CAPITULO 12. CIZAÑAS
El señor Thomas y su madre habían planificado una cena agradable, querían empezar a relacionarse con sus vecinos. Sobre todo él; aunque su hermana se encontraba reacia al principio, ya que para ella era un tanto fastidioso tener que tratar con gente desconocida.
-Hermana ¿a quienes invitamos primero? Creo que sería mejor ir poco a poco. Habia pensado invitar primero a los Ackerman.
-¿El vecino de junto? ¿Levi.?- De repente la idea no le parecía tan detestable.- Si está bien. Empecemos con él.
-Bien. Les enviaré un comunicado.
-Imagino que vendrá con su esposa. Ya quiero conocerla. - Dijo con un tono indiferente.
-Si, es lo lógico. Es su esposa.- Thomas miró de reojo a Margaret con un rostro serio.
-Margaret espero que tu Conducta sea intachable, no quiero que volvamos a tener problemas por tus imprudencias.
-Humm. - Murmuró Margaret. -Tranquilo hermano.
Thomas amaba a su madre y a su hermana, aunque reconocía que Margaret era un poco problemática. Anteriormente el se dio cuenta que era una chica enamoradiza e impulsiva, y cuando estaba bajo ese trance sentimental no tomaba buenas decisiones. Habían tenido una situación un tanto preocupante gracias a uno de sus caprichos amorosos, que implicaba a un hombre mayor que ella y poderoso. La situación no salió a la luz, más que todo por conveniencia de ese tipo al ser un hombre casado, de alto status e importancia comercial en la isla. Por ello Thomas decidió alejarla a ella y a su madre de todo ese embrollo. Esto fue una de las razones de su mudanza y el ahora tomar control del negocio de la familia materna. Luego de perder a su esposa se encargó por completo de las personas que le quedaban.
La tarde caía envuelta en la frescura nocturna, el sol ocultaba sus últimos rastros de luz en el horizonte mientras el cielo tomaba un tono más oscuro en su colorido, algunas estrellas ya se mostraban, mientras que una pareja caminaba saliendo de casa.
Levi y Sara dirigían sus pasos hacia la casa vecina donde pronto cenarian con los Cliff. Entre la inquietud y nervios se aproximaban al hogar, mientras el una vez conocido como el soldado más fuerte de la humanidad, llevaba una bolsa en su mano izquierda, y su esposa iba enganchada de su brazo derecho. Una vez delante de la puerta tocaron, y al poco tiempo fueron recibidos.
Una vez delante de la puerta tocaron, y al poco tiempo fueron recibidos
-Buenas noches, somos los Ackerman. Vecinos de al lado-. Expresó Levi.
-Buenas noches. Bienvenidos, los señores los esperan en la sala. Acompañenme.
Ambos se adentraban en la casa siguiendo al hombre que los recibió. Un mayordomo, de aproximadamente 60 años, elegante y de rostro apacible. Al entrar en la sala, todos se saludaron y realizaron las presentaciones correspondientes.
-¡Sr Ackerman!. Es un gusto recibirlos. Que bueno que aceptaron la invitación. - Saludó un efusivo Thomas al estrechar la mano de Levi.
-Es un gusto también. Gracias por la invitación, les trajimos esto. Espero sea de su agrado.- Levi extendió el paquete. - Le presento a mi esposa Sara.
Margaret se encontraba algo alejada, cabizbaja, y de pronto alzó sus ojos a los recién llegados. Una vez más lanzó su mirada al que ahora se había convertido en su próximo capricho. Ni si quiera se molestaba en mirar hacia su acompañante.
Sara observó a los presentes con una pequeña sonrisa y pudo percibir rápidamente el objetivo de la visión de Margaret. Era un poco obvio para el sexto sentido femenino, cosa que pasó desapercibida para los caballeros presentes.
-Es un placer conocerla señora Sara. Mi nombre es Thomas Cliff, ella es mi madre Antonia y mi hermana Margaret. - Escuchó Sara sacándola de sus pensamientos.
