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Mi sombra
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7: Venganza
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Un par de días después, el fantasma de las cajas apareció en la escuela Casper. Danny supuso que eso significaba que volvían a la normalidad, y no tuvo mayores problemas en atraparlo dentro de un termo Fentom.
-La verdad es que no tengo idea de cómo te escapas- le dijo al termo, sin esperar respuesta.
-Suerte de fantasma- respondió el aludido, y el chico suspiró, volviendo a su forma humana.
"Extrañaba esto, por más que suene algo loco" dijo mentalmente.
"Yo también extrañaba que fuéramos uno" le respondió Allen.
De hecho, había sido algo diferente. Si bien se había transformado como lo había hecho antes de su fiebre, ahora se sentía más... frío que antes. Cuando volvió a su forma humana, se frotó los brazos, casi de forma inconsciente, y puso el termo Fentom en su mochila. Agradeció que a ése fantasma se le hubiera dado la gana de causar problemas en la hora del almuerzo.
Lo cual le recordaba que aún no había comido...
"¡Arg! ¡Mejor me apuro!" pensó Danny, mientras iba corriendo hacia la cafetería.
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-Viejo, es oficial que han cambiado algunas cosas desde el incidente con ése fantasma- le dijo Tucker, mientras veía comer a Danny.
-¿Te sientes bien? Parece que hubieras estado a dieta y trates de recuperar el tiempo perdido- dijo Sam, poniéndole una mano en la frente.
-Estoy en excelente estado de salud- dijo el aludido, terminando su tercer plato de lasaña –Además, no estoy enfermo, sólo hambriento-
-Demasiado, diría yo- dijo la muchacha –Has estado comiendo como poseído desde entonces-
-Eso si eres el verdadero Danny. ¿Acaso te han poseído, viejo?- pregunto el chico, poniéndose tenso.
-Si así fuera, haría otras cosas más importantes que comer- dijo el otro, sin preocuparse, aunque Allen estaba algo nervioso.
-Buen punto- dijo el moreno, volviendo a su videojuego.
"Ahora que lo pienso, tengo más hambre que antes. Más del doble" pensó Danny para sí.
"Ahora somos conciencias separadas. Y si bien no necesito comer, tengo que alimentarme para poder sobrevivir. Necesitas más energía, porque ahora yo estoy contigo. Y luego, cuando avances en el uso de tus poderes, necesitarás más práctica"
"Eso suena interesante"
-Danny, ¿por qué a veces te quedas callado y sonríes?- le pregunto Sam.
-Es que me acuerdo de cosas que me pusieron contento- respondió el aludido.
-Estás raro, viejo-
-Gracias-
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Los días siguientes fueron tranquilos, salvo por las apariciones ocasionales, y cada vez más frecuentes, de los fantasmas. Danny se dijo a sí mismo que todo estaba volviendo a la normalidad.
La clama antes de la tormenta.
Dos semanas después, Danny sintió algo extraño. Tembló, y sintió que Allen también temblaba, como si tuvieran un escalofrío. Pero era diferente a cualquier otro, porque este... no se sentía como los que se sienten en el cuerpo. Y no sólo porque Allen también lo sintió. Se puso tenso, y se levantó en su cama, en donde estaba por dormirse. Miró a su alrededor, preocupado, pero a primera vista no había nada raro. Pero de su boca salía un humo azul claro, y decidió transformarse.
Salió por el techo, atento al más mínimo movimiento, en su forma invisible. La ciudad estaba calmada. Demasiado calmada. Empezaron a volar, patrullando la ciudad, atentos al más mínimo movimiento. Por eso sintieron el rayo venir antes que los alcanzara, y lograron esquivarlo, pero por poco. Rayo que destruyó la pared de una tienda, debajo de ellos.
Se dieron vuelta, y lo que vieron los desconcertó. Era Vlad, pero Vlad en su forma humana, flotando como fantasma, y con los ojos rojos y negros. Tenía la mano derecha levantada, de la que aún salía algo de energía del mismo color rojo que el rayo que habían esquivado.
No podía ser.
-¿Qué estás haciendo, Vlad?- preguntó Danny, entre enojado y confundido.
-Ejecuto mi venganza- dijo el adulto, lanzando otro rayo hacia ellos.
Esta vez les pasó rozando, pero el dolor fue intenso. Y apenas pasó, sintieron cómo había alguien frente a ellos. Mismo que los golpeó en el rostro y los lanzó a un lado. Pero nos los alivió el no haber chocado contra el edificio al que se dirigían, porque lo que los desvió fue un nuevo golpe, ésta vez, un cachetazo. Vlad lo tenía agarrado de la ropa, y lo miraba furioso. Danny no entendía.
-Sé que ése nuevo te devolvió tus poderes, y no voy a descansar hasta que los míos vuelvan-
-Pero- Danny hizo a un lado la cara para escupir sangre –Pero tienes poderes ahora-
-Quiero los míos, los de antes. Y no sé cómo, pero si ése nuevo te habló por última vez, entonces sabes en dónde está-
Sus caras estaban tan cerca que casi se podrían haber besado.
-¿Y cómo...?-
-Eso no le importaría si fueras un fantasma completo- dijo el mayor, interrumpiéndolo –Y lo serás si no tengo lo que quiero-
-¿Y cómo quieres que lo haga?-
Vlad le pegó un puñetazo en el ojo izquierdo y apenas pudieron volverse intangibles para no quedar estampados contra una pared. Vlad apareció de pie, a su lado, sonriendo de forma maligna.
-Eso es tu problema- dijo, levantando una pierna.
Le pegó una patada en el esternón, dejándolos sin aire. Después siguió haciendo presión, y Danny no podía concentrarse ni siquiera para volverse intangible, o para intentar atacarlo. Se estaba ahogando y ya empezaba a ver borroso, cuando sintió que lo liberaban del peso.
-La próxima vez, quizás, sea la señorita Jas quien se encuentre conmigo. Y no me importará la poca experiencia que tenga, si es que tienen alguna, porque la próxima vez que nos veamos, espero obtener algo. O quizás con la señorita Manson-
-¡Dejálas fuera de esto!- escupió Danny, sin poder levantarse.
-Eso queda en tus manos- dijo Vlad, y desapareció.
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Danny sabía quién lo había llevado de nuevo a su casa, fingiendo ser él. Y sabía que les había inventado una buena historia, por más que no le hubiera dado permiso explícito de hacerlo. Sabía que gracias a Allen estaba en su cama, vivo, siendo revisado por un médico. Y le estaba muy agradecido, por más que sentía algo raro. Y no era el dolor que le invadía el cuerpo (otro poder de Vlad, suponía) sino otra cosa. Era un sentimiento extraño, como de...
...vacío.
"Allen" llamó Danny, cuando el médico se fue, suponiendo que estaba dormido.
Silencio.
"Allen, ¿estás ahí?"
Silencio.
"Allen, por favor, respondeme"
Silencio.
"¿Allen?"
Nada.
De pronto, un miedo intenso empezó a invadirlo, empezado por el corazón. Intentó sentir a Allen, lo llamó y hasta empezó a insultarlo por hacerle una broma de tan mal gusto, hasta que se convenció.
Allen se había ido.
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Este capítulo estuvo a la mitad por un par de días, hasta que encontré la inspiración para terminarlo. Me alegra que les esté gustando, porque en los próximos capítulos va a haber grandes sucesos. Una sola cosita les pido: no intenten matarme cuando lo lean.
Nos leemos
Nakokun
