hacia la rubia que miraba detrás de una cámara fija donde había espacio libre.
Con la victoria del japonés, Leela se mostraba alegre aplaudiendo desde su sitio.
Robert carraspeó ligeramente, consiguiendo llamar la atención de la jovencita.
Leela giró pensando que tal vez alguien de seguridad le diría que no podía estar ahí pero grande fue su sorpresa al hallar al mismísimo Robert Jürgens a solas frente a ella.
-¡Ro… Robert…! – La rubia enrojeció de inmediato y sin saber que más hacer, realizó una profunda reverencia al germano. - ¡Te pido disculpas por mis terribles modales! ¡De verdad no quería husmear en tu ropa interior! – Gritó de forma rápida, su vergüenza era evidente, por lo que Robert solo sonrió para sí mismo y alcanzó la zurda de Leela, haciendo que la chica alzara la mirada apenada.
-No hay nada que perdonar, de hecho… - El joven buscó con su otra mano dentro de su chaleco y obtuvo un curioso y familiar objeto de la japonesa. – Me parece que esto sólo puede pertenecerle a cierta señorita. –
Leela reconoció su reloj de flores, el cual pensaba había perdido.
-¡Ah! ¡Pero que descuidada soy! ¡Lamento muchísimo las molestias que te he causado, será mejor que me retire…! - Dijo la chica más roja que antes intentando alejarse de ahí, algo pasaba cuando estaba cerca del europeo que le costaba mucho controlarse, más en medio de la vergonzosa situación.
-Espera. – La tranquilizó de tajo la voz de Robert.
El gentil hermano de Silke le sonreía con serenidad. Con ambas manos colocó el bello reloj en la muñeca desnuda de Leela y lo ajustó adecuadamente para que no volviera a caerse.
-Por favor no lo pierdas, lo traje conmigo todo el combate, me trajo buena suerte. –
Leela se sorprendió de aquello, miró su reloj con cariño, y luego volvió al tema del combate.
-Robert, ese… fue un gran combate, sin embargo lamento que no hayas ganado… -
-Ganar no lo es todo Leela, hay más cosas que importan en una beybatalla y me siento feliz con el resultado. Silke lo hizo muy bien, me impresionó muchísimo, sé que puede llegar aún más lejos y estoy orgulloso de ser su hermano. –
Al notar que no había tristeza en sus palabras, Leela solo sonrió para sí misma.
-Tienes razón, tuve la oportunidad de hablar con ella antes de que diera inicio el torneo, y me doy cuenta que a esta altura es de los mejores competidores, su forma de beybatallar me impactó, así que creo que ahora tengo una nueva beyluchadora favorita. – Admitió la japonesa guiñando un ojo al alemán.
Robert alzó una ceja y sonrió sorprendido.
-¿Ah sí? A decir verdad en este momento Silke también es mi beyluchadora favorita, pero me duele saber que tan pronto te hayas olvidado de mí... – Respondió un Robert cabizbajo.
Leela de inmediato se dio cuenta de lo que había dicho y comenzó a mover las manos en negación.
-¡Ah! ¡Este… no, no es como piensas! ¡En realidad me gustan los dos! ¡Es decir! ¡Los tres! ¡Ya sabes que Tyson…! – Leela se sonrojó, sus ideas se habían revuelto y Robert no pudo evitar soltar una carcajada.
-Estoy bromeando contigo Leela, este es el espíritu del beyblade, y aún hay más beyluchadores que seguro nos impresionarán a todos, y si me lo permites, me encantaría discutir tus gustos más tarde, tal vez luego de la rueda de prensa al finalizar la ronda de hoy. –
Leela se quedó de piedra al escuchar eso, aparentemente Robert la estaba invitando a una cita, no sabía cómo contestar adecuadamente.
-¡Acepto! – Exclamó con fuerza, y un segundo después se tapó la boca con ambas manos, pues en su mente la palabra moderación no había podido coordinarse con su voz.
Robert se sorprendió nuevamente, y luego sonrió.
-Muy bien… pues ya quedó, mientras tanto, ¿Qué te parece si contemplamos hasta el final el combate de los BBA-Revolution? Entiendo que principalmente has venido a apoyarlos a ellos, y ahora realmente no sé si me pondré de su lado o de los Blitzkrieg Boys… las posibilidades de que se encuentren en la final son casi del 100%, ¿tú qué opinas? –
La chica no podía ocultar su felicidad, pasaría con Robert los siguientes 10 minutos, solo esperaba que el travieso italiano no se apareciera por los alrededores.
-Creo que Kaisito está más que preparado para ese combate, pero mi mejor amigo Tyson… ¡Él lo vencerá! –
Silke avanzaba lentamente por los escasamente transitados jardines en aquella zona restringida con dirección hacia la carpa blanca, se sentía cansada, y aunque suponía que Tala y Kai también tendrían secuelas de la batalla, jamás lo mostrarían, debía lucir la misma fortaleza, además solo restaba la última batalla, después de eso podría descansar un poco en el tren que haría el largo viaje de vuelta a Moscú, solo esperaba conseguir un camarote de primera clase para poder descansar sobre una cama. Sus pensamientos la mantenían ocupada cuando de pronto divisó a tres hombres andar en su misma dirección. No les prestó mucha atención pero ellos se apresuraron a bloquearle el paso metros antes de la enfermería.
-¿Silke Jürgens? – Preguntó un rubio alto.
-Ese es mi nombre. -Respondió ella.
-Debería estar avergonzada de sí misma, es una completa deshonra para Europa. – La señaló un segundo hombre con cabellos negros y mechones rojos incrementando el nivel de voz.
Silke los observó más detalladamente, los tres llevaban pines con logos de marcas europeas de accesorios finos para caballeros, el tercer hombre de lentes tintados y cabellera azul oscura pertenecía a una marca de relojes los cuales Johnny usaba, seguro patrocinaban a los Majestics.
La jugadora no dijo nada. Entendía su molestia. Ella era alemana, hermana de uno de los Majestics, y sin embargo entregaba su talento a un equipo ruso, extranjeros al antiguo continente que llevaban la delantera.
-Lamento mucho causarles enfado caballeros, con permiso. – Silke se despidió evitando problemas como era su costumbre, así que decidida pasó entre el rubio y el peli azul. Sólo debía llegar a donde los Blizkrieg Boys y nadie más la incomodaría.
-¡Traidora! ¿A dónde v…? – Le llamó el hombre de los relojes como si se tratara de una orden, cuando una mano a sus espaldas no le permitió concluir el comando.
Silke notó el silencio y curiosa volteó para reconocer a un chico castaño.
-¡¿Kirill?! – Exclamó Silke sorprendida por su intervención.
El guardaespaldas sonrió y empujó al hombre hacia un lado.
-¿Hay algún problema que tengan con Fraülein Jürgens? – Cuestionó divertido situándose al frente de Silke.
-¡No te entrometas ruso! – Dijo el rubio aproximándose sin precaución a la acusada.
Kirill de inmediato lo sujetó del cuello de la costosa camisa.
-¡Desgraciado! ¡Suéltame! – Demandó el rubio intentando mostrar un poco de valor sujetando con ambas manos la de Kirill pero de ninguna manera lograba que el segundo lo soltara.
-¡Dile a tu cachorro faldero que no se entrometa! Es un bárbaro extranjero que no sabe de educación. – Dictaminó el de flecos rojos.
Sin embargo Silke no dijo nada, ellos habían comenzado la discusión y Kirill no los había lastimado… aún.
-Bueno ya es suficiente. – Se quejó el de lentes, y sacó de su chamarra un táser eléctrico.
Silke dio un paso hacia atrás. Aparentemente los promotores no tenían solo la intención de intercambiar amenazas verbales.
-Mejor suéltalo y déjanos charlar con la chica. – Amenazó encendiendo el arco eléctrico del aparato que hacía un fuerte y amenazador chirrido; convencido de tener el control se aproximó medio metro.
Kirill no se impresionó y con la diestra libre sacó el arma corta que portaba en la cintura.
Los tres se quedaron sin habla ante un arma de verdad que los apuntaba, y se estremecieron cuando Kirill le quitó hábilmente el seguro con el pulgar.
-O…Oye… vamos a calmarnos… - Solicitó el de los relojes.
-¿¡Cómo se supone que eso pasó por seguridad!? – Preguntó el otro con una gota de sudor rodando por su mejilla.
-Ustedes no saben mucho acerca de cómo funciona la seguridad en estos eventos, ¿cierto? Ahora suelta ese inmovilizador y patéalo hacia acá. – Exigió Kirill sin bajar la guardia.
El patrocinador soltó el táser e hizo lo que Kirill le ordenó, consiguiendo que el arma llegara a los pies de Silke.
-Tú. – Le dijo Kirill a la castaña. – Recógelo. – Silke hizo lo que él le pedía con cuidado tomándolo del cuerpo negro evitando rozar la zona metálica donde nacía la electricidad. Kirill por su parte pasó a apuntar el cañón de la pistola de la pareja de europeos al que tenía en las manos. -No volverán a entrometerse con ninguno de los jugadores del Señor Voltaire Hiwatari, ¿Entendido? –
Los tres asintieron temerosos, así que el ruso soltó al rubio quien de inmediato se alejó con sus compañeros que solo lanzaron una desagradable mirada a la alemana. En pocos instantes se alejaron, y Kirill volvió a poner el seguro a la pistola guardándola bajo su saco.
Silke suspiró. Afortunadamente los busca problemas no eran como los Blitzkrieg Boys o entonces aquel debate se hubiera vuelto muy violento.