-Igualmente señor Thomas, un gusto conocerlos. Gracias por la invitación.
La señora Antonia asintió con una sonrisa. - Bueno vayamos al comedor, ya pronto la cena será servida.
Todos se encontraban ya cenando, Thomas se las arreglo para ser un anfitrión encantador, siempre manteniendo la conversación fluida, tratando de sacarle palabras a Levi, e intercambiando algunas palabras con el resto.
De pronto Margaret empezó a interesarse en Sara. La veía y se preguntaba cómo alguien como el Capitán Ackerman se había fijado en ella. Era joven y no era tan bonita como ella. Además por lo que escuchó no era una muchacha de su clase.
-Disculpe, Sara. ¿Desde cuándo viven en este vecindario.?
-Eh, bueno Levi se había mudado antes que yo creo que aproximadamente 2 años antes. Yo ya vivía aquí en la ciudad pero me mudé hace unos días con él. Como una semana antes del matrimonio.
-Ah entiendo. ¿Y su familia es de aquí también?
-Bueno... Es algo complicado. Eh, yo vivía con los sres Foxx. Ellos son mis jefes, y además son como unos padres para mí. Los conozco desde hace unos años atrás.
-Entonces ellos no son sus verdaderos padres.
Levi y Thomas dejaron de charlar al escuchar las preguntas de Margaret.
-No. No lo son. Mi verdadera familia murió años atrás. Cuando cayó el primer muro. Por lo que sé. La verdad no los recuerdo. Todos mis recuerdos antes de ese evento no son claros. Por eso ahora los sres Foxx son como mi familia. Y ahora lo es Levi, claro.
Thomas aclaró su garganta, tratando de desviar la atención. Sara sintió como su corazón se estremecía un poco por el dolor, la rabia y las ganas que tenía de llorar. Pero sabía que esa mujer y sus intenciones no eran amigables. Jamás dejaría que la viera llorar. Simplemente la miró con una cara seria, lanzando una sonrisa de vez en cuando.
-Siento mucho su pérdida - dijo Antonia amablemente. - Que bueno que consiguió una nueva familia.
-¿Y en que trabaja, Sara?. - Preguntó nuevemte Margaret tratando de sacarle más información.
-Atiendo una tienda de té, cerca del centro. Junto a los sres Foxx.
Es un buen lugar, son bienvenidos cuando quieran ir.
-Muchas gracias Sra Sara.- Sonrió Thomas.
La cena poco a poco fue terminando. Sin más incidentes ocurridos. Los anfitriónes despedían a sus invitados. Una vez adentro, tras puertas cerradas entraban los Cliff a la sala.
-Margaret, no fue correcto que le hicieras esas preguntas tan personales a Sara. Fue un poco incómodo. Además fue raro que no habías hablado durante toda la cena y de repente solo hicieras esas preguntas. ¿Por qué lo hiciste?
-Bueno, estaba un poco intrigada. Solo le había prestado atención a Levi desde que llegó, es cierto. Pero de repente quise saber más de esa mujer. No hay nada de malo en eso.
-Sé que no hay nada de malo en querer conocer más de alguien. Pero hay formas. No puedes ser tan descortés. Te lo advierto. Esa atención en Levi desvíala hacia otro lado. No quiero que le causes otro problema a esta familia ni más deshonra. Por ti tuve que dejar la casa donde viví con Mariam. Tuve que dejar todo atrás.
-Eso no te importa hermano. Además, ¿no sería conveniente para ti que yo consiguiera un buen partido y te dejara en paz?. Así te librarías de mi.
-¿Pero estás loca mujer?. Ese hombre está casado. Consiguete otro, hay muchos solteros por ahí.
-Sí, pero esos no están a mi altura, la mayoría son perdedores. Los hombres que valen la pena son aquellos con un buen status y reputación. No es culpa mía que ese idiota estuviera casado y que Levi también lo esté.
