Los personajes de Ranma no me pertenecen son propiedad de la gran Rumiko Takahashi. Escribo sin fines de lucro solamente con el fin de entretener.
.
.
.
.
.
.
* ¿Qué propones tú? *
Ese no sería un jueves como cualquier otro y él lo presentía. El día sábado su mejor amigo se casaba y ese jueves sería la despedida de soltero, irían a uno de esos lugares donde corre el alcohol, la buena comida y algo de diversión para la última noche de soltero del futuro esposo.
Taro y Ryu se conocieron en la universidad y entablaron una gran amistad que siguió hasta que egresaron y ambos con sus títulos de abogados decidieron poner una firma juntos.
Eran las siete de la tarde cuando sus otros amigos arribaron a la oficina.
- Enhorabuena muchachos, llegó la hora de dejar de trabajar y dedicarse a la diversión – dijo uno de ellos.
- Podrían haberse dirigido directo al lugar.
- Preferimos pasar por ambos e ir todos juntos, sabemos que Ryu puede intentar escabullirse.
Taro decidió apagar su laptop ya que claramente el momento había llegado, tomó su chaqueta y se dirigió al escritorio que tenía enfrente donde estaba su mejor amigo terminando de teclear algo.
- En marcha amigo mío.
Llegaron a la puerta del lugar denominado "Crystal". Fueron recibidos por una hermosa dama con un vestido negro y los guió hasta la mesa reservada que tenían.
- Enseguida les traigo las bebidas, son cortesía de la casa para el futuro esposo – dijo y se retiró.
Al cabo de unos minutos, otras dos muchachas llegaron con copas de vino y algunos alimentos.
La noche iba transcurriendo entre risas, disfrutando el momento entre amigos y buen vino. El lugar estaba abarrotado para ser un día de semana, bebió de su copa y dirigió su mirada hacia la izquierda y la vio.
Era una mujer muy hermosa, cabello corto y castaño que lo miraba fijo, bebiendo de su copa también, ataviada en un sensual vestido blanco con escote corazón y unos finos tirantes de brillos.
Estaba sentada con un grupo de amigas a una distancia de tres mesas, imaginó también celebrando alguna despedida de soltera y rezando que no sea ella la futura esposa.
Se sostuvieron la mirada por un rato e intercambiaron algunas sonrisas mientras ambos intentaban mantener la charla con su respectivo grupo.
Estuvieron así por un tiempo hasta que vio que se levantaba e imaginó que se dirigía hacia el sanitario por lo que rápidamente la siguió.
- Voy al servicio – avisó rápidamente a sus amigos.
Cuando llegó al pasillo en el que se encontraban los sanitarios se sorprendió cuando detrás de una columna una fina mano lo tomó de la muñeca y lo atrajo.
- Me estás siguiendo – dijo ella con una sonrisa seductora.
- Estás en lo cierto – admitió descaradamente él.
Ella extendió su mano para estrecharla. – Me llamo Nabiki y por favor dime que no eres tú el que se casa.
Él le estrechó la suya y le dio un apretón. – Mucho gusto Nabiki, mi nombre es Taro y no, no soy el que se casa.
Nabiki sonrió y aliviada le dijo – Ahora sí me dirijo al servicio. – se acercó y lo beso fuertemente en la mejilla. – chao – y desapareció.
Taro quedó embobado y decidió volver a la mesa con su grupo de amigos para poder pensar sobre como actuar en lo que restaba de la noche con respecto a esa hermosa y dominante mujer. Admitió que se excitó con lo segura que se mostró la muchacha.
Al llegar a su lugar observó por el rabillo del ojo como ella se dirigía a la propia e intercambiaba algunas palabras y risas cómplices con sus amigas.
De repente, algunas luces se encendieron y apuntaron a un escenario que hasta ahora estaba cubierto por un telón negro.
- Buenas noches, sean todos bienvenidos a "Crystal". Como bien sabrán esta noche es dedicada a despedidas de solteros y solteras por lo tanto la diversión recién está por comenzar. Voy a solicitar la participación de alguna señorita del público para el siguiente acto.
Nabiki no lo dudó, se paró y caminó hacia el escenario.
- Muchas gracias por tu entusiasmo.
- Por nada – acotó ella guiñándole un ojo al hombre del micrófono.
- Excelente. Ahora debes seleccionar a algún muchacho del público.
Ella se encaminó moviendo las caderas con un vaivén provocativo a la mesa de Taro donde le extendió una mano.
