Además de los cambios constantes de humor y de talla, hubo otro cambio, uno mayor: su casa. Si bien Park estaba prácticamente instalado con Morgan desde que supieron del bebé incluso antes, Fue mientras se recuperaba del ataque de Arturo Vélez cuando descubrieron que ese departamento no sería lo más cómodo con una recién nacida. Además querían que su hija tuviera una casa con jardín y mucho espacio para jugar pero eso era lo único en lo que parecían estar de acuerdo últimamente pues aunque vieron bastantes no terminaban de decidirse. así pasaron semanas y por momentos pensaron que no la iban a encontrar; al final su búsqueda se redujo a dos pero como era de esperarse cada uno tenía su favorita: Morgan quería la casa con piscina, imaginaba los fines de semana los tres juntos, a su niña aprendiendo a nadar y las charlas que ahí tendría con ella al crecer. Cosas que ella misma no tuvo con su madre. Park por su parte consideraba la piscina un riesgo al menos en los primeros años por lo que se inclinaba por la otra casa que además tenía más espacio interior; el precio también era un factor a considerar para Él aunque Morgan le restara importancia y en esos días de indecisión apareció otra propiedad en el listado que decidieron ir a ver.
La casa estaba en una excelente ubicación, era espaciosa; la cocina y la distribución de las habitaciones les encantaron; también tenía un jardín muy amplio. El único inconveniente era que requería pintura además de algunas reparaciones menores antes de mudarse y no tenían mucho tiempo. El precio por otro lado era bastante atractivo, así que pasaron parte del día platicando con su agente de bienes raíces. En cierto momento Morgan se levantó a dar una caminata. Mientras andaba por el jardín pudo apreciar lo agradable que era estar ahí a la sombra de aquellos árboles, Le gustó a pesar de no tener piscina. Pensó que podrían construir una más adelante, tal vez poner juegos infantiles o una casita…y de pronto se detuvo. en la esquina más alejada de la casa había una diana de paja algo maltratada tenía una flecha aún inserta "ocho puntos" Pensó "no está mal, pero yo lo haría mejor" el hallazgo la entusiasmó. Si ya estaba sensible últimamente, esto además le trajo recuerdos de glorias pasadas y de su club de tiro, el único lugar donde realmente se había sentido en casa hasta ahora. Se acercó a tratar de retirarla lo que logró con facilidad. Se dio la vuelta con la flecha en mano disponiéndose a regresar, pero Park ya estaba ahí: -Estabas tardando ¿Qué te parece? Dijo él refiriéndose al lugar. Morgan le mostró la flecha en su mano con expresión triunfante y le respondió alegremente: -Es ésta, la encontramos. A lo que Park reaccionó con un gesto desconcertado. Ella se dio cuenta y le explicó: -La casa, ¡me encanta! Se sonrieron mutuamente y regresaron tomados de la mano a comunicarle su decisión al agente.
Si bien el tiempo no estaba de su lado, su equipo del St. Bons sí, tan pronto se corrió la voz sobre la mudanza todos ofrecieron ayuda de alguna forma: El Doctor Andrews les envió a su contratista de confianza y en una semana la casa quedó lista para mudarse. El fin de semana fue feriado así que Kellan llegó desde temprano a ayudar, un rato más tarde aparecieron Lea, Jordan, Asher y Jerome. Los muchachos ayudaron a desembalar y acomodar los muebles más grandes. Las chicas se encargaron de los utensilios, ropa y otros detalles. A media tarde llegaron Lim y el Doctor Glassman con comida y bebidas para todos. -Andrews manda el vino y la tarta. Anunció la jefa poniendo las cosas en la cocina. En seguida, Morgan puso el vino a enfriar, Lim comenzó a pasar los platos con comida y Glassman a repartir bebidas de la hielera. La noche los encontró en amena plática, ya prácticamente instalados. Fue una grata manera de inaugurar su nuevo hogar. A la hora del postre y el vino mientras Park y Kellan instalaban el televisor en la recámara principal la Doctora Lim mandó a la anfitriona a descansar ya que llevaba varias horas en pie. Morgan se resistió pues quería terminar de organizar la cocina -Cuídate Reznick porque si algo te pasa Glassman tendrá que cubrir tu ausencia y lo necesito en el quirófano,. le dijo Lim en un tono de fingida reprimenda ofreciendo una rebanada de tarta. Ella, después de pensar un momento, a regañadientes dejó la caja de utensilios, tomó el postre y se acomodó en el sillón a comerlo. Las mujeres continuaron platicando, comiendo mientras Lim terminó de guardar los cubiertos y utensilios en su lugar. Fue entonces que Lea se dio cuenta: -shhh! Les dijo señalando al sillón donde Morgan se había quedado dormida. Esa fue su indicación para marcharse casi de puntillas no sin antes despedirse de Park que les agradeció toda la ayuda. Él se la quedó viendo un momento, se veía tan a gusto hecha ovillo en el sillón el cabello algo despeinado y su mano acunando el vientre. Era una pena tener que despertarla, pero dejarla pasar la noche ahí habría sido un crimen contra su espalda. Le frotó la mejilla: -Morgan, Es hora de ir a la cama. Ella se despertó ligeramente sobresaltada, se frotó los ojos: - ¿Qué hora es? ¿Dónde están todos?
