Durante un pequeño receso, en la sala de estar, las mujeres charlaban sobre la gala del día siguiente, sus vestidos, accesorios, los zapatos. Lea anunció que estaba lista. - ¡Sin problema! Y procedió a contarles la historia del vestido que ya tenía de antes y de cómo consiguió los accesorios perfectos sin salirse del presupuesto. Jordan estaba indecisa entre dos pares de zapatos - ¡Maravillosos! para combinar con su vestido. mientras se los decía, les mostraba fotos en su teléfono.

-Morgan, ¿Qué vestido vas a usar? ¿Porque ya lo tienes verdad? pregunto Lea. Morgan, que seguía teniendo una figura envidiable a pesar de estar ya bien entrada en el cuarto mes sacó su teléfono del bolsillo de la bata blanca para mostrarles fotos de ella orgullosamente probándose su vestido que era largo ceñido, de un tono azul oscuro en satín con fino bordado en oro. El escote era en "v" y se le veía fenomenal, cosa que le dejaron saber sus compañeras. Pero Jordan no pudo evitar su muy acostumbrado gesto suspicaz al comparar la foto con la Mujer que estaba a su lado. Gesto que afortunadamente le pasó desapercibido a las otras damas así que prefirió no decir nada. El vestido era lindo, Morgan se lo había probado, se sentía muy segura en él y finalmente, no sería ella quien que le aguara la fiesta sin necesidad. Las tres continuaron charlando hasta que sonaron los teléfonos al mismo tiempo y volvieron a prisa al trabajo.

El resto del día fue un ir y venir de pacientes en la clínica. Algunos fueron transferidos a cirugía y fue en uno de estos traslados en ascensor cuando se inclinó a revisar a su paciente en camilla, algo que hacía rutinariamente, que sintió picor en el abdomen, estiró la cinturilla del pantalón y siguió en lo suyo sin darle importancia. En la sala de imagen volvió a ocurrir. Finalmente, cuando pudieron sentarse a almorzar ya casi a las cuatro de la tarde, Park la notó incómoda e inquieta llevando su mano continuamente al abdomen y aunque no se consideraba un hombre aprensivo o nervioso; últimamente, tratándose de Morgan, todo le preocupaba. Eso no le pasó cuando iba a nacer Kellan, bueno, ciertamente era más joven, mucho más y no pensaba como ahora ni era consciente de cada posible complicación. Con la madre de Kellan tampoco sintió nunca ese casi terror que sentía con Morgan al pensar que algo malo pudiera pasarle. "Como lo de Arturo Vélez, pudo ser ella, ¡Iba a ser ella!"

- ¿Pasa Algo? La voz frente a él lo sacó de sus cavilaciones. Park sacudió un poco la cabeza antes de responderle: - te veo incómoda. ¿Te sientes bien? Ella contestó con fastidio, tal vez con demasiada aspereza - ¡estoy bien! Luego se arrepintió, después de todo era normal que se preocupara por ella, por ellas. esa idea aun la erizaba. Tras un momento agregó en tono más suave -todo está bien, no te preocupes. Tomándole la mano sobre la mesa. Él sonrió un poco apenado y volvieron a ocuparse de sus almuerzos hasta que lo llamaron a trabajar. Morgan se quedó unos minutos a terminar su comida todavía con la incomodidad que no cedió hasta que desabrochó el bendito pantalón. El alivio fue inmediato, pero se esfumó tan pronto se levantó de la mesa y se dio cuenta que había dejado de quedarle. Entonces tuvo un pensamiento inquietante y se fue rápido a su casa no sin antes hablar con el Doctor Glassman.

Ya en su closet se quitó la blusa y se vio en el espejo, de frente, luego de perfil. Se sacó el pantalón y procedió a probarse el vestido que había estado colgado ahí toda la semana. Se metió en él sin dificultad, el problema vino después, el cierre en la parte posterior subió unos milímetros y luego ¡nada! Intentó contener la respiración, intentó estirar un poco la tela, pararse de puntillas, pensó en acostarse en la cama, pero lo habría arrugado, ahí desistió. volvió a verse al espejo con su fabuloso vestido…desabrochado y efectivamente pudo notar una curvatura, que no estaba ahí hace unos días, pequeña pero suficiente para obligarla a cambiar de planes. Tocó con la palma de su mano como si no lo creyera, Se tomó una selfie y la envío:

Yo - ¡No me cierra! :(

Claire - ¡Te lo dije!

