Apresurarse
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡COMPRAS!- el grito resonó por las paredes del shoping, y Sora enseguida se vio arrastrada de un lado por Mimí y del otro por Miyako, ambas como desesperadas corriendo por las tiendas, casi sin tiempo para parar a observar vidrieras.
Soltó un suspiro resignado. No era como que no supiera que eso iba a pasar... ahora, en parte, se arrepentía de haber aceptado salir con sus amigas... pero después de todo, había sido idea suya, necesitaba despejarse y sabía que comprar y hablar de trivialidades con sus queridas amigas era lo mejor... así que tenía que poner su mejor sonrisa y A COMPRAR!
-Pero en resumen, Sora- preguntó la estadounidense, mientras tomaba un refresco sentada en una de las bancas de madera- que es lo que buscas?- la pelirroja sonrió ante la pregunta. A su lado se observaban bolsas y más bolsas de diferentes marcas, y Miyako venía trayendo otras tres. Lo cierto era que ya había maltratado bastante a su tarjeta de crédito como para que recién ahora viniera a preguntar eso..
-En realidad... – empezó, pero fue interrumpida por Inoue.
-¡¡¡ALLÁ HAY UNA TIENDA NUEVA DE VESTIDOS DE FIESTA! ¡¡¡OFERTA!- gritó, saltando como desesperada, acto que enseguida imitó Tachikawa y, abrazadas, comenzaron a saltar alrededor del asiento.
-Que he hecho?- se preguntó Sora, mientras le salía una gotita al mejor estilo anime y reposaba su cara sobre una mano, con aspecto derrotado.
-ESTE ESTE ESTEEEEEEEEEEEEEEEE!- gritó Miyako, agarrando un vestido largo azul, terminado en pico y con la espalda descubierta.
-NO, ESTE ES MÁS LINDO!- respondió Mimí, tan emocionada como su amiga, sosteniendo uno igual pero en rojo.
-Pero a Sora el azul le combina con sus ojos!- espetó.- En cambio, el rojo la haría parecer como si fuera toda una, como si siguiera de largo!
-Mmh... – Tachikawa meditó la cuestión.- Entonces este!- y sacó uno en verde.
-SI ESE!- gritó Inoue, y corrieron a levantar a Sora, quien a duras penas (por los gritos de sus amigas) dormitaba sobre un sillón.- PRUÉBATELO PRUÉBATELO PRUÉBATELOOOOOOOOOOOOOOOOO!- gritaron, asombrando a las vendedoras y a las personas que trataban de comprar algo.
-Pero no necesito un vestido...- murmuró.- Además, por hoy ya he comprado demasiado...
-Pero Sora! Solo hace cuatro horas que estamos comprando!- lloriqueó Mimí.
-Te va a quedar re lindo! Por favor, solo probátelo...- Takenouchi soltó un suspiro pero, como siempre, sucumbió a los ruegos de sus amigas y avanzó hacia el probador.
-Mmh... – murmuraron ambas, al verla salir. Sora rezaba por que no le den su aprobación, la verdad era que el vestido no le gustaba para nada, y tampoco creía necesitarlo.- Mmh...- continuaron- A ver Sora, da una vueltita- pidió Mimí. Suspirando, hizo lo que le pedían. Acto seguido ambas chicas se miraron y comenzaron a cuchichear entre ellas. – Ya venimos!- gritaron, y se alejaron a todo correr.
Sora se recostó contra la pared del probador y acarició el vestido. No lo quería... pero que estaba haciendo? Que era eso de salir de compras con sus amigas? Si ya sabía como eran... y además no buscaba nada en especial... la verdad es que solo había estado pensando en pasar un buen rato... los últimos tiempos habían sido de lo peor, con todo el problema con Ken y Yamato, y encima había descuidado sus estudios... y en vez de ponerse a trabajar en diseños propios, estaba en un inmenso complejo departamental mirando diseños ajenos...
¿En que se había convertido su vida? En un desastre... y todo por culpa suya y nada más que suya, no había a quien culpar. Se había portado mal, habían jugado con sus sentimientos y había devuelto con la misma moneda en camino equivocado, para volver a recibir lo mismo... tenía miedo de que se convirtiera en una rueda sin principio ni final, seguir cometiendo los mismos errores, no aprender, volver a recibir lo mismo y seguir lastimando a personas a las cuales quería...
