Siiii, aparecí por aquí porque NO pude dejar pasar por alto los sucesos del día de HOY. Literalmente cuando vi todas esas fotos de ellos juntos dije DRAMIONE EXISTS y tengo que plasmarlo.

Salió este lindísimo OS, que va dirigido con mucho cariño a todas las personas que aún siguen mis historias y me comentan tantas cosas hermosas.

(Voy a volver, no se aún cuando, pero será cuando tenga mis ideas más en orden para dar un cierre apropiado a mis otras historias)

Disfruten muchísimo este OS, lo pensé, lo escribí y lo corregí HOY, lo siento pero me emocione mucho con todas esas imágenes.


¡Tema musical!

(Porque OBVIO saben que amo la música de fondo)

Easy on me - Adele


Más que enemigos

-One shot-

29 de Agosto del 2007

"¿Ese es...?"

"Hermione, ¿podrías no...?"

"¡Draco!"

No lo podía creer, simplemente no lo podía creer.

Después de esa noche en la boda de Theo y Luna, Draco se había ido y no había vuelto a Londres en tres largos años. Él partió al día siguiente a Estados Unidos y no volvieron a hablar de lo sucedido y aunque todo entre ellos terminó como una inocente amistad, el corazón de Hermione no pudo evitar dar un vuelco al verlo de espaldas en el Gran Comedor.


14 de Julio del 2004

"Se que estoy ebrio y que todo lo que diga hoy será usado en mi contra luego, pero en serio..." dijo Ron hipando, levantándose con la copa en alto y tambaleándose. Todos lo veían con atención, "Tal vez, los Slytherins no son tan malos".

Harry y Hermione no podían creer lo que su amigo había aceptado en voz alta, frente a todas esas personas.

Blaise se levanto de su silla y corrió a darle una palmada a Ron en la espalda. Pansy se desternillaba de la risa con Draco y Neville abrazados a su lado, también muertos de la risa. Theo escupió su trago por la nariz y Luna, vestida como todo en ángel en su vestido blanco de novia, le daba palmadas a su esposo mientras reía y lloraba al mismo tiempo.

Estaban muy, muy, MUY, ebrios.

Eran cerca de las cuatro de la mañana y para ser honestos nadie se esperaba una boda de tal magnitud, ni toda la planificación que se llevó a cabo para unir al final del día a los amigos de la novia con los amigos del novio.

Lo habían logrado, todos habían empezado a celebrar juntos pasadas las once de la noche.

Luna y Theo se rieron sin parar al ver cómo Ronald Weasley terminó bailando un vals con Pansy Parkinson sin que ninguno de los dos se encogiera, hasta los vieron bailar dos piezas más después de eso.

Cuando Neville Longbottom se unió a una conversación con Blaise Zabini y Gregory Goyle y estos lo incluyeron amenamente.

Incluso cuando Ginny y Padma acompañaron a Millicent al tocador, riéndose por lo bajo.

A Hermione y Pansy riendo sin ningún motivo aparente.

A Draco Malfoy bromeando con Harry Potter cuando esté le prestó sus gafas.

A Ron y a Blaise subiéndose al escenario y cantando una canción para los novios.

Podría ser una realidad alternativa, pero se trataba de la boda de Theodore Nott y Luna Lovegood, así que lo escéptico, lo raro y lo imposible era, en realidad, lo normal dadas las circunstancias.

O quizás debieron servir algo más además del Whiskey de Fuego.

"¡Esperen un momento!" Gritó Blaise empujando a Ron de su sitio para ser el nuevo centro de atención. "Hoy, debo admitir que he visto cosas muy raras, pero..." hizo una pausa para beber de su trago y vio con emoción como todos lo miraban atento, "¿saben a quienes no he visto confraternizar aún?"

Todos se miraron entre ellos riendo, no entendiendo a quienes se refería Blaise, a excepción de dos personas que se habían evitado a propósito toda la noche.

Una por orgullo, el otro por vergüenza.

Blaise los señaló.

Todos estallaron gritando "¡Sí, sí, sí!".

Draco se puso tan rojo como el cabello de Ron, pero por alguna extraña razón (demasiado whiskey) no podía dejar de reírse ante la vergonzosa situación en que su amigo lo había colocado.

Trato de evitar la mirada de Hermione a toda costa, el rechazo en su rostro sería como un balde de agua fría y aún no quería regresar a la realidad de su vida.

