Un nuevo día había llegado. Serena volvió a levantarse temprano para desayunar junto con su hermano y llegar a tiempo a la escuela. Todo esto podría haber sido algo bueno si no fuera por el hecho de que su mente se encontraba consumida por los sucesos que tomaron lugar el día anterior. Todavía resonaban dentro de su cabeza las palabras que le había dicho su madre la Reina Serenity:

"Tengo el presentimiento de que esta oscuridad, de algún modo, proviene de su interior"

La última vez que había tenido que afrontar una amenaza de esta índole fue cuando se enfrentó a Sailor Galaxia: ella le dijo a Galaxia que siempre existirían la luz y oscuridad en conjunto, pues la existencia de una dependía de la otra, y este hecho era evidente por los monstruos de Sailor Galaxia que eran humanos a los cuales se les arrebataba su fuente de luz: su semilla estelar.

¿Acaso una amenaza del mismo tipo había llegado a la Tierra? Y si era así, ¿qué clase de peligro corrían ella y sus amigas ahora?

Estaba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que ya había llegado con sus amigas quienes intentaban platicar con ella.

-Buenos días, Serena— saludó Mina. La chica no respondió.

-¿Está todo bien, Serena?— preguntó Amy al notar que su amiga estaba muy distraída.

-Serena, estás más distraída que de costumbre— comentó Lita, pero Serena seguía sin dirigirles la palabra. Rei finalmente enfureció ante esta actitud y terminó teniendo la reacción más agresiva de todas. -¡Reacciona, Serena!— gritó la chica, logrando atraer la atención de Serena a la vez que espantaba a las demás.

-Buenos días, chicas— dijo ella. -¿Cómo les va?—

-Serena, ¿qué ocurre? Estás demasiado apagada el día de hoy— preguntó Lita.

-¿Aún piensas en lo que te dijo la Reina Serenity?— preguntó Amy. Serena asintió.

-No te preocupes, Serena— dijo Mina. -No importa se lo que dijo la Reina Serenity es verdad o no. Lo importante es que podremos derrotar a cualquier enemigo que aparezca mientras estemos juntas—

-Así es. Ya hemos derrotado enemigos poderosos antes y podremos hacerlo una vez más— dijo Rei, logrando que Serena esbozara una pequeña sonrisa.

-Tienen razón, amigas— dijo Serena. -Creo que no lograré nada si solo me pongo a darle vueltas a este asunto en mi cabeza, así que me enfocaré en el presente— Serena sonrió mucho más animada y dijo -Y mi presente incluye tener una cita con Darien esta noche, así que pondré toda mi atención en la escuela para que el tiempo pase mucho más rápido— y tras decir esto Serena empezó a correr alegremente hacia la escuela. Las chicas simplemente observaban como se iba a toda velocidad del lugar.

-Esa es la Serena que todos conocemos y amamos— dijo Lita.

-Así es. Siempre alegre y vivaz sin importar los problemas— secundó Amy.

-Así es como deberían ser nuestras vidas: alegres y sin preocupaciones— comentó Mina.

-Pues ya habrá tiempo para eso. Por ahora si no nos damos prisa vamos a llegar tarde a clases— señaló Rei. -Las veré en la tarde, chicas—

El grupo de amigas se despidió y se separó para ir a sus respectivas escuelas.


Sonó el timbre indicando el inicio de las clases. Serena, Amy, Lita y Mina estaban platicando en sus lugares mientras esperaban a que el profesor llegara. Un par de minutos después el profesor llegó y todos los estudiantes fueron a sus lugares y guardaron silencio.

-Buen día, alumnos— saludó el profesor. -Espero que su primer día de clases haya sido fructífero, porque el día de hoy vamos a trabajar arduamente—

"Parece que me equivoqué. Creo que el tiempo no va a irse tan rápido como me gustaría", pensó Serena con amargura al escuchar las palabras del profesor.