Park respondió pacientemente. Eran las diez y media de la noche, todos se habían ido una hora antes y eso no era ningún problema. Ella se puso el pijama y se fueron a dormir.
Con el tema de la casa resuelto los desacuerdos seguían y la tensión continuó aumentando conforme se acercaba la fecha. Por un lado, estaba la obstinación de Morgan de trabajar hasta el último momento posible cuando, según él, debería estar más descansada preparándose para la llegada de su hija que estaba ya muy cerca y de nada le valieron los ruegos ya que ella decía sentirse muy bien; Además había optado por una cesárea programada precisamente para evitarse el drama. Estaba decidida a hacer todo lo que pudiera mientras pudiera y al pobre hombre no le quedaba más que tragarse el disgusto, respirar hondo y esperar que todo resultara bien para las dos.
Por otra parte, la decisión de Park de tomarse algunas semanas de licencia; algo que consideraba muy inconveniente ahora que recién había terminado su residencia, tenía molesta a Morgan. No entendía por qué quería pasar semanas enteras junto a una cuna cuando debería estar en el quirófano demostrando lo buen cirujano que era. Era mejor que cualquier anuncio panorámico, "¡Podía ser incluso mejor que Andrews!". le parecía incomprensible.
Finalmente, su obstetra le prescribió reposo en la semana treinta y seis y no le quedó más remedio. Esto le dio cierta tranquilidad a Park, pero no bastó para evitar la discusión de esa noche: -"Instinto de anidamiento es la urgencia de tener todo listo y perfecto para la llegada del bebe, es más común en las madres primerizas…" dijo Park citando el libro que tenía en las manos. Morgan que iba y venía eligiendo lo que había de empacar en su bolso para el hospital: -esas son creencias de abuelas. Le respondió sin voltear, estaba concentrada dividiendo un paquete de pañales entre su bolso y el moisés que había estado en la habitación desde que se mudaron pero que recién ese día tuvo urgencia de arreglar con sábanas limpias y colocarlo a su lado de la cama. El encontró divertido el hecho de que ella no se percatara: -mira, lo dice aquí. Agregó Park ofreciéndole el libro y señalando el párrafo. Esta vez Morgan si volteo, su mirada era dura y había enojo en su voz: - ¿entonces a eso se reduce todo? No es el tiempo que voy a descuidar mi trabajo ni el hecho de que mi carrera quedará en pausa otra vez. ¡Es un simple instinto!. Park se quedó helado. dejó el libro a un lado y le habló haciendo un considerable esfuerzo por mantener la calma - ¿Tu carrera? Serán unas cuantas semanas y pasarán volando cuando la tengamos aquí. Ya verás. Morgan no bajó la guardia un centímetro: -semanas que tú podrías aprovechar mejor en el quirófano, yo tendré que estar aquí de todos modos y sabes que podemos pagar una enfermera pero encontraste la excusa perfecta para frenar tu ascenso. Admite que te da miedo el éxito. Él sabía que eran en parte las hormonas lo que la hacía hablar así pero ya había sido demasiado y también estaba cansado: -así que eso es para ti. ¿Un freno? ¡ADELANTE! Paga una enfermera y regresa a trabajar cuando quieras. Yo ya "abandoné" mucho a Kellan; ¿recuerdas? Esta vez quiero estar presente para mi hija y para ti también. ¿Por qué no mejor admites que esto es un gran cambio y te aterra no estar a la altura? Park le había hablado muy duro y se arrepintió de inmediato: - ¡Lo siento! Morgan se limpió una lágrima con el dorso de la mano, cerró el bolso y se lo echó al hombro -voy a terminar un reporte para Glassman. dijo abandonando la habitación. -No te desveles mucho. Lo alcanzó a escuchar mientras cerraba la puerta.
