Sailor Moon y Sailor Mars estaban pasmadas. El monstruo al que enfrentaban no solo había logrado vencer a Sailor Mercury, Venus y Jupiter, sino que también logró sobrevivir al ataque más poderoso de Sailor Moon. Las Sailor Scouts de inmediato comprendieron que se encontraban metidas en un grave aprieto. -Por cierto, ¡está prohibido hablar durante la clase!— exclamó el muchacho al tiempo que sacaba unas tijeras de su mochila y las lanzaba a Sailor Mars. La Sailor Scout estaba lista para evadir el ataque, pero no contaba con que las tijeras aumentaran de tamaño antes de llegar a ella y la terminarían aprisionando al clavarla en el suelo, y para empeorar su situación, las tijeras se cerraron de golpe para partirla por la mitad; si no hubiera metido las manos a tiempo para detener las cuchillas, Sailor Mars hubiera muerto en ese instante.
-¡Sailor Mars, resiste!— gritó Sailor Moon al ver a su amiga en problemas.
-¡Y ahora le daré fin a esta tontería!— gritó el monstruo tomando otro lápiz de su mochila y lanzándose hacia Sailor Moon.
Serena estaba petrificada. El miedo y el dolor que sentía le impedían actuar, y solo podía ver cómo su enemigo se abalanzaba sobre ella como si fuera a apuñalarla. La chica se limitó a cerrar los ojos y a gritar aterrada -¡NOOOOO!—
Y entonces ocurrió un milagro.
Justo cuando Serena iba a ser apuñalada, su broche empezó a emitir una luz blanca muy brillante, cubriendo todo a su alrededor. El tiempo se paralizó. Todo entró en un estado de absoluta calma. De forma gradual el parque iba siendo reemplazado por un lugar blanco y vacío. Serena abrió sus ojos al notar que nada le ocurría y se sorprendió al ver ese lugar.
-Levántate, hija mía— dijo una voz femenina de repente.
Serena obedeció y se puso de pie. Justo en ese momento notó que la herida que tenía en su tobillo había desaparecido. Empezó a observar sus alrededores tratando de encontrar el origen de la voz. Cuando miró detrás de ella logró distinguir una silueta femenina que se acercaba a ella. Al principio no logró ver de quien se trataba, pero conforme la distancia entre ellas se hacía menor, Serena logró ver mejor de quién se trataba. Era imposible no reconocer su vestimenta elegante, su cabello plateado y sus delicadas facciones.
-Reina Serenity— dijo Sailor Moon casi en un susurro. La reina le acarició suavemente la mejilla.
-Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, mi pequeña Serenity— dijo la reina viendo a Serena a los ojos.
-¿Qué fue lo que pasó?— preguntó confundida Sailor Moon.
-Vi lo que estaba ocurriendo y decidí intervenir— respondió la reina.
-¿Intervenir? Pero yo creí…— pero antes de que Serena pudiera seguir hablando su madre la interrumpió poniendo su mano sobre el hombro de su hija.
-Siempre estoy cuidando de ti, y no hay nada que pueda impedirlo— dijo la reina con una sonrisa amable. Sailor Moon la devolvió.
-Reina Serenity, las Sailor Scouts y yo enfrentamos a un enemigo muy distinto a cualquiera que hayamos enfrentado— dijo Serena cambiando su sonrisa por una expresión más seria. -Sailor Mars, Sailor Jupiter, Sailor Venus y Sailor Mercury fueron derrotadas por este enemigo sin ningún problema, y cuando quise purificarlo con el poder del Cetro de la Tiara Eterna no logré tener efecto alguno sobre él—
-Lo pude ver, hija mía— respondió la Reina Serenity. -He estado observando detenidamente a este enemigo y creo saber qué es lo que ocurre—
"Este monstruo al que están enfrentando está consumido por una energía maligna que ha sumido su mente en la oscuridad. Pero esta oscuridad no parece provenir de algún lugar en el universo; por más que busqué no logré encontrar el origen de aquella oscuridad. Tengo la sospecha de que, de algún modo, la oscuridad que lo envenena proviene de su interior".
-¿De su interior? ¿Cómo es eso posible? — preguntó Sailor Moon.