-Antes de empezar la clase me gustaría presentarles a un estudiante nuevo— dijo el profesor. -Es un estudiante de intercambio que ha venido desde México para estudiar con nosotros durante un año. Pase por favor, jovencito—

En ese momento ingresó al salón un muchacho esbelto y muy alto, de tez ligeramente morena y facciones de leve forma cuadrada. Su cabello negro estaba un poco despeinado y usaba lentes de micas rectangulares sobre sus ojos negros. Este joven se quedó parado frente al grupo e hizo una reverencia para saludar a todos. -Me da mucho gusto conocerlos. Mi nombre es Daniel García. Espero poder llevarme bien con ustedes— dijo él.

Serena, Mina y Amy vieron al chico nuevo con una expresión neutra, aunque Mina en realidad estaba decepcionada porque el chico nuevo no era tan guapo como los idols que a ella tanto le gustan. Pero Lita tenía una opinión muy diferente: aunque este estudiante nuevo no era tan atractivo como los artistas que aparecían en TV, había algo en él que lograba capturar su atención, aunque no estaba muy segura de qué era.

Daniel tomó asiento junto al grupo de Serena, Amy, Lita y Mina y fue cuando la clase comenzó. Lita no pudo evitar mirarlo mientras tomaba notas de lo que decía el profesor, y cuando Mina y Serena se dieron cuenta de esto decidieron jugar un poco con ella.

-Oye, Lita, ¿no crees que estás viendo con demasiado interés al chico nuevo?— preguntó Serena.

-¿Qué? N-n-no. Es que… hay algo en él que me pone inquieta— respondió Lita.

-¿Qué te inquieta? ¿Cómo el hecho de que se parece al muchacho que te rompió el corazón?— preguntó Mina con un ligero tono de burla y sugestión.

-N-n-no. Claro que no— respondió Lita poniéndose roja de la vergüenza.

-¿Estás segura? Porque cada vez que conoces a un muchacho siempre dices que se parece a aquel chico que te rompió el corazón— señaló Serena imitando el tono de Mina.

-Eso no es cierto— respondió Lita con una mezcla de enojo e incomodidad.

-Claro que es cierto— replicó Mina. -De hecho, siempre terminas actuando de la misma forma— y acto seguido Mina empezó a imitar la forma de actuar de Lita cuando se enamoraba de alguien: la mirada de ilusión dirigida al horizonte, las manos entrelazadas como si fuera a decir una plegaria, y con una voz suave dijo la característica frase de Lita para estas situaciones: "Él se parece al muchacho que me rompió el corazón". Serena no pudo evitar reírse con la imitación hecha por Mina.

-¡Señorita Aino! ¡Señorita Tsukino! Si su plática es más importante que mi clase, será mejor que salgan al pasillo para que puedan platicar más cómodas— exclamó el profesor molesto con la súbita interrupción de su clase.

-Disculpe, profesor— respondieron ambas chicas al unísono. Ahora fue Amy quien soltó una risita.

La clase continuó al mismo tiempo que las chicas retomaban su plática. -Oye, Lita, ¿y si en lugar de solo verlo le dices algo?— preguntó Serena.

-N-n-no creo que sea una buena idea— respondió Lita.

-Vamos, Lita, no seas tímida— dijo Serena. -Es más, voy a ayudarte—

En un rápido movimiento Serena cambió de lugar con Amy quien estaba sentada detrás de Lita. Después tocó a Daniel en el hombro para llamar su atención y él volteó en su dirección, viendo como ella lo saludaba con la mano.

-Hello— dijo Serena con voz baja y un tono de voz alegre. El chico la vio con extrañeza.

-Jou ar… kan llu…— murmuró Serena en lo que para ella era inglés. En su emoción por ayudar a Lita había olvidado que ella no sabía hablar bien aquel idioma, el cual posiblemente era la única forma de comunicación que podía tener con él. Pero su preocupación (así como su dignidad) se desvanecieron cuando él le respondió.