Pero la curiosidad le ganó y lo que se encontró no era lo que se esperaba del todo.

Ella se estaba riendo frenéticamente sin un solo sonido, tapándose los labios con ambas manos, estaba tan o más ruborizada que él e intentaba a toda costa evitar su mirada.

Algo dentro de él se sacudió y supo lo que tenía que hacer.

Ella ya no parecía la misma niña orgullosa metomentodo del colegio y él tampoco era el mismo prejuicioso engreído de antes.

Se levantó de su asiento y caminó hacia ella, habían pasado casi cinco años, esto estaba permitido ¿verdad?

Bueno, si estaba o no permitido ya era tarde. Ya se había inclinado y a meros centímetros de ella extendió su mano.

Ella se sorprendió al verlo tan cerca, sus ojos mieles se abrieron y sus labios se cerraron tratando de oprimir su risa, pero su rostro, más ruborizado (si es que eso era posible) la delataba.

Ella tomó su mano en cuanto todos empezaron a silbar y a instarla a tomarla y no dejarlo sufriendo por mucho más tiempo, pero él en lugar de solo estrecharla tiró de ella y la guió a la pista de baile.

Todos comenzaron a vitorear más fuerte.

Blaise, con su complejo de artista, volvió a subirse al escenario y pidió a los músicos la pieza más suave que tuvieran, ganándose por parte de los chicos más risas y quejas por parte de los principales afectados.

Una vez que Blaise dio la orden, el grupo comenzó a tocar un vals tan suave, que cuando Draco vio en el rostro de Hermione el pánico asomarse no lo pensó dos veces.

*Easy on me*

Tomó su mano con suavidad y la otra la deslizó por su cintura atrayéndola a él.

Hermione no se lo esperaba y su cara de sorpresa lo decía todo. Ella había creído que todo eso era solo una pantalla, un horrible efecto secundario del alcohol y que Draco Malfoy se daría cuenta de lo que hacía en cuanto sonó esa música tan suave lo que significaría no un simple baile, sino algo mucho más íntimo.

Pero él no se había acobardado, en cambio la tomó con suavidad en sus brazos, acercándolos con gracia y marcó el paso sin siquiera titubear.

Ahí en sus brazos empezaba a darse cuenta de lo que hacían, en la mesa con todos a su alrededor riendo y hablando no se había percatado de lo que esto significaba.

Pero ahora que estaban los dos solos, unidos literalmente, tocándose, rozándose, empezaba a entender lo que hacía.

Estaba bailando con Draco Malfoy.

Él era cálido, su saco era suave y de él irradiaba un delicioso perfume con olor a pino. Sus manos eran suaves y estaban frías, seguro por no soltar el vaso de Whiskey ni una sola vez en toda esa noche.

"¿Que estamos haciendo?" susurró Draco en su oído haciendo que ella saltara por el contacto. Aún estaba acostumbrándose a sus manos, a su pecho contra el de ella, a sus piernas que se enredaban a veces con las de ella. No se esperaba su voz, no a meros milímetros de ella.

"Si te soy honesta yo tampoco lo sé" al ser mucho más bajita que él no le quedó de otra que decirlo frente a su rostro mirándolo. Pensó que quizás él ya estaba cayendo en cuenta pero cuando ella empezó a aflojar el agarre de sus manos él lo la tomó con más fuerza.

"A mi no me molesta, ¿a ti s...?"

"No..." respondió ella tan rápido que ambos empezaron a reír ante lo absurdo de aquella situación.

Bailaron por un minuto más sin decir absolutamente nada. Hermione estaba concentrada en su perfume y en su respiración a pocos centímetros de su cuello. Por alguna extraña razón, no podía bailar viéndolo a los ojos, se moría de la vergüenza de solo tener esos ojos fríos fijos en ella, no estaba acostumbrada a tener la atención del Slytherin y mucho menos en un buen sentido.

Él en cambio no se perdía de la expresión de su rostro y trataba de descifrar cada gesto de ella. Parecía que a medida que la canción pasaba, los efectos del alcohol iban desvaneciéndose y le causaba gracia como poco a poco su rostro mutaba de comprensión a vergüenza y luego a incredulidad.

"Ya casi termina tu martirio Granger"

Ella lo miró por segunda vez desde que comenzaron a bailar, sus ojos mieles brillaban con suspicacia y Draco se encontró pensando que se veía muy diferente esta noche.