Tras quince minutos de estar frente a la computadora sintió su vientre ponerse rígido durante unos segundos, se reacomodo en la silla y continuó escribiendo hasta que se repitió la misma sensación, vio el reloj en la pantalla, habían pasado 10 minutos. Entonces tomó su reloj de Ethicure que seguía en el escritorio y puso cronómetro para medir la frecuencia: ocho minutos, terminó el reporte y lo mandó imprimir, siete minutos, organizó las páginas y las puso en una carpeta, seis minutos luego nada. "Braxton Hicks" pensó, cerró la computadora portátil y se encaminó a la cama todavía dándole vueltas a la discusión que habían tenido. ¿Qué clase madre iba a ser si desde ahora le costaba ceder en algo tan básico como descansar?. Se metió en la cama acurrucada de tal modo que daba la espalda a Park. Él seguía despierto y la abrazó: -Perdóname, No debí hablarte así. Ella respondió al tiempo que se giraba en la cama de modo que ahora veía al techo: -tenías razón: Sí tengo miedo. ¿Qué tal si resulto una terrible madre? Park se incorporó sobre el antebrazo y podía verla de perfil. Él sonrió y empezó a enumerar: -León en Guatemala, Cody el fanático de los Red Sox, ¡Daniel Vélez! y creo que me faltan algunos nombres, todos están viviendo su mejor vida porque tú no quitaste el dedo del renglón, fuiste más allá de tus limitaciones por ellos, eso sin conocerlos; Imagina lo que serás capaz de hacer por tu hija. Al decir esto le acarició el vientre con la palma de la mano y el movimiento de la criatura no se hizo esperar. ambos sonrieron. Park continuó hablándole: -Vas a querer estar cerca de ella todo el tiempo y si esta niña saca tu carácter más vale que lo estemos. Morgan rio con ganas y la beba volvió a patear. -! ¡Oye! dijo dirigiéndose a su hija. - ¿lo ves? dijo Park con fingida mortificación. - ¿Podrían no confabularse contra mí? Necesito descansar. dijo ella en el mismo tono de mamá regañona.
Park pensó que le gustaría esta nueva faceta de su novia. se dieron un beso de buenas noches, un te amo y se acomodaron en la cama. en pocos minutos se habían dormido.
El cielo amaneció nublado presagiando mal tiempo: -hoy es el último día, no pasa nada si no vas. yo puedo entregar tu reporte a Glassman. le insistía Park mientras la veía arreglarse como cualquier día de trabajo. -prometo regresar temprano. solo quiero estar cuando llegué el lote de vacunas que pedí y ver que se almacenen debidamente. son muchas; sería una pena que se estropeen. respondió Morgan mientras se encaminaba a la puerta. -Bien, pero yo te llevo. dijo él, sabiendo que era inútil tratar de convencerla. -Ok, regreso en Uber después del almuerzo. respondió ella haciendo voz de adolescente fastidiada. Park solo miro al cielo.
