Un nuevo día había llegado. La primera mitad de la jornada escolar había llegado a su fin y esto significaba que era hora de realizar las pruebas de ingreso para los clubes deportivos de la preparatoria. Debido a que ya eran parte de alguno de los clubes de la escuela, Serena y sus amigas fueron a las pruebas en calidad de espectadoras, en específico de las pruebas de fútbol soccer en las cuales iba a participar su nuevo amigo.
-Alguien podría recordarme por qué vinimos aquí— dijo Serena mientras observaba a los muchachos tomar sus posiciones para empezar el juego.
-Lita quería venir a apoyar a Daniel durante las pruebas para formar parte del equipo de soccer— respondió Amy.
-Luego de haberme salvado del monstruo de ayer era lo menos que podía hacer— señaló Lita. -Solo espero que pueda jugar bien en su actual condición—
-Por cierto, ¿cómo supiste que él estaría aquí?— preguntó Mina.
-Me lo dijo ayer mientras estábamos en el consultorio— respondió Lita. -Mientras esperábamos al doctor empezamos a platicar sobre la escuela y me dijo que estaba interesado en ser el guardameta del equipo de la escuela, así que le dije que vendría a apoyarlo durante las pruebas. Ojalá y la herida de su brazo no le impida jugar bien—
-Oye, Lita, tu forma de hablar suena igual que la de una novia preocupada por su novio— dijo Serena con un ligero tono de burla en su voz. Lita se sonrojó ante su comentario. -N-n-n-no es eso. Es que sería injusto que por salvarme no logre entrar en el equipo— respondió la chica.
Antes de que alguna de las chicas pudiera hacer otro comentario, el profesor de Educación Física hizo sonar su silbato para indicar el inicio del juego. Todas miraron con atención el partido, estando muy atentas al desempeño de Daniel quien logró estar en la posición de guardameta.
Después de 15 minutos vino el primer intento de gol contra el muchacho. Las chicas se quedaron al filo de sus asientos mientras veían como un delantero se acercaba rápidamente a su portería. Con una fuerte patada, el jugador mandó el balón hacia una de las esquinas superiores de la portería, pero con un potente salto y estirando su brazo, Daniel logró desviar el balón. Todos los presentes se sorprendieron ante esta jugada, pues el tiro iba muy elevado y parecía imposible de detener.
-¡Eso fue increíble!— exclamó Mina.
-No esperaba que tuviera tanta fuerza en las piernas— dijo Amy sorprendida.
-Sin duda alguna es muy hábil— comentó Serena.
-Sí…— fue lo único que dijo Lita.
El resto del partido transcurrió de forma similar: cada vez que un jugador intentaba anotar un gol, Daniel siempre lo evitaba. No importaba si era un tiro alto o bajo, potente o lento, nadie logró vencerlo. Al final del juego el marcador fue 4 – 0, siendo el equipo de Daniel el ganador. Todos de inmediato se acercaron a felicitarlo por el excelente desempeño que mostró como guardameta.
-Bueno, Lita, parece que no había nada de qué preocuparse— dijo Serena mientras se ponía de pie.
-Sin duda Daniel es muy hábil como portero— comentó Amy.
-De seguro jugó bien porque sintió como Lita lo apoyaba— dijo Mina.
-Sí… Tal vez fue por eso— respondió Lita con suavidad.
En medio de las felicitaciones, Daniel sintió que algo se aproximaba y dio de manera súbita la media vuelta y alzó su mano derecha, justo a tiempo para atrapar una pelota de béisbol que iba directo hacia él. Todos los jugadores, así como las chicas, se sorprendieron ante su rápida reacción.
-¡¿Están bien?!— gritó un chico que iba corriendo a toda velocidad hacia el grupo de jugadores.
-Estamos bien. Logré atrapar la pelota justo en el momento— respondió Daniel al tiempo que le devolvía la pelota al muchacho. Este se quitó la gorra y se limpió el sudor de la frente con la mano. -Perdónenme. No creí haberla golpeado tan fuerte— respondió el beisbolista.
A pesar de que estaban lejos del lugar de la acción, las chicas lograron ver a aquel muchacho con el suficiente detalle para saber que era un hombre muy atractivo: tenía cabello rubio, corto en la parte superior de la cabeza porque estaba recogido en una cola de caballo en la parte baja de su nuca; su nariz ligeramente puntiaguda y facciones redondas hacían parecer que tenía el rostro de un ángel. El uniforme del equipo de béisbol dejaba ver una pequeña parte de su complexión física, la cual denotaba que el joven tenía buena condición física a pesar de no tener grandes músculos.