Bueno en realidad... se veía hermosa.

"No es un martirio... lo disfrutaría plenamente si..."

"Si no fuera yo"

"Si supiera que tú también lo disfrutas" terminó e inconscientemente miró sus labios por una milésima de segundo.

Apartó su mirada nuevamente, escandalizada por su pequeño error. No era su intención ver sus labios, ¡Ella era mucho más bajita que él, estaban justo frente a sus ojos!

Diez segundos pasaron cuando él respondió.

"Lo estoy disfrutando" dijo y en cuanto tuvo sus ojos sobre él de nuevo, se mojó los labios a propósito "de saber que lo disfrutabas tanto te habría sacado a bailar antes Granger" dijo bromeando para hacer que se relajara.

Y funcionó, Hermione exhaló y dejó salir una risa que a Draco le sorprendió encontrar muy bonita.

"¿Te puedo besar?"

La risa murió en sus labios y sus ojos se abrieron desmesuradamente.

"¿Qu... Co-como dices?" dijo Hermione boqueando como un pez fuera del agua, no le hacía justicia a lo que sus oídos escucharon, debía ser una broma de...

"Quiero que Blaise quite esa sonrisa de idiota, cree que estoy sufriendo con la broma que me gastó, quiero que vea que le salió mal la jugada" explicó señalando vagamente a Blaise quien se reía en la tarima con Theo y Ron que habían subido a acompañarlo.

El corazón de Hermione empezó a latir muy fuerte, ¿en serio Draco Malfoy le estaba pidiendo que lo dejara besarla? ¿Debería dejar que la utilizara así? No, claro que no. Pero al ver hacia la tarima, como Ron se desternillaba de la risa pensó que tal vez, ella podía utilizarlo también.

Ron y ella no estaban juntos desde que la guerra había terminado y ahora eran tan buenos amigos como antes, pero al verlo riendo casi al borde de las lágrimas, las ganas de jugarle una broma se apoderaron de ella.

Ambos salían ganando en esta ¿no? Era solo un beso, no era para tanto...

Una sonrisa muy Slytherin se formó en sus labios y ahora fue el turno del corazón de Draco de latir con fuerza.

Ella se veía muy... hermosa.

Pensó con un nudo en su garganta. De repente hacía mucho calor.

"Bueno, ¿que esperas Malfoy?"

Solo eso se necesitó para que Draco confirmara que si, su corazón iba a salírsele por la garganta.

Y lo peor vino luego.

Cuando ella vio que él no se movía y deslizó la mano que estaba apoyada con gracia en su hombro a su cuello, cuando su pulgar comenzó a hacer cosquillas en el filo de su mandíbula.

No había nada insinuante en su gesto, pero fue la suavidad, la delicadeza con la que sus dedos se movieron por la fina tela de su ropa.

De repente las risas cesaron y Draco supo que era ahora o nunca.

Se acercó a ella con toda la lentitud del mundo, deleitándose con cada minúsculo segundo y, dándose cuenta que no solo se trataba de una venganza, rozó sus labios con los de ella.

Fue un roce sublime, la música parecía estar acabándose y sabía que debía darse prisa. Pero no quería acabar con aquello tan rápido, sus labios eran suaves y cálidos, el sutil aroma a whiskey se entremezclaba con su perfume dulce. El primer contacto de sus labios lo hizo estremecerse y con cada roce sentía sus sentidos encenderse.

Ya no estaba ebrio, estaba más sobrio que nunca, tanto que estaba disfrutando de los labios de Granger que se movían al mismo ritmo que los suyos.

Sintió como ella respiraba profundo y él la imitó. Su agarre se intensificó sobre su cintura y la mano de ella se aferró al cabello en su nuca.

No quería romper el contacto con ella pero necesitaba hacerlo, necesitaba confirmar quien era la persona que lo besaba de aquella manera.

Al igual que ella, necesitaban verse a los ojos y cuando lo hicieron se dieron cuenta que la persona frente a ellos no era quien creían, ante ellos había una persona completamente diferente.

Se vieron por primera vez por solo un segundo, luego la canción terminó y los gritos y las risas rompieron el encanto.

Todos bromearon acerca de ello por un rato largo, Theo estaba en completo silencio, no tenia palabras al igual que Ron.

