Dos minutos de mi tiempo para trabar un par de frases simples con apenas treinta centímetros de falda e infinitos milímetros de piernas desnudas de la camarera. Hoy me voy a conformar con el inocuo sabor de la ginebra sola, y dos cubitos de hielo. La voz desgarrada de Jonnhy Cash se sobrepone a los primeros acordes de la guitarra acústica.

Viendo la tarde debo presuponer que todo esto va a quedar entre tú, yo y tu taza de café. Y la lluvia que ahora cae.

Dos precisas cucharadas de azúcar y cuatro conscientes vueltas de la cucharilla en sentido contrario a las agujas del reloj. Unos labios que se acercan al filo de la taza, y mudo susurro que no llegaré a escuchar, y una conversación con tu invitado sin que sepas que estoy aquí. En este antro infestado de muggles, y que por ello has cubierto cada tramo de tu piel del más estricto negro, para evitar que cualquier parásito de procedencia no mágica se pose sobre tu tez banca y ose chuparte la sangre.

Harán falta dos minutos de mi tiempo para que tu interlocutor decida que ha llegado la hora de largarse, levantarse lentamente de la silla y escurrir su presencia sibilina entre el gentío que empieza a aglomerarse en la entrada del bar. Y te quedas sola. Y tu taza de café sigue humeante, y la lluvia sigue sin salirse de su monótona dirección para caer sobre el arcén. Y te das cuenta de mi presencia, así que inevitablemente miras al reloj de la pared y esperas a que venga. Aunque intentes disimularlo.

- Qué casualidad. Tú por aquí. Quién lo diría. – Digo mientras cojo la silla anteriormente ocupada y me dejo caer sobre ella, completamente desganado.

- Las casualidades no existen Sirius. ¿Qué quieres?- Pasas tu lengua lentamente por el labio superior, intentando aspirar hasta la última gotita de café. Y me miras encogida por el frío que se filtra, intruso, en el local.

- Pensaba que eras tú la que quería algo, Bella. Por eso estamos aquí, ¿no? – Vuelves a humedecerte los labios mientras cruzas las piernas en sentido contrario con tal de calmar tus nervios. Siempre te pierden.

- Bueno, ya sabes lo que quiero. Que te desencapriches de tus ideales utópicos y toques con los pies en el suelo. Si lo hicieras, sabrías que yo tengo razón. Aún estás a tiempo de querer ser un héroe imbécil y morir por una causa perdida. Tú decides.- Vuelves a cruzar tus piernas. Y tal vez yo reconsidere mis utópicos ideales.

- Soy indeciso, ¿sabes? – Balanceo mi silla hacia atrás.- Tal vez necesite algo que me garantice lo que dices. Pruebas de que por lo que yo lucho es una causa perdida.

- Ahá – Asientes – Siempre te perderá el hecho de que tus malditas neuronas sean capaz de unirse por si solas, sin conectores obvios. Pero si me lo pides así, podríamos quedar mañana. En un sitio menos asqueroso.

- Hecho.

Dos minutos de mi tiempo para que te levantes y caminando con una aristocrática elegancia te abras paso entre los demás como si te debieran la vida. Y para arrepentirme de lo que acabo de hacer.

N/Sienna:

Holaaaa!

Bueno, aquí vengo con un SBxBB que estaba lleno de polvo en alguna carpeta perdida de mis documentos. No me arriesgo a comentar ni lo que es, pero tiene una continuidad más coherente de lo que parece este Prologo.

Si alguien sigue Cómo Desvirgarse en10 Días, lo actualizaré en breve.

Besitos! B-B