Kirill la observó.
-¿Y qué se supone que haces lejos de tu parvada? – Le sonrió como si no hubiera sucedido todo aquel alboroto.
Silke no contestó, sólo le ofreció el táser.
Kirill lo tomó y la miró alzando una ceja.
-Esto produce una descarga de 10 mil Volts; más de cinco segundos en cualquier zona desnuda y podrías dejar al sujeto inconsciente. Sólo retiras el seguro y lo activas. – Demostró Kirill diestramente, y tras apagarlo lo lanzó en una débil parábola hacia Silke quien lo atrapó. - Consérvalo, parece que aún eres muy ingenua y no sabes cuantas personas están en tu contra. – Le dijo sonriendo casi amistosamente.
Silke lo observó y bajó la mirada al pequeño aparato, a penas más grande que un teléfono celular. No le agradaba usar armas, pero analizó todos los sustos que ya se había llevado desde la mansión de Kai, así que le pareció sensato tener algo de protección extra al carecer de la formación militar de los rusos, tras evaluarlo guardó el inmovilizador en uno de sus bolsillos.
-No tengo por qué ser del agrado de todos, eso me queda muy claro, pero este torneo se está saliendo de control. – Admitió desconcertada ante la agresión anti deportiva de los patrocinadores europeos.
-El perder dinero le ofende a cualquiera. – Obvió Kirill.
- Es verdad. –Admitió un poco sorprendida, hasta ese momento no había reparado en prestar atención a todos los patrocinadores ajenos que estaban perdiendo dinero por culpa del éxito de su equipo. - ¿A propósito, que haces aquí? – Recapacitó Silke al comparar la distancia desde el palco de Voltaire hasta la bahía médica.
-Sólo me enviaron a verificar que todo el equipo pueda continuar, y desde luego asegurarme que la paloma está en buenas condiciones para brillar en el siguiente round, ¿Sabes? En verdad sería tan simple si alguien quisiera aprovecharse de ti cuando estás tan sola… - Kirill intentó aproximar la zurda a la barbilla de Silke quien notando su intención dio un paso hacia atrás.
-No estoy sola, y ya basta de esta actitud, no soy ninguna damisela en peligro. – Resopló antes de girar en dirección a la enfermería seguida de cerca por el guardaespaldas que se divertía cada vez que la hacía enfadar.
Ambos arribaron a la sección de la enfermería que pertenecía a los rusos, donde los chicos observaban detenidamente en la pantalla como Daichí salía victorioso al igual que Tyson.
Silke se percató de Tala quien estaba más alejado de la pantalla, con el torso desnudo, permanecía sentado con los ojos cerrados mientras una enfermera untaba un poco de gel sobre su espalda y se preparaba para colocarle una gaza. La castaña se aproximó hasta él y pudo notar unas marcas rojizas sobre su pálida piel cuya trayectoria venía desde el vendaje hacia su pecho, sin duda aquel mordisco de Amphylyon había conseguido herir tanto a la bestia bit como al bey luchador.
-¿Te encuentras bien Tala? – Preguntó preocupada.
-Esto no es nada, mejor que te revisen a ti. – Respondió el capitán sin darle mucha importancia.
Silke asintió y la enfermera que atendía a Tala intercambió miradas con la castaña indicándole que en seguida la atendería cuando una voz se apropió de la tranquilidad de la sala.
-¡Mis queridos amigos! - Exclamó Kirill llamando su atención.
Los chicos a penas y lo vieron de reojo.
-El Señor Voltaire quiere que sean Silke, Kai y Tala los que finalicen el encuentro, así que finjan que no sienten dolor alguno por favor, tienen que dar su mejor actuación para demostrar que el equipo de Rusia será el ganador. Ah, y les recuerdo que mañana nos vemos para la siguiente sesión de fotos, así que les sugiero partan a penas concluya su beybatalla por equipos; el señor Voltaire se hará cargo de la rueda de prensa, así que partiremos con los nuevos patrocinadores que se sumen hoy. Eso es todo. – Dijo sonriente, aunque ninguno de los beyluchadores varones compartió su ánimo, por lo que sólo guiñó un ojo a Silke quien era la única que por mera educación le devolvía la mirada.
-Está tan desesperado por llamar la atención. – Se mofó Ian alzando los hombros con una mueca sarcástica.
-¿Acaso te amenazó? – Preguntó Bryan a su compañera.
-Como casi siempre que nos encontramos, aunque empiezo a creer que no es personal… - Sonrió despreocupada tras analizar como el sub-jefe de seguridad tenía esa actitud altanera con cada uno de los rusos.
-No deberías tomártelo a la ligera. – Sentenció Tala desde la camilla.
Silke prestó atención a sus palabras.
-Ese sujeto puede que ahora esté de nuestra parte, pero si encontrara una oferta más jugosa ten por seguro que nos vendería, así que no bajes la guardia. – Le advirtió antes de ponerse la camisa negra de nuevo cuando la enfermera hubo concluido su curación.
-Entonces no estaba tan equivocada… - Alcanzó a susurrar colocando un puño sobre sus labios algo dudosa.
-¿Qué dijiste? – Preguntó Spencer.
Silke no había tenido la intención de contar su experiencia cuando el protegido de Cheslav había sido su chofer, pero hasta Kai la miraba de reojo, así que quiso compartirles lo sucedido.
-Bueno, ocurrió algo que llamó mi atención en Nápoles, aquel día en que Kirill me llevó al pueblo a comprar un libro. – Empezó a relatar. – Cuando volvimos al auto con la compra, yo ya me encontraba en el vehículo, y antes de que él se colocara tras el volante, hubo "algo" que llamó su atención en la esquina de la librería. Procedió a encerrarme en el auto y avanzó con su arma lista en dirección a la calle aledaña, me era difícil ver desde la ventana de la camioneta hasta que desapareció al girar en la intersección. Pasaron algunos segundos en que pensé que estábamos en peligro y luego volvió como si nada, traté de preguntarle qué había sucedido, pero solo me evadió diciendo que no era de mi incumbencia… - Confesó. – Sin embargo, ahora ya no sé qué pensar, Cheslav insiste en que Kirill es de fiar, pero siendo honesta confío más en el criterio de ustedes chicos.-
-Estás segura con nosotros, así que desde ahora no te alejes, no olvides lo que pasó en la mansión. – Intervino Kai con seriedad.
Silke se impresionó al ser la voz de su socio la que había hecho aquella declaración. Estaba segura que él era la última persona de ese grupo que se preocuparía por ella.
-Cierto Kai, ese sigue siendo un misterio, y sea quien sea, puede seguirnos asechando. – Silke tomó con seriedad aquellas palabras.
Tala terminaba de ponerse su chamarra, se levantó y retomó el liderazgo de la conversación.
-Aclarando aquello, debemos concentrarnos en el último oponente. – Todos prestaron atención al capitán. - Hemos llegado muy lejos con un récord casi perfecto, y debemos mantenernos así hasta el final de hoy, lo que conlleva a la estrategia contra Dingo Crash.
Silke tomó la iniciativa gracias a la conversación con Robert.
-Aún pueden dar ciertas sorpresas, ya que han jugado mejor en conjunto, tendremos que estar listos para contrarrestarlos una vez que empiecen a atacar, creo deberíamos dejarlos hacer el primer movimiento. – Opinó la castaña.
-¿Kai? – Preguntó Tala a su pareja.
-Yo iré primero en esta ocasión. – Fue lo único que dijo para abandonar la carpa, dejando a la enfermera que esperaba atenderle con el material de curación.
-Necesito revisarlo también… - Dijo la mujer a Tala.
-Él está bien, atiéndala a ella. – Indicó refiriéndose a Silke.
La castaña no parecía lucir impresionada como al principio por la actitud de Kai, así que antes de dirigirse con la enfermera, sacó su blade de su bolsillo derecho y se lo entregó a Ian.
-Olvidaba decirte que su desempeño fue excelente, pero creo que se dañó en el disco de defensa, ¿crees que puedas repararlo?- Preguntó al dueño de Wyborg.
-¿Qué? – Reaccionó Ian sorprendido al analizarlo de cerca. – ¡Vaya! La beybatalla fue más dura de lo que parecía, realmente eres de temer. – Le guiñó Ian un ojo, a lo que la alemana solo sonrió simpáticamente. – Bien, pues no esperaba que fuera el disco de defensa el que se llevara la peor parte, pero déjame ver qué puedo hacer para que el balance siga siendo el mismo, ya que de esta pieza en específico no traigo un repuesto, debido a que hice varios juegos para cada beyblade con diferentes calidades de acero, así que trataré de compensar su variable de peso con el disco de ataque. – Explicó resolviendo el problema.
- Te lo agradezco mucho, prometo tener más cuidado en la siguiente batalla. – Aseguró Silke antes de dirigirse con la enfermera.
La mujer le indicó se colocara en la siguiente camilla detrás de una cortina para que pudiera retirarse las prendas. Silke entonces comenzó a desabotonar el vestido en la parte superior, revelando una blusa de mangas cortas, permitiendo a la enfermera limpiar los diminutos puntos rojos dejados por las afiladas plumas de Griffolyon.
-Están algo profundas, te colocaré un desinfectante, puede que te arda un poco. – Previno la mujer a la paciente.
-No hay problema. – Aceptó Silke la advertencia.
A continuación tuvo que apretar los ojos ya que la medicina penetraba hasta sus músculos causándole una ligera quemazón.
En la sala, Ian intercambiaba una y otra vez los discos de ataque y defensa. No podría garantizar que el calibre fuera exactamente igual al blade que su compañera había utilizado contra Robert, pero la batalla en equipo resultaría más sencilla, podría manejarlo sin problemas.