Pero no había que ser tan fatalista, a la larga todo pasaba por alguna razón, y las cosas siempre salían como tenían que salir...
-Este va a quedarte PRE-CIO-SOOO!- gritó Tachikawa. Sora solo pudo observar y preguntarse a cual del montón de vestidos se refería...
-Ese realza tus cabellos... – murmuró Miyako, arreglándole algunas arrugas.
-Pero Sora es muy pálida para un color tan clarito... – dijo la otra. El vestido en cuestión era de un color ocre, casi cremita muy muy clarito, por arriba de las rodillas y sujeto a sus hombros por dos finas tiras del mismo color. En la cintura tenía una delgada faja que caía en graciosas cintas. Se ajustaba perfectamente a su cuerpo, pero Sora tuvo que admitir que coincidía con su mejor amiga.
-Y este?- Miyako levantó un largo vestido negro de satén, sin espalda y con cuello.
-Eso no!- dijo Sora, de repente escandalizada de que la obligaran a ponerse eso. Ambas chicas la miraron extrañadas.
-Por que no, Sorita?- preguntó su mejor amiga.
-Es que... el satén, y... con ese cuello...! Este vestido está deformado, debería... – y arrancándoselo de las manos, lo apoyó sobre unos mullidos sillones- debería venir por acá... doblar acá... – lentamente comenzó a pasar su dedo por los lugares donde pensaba debería haber sido cortado ese vestido para que tuviera clase, elegancia – esto no debería estar... esto abulta las caderas en demasía... y por acá... – sus amigas la miraban absortas, lo cierto es que el vestido que estaba diseñando Sora en esos momentos para ellas se veía excelente. Sabían que tenía talento, pero no pensaron que fuera tanto, realmente... – Acá habría que cambiar la tela y ponerle un forro... tal vez algunos apliques en plateado... y... – Takenouchi levantó el vestido y lo observó detenidamente.- En resumidas cuentas, no sé quien hizo esto pero es un trabajo desastroso. No sé si vale la pena ni para reciclar la tela... – y lo dejó caer.
Sus amigas la observaron unos momentos más.
-Clap... clap... clap...- el sonido de palmas las hizo girar, extrañadas. Tras ellas había un hombre joven, tal vez entre los 30 y los 35 años, vestido con jeans ajustados y un saco gris. Tenía largos cabellos rubios y profundos ojos verdes, y a pesar del bache de edad que los separaba, los ojos de Miyako ya se veían soñadores. – Magnífico... magnífico... – al abrir la boca y comenzar a caminar hacia ellos, los soñadores ojos de su amiga cambiaron por una triste mirada de decepción. – Tengo que admitir que tiene talento, Señorita...?
-Sora. Takenouchi Sora.- se apresuró a decir Mimí, al ver que su amiga no parecía reaccionar y se encontraba mirando fijamente a ese hombre, con una expresión un poco diferente a la de Inoue pero que sin embargo no se apartaba demasiado.
-Señorita Takenouchi- se corrigió.
-Disculpe, es Usted ...?- pero antes de que la pelirroja terminara su pregunta, él había sacado una tarjeta del bolsillo de su saco.
-Mi compañía siempre está dispuesta a recibir nuevas ideas, mi querida Sora... piénsalo.- Dicho esto le entregó la tarjeta. Sora lo observó hasta que se perdió en una de las puertas del personal, y luego bajó la vista. Sus amigas ya conversaban sobre lo apuesto que era, y cosas por el estilo.
-¡¿DOMINIC HANAGAWA!- gritó Sora, sorprendiendo a sus amigas, quienes la miraron sin comprender. - ¡Dominic Hanagawa!- repitió. - ¡Oh por Dios, no puedo creerlo! ¡DOMINIC HANAGAWA! – repitió. Ambas chicas la miraban extrañadas, y su extrañeza fue aún mayor cuando comenzó a abanicarse.- Tengo que tomar algo YA, por favor! – y se alejó de la tienda.