-No te rías . La cena es mañana

y no tengo que ponerme

-Ok, ¡Tranquila! Es temprano

Puedes ir a la tienda

y cambiarlo.

- ¿Por el que yo te sugerí?

- bueno, ya me voy.

A ver si aún lo encuentro

-Deséame suerte.

Por la noche llegó Park y la encontró acurrucada en el sofá comiendo su helado favorito -Te fuiste temprano. ¿Por qué? ¡ah! Antojo de Cherry García. Ese fue su saludo de camino a la cocina, se lavó las manos y abrió el refrigerador. -Hoy hice una ileostomía de doble asa. ¡Debiste ver cómo estaba! Continuó platicando animadamente mientras sacaba ingredientes para hacer un sándwich hasta que escuchó los sollozos de su novia. La sangre se le fue a los pies. Dejó todo y fue junto a ella: - ¿Qué te pasa? ¿Te duele algo? La vio de arriba a abajo, nada parecía fuera de lugar, le acarició la mejilla con el dorso de la mano en parte para acariciarla, en parte para saber si tenía fiebre. Ella también notó la doble intención y le retiró la mano, algo molesta. - ¡Ya Basta! ¡No tengo nada! Park frotó nerviosamente las palmas de sus manos. - ¿entonces? Preguntó ya sin saber qué pensar. Morgan se secó las lágrimas y tan calmada como pudo le dijo: -Es que el vestido que iba a usar mañana ya no me queda. El esfuerzo que tuvo que hacer Park para no reírse ante tal "tragedia" fue admirable - ¿El vestido? Inquirió él, buscando algo más de contexto. Ella procedió a explicar entre sollozos lo que había pasado esa tarde, que el pantalón le apretaba, que se midió el vestido y había tenido que ir a buscar uno nuevo -tenía que pasar, lo sé, cualquier otra estaría feliz pero aquí estoy llorando por un estúpido vestido y encima comiendo esto, ¡soy un desastre! terminó su relato mostrándole el recipiente de helado casi vacío. Park sonrió. Le causaba ternura, nunca se la hubiera imaginado en esa situación y menos ser el causante. Sabía que ella también lo encontraría gracioso algún día, pero aún no llegaba ese día. Así que se quedó en el sofá abrazándola: -está bien, No eres un desastre, son hormonas, nada más. Y por la ropa no te preocupes, te ves genial. deslizó la mano con que la abrazaba hasta colocarla en su vientre. Ella Apoyó la cabeza en su hombro. Y viéndolo hacia arriba le preguntó ya más tranquila: -has pensado algún nombré? Park se acomodó un poco: -tenía algunas opciones…para niño. Suspiró -Ahora tendré que esforzarme más. Morgan río y se burló juguetonamente: - ¡uy qué pena! A lo que él contestó con otra broma: -pero yo no lloro. La noche acabó entre risas, besos y sándwiches.

La tarde siguiente se alistaban para la cena de gala. Park esperaba de pie en la sala atando el nudo de su corbata. Desde ahí podía escuchar a Morgan en la planta alta, pasos, portazos cajas, más pasos, otra caja, un cajón la puerta, finalmente sus pasos bajando la escalera en un vestido negro que caía hasta el suelo dibujando su silueta perfecta. entallado en la espalda y ligeramente más vaporoso al frente, su único adorno eran unas pequeñas aplicaciones de plata en la abertura del pecho.

Él no sabía de vestidos, pero sabía que se veía hermosa y se lo hizo saber. Ella a su vez le dedicó una mirada sensual. Park puso la mano en la espalda de ella y la atrajo hacia él para besarla en los labios. Morgan se aferró a las solapas de su chaqueta y el beso se volvió más profundo la respiración de ambos superficial, -deberíamos irnos ya o llegaremos tarde. dijo Morgan en un susurro entrecortado. Park volvió a besarla -o podríamos no ir. le respondió él, hablando bajito cerca de su oído. ella se recompuso muy a su pesar -tenemos que ir, esta es tu noche. vamos. se arreglaron: el la chaqueta y la corbata; ella el maquillaje y el cabello. Mientras conducía, Park la veía de reojo, podía notar el rubor en sus mejillas y su respiración ligeramente agitada aún.