A la enfermera no le tomó más tiempo curar a Silke de lo que a Ian le tomó ensamblar al nuevo Gekiryu, así que ambos estuvieron listos al mismo tiempo.
-Está listo, te recomiendo lo pruebes antes de la batalla para que te acostumbres a su nuevo equilibrio. – Dijo Ian entregándolo a Silke, el resto de sus compañeros estaban muy atentos a la televisión.
La chica lo recibió con la mano izquierda, donde tenía un pequeño curita sobre la muñeca cubriendo una de las diminutas heridas.
-Se siente un poco más pesado. – Confesó, aunque no dudaba que fuera igual de resistente que el interior. – Lo probaré durante el descanso. –
Afuera, el bicolor volvió hasta el solitario palco de su equipo, para presenciar el desenlace de los BBA-Revolution.
El equipo de Tyson también había conseguido llegar a las finales, aún no era oficial pero con la puntuación actual era lógico que se vieran nuevamente las caras en Alemania.
Kai observaba desde su posición como el campeón mundial emocionado chocaba la mano con Hiro. El hermano mayor del japonés lucía un rostro descansado, como si para él las beybatallas no resultaran nada complejas, era como si el título de campeón mundial hubiera sido hecho solo para él, sin embargo no le interesaba en lo más mínimo y tan solo quería ver a su hermano menor permanecer en ese puesto. A pesar de ello, a Kai no le importaba medirse seriamente con Hiro, era aquel chico de gorra y carácter divertido el que desencadenaba la verdadera emoción de luchar. Ese año sería donde finalmente derrotaría a Tyson.
Las batallas individuales continuaron por media hora más y cualquiera que fuesen los resultados de ellas, los BBA-Revolution y Blitzkrieg Boys se mantenían a la cabeza. Aun así ninguno de los equipos perdía las ganas de darle a los aficionados una demostración de lo que era el Beyblade a nivel profesional.
Se dieron quince minutos de receso para preparar los nuevos beyestadios de la ronda por equipos; algunos espectadores aprovecharon para ir a la zona de comida por provisiones para disfrutar de la segunda parte del torneo de ese día, mientras que otros beyluchadores terminaban de ajustar sus blades tras conocer a la perfección cuál sería su último oponente.
Silke estaba tranquila pero muy dentro de ella esperaba que no fueran los últimos en pelear, ya que la aterraba pensar que después de las batallas, y el largo viaje en tren a Moscú, tendrían que atender a una pesada sesión de fotos, entre más rápido pudieran irse, sería mucho mejor para ellos, afortunadamente, los altavoces anunciaron el reinicio de las batallas.
-¡Versailles! ¡Esta es la tercera llamada para las últimas rondas por equipo de este Fabuloso Cuarto Torneo Mundial de Beyblade! ¡Comenzamos! – Indicó animado cuando en las pantallas gigantes aparecían los nombres de los equipos y se señalaba a los primeros en participar.
-"¡Qué suerte!" – Pensó Silke animada.
Sus compañeros se pusieron de pie y se dirigieron al centro de la plataforma, siendo imitados por el equipo australiano en las gradas contiguas.
-Sean nuevamente bienvenidos a las últimas rondas de este torneo antes de la gran final en Alemania, soy Brad Best y estamos a punto de iniciar el combate entre los Dingo Crash y los Blitzkrieg Boys. -
-Yo soy AJ Topper; esta es una ronda interesante Brad, ya que sin importar el resultado, los Blitzkrieg boys irán a la final, pero si Dingo Crash resultara victorioso, eso colocaría a este grupo de novatos en el top 3 de los semifinalistas, me parece que han jugado muy bien este torneo, soportando la experiencia y fuerza de rivales más veteranos, pero estoy seguro que mostrarán todo lo que han aprendido en esta última beybatalla. –
-Muy cierto AJ, a mí me han sorprendido, en especial en su trabajo en equipo, me atrevo a decir que son uno de los grupo más sólidos de todo el torneo, y cada estrategia es distinta a la anterior donde los cuatro jugadores saben perfectamente qué les corresponde hacer, y con ello han conseguido subir en la tabla de puntuaciones. -
-Pero ahora tendrán que probar sus habilidades contra los Blitzkrieg Boys, que no sea andan con rodeos, su combinación de fuerza, habilidad e inteligencia, resulta peligrosa para cualquiera que busque tomar una oportunidad en su contra. –
-Tú lo has dicho AJ, así que les deseamos la mejor de las suertes a ambos equipos. No se levanten de sus asientos puesto que presenciaremos una sensacional beybatalla. –
-Pero Brad… tomé demasiada soda… -
-Acaba de terminar el intermedio AJ… -
Los jugadores ya se habían colocado en sus puestos, aguardando por el plato donde disputarían su última batalla. Lentamente la esfera traslúcida subió desde el piso flotante escurriendo agua a sus lados, y una arena con algunas columnas, medios muros y una circunferencia decorada resaltó en las pantallas gigantes.
-¡El estadio de las Catacumbas de Paris! – Anunció Jazzman.
El plato para la actual beybatalla consistía en una combinación entre un foso y decenas de cráneos y huesos apostados de manera "artística" alrededor de un centro totalmente plano, con tierra arcillosa como pavimento. Las imitaciones de huesos humanos formaban trincheras a los polos del estadio dando ventaja a los beyluchadores de resguardarse si era necesario o usarlos como trampolín para asestar golpes más retirados.
-Pero que desagradable… - Susurró Silke.
-¿Qué no te gustan las atracciones turísticas de Paris? – Preguntó Kai divertido.
-Resulta que me parece inapropiado hacer de un lugar de reposo un espectáculo así. – Se quejó haciendo una mueca desaprobatoria.
-Calma, ni siquiera son reales, así que concéntrate. – Ordenó Tala ante la incomodidad de su compañera sin quitar sus ojos de enfrente de los australianos.
Del lado contrario aun en la banca, el capitán sonreía ampliamente a sus compañeros.
-Es un hecho que no iremos a las finales este año, pero aún podemos demostrar que somos lo bastante fuertes como para hacer trabajar en serio a los Blitzkrieg Boys. –Dijo Eithan elevando la moral de su equipo.
-Ya saben a quién deben atrapar primero. – Recordó Yani.
-Pues parece que esto resultará más fácil de lo que pensábamos. – Calculó Tami observando la alineación de los rusos, con Kai al centro del trío.
Kirrily asintió preparada para presentar su última beybatalla avanzando a un costado del capitán, hasta que los tres estuvieron alineados en su área de salida.
-¿¡Están listos beyluchadores!? – Cuestionó Jazzman totalmente emocionado. - En sus marcas… 3… 2… 1… ¡LET IT RIP! –
Los dos equipos lanzaron al mismo tiempo con sus respectivas pistolas y boomerangs,
Los seis beyblades se dirigieron de inmediato al centro de la arena, intentando ser los primeros en acaparar el terreno central, hasta que el equipo ruso notó como sus oponentes se dividían en tres, con la intención de enfrentarse uno a uno.
Tala, Kai y Silke habían optado por permitir que los australianos revelaran primero su estrategia, y cuando la trayectoria de colisión era evidente, ágilmente los tres Dingo Crash evitaron el contacto físico con sus adversarios, demostrando una gran agilidad en el juego.
-¡Qué rápidos! – Exclamó Silke asombrada por aquella velocidad que había conseguido burlar a Gekiryu sin mucho esfuerzo.
-Te sorprendes por nada. – Dijo Kai despectivo.
Tala mantuvo la concentración e intentó alcanzar a Kirrily sin embargo cuando ya casi la tenía, Eithan se atravesó sorprendiendo a Tala sin siquiera tocarlo.
-Sigue así Kirrily. – Animó el australiano a su compañera.
La rubia asintió y fue en busca de Silke quien permaneció quieta, a sabiendas de que solo intentaban llamar su atención sin atacar realmente.
Kai admiraba el panorama, Tami zigzagueaba a su alrededor, pero tampoco se veía interesada en golpearlo.
Silke sabía que Gekiryu podría fácilmente repeler un golpe, pero la bestia bit había hecho un gran esfuerzo en la batalla anterior contra Robert, ese detalle le preocupaba un poco, y Tala debió notarlo, ya que en un intento más certero de Eithan por atacar a Silke, el capitán se interpuso lanzando un viento helado que el australiano evadió con facilidad.
-¿Tala? – Peguntó ella mirándolo.
-Sigamos el plan de Kai. – Le indicó,
Silke asintió y observó a Kai, como esperando descubrir qué pasaba por su mente. Por otro lado, Jazzman no solía entrometerse en las batallas pero el trío de los Blitzkrieg boys a penas y había hecho un movimiento, mientras que Dingo Crash se desplazaba por todo el plato, y la respuesta del público lo tentaba a llamar la atención de los jugadores.
-¿Por qué Kai no ataca? –
-¡Silke lleva todo el rato sin hacer un movimiento! –
-¡Qué aburrido…! ¡Tala es más fuerte que eso! –
-Los rusos le temen a Dingo Crash… -
-Beyluchadores, ¿qué sucede? Empiecen a jugar por favor… - Se atrevió a interceder el réferi.
El público comenzaba a cuchichear entre las gradas, la batalla no parecía tan interesante, y Kai decidió que sería el momento ideal de contra atacar esas jugadas inútiles de los australianos con un asalto verdadero.
-¡Blazing Gigs! – Ordenó Kai invocando a Dranzer en medio de sus compañeros de equipo.