Todos en la mesa quedaron sorprendidos y emocionados frente a la actitud de la desconocida mujer.
Taro fue otro que ni lo dudó, tomó la mano de la mujer y se dirigió con ella al escenario entre gritos y silbidos de los que allí se encontraban.
Al llegar al escenario se cerró el telón y el hombre del micrófono les dijo:
- Gracias por su predisposición. La propuesta ahora es realizar un baile juntos, puede ser lo que deseen, sólo den aviso y buscaremos la canción que elijan
Traigan una silla y la canción que quiero es "Fighter" por favor – Nabiki dijo rápidamente mirando fijo a Taro.
- Perfecto señorita.
Taro se acercó y le preguntó: - Qué es lo que propones?
Ella sólo se limito a decirle que disfrute.
Llegó la silla y ella dirigió a Taro hacia la misma, le indicó que se siente y se colocó por detrás.
El telón se abrió nuevamente y la música comenzó a sonar, ante la mirada asombrada de todos, Nabiki inició un baile alrededor de él.
Dio dos vueltas caminando sensualmente a su alrededor, deslizando un dedo por su cara, llegando hasta el mentón y tocando un poco el pecho por encima de su camisa.
Se colocó frente a él y se sentó encima; él deslizo suavemente un dedo por su muslo, ella lo miraba fijamente, se encorvó hacia delante y dejó un beso en sus labios. Siguiendo la sensual melodía hizo que colocara sus manos sobre su cintura y bailó moviendo las caderas un poco para él. Luego se colocó de espaldas a él que aún la sostenía de la cintura, acarició sus dedos sobre los suyos y lo incitó a ponerse en pie, él sosteniéndola y apoyando su trasero a su pelvis bailaron así juntos unos minutos y la canción terminó.
Los aplausos, gritos y vítores no tardaron en llegar.
Ambos entrelazaron sus dedos y bajaron del escenario, agitados y enardecidos.
Nabiki lo enfiló hacia su mesa, sus amigas aplaudían y la felicitaban. Se acercó a mujer de cabello negro azulado igual de corto que el de ella, le dijo algo y luego se dirigió hacia Taro. – Vámonos a mi casa.
Él estaba extasiado, Nabiki no sólo era una mujer hermosa sino que era de tomar las riendas y eso le encantaba.
Llegaron a la mesa de los muchachos y todos la miraron de forma lasciva, Taro intercambió algunas palabras con Ryu y con un asentimiento se despidió de todos, no quería soltarle la mano.
Se encaminaron hacia la salida y cruzaron la calle, donde estaba aparcada la moto de Taro con un solo casco que decidió dejárselo a ella.
- Espero no te den miedo las motos.
- Nunca he subido a ninguna, siempre hay una primera vez – dijo mientras se colocaba el casco.
Él la ayudo a cerrarlo y se sentó frente al volante, le sostuvo una mano y la ayudó a acomodarse detrás de él. – sujétate de mi, iremos despacio. Dime dónde vives preciosa.
Ella entrelazó sus manos delante de su abdomen generando una presión y logró sentir unos abdominales muy bien marcados.
- Dirígete hacia el sur, te indicaré el camino – susurró en su oído y logró que se erizara toda su piel.
- Perfecto.
Estuvieron en el camino por unos veinte minutos y llegaron a una zona de casas bajas. Se detuvieron frente a la casa que ella le indicó, Taro aparcó la moto y descendió primero. Ayudó a quitarle el casco a Nabiki y cuando lo hizo la levantó sosteniéndola de la cintura y la besó profundamente.
El beso era ardiente, sus labios se rozaban fuertemente, sus lenguas se entrelazaban intentando demostrarle al otro lo excitados que se encontraban.
Ella sostenía el casco con una mano y lo depositó sobre la moto para poder cruzar ambas manos tras su nuca para lograr profundizar el beso mientras que él le apretujaba el trasero con una mano provocando un jadeo de placer en ambos.
Se separaron para recuperar el aliento y se dirigieron a la casa. Cruzaron el umbral, volvieron a besarse nuevamente.
Él enterró los dedos en su culo y le pidió jadeante: - entrelaza tus piernas en mi cintura preciosa.