Harry y Blaise no dejaban de molestar Draco pero este aguantó en silencio, ocultando de vez en cuando su sonrisa tras el vaso de whiskey, hasta que después de tanto lo único que dijo fue "Solo hacíamos las paces", miró a Hermione por primera vez desde que los habían separado y aunque no podía soportar el peso de su mirada se la sostuvo.

Draco le guiñó un ojo y se puso de pie. Se despidió de los novios, le dio un rápido abrazo a Luna y a Theo y desapareció por la chimenea del gran salón donde solo quedaban ellos festejando.

Hermione intentó ocultar su decepción lo mejor que pudo, pero el nudo en su estómago solo se intensificaba con cada segundo aparentando que nada de lo que pasó importaba.

¿Cómo se atrevía a irse así sin más?

¿Cómo pudo...?

"Granger..." la sorprendió Pansy tomándola por un brazo y alejándola hacia donde se encontraban las bebidas.

Hermione se dejó llevar, sinceramente porque en el fondo deseaba que alguien tuviera una explicación para lo que había pasado ahí esa noche, así esa persona fuera la mismísima Pansy Parkinson.

De hecho deseaba que así fuera, porque esa incertidumbre no era algo a lo que estuviera acostumbrada.

"¿Qué crees que haces aquí?" Preguntó la chica con sus grandes ojos verdes mirándola impacientes.

"Tú me trajiste aquí Parkinson..."

"¡Hablo de que por qué no fuiste tras él!"

"¿Disculpa? ¿Por qué se supone que haga eso?"

Pansy le dio una mirada de incredulidad, "¿En serio estás haciéndome esa pregunta?"

"No..." Hermione se aclaró la garganta, "En realidad, quería saber si tú entendías lo que paso ahí en la pista, la verdad... la verdad es que yo no".

Respiro profundo, ¿qué le pasaba? ¿Qué diablos había hecho Draco Malfoy con ella?

"Se que no somos amigas, ni nada por el estilo, pero eres su amiga y si te soy sincera ahora mismo estoy muy confundida, y-yo... yo no debí beber tanto".

Estaba entrando en pánico. Lo sentía. La ola de calor y vergüenza comenzaba a afectar su respiración justo como haría con alguien que despertaba una mañana y recordaba todo lo que hizo la noche anterior en estado de ebriedad.

"Querida, eso... eso, la verdad es que no tengo ni idea de que fue", la sinceridad en los ojos de Pansy se veía con claridad y Hermione se preguntó si sería también por los efectos del alcohol.

"Pero... si hay alguien que sabe lo que significó, más que tú o yo, ese es él"

Ella tenía razón. Sólo él podía darle una respuesta y esa verdad la golpeó como una bludger a toda velocidad. Él tenía respuestas y decidió huir antes de que ella se las pidiera.

Él no quería tener que responder a sus preguntas.

"Tienes razón" dijo y sin más esperar, se dirigió a la chimenea decidida. Tomó un puñado de polvos flu y sin despedirse de nadie entró en ella.

Apareció en la chimenea del hotel donde se hospedaría esa noche en Francia.

Saludó al botones y caminó directo a las escaleras que se dirigían a las habitaciones de los huéspedes.

Se subió al primer peldaño y esta comenzó a moverse mágicamente. Una vez que llegó a su piso, la escalera se detuvo y Hermione caminó al final del pasillo hasta la puerta de su propia habitación.

La habitación estaba en penumbra pero eso a ella no le afectó.

Caminó todo ese tiempo con los ojos nublados de lagrimas, conteniendo el gran nudo que amenazaba con romperse en su garganta.

¿Cómo se le ocurrió decirle que sí?

Tenía que haberse apartado de él en el momento en que se lo dijo. El licor había hecho que se lanzara al agua sin pensar en las consecuencias y ahora venía la peor parte: remordimiento.

Se quitó los aretes que pesaban una eternidad y los colocó sobre la cómoda de su habitación. Rebuscó entre las cosas de su maleta con torpeza hasta que dio con la suave tela de su pijama.

Con un movimiento de varita, el cierre de su vestido de deslizó hasta que un golpe en la puerta la hizo detenerse a medio camino.

Se dirigió a la puerta y maldijo en voz baja cuando chocó con la cama por no ver bien en toda esa oscuridad.

"Maldic..."