La velada fue muy agradable, el salón era muy bonito, exquisitamente adornado para tal ocasión: esculturas de hielo, fuentes, luces y todos lucían muy elegantes y contentos. Pasaron un buen momento con sus amigos festejando y brindando por los nuevos cirujanos del equipo. Morgan recibió varios halagos por su atuendo. Después de cenar, comenzó el baile. Cuando eran apenas las diez y veinte minutos Park giraba a su novia en la pista de baile diciéndole: - ¿lo ves? te dije que te verías genial con ese vestido. volvió a girarla y abrazándola le susurro al oído: -aunque te verías mejor sin él. ella lo vio con complicidad. volvieron a su mesa tomados de la mano. -Nosotros nos vamos. anunció el Doctor Park a sus colegas en la mesa -sí, Me siento un poco cansada. agregó Morgan poniendo cara de circunstancias; usando por primera vez su estado como pretexto. se despidieron, tomaron sus cosas y salieron del lugar.

La puerta principal de la casa se cerró de golpe tras ellos lo primero que cayó fue la corbata, los zapatos de ella quedaron abandonados junto a la puerta y el saco en el sofá durante esa frenética carrera hacia el dormitorio donde el vestido acabó en el suelo junto a la camisa y pantalón arrugados. Se abrazaron mordiéndose los labios, él la depositó sobre la cama. Ella recorrió el torso bien formado de su hombre con los dedos por momentos arañando, provocándolo todavía más. el respondió con más besos ahora hacia la línea del escote mientras descendía se detuvo un momento y admiro sus pechos: más llenos, más firmes, tan perfectos que no pudo evitar acariciarlos delicadamente. Morgan respiró profundo ante el tacto, el, notando su reacción decidió darle más, continuó besando en el mismo sitio, descendiendo. dibujo círculos con la lengua alrededor de sus pezones ocasionando una sinfonía de gemidos que le producían a Park casi tanto placer como el que ella experimentaba en ese momento, luego procedió a succionarlos rítmica y alternadamente. Lo que vino luego fue una sensación tan intensa y placentera que la tomó casi por sorpresa. el clímax total. El también disfrutaba de cada gemido, cada grito, del éxtasis en la cara de ella, el brillo de fuegos artificiales en su mirada. Entonces volvió a buscar su boca para besarla, ella se abrazó a él un momento entre "te amos" y "te quieros" antes de iniciar una breve lucha por deshacerse de la última prenda interior que aún llevaba puesta. librado ese obstáculo continuaron los besos y caricias. Park deslizó hábilmente una mano hacia ese lugar en la zona íntima de su novia que acaricio con suaves movimientos circulares llevándola nuevamente a gemir de placer suplicando por más. - "¿Morgan suplicando?" pensó él sintiéndose cada vez más extasiado, su respiración más agitada, su entrepierna punzando cada vez más. respiró profundo para continuar complaciéndola, le bastaron unos segundos y de nuevo el éxtasis y los fuegos artificiales. tras lo cual retiró su mano y procedió a introducirse tan delicadamente como le fue posible, ella se aferró a sus hombros dejando de lado las delicadezas lo atrajo hacia sí más profundamente produciendo una sensación intensa y placentera para los dos por igual. este movimiento se repitió varias veces como una danza entre gruñidos y gemidos y si antes hubo fuegos artificiales lo que vino luego fue como una explosión volcánica de tal magnitud que les tomó un rato recuperar el aliento, permanecieron tumbados uno junto al otro hasta que el hambre les hizo salir de la cama.

Una hora más tarde Park veía a Morgan dormir plácidamente, la tela de su pijama pegada al cuerpo evidenciando esa nueva redondez. pensó en el título que acaba de recibir ese día; había logrado su meta de ser cirujano, tenía a su hijo que era ya un hombre bien encaminado. Tenía a su novia que lo sacaba de quicio, pero a quien amaba profundamente y pronto también a su niña a quien estaba impaciente por conocer. No podía decir que hubiera alcanzado todo su potencial porque aún le faltaba mucho por hacer, pero sí podía decir que estaba mucho más cerca y mucho más Feliz que el día que tuvo esa conversación con Morgan y para él eso era bastante así que con esa satisfacción la abrazó y se quedó dormido.

,