-Señorita, SÍ puedo hablar su idioma—

Serena quedó tan impactada y avergonzada al recibir esa respuesta que rápidamente guardó silencio y mejor enfocó su atención en su libro. Amy volvió a soltar una risita mientras Mina miraba impactada a Daniel, pero Lita permanecía con una expresión neutra en su rostro. Aunque al principio se sintió mortificada por lo que pudiera decir Serena, al final volvió a sentirse tranquila al ver como Daniel manejaba la situación. Tras esto, Lita pasaría toda la clase sin prestar atención a lo que decía el profesor mientras observaba atentamente a su nuevo compañero.


En el centro de la ciudad, mientras las personas se dirigían hacia sus trabajos o abrían los locales de sus negocios, Lady Amethyst caminaba por las calles usando una gabardina y sombrero para ocultar su identidad. En su mente estaba creando un nuevo plan para cumplir con la misión que le había encomendado su amo mientras observaba a las personas a su alrededor. "Necesito encontrar a alguien que pueda generar suficiente oscuridad para fortalecer a mi amo, pero a su vez pueda dar pelea contra esas chicas que frustraron mi plan anterior en caso de que vuelvan a aparecer".

Lady Amethyst estaba tan sumida en sus pensamientos y sus observaciones que no se dio cuenta de la hoja de papel que estaba volando hacia ella, y para cuando volvió a fijar la mirada al camino frente a ella, la hoja de papel terminó estrellándose en su cara. "Malditos sean estos humanos y sus residuos. Siempre están consumiendo artículos innecesarios o inútiles y cuando ya cumplieron su función no son capaces de eliminar los restos de forma apropiada", pensó Lady Amethyst con rabia mientras se quitaba del rostro la hoja de papel, y una vez que lo hizo pudo ver el contenido de esta, lo cual le dio de inmediato una idea.

"Interesante", pensó tras ver el papel. "Creo que he encontrado una víctima perfecta.


La jornada escolar finalmente terminó. Los estudiantes empezaron a retirarse del salón para volver a casa o a sus actividades ajenas a la escuela. Serena, Lita, Mina y Amy estaban guardando sus cosas al mismo tiempo que estaban planeando lo que harían aquella tarde. Lita daba pequeñas miradas de reojo al chico nuevo, esperando a que saliera del salón para poder platicar con él en privado. Cuando vio que tomaba su maletín y se disponía a irse, Lita se separó de sus amigas y se dirigió hacia la salida del aula.

-¿Tú qué opinas, Lita?— preguntó Serena tras proponer que fueran al centro de videojuegos. Al no recibir respuesta, las chicas voltearon a ver el lugar de Lita.

-¿A dónde se fue?— preguntó Serena confundida.

-Yo no vi en qué momento se fue— respondió Amy igualmente confundida.

-Está allá— dijo Mina señalando hacia la puerta del aula. Serena y Amy alcanzaron a ver como Lita salía del salón justo detrás de un compañero, así que tomaron sus cosas y se dispusieron a salir del salón, pero cuando estaban a punto de salir vieron algo que las hizo detenerse. Para sorpresa de Amy y Mina y satisfacción de Serena, Lita estaba intentando platicar con Daniel.

-¿Puedo ayudarla en algo, señorita?— preguntó Daniel a Lita. Ella estaba nerviosa, así que tardó un poco en responder la pregunta.

-Me… me… me… quería disculpar… por la forma en que te trató mi amiga— dijo Lita entre tartamudeos.

-No hay problema. Estoy acostumbrado a ese tipo de cosas— respondió Daniel. Lita permaneció callada.

-Bueno… Si eso era todo lo que tenías que decirme, entonces creo que me iré— dijo Daniel dando media vuelta para irse a casa. -¡Espera!— exclamó Lita al tiempo que tomaba al chico de su muñeca. Él se volteó a verla confundido.

-Sé que esto va a parecer súbito, pero… ¿tienes planes para esta tarde?— preguntó Lita. Amy y Mina se quedaron pasmadas ante esta pregunta, mientras la sonrisa de satisfacción de Serena se acentuaba más al escuchar esto.

-De hecho necesito atender algunos asuntos sobre mi lugar de alojamiento, así que voy a estar ocupado. Pero si necesitas ayuda con algo mañana estaré libre— respondió Daniel. Como Lita se quedó callada, Daniel se dio la vuelta y se fue de ahí. Lita simplemente se quedó inmóvil viendo cómo se alejaba el muchacho, sin entender el sentimiento que empezó a recorrer su cuerpo. Las demás chicas se quedaron escondidas tras la puerta del salón, viendo todo lo que ocurrió.