Ella lo hizo, mientras que él la empotró contra una de las paredes, deslizaba sus dedos sobre sus muslos acariciando su suave piel, ella arrancó los botones de la camisa para dejar al descubierto su fornido pecho, dejaron de besarse en los labios y ella decidió besar ambos pectorales y lamerle el pezón acto que lo enloqueció, levantó su vestido y localizó el hilo de su braguita, con una gran fuerza la rompió y deslizó un dedo en su interior, pudo percibir lo mojada que estaba.
- Ahhh, Taro – gimió ella al sentir la intromisión. Rápidamente localizó el botón del pantalón y lo desabrochó. Metió su mano a través del bóxer y tomó su miembro con una mano firme lo que provocó en él un gruñido de satisfacción.
- Estás tan húmeda que estoy loco por estar dentro tuyo – dijo mientras le deslizaba la lengua por todo el cuello lamiéndola desenfrenadamente.
- No esperes más – jadeó ella.
Desenroscó sus piernas, la colocó unos instantes sobre suelo para poder sacarse los pantalones y el bóxer de manera más comoda.
Tomó un condón del mueble que se encontraba a su lado, lo colocó y volvió a sostenerla enroscada en su cintura y la embistió fuertemente.
Jadearon ambos y comenzó un vaivén de embestidas, gritos, gemidos.
La espalda de Nabiki golpeaba fuertemente contra la pared por la fuerza con la que Taro la embestía, se encontraba enloquecido por esa mujer. Se besaban bruscamente. Nabiki clavó las uñas en su espalda y eso generó que tocara el punto justo con algunas embestidas más y así lograron alcanzar el clímax.
Se quedaron en esa posición unos minutos, recuperándose de un fantástico orgasmo y sin bajarla le preguntó dónde estaba la cocina. Ella le indicó y la cargó hasta allí.
Una vez en la cocina la sentó sobre un taburete y tomó agua del refrigerador para aplacar un poco la sed. Le pasó una botella y con una sonrisa le dijo: - eres fantástica Nabiki.
Bebieron un poco de agua y él se dedico a besarla y desvestirla cómo no había hecho al principio. Bajó la cremallera del vestido y los tirantes del vestido blanco ajustado al cuerpo que llevaba, mientras lo hacía dejaba besos húmedos en su lugar, la mujer tenía una piel exquisita.
Lo excitó demasiado el notar que ella no llevaba sostén por lo tanto decidió que era el momento de volver a jugar.
Tomó un poco de agua de la botella y la derramó sobre sus pechos que en contraste con su piel caliente endurecieron sus pezones y él se dedicó a chuparlos y morderlos mientras tomaba el agua que iba derramando sobre su cuerpo inclinándola sobre la isla para tener mejor acceso.
Ella acariciaba su espalda y jadeaba con cada nueva sensación, definitivamente Taro era un muy buen amante y sabía lo que hacía.
El se aventuró a meter dos dedos en su interior y pasó a besar no sólo sus pechos sino también su cuello, su mandíbula, el lóbulo del oído, pasando la lengua lo que provocaba gemidos en ella y sentía su cuerpo retorcerse de placer bajo sus caricias incitándolo a más, Nabiki sostenía su cabeza siguiendo sus movimientos apretando ambos cuerpos, queriendo generar más contacto si es que era posible.
Acarició su clítoris por unos minutos con su dedo pulgar a la vez que jugaba con sus dedos. Cuando notó que la humedad había aumentado, los sacó del interior y los lamió probando los jugos de la mujer.
- Eres realmente deliciosa.
Notó que su erección dolía, la soltó y la dio vuelta. Inclinó su cuerpo sobre la fría isla, sus pechos quedaron aplastados sobre la misma, el se colocó detrás, con una rodilla abrió sus piernas y tomó uno de los condones que había llevado. Se lo colocó y tomándola de la cadera encontró el sitio exacto y la entrada al paraíso.
La embistió fuertemente desde atrás y la sostenía por la espalda apretada contra la fría superficie, en esa posición el tocaba directo su centro de placer y en cada embestida una oleada de calor recorría todo el cuerpo de Nabiki.
- Ah si, si, si Taro – gritaba en un frenesí imparable.
- Quieres más duro, hermosa? – le dijo al oído mordiendo su lóbulo y dejándole una lamida por toda la espalda.
Entre suspiros y jadeos por parte de ella, sentía que alcanzaría el clímax nuevamente pero él quería más, mucho más. Por lo cual la levantó y tomó asiento él en el taburete. Ella entendió perfectamente lo que pretendía, se sentó encima como había sucedido durante el baile y comenzó a cabalgarlo, teniendo ella el control.
