Era una tranquila y despejada mañana de abril. El periodo vacacional de primavera había terminado y miles de estudiantes se preparaban para iniciar un nuevo año escolar.
Mamá Ikuko se encontraba en la cocina lavando los utensilios que había utilizado para preparar el desayuno de ese día, y mientras hacía esta tarea llamó a su hija. -¡Serena! ¡Date prisa o llegarás tarde a la escuela!—
-Tranquila, mamá. Ya estoy aquí— respondió Serena mientras entraba al comedor.
-Vaya. Que milagro que bajaste temprano a desayunar— dijo el hermano menor de Serena quien ya iba por la mitad de su tazón de cereal.
-¡Sammy! ¡¿No puedes decirme algo lindo de vez en cuando?!— replicó Serena tras oír el comentario de su hermano.
-No te enojes con él, Serena— dijo Mamá Ikuko. -Debes comprender que después de tantos años viéndote levantarte tarde e irte a la escuela sin desayunar resulta sorprendente verte despierta tan temprano por lo menos una vez—
-Ah, bueno— respondió Serena con una risita. -Es que hoy es un día especial y por eso me levanté temprano—
-Ya lo imaginaba— respondió Mamá Ikuko. -Pero bueno, ya fue suficiente plática. Termina de desayunar o vas a llegar tarde—
Serena obedeció a su mamá y terminó su desayuno lo más rápido que le fue posible. Al terminar tomó una rebanada de pan tostado, le untó mermelada y se levantó de la mesa.
-Gracias por el desayuno, mamá. Nos vemos después— dijo Serena mientras salía de la casa a toda velocidad. Sammy se quedó viendo en dirección de la puerta principal. -De verdad está muy emocionada por el día de hoy— dijo él tras un breve silencio.
-La verdad es que no la culpo— respondió Mamá Ikuko. -Después de todo hoy inicia el tercer año de preparatoria. Ya está a poco tiempo de ir a la universidad—
-¿Y de verdad crees que pueda pasar los exámenes de admisión para la universidad?— preguntó Sammy con escepticismo.
-Espero que sí, Sammy. Espero que sí— respondió Mamá Ikuko.
Después de caminar por unos minutos, Serena llegó al Parque No. 10 para encontrarse con sus amigas Mina, Lita, Amy y Rei, quienes también estaban acompañadas por los gatos Luna y Artemis. Cuando ellas vieron a Serena de inmediato la saludaron.
-¡Serena! Que sorpresa verte tan temprano— dijo Rei.
-Pensamos que te quedarías dormida como siempre— añadió Lita.
-Ay, chicas. No exageren— respondió Serena.
-Es que ya es costumbre tuya quedarte dormida— dijo Amy.
-Así es, Serena— intervino Mina. -Si quedarse dormido fuera un deporte, tú serías campeona mundial y tendrías récords imposibles de romper—
-Bueno, bueno. Admito que a veces me quedo dormida— respondió Serena. -¡Pero hoy no podía pasar eso porque es nuestro primer día en tercero de preparatoria!—
-Es cierto. Ya casi seremos alumnas universitarias— dijo Amy.
-Pero los exámenes de admisión son hasta el próximo año, así que mejor disfrutemos del tiempo que estaremos juntas— dijo Lita.
-Lita tiene razón. ¡Hay que disfrutar este año al máximo!— intervino Mina. -Yo, por ejemplo, buscaré ganar el tricampeonato—. Mina había dedicado su tiempo y energía al equipo de voleibol de la escuela, logrando así ganar el campeonato nacional dos años seguidos.
-Pues siendo sincera no estoy segura sobre a qué universidad asistir— dijo Rei. -Sé que la Academia para Señoritas T.A. es de educación continua hasta la universidad, pero he considerado la idea de buscar otras opciones—.
-No deberías desaprovechar la oportunidad que tienes, Rei— comentó Amy.
-Ni tampoco deberíamos preocuparnos de eso ahora— dijo Serena. -Lo único que debemos hacer ahora es disfrutar el presente y divertirnos al máximo—. Tras decir esto, Serena empezó a caminar rumbo a la escuela con sus amigas siguiendo sus pasos. Luna y Artemis las iban siguiendo unos pasos detrás de ellas. -Sin duda han madurado mucho- comentó Luna con casualidad.