-No estoy segura— respondió la Reina Serenity. -Lo único que puedo decirte es que esta oscuridad es tan poderosa que no puede ser vencida solamente con la luz de las estrellas. Solo la luz de la Luna puede hacer frente a los poderes de este enemigo—
La Reina Serenity levantó su mano hacia el cielo, y empezó a brotar de él un resplandor blanco muy brillante que la envolvía. Después, de ese mismo resplandor empezó a descender una especie de linterna antigua, similar a las que Serena había visto en ilustraciones de sus libros de historia. La Reina Serenity tomó la linterna y la acercó a Sailor Moon.
-Esta linterna es capaz de almacenar la luz de la Luna para poder utilizarla en la purificación de los enemigos— explicó la Reina Serenity. Serena la tomó y la miró detenidamente.
-Para poder utilizar el poder de la linterna debes apuntar el foco hacia tu enemigo y decir "Sagrada Luz de Luna, purifica", y siempre deberás colocarla bajo la luz de la Luna para poder recargar su energía— explicó la reina.
-¿Y será lo suficientemente fuerte como para vencer a este enemigo?— preguntó Serena. La reina sonrió y le acarició la cabeza.
-Ten fe, mi pequeña Serenity. Confía en tu poder y en el poder de la luz que protege a nuestro hogar— respondió la Reina Serenity, y lentamente empezó a elevarse en el aire al tiempo que se desvanecía en él.


El monstruo estaba pasmado ante lo que veía. De manera súbita había aparecido un resplandor muy brillante en frente de él, protegiendo a la chica que pretendía atacar dejándolo inmóvil. Este resplandor era tan poderoso que el calor que emanaba logró hacer que las Sailor Scouts recobraran la conciencia.
-¿Qué está pasando?— preguntó Sailor Mercury mientras lentamente se reincorporaba.
Sailor Mars, quien seguía batallando con las tijeras gigantes, se detuvo un momento al ver aquel resplandor. "Esa luz tan brillante… solo puede significar una cosa", pensó al notar el inmenso poder que emanaba de aquella luz. De repente, ese resplandor tan brillante se convirtió en una pequeña explosión que mandó a volar por los aires al muchacho; la onda expansiva fue tan potente que logró destruir las tijeras que aprisionaban a Sailor Mars.
Cuando los restos de la explosión se desvanecieron, tanto las Sailor Scouts como el monstruo miraron con atención a Sailor Moon: seguía llevando su ropa de su transformación Eternal, pero su cetro había sido reemplazado por la linterna que le había entregado su madre, la Reina Serenity. Las chicas se quedaron sorprendidas al verla, el muchacho la miró con ira.
-Es hora de que vuelvas a la luz, alma perdida en la oscuridad— dijo Sailor Moon al tiempo que alzaba la linterna para apuntar su foco hacia el enemigo. Una vez hecho esto, dijo las palabras que la Reina Serenity le enseñó, "Sagrada Luz de Luna, purifica", y de la linterna salió un potente rayo de luz blanca que golpeó de lleno al muchacho, quien empezó a convertirse en una silueta negra que casi de inmediato empezó a descarapelarse. Sailor Moon miró atentamente a la figura para ver que era lo que ocurriría, y tras unos instantes vio como se desmoronaba la silueta para dar paso a la verdadera forma del muchacho: un joven delgado de facciones delicadas, tez ligeramente pálida, cabello negro desaliñado y ataviado con un pulcro uniforme escolar negro. El joven, aparentemente debilitado por la transformación, se desplomó en el suelo una vez que regresó a la normalidad.
A unos metros de distancia del lugar se encontraba Lady Amethyst escondida detrás de un árbol. Ella había presenciado toda la pelea entre las Sailor Scouts y su víctima. "El plan de mi amo salió a la perfección a pesar de la intervención de esas niñas", dijo Lady Amethyst en su mente. Después se convirtió en un fulgor y se fue de ahí.
-¿Viste lo que pasó, Artemis?— preguntó Luna a su compañero.
-Lo vi, y todavía no puedo creerlo— respondió Artemis incrédulo. Ambos gatos habían presenciado toda la batalla desde una distancia segura, y habían visto como Sailor Moon era envuelta por el resplandor tan poderoso que emitió su broche para después emerger de él portando aquella linterna. Artemis se había sorprendido más que Luna con lo acontecido pues ver el Ataque de Sailor Moon le había recordado el ataque del Rayo Creciente que Mina utilizaba cuando era Sailor V.
Las Sailor Scouts lograron ponerse de pie y se acercaron a Sailor Moon. Todas estaban sorprendidas y confundidas con lo que había ocurrido.