Se sostenía por sus hombros y el enterraba el rostro en su hombro durante las primeras embestidas, levantó la vista y vio que lo observaba con esos hermosos ojos café encendidos como brasas.
La atrajo de la nuca y la besó profundamente, mientras ella seguía su ritmo, el hundía la lengua cada vez más profundo en ella, emitiendo gemidos y suspiros.
El sintió que todo su interior se estrechó y sabía que se encontraba próxima a alcanzar el cielo nuevamente, por lo cuál comenzó a embestirla con fuerza sosteniéndola de las caderas.
Gritaron sus nombres y alcanzaron juntos en clímax.
Se mantuvieron en esa posición un largo rato, besándose, el acariciando su espalda hasta que ella le dijo: - confías en mi?
Él asintió por respuesta. Lo tomó de la mano y caminaron hacia la habitación.
Nabiki hizo que Taro se recostara en la mullida cama sobre su espalda y se colocó de rodillas encima de él, comenzó besando sus labios, su mandíbula, su cuello, lamió todo el pecho hasta descender al ombligo donde introdujo su lengua, sintió un golpe duro en sus pechos y supo que estaba nuevamente listo.
Arrastrándose fuera de la cama, llegó a su miembro y lo tomó firmemente con una mano y deslizó su lengua por toda su extensión.
Taró clavó los codos sobre el colchón y se enderezó para observarla, ella estaba arrodillada sobre el suelo.
- Si haces eso me voy a enamorar – dijo juguetón acariciándole una mejilla
Ella aún lamiendo su miembro, le sacó la lengua a modo juguetón y lo introdujo en su boca.
- Por favor Nabiki, tu boca también es el paraíso.
Introducía y quitaba su miembro de la boca mientras que con la mano realizaba sutiles movimientos, el ritmo las respiraciones de ambos iban en aumento sobre todo porque sus miradas se encontraban durante ese acto, él se recostó nuevamente y apretó fuertemente la colcha, lo que esa mujer hacía con su boca era una sensación indescriptible.
Sintió su miembro tensarse y un hormigueo en sus testículos, sabía que llegaría pronto.
- Nabiki, nena, me voy a correr – dijo levantándose nuevamente pero ella no dejó su cometido. Siguió con sus lamidas y con un leve rose de sus dientes él se corrió enteramente en su boca.
- Eres una diosa – la atrajo hacia el y la besó fuertemente
Ella respondió al beso de igual manera. Se mantuvieron así, el tumbado sobre la cama y ella encima de él hasta que un sueño profundo los venció.
Se despertó al escuchar ruido de agua corriendo, miró la luz que se filtraba por la ventana, serian alrededor de las siete de la mañana.
Se incorporó totalmente desnuda y lo encontró, observándola apoyado en el umbral de la puerta del cuarto de baño.
Él le sonrió y le extendió la mano.
- Qué es lo que propones? - dijo ella, riéndose con complicidad
- Tú sólo disfruta
Nabiki se deslizó hasta el cuarto de baño y empujo al hombre dentro cerrando la puerta.
Otra ronda de gemidos y gritos se inició en ese momento. Quién sabe hasta cuándo.
.
.
.
.
.
.
.
FIN
Nota de autora: SOY FAN de este ship, se que muchos prefieren a Nabiki con Kuno pero a mi parecer, siento que encajaría más con Taro.
Quise reflejar una Nabiki muy dominante y segura de sí misma y un Taro de igual personalidad. No dudaron en cruzar algunas palabras, en tener ese baile sensual ni tampoco en irse rápidamente del lugar para ir a desfogarse.
Obvio la que se casaba del grupo de amigas era Akane y si, con Ranma. (Ojitos con corazones)
Mi idea era hacer un LEMON FUERTE y considero que lo logré. Gracias por darle la oportunidad a este simple historia, y gracias por anticipado si es que se animan a dejar un rw. Ojalá les haya subido un poquito la temperatura a aquella parte del mundo donde están en invierno.
Quería aprovechar también este espacio para agradecer principalmente a la página de fb "Fanfics y fanarts de Ranma Latino" que son siempre los primeros en compartir mis cositas, y también otras páginas que he visto que me han compartido como "Ranma fanfics por siempre" y "Mamá Nodoka" si no lo hacen, siganlas suben mucho contenido.
Les dejo mil besos y nuevamente gracias.