-Sora!- la llamó Yolei, pero su amiga no contestó. Y se alejó con el vestido color crema puesto, dejando olvidadas sus pertenencias. Hizo una seña con la cabeza a la castaña y se apresuraron a pagarlo, para luego recoger sus cosas y salir tras ella.
-¡Dominic Hanagawa!- seguía repitiendo Sora sin cesar, y sin prestar atención a sus amigas, que no entendían nada de lo que pasaba y temían interrumpir, así que se largaban miradas inquisitorias sin que ella lo notara.- Dominic Hanagawa!
-Disculpa Sora, pero quien es Dominic Hanagawa?- preguntó rápidamente Mimí, temiendo acobardarse a mitad de la pregunta. Al parecer, al escuchar ese nombre de otra boca fue recién cuando Sora pudo reaccionar y prestar atención a las chicas.
-Dominic Hangaawa!- volvió a decir.- ¿Es que no saben quien es? Es... Dominic Hanagawa!
Ambas chicas la observaron detenidamente, una gota cayendo de sus cabezas. Tal vez la fatiga le había afectado el cerebro...
-Creo que eso ya nos había quedado claro... – susurró Miyako.
-Si si, pero es que... como no saben quien es Dominc Hanagawa? Él es... todo!
Lo que en un principio eran miradas de duda, ahora se convirtieron en serias miradas de terror. Al parecer, tantas horas de compras habían afectado a su amiga...
-Sora... podrías explicarte mejor?- preguntó Miyako, seriamente.
-Si si, enseguida... un licuado de coco con leche por favor... – pidió haciendo una seña a la moza que se acercaba. Recién en ese momento se dieron cuenta de que se encontraban en un café, y se apresuraron a hacer sus pedidos, esperando con ansias la explicación de su amiga. – Pues verán- comenzó, luego de haber dado un largo sorbo a su licuado- Dominic Hanagawa es un reconocido estilista, decorador y, lo que nos importa, diseñador.
Sus amigas la miraron extrañadas. Esa era toda la historia?
-Creo que no me explico- agregó, ante las miradas cuestionantes de ellas. Ambas asintieron. – Bien, Dominic Hanagawa no es un diseñador cualquiera. Es el mejor.- Las miradas de sus amigas no cambiaron en lo más mínimo. - ¿Es que no lo entienden?- preguntó, extrañada.
-Mira Sora, lo siento mucho y sé que vos sos la que está estudiando diseño y todo eso, pero- dijo Mimí, sacándole los anteojos a Miyako y adoptando una apariencia intelectual- lamento mucho decirte que en todos estos años de compras, creo que en eso te supero, - aclaró- nunca oí hablar de este... Dominic Hanagawa... – imposible para ella ahora olvidar su nombre... la respuesta de Sora comenzó con una cálida sonrisa.
-Esa cartera que llevas puesta- dijo, señalándola- es obra de Dominic Hanagawa.
-No no no Sora- se apresuró a agregar, con una sonrisa de autosuficiencia-. Esta cartera es obra de Calvin Klein. De ninguna manera puede ser de nuestro querido... Dominic Hanagawa...
-Dominic Hanagawa es el director de ventas de Calvin Klein.- Tachikawa dejó asomar una mirada de asombro antes de proseguir.
-De todas formas, eso no dice que sea él quien la diseñó...
-Dominic Hanagawa está en todos lados- dijo, aún sonriendo-. Todas las marcas famosas que conoces consultan con él, todos los artistas, las cadenas de tiendas... todo lo maneja Dominic Hanagawa, de cierto forma, él es quien maneja la moda!- sus amigas pudieron apreciar como los ojos de Sora brillaban mientras decía todo esto, parecía estar realmente emocionada. Y era lindo verla así, después de todo lo que había sufrido...
-O sea Sora, -le quitó sus anteojos a Tachikawa- suponiendo que este Dominic Hanagawa sea quien tu dices, eso quiere decir que... –dejó la frase inconclusa.
-Si!- casi gritó Sora, emocionada-. Si cuando termino mis estudios me acepta, entonces...
-Tenes el futuro asegurado!- gritaron ambas, tan emocionadas como Takenouchi, y contentas comenzaron a brindar y a gritar.