-Nunca imaginé que Lita intentaría hablar con él— dijo Amy.

-Sin duda es más atrevida de lo que creí— dijo Mina.

-Y yo sé que es lo que debemos hacer ahora— señaló Serena. Mina y Amy la miraron confundidas, pero ella simplemente se limitó a soltar una risita malvada.


Daniel iba caminando tranquilamente por la calle pensando en todas las cosas que tenía que hacer aquella tarde. No se había percatado que a tan solo unos metros detrás de él se encontraban Serena y sus amigas siguiéndolo para averiguar el lugar en donde vivía.

-No creo que esto sea una buena idea, Serena— comentó Lita.

-Estoy de acuerdo con Lita. Podríamos ir a la cárcel por hacer esto— señaló Amy.

-Es que ustedes no han estado profundamente enamoradas, chicas. Cuando se está enamorada hay que hacer todo por hacer ese amor realidad— respondió Mina.

-Pero eso no hace que deje de ser acoso— refutó Amy.

-Tranquilas, chicas. Si pasa algo simplemente decimos que íbamos a visitar a un amigo— dijo Serena tratando de calmar a sus amigas.

-No sabía que éramos amigos— dijo una voz masculina detrás de Serena.

Amy, Lita y Mina se quedaron petrificadas. Serena se dio la vuelta lentamente rogando que la voz no perteneciera al chico al que estaban siguiendo. Desafortunadamente sí era él, y ahora lo tenía de frente viéndola con una expresión neutra.

-¿Hay algún motivo especial por el cual decidieron seguirme hasta mi departamento?— preguntó Daniel manteniendo su expresión neutra. Serena se quedó muda. No logró imaginar una excusa para andar siguiéndolo después de la escuela. Fue Lita quien logró pensar en una excusa y sacó a Serena del apuro.

-Ella venía a disculparse—

Daniel miró a Lita con un gesto de duda y preguntó -¿Disculparse por qué?—

-A disculparse por la forma en que te trató esta mañana en la escuela— respondió Lita.

-Pero… tú ya me habías ofrecido una disculpa en la escuela cuando iba de salida— señaló Daniel.

-Lo sé, pero creo que mi amiga debe disculparse personalmente por lo que hizo— respondió Lita.

El muchacho se cruzó de brazos y preguntó -¿Y para pedirme una disculpa pensaron que era buena idea seguirme hasta mi casa como si fueran un grupo de acosadoras?— Ahora las chicas se quedaron sin nada que decir. Su falta de respuesta hizo que Daniel soltara un suspiro y les dijera -Miren, señoritas. No sé que fue lo que les hizo pensar que estaba bien seguirme hasta mi casa, pero a menos que quieran que llame a la policía para denunciarlas por acoso, será mejor que hagan algo por mí— La amenaza de denuncia con la policía hizo que de inmediato las chicas aceptaran hacer cualquier cosa que él les pidiera. Para su buena suerte, lo que les pidió era algo muy sencillo.


Rei volvió a consultar su reloj. Ya habían pasado 20 minutos de la hora que habían acordado. Luna, Artemis y ella estaban haciendo fila afuera de un nuevo restaurante en el centro de la ciudad mientras esperaban la llegada de Serena, Mina, Lita y Amy para poder almorzar. Habían acordado llegar temprano para poder pasar primero, pero su tardanza hizo que Rei tuviera que dejar pasar a otras personas de la fila mientras ella las seguía esperando.

-¿Por qué tardarán tanto?— se preguntó Rei.

-Seguramente Serena tuvo una mala idea de hacer algo después de clases y terminó arrastrando a las demás con ella— respondió Luna.

-Aunque considerando que Mina tiende a apoyar a Serena en todo no me extrañaría que la haya ayudado a convencer a las demás de seguirla— señaló Artemis.