-Solo te digo espero que la historia no se repita. Estas advertida.
Margaret subió corriendo a su habitación, azotando la puerta con fuerza. ¿Por qué tenían que meterse en su vida.? Por un momento las emociones tomaban control de sus pensamientos. Y vaya que malo es tomar decisiónes cuando esto pasa.
Una decisión tomada en el calor del momento, cuando nuestras emociones nos controlan y nuestra mente no está clara, de seguro no será una buena.
Así me adviertas hermano haré mi intento. ¿No hay nada de malo en intentarlo verdad? No creo que sea tan difícil.- Pensó.
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Había transcurrido una semana de la dichosa cena. Todo para Sara y Levi transcurría con 'normalidad', sin embargo ella no dejaba de pensar en esa mujer. La conversación que tuvo con Evelin le hacía más sentido después de haberla conocido.
A esa hora de la mañana, cerca del mediodía Sara se encontraba tomando un descanso en su trabajo, mientras en casa tocaban la puerta.
-Buen dia.
-Buen día señora. Traigo esta entrega. Solo me dijeron la dirección. No tengo más detalles.
-Que raro.- Dijo Evelin mientras tomaba una caja de regalo con un sobre. No tenía más información escrita en el. Ninguna pista sobre el remitente.
-Muchas gracias.
-Evelin. ¿Quién es?. Cuestionó Levi.
-Sr trajeron esto. Pero no dijeron quien lo envía.
-Gracias.
Levi tomó el paquete para luego entrar a su oficina.
Primero abrió la caja, quitando con cuidado el papel azul que la envolvía.
Adentro había un pequeño ramo de flores, una caja de dulces, y un perfume.
Luego abrió el sobre.
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Querida Sara. Espero que te guste mi regalo. Pronto nos veremos.
Hasta luego.
?
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-¿Para Sara? ¿Un admirador secreto o alguien que ya conoce?
-¿Pero por qué lo enviaría aquí.? ¿Acaso no sabe que está casada.?
Levi tomó asiento.
Sara nunca me había dicho si tenía a alguien ya. De hecho dijo que estaba soltera. ¿Será un viejo amor.? O simplemente quiere tener una relación de verdad con alguien. Sabía que esto no podía terminar bien. Pero ella dijo que yo le gustaba.
No entiendo.
Una tormenta de preguntas se arremolinaba en la mente de Levi. El sabía que podría pasar, que Sara conociera a alguien que le interese, que dejara de sentir algo por él y que podría querer tener una relación de verdad. Pero no pensó que tan pronto.
¿Qué está pasando?. Sara no me ha comentado nada.
-¡EVELIN! - llamó fuertemente desde la puerta de su oficina.
-Voy señor.- Dijo Evelin mientras corría hacia él.
-Evelin, ni una palabra a Sara de este paquete. Por lo menos no por ahora. ¿Quedó claro?
-Eh, si señor.
Evelin se retiró preocupada y pensativa. Su jefe estaba actuando extraño con la llegada de ese paquete. Por ahora seguiría su orden y vería que pasaría.
Esa tarde Sara llegó a casa muy cansada. Fue como siempre a saludar a Levi.
Este la miró por unos segundos.
-Levi, ¿cómo estás?. Ya llegué. ¿Qué hay de nuevo?
-Ehh. Sara, estoy bien.
¿Qué hay de nuevo? Nada solo te llegó un regalo de tu posible amante.- Pensó Levi irónicamente. Por un momento decidió preguntarle al respecto, pero algo lo detuvo. Quizás esto es una broma, una equivocación. Mejor espero un poco.
-Nada nuevo hoy. ¿Y a ti que tal te fue?
-Bueno, un poco ajetreado pero todo bien. Los sres Foxx te mandan saludos.
-Saludalos también de mi parte.
-Bien me retiro, voy a tomar un baño.
-Humm. -Levi asintió.
(Creo que Levi está un poco raro hoy. Más serio de lo normal). Sara decidió no darle importancia.
