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Mi sombra

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9: Pacto

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Una semana.

Había pasado una semana desde que Danny había despertado con ésa sensación de vacío, y Allen no aparecía. Sus heridas ya habían sanado, o de eso convenció a todos, pero su otro yo no daba señales de existencia. Lo había buscado por todos los rincones de la ciudad, llamándolo con su mente y su voz, pero no estaba en ningún lado. No le importaba ver que los fantasmas aparecieran, y apenas podía salía corriendo a buscar a Allen. Más de una vez los fantasmas que hacían de las suyas se preguntaron si estaba por volverse loco.

Y hasta Danny se lo preguntó a sí mismo cuando tomó su decisión.

Les pidió a Sam y Tucker que se fueran de campamento para tener una excusa para desaparecer por unas horas, armó una mochila como si realmente fuera a ir y hasta los acompañó hasta que llegaron al lugar. Sus dos amigos sabían que iba a hacer algo, pero no les dijo con exactitud qué. Los ayudó a armar as carpas (una para Sam y otra para ellos dos) pero, apenas oscureció, se alejó del campamento y tomó un colectivo(1)

Era una locura, y lo sabía. Pero no había otra opción, y era su última carta antes de caer en la desesperación absoluta. Si esto no funcionaba... No sabía qué iba a hacer.

Cuando llegó ya eran las ocho de le noche. No consideró que los fantasmas que merodearan por allí pudieran detenerlo, así que no se sorprendió de llegar sin problemas hasta las puertas de la casa. Se acordaba bien de ella, porque allí habían estado su madre y él una vez. No se acordaba si le habían devuelto el helicóptero.

Golpeó tres veces y esperó. Golpeó de nuevo y volvió a esperar. A la tercera vez ya estaba aporreando la puerta, y finalmente le abrieron. La expresión de Vlad al verlo no fue exactamente de sorpresa, pero tampoco se lo esperaba.

-Tengo que hablar con vos- dijo Danny, antes de pasar, sin pedir permiso, arrastrando su mochila. Vlad lo miró alzando una ceja.

-Buenas noches Daniel- dijo el adulto, cerrando la puerta -¿De qué quieres hablar?-

-Sé que sabes en dónde está Allen- le dijo, mirándolo fijo a los ojos –Y sé que puedes llevarme hasta allá-

-¿Y si así fuera?- ODIABA esa sonrisa de superioridad. Pero en su estado actual era inútil intentar golpearlo.

-¿Qué quieres a cambio?- sabía lo que le iba a responder, pero ya había tomado una decisión.

-Primero, que aceptes que lo haces por propia voluntad. Yo no te forzaré a hacerlo si no quieres- Danny apretó los puños –Y segundo, que nunca se lo dirás a nadie. Y como sé que mantienen tu palabra, quiero que lo jures ahora-

-Lo juro- dijo el menor, mirándolo a los ojos.

Silencio.

Vlad empezó a caminar hasta que estuvo detrás de Danny. Lo abrazó por la cintura, agachándose un poco, oliendo su pelo. El más pequeño se estremeció, cerrando los ojos y esperando lo que sabía que iba a oír...

-Quiero tu virginidad-

...pero no se esperaba que fuera tan directo.

-¿Me das tu palabra que me llevarás si accedo?- la voz le temblaba un poco.

-Te doy mi palabra-

-Trato hecho-

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Un amigo me dio la excelente idea de dividir este capítulo en dos. Antes pensé en agregar esto al final del capítulo anterior, pero creo que así queda mejor. Espero que quieran leer lo que viene, porque va a empezar lo más emocionante de todo el Fanfic. Lo que sigue entre Vlad y Danny será sólo el comienzo de una serie de sucesos que va a mover varias cosas. Y cuando encuentre a Allen se va a llevar una sorpresa mayor.

Nos leemos

Nakokun