-Un momento!- gritó de repente Mimí, sorprendiendo a ambas y parando la alegría.- ¿cómo es posible que nunca haya escuchado hablar de tu tan famoso Dominic Hanagawa?- preguntó, adquiriendo una mirada inquisitoria, que se apresuró a imitar Inoue. Esta vez fue Sora quien adoptó la sonrisa de autosuficiencia.
-La fama de Dominic Hanagawa reside en eso: poca gente sabe de su existencia, solo gente del medio, gente que está en el tema... ellos sí que saben quien es y están al tanto de todo lo que diga o piense... y a su manera, influye en todos nosotros. No estarías usando ahora ese jean de tiro bajo ni ese buzo chocolate y celeste si Dominic Hanagawa no hubiera pensado alguna vez que era lo que estaba a la moda...
-Mmh... – dijo, pensativa. Pero no agregó nada más, y pudieron continuar con su aperitivo por varios minutos más en silencio.
-PERO ES GAY!- gritó de repente Miyako, sorprendiendo no solo a sus amigas sino también a gente de las mesas circundantes, que giraron a verla asombrados. Pasados los primeros momentos de confusión, las tres comenzaron a reír estrepitosamente, y al fin se relajaron.
-Si, es cierto- admitió Sora.- Es lo que se dice, al menos.
-Pero bueno, últimamente quien no es gay?- agregó Mimí, tratando de conforta a su amiga. Tarde se dio cuenta de su error. Tragando saliva, ambas chicas giraron a mirar a Sora, quien solo sonreía débilmente y miraba al piso. Levantó la vista y dirigió su débil sonrisa a ellas, pero enseguida volvió a bajarla. – Lo siento Sora, yo... – comenzó Mimí, pero por primera vez en su vida se quedó sin palabras.
-Esta bien, de todas formas... – pero la voz se le cortó y no pudo continuar. Agachó la cabeza y se tapó la cara con los brazos.
-Por favor, no te hagas esto... – murmuró Mimí, y agarró una de las manos de su mejor amiga, obligándola a que levantara la vista y las mirara. Y así lo hizo, pero luego la dirigió a su cartera y, soltando su mano, sacó un paquete de cigarrillos.
-SORA!- gritó Miyako, y se los arrebató. Nuevamente eran centro de todas las miradas. – Pensé que lo habías dejado!- dijo, bajando la voz pero aún enojada.
-Y lo había hecho... – susurró débilmente.
-Quién es? Ken o Matt?- preguntó Mimí, observando el casi vacío paquete. – Tomen- dijo, entregándoselo a dos adolescentes que pasaban por ahí.
-No fumamos... gracias- dijeron, y arrojaron el paquete a la basura. Mimí y Miyako, con su mirada, lograron que Sora volviera a bajar la cara, esta vez avergonzada.
-Y bien?- sonaba enojada, y al cruzar ojos con Sora, esta pudo notarlo por sí sola. – Ken o Yamato?
Y Sora contó todo. Todo lo que había sucedido desde el día en que habló con Yamato, lo que pasó ese día que salieron, en su departamento... y luego, cuando volvieron y encontraron a Ken... y lo que se habían dicho, lo que habían sentido, como habían reaccionado, las sorpresas que les tenía preparado el destino... y esa última imagen de él yéndose, enojado, molesto, cansado, arrepentido... aún no podía deducirlo... las lágrimas corrieron por sus mejillas, y sus amigas se apresuraron a limpiárselas, a sentarse junto a ella, a abrazarla y reconfortarla... pero en realidad, que podía decirse en una situación así?... Sora tenía el corazón destrozado, y con razón, sería muy difícil curarla... y para colmo, siendo como era ella, no hacía más que echarse la culpa, y eso no la ayudaba en lo más mínimo... y no era su culpa, como le aclaró Mimí, esas cosas pasaban... el amor tenía una extraña manera de jugar con las personas, y tendría que sufrir antes de conseguir el verdadero Amor... sonaba extraño explicárselo a la portadora de esa cresta, no?...