En un segundo, los tres beyblades australianos dejaron de rodar sin sentido, y se dirigieron para formar un círculo alrededor del bicolor al mismo tiempo que liberaban a sus bestias bit.
-¡Van por Kai! – Advirtió Tala en medio del despliegue de poder.
-¡Cuidado! – Exclamó Silke al ver la distancia que había aumentado entre los tres rusos cuando Dingo Crash logró rodear a Kai y alejarlo de su grupo.
Dranzer se encontraba dispuesto a hacerles frente lanzando una gran llamarada pero su fuego se vio desviado debido a que la bestia bit de Kirrily brincó desde atrás y mordió al fénix de un ala, consiguiendo que se descontrolara, lanzando el fuego en dirección a Tala y Silke quienes tuvieron que saltar lejos de su posición original, dejando a Kai completamente solo.
-¡Pero que molestia! – Se quejó Kai intentando quitarse a Kirrily de encima, cuando los tres blades australianos chocaron contra el azul al mismo tiempo castigándolo.
De pronto, la bestia bit de Tami envolvió a Dranzer con sus tentáculos, causando en Kai un fuerte dolor en el pecho. Kai se enfadó ante este ataque que lastimaba en el mismo sitio que la descarga eléctrica de su combate anterior, además sus tres oponentes se habían unido para sacarlo de combate.
-¡Wolborg! –
-¡Gekiryu! –
Un feroz lobo y un enorme dragón aparecieron en auxilio de su compañero, sin embargo el daño ya estaba hecho; Tami y Kirrily soltaron a Dranzer bloqueándoles el camino, era entonces que Eithan tenía el camino libre para sacar al beyluchador.
Kai comenzó a sentirse terriblemente asfixiado, aquel ataque de Tami paralizaba de una forma mucho más poderosa que el Violet Mist de Silke, y ahora se encontraba de frente al capitán australiano, con su blade girando en su mismo sitio incapaz de moverse.
-Luces cansado Kai, no te preocupes, en breve estarás en las gradas. –
-¡No creas que un ataque tan patético les dará la mínima ventaja sobre mí! - Respondió amenazante.
-Ya lo veremos. ¡Cassuarian! – Sonrió Eithan.
El ave terrestre embistió a Dranzer con toda su fuerza, Tala y Silke vieron con preocupación como el beyblade azul volaba en diagonal, haciendo añicos un muro de cráneos, el cual no pudo detener el impacto por lo que su trayectoria continuaba peligrosamente, sería un milagro si se salvaba.
El blade cayó en el límite del estadio, en la orilla y con dificultad pudo volver al centro recuperando balance.
Tala y Silke exhalaron aliviados, pero no podían quedarse lejos de su compañero, otro ataque igual y Kai sería derrotado.
-Eithan se encargará del más fuerte de su equipo, y luego seguiremos con ustedes. –Confesó Kirrily.
-¡Ahora es tu turno! – Retó Tami a Silke. – ¡Medusian! ¡Dardo paralizante ahora! –
La avispa de mar de Tami extendió sus largos tentáculos, y Silke sumergió a Gekiryu debajo del escenario para evitar ser afectada al igual que Kai, dándoles de esta forma la ventaja a los Dingo Crash.
-Oh que mal… se me escapó, pero ¿qué hay de ti? – Preguntó Tami a Tala que se batía con Kirrily, que le golpeaba débilmente pero con tal velocidad que él no alcanzaba a devolverle el golpe.
-Me ahorrarán trabajo si puedo eliminarlas a las dos de un solo golpe. – Sonrió Tala esperando a que la segunda jugadora fuera contra él.
-¡No cuentes con ello… Medusian! – Tami se dirigía a toda carga contra Tala para apoyar a Kirrily.
-¡Wolborg! ¡Novae Rog! – Ordenó Tala.
Tami confiaba en que era mucho más veloz que el pelirrojo, así que preparó su ataque paralizante, al mismo tiempo, Silke apareció por debajo de ella para evitar que atacase a Tala, sin embargo parecía que las australianas ya suponían eso, por lo que ambas se alejaron hábilmente del sitio, dejando a Gekiryu libre mientras el Novae Rog de Tala acertaba de lleno en su compañera.
-¡Maldición! – Exclamó Tala al ver que su ataque había asestado a su aliada.
-¡Gekiryu! – Chilló Silke al ver como su bestia bit rugía debido al golpe, mientras su beyblade giraba tambaleándose. El efecto causado en Silke había sido similar a beber rápidamente una bebida helada, había percibido como si su cabeza se congelara momentáneamente.
-¡Oigan! ¡Qué demonios hacen! ¡Esa jugada casi nos cuesta el combate! – Regañó Kai que batallaba con Eithan.
-¿¡Estás bien!? – Preguntó Tala a su compañera que había sido incapaz de cubrirse del ataque.
-S… sí. – Respondió ella débilmente, el Novae Rog de Tala era un ataque que siendo certero podría sacar a prácticamente cualquier adversario, afortunadamente el cálculo de Ian había sido capaz de resistirlo, sacrificando balance por defensa en el ajuste del beyblade de Silke.
-Creo que deben aprender a jugar mejor en equipo… - Sugirió Eithan, consiguiendo que Kai se lanzara contra él, aunque el australiano lo esquivó fácilmente, debido a que el ataque de Tami alentaba los movimientos del oponente que lo recibiera.
Kirrily y Tami rodeaban los blades de Tala y Silke, asechándolos, esperando a que hicieran sus jugadas.
-Silke, hazte a un lado, acabaré con ellas. – Ordenó Tala al notar como el beyblade de Silke no podía reponerse de la conmoción anterior.
-¡No! Eres el único que aún está en buenas condiciones, si Medussian toca a Wolborg se acabó.- Aseguró ella. Rápidamente comenzaba a sentir cansancio, más aún debido a la beybatalla previa con Robert.
-¿Pero que tanto charlan? Acabaremos con ambos ahora mismo. – Sonrió Tami desde su posición secundada por Kirrily.
-Gekiryu, vamos bajo tierra. – Ordenó Silke.
Gekiryu se enterró de nueva cuenta, era peligroso usar Violet Mist teniendo a Tala tan cerca, y Medussian era mucho más veloz por lo que debía usar adecuadamente la energía que le restaba.
-Vaya, quiere protegerte y te deja solo. – Se burló Tami.
-Creo que en realidad, va contra tu capitán. – Sonrió Tala convencido de la intención de Silke.
Tami se sorprendió al comprobarlo tras mirar a Silke, su concentración se centraba totalmente hacia donde Kai y Eithan disputaban.
-¡Kirrily hazte cargo! – Anunció la dueña de Medussian antes de dirigirse velozmente hacia el lado contrario del estadio.
-Parece que somos tú y yo. – Le dijo la rubia al pelirrojo.
Tala no le devolvió el saludo, y solo esperó a que la chica lo embistiera nuevamente, pero esta vez el blade de la australiana comenzó a congelarse en la diminuta zona de contacto, hasta que notó que sus movimientos eran más pesados.
-¡Sarcophilian! ¿Te encuentras bien? – Preguntó a su bestia bit que sacudía su cabeza aturdida.
-¡Novae Rog! – Lanzó Tala el ataque de Wolborg, el cual la chica esquivó con mayor dificultad, pero al tratar de contra atacar Tala ya iba en dirección a Kai.
-¡Eithan! – Exclamó Tami. – ¡Acabemos con Kai ahora! – Advirtió antes de que Silke se entrometiera.
-¡Genial! ¡Todo tuyo! – Anunció golpeando a Kai dejándolo a merced de Tami.
-¡Dardo paralizante! – Ordenó Tami velozmente.
Kai intentó alejarse pero sus movimientos eran torpes como si el piso fuera arena movediza. Los tentáculos de Medussian estaban por rodearlo cuando Gekiryu emergió del suelo interponiéndose en su camino, recibiendo el ataque de frente, pero alcanzado a lanzar Violet Mist contra Tami y Eithan.
-¡Qué es esto! – Peguntó la chica mientras su compañero sentía como sus músculos se dormían.
-¡Una cucharada de tu propia medicina! ¡Gekiryu atrápala! – Comandó una cansada Silke. Gekiryu usó lo que le restaba de energía y capturó con su cuerpo a Medussian que poco podía resistirse, a la par que sus blades se golpeaban una y otra vez.
-¡Eso sí que no! – Eithan intentó rescatar a su compañera pero Kai lo embistió certeramente por un costado alejándolo.
-¡Tala! ¡Acábala! – Comunicó Silke al capitán.
-¡Entonces aléjate! – Respondió rápidamente.
Silke negó con la cabeza. -Estamos completamente paralizados, tendrás que sacarnos también. –
Kai la miró detenidamente, mientras que ella les mostraba una diminuta sonrisa. Se sentía muy cansada y aun así no pensaba perder en vano.
-¡Hazlo! – Determinó Kai seriamente.
-No serían capaces de sacar a su propia compañera… - Argumentó Tami entrecerrando los ojos, nunca había sabido lo que se sentía estar paralizada.
Tala dudó por un instante, pero la dueña de Medussian era quien preparaba a los enemigos luego de que Kirrily los distrajera para dejar que el Capitán los acabara con su embestida. Si a ella la derrotaban, la estrategia de los Dingo Crash se rompería. Por lo que sacrificar a Silke era una buena opción.
-Muy bien… ¡Novae Rog! – Decretó Tala con seriedad.
Silke se preparó para recibir el golpe, sería solo un segundo, sin embargo Eithan y Kirrily intentaron detenerlo, cuando un debilitado Kai los enfrentó.