Las palabras murieron en su boca cuando al abrir la puerta se encontró con Draco Malfoy.

"Granger"

"Malfoy"

Dijeron al mismo tiempo mirándose con esa intensidad que antes de estaba ahí. De repente a Hermione se le olvidó el dolor que sentía en su pie y abrió la puerta un poco más sin saber exactamente qué hacer.

"¿Puedo pasar?" Preguntó y por primeriza vez en su vida Hermione escuchó cómo sonaba la voz arrepentida de Malfoy.

Se mordió los labios intentando reprimir las estupidas lagrimas que querían rodar por sus ojos. Más nunca iba a tomar una sola gota de alcohol. Se prometió a si misma. Trató de reunir toda la dignidad que pudo y respondió.

"No creo que eso sea buena idea, Malfoy..."

"Solo serán cinco minutos" la interrumpió él. Hermione no quedándole más remedio se dio la vuelta y entró a la habitación esperando que él la siguiera.

"Tu vestido" dijo él de repente sonando más mortificado aún.

Ella recordó entonces que tenía el cierre a media espalda y maldijo por segunda vez cuando se dio cuenta de que había soltado su varita al golpearse con la cama.

Una sonrisa amarga se extendió por su rostro. Esto no puede ser que me esté pasando, pensó, ¿que más da? Si vino a negarme como un cobarde todo lo que paso en la boda ¿por que no torturarlo un poco también a él?

"¿Puedes ayudarme Malfoy? Perdí mi varita por aquí en algún lado y mi brazos no llegan al cierre" dijo tratando de sonar diferente.

Si en serio eran ideas suyas, él podía agitar su propia varita y ayudarla a subir el cierre sin más estragos, pero se estaba tardando. Podía escucharlo dudar hasta que poco después, sus pisadas resonaron detrás de ella.

Se detuvo a meros centímetros de su espalda, más cerca de la necesario y con una lentitud tortuosa tomó el cierre entre sus dedos.

Por un segundo, ella pensó que en vez de subir, el cierre terminaría de bajar por completo.

Por otro segundo, ella deseó que así fuera.

Pero cuando el cierre subió, una ola de decepción la invadió, hasta que sintió el fantasma sus dedos subir por su espalda desnuda a la vez que el cierre lo hacía.

Se quedaron en silencio unos minutos más. Como si ambos estuvieran intentando recobrar la compostura después de aquello.

Ella podía sentir su respiración sobre su hombro. También podía sentir los latidos de su corazón resonar en la habitación ¿o eran los suyos?

"Lo que dije en la boda... lo decía en serio" dijo él al fin rompiendo aquel tortuoso silencio.

"¿Sobre hacer las pases?" Contestó ella amargamente. No tenía ni idea de por qué estaba tan molesta.

"Si..."

Hermione no contestó. No quería hacer las pases con él. Quería... quería...

"Tengo un traslador programado para mañana a las ocho de la mañana, bueno... en realidad para dentro de dos horas"

¿Un traslador? ¿Que tan lejos viajaría que necesitaba de un traslador?

Hermione se dio la vuelta y se encontró con sus ojos grises brillando en la habitación cada vez más iluminada por el sol que empezaba a asomarse por el balcón de aquella habitación parisina.

"¿A donde tienes que ir?" Pregunto intentando no sonar muy interesada.

"Voy a Estados Unidos"

"Ya veo... ¿y que tengo que ver yo con eso?" ¿Eran ideas suyas o él cada vez parecía estar más cerca?

Él lo pensó un poco antes de hablar.

"El Ministerio me envía allá, es parte de mi libertad condicional, ya sabes... mis servicios cuando sea y donde sea que se necesiten" explicó con cansancio y ella sí sabía algo de eso. Él formaba parte del cuerpo de aurores desde hace casi dos años al igual que Harry y Ron, claro que los detalles no los conocía, hasta ahora.

"No se cuando voy a volver" añadió cuando vio que ella no respondía. Entonces la claridad apareció en su rostro y él vio cómo por fin sus hombros se relajaban, bajando las defensas que había colocado desde el momento que lo vio al otro lado de la puerta.

"Entiendo..."

Ahora si estaba segura: él se estaba acercando a ella.

Tomó una de sus manos y la llevó a sus labios, depositó un casto beso en sus nudillos y la vio directo a los ojos.

"Espero que después de hoy, seamos más que enemigos".