-Y también se han vuelto todas unas señoritas responsables— respondió Artemis viendo con orgullo a Mina.
-Ojalá todos los días de nuestra vida fueran así— dijo Luna.
-Algún día serán así, Luna. Estoy seguro de ello— respondió Artemis.
En un lugar oscuro, ubicado a varios metros bajo la superficie de la Tierra, donde no llegaba ni el más mínimo rayo de luz se encontraba cautivo un ser muy peculiar: estaba formado únicamente por una gran nube de humo negro con dos líneas blancas similares a cortes de espada los cuales emulaban ojos; permanecía inmóvil en esta especie de cueva subterránea que cumplía la función de hogar. No tenía la capacidad de moverse, y las leves corrientes de aire que corrían por el lugar no lograban hacer que se desplazara en lo más mínimo.
-Ha llegado el momento de empezar con mi plan para liberarme de esta prisión— dijo esta criatura a sí misma con su voz ronca y profunda. -Lady Amethyst—
Al pronunciar estas palabras apareció frente a la criatura un ligero fulgor de color magenta, el cual gradualmente adquirió la forma de una mujer humana de tez blanca y complexión delgada, con una larga cabellera color rosa y ataviada con un elegante vestido rojo.
-¿Me llamó, amo?— preguntó Lady Amethyst
-Ha llegado el momento que hemos estado esperando. Ha llegado la hora de que vayas a la superficie de este planeta y cumplas con la misión que te he encomendado— respondió la criatura.
-Prometo que no le fallaré, amo— respondió Lady Amethyst, y acto seguido volvió a convertirse en un fulgor y se desvaneció en el aire.
Finalmente habían terminado las clases. El primer día del año escolar estuvo cargado de actividades y para relajarse un poco las chicas decidieron ir a Fruits Parlor Crown al salir de la escuela.
-¡Estoy agotada!— exclamó Serena mientras tomaba asiento en la mesa de siempre.
-¡Igual yo!— replicó Mina mientras tomaba asiento al lado de Serena.
-¿Cómo pueden estar cansadas si el día de hoy fue muy tranquilo?— preguntó Amy.
-Para ti es fácil decirlo porque estás acostumbrada al trabajo escolar, Amy. Pero para nosotras no es así— respondió Serena.
-Bueno, si consideras que tienes una fuerte tendencia a ser muy perezosa, no resulta extraño que te sientas cansada tras el primer día de escuela— intervino Rei.
-¡¿Cómo dices?!— gritó Serena.
-Tranquila, Serena. No creo que Rei haya dicho eso con la intención de ofender— dijo Lita tratando de calmar a su amiga.
-Esta vez estoy de acuerdo con Rei— dijo Mina. -Después de todo ya saben lo que dicen: "Árbol que nace caído nunca se vuelve a levantar"—
-¡¿Y tú de que lado estás?!— recriminó Serena a Mina.
-Mina, el refrán en realidad dice: "Árbol que nace torcido nunca su rama endereza"— explicó Amy.
-¡No la apoyes!— reclamó Serena a Amy.
-Que bueno ver que están todas aquí, chicas— dijo una voz femenina que se estaba acercando a ellas. Todas las chicas alzaron la mirada y esbozaron una sonrisa al ver de quien se trataba.
-¡Unazuki! Que gusto verte— saludó Serena.
-También me alegro de verte, Serena— respondió Unazuki. -Y también me alegro de verlas a todas ustedes, chicas—.
-Lo mismo digo— respondió Rei. -Te fuiste tan rápido de la escuela que no tuve la oportunidad de platicar contigo—.
-Bueno, es que el trabajo nunca se acaba— dijo Unazuki. -Y hablando de trabajo, ¿cómo le ha ido a Darien? Hace tiempo que no lo veo—.
-Él… ha estado ocupado en el hospital— respondió Serena. Cuando se resolvió la amenaza de Sailor Galaxia, Darien volvió a hacer su viaje a Estados Unidos, y logró ser aceptado en Harvard a pesar de su ausencia tan larga. Además, ahora sí podía responder las llamadas y cartas de Serena. El año que duró el viaje de Darien fue muy duro para Serena a causa del distanciamiento, pero las cartas y llamadas telefónicas la ayudaron a sobrellevar el pesar que sentía, y también la reconfortaba el hecho de que su novio estuviera cumpliendo su sueño. Al graduarse, Darien había conseguido entrar en el programa de internos del Hospital de la Universidad de Tokio, y eso hizo que estuviera ocupado gran parte del tiempo, pero aun así lograba hacer tiempo para ver a Serena.