-Espero que lleguen pronto o no podremos entrar— comentó Rei. Justo en ese momento una voz femenina gritó su nombre.

-¡Rei! ¡Ya llegamos!—

Ella volteó en dirección del grito y vio como sus amigas se acercaban a su lugar. Estaba tan molesta por su tardanza que no se percató que había un muchacho con ellas.

-¡¿Por qué tardaron tanto en llegar?!— exclamó Rei en cuanto las chicas llegaron a su lado.

-Me disculpo. Llegaron tarde por mi culpa— dijo el chico que estaba con las chicas.

-¿Y tú quien eres?— preguntó Rei viendo al muchacho con extrañeza.

-Mi nombre es Daniel García. Es un gusto conocerte— respondió Daniel haciendo una pequeña reverencia. -Soy un estudiante nuevo en el colegio de tus amigas—

-¿Estudiante nuevo?— preguntó Rei sintiéndose confundida. De repente, la chica conectó varios puntos imaginarios dentro de su mente y logró entender lo que pasaba, así que volteó a ver a Serena con desdén, y ella simplemente se limitó a soltar una risita nerviosa.

-Siento que hay algo raro con este chico— dijo Artemis a Luna.

-Tal vez tengas razón, pero no podemos sacar conclusiones todavía— respondió ella.

-Tus amigas me estaban siguiendo mientras iba a mi departamento, y cuando las descubrí les dije que tenían que invitarme a comer o las denunciaría con la policía por acoso— explicó Daniel.

-Y fue cuando recordamos que acordaríamos que nos veríamos aquí— intervino Mina.

-¡¿Y no pudieron venir aquí en vez de perseguir a un muchacho como si fueran unas acosadoras locas?!— exclamó Rei.

-Tranquila, señorita. Solo voy a comer y después me iré— dijo Daniel. Justo en ese momento Rei sintió un escalofrío. Vio como una mujer usando una gabardina y sombrero pasaba junto a la fila de clientes del restaurante y entraba al lugar sin problema alguno. Ella se quedó viendo a aquella mujer con extrañeza.

-¿Está todo bien?— preguntó Daniel. Rei solamente asintió.

-¿Quién se cree esa mujer para entrar sin hacer fila?— exclamó Serena.

-Tal vez sea una reportera haciendo u reportaje sobre el restaurante— dijo Amy.

-¿Pero no sería más sencillo hacer el reportaje cuando no haya tanta gente?— preguntó Lita.

-No creo que importe siempre y cuando podamos comer— respondió Mina.

-Entonces será mejor que esperemos nuestro turno en la fila— dijo Daniel.

En ese momento se escuchó el grito de un hombre provenir del interior del restaurante. Las chicas entraron de inmediato al lugar y se sorprendieron al ver lo que ocurría: la mujer que Rei vio entrar al restaurante estaba atacando a uno de los chefs con relámpagos negros. De inmediato Serena trató de intervenir.

-¡¿Por qué estás atacando a ese hombre?—

La mujer giró levemente la cabeza, y al ver a las chicas detuvo su ataque y se desvaneció en el aire. Ellas se sorprendieron ante esa súbita desaparición, pero su sorpresa se volvió preocupación cuando oyeron gritar al hombre, y al dirigir la mirada hacia él vieron como su cuerpo estaba sufriendo una transformación: su piel se estaba tornando verde, los músculos de sus brazos empezaron a crecer hasta que rompieron las mangas de su filipina; sus orejas se volvieron puntiagudas y su cabello se tiñó de color azul marino.

Todo el mundo en el restaurante se quedó mudo ante lo que habían visto. El chef simplemente se limitó a mirar con rabia a todos los comensales. Cuando fijó la mirada en las chicas tomó unos cuchillos que tenía cerca de él y se dispuso a lanzarlos, pero Daniel reaccionó en ese momento y gritó -¡Vámonos de aquí!—

Los seis adolescentes salieron a toda velocidad del restaurante al mismo tiempo que los cuchillos destruían la fachada del edificio desde dentro. Todos los comensales empezaron a huir del lugar al mismo tiempo que el chef salía a toda velocidad persiguiendo a los chicos.