llegaron al hospital a las nueve menos cuarto. dejaron sus cosas en los casilleros y quedaron de verse para almorzar. Morgan se fue a su oficina, habló con el doctor Glassman y le dejó el bendito reporte que parecía más un manual de cómo manejar la clínica en su ausencia. justo cuando se desocupo de ese pendiente llegaron las vacunas; firmó de recibido y pasó la siguiente hora supervisando que quedaran en su lugar correcto y debidamente etiquetadas. Eran las once y salvo por la tormenta que había afuera todo estaba muy tranquilo en el hospital. pensaba que hacer con la hora que le quedaba antes del almuerzo cuando llegó la primera ambulancia, luego siguió otra y dos más. Se activó el código Triage así que Morgan se fue sin dudarlo a la sala de emergencias. Se trataba de un accidente de múltiples vehículos y los pacientes no dejaban de llegar. Fracturas, contusiones, traumatismo craneal, quemaduras fueron todos atendidos y derivados a los departamentos correspondientes. Eran las tres de la tarde cuando entró el último paciente, la doctora Lim se le adelantó: -yo me encargo. Ya te puedes ir. En otras circunstancias Morgan habría peleado por quedarse pero ahora estaba muy cansada, no aguantaba la espalda, los pies la estaban matando y el reposo que tanto le recomendaba Park, de pronto le parecía una gran. idea. no veía la hora de estar en su casa, pero tendría que esperar a que pasara la tormenta.
Park llevaba el día entero en el quirófano, un paciente tras otro, ya eran cuatro cirugías con apenas algunos breves recesos. -Es una esplenectomía. Dijo Lim enviando un paciente más al quirófano. -Yo puedo entrar. Dijo Park secando sus manos recién lavadas. Lo vio no muy convencida, ya eran muchas horas, pero realmente no había nadie más disponible en ese momento así que accedió y el doctor Park fue a alistarse para entrar nuevamente.
En la sala de médicos Shaun trataba de estudiar un caso mientras Morgan le comentaba desde el sillón más cercano por lo que no podía concentrarse. Después de un rato volteo a verla con los hombros algo encogidos como hacía siempre que algo le abrumaba: -Puedo escucharte Respirar. cada cinco minutos, el volumen de tu respiración aumenta durante unos treinta segundos. Estás teniendo contracciones. No fue una pregunta. Tampoco es que ella no lo hubiera notado antes pero oírlo de la boca "sin filtro" de Shaun la asustaba un poco -Son pródromos, estaré bien cuando pueda ir a recostarme Respondió Morgan con aplomo. En ese momento apareció Lea -Ahora te puedo llevar a casa. Le dijo entrando en la sala. La doctora Reznick sonrió aliviada. ya podría irse a descansar y sobre todo zafarse de esa conversación incómoda con Shaun. se levantó tan rápido como le era posible y sintió un líquido tibio mojar sus pantalones, volteo hacia abajo y comprendió lo que estaba ocurriendo. lo único que atino a decir fue: - debo avisar a Park. sacando el teléfono del bolsillo para llamarlo. -Definitivamente tendrás un bebe hoy. dijo Shaun volviendo otra vez al caso de estudio. era como si lo que acababa de ocurrir le hubiera dado una solución porque empezó a dibujar diagramas en el aire. Mientras tanto Lea ya había pedido a gritos una silla de ruedas, la enfermera Hawkes llegó y ayudó a Morgan a sentarse a pesar de su insistencia en que podía caminar. -lo siento doctora, ya conoce las reglas del hospital. Todo esto ocurrió en un par de minutos, ella aun no lograba comunicarse con Park. -Está bien, voy contigo. le dijo Lea -Shaunie, tu ve a buscarlo! le gritó alejándose por el pasillo. Shaun se llevó las manos hasta casi tocar sus orejas, titubeó un segundo y al final se llevó su tableta con él. iba casi corriendo por el pasillo sin prestar mucha atención hasta que chocó con alguien. se llevó las manos con todo y tableta a la cara y apretó los ojos. -Doctor Murphy que te pasa? era la Doctora Lim. él se disculpó: Perdón, es que debo encontrar a Park. La doctora seguía sin entender la urgencia. él siguió explicando, su voz una octava más arriba: la doctora Reznick tendrá al bebé, Lea está con ella en la sala de maternidad. Yo debo avisar a Park. A Lim no le pareció prudente que Shaun se lo dijera así a bocajarro en medio de una cirugía. -Yo le aviso, tu prepárate para entrar en su lugar. Shaun se sentía mucho mejor operando que dando noticias delicadas así que obedeció alegremente. La Doctora Lim entró al quirófano seguida de Shaun. -Park, necesito que salgas. El doctor Murphy entrará en tu lugar. Park continuó ahí mismo. -No es necesario, te dije que estoy bien. La doctora entonces fue más directa. - ¡Doctor Park! debes ir a Maternidad ¡ahora! Él tardó unos segundos en reaccionar: - ¿Morgan? La doctora Lim asintió mirándolo a los ojos: - ¡Ve!. Le entregó el bisturí a Shaun y salió a toda prisa. llegó en tiempo récord a donde estaba su novia.