-¿Están bien, chicas?— preguntó Sailor Moon a sus compañeras. Todas asintieron. Después Serena miró hacia el cielo en dirección de donde ella creía que estaba la Luna y dijo en su mente "Reina Serenity, gracias por ayudarme a vencer a este enemigo tan poderoso. Pero… ¿Qué significa lo que me dijiste sobre que la oscuridad de este enemigo parecía provenir de su interior?"


De regreso en su guarida, Lady Amethyst fue a buscar a su amo para informarle sobre lo ocurrido.
-Lady Amethyst, puedo deducir por la energía que recibí que el resultado de tu misión fue positivo— dijo la criatura de humo al percibir la presencia de su subordinada.
-Así es, amo. Y debo decir que estaba en lo correcto— dijo Lady Amethyst. -Cuando transmití la energía oscura al humano que elegí de inmediato su cuerpo aceptó mi regalo y empezó a transformarse en frente de mis ojos, y una vez que estuvo transformado empezó a emanar oscuridad por montones—
-Sí. Pude percibir esa oscuridad cuando llegó a mí— respondió la criatura. -Sin embargo, quiero que me digas por qué el flujo de oscuridad se interrumpió de manera tan repentina—
-Eso es lo que estaba a punto de decirle, mi amo— dijo Lady Amethyst. -Un grupo de cinco chicas enfrentó a nuestro humano de prueba, y una de ellas logró eliminar la energía oscura que deposité en él—
La criatura no respondió. Lady Amethyst empezó a ponerse nerviosa ante la falta de respuesta de su amo. ¿Acaso estaba molesto ante su incapacidad de mantener al humano intacto para transmitir energía? ¿O estaba sorprendido al oír que alguien logró eliminar su energía oscura depositada en un humano? ¿Estaba repensando su plan para atacar a la superficie terrestre? La incertidumbre la carcomía, pero sin importar lo que pasara, estaba dispuesta a hacer todo lo que fuera posible por complacer a su amo.
Finalmente, la criatura rompió el silencio. -No podemos permitir que nada ni nadie se interponga en mis planes. Lady Amethyst, quiero que sigas con el plan original de consumir a los humanos para que liberen la oscuridad de su interior y así yo la pueda absorber. Pero también quiero que tengas vigiladas a esas chicas que mencionaste. Obsérvalas y busca su punto débil; de esa forma las derrotaremos y aprenderán que no hay forma de vencer a la oscuridad—
-Como usted ordene, amo— respondió Lady Amethyst, y acto seguido se transformó en un fulgor y se fue de la cueva.


-¿Eso fue lo que te dijo la Reina Serenity— preguntó Amy con cierta incredulidad ante el relato de Serena. La chica simplemente asintió. No podía dejar de ver el collar que ahora tenía en las manos. Al terminar la batalla en el parque, las chicas regresaron a su estado normal, y al hacerlo, la linterna de Serena se había convertido en un dije para collar, el cual era el que estaba observando Serena tan atentamente mientras estaba con sus amigas en el Templo Hikawa.
-¿Qué creen que pudo ser lo que trajo a ese monstruo a la ciudad?— preguntó Lita a sus amigas.
-Debe de tratarse de un enemigo muy poderoso como para que la reina Serenity tuviera que intervenir— señaló Luna.
-¿Pero qué clase de enemigo logra obtener oscuridad del interior de los seres humanos?— preguntó Mina.
-No estoy seguro, pero sin duda es algo muy serio si la única forma de combatirlo es con el poder de la luz de la Luna— respondió Artemis.
-¿Tú cual crees que sea la causa de todo esto, Serena?— preguntó Rei. Serena no contestó.
-¿Serena?— llamó Rei con algo de irritabilidad en su voz. Siguió sin recibir respuesta.
-¡Serena!— gritó Rei esta vez, pero de nuevo fue ignorada. Se disponía a darle un zape a Serena molesta por su actitud, pero antes de poder conectar el golpe la chica rubia se puso de pie y caminó hacia el centro del patio frontal del templo. Sus amigas se le quedaron viendo confundidas.
Serena se detuvo al llegar al centro y alzó la mirada hacia el cielo rojizo del atardecer, en dirección de donde ella creía que se encontraba la Luna.
Se quedó viendo el cielo con varios pensamientos recorriendo su mente, pero era uno el que siempre estaba presente:
"Mamá… ¿estás segura de que había oscuridad en aquel muchacho al que enfrentamos?"