-¡Blazing Gigs! – Dijo el dueño del fénix, consiguiendo que Dranzer envolviera a Sarcophilian cuya velocidad había disminuido.
-¡Kirrily! – Exclamó Eithan a su compañera que había conseguido sobrevivir el ataque pero cuya bestia bit había desaparecido.
Un golpe seco lanzó los blades de Silke y Tami al aire, desapareciendo las bestias bit, congelándolos. Ambos azotaron en el piso, y una beyluchadora se desmayó siendo atrapada por su capitán.
-¡Silke y Tami no pueden continuar! – Determinó Jazzman a todo pulmón, recibiendo gritos decepcionados por parte del público.
-¡Tami! ¡Responde! – Le gritaba Eithan a su compañera inconsciente.
Silke inhalaba y exhalaba rápidamente pero había conseguido soportar la pérdida de fuerza tras el tremendo golpe de Tala, lo que ella sentía como un gran alivio, ya que no habría podido aguantar un segundo más en el plato.
Fue entonces que Eithan y una debilitada Kirrily se encontraron a merced de los rusos.
El bicolor no se veía contento, la ingeniosa jugada de los tres australianos lo había dejado como un novato, se lanzó inmediatamente contra Kirrily y sacó su blade del estadio.
-¡No! – La rubia no podía creer como su táctica se les había volteado cuando pensaban que la batalla estaba de su lado.
-¡Kirrily queda fuera del plato! ¡Ahora sólo queda Eithan por los Dingo Crash! – Anunció Jazzman.
Eithan dejó a Tami a cargo de Kirrily, si iba a perder no se la pondría fácil a los Blitzkrieg boys.
-Son muy fuertes, pero no me daré por vencido tan fácilmente. – Los confrontó el capitán del equipo australiano.
Tala y Kai les reconocían que los habían puesto en aprietos, pero el haber tenido que disponer de Silke y disminuir un puntaje casi perfecto no quedaría impune.
Eithan estaba decidido a dar lo mejor de sí, aun cuando la batalla que restaba fuera dos contra uno, y Violet Mist lo tuviera en desventaja.
-¡Novae Rog! –
-¡Blazing Gigs! -
Los últimos instantes de la beybatalla lanzaron una cegadora luz proveniente de la combinación de hielo y fuego, que destruyó por completo el beyblade de Eithan, igual que el bey estadio.
Cuando Jazzman pudo ver a través del humo solo encontró el beyblade azul de Kai tambaleándose lentamente y el blade plata de Tala aun girando, eran los indiscutibles vencedores.
-¡Los Blitzkrieg Boys son los ganadores tras una impredecible batalla aquí en los jardines del Versailles! – Concluyó Jazzman, dejando al público ovacionando a los rusos.
Eithan sentía dolor en todo su cuerpo, pero esbozaba una sonrisa.
-Bien jugado chicos… - Mencionó alzando el pulgar derecho.
Tala aceptó sus felicitaciones con un movimiento de cabeza, Silke hizo lo mismo y Kai solo se retiró tras recoger a Dranzer.
Entre Yani y Kirrily consiguieron despertar a Tami, y su compañero que permaneció en la banca la ayudó a ponerse de pie ofreciéndose a servir de apoyo.
-¿Qué sucedió…? – Preguntó confundida.
-Nos derrotaron… pero vaya que fue la batalla más intensa que hemos tenido. – Le sonrió su capitán entregándole su blade.
Kirrily la abrazó y el equipo celebró su juego, no el haber perdido o haber estado cerca de ganar, sino lo aprendido a lo largo de dicho torneo.
Los Blitzkrieg Boys también se reunieron con el resto de su equipo que permanecía en las bancas.
-Gran trabajo en equipo. – Observó Spencer.
-No lo suficiente, pero esto nos enseñó una valiosa lección a todos. –Habló mirando a sus camaradas a los ojos refiriéndose a Kai específicamente. – Ellos son principiantes y aun así nos hicieron llegar hasta el punto en que tuvimos que sacrificar a uno de los nuestros, no podemos dejar que nos vuelvan a separar. –
Kai resopló y optó por alejarse de ahí. Estaba molesto, no había sido capaz de derrotarlos por cuenta propia, y ahora él también se encontraba exhausto después de una fiera batalla contra Johnny y los Dingo Crash.
-¿Y tu blade? – Preguntó Ian a Silke.
La castaña lo mostró, estaba un poco abollado pero había resistido.
-Pudimos soportar el Novae Rog de Tala, prometo que te ayudaré a armar el siguiente. – Respondió apenada por haber casi destruido dos beyblades en un par de horas.
Ian suspiró divertido, no había nada que disfrutara más que mejorar los beyblades de su equipo.
-Supongo que deberíamos aprovechar ahora para retirarnos, tenemos un pesado camino que recorrer hasta Rusia. – Les recordó Bryan.
Los cinco asintieron y en lugar de volver a su palco privado, se alejaron discretamente hacia la salida, sabiendo que Voltaire se haría cargo de todo a partir de ese punto.
Sus pasos los habían conducido hasta el pie de las escalinatas que subían nuevamente a palacio, aprovechando que el público continuaría en sus gradas esperando ver los tres combates restantes, eso les garantizaría una llegada pronta desde Versailles hasta la Estación Central de París para tomar el tren con dirección a Moscú.
-¡Silke! ¡Espera! – Se escuchó un grito femenino a lo lejos.
La castaña se detuvo reconociendo a Marie-Angelique que corría hacia ellos alzando el largo y pesado vestido.
-¿Marie-Angelique? – Se preguntó extrañada.
La rubia intentaba recuperar el aliento, y finalmente habló con su amiga.
-¿Por qué se van tan pronto? ¿No se quedarán a la rueda de prensa? – Preguntó temiendo la respuesta.
-Lo siento, pero tenemos que llegar a Rusia lo antes posible, ya que tenemos una sesión de fotos mañana por la noche. – Dijo la castaña, sin embargo la princesa notó como ese tema le resultaba cansado.
Entonces, la rubia realizó un puchero inconforme e hizo una petición inusual.
-¿Puedo ir con ustedes? Por favor… - Pidió a Tala con profunda amabilidad y sinceridad sin ignorarlo esta vez a él o a los otros chicos como siempre hacía.
Tala alzó una ceja. Desconocía que problemas les ocasionaría traer a la princesa con ellos, sin embargo el equipo de los Majestics al que ella apoyaba ya no era un enemigo, y la misma rubia había atraído a más patrocinadores a Voltaire.
Silke miró a Tala esperando una respuesta positiva. Luego de sus dos combates de aquel día, el capitán debía admitir que se merecía al menos ese permiso.
-Está bien. – Respondió ante las miradas sorprendidas de Ian, Bryan y Spencer, Kai solo receló al ver a las dos chicas celebrar riendo entre ellas, y optó por avanzar hacia la salida completamente solo.
-Entonces vámonos antes de que el estadio se vacíe. – Indicó la castaña amistosamente.
-Ay no… tengo que quedarme a la clausura… pero prometo llegar a donde me digas, cuál es la dirección... – Silke se apresuró en taparle la boca. La princesa se extrañó y balbuceó a través de la palma de la alemana un débil "¿qué pasa?".
-No puedo decírtelo ahora, ni siquiera yo sé a dónde vamos, debes confiar en mí y no darle la ubicación a ninguna persona, haré que te llegue a tu celular en una hora. - Susurró Silke con seriedad.
-¡Oh! ¡Pero que emocionante! Significa que "nadie" puede saberlo, ¿verdad? – Confirmó cómplice, como si se tratase de un juego de detectives.
-Esto es muy serio, por favor no le digas a nadie. – Suplicó la castaña.
La princesa no entendía del todo, pero la seriedad en su amiga la obligó a desistir de ser traviesa.
-Muy bien, no saldrá nada de mí, así que nos vemos más tarde entonces. – Confirmó ella despidiéndose con la mano olvidando por completo que detrás de Silke había cuatro chicos atemorizantes.
Tala no dijo nada, dio la vuelta y comenzó a avanzar con sus camaradas siguiéndole el paso y Silke con una alegre sonrisa que hacía mucho no le veían.
Al llegar a la entrada del antiguo recinto, sólo podían verse, camiones de pasajeros, autos particulares, vehículos oficiales de la BBA y noticieros, no había Staff ni porteros ya que no había más público que intentase ingresar a poco de finalizar el torneo. De pronto la bocina de la misma camioneta con el logo de los Blitzkrieg Boys resonó llamando su atención.
Kai se aproximó hasta el conductor quien les mostró seis boletos.
-Buenas tardes, el señor Cheslav me indicó que saldrían antes que el resto, y me pidió que les entregara estos boletos y los llevara a la estación central. – Confirmó entregando a Kai los documentos en un sobre cerrado.
El bicolor los revisó, efectivamente eran sus boletos con el nombre de cada uno de ellos, seis en un vagón de clase turista por la mitad del transcurso, lo que resultaría incómodo pero por la prontitud, lo más probable era que Cheslav no había conseguido otros, y seis más por el resto de la noche en vagones de primera clase después de pasar la Ciudad de Budapest.
Tala se aproximó y antes de poder decir nada, Kai abrió la puerta de la camioneta y se subió en la parte trasera, por lo que el resto del equipo hizo exactamente lo mismo confiando en el bicolor.
La camioneta arrancó e inició una corta travesía de apenas veinticinco minutos, ya que la mayoría de los parisenses se encontraban en Versailles o en bares y restaurantes presenciando el evento. Durante el transcurso, Tala abrió la carta que Kirill le había entregado al llegar al Palacio, y permitió que Silke viera la dirección.