-Bueno, si algún día tiene tiempo libre que venga a visitarnos. Me encantaría platicar con él— dijo Unazuki mientras sacaba del bolsillo de su delantal una pequeña libreta y un lápiz para tomar las órdenes de las chicas.
Unos minutos más tarde, mientras las chicas disfrutaban de sus bebidas y platicaban sobre las cosas que les habían ocurrido durante el día, Rei sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo de forma súbita. Levantó la mirada por encima de las cabezas de sus amigas y empezó a observar detenidamente a toda la gente que estaba en el restaurante.
-¿Está todo bien, Rei?— preguntó Amy.
-S-s-sí. Solo… tuve la sensación de que algo malo iba a pasar— respondió Rei. Después se levantó de su asiento y recogió su maletín. -Disculpen, chicas, recordé que tengo tareas que atender en el templo. Las veré después—.
Todas veían a Rei mientras salía rápidamente del restaurante. -Nunca había visto a Rei tan apurada— dijo Serena.
-Tal vez tenía que atender un asunto muy importante— señaló Lita.
"Ha pasado mucho tiempo desde que tuve esta sensación. ¿Será posible… que haya un nuevo enemigo cerca?" decía Rei en su mente mientras se dirigía al templo de su abuelo.
Luna y Artemis estaban caminando por la calle disfrutando del sol de la tarde. Desde que el mundo había entrado en un estado de absoluta paz se dedicaban a pasar el tiempo recorriendo la ciudad.
-Ya se está volviendo un poco rutinario todo esto— dijo Luna de repente.
-Bueno, es que pasamos tanto tiempo ayudando a las Sailor Scouts a proteger el mundo que no terminamos acostumbrando a siempre estar trabajando— dijo Artemis.
-Lo sé, pero… ¿acaso solo eso podemos hacer?— preguntó Luna con un poco de irritación.
-Tal vez por ahora sí- respondió Artemis. –Pero no va a ser así para siempre. Recuerda que después de todo el futuro nos espera para criar a una pequeña niña—
-No creo poder esperar tanto tiempo— confesó Luna.
-Yo sé que lo lograrás— dijo Artemis. -Y estaré contigo para apoyarte—
Luna esbozó una sonrisa al oír aquellas palabras y siguió caminando junto con Artemis.
Siguieron andando por un rato hasta que llegaron al Parque No. 10. Luna estaba mirando los alrededores del parque cuando observó algo que atrapó su atención de inmediato.
-¿Ocurre algo, Luna?— preguntó Artemis al darse cuenta de que su compañera se había detenido.
-Algo está pasando ahí, Artemis— respondió Luna, y el gato blanco dirigió la mirada en la misma dirección que ella.
En la fuente del parque había un chico muy atento a un libro que estaba leyendo, y a unos metros de él había una mujer usando una gabardina y sombrero viendo al muchacho fijamente. Luna y Artemis se quedaron observando desde lejos para ver si llegaba ocurrir algo.
La mujer empezó a caminar hacia el joven quien seguía absuelto en su lectura, y cuando estuvo justo frente a él posó su mano derecha sobre la cabeza del chico, liberando en él una gran carga de energía oscura. Luna y Artemis se fueron de inmediato a buscar a las chicas tan pronto como vieron lo que estaba pasando.
Unos minutos más tarde, Serena y sus amigas estaban saliendo del restaurante y se disponían a irse a sus respectivas casas. Justo cuando terminaron de bajar las escaleras que daban acceso al establecimiento aparecieron Luna y Artemis corriendo hacia ellas.
-¡Chicas! ¡Tenemos un problema!— gritó Luna.
-¿Qué ocurre, Luna?— preguntó Serena mientras se acercaba a la gata.
-Hay una extraña mujer en el Parque 10, ¡y está atacando a un muchacho!— respondió Artemis.
-¡¿Cómo dices?!— preguntó Amy.