Pasaron 2 semanas desde ese evento, pero cad días siguieron llegando otros paquetes. Algunos solo eran simples cartas o postales. Otros eran flores o pequeños presentes. Levi aún no entendía, Sara parecía no saber ni sospechar nada al respecto. Además siempre llegaban a la misma hora, justo cuando Sara no estaba en casa. Levi le había dicho a Evelin que no le comunicara nada a Sara, pero ya la culpa la estaba consumiendo. Se habían convertido en buenas amigas y sentía que la estaba traicionando.
Esa tarde hablaría con ella. No le contaría todo, pero tenía que saber algo, iría con cautela.
Cerca del atardecer una visita inesperada llegó a la casa de los Ackerman. Levi se encontraba en el jardín con su periódico y una taza de té. La señora Evelin se acercó lo más que pudo al darse cuenta quién era.
-Buenas tardes sr. Levi.-
Levi alzó la mirada extrañado.
-Buenas tardes, ¿qué se le ofrece?.
-Vine a visitarles, si no es mucha molestia. ¿Y su esposa?
-Ella no se encuentra.
-Que mal. ¿Le importa si me siento.?
Levi lo pensó por un momento. Justo cuando quería estar solo. Además, por algún motivo que el no entendía no estaba de buen humor.
-Adelante.
-Necesitaba algo de Sara?
-Bueno no exactamente, solo quería hablar un rato con ella sobre una inquietud. ¿Usted como ha estado?
-Bien. Todo ha ido normal. ¿Cuál es esa inquietud que tiene usted?
-Bueno, es algo que quería preguntarle a ella directamente, pero supongo que usted debe saber ya.
Levi alzó una ceja intrigado.
-Es que hace aproximadamente un par de semanas un hombre estuvo en mi casa preguntando por su esposa. Dijo que era una conocida muy querida pero no sabía cuál era la casa. Así que yo le explique dónde vivía.
-Ummm. Ya.!¿Y le dijo algún nombre?
-No nada. Solo me dijo eso. Pensé por un momento que podía ser un familiar o un amigo. ¿Ella no le ha comentado nada? Nunca se sabe puede ser alguien peligroso.
Margaret sabía que las entregas a la casa de Levi habían sido frecuentes, y departe de quien venían. Tan solo quería ver la reacción de Levi ante lo ocurrido. Y el también estaba interesado en la información que le estaba dando la vecina.
En ese momento Margaret se inclinó un poco hacia Levi tratando de hablar en voz baja.
-Espero que esto no le traiga problemas a la señora Sara. Tampoco quiero que ella piense que soy una chismosa. Pero es bueno que usted como su esposo lo sepa.
-¡Levi!. Ehh... Buenas tardes. Ya estoy en casa-. Dijo Sara sorprendida ante la cercanía de la chica. Parecía estar susurrandole algo mientras entraba al jardin. Un momento incómodo.
Levi quedó con la boca abierta por un segundo al percatarse de todo. Era difícil articular una palabra, Sara lo miraba como si sus ojos le pidieran una explicación
-Buenas tardes, Sara. Bienvenida.- Saludó Levi.
-Buenas tardes, Margaret. ¿A que se debe su visita?
-Nada importante venía a verlos pero su esposo me dijo que aun no había llegado.
-Entiendo. Bueno, entonces compartamos un té .
-No se preocupe Sara. Ya yo me iba. Ya tengo un rato aquí y debo retirarme.
-¿Ah si?. Un rato. Está bien. Saludos a su familia. - dijo Sara mientras los celos la apuñalaban por dentro.
-Hasta luego.
Margaret se retiró sintiendo que ganó una batalla. Al darles la espalda no pudo evitar levantar una sonrisa victoriosa. Pero no podía confiarse. Quizás aún tenía que implementar algunos pasos más en su estrategia.
Por el momento una cosa era segura: la semilla de la cizaña fue plantada exitosamente .