El contacto de sus labios sobre su piel la hizo estremecerse, sería demasiado sencillo, cerrar el espacio entre ellos y besarlo una vez más. Sería como una despedida, un hasta luego...

Era muy sencillo y solo por eso sabia que iba a arrepentirse si lo hacía.

Forzó una sonrisa y le dio a su mano un amistoso apretón.

"Acepto tus disculpas Malfoy"

Su sonrisa, tan genuina, terminó por desarmarla.

"Yo en ningún momento he dicho que me disculpo"

"A mi me pareció que si"

"¿Qué te hizo creer eso?" Pregunto con cierto brillo de diversión.

"No lo sé" se ruborizó con el recuerdo pero la Gryffindor en su interior la impulsó a seguir, "Es solo que, hubo un momento en que ese beso dejó de parecer una inocente venganza contra Blaise, solo eso".

Él la vio con esa intensidad de nuevo, sorprendido de que tuviera la osadía de sacar eso a relucir en este momento.

"Si eso es lo que te hizo pensar entonces quiere decir que tú aceptaste mis disculpas y con creces"

"Eso creo... Sí"

Él quería besarla de nuevo y estaba seguro que lo tenía plasmado en toda su cara de idiota. Ella esperaba paciente a que él decidiera por los dos, podía verlo y aunque se moría de ganas de hacerlo, sabía que no podía.

Esta vez no sería capaz de separarse de ella y ciertamente, dos horas no le iban a alcanzar para hacerle todo lo que tenía en mente.

No podía llegar tarde a su traslador, no podía faltar a su condicional.

Dejó ir su mano con reticencia y pidió a Merlín que no se viera en su cara la frustración que sintió en ese momento.

"Que tengas buen viaje" dijo ella y podría jurar que su voz se quebró al último segundo.

"Hasta luego, Granger"


Hermione no lograba conciliar el sueño, dio vueltas en la cama pensando en cierto rubio hasta que sin darse cuenta, se quedó dormida.

No fue sino hasta las seis de la tarde, cuando una lechuza la despertó picoteando en su ventana, que se levantó y se dio cuenta de cuanto había dormido.

Sentía que la cabeza podría explotarle, necesitaba tomar una ducha rápidamente.

Tomó la nota que la lechuza le tendía y al ver que esta se quedó esperando por ella la abrió para ver de qué se trataba.

Si crees que te sientes mal imagínate como me siento yo, apenas aterricé con el traslador tuve que pasar tres horas escuchando a un Auror (supuestamente de rango superior) hablar sobre las leyes en America.

Creo que las clases de Binns eran más entretenidas.

En fin, después de eso me invitaron a almorzar y yo solo quería vomitarles en la cara ¿Que aquí en America no descansan?

Acabo de llegar a mi habitación y recordé que no te avisé cuando llegue. Deberás recibir esto como en una hora o dos, no se cuanto tardará mi lechuza en volar a Paris.

Espero que hayas descansado, tomate algo para el dolor de cabeza. Yo voy a hacerlo ahora, por cierto, no dejes de escribirme cuando veas a Weasley, quiero saber todo lo que te diga, creo que con eso podré sobrevivir una semana a este aburrimiento.

Espero noticias tuyas Granger ahora que somos más que "enemigos".

D-

Esa fue la primera de muchísimas cartas. Al principio eran más seguidas, más largas y más detalladas, pero con el paso de los días, meses y años esas cartas fueron disminuyendo.

Pero aún seguían en contacto. Aunque sea una vez al mes, ellos se escribían y se contaban todo lo que había pasado en sus vidas en ese tiempo.

Los trabajos siempre se interponían, él no tenía permitido volver a Londres, lo cual Hermione consideró inhumano, prácticamente lo habían exiliado sin decirle nada. Pero no había nada que hacer, de igual forma él casi nunca tenía un tiempo libre y Hermione trabajando día y hasta algunas noches en el Departamento de Regulación de la Ley Mágica, tampoco tenia mucho tiempo disponible.

En esos tres años, pudieron verse sólo dos veces, que eran los pocos domingos en los que Hermione no trabajaba, no había una boda, un bautizo o un cumpleaños y que a su vez, Draco no tenía una misión de último momento.