-Chicas, tienen que ir a ayudar a ese joven de inmediato— dijo Luna. Todas asintieron.
-Esperen. ¿Dónde está Sailor Mars?— preguntó Artemis.
-Rei regresó al templo Hikawa desde hace rato— respondió Lita.
-Entonces iré a buscarla y decirle que las alcance en el parque— dijo Artemis, y de inmediato empezó a correr rumbo al templo.
-No hay tiempo que perder, chicas. ¡Transfórmense!— ordenó Luna, y las chicas la obedecieron.
Una vez que ya estaban transformadas en Sailor Scouts, las cuatro chicas se dirigieron al Parque No. 10. Al llegar vieron que el lugar se encontraba completamente vacío.
-No hay nadie aquí— dijo Serena mientras observaba los alrededores en busca del muchacho en problemas.
-Igual no podemos confiarnos. Detecto una gran cantidad de energía negativa emanando de este lugar— señaló Amy mientras usaba su visor para analizar el lugar.
Las Sailor Scouts empezaron a caminar alrededor de la fuente en busca del chico en apuros y la misteriosa mujer en cuestión, pero no lograban verlos en ningún lado. De repente, de unos arbustos salió volando un objeto a alta velocidad que terminó golpeando a Sailor Venus de lleno en la cara, haciendo que cayera de espaldas en el suelo. Las otras Sailor Scouts se percataron de esto y de inmediato fueron a ayudar a su compañera caída.
-¡Venus! ¿Estás bien?— preguntó Sailor Moon.
-¿Alguien anotó la matrícula de ese auto?— preguntó Sailor Venus aún atontada por el golpe. Sailor Mercury vio el objeto que atacó a su compañera en el suelo y lo recogió.
-¿Eso es un libro?— preguntó Sailor Jupiter al verlo de cerca.
-Eso parece— respondió Mercury.
-¡Sailor Scouts!— gritó una voz masculina.
Las chicas voltearon en dirección de los arbustos justo cuando de ellos salía una silueta negra que se posó frente a ellas: un muchacho un poco más joven que ellas, de piel grisácea y cabello verde; iba vestido con un uniforme escolar de color negro, pero las mangas de su camisa estaban desgarradas, dejando ver sus musculosos brazos; llevaba una mochila en su espalda y varios libros gruesos en su mano izquierda.
-¿Quién es él?— preguntó Sailor Moon.
-¡Soy el estudiante de preparatoria más inteligente de todo Japón!— respondió el muchacho, y de inmediato arrojó uno de sus libros a las chicas, quienes saltaron hacia los lados para evitar el ataque. Sailor Jupiter había tomado en sus brazos a Sailor Venus para ayudarla a evadir el golpe.
-¿Qué ocurre? ¿Son tan tontas que no pueden enfrentar al estudiante de preparatoria más inteligente de Japón?— preguntó el joven mientras lanzaba más libros a las Sailor Scouts.
-¿Sabes? Para ser tan inteligente utilizas muy mal tus fuentes de conocimiento— replicó Sailor Mercury, y de inmediato atacó usando la Rapsodia Acuática de Mercurio, con lo cual dejó empapado al muchacho al igual que sus libros.
-¡Mis libros!— gritó el estudiante al verlos.
-Ahora no tienes con qué atacarnos— dijo Sailor Mercury.
-¿De verdad crees eso?— preguntó el estudiante mientras metía las manos a su mochila. En un rápido movimiento sacó varios lápices muy afilados y los lanzó a Mercury, haciendo que se clavaran en ella como si fueran cuchillos, dejándola gravemente herida.
-¡Oye! ¡Los lápices solo deben usarse para escribir poemas de amor y no para lastimar a las personas!— gritó Sailor Venus quien ya se había recuperado del ataque anterior. Ahora ella atacó a su enemigo usando el Rayo Creciente de Venus, pero antes de que el rayo hiciera contacto, el muchacho sacó de su mochila una lupa y con ella absorbió el rayo de Venus.
-¡No puede ser!— exclamó Sailor Venus al ver lo ocurrido.
-Ahora, señorita, es momento de su lección sobre refracción de la luz— dijo el estudiante. Giró la lupa sobre su eje, haciendo que el lado opuesto del lente apuntara hacia Sailor Venus, y de ella salió su Rayo Creciente pero amplificado. La Sailor Scout estaba tan sorprendida que no logró reaccionar a tiempo y terminó siendo golpeada por su propio rayo.
