Pasaron días sin una resolución. Morgan simplemente no tocaba el tema y Alex lo estaba pasando mal. No le preguntaba nada para que no se sintiera presionada que era lo último que quería para ella, ya tenía mucho en que pensar estos días. En el hospital y ante los demás era la misma de siempre, pero en las noches la historia era otra, en un par de ocasiones la encontró dormida, acurrucada en la cama, después de haber llorado, la inflamación en los párpados la delataba. Alex se limitaba a acostarse a su lado y acariciarle el pelo hasta quedarse dormido y no le era fácil conciliar el sueño. Esta situación le estaba cobrando factura también a él. Necesitaba certeza. en este punto podría aceptar cualquiera de los escenarios, aunque mentiría si dijera que daba igual. Obviamente él era un hombre de familia, pero no sé trataba de él necesitaba que ella confiara, que le dijera lo que estaba pensando y lo más importante que se sintiera acompañada.

Tras otra noche de insomnio decidió finalmente tomar el toro por los cuernos. Esa mañana se levantó más temprano que ella, preparó un plato de fruta; cuando por fin salió de la habitación, la invitó a sentarse -Buenos días. le acercó el desayuno y sirvió dos tazas de café para luego sentarse frente a ella que le correspondió el saludo antes de picotear la fruta y decidirse por beber el café. -No puedes seguir haciendo esto. Le dijo Álex directamente. Ella solo arqueó las cejas. -te haces daño y yo tampoco estoy bien. Continuó. La respuesta de Morgan no se hizo esperar -Hace unas semanas decías que no estaba en tus planes tener hijos y ahora quieres que ya decida para que puedas ser..., Su novio la interrumpió - ¡Espera! de ningún modo te estoy diciendo que hacer. La decisión es tuya, completamente; solo te estoy pidiendo que ya no la postergues. Y si es necesario repetirlo: no estás sola yo estaré ahí para lo que sea que pienses hacer. cuentas conmigo cien por ciento. -Ok, dijo ella en tono firme y resuelto -hoy mismo agendo una cita. Park se puso triste. No pudo ocultarlo, pero seguía firme en lo prometido. En voz baja le dijo: -está bien, avísame cuando…, el nudo en la garganta le impidió seguir hablando Y sin más salió del departamento. Morgan se quedó unos minutos en la mesa, comió un poco más de fruta, se secó una lágrima traicionera y también se fue a trabajar.

El día en el hospital transcurría normalmente hasta que llegó una ambulancia a eso de las dos de la tarde. -John Doe: Varón aproximadamente cuatro años, traumatismo craneal, múltiples fracturas, estrés respiratorio, neumotórax. Lim y Shaun lo recibieron y estabilizaron para luego llevarlo a la sala de imagen, finalmente fue ingresado en cuidados intensivos mientras el equipo trabaja afanosamente en encontrar tratamientos viables para reparar tanto daño. En cierto momento el niño tuvo una convulsión que Asher y Morgan atendieron por encontrarse más cerca. La expresión de la doctora Reznick fue tanto de asombro como de pesar al reconocer las suturas en la frente del niño. -se quién es. dijo más para sí misma que para su colega, -Es Daniel Vélez, hace tres días lo atendí en la clínica. yo hice estas suturas. Una vez controlada la crisis se fueron ambos médicos.

Más tarde en la Sala de estar todos revisaban literatura, las imágenes de resonancia magnética, resultados de análisis y otra información relevante al caso. la Doctora Allen, sentada en la mesa de trabajo soltó el libro que estaba revisando, se frotó la cara con impaciencia y preguntó al aire ¿Qué fue lo que le pasó a este chico?

La respuesta llegó en boca de Salen Morrison que entró en la sala acompañada de la trabajadora social. -Daniel Vélez tiene tres años, vive con su madre que tiene custodia completa y con el novio de esta. fue atacado por su padrastro. Entonces le cedió la palabra a la trabajadora social -al no localizarse a la madre del menor su custodia pasa temporalmente al estado y un Juez ya dio autorización para su tratamiento. La señora concluyó entregando el documento firmado a Salen.