No fue necesario que el capitán le dijera nada, así que la chica sacó su celular y anotó la dirección en un mensaje destinado a su amiga, indicando que el sitio de reunión sería en un hotel dentro del Distrito de Bogorodskoye, al noreste de Moscú, piso 4 habitaciones 401 y 402.
La camioneta los dejó afuera de la estación de trenes, y siguiendo las indicaciones de los letreros fácilmente ingresaron hasta la zona de abordaje de los andenes. En su caso al ser el ferrocarril transeuropeo, les solicitaros sus pasaportes. Los chicos pasaron sin problema alguno al ser de la nacionalidad del destino del tren. Sin embargo Silke se retrasó al tener que formarse con el resto de los extranjeros que figuraban como pasajeros a Moscú.
Tras haber pasado la zona de migración, encontró a sus compañeros en la sala de espera, donde había algunos restaurantes que ofrecían comida y bebida antes de aventurarse en el largo viaje de 38 horas hasta la capital rusa, que partiría en exactamente quince minutos.
-Eso fue rápido. – Dijo Ian con sarcasmo, ya que la chica había demorado otro cuarto de hora en llegar con ellos.
Silke se sentó con ellos sonriendo un poco apenada, los trámites migratorios siempre lo eran, pero lamentaba retrasar a sus compañeros.
-No sería problema alguno tramitarte una Visa como parte permanente del equipo, piénsalo. – Indicó Tala.
Silke solo asintió. No estaría mal, sin embargo no sabían aun que pasaría luego de la clausura del torneo, habría que esperar.
En eso un joven con un elegante delantal negro encima de una camisa blanca con un moño negro en el cuello, llegó hasta la mesa con una botella de Vodka abierta, sobre una bandeja plateada y dispuso seis pequeños vasos sobre la mesa. Se dedicó a servir en cantidades iguales la bebida cristalina, dejó la botella a media capacidad y se retiró.
Silke observó que un vaso le correspondía a ella, luego de las victorias de ese día, estaba dispuesta a brindar con sus compañeros, no se contuvo y sujetó el vaso con el índice y el pulgar derechos.
Los chicos levantaron su vaso para beber en seguida, sin embargo Silke se atrevió a pronunciar unas palabras en ruso.
-"Bud zarova" – Dijo tímidamente con perfecto acento, evitando que cualquiera de ellos lograra su cometido.
Tala sonrió hacia ella, y la animó a concluir su frase.
-¡Por el equipo! – Brindó ella.
-¡Bud zarova! – Manifestaron los demás, exceptuando Kai por supuesto.
Los seis bebieron su trago, Silke lo disfrutó mucho más que el primero, ya se encontraba prevenida del efecto de aquella bebida, intentó resistirse, pero esta vez sólo pudo toser un poco menos que la anterior.
Sus compañeros se veían divertidos, sin embargo un anuncio importante apareció en las televisiones apostadas a lo largo de la sala de espera en las noticias locales.
-Acaban de anunciar que la final del Cuarto Campeonato Mundial de Beyblade que se realizará en Alemania la próxima semana, será disputada entre el equipo del actual Campeón Mundial, los BBA-Revolution contra los Blitzkrieg Boys. Los boletos para este evento ya se encuentran agotados. -
Ante las esperadas noticias, aquel día parecía que se habían unido más como equipo, y estaban más preparados que nunca para hacer suyo dicho campeonato.
-¿Otra ronda Silke? – Preguntó Bryan a su compañera dispuesto a servirle nuevamente.
-No, muchas gracias, con una es más que suficiente para mí. – Admitió la chica suspirando.
-Bien, más para mí. – Indicó el ruso sirviéndose otro trago antes de abordar el tren.
Minutos después, los altavoces llamaron a los pasajeros de la ruta París-Moscú a ingresar a su vagón correspondiente. Silke se levantó primero, sacó el boleto con su nombre y se dirigió con su grupo hasta el abarrotado andén, efectivamente a Cheslav le había resultado complicado conseguir sus boletos, aunque fueran en clase turista. Luego de una larga línea, Silke consiguió llegar hasta sus asientos correspondientes. En dicho vagón, todos los lugares venían en pares, y veían hacia el frente. La chica tomó asiento a un lado de la ventana, y vio como Tala y Spencer se sentaban al frente suyo, e Ian y Bryan ocupaban los lugares del otro lado del pasillo a su misma altura platicando entre ellos. El tren comenzó a moverse, y el resto de los pasajeros terminaban de poner sus pertenencias en los compartimentos por encima de sus cabezas.
La vista de la ventana comenzó a cambiar del andén al exterior de la Ciudad de París.
Kai acababa de llegar al vagón, quería asegurarse si no habría sobrado algún camarote vacío, pero todo estaba a reventar. Incómoda fue su sorpresa al descubrir que el único lugar disponible era al lado de Silke. La alemana miraba por la ventana sin prestar atención a nada más.
No le quedó de otra que tomar el asiento continuo y cruzarse de brazos para intentar dormir algunas horas.
El ferrocarril, dejó París atrás, pasando por Niza y Berlín, en ese momento atravesaba Praga. El sol ya se había ocultado; habían transcurrido 9 horas y los jugadores dormían profundamente. Muchos de los pasajeros ya habían bajado del tren, y solo una chica del personal transitaba el pasillo revisando si alguno de los viajeros necesitaba algo.
Era incómodo dormir en un tren en un asiento turista, pero la energía de los chicos necesitaba recargarse. Kai tenía el sueño ligero, y había logrado acomodarse de cierta forma que el cuello no se le torciera, por lo que las horas pasaron hasta llegar a Budapest.
Ian despertó y llamó con señas a una de las asistentes de viaje que pasaba, le preguntó en voz baja evitando despertar al resto de los pasajeros si las habitaciones de primera clase estaban listas. La chica respondió que así era, y que podrían tomar sus camarotes privados cuando quisieran.
El dueño de Wyborg estiró sus brazos y codeó ligeramente a Bryan. El de cabello gris, despertó somnoliento, y cuando Ian le comunicó que finalmente podrían descansar en una cama de verdad, Bryan se sobresaltó y señaló a su compañero la pareja de asientos que cruzaban el pasillo.
El más joven del grupo abrió los ojos impresionado, y aguantó la risa al ver a Kai dormido acurrucado con Silke recargada sobre su hombro. Afuera en la ventana se veían los primeros copos de nieve de la temporada, sin duda el frío, el arrullador movimiento del tren y el cansancio, habían conseguido que esa fuera la pose más cómoda de dormir para ambos.
El agudo oído de Tala alcanzó a percibir la risa contenida del pequeño. Volteó con sus ojos dominantes para exigirle que se callara pero al notar la burla en su rosto, miró en la dirección de los asientos detrás suyos.
Tala rodó los ojos, ahora Kai también resultaría fastidiado por una situación incómoda con una chica. El líder miró la pantalla que estaba en la salida del Vagón, donde anunciaba que ya habían pasado Budapest, así que se puso de pie con la intención de dirigirse a su camarote en completo silencio dejando las burlas a sus compañeros.
Spencer sintió el movimiento, y de inmediato supuso lo mismo que Tala, se incorporó para seguirlo a los vagones donde se encontraban los dormitorios y tuvo que detenerse por algunos instantes con el shock de lo que veían sus ojos. A continuación miró a sus compañeros y con ágiles gestos de ojos y manos ordenó que se retiraran a dormir también exigiendo silencio.
Ian moría de risa, si obtenía una fotografía de Kai en esas circunstancias, podría conseguir de él lo que quisiera, pero el más alto no lo permitió, entonces el más pequeño tuvo que irse sin su preciado tesoro, y se arrepentía de no haber tomado la fotografía antes que nada.
El vagón turista se quedó a mitad de su capacidad, con un grupo de jóvenes turistas que viajaban de mochilaso y un par de hombres de negocios en la zona trasera. Uno de ellos con un poblado bigote blanco, comenzó a roncar. Los decibeles de sus ronquidos aumentaban y consiguieron despertar a Kai. El tren entonces tomó una curva, que movió al pasajero de los ronquidos silenciándolo nuevamente, así que el bicolor pretendió dormir de nuevo, sin embargo a penas y reparó en que una cabellera castaña se encontraba debajo de su mejilla izquierda.
Kai se congeló y lentamente se reincorporó, descubriendo que había dormido plácidamente gracias a que estaba recargado en Silke quien a su vez dormitaba profundamente descansando sobre su hombro.
A continuación encontró que el resto de su equipo no estaba, y se preguntaba cuanto tiempo llevaría durmiendo con Silke en dicha posición, o si alguien más lo habría notado. Debió moverse más rápido de lo que pensó, ya que la chica despertó también y al encontrarse recargada en él, recobró la conciencia levantándose de inmediato.
-¡Por favor discúlpame! –Se expresó temerosa. Sabía que Kai no le tenía mucha paciencia y lo último que deseaba era fracturar más la relación entre ellos.
-Ya pasamos Budapest, voy a mi camarote. – Sentenció sin mirarla y se alejó rápidamente del asiento.
Silke suspiró incómoda también. – Pero que torpe… - Se dijo a sí misma, viendo nuevamente por la oscura ventana hacia la iluminada ciudad rumana que se iba quedando a lo lejos.
A la mañana siguiente, a cada pasajero en camarote le proporcionaron su desayuno, Silke aprovechó para ducharse y refrescarse antes de llegar a Moscú, para lo que faltaban solo 4 horas más. Había descansado considerablemente bien, aunque la siguiente sesión de fotos no la entusiasmaba del todo. Miró su celular para confirmar la hora actual y notó un nuevo mensaje de Marie-Angelique.
