CAPITULO 4. CONVENIOS

Era un día tranquilo como cualquier otro, estaba rodeada de buenos compañeros de trabajo, buenos jefes, y un local hermoso. A diario se esmeraba por aprender lo que la Sra Foxx le enseñaba. Definitivamente, mudarse a Mitras hace unos años fue la mejor decisión que había tomado hasta ahora. Vivía con una linda familia quienes la consideraban un miembro más, y había podido ahorrar una cantidad modesta de dinero. Con todo lo que vivió aprendió a evitar el derroche y solo comprar lo necesario, aunque cada cierto tiempo se daba el gusto de comprar algo lindo.

Aunque no lo notara a veces la vanidad la alcanzaba, quería verse más femenina, aunque sea un poco más. Ya se había acostumbrado al trabajo duro, a hablar efusivamente; cosas que tuvo que calmar un poco cuando abrieron el nuevo local.

La sra Foxx a menudo le regañaba y le enseñaba buenos modales. Ya han pasado poco más de 1 año en este nuevo lugar y les iba muy bien. Los dueños tenían razón respecto a la inversión que planificaron. Todas las tardes llegaban clientes, deseosos de probar los ricos postres y demás bocadillos acompañadas del rico Té que preparában. Además las calles alrededor eran amplias, tranquilas, aunque siempre con movimiento.

A Sara le encantaba tomar su descanso en una de las mesas de afuera. Allí tomaba su almuerzo mientras veía a los niños disfrutar en el parque. Sin duda esta vista era un gran contraste con las demás cosas penosas que tuvo que presenciar en su vida hace unos años atrás.

-Me pregunto si algún día tendré mi propia familia. - Se dijo a sí misma mientras saboreaba unas tostadas. Parecía algo muy lejano. Era obvio que estaba sola, desde que llegó no había socializado con muchas personas y antes de trabajar con la sra Foxx esa idea no llegaba a tomar forma en su mente. Ella sólo pensaba en sobrevivir.

Terminó su almuerzo y volvió a sus labores, aún sin apartar esa inquietud de su mente. ¿De verdad ella podría conocer a un buen hombre? Ese día algo había empezado a despertar esa curiosidad.

En ocasiones algunos clientes en la casa de Té flirteaban con ella, y a veces tenía citas con algún pretendiente, aunque no pasaba más de ahí. Tampoco era una tonta, sabía que pasaba entre 2 adultos que se gustan, ya lo había experimentado en algunas ocasiones, pero estaba tan centrada en sus propias responsabilidades que no veía la posibilidad de iniciar un romance con alguien. Ya tendría tiempo más adelante para eso.

Aunque esa era su resolución no era ciega, si no como explicaría lo que sus ojos empezaban a ver.

Rápidamente intercambió una mirada fugaz con la Sra Foxx, como diciéndole: ¿viste que hombre tan guapo?.

Mientras se dirigía hacia la puerta agradeció internamente que las otras chicas estuvieran ocupadas. Estaba nerviosa. Como pudo articuló unas palabras, tratando de sonar lo más educada posible. Ha llegado a pensar que era cansado tener que mantener modales correctos tanto tiempo. A veces quería romper con tanta rectitud

-Sea bienvenido señor. Adelante. ¿Desea tomar una mesa adentro o afuera?- expresó Sara

-Gracias. Adentro está bien. Cerca de la ventana.- Respondió el hombre.

-Claro. Sígame. Aquí está la carta. Avíseme cuando esté listo para ordenar. Con permiso.

El hombre solo le asintió. Estaba abstraído en sus pensamientos. En ningún momento la miró a la cara. Por un lado eso la aliviaba, así no sentía tantos nervios, pero por otro se sentía mal al ser ignorada.

Al poco tiempo el hombre realizó su orden. Mientras disfrutaba su comida y leía el periódico Sara se encontraba pensativa en la barra.

-Me pregunto cual será su nombre. Nunca lo había visto por aquí. Quizá fue un soldado, o parte de la policía. Al parecer tiene algunas heridas en su cara, aunque eso pasa a otro plano. Su rostro es hermoso y además tiene un porte muy varonil.

Jamás había estado tan interesada en un hombre como para detallarlo tan meticulosamente con la mirada.

Pasó un rato, y el hombre decidió retirarse. Sara lo vió caminar hacia la puerta y se acercó un poco a él.

-Esperamos haya disfrutado nuestro servicio. Vuelva pronto.- Dijo ella

-Si. Muchas gracias. Volveré uno de estos días. - Dijo él.

-¡Ahhhhh! Dijo que volvería. Por mi encantada.- Dijo internamente.

Al terminar la jornada de ese día Sara estaba cansada. Sólo quería tomar un baño y relajarse. En el camino a casa en compañía de la Sra. Foxx charlaban y disfrutaban el paseo, recordando el cruce de miradas que habían tenido temprano esa tarde.

-Por cierto sra Foxx, ¿usted sabe el nombre de ese señor?. - Preguntó Sara.

-Ah Sara querida, te veo muy interesada hoy. Ese tipo te gustó, ¿verdad? Jamás te había notado así.

-jajaja puede ser. La verdad me parece muy interesante. No creo ser la única que haya tenido esa percepción. - Dijo Sara.