-Pero Sora... lo más importante es que no te dejes caer por esto... sos una chica hermosa, con mucho potencial para el mundo... no dejes que los hombres te pierdan... – dijo Miyako, abrazándola- no dejes que Ken te pierda... – agregó, mirándola a los ojos y sonriéndole.
-O sea... no dejes que Matt te pierda, habrás querido decir- dijo rápidamente Mimí, asesinando a Inoue con la mirada.
-Creo haber dicho Ken... y a eso me refería... – devolviéndole la mirada. Estaban matándose mutuamente, y Sora tuvo que interceder antes de que pasaran a mayores.
-Chicas, yo...
-No Sora, Yolei tiene razón- dijo Mimí, sin apartar la mirada de la ya nombrada-. No puedes dejar que los hombres pierdan a una joya como vos... me inclinaría a decir que no debes dejar que Yamato 'Matt' Ishida te pierda, pero por lo visto nuestra querida amiga acá presente es de otra opinión...
-Yo opino- se apresuró a decir Miyako- que tenés que volver con Ken... por que aunque él haya sido un cobarde y te haya mentido, todo esto empezó con él, no te hubieras metido con Yamato si Ken no hubiera inventado eso... y su historia nunca habría existido, y aún estarías con Ken...
-Mi querida amiga dio en la tecla.- La interrumpió Mimí, apenas tuvo la oportunidad.- Tu novio te MINTIÓ. Traicionó tu confianza, no fue lo suficientemente... HOMBRE... por no ofenderlo- agregó en voz baja- como para ir de frente y... pedirte un tiempo o lo que haya querido...
-Ya conocemos a Ken... – esta vez fue Inoue quien interrumpió- es... bueno, después de todo su tema como Digimon Kaizer- bajó la voz, y las tres se juntaron más, aunque aún no rompía la mirada con Tachikawa- quedó... inseguro... dolido, con sus traumas... creo que eso Sora lo sabe mejor que nadie- asintió, aunque sin sentido por que ninguna estaba mirándola. – Y no debe querer seguir lastimando a las personas que quiere...
-Y por eso volvemos a Yamato... él nunca te mentiría Sora... afrontaría las cosas... y aunque Ken haya querido hacerlo por tu bien, al final te lastimó más. O me equivoco?- tuvo que asentir, aún contra su voluntad-. Y Matt, nunca haría algo así... iría de frente, y trataría de no lastimarte... no olvidemos que su cresta es la de amistad...
-Y Ken tiene la cresta de la bondad, a que va eso?... Sora, Ken te necesita... es inseguro y está mal, necesita de alguien como vos, alguien que pueda cuidarlo, apoyarlo, ayudarlo...
-Sora, no tenés que ser niñera de nadie... es mejor alguien como Matt, que no necesita que lo cuiden, pero es un lobo solitario y necesita Amor... un Amor que solo vos podes darle...
-Ken también necesita de tu Amor... de alguien que pueda ayudarlo a salir de su caparazón, para que olvide su pasado y se de cuenta de que no fue culpa suya, que estaba siendo manipulado por fuerzas mayores, que no le echamos la culpa y lo perdonamos...
-¡Y POR QUE NO LO HACES VOS!- gritó Mimí. Con esto la guerra de miradas que habían mantenido se cortó, Miyako se resbaló de la silla y Sora levantó la vista, pensando que su amiga se había vuelto loca.- Bien te gustaría, cierto?- dijo, enojada, MUY enojada.
-Eh... de que hablas?- preguntó, ubicándose nuevamente en su lugar. Estaba nerviosa.
-Todos sabemos que te gusta Ken. Siempre lo hemos sabido.- La maldad y el reproche que reflejaban los ojos de Tachikawa eran impresionantes. Yolei estaba más que nerviosa, y Sora parecía no entender del todo la situación. – Nunca lo olvidaste, ese amor de adolescencia que tuvieron... y ahora, sabes que la mejor manera de recuperarlo, es logrando que se olvide para siempre de Sora... y que mejor manera de lograrlo que haciendo que vuelvan y luego se den cuenta que no son el uno para el otro...
-Mimí, creo que... – trató de interrumpir Sora, pero la mecha ya estaba prendida.