-¡¿Por qué nos está persiguiendo a nosotras?!— preguntó Serena al ver al villano detrás de ellas.

-Tal vez vio algo en nosotras que llamó su atención— respondió Amy. En ese momento el chef materializó más cuchillos y los lanzó hacia los adolescentes, quienes lograron esquivarlos por poco.

Daniel iba hasta el frente del grupo, y estaba pensando una forma de poder escapar. Al ver que se acercaban a una intersección de calles tuvo una idea. -Escuchen, chicas. Tengo un plan. Cuando lleguemos al final de la acera nos dividiremos en dos grupos. A quien no persiga el monstruo puede ir por ayuda. ¿Entendieron?—

-¿Estás seguro de que funcionará?— preguntó Rei.

-Debemos intentarlo—respondió Daniel.

Llegaron a la intersección y pusieron el plan en acción: Serena, Mina, Amy y Rei giraron hacia la izquierda, mientras que Daniel y Lita siguieron corriendo hacia enfrente. El monstruo ignoró al grupo de Serena y siguió persiguiendo a Lita y Daniel.

-El plan de Daniel funcionó— dijo Amy.

-Ahora podemos transformarnos para enfrentar a este enemigo— señaló Rei. Mina y Serena asintieron.

Lita y Daniel seguían corriendo. El chef seguía persiguiéndolos y atacándolos, pero ambos jóvenes lograban esquivar los ataques. -Debemos seguir corriendo hasta que llegue la ayuda— dijo Daniel quien empezaba a sentirse agotado. De repente, un camión de carga bloqueó la acera, impidiendo que los jóvenes siguieran corriendo. El monstruo llegó rápidamente con ellos y los acorraló.

-No tenemos por donde huir— dijo Lita tras mirar a su alrededor y no encontrar una ruta alterna de escape. El chef materializó más cuchillos y los lanzó al tiempo que gritaba "¡Mi comida siempre será la mejor del mundo!". Sus armas volaron por el aire y se dirigían hacia Lita, pero Daniel la empujó fuera de su trayectoria antes de que hicieran contacto. Los cuchillos terminaron clavándose en el camión, pero uno de ellos logró causar un corte en el antebrazo de Daniel. Lita lo miró sorprendida por lo que hizo.

-Buen movimiento, niño. ¡Pero necesitarás algo más que eso para vencerme!— exclamó el monstruo. Justo en ese momento se escuchó un grito que lo detuvo en seco. -¡Alto ahí!—

Todos dirigieron la mirada hacia el extremo opuesto de la calle. Ahí se encontraban cuatro chicas vestidas con versiones femeninas de trajes de marinero, y una de ellas tenía alas de ángel en la espalda.

-¿Y ellas quienes son?— preguntaron Daniel y el chef al unísono.

-¿Cómo te atreves a interrumpir el almuerzo de jóvenes que acaban de salir de la escuela y de trabajadores disfrutando de su hora para comer? ¡Nosotras, las Sailor Scouts, no te lo perdonaremos!— dijo la chica con alas con un tono firme, tras lo cual dijo -¡Soy Sailor Moon! Y te castigaré en el nombre… de la Luna—

-¿Así que quieren impedir que me vuelva el mejor chef del mundo?— dijo el monstruo con desdén. -¡Entonces prepárense para ser destruidas!— De inmediato el villano lanzó cuatro cuchillos hacia las Sailor Scouts, pero Sailor Mars reaccionó rápidamente al ataque. -Fuego de Marte… ¡Enciéndete!— El ataque de Sailor Mars derritió los cuchillos, y esto le dio tiempo a Sailor Venus para lanzar un ataque.

-¡Cadena de Amor de Venus!—

El chef quedó inmovilizado con la cadena de Venus, quedando incapacitado para atacar o defenderse. -¡Hazlo ahora, Sailor Moon!— ordenó Sailor Mercury. Sailor Moon asintió, tomó el collar que llevaba puesto y el dije se transformó en la linterna que le había dado la Reina Serenity. Apuntó el foco hacia el monstruo y gritó "¡Sagrada Luz de Luna, purifica!", y de la linterna salió un poderoso rayo de luz blanca que golpeó al villano. Al igual que la vez anterior, este quedó convertido en una silueta negra que se descarapeló hasta revelar la forma humana del chef.

