¿Accidente? Accidente fue derramar el café de su jefa durante el primer año de internado. Recordó cómo se quedó de piedra esperando que la Doctora Kung la echara en ese momento. Para su sorpresa no le fue tan mal. Solo la hizo sufrir el resto del semestre, lo que a la postre la ayudó a forjar el carácter. Tal vez podría considerar un accidente haberse enamorado así de Park cuando se suponía que lo mantuvieran casual, aunque ya siendo sincera ella sabía que no iba a ser así, lo supo desde el primer beso y eso no la detuvo.

Ahora esto ¡Esto era la madre de todos los accidentes! De verdad, no tenía disculpa. ¿Qué diría Park al enterarse? claro, él le había dicho que estaba dispuesto, que iba a apoyarla y ser un buen padre, pero ¿y si había cambiado de opinión? ¿estaba dispuesta a tenerlo ella sola? ¿Qué pasaría con su carrera? ¿con su vida? ¿Sería buena madre? no tuvo el mejor ejemplo en su casa. Todo esto le pasaba por la mente mientras su mano diestra, la de arquero esa con la que había hecho incisiones precisas hasta en circunstancias menos que optimas, ahora temblaba sosteniendo una prueba de embarazo. De pronto se vio en el espejo del cuarto de baño, estaba hecha un desastre. Respiró hondo, sonrió brevemente a su reflejo y se dio valor "Es Park".

Se arregló el maquillaje y regresó a su escritorio a trabajar porque si quería mantener el control total de la clínica a pesar de Glassman y de cualquier acuerdo (o desacuerdo) entre sus superiores debía ser diligente y no dejarse ningún detalle. Necesitaba demostrar su capacidad para administrar eficientemente aun cuando esto le creara conflictos con el ejercicio de su profesión.

Así la encontró la tarde entre pacientes de la clínica y papeleo hasta que se escuchó un llanto de niño y ella fue atender. -varón de tres años con laceración en el rostro. Le dijo el enfermero. El niño sollozaba y la madre que era bastante joven, quizá unos 20 años, estaba pasmada incapaz de ayudar mucho a calmarlo. Fue necesario que el enfermero lo sostuviera para que ella pudiese suturar la herida y después de eso lo mando a rayos X, que no revelaron fracturas ni lesiones internas así que lo envió a casa con indicaciones de ir a su pediatra en unos días para remover las suturas y ella paso a ver al siguiente paciente y al que siguió, así hasta que al final de turno se encontró con su novio en el estacionamiento. - ¡Qué día de locos! Le dijo el. Ella respondió con un gesto afirmativo y denotando cansancio. ¿nos vemos en tu casa? Pregunto entonces el doctor Park. -solo si te apetece pedir comida porque no tengo ganas de cocinar a esta hora. le respondió Morgan. -Ok, allá te veo. Concluyó Park y cada cual subió a su auto.

En casa de Morgan esperaban la cena sentados en el sofá. Ella estaba algo intranquila; de hecho, ambos, pues ya era tarde, había sido un día bastante ocupado y tenían mucha hambre. Al menos él sí, así que adjudicó la conducta de su novia a eso mismo. En el momento que sonó el timbre ella se levantó de un salto y fue a la puerta, Park no tuvo oportunidad. entonces fue a la cocina por lo necesario. La comida china estaba deliciosa era de uno de sus restaurantes favoritos y aun Así Ella solo jugueteaba con los tallarines. -No estás comiendo. ¿Quieres cambiar? - Le preguntó Alex entre bocados y ofreciéndole su propia comida. -No gracias. Así está bien. Respondió ella algo sería. - ¿Qué pasa? dijo el doctor Park dejando de comer para voltear a ver a Morgan atentamente. Lo que ocasionó que se pusiera más nerviosa; Entonces tomó aire y del mismo modo en que uno se arranca una bandita, así se lo dijo: -Estoy Embarazada. para entonces el apetito de Álex había desaparecido; entreabrió la boca un segundo y preguntó - ¿Cuánto...? -Seis semanas. Le respondió antes de que El pudiera formular la pregunta y al mismo tiempo puso la impresión de su ecografía en la mesa.

El Doctor Park pasó unos segundos viendo la imagen y se imaginó todo: pañales, biberones, desvelos, los primeros pasos, a Morgan acunando al bebé en brazos. ¡MORGAN! No podía suponer ni decidir por ella, ante todo tenía que respetar sus deseos aún si estos diferían de los de él y para ser honesto ni si quiera estaba seguro cuales eran. Fue ahí que una sensación de vacío en la boca del estómago lo devolvió a la realidad. Volteó a verla con todo el amor del mundo, pero adoptando ese aire casi solemne, ese que le había visto usar muchas veces al hablar con sus pacientes cuando las noticias no eran buenas. - ¿Quieres tenerlo? -La pregunta la hizo estremecerse, Los ojos se le anegaron y bajó el rostro, incapaz de sostenerle la mirada porque odiaba sentirse vulnerable, pero eso era lo que había. Alex le alzó el mentón. -Está bien, no tienes que responder ahora Le dijo en voz baja y la abrazó contra su pecho.

Permanecieron así por unos instantes luego Park soltó una risita ahogada. Morgan volteo a verlo mitad indignada, mitad desconcertada -Bueno ¿De qué te ríes? Dijiste seis semanas -comenzó a explicar El con toda calma. -y ¿Qué con eso? Dijo ella aun sin entender. -pues, ¿Quién era la que no quería traer souvenirs de Hawái? -el chascarrillo había logrado relajar un poco el ánimo. - ¡Cállate! Le ordeno Morgan juguetonamente. Los dos rieron y Alex la beso en la cabeza.