-Pero que guapo es ese muchacho— dijo Serena tras terminar de admirar a aquel joven.
-Sin duda es muy atractivo— comentó Lita.
-Casi pareciera que no es humano— dijo Amy. -¿Tú qué opinas, Mina?— Pero Mina no respondió.
Ante la falta de una respuesta, Amy empezó a mirar a sus alrededores para ver en dónde estaba su amiga, solo para descubrir que había desaparecido. Al no verla, Amy preguntó -Oigan, ¿a dónde se fue Mina?— Al oír esta pregunta, Serena y Lita se percataron de la ausencia de su amiga y también se pusieron a buscarla en los alrededores con la mirada. Justo en ese momento fue cuando el muchacho beisbolista se fue del campo de futbol.
Mientras las chicas se habían quedado admirando a aquel joven misterioso, Mina rápidamente fue al club de fotografía de la escuela. La muchacha había quedado flechada al ver el hermoso rostro de aquel joven y decidió conocerlo un poco mejor observando su desempeño durante el resto de las pruebas para el equipo de béisbol, y para pasar desapercibida observaría desde lejos usando una cámara.
Tras hablar con el presidente del club de fotografía, Mina logró conseguir una cámara y de inmediato regresó al campo de béisbol. Se ocultó en unos arbustos ubicados del lado del jardín izquierdo del campo, se puso en una posición cómoda y empezó a observar al chico rubio en el que estaba interesada. Estuvo varios minutos escondida viendo el juego, y mientras más veía al muchacho de su interés, más atraída se sentía por él. Se podría haber pasado todo el día así si no hubiera sido porque una voz femenina detrás de ella le puso un buen susto.
-Tú no sabes cómo perder el tiempo, ¿verdad, Mina?—
Tras haber pegado un grito por el susto, Mina logró recuperar la compostura y evitó que la cámara se cayera de sus manos. Miró sobre su hombro para ver quien la había espantado y de inmediato exclamó molesta -¡Serena! ¿¡Qué estás haciendo aquí!?—
-Solo queríamos saber qué estabas haciendo— respondió Amy desde atrás de Serena.
-Y al parecer estás observando a tu nuevo enamorado— comentó Lita quien se encontraba del lado opuesto de Serena y Amy.
-¡No se trata de eso!— aseveró Mina. -Solo estoy viendo quienes podrían ser los futuros miembros del equipo—
-Pero tú estás en el equipo de vóleibol, ¿recuerdas?— comentó Serena con un tono que indicaba que no cría en la historia de Mina.
-Eso ya lo sé. Pero si llega a haber un festival deportivo a nivel nacional quiero saber con quienes voy a representar a la escuela— respondió Mina, y después añadió con un suspiro -Así podré formar fuertes lazos con ellos para poder afrontar cualquier adversidad que se presente— Mientras decía esto, Mina se imaginó a sí misma en los brazos de aquel chico en plan romántico.
-De verdad que tú y Serena son irremediables— dijo Amy al notar que Mina estaba teniendo una fantasía. Lita se quedó callada mientras Serena se reía por lo bajo.
Al igual que el día anterior, Lady Amethyst se encontraba recorriendo las calles del centro de la ciudad en busca de una nueva víctima. Su anterior plan de poseer a un chef no había resultado como esperaba y ahora estaba en busca de alguien con mayor poder que pudiera dar batalla a las Sailor Scouts.
"Necesito una víctima que sea lo suficientemente fuerte para enfrentar a esas molestas chicas guerreras y que pueda alimentar con su oscuridad a mi amo. Pero no importa en dónde busque, sólo veo humanos débiles faltos de lo necesario para lograr mi objetivo".
La línea de pensamiento de Lady Amethyst se vio interrumpida por el hermoso sonido de la voz de una chica cantando. Tan pronto como la escuchó, la villana miró en todas direcciones en busca de esa chica, y la encontró frente a un club de karaoke, vestida como sirvienta de serie animada y cantando para atraer a los transeúntes al negocio. Lady Amethyst quedó intrigada con ella y de inmediato empezó a formular un nuevo plan en su mente. "Espero que esta niña tenga la fuerza necesaria para hacerse cargo de esas chicas tan molestas".