Una vez terminada la batalla, las Sailor Scouts se acercaron a Lita y Daniel. -¿Se encuentran bien?— preguntó Sailor Moon. -Yo estoy bien— respondió Lita. -Yo… necesito… ayuda— respondió Daniel entre dientes. Todas voltearon a verlo y notaron que sostenía con fuerza su antebrazo para detener el sangrado de su herida.

-Deben ir de inmediato con un médico— dijo Sailor Mercury.

-Yo lo llevaré— dijo Lita mientras tomaba de los hombros a Daniel. -Gracias por ayudarnos, Sailor Scouts—

Lita empezó a arrastrar a Daniel con rumbo al hospital más cercano, pero él oponía resistencia porque quería hablar con las Sailor Scouts; pero antes de poder formular una pregunta las chicas ya se habían ido del lugar.


Media hora y algunos puntos de sutura después, un médico estaba vendando el brazo de Daniel mientras Lita veía atentamente el procedimiento. Al terminar de hacer el vendaje, el doctor salió del consultorio para ir por unas formas que debían llenar los muchachos antes de poder irse. Una vez que estuvieron solos, Lita empezó a platicar con Daniel.

-En verdad lamento lo ocurrido—

-¿Por qué lo lamentas?— preguntó Daniel confundido.

-Primero mi amiga te hace comentarios incómodos en la escuela, y ahora resultaste herido por tratar de protegerme— respondió la chica.

-No tienes por qué disculparte— dijo Daniel. -Además, no podía permitir que lastimaran a una amiga—

-¿Amiga?— preguntó Lita sorprendida y confundida.

-Sé que es algo apresurado, pero en verdad me gustaría que fuéramos amigos— respondió el muchacho.

Lita se quedó callada un momento reflexionando sobre lo que le había dicho Daniel. Apenas llevaba un día de conocerlo y sin embargo sentía que podía confiar en él, aunque si consideraba lo comprensivo que se mostró al pedirle disculpas por la actitud de Serena, el apoyo que le brindó a ella y a sus amigas durante el incidente en el restaurante y el hecho de haberla protegido del monstruo al que se enfrentaron, era normal sentirse así. Tal vez era una decisión arriesgada, pero estuvo dispuesta a darle su voto de confianza.

-Eso me gustaría mucho— respondió Lita con una pequeña sonrisa que Daniel devolvió.

Serena, Mina, Amy y Rei observaron a escondidas desde la entrada del consultorio todo lo que había ocurrido. -Parece que Lita tiene un nuevo amigo— dijo Serena.

-Y quizás hasta un futuro novio— comentó Mina.

-¿No crees que es un poco pronto para hacer esa afirmación?— preguntó Amy.

-Oye, "la vida es corta, ama mientras puedas"— respondió Mina.

-Hasta que al fin dices bien un dicho, Mina— señaló Serena soltando una risita.

-¿No les parece un poco extraño todo esto?— preguntó Rei. Las chicas la miraron confundidas.

-¿No les parece demasiada coincidencia que este chico apareciera al mismo tiempo que el enemigo?— les preguntó Rei.

-¿A qué te refieres?— preguntó Serena.

-Cuando estábamos en el restaurante, antes de que apareciera el monstruo, sentí un aura maligna justo cuando ustedes llegaron— respondió Rei.

-¿Crees que sea posible que Daniel sea nuestro enemigo?— preguntó Amy.

-No estoy segura, pero será mejor que nos mantengamos alerta— aseveró Rei.

Las cuatro chicas se quedaron viendo a Lita y Daniel quienes se encontraban teniendo una conversación casual. Mientras los veían, varias dudas empezaron a recorrer sus mentes:

¿Quién es Daniel en realidad?

¿En verdad es un estudiante extranjero?

¿O será un enviado del mal buscando destruir el mundo?