El rítmico sonido de los monitores llenaba la habitación, - ¿Qué pasó? Le dijo acercándose, La vio primero a ella, tenía buen semblante e incluso ánimo de bromear: -Alguien con mucha prisa eligió el día más caótico para nacer. Habría continuado pero su dolor de espalda se hacía más incómodo en cada contracción aunque hacía buen trabajo soportando, era claro que lo estaba pasando mal - ¿Que te dijo la Doctora García? preguntó Park junto con otro montón de preguntas que le surgieron al verla así. Cuando la contracción hubo pasado y Morgan fue capaz de volver a respirar normalmente le explicó: -García está en Las Vegas en una conferencia, el obstetra de guardia está saturado de trabajo y yo sigo esperando la maldita epidural. En ese momento entró la enfermera seguida por el anestesiólogo. lo que fue un gran alivio; le colocaron el catéter y el medicamento que no debía tardar en surtir efecto. -La buena noticia dijo la Enfermera dirigiéndose a Park. -es que la madre y él bebe están tolerando perfectamente y progresan rápido. Morgan puso una cara de "debes estar bromeando" -regresaré en una hora. Dicho esto, abandonó la habitación dejándolos con la certeza de lo que ya se imaginaban: no habría cesárea, la verdad ya daba igual. lo único que querían era que su hija llegara sana.
La anestesia había hecho efecto así que estaban solo pasando el tiempo, viendo televisión y platicando cosas simples, como que el bolso del hospital de Morgan seguía en casa, en el maletero del coche. la tormenta continuaba y se escuchó un estruendo: -la luz parpadea. diles que prendan los generadores. dijo Morgan arrastrando un poco las palabras. - la luz está bien. respondió Park que volteo a hacia la lámpara en el techo luego a verla a ella otra vez: - ¡Morgan!. Estaba inconsciente; las alarmas de los monitores sonaban todas a la vez. Él bajó el respaldo de la cama, La misma enfermera entró apresurada a administrar sulfato de magnesio en la intravenosa. - Es efecto de la anestesia ya debe pasar. Musitó mientras veía el monitor esperando que la presión sanguínea se recuperara, pero no hubo cambio y administró una segunda dosis. Fueron solo segundos en los que Park no dejó de tener la mirada puesta en el rostro de Morgan que empezó adquirir un alarmante todo azulado alrededor de la boca "esto no está funcionando" pensó. Sacó un par de guantes del carrito y un otoscopio; le inclinó la cara. mientras hacía esto no paraba de hablarle en voz baja: -Quédate conmigo, no te vayas, La enfermera lo asistió para colocar el tubo y la conectaron a un ventilador. Durante los minutos que duró el procedimiento la única constante fue el sonido del monitor fetal. Park nunca dejó de escuchar los latidos de su bebé fue lo único que lo mantuvo en calma durante toda esa locura. Otra enfermera entró para informarles que el obstetra de guardia demoraría otros quince minutos en poder atenderla. No contaban con ese tiempo. El doctor Park dio la orden de prepararla y todos corrieron al quirófano. "esta es solo otra cesárea como las muchas que asististe en las rotaciones" se repetía mentalmente mientras se lavaba las manos. -Déjame a mi Park. le dijo Claire Browne parada a su lado en uniforme y con las manos ya lavadas. él no entendía qué hacía ella en San José ni por qué estaba ahí, parecía todo tan irreal. - ¿Claire? fue lo único que se le ocurrió decir. no fue difícil convencerlo. entraron los dos y Ella realizó la cesárea que tuvo que ser muy rápida: -retractor, succión… !ya la tengo!, por la urgencia ella misma cortó el cordón, y la entregó al neonatólogo que de inmediato le limpió las vías respiratorias. Provocando un llanto que llenó el quirófano. - ¡está respirando Park! ¡Esta Perfecta!. gritó Claire emocionada. Todos festejaron por un momento. El permaneció todo el tiempo junto a Morgan pendiente de los signos vitales que volvieron a caer estrepitosamente. -diez unidades de oxitocina!, ¡Succión!. Ordenaba Claire que logró controlar la hemorragia luego comenzó a cerrar. -ha perdido mucha sangre se oyó decir a alguien más. Claire ordenó la transfusión. Un par de horas más tarde había salido del quirófano, pero aún no estaba fuera de peligro. La habían llevado a Terapia intensiva, conectada al ventilador, un catéter cardio pulmonar le administraba medicamentos para ayudar a su corazón a recuperarse y aún estaba recibiendo transfusión de sangre. Su pronóstico era reservado y ni siquiera había podido conocer a su hija. Park estaba en el sillón junto a la cama con la cabeza entre las manos, se sentía devastado.