-Siento mucho bajarte de tus... delirios cósmicos, mi querida Mimí... pero todo eso que estás diciendo no tiene nada de sentido. – Estaba seria, y mantenía la mirada sin titubear. Lo anterior, ahora no parecía más que un juego entre amigas.- Es cierto que una vez quise mucho a Ken, y tuvimos una relación, y fuimos felices... pero lo nuestro no pudo ser y lo terminamos por las buenas, seguimos siendo amigos y felices. Cuando él empezó a sentir cosas por Sora fui la primera en enterarse y la primera en ayudarlo a declararse. Yo hice de espía con Sora – la nombrada levantó una ceja asombrada- para ver si ella sentía algo, yo estuve cada vez que tuvieron problemas para darle un hombro, YO. Por que soy su AMIGA, y es cierto que lo quiero, y capaz nunca lo olvide, pero es por que fue mi primer AMOR, y dicen que nunca se olvida... – hizo una pausa unos segundos, al parecer recordando esas épocas-. Pero exactamente por eso y por mucho más, me parece una tontería lo que dices. Yo querer volver con Ken? Prefiero tenerlo como mi amor platónico, a volver con él... no tenemos futuro, en cambio creo que Sora... podría ser lo que necesita...
-Lo siento, Yolei... – dijo Mimí, arrepentida.- No quería lastimarte, en serio... me fui de boca, es que... lo siento!- gritó. Miyako sonrió, y luego de unos segundos la abrazó.
-Esta bien... estás perdonada... aunque en parte... creo que algo de razón tenías... – suspiró-. Quiero a Ken... y muchas veces soñé con una reconciliación... pero... – tomó aire, para evitar que las lágrimas salieran. – No es nuestro destino... yo no puedo cuidar de él como Sora puede hacerlo... es lo mejor para él... – unas solitarias lágrimas, que se apresuró a limpiar, cayeron por sus mejillas sonrojadas.
El silencio se hizo presente, y por unos momentos, Mimí y Sora observaron con pena a Miyako, que luchaba por que las lágrimas no salieran.
-Yo... no lo sabía- habló por fin Sora.- No tenía idea de que aún sintieras eso por Ken... si lo hubiera sabido, yo...
-No Sora- la paró Inoue.- A mi no me molesta... creo que es lo mejor para él... y sé que lo queres, y el te quiere... para mí, es solo el recuerdo de mi primer amor... – esta vez fueron ellas quienes se abrazaron.
-Ey, no me dejen afuera!- gritó Mimí, celosa, y se coló al abrazo. Pero lo hizo con tal brusquedad, que las tres terminaron en el piso, y por cuarta o quinta vez en la tarde, fueron el centro de atención. Y riendo, volvieron a abrazarse.
Sora creía que, después de todo, no había sido tan mala idea lo de acudir al centro comercial con ellas... o sí?
Continuará...
Notas: la verdad, no tenía pensando terminar ahí este capítulo... pero son casi las cuatro de la mañana y debería ir para mi camita... y como estoy cansada de hacerlos esperar, decidí cortarla así... no está tan mal no?... no prometo nada, pero como esto iba a ser todo un capítulo, estoy inspirada y tal vez mañana comience el otro cap... que no sé cuando subiré, claro... pero bueno, Uds. me entienden no?
Muchas gracias a Angel Nemesis, Chikage-SP (que es eso de que no quiero tus reviews? Siempre es un honor recibir reviews de cualquiera! Sobre todo de mis compatriotas... Por favor no dejes de hacerlo!), Atori-chan, Alexeigirl, AngelDarkLadyHana (alias Sara, jaja), Lizirien... y espero no olvidarme de nadie.
Ya saben que sus reviews son siempre bien recibidos y son lo que me alientan a seguir escribiendo, mejorando y sacando rápido el próximo capítulo... así que, los espero!
Un adelanto del próximo capítulo... las chicas aún no se van del centro comercial, tienen charla para rato... y alguien más aparecerá para tener una charla con Sora... Yamato o Ken?... adivinen... (un caramelo a las que adivinen! Jajajaja)
Y gracias por leer!
SkuAg
03/02/06 (se me van las vacaciones! Mi último año de escuela ya comienza! NO!)