-Pues si es cierto. La verdad yo si sé quien es. Escuché a Anthony hablando con uno de los empleados sobre eso.

-¡¿Qué?!. ¿En serio? ¿El Sr. Foxx sabe?. Cuéntemelo todo por favor.- Dijo Sara emocionada

-Jajaja está bien Sara. Bueno resulta que ese hombre es un héroe de guerra, o algo así. Su nombre es Levi Ackerman. Ya había oído su nombre pero no lo había visto. Era parte de la élite militar. EL soldado más Fuerte de la Humanidad, así le llamaban. Jamás pensé que viviría aquí también.- Explicó la Sra. Foxx.

-Pero no te ilusiones Sara, ese tipo no debe ser soltero. Debe tener familia ya. Sólo ve con cautela. - Continuó la sra Foxx.

-Entiendo Sra Foxx. Entonces era un hombre importante. Creo que llegué a escuchar su nombre alguna vez, recuerdo que Michel y Peter hablaban de él.

-Tampoco me hago ilusiones, si ni siquiera me miró .

(Aunque si me hiciera caso tampoco me molestaría).- Pensó Sara.

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Ya habían pasado 2 meses desde que el Sr. Ackerman vino a la tienda por primera vez. Y ahora sus visitas eran frecuentes. Aunque no lo veía todos los días, pero eso era más que suficiente para ella. Ese hombre había empezado a gustarle desde hace un tiempo. En algunas ocasiones se vieron cara a cara. Le había prestado atención un par de veces, lo que le daba cierto ápice de esperanza. Aunque siempre se decía a sí misma: No te ilusiones.

Esa tarde pudo verlo entrando a la tienda. Amablemente ella se acercó para atenderlo.

-Bienvenido nuevamente, Sr Ackerman. ¿Cómo está hoy?. - Dijo Sara alegremente.

-Gracias. Bueno ha sido un día un tanto complicado, pero de resto bien.- Respondió Levi.

Levi venía de su reunión en la oficina de ese tipo, no pudo evitar estar pensativo sobre el asunto de antes.

- ¡OH! , entiendo señor. Todos tenemos esos días difíciles. ¿Qué le parece si empieza degustando algo delicioso?. Quizás se sienta mejor. El lugar de siempre está desocupado, ¿Desea tomarlo?

-Si, eso haré. Gracias. Es usted muy amable.

Sé sentó e hizo su orden como siempre. Mientras esperaba en su mesa volteó hacia la barra. Sara se encontraba esperando que sirvieran el té y la rebanada de pastel para llevar la bandeja. El ya la había visto anteriormente, pero nunca la había detallado. Es una chica joven, de cabello negro y largo, rostro alargado y grandes ojos oscuros. Su semblante serio que de vez en cuando dejaba escapar una sonrisa hacia los clientes. (Linda sonrisa). - pensó. Llevaba un uniforme negro y blanco sencillo. Se podría decir que ante sus ojos era una mujer bonita. Cualquiera lo diría.

De repente su mente dio un vuelco y una idea cruzo por su cabeza. Una loca idea, cierto, pero no tenía mas opciones. Quizás funcione. Pero, no puedo llegar de la nada y pedirle algo así, tengo que tratar de explicar todo lo más claro posible y tratar de convencerle.

No es que seamos los mejores amigos, ni los más afectuosos, no se nada de ella.

Independientemente de la decisión que tome terminaría casándome con una desconocida, ese viejo me la puso difícil. Aunque por lo menos a esta tal Sara le había hablado algunas veces.

-Tsk. Me siento patético ahora.

A pesar que no estaba muy convencido decidió hacer el intento con Sara.

-Ojalá lleguemos a un acuerdo que nos convenga a ambos. - deseó en su mente.

Pasó un rato y pidió la cuenta. Cuando Sara se acercó el simplemente le preguntó.

-Disculpe srta. Sara. Tengo un favor que pedirle. Ehh, Necesito hablar con usted de algo importante. ¿Tendrá un momento libre hoy?

-¡¿Qué?!. ¿Estaba soñando?. ¿Es mi imaginación o El sr Ackerman acaba de decir que quiere hablar conmigo? .

... Tonta responde rápido.- Se dijo Sara.

-Ehm, P-por supuesto Sr. Ackerman. En media hora termina mi trabajo. Si desea puede esperarme y nos vamos juntos. Espere aquí, por favor.- dijo Sara con una sonrisa genuina.

Sara fue a notificarle lo que pasó a la Sra Foxx, y ella tampoco salía de su asombro. Hoy Sara tuvo buena suerte.

-Bueno tampoco nos apresuremos.- Dijo la sra. Foxx. - Ve calmada y serena. Más tarde me cuentas todo. Es más, ya puedes irte mejor no lo hagas esperar tanto. Yo me encargo de cerrar con Anthony. Recuerda lo que te dije: No te ilusiones.

- ¡Sr. Ackerman!. Ya podemos irnos. Mi jefa dijo que mejor no lo hiciera esperar. Además ya falta poco para cerrar. ¿A dónde vamos?.- Explicó Sara.

-Podemos ir a la plaza que queda cerca.- Dijo Levi. -Le prometo que no le quitaré mucho de su tiempo. Gracias por aceptar.

-¡Vamos!. - Sonrió Sara.