Horas más tarde todos se habían marchado de la sala de estar. Todos excepto Morgan que seguía afanada en lo mismo. Al leer el expediente completo resultaba bastante obvio que Daniel había sido descuidado y maltratado desde bebé: vacunas olvidadas, infecciones mal atendidas, quemaduras, lesiones, y nadie se dio cuenta. Ella misma lo había atendido hacía unos días ¡y no se dio cuenta!, pensar en esto le causó unas náuseas que no tenían que ver con las que experimentaba últimamente por las mañanas; ¡Pobre niño! no podía entender que las personas que más debían cuidarlo se hubieran ensañado tanto, pero con todo el coraje que sentía decidió que tenía que ayudarlo a recuperarse. Él seguía aferrado a la vida así que ellos harían lo necesario para que su recuperación fuera exitosa fue justo en ese momento que encontró lo que buscaba. Tomó su tableta y se disponía a buscar a la doctora Lim para exponerle su plan de tratamiento cuando Alex apareció en la sala. -Sigues aquí. ¿Ya comiste? Ella se volvió al escucharlo. -No he tenido tiempo. Encontré el tratamiento para Daniel: injerto óseo autólogo. Alex la vio un momento estaba preocupada por este chico, lo estaba tomando como algo personal, una actitud más propia de Claire Browne o de él mismo, pero no de Morgan definitivamente. - ¿Sabes que no es culpa tuya verdad? Hiciste tú trabajo lo mejor posible pero no había manera de que anticiparas esto. Son sus padres quienes debieron cuidarlo mejor pero bueno, eso ya lo sabias. Este fue su intento por hacerla sentir mejor pero era Morgan y su réplica no se hizo esperar. -Si, sus padres le fallaron, pero también le falló el sistema, ya le fallamos una vez no podemos hacerlo de nuevo. ¡Debemos ayudarlo! El discurso de Morgan fue aumentando en tono y entusiasmo lo que le provocó una pequeña sonrisa a Álex al recordar aquella conversación en Guatemala "no fracasas nunca...". -De acuerdo, dijo El -Lo haremos, pero ahora mismo Lim está ocupada y tu deberías aprovechar para comer algo. Al mismo tiempo que le entregaba una bolsa de estraza, Yo tengo que seguir trabajando mmm…te veo más tarde. Ahí titubeó y se marchó sin atreverse a preguntarle sobre la cita.

Al quedarse sola nuevamente y sabiendo que tendría que esperar para hablar con su jefa volvió a sentarse. Esta vez retiro los libros y revistas haciendo espacio para la comida que por cierto olía delicioso, el primer bocado de ensalada le supo a gloria y casi se bebió completo el vaso de Té helado. Esto la hizo caer en cuenta del tiempo que llevaba sin comer. Durante esos minutos de calma que tuvo mientras disfrutaba su comida, por primera vez se tomó un momento para atender su "asunto" personal. Primero vio furtivamente alrededor para asegurarse que nadie la estuviera mirando; luego sacó su teléfono móvil del bolsillo; lo tenía en la mano y comenzó a pensar en Daniel Vélez y en la conversación que acababa de tener con Alex entonces bajó el rostro y se quedó un momento viendo su abdomen. Marcó rápidamente y espero el tono. -oficina de la Doctora García. ¿Como le puedo ayudar? Le respondo una voz jovial al otro lado de la línea. -Necesito una cita tan pronto como sea posible. Fueron las palabras firmes de Morgan y una vez concluida la llamada salió a toda prisa a hablar con la doctora Lim y de ahí a la oficina de la Doctora García en el mismo edificio.

Alex se dirigió a los vestidores después de estar casi tres horas en cirugía. Abrió su casillero y revisó el teléfono. tenía varios mensajes de Mensajes de Morgan:

6:14 PM: Conseguí cita con García. Piso 1 oficina 4B a las 6:30 pm

6:35 PM: ya estoy aquí.

8:29 PM: ya salí. Todo bien. Te veo en mi casa.

Sintió que el corazón le dio un vuelco. Tomó sus llaves, una chamarra y se fue a prisa a casa de Morgan. Todo el trayecto se fue en automático pensando en ella, en si se encontraba bien. ¿Por qué no esperó a que el la acompañara? Bueno, tal vez eso hubiera sido más difícil para ella. Intento llamarla desde la camioneta y fue a buzón. Se puso más nervioso: ¿Estaría dormida? Tal vez le dieron sedantes ¿y si tuvo alguna complicación? Por fin llegó a su departamento. Caminar del estacionamiento a la puerta se le hizo eterno.

Llegó a la cocina. Morgan no estaba ahí, pero había una sartén humeante en la estufa y un plato a medio comer en la barra. Retiró la sartén y apagó la estufa antes de qué se activara el detector de humo, fue así como se encontró con el frasco de vitaminas prenatales y la tarjeta de la doctora García con la fecha de su siguiente cita. Escucho sus pasos bajando la escalera. Y se volteó a verla aun con el frasco en una mano, la tarjeta en la otra y un gesto de "¿Que está pasando?". Morgan se acercó tratando de mantenerse tranquila (la verdad estaba con las mil emociones a punto de explotar) y comenzó a hablar mirando hacia abajo -pensé en lo que me dijiste: no podía fallarle, así como no quiero fallarle a Daniel…Espero ¿No estás enojado? Al decir esto volteó a verlo con la expresión de una chiquilla cuya travesura fue descubierta. Alex suspiró aliviado, la abrazó y le plantó un beso. Esa noche Cenaron, charlaron, rieron, hicieron el amor como no lo habían hecho en muchos días y durmieron placenteramente. En el Refrigerador estaba la ecografía de 8 semanas detenida por ese botón que trajeron de su viaje.