Todos fueron llegando poco a poco, a brindar apoyo de diferentes maneras. Cuando Glassman entró en la habitación lo saludó. él devolvió el saludo, pero no se molestó en ponerse de pie. -Fue heroico lo que hiciste hoy, por ambas. Le dio una palmada en el hombro. -Aún no podemos cantar victoria. Fue la respuesta sin emoción de Park. - ¿Ya fuiste a ver a tu hija? Continúo preguntando el doctor Glassman. Otra vez la respuesta fue una negación con la cabeza. - ¿Por qué no vas? Yo me quedaré aquí hasta que regreses. -Gracias. Dijo Park saliendo de la habitación. Caminó despacio hacia los cuneros. La verdad era que no sabía cómo hacer esto. no era así como había imaginado conocer a su hija. ¿Qué iba a pasar si Morgan no despertaba? ¿Cómo iba a cuidarla solo? Debería ser un momento feliz, en cambio sentía temor. Temor y a la vez vergüenza de pensar que hace menos de veinticuatro horas había peleado con Morgan por ella y ahora se sentía incapaz de verla. Al pasar junto al barandal pensó lo que Morgan le diría si pudiera hablarle; Entonces comprendió todo: seguramente lo reprendería (con toda razón) y lo enviaría a hacer frente a sus miedos. como había hecho antes. ¿Además, si ella estaba viva y luchando porque él no iba a hacerlo? Se armó de valor para entrar a la sala de neonatos y fue buscando entre las cunitas hasta encontrarla. En la tarjeta color rosa se leía: "bebé Reznick, 6 libras 2 onzas y hora de su nacimiento" Al acercarse se encontró con una criatura que movía piernas y brazos resistiendo a cada cosa que el enfermero hacía y que lloró cuando la alzó de la camilla. -Llegas a tiempo. Estoy a punto de darle de comer. ¿Quieres hacerlo tú? Le dijo El enfermero Jerome señalando la botella de fórmula en la mesita. Park, que estaba embelesado con la niña, apenas volteo a ver al enfermero y asintió con la cabeza. Jerome entonces la envolvió bien le acomodó los cables y aditamentos y se la puso en los brazos. la sensación de sostener a su hija por primera vez era tan nueva y a la vez tan familiar, la acercó a su pecho Comenzó a hablarle bajito y el llanto se fue calmando. Le ofreció la botella de fórmula y continuó hablándole; el llanto cesó completamente y procedió a tomar poco más de media botella mientras Park no dejaba de admirar sus pequeñas manos y sus ojitos que sin duda eran los de Él. por lo demás era muy pronto para notar parecidos. Deseo tremendamente que Morgan despertara. Entonces vio el reloj, había pasado más de una hora y debía volver. entregó a la niña a una enfermera, la vio colocarla en la cuna y se fue de ahí con sentimientos encontrados: feliz de verla tan bien a pesar de las condiciones en que nació y triste de tener que dejarla cuando lo que quería era llevarla junto a su mama.