No pudo contener la noticia, así que abandonó su camarote y buscó el de Tala inmediatamente, tocando un par de puertas hasta dar con el líder.
-¿Silke? – Preguntó extrañado al verla tan exaltada. -¿Qué te sucede? –
-Voltaire no llegará hoy a Moscú… - Anunció incrédula mostrando a Tala el mensaje de su amiga.
Tala convocó a sus camaradas, y dejó que Silke hablara.
-¿Cómo que Voltaire no vendrá? – Preguntó Bryan.
-Al parecer Marie-Angelique hizo que los retuvieran en la Estación de trenes… dice que quiere que descansemos un día completo… - Explicó a sabiendas que cuando a su amiga se le metía una idea en la cabeza nada la hacía cambiar de parecer y con sus influencias era fácil conseguir lo que se propusiera.
-¿Y Voltaire lo sabe? – Preguntó Spencer con seriedad.
-Supongo que no… pero ella viene un tren detrás del nuestro, por lo que la veremos en el hotel en algunas horas. –
Kai no dijo nada, sin duda la princesa estaba fuera de su control pero ella mantenía al viejo alejado aunque fuera por apoyar a Silke, entonces no eran tan malas noticias, tendría más tiempo de practicar a solas para su batalla final con Tyson.
Al llegar a Moscú, salieron por un pasaje directo a la Plaza Roja, y de inmediato abordaron un gran taxi, al que Tala dio las indicaciones precisas de su destino. El chofer arrancó y tomó una gran avenida por algunos minutos hasta que bifurcaron hacia calles más pequeñas. La enorme ciudad se quedaba atrás y ahora solo se veían casas pequeñas, parques y edificios pequeños de apartamentos. Finalmente llegaron a un hotel en los suburbios de la ciudad.
La construcción tenía al menos cincuenta años, y parecía que no veía muchos turistas muy a menudo. Los jugadores descendieron y el taxi se fue dejándolos completamente solos. Kai reconocía el hotel, era una de las primeras adquisiciones de su abuelo en dicho país, pero no había invertido demasiado en él, lo que lo había hecho creer hasta ese momento que ya lo había demolido, en lugar de eso parecía que lo tenía abierto solo para la sesión de fotos de ellos. ¿Y por qué no? Esa zona gozaba de grandes espacios verdes, una campirana muestra de lo que eran los suburbios rusos y lejos de turistas entrometidos.
El bicolor avanzó primero hasta la puerta doble. La empujó y resultó estar abierta. Al interior, forrado con alfombras y tapices rojos con dorado, solo había algunas luces encendidas. Parecía abandonado, pero un hombre de avanzada edad que salió detrás del mostrador resultó ser el conserje y al reconocer al equipo del dueño de ese edificio, se presentó.
-Buenas tardes jóvenes. El señor Cheslav me dijo que llegarían a esta hora, también me han comunicado recientemente que el Señor Voltaire, el equipo de fotógrafos y patrocinadores que venían con él, sufrieron un inexplicable retraso en París, creo que hubo un problema con sus pasaportes… y no llegarán hasta mañana temprano, en fin, sus habitaciones son las únicas que tenemos en el cuarto piso, les entrego sus llaves, y pues tendremos que esperar a que arriben, supongo… - Dijo amable el anciano.
Los rusos no se inmutaron, querían tener un tiempo a solas antes de reanudar con las sesiones de fotos, así que Tala tomó las llaves y se dirigieron a la pareja de elevadores, no sin que antes Silke se acercara a él.
-Disculpe… señor, una amiga, va a acompañarnos, ella es la responsable de algunos de los patrocinadores, no tardará en llegar, ¿podría dejarla pasar por favor? – Pidió Silke amablemente al anciano que no podía negarse ante tan encantadora petición.
-Desde luego, ¿por qué no? El señor Voltaire no ha mencionado nada a cerca de prohibirle la entrada a nadie, ¿cómo es su amiga? – Preguntó curioso.
-Pues es más o menos de mi estatura, es rubia y de ojos tan azules como zafiros, se llama Marie-Angelique. – Terminó de describirla.
-Por supuesto, en cuanto llegue la enviaré con ustedes, por favor adelante. – Insistió el señor dejando todo en claro con Silke.
-¡Muchas gracias! – Agradeció ella y alcanzó a sus compañeros hasta el elevador del lado izquierdo.
Cuando las puertas se abrieron en el cuarto piso, solo había dos puertas. Tala abrió la 401 que estaba cerca de una ventana que daba a la calle, y la habitación interior seguramente había sido hacía décadas un lugar digno de altos mandatarios y embajadores; poseía tres camas dobles, una pequeña mesa de madera con dos sillas que completaban el juego, un escritorio con un banco más y una chimenea al fondo, los años se veían en su decoración y muebles, pero era lo bastante amplia para todos ellos, sin mencionar que había una puerta abierta al centro que comunicaba con la siguiente habitación que era exactamente igual en dimensiones y cantidad de muebles.
Los chicos ingresaron y tomaron asiento en las camas o sillas, y cada quien se entretuvo con sus propios pensamientos. Silke ya se hallaba acostumbrada a ello, así que solo se dispuso a mirar por la ventana. Su teléfono vibró y al revisarlo, encontró que Marie-Angelique ya había llegado a la estación de Moscú. Eso la alegraba, le gustaba la compañía de sus camaradas, pero a veces era lindo platicar con otra chica.
Sin embargo, apenas un minuto después, un nuevo mensaje de la princesa modificaba su reunión.
-¿Café Matrioshka? – Se extrañó. Así que dudosa de donde se encontraba, se atrevió a preguntarle a Kai quien estaba más cerca suyo. – Disculpa Kai, ¿tú sabes si este café está cerca de aquí? – Preguntó mostrándole la pantalla del celular.
Kai miró sin mucho interés la pantalla. El escrito tenía muchas caritas formadas con signos, números y letras, dignos de una niña mimada como la princesa, y le pedía a Silke que se vieran en un café cercano para platicar un poco aprovechando que Voltaire había tenido una demora.
-El café que buscas está a unos cinco minutos en auto desde aquí. No está nada lejos. – Respondió.
-Ya veo… Tala, ¿pudiera salir con Marie-Angelique solo por una hora? - Preguntó expectante.
-¿Saldrás? Creí que tu amiga nos alcanzaría aquí. – Respondió el líder sentado en una silla mientras ayudaba a Ian a prender la chimenea.
-Yo también, pero nos gusta mucho platicar acompañadas de una buena taza de té. Prometo que no tardaremos. – Aseguró esperanzada.
-¿Y qué hay de aquello de permanecer juntos? – Intervino Bryan torciendo la boca.
-Solo es a unas cuadras de aquí, además sabemos cuidarnos solas.- Confirmó segura de sus palabras.
-¿No quieres que te acompañe? – Preguntó Spencer un poco insistente.
-No es necesario que se molesten, ya saben, hablaremos de cosas de chicas. – Les dijo sonriente.
Tala no estaba muy seguro de aquello, pero habían sido sumamente cuidadosos, así que no veía nada de malo en darle algo de libertad a la castaña.
-Está bien, no tarden, ya que si Voltaire logra de alguna milagrosa forma aparecerse aquí, no podré disculparlas. – Respondió volviendo a lo suyo.
-Muchas gracias, ¡En seguida vuelvo! – Se despidió con la mano.
Silke salió por la puerta mientras respondía a su amiga que en seguid la vería en el café, llamó al elevador e ingresó al del lado izquierdo que permaneció ahí desde su llegada; al mismo tiempo el segundo elevador llegó a ese piso y de él salió la rubia con un vestido rosado caminando en dirección a la habitación que Silke le había indicado con anterioridad.
En la recepción, Silke no vio al conserje, por lo que apresuró el paso hasta la calle esperando algún transporte que la pudiera recoger.
En la habitación 401, llamaron a la puerta, Tala se extrañó, supuso que Silke había olvidado algo por lo que se aproximó a abrir y su sorpresa fue otra cuando una cabellera rubia y rizada brincó hacia él abrazándolo con fuerza.
-¡Silke! – Gritó con emoción la princesa acurrucándose en el pecho del capitán del equipo ruso.
El pelirrojo se encontraba inmovilizado por aquella repulsiva muestra de afecto que le causaba calosfríos, e Ian, Bryan y Spencer estaban impactados ante la agresión a su espacio personal que sufría el lobo alfa de la manada, sólo Kai mantuvo la compostura.
Marie-Angelique se encontraba como en un sueño pero de pronto comenzó a manosear las proporciones de aquel cuerpo recto y musculoso carente de curvas y suavidad, dándose cuenta de que no era Silke.
-¡Impostor! ¡Farsante! ¡Embaucador! – Le recriminó molesta cuando finalmente lo miró a los ojos y dio un empujón alejándolo de ella - ¡¿Dónde está mi Silke!? – Gritó furiosa.
Tala se alejó sin palabras, esa experiencia había sido de lo más aterradora, incluso más que pensar en Boris en ropa interior.
Kai se aproximó a la molesta rubia que parecía a punto de explotar.
-Silke acaba de salir, debiste toparte con ella en el pasillo. – Explicó Kai de brazos cruzados intentando calmarla para que se fuera de inmediato.