-¡Ya me harté de ti, monstruo!— exclamó Sailor Jupiter, y atacó con su Trueno de Júpiter, pero el muchacho rápidamente sacó una regla de plástico de su mochila y con ella recibió el trueno, deteniendo así el ataque. De inmediato sacó un sacapuntas de metal de su mochila y lo golpeo con la regla como si se tratara de una pelota de béisbol. El sacapuntas terminó golpeando a Sailor Jupiter en el estómago, y el impacto fue tan fuerte que sintió como si la hubieran golpeado con un bloque de cemento.
-¡Sailor Jupiter! ¡NOO!— gritó Sailor Moon al ver cómo se desplomaba su amiga.
-Parece que solo queda usted, señorita— dijo el estudiante mientras tomaba de su mochila más lápices para atacar a Sailor Moon.
Rei estaba caminando rumbo al Templo Hikawa pensando en el escalofrío que había sentido cuando estaba en el restaurante con sus amigas. "¿Será posible que haya un nuevo enemigo al acecho?" se dijo hacia sus adentros mientras trataba de hallar una explicación para lo que había sentido. La voz de un varón la sacó de sus pensamientos.
-¡Sailor Mars!—
Rei dejó de caminar y se dio la vuelta para ver quien la llamaba. Se trataba de Artemis quien iba corriendo a toda velocidad hacia ella.
-¿Qué ocurre, Artemis?— preguntó Rei.
-Mars, las Sailor Scouts están enfrentando a un enemigo en el parque. ¡Debes ir a ayudarlas!— respondió Artemis.
-¿¡Cómo dices!?— exclamó Rei. "Entonces mi presentimiento era correcto", pensó la chica mientras empezaba a correr rumbo al parque.
El muchacho era implacable. No importaba cuantas veces Sailor Moon lograba evadir sus ataques, él seguía lanzando lápices intentando lastimarla.
-¡Basta! ¡Por favor, basta!— gritó Sailor Moon con un ligero sollozo.
-¡No me detendré sino hasta acabar con todos mis rivales!— exclamó el estudiante al tiempo que lanzaba otro lápiz. Esta vez logró hacer contacto con Sailor Moon, justo en su tobillo izquierdo.
Serena soltó un grito de dolor. El lápiz había logrado atravesar su tobillo. Incapaz de mantenerse de pie, la chica se desplomó. Una vez caída, el muchacho empezó a acercarse a ella. -Ahora nada ni nadie podrá quitarme el título de estudiante de preparatoria más inteligente de Japón— dijo el estudiante al tiempo que levantaba otro lápiz para dar el golpe final. Pero antes de poder atacar, el grito de una chica lo detuvo en seco.
-¡Saeta Llameante de Marte!—
Del cielo cayó una llamarada justo encima del muchacho, logrando mermarlo. Sailor Moon lanzó la mirada hacia el punto de origen de la llamarada, y se alegró de ver a Sailor Mars en el lugar.
-¡Hazlo ahora, Sailor Moon!— gritó Sailor Mars. Sailor Moon asintió.
Serena empuñó el Cetro de la Tiara Eterna y atacó con la Dulce Luz de las Estrellas de las Sailor Scouts, logrando conectar un golpe fulminante…
O al menos eso creía.
Cuando la luz generada por el ataque se disipó, tanto Sailor Moon como Sailor Mars vieron exactamente lo mismo: el villano al que estaban enfrentando seguía de pie sin ningún rasguño, como si no hubiera recibido el ataque.
-¿Eso es lo mejor que puedes hacer, pequeña tonta?— preguntó el estudiante tras unos instantes.
Ambas Sailor Scouts estaban impactadas. Ninguno de los villanos a los que habían enfrentado antes había logrado sobrevivir a la Dulce Luz de Estrellas de las Sailor Scouts, pero ahora estaban enfrentando a uno que la resistió sin problemas.
¿Quién era este villano? ¿Dónde obtuvo su poder? ¿Cómo logró resistir el ataque más poderoso de Sailor Moon? Y lo más importante:
¿Cómo lograrían detenerlo?