Park regresó con Morgan y sentado a su lado se puso a contarle de su hija, de lo fuerte y linda que era. de cómo le había dado su primera botella. Ella siguió sin despertar, pero al menos sus signos vitales se mantenían estables, el segundo día su frecuencia cardiaca había mejorado notablemente y se mantuvo así durante todo el día. Mientras Park iba cada tres horas a alimentar a su bebe con el apoyo de amigos y compañeros que se turnaban para estar ahí, para llevarle comida y hasta ropa limpia puesto que él no salió del hospital en ningún momento. al mediodía del tercer día. estaba dormitando junto a la cama de Morgan cuando un gemido lo sobresaltó. Volteo para verla. ella abrió un poco los ojos, estaba despertando! presionó el botón y de inmediato se presentó el Doctor Glassman para revisar. Ella trató de hablar, pero el tubo se lo impedía. Una enfermera le ajustó el respaldo de la cama, el doctor le dio una libreta y bolígrafo. escribió una sola palabra, Tres letras "Meg" Park lo leyó y sonrió aliviado. Era el nombre de su hija. Por la noche se encontraba mucho mejor el ventilador fue sustituido por una cánula y ahora podía hablar, aunque con dificultad. Por su parte Megan ya no necesitaba sonda de alimentación ni oxígeno suplementario y pudo ir a conocer a su mamá. Una enfermera entró en la habitación llevando la cunita de acrílico. la colocó cerca de la cama. Park tomó a la niña en brazos y se la entregó a Morgan. Que la veía con asombro, le revisó las manos y los piecitos, le acarició la nariz. luego volvió a ver a su novio acurrucado junto a ellas: - ¿Qué pasó? Él respiró hondo y se aclaró la garganta antes de responderle. -embolismo amniótico. ¡Por poco te perdemos! Yo iba a hacer la cesárea, pero Claire llegó. Hizo una pausa para calmarse. No era fácil hablar de eso. - ¿y Megan? Preguntó Morgan temerosa sabiendo las posibles complicaciones. -llámalo un milagro, pero su corazón nunca dejó de latir a pesar de tu situación. y lloró al nacer. Tres horas después tomó su primera botella y desde entonces la he alimentado cada tres horas. Le dio todos los detalles médicos mientras ella veía a uno y a otro con ojos de amor.
Dos días más transcurrieron y ambas estuvieron listas para ir a casa. Por la mañana mientras Park se ocupaba de los trámites del alta. Claire pasó a visitar a Morgan - ¡Qué bueno que ya estás mejor, no vuelvas a asustarme así! Le dijo emocionada inclinándose sobre la cama para abrazarla. -Gracias a ti. le respondió casi en un susurro, pero con la misma emoción. Claire entonces le dio las indicaciones postoperatorias; un mero trámite porque ambas las sabían de memoria. Luego vino la plática. -Pero ¿tú qué haces aquí y por qué no me avisaste que venias? Le reprochó Morgan juguetonamente. Claire arqueó una ceja fingiendo indignación mientras ayudaba a vestir a Megan - ¡Claro me ibas a invitar una copa! La otra le hizo una mueca. Parecían dos hermanas peleando. En ese momento entró Park con una carpeta en la mano. Saludó a Claire con un abrazo y le reiteró su agradecimiento. - ¿Entonces a qué debemos tu visita? Preguntó. La morena sonrió. -Vine a una Fiesta. En realidad, era una sorpresa para ustedes. al final salimos sorprendidos ¿Cierto Megan? dijo volteando a ver a la beba en sus brazos. -bueno aquí tienes otra sorpresa. - le dijo Park mostrándole el certificado de nacimiento de quien originalmente sería Megan Reznick. en el papel se leía: Megan Claire Park. y aunque Él desde el comienzo dijo que no tenía problema con que la niña no llevara su apellido, en ese momento era difícil para Morgan decir quién de los dos lucía más feliz con el nombre.
Llegó la hora de dejar el hospital. estar finalmente en su casa fue muy agradable. encontrar la pila de regalos que debieron recibir en la fiesta y el refrigerador lleno de comida fue aún más agradable. pero lo mejor fue llegar a su habitación ponerse la pijama más cómoda y meterse en la cama todo el día, tener contacto piel a piel con su bebe, verla dormir, comer y disfrutarse mutuamente ahora como una familia.