A pesar de que la primera vez que se vieron después de un año y medio fue intensa, nada ocurrió entre ellos. Un acuerdo tácito entre ambos daba a entender que era mejor así, con Draco tan lejos y Hermione tan ocupada, intentar algo que podría acabar por falta de atención era inútil.

Así que preferían las cosas como estaban, no se tenían por completo, pero tampoco corrían el riesgo de perderse.

Por eso, cuando todos fueron invitados a Hogwarts para el reencuentro escolar de su clase, no se esperaba verlo ahí.

En su última carta había sido muy vago, sus cartas a veces contenían hasta dos hojas de pergamino, pero en la última a penas había garabateado unas cuatro líneas.

Pensó que ya se había cansado. Que esa amistad no iría a ninguna parte. Que no valía la pena seguir tratando y aunque Hermione se lo vio venir en algún momento, no pudo evitar sentir una punzada de tristeza.

Hasta que vio su distinguida figura ahí de pie en el medio del Gran Comedor charlando animadamente con Neville.

"¡Draco!"

Él giró a penas escuchó su voz, a pesar de tanto tiempo sin escucharla hablar, solo leyendo sus letras, podía distinguir su voz donde fuese, hasta ahí en medio de un Gran Salón lleno de gente que hablaba al mismo tiempo.

Cuando se dio la vuelta ella caminaba hacia él muy sorprendida.

Se detuvo frente a él sin saber exactamente qué hacer.

¿Que hacia ahí? ¿Por qué no le dijo nada en su última carta? ¿Es que no quería volver a verla?

"Granger..." dijo abriendo sus brazos y atrayéndola hacia él.

Sin importarles nada ni nadie, se abrazaron con fuerza ahí frente a Neville, Harry, Ron y el resto del Gran Comedor.

"¿Que haces aquí? ¿Por que no mencionaste nada?"

"Quería sorprenderte"

Ahí estaba de nuevo esa mirada y como si el tiempo no hubiera pasado, su corazón dio ese brinco que solía dar como aquella noche en la boda de Theo y Luna.

"Lo hiciste" respondió ella casi sin aliento.

Habían pasado tres años pero era como si estuvieran nuevamente en aquella pista de baile. Era como si se hubiera pausado todo y ese tiempo que transcurrió en realidad no contara para esta película.

Los chicos se acercaron y Ron aún con su mala cara saludó a Malfoy.

La noche transcurrió amena. Primero fueron invitados por McGonagall a sentarse donde desearan a disfrutar del banquete.

Slytherins y Gryffindors cenaron juntos esta noche, desde esa boda las cosas habían cambiado mucho entre ellos, Pansy y Ginny se habían vuelto amigas y trabajaban juntas para El Profeta, Ginny en la sección de "Deportes" y Pansy en la sección de "Escándalos".

Ron, Blaise y Harry hacían un excelente equipo en el cuerpo de Aurores y Theo trabajaba mano a mano con Hermione en el Departamento.

Goyle se había casado con Padma y Neville con Parvati, asi que ahora que eran familia también aprendieron a llevarse bien.

Draco se sentó al otro lado de la mesa junto a Blaise y Theo y eso hizo a Hermione sentirse sola. Aún no entendía del todo en donde quedaba ella, en donde quedaban ellos. Si es que aún había algo ahí.

Se sorprendió de capturarlo varias veces mirándola y él ni siquiera se molestaba en disimularlo. Solo sonreía para sus adentros y seguía hablando con Blaise y Theo.

Después de la cena, las mesas desaparecieron, quedando solo dos de ellas. En una aparecieron una gran variedad de postres y en la otra solo había ponche, cócteles y algunas botellas de whiskey de fuego.

"Creo que deberíamos evitar el Whiskey de fuego por hoy" dijo Draco sobresaltándola, no se había percatado que estaba junto a ella.

"Si, no queremos que se repita lo de aquella vez" dijo tratando de que sonara como una broma inocente y no como si una pequeña estaca se estuviera clavando en su corazón.

"Estoy de acuerdo"

Su corazón se rompió, de verdad que sí. No entendía nada, simplemente no lo entendía y esta noche estaba sobria. No podría fingir, por más que lo intentara, que no le dolía aquello.

Porque a pesar de la distancia, él se volvió poco a poco en una parte indispensable de su vida, se suponía que ahora eran "más que enemigos", se suponía que había algo, ¿por qué otra razón tomarse tantas molestias?