-¿Por qué se iría? ¡Sí quedamos de vernos en esta habitación plebeya de cuarta categoría! – Se expresó con desdén mientras sacaba su móvil rosado cubierto de piedras preciosas y con varios diminutos y tiernos animales de felpa colgando de un borde del teléfono, la princesa les dio la espalda esperando que Silke respondiera pero una grabadora indicó que se encontraba fuera de servicio. -¿¡Fuera de Servicio!? ¡Cómo fuera de servicio! – Gritó molesta al inútil aparato.
Kai pasó su mano por encima de ella y le arrebató el celular para revisar los mensajes, a lo que la princesa reaccionó haciendo una rabieta dando débiles puñetazos a Kai en el pecho una y otra vez.
-¡Oye! ¡Es mío! ¡Dámelo! – Chillaba dando pequeños brinquitos intentando recuperar su dispositivo de comunicación, mientras Kai solo lo alzaba lo suficiente para poder leer los mensajes enviados sin que ella lo alcanzara.
Al bicolor le pareció sospechoso, el mensaje que Silke le mostró no figuraba en la carpeta de enviados de Marie-Angelique, quien estaba ahí buscando a la alemana, que a su vez se había extrañado de que su amiga cambiase la cita… entonces todo tuvo sentido. Marie-Angelique recuperó su teléfono mientras Kai corría hasta la ventana que daba hacia la calle y vio a Silke llamar a un taxi que pasaba por ahí. El ruso abrió la ventana y gritó su nombre pero la chica ya había abordado el vehículo que comenzó a avanzar de inmediato.
-¿¡Qué sucede!? – Cuestionó Tala alarmado recuperándose de la horrible experiencia.
Kai avanzó decidido hacia la puerta.
-El que hackeó los datos de Silke, pudo haber hecho lo mismo con su teléfono. – Dijo seriamente.
Los otros comprendieron de inmediato por lo que tomaron sus cosas para alcanzar a su camarada que iba directo a una trampa.
-¿¡De qué hablan!? ¿¡Qué pasa con Silke!?- Preguntó la rubia ante el movimiento de los chicos.-
-¿Crees que haya llegado a tanto? – Preguntó Tala incrédulo.
-Tuvo que haberse topado con ella antes, y la quiere sola. – Respondió Kai apresurándose a la puerta.
-¡Yo también voy! – Gritó la rubia cuando notó que nadie le prestaba atención.
-No, tú te quedas. – Decretó Kai y antes que la princesa pudiera reprochar continuó. – Silke no consentiría que algo te pasara. – Indicó tranquilizándola de golpe con esas palabras.
-Pero…- La rubia no entendía nada, sin embargo notaba la preocupación en los rusos.
-Spencer cuídala, nadie entra por esta puerta. – Ordenó Tala a lo que el de mayor estatura asintió.
Kai, Tala, Ian y Bryan salieron a toda velocidad cerrando la puerta, por lo que Marie-Angelique se quedó sola con Spencer.
-Dime, ¿de qué se trata todo esto? – Preguntó retomando la madurez de una chica de su edad y posición. – Si Silke está en peligro tal vez debiera llamar a… - Propuso preocupada a lo que Spencer le negó.
-Silke no te dijo nada, porque la situación se hallaba peligrosa… -
-¿Peligrosa? Dime todo lo que sabes por favor. – Exigió ella.
Los chicos llegaron hasta el mostrador, y el anciano se extrañó al verlos también.
-¿Qué se les ofrece? – Preguntó inquieto.
-¿¡Que vehículos hay aquí!? – Cuestionó Kai con autoridad.
-Hay una motocicleta de reparto y una vieja camioneta para los huéspedes… -
-¡Necesitamos las llaves! – Exigió Kai.
El anciano notó que algo extraño pasaba, por lo que entregó los dos pares de llaves indicando cual pertenecía a qué vehículo.
-Se encuentran en la parte de atrás del hotel.- Alcanzó a gritarles el encargado.
Los cuatro llegaron rápidamente a la cochera, Kai se subió a la motocicleta y una vez que insertó las llaves correctas, le lanzó a Tala la llave de la camioneta contigua.
-Café Matrioshka, nos vemos allá. – Indicó arrancando de inmediato.
-Tala se subió del lado del conductor con Bryan e Ian, esperando llegar a tiempo, aunque contaban con que Kai llegara lo más pronto posible.
El taxi se detuvo frente a la cafetería, que lucía bastante popular, ya que con el frío y la hora, había mucha gente que había salido de trabajar y disfrutaba el clima con una taza de café o té. En la parte exterior había seis mesas totalmente ocupadas, la alemana ingresó entonces a la zona cubierta, donde al menos había diez mesas más.
Silke caminó entre todas ellas sin encontrar a su amiga por ninguna parte, supuso que había llegado antes que ella, hasta que repentinamente escuchó gritos desde la cocina, indicando que había una fuga de gas. Inmediatamente el personal pidió en ruso que desalojaran el lugar y ella tuvo que acatar órdenes cuando el público salió con velocidad del local antes de una leve explosión que causó algo de fuego al fondo.
Afuera, Kai arribó en la motocicleta y observó la conmoción desde una esquina cercana, aquello no podía ser una coincidencia más.
Algunas personas gritaban, Silke estaba muy preocupada ante la incertidumbre e intentó acercarse pero era imposible por todos los comensales que miraban preocupados hacia el lugar.
Rápidamente los bomberos llegaron junto con una patrulla y ambulancia, Silke estaba nerviosa por su amiga, aunque no la veía y los bomberos y policías no permitían el paso a nadie.
-¡Fuimos los últimos en salir! – Indicaba el que tenía pinta de ser el dueño del local.
Esa noticia tranquilizó un poco a Silke, cuando la voz desesperada de una mujer se escuchó lloriquear a causa de unos leves ladridos en la mesa colindante con la entrada al local. Un perrito blanco y peludo estaba amarrado a la base de la mesa con su correa y no podía alejarse. Miembros de rescate le decían a la mujer que no podían rescatar al animal hasta asegurarse de que el gas estaba controlado. Al verlo, Silke sacó su blade de inmediato y lo disparó con total precisión sobre la correa cortándola, dejando al can correr feliz a los brazos de su preocupada dueña quien alegre lo abrazó cuando llegó hasta ella.
La castaña recuperó su blade, con la conmoción parecía que nadie la había reconocido y contemplaba al cachorro feliz con su ama desde el otro lado de la multitud con una leve sonrisa por haber podido ayudar a alguien más.
-¿Señorita, se encuentra bien? – Escuchó a sus espaldas una voz masculina.
Silke se giró y vio que la pregunta provenía de un paramédico.
-Muchas gracias, estoy bi… - Sus palabras se entrecortaron cuando reconoció los ojos de iceberg del paramédico. Sus joyas ámbar se entornaron con sorpresa y temor. -¡Tú…! – Intentó referirse a él cuando éste le puso con velocidad una máscara de oxígeno sobre la nariz y boca.
Kai observó desde lejos esta acción, interesado permaneció atento, preparando a Dranzer en su lanzador.
Silke trató de retirársela pero en pocos segundos sintió su cuerpo débil y su vista se oscureció por completo, desvaneciéndose en el piso soltando a Gekiryu.
-¡Ayuda! – Exclamó el paramédico recogiendo discretamente el blade azul.
Uno de los bomberos corrió hasta él y la multitud se apartó para dejarlos hacer su trabajo.
-¿Qué pasó? – Preguntó el bombero al ver a la joven desmayada en los brazos del paramédico con la máscara de oxígeno cubriendo la mitad de su rostro.
-Dijo que estaba mareada antes de desmayarse, creo que se intoxicó con el gas, la llevaré al hospital y volveré de inmediato. – Confirmó el rescatista al bombero.
Con algunas señas, el experto contra incendios indicó a dos de sus acompañantes que bajaran la camilla de la ambulancia, llevándola hasta ellos rápidamente donde el paramédico colocó a la chica, la aseguró con los cinturones y la trasladó rápidamente de vuelta al vehículo médico mientras los bomberos le dejaban hacer su parte y volvían al incendio.
Kai presenció con atención como aquel fingido aunque familiar sujeto se llevaba a Silke en las narices de todos. Ese era el enemigo, el mismo que los había atacado en la mansión Hiwatari. Lo miró subirse a la ambulancia del lado del conductor y encender la sirena para que lo dejaran salir. El vehículo de emergencia pasó cercano a la posición de Kai, quien pudo corroborar gracias al gran espejo retrovisor que se trataba de un viejo conocido.
Kai esbozó una sonrisa triunfal.
Se olvidó de la motocicleta y vio detrás de una patrulla que cerraba el paso a los autos la camioneta del hotel.
Se apresuró a subirse en la parte trasera con Ian y tranquilo les indicó lo que harían a continuación.
-Sigue esa ambulancia. – Señaló.
-¿Y Silke? – Preguntó Tala de inmediato.
Kai no reaccionó de ninguna manera.
-¡¿Dejaste que se la llevaran?! – Demandó saber Bryan enseñando los dientes.
-¡No puedo creer que estés usando a Silke de carnada! – Agregó Molesto Ian al corroborar la pasividad en su compañero.
- Yo no soy culpable de eso, ella dijo que haría lo que fuera necesario por descubrir a quien intentara hacerle daño a su familia, yo solo sigo su plan. – Respondió despreocupado.
Tala no podía creerlo, habían confiado en él para que interceptara al sujeto y solo había frustrado el plan.
-Espero que sepas lo que has hecho, y si algo le pasa a Silke tú serás el responsable. – Terminó Tala empezando a seguir a lo lejos el camino de la ambulancia.
-No hay nada de qué preocuparse, nuestro amigo Alexander la tiene. – Finalizó Kai.