Se disculpó rápidamente y lo dejó ahí plantado en medio del salón sin esperar respuesta suya.

Estaba tan furiosa que no escuchó ni siquiera como Easy on me sonaba de fondo.

Tan furiosa que no escuchó sus pasos tras de ella.

Caminó lo más rápido que pudo, recordando el camino de memoria a donde solía ir a llorar cada vez que encontraba a Ron con Lavender, donde solía ir a llorar cada vez que él le decía algo horrible.

"¿No piensas detenerte?"

Y como por arte de magia, eso la hizo detenerse.

"¡Merlín Draco!" Exclamó llevándose la mano al pecho, "¿Quieres decidirte de una buena vez?!!"

Gritó sin darse cuenta, respiraba con dificultad y entonces se dio cuenta que él también respiraba así.

"Fui claro contigo desde un principio"

Sus ojos se llenaron de lágrimas y entonces él se acercó y tomó sus manos. Ella se zafó de inmediato, no quería que la tocara.

"Cuando dije que no quería que se repitiera lo de esa noche no fue porque no me gustara como inicio todo... Sino por cómo terminó"

Sus manos volvieron a buscarla y esta vez no se apartó.

"Esta vez, quiero acompañarte por esa chimenea, no ir al hotel a esperar a que llegues, ni dar vueltas afuera de tu puerta sin saber si tocar será un error"

Ella lo miraba buscando la mentira en sus palabras, buscando cualquier indicio que le confirmara que era ella quien se estaba imaginando todo lo que estaba pasando entre ellos.

"No lo entiendo"

"¿Que parte es la que no entiendes Granger? Llevo tres años deseando volver antes de que fuera demasiado tarde y no me digas que lo es", él poco a poco se fue acercando hasta rozar su nariz con la suya para susurrar sobre sus labios, "Porque no te creo".

Cerró los ojos e inhaló el perfume tanto recordaba. No era tarde, él lo sabía. Lo supo desde el momento en que la vio entrar al Gran Comedor, lo supo por la forma en que sus ojos brillaron.

Hermione Granger también sentía algo por él y estaba seguro de eso.

"Hoy no hay ningún traslador esperándome" Dijo rozando sus labios con los suyos, "¿Te puedo besar?" Repitió como aquella noche.

Ella cerró los ojos y se derritió en sus brazos.

"¿Están acaso Blaise o Ron mirándonos?" susurró riendo en contra de su boca, harta de ese juego de provocación, harta de todo el tiempo perdido.

"No, pero llevo deseando hacerlo, eso y mucho más, desde esa despedida en Paris"

El contacto entre ellos fue como una flama, algo que necesitaban desde hace tanto tiempo y que moría por florecer.

El beso empezó con simples roces, reconociéndose, saboreando y comprobando si era real.

En cuanto sintió sus piernas temblar se sujetó con fuerza de él.

"Y yo llevo tres años deseando que hubieras bajado ese maldito cierre"

Draco la besó con más deseo. No tenían idea de cuánto necesitaban aquello, de cuantas noches durmieron pensando en el otro, en sus bocas enredadas, en esa despedida que debió haber terminado en otra superficie.

En ese cierre que debió haber bajado, no subido.

Ella necesitaba más de él, no bastaba con sus cartas, con sus letras llenas de promesas escondidas, con sus indirectas ni sus elogios. Por tres años, eso solo sirvió para alimentar más la llama que los consumía en ese momento, se volvieron primero amigos, ahora sólo querían amarse.

Querían amarse de verdad, querían lo tangible, querían explorarse como en sus cartas nunca pudieron.

Como esas escasas veces en las que se vieron y con una mirada sentían algo arder por dentro. Porque le temían, le temían a este fuego y con mucha razón.

El beso se hacía cada vez más profundo, más demandante. Las manos de él la quemaban, subían y bajaban por su torso y Hermione solo quería estar sin más inhibiciones con él, sin papel de por medio, sin ropa, sin nada.

"¿Nos vamos?" preguntó Hermione con suavidad. Él se acercó y mordió su labio inferior, luego lo besó con suavidad y profundizó en su boca nuevamente hasta dejarla sin aliento.

Luego de eso, mirándola a los ojos con esa intensidad dijo:

"Soy todo tuyo Hermione Granger... Al fin".

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Espero que lo hayan disfrutado, gracias por leer ¡Que pasen un Feliz Año!