Finalmente llegó el final de la jornada escolar. Serena, Amy y Mina estaban esperando a Lita en la entrada de la escuela mientras ella iba a buscar a Daniel. Amy estaba leyendo como siempre, Serena estaba golpeteando el piso con la punta del pie mientras Mina miraba a sus alrededores como si estuviera buscando a alguien.
-¡Ahí está!— exclamó Mina de repente captando la atención de sus amigas.
-¿Ahí viene Lita?— preguntó Serena viendo en la misma dirección que Mina. Ella no logró ver a su amiga castaña ni a su nuevo amigo, y esto era porque Mina en realidad había encontrado al chico que espió durante las pruebas deportivas de la mañana.
Mina rápidamente se dirigió a donde estaba el muchacho para saludarlo. -¡Hola!— exclamó ella con entusiasmo. Al escucharla, el chico se dio la vuelta y vio cómo ella se acercaba a él. -Hola, ¿puedo ayudarte?— preguntó mientras Mina se detenía delante de él. -Permíteme presentarme. Soy Mina Aino, capitana del equipo de vóleibol. Encantada de conocerte— respondió la chica extendiendo la mano. Él la tomó y le dijo -Mucho gusto, señorita Aino. Mi nombre es Michael Gardner—
-¿Sabes? Te vi hace rato durante las pruebas para entrar al equipo de béisbol— comentó Mina con naturalidad.
-¿En serio?— preguntó Michael sorprendido.
-Por supuesto. Vi como mandaste la pelota lejos del campo durante tu turno de bateo— respondió Mina.
-¿Te refieres al momento cuando la pelota fue a dar al campo de soccer?— preguntó Michael.
-Así es. Sin duda eres un muchacho muy fuerte— respondió Mina.
-Vaya, es bueno saberlo— comentó Michael con una sonrisa de satisfacción. -Mi único objetivo era impresionar al entrenador, pero sin duda me alegro de haber impresionado a una chica tan linda como tú—
Mina no pudo evitar ruborizase ante ese comentario. -¿De verdad te parezco linda?— preguntó ella tratando de simular un poco de pena.
-No veo por qué decirlo si no fuera cierto— respondió el muchacho.
Mina no pudo evitar mirar con asombro a Michael tras escuchar esa respuesta. Ella siempre había sido la que buscaba atraer la atención de los muchachos dándoles cumplidos, pero ahora era ella quien estaba siendo cortejada. O al menos ella creía que estaba siendo cortejada.
El sonido de la voz de una de sus amigas hizo que Mina volviera a poner los pies en la tierra.
-¡MINAAAAA!—
La chica miró detrás de sí y vio a Serena acercarse a ella. Su paso era tan firme que parecía estar molesta. -¡Mina! ¡¿Se te olvidó que estamos esperando a Lita para poder ir al centro comercial?!— preguntó Serena irritada una vez que estuvo frente a frente con Mina.
-Perdón, Serena, pero vi a Michael y quise saludarlo— respondió Mina con una sonrisa nerviosa.
-Un gusto conocerla, señorita Serena— saludó Michael con una pequeña reverencia.
-No quieras hacerte el amable conmigo— respondió Serena manteniendo su tono de enojo. Después preguntó a Mina -¿Te importaría explicarme qué haces con este muchacho?—
-Tranquila, Serena. Michael está en el equipo de béisbol de la escuela. Fue él quien mandó la pelota que cayó en el campo de soccer— respondió Mina con total calma.
-Entonces era tuya la pelota que atrapé— dijo una voz masculina que venía desde atrás del grupo. Era Daniel que venía acompañado de Lita.
-Llegaron justo a tiempo, amigos— dijo Serena con tono tranquilo.
-Perdón por la demora, pero el entrenador quería hablar con Daniel después de clases y decidí esperarlo— dijo Lita.
-Bueno, pues ahora que estamos todos creo que podemos ir al centro comercial— replicó Serena. -Mina, será mejor que te despidas de tu amigo—
-Espere un momento, señorita Tsukino— exclamó Michael. -¿Será posible que pueda acompañarlas a usted y sus amigas al centro comercial?—
Serena, Mina y Lita se quedaron sorprendidas ante aquella petición y no supieron que decir. -Perdonen si fui muy súbito, pero pensé que una salida en grupo sería la oportunidad perfecta de conocer a las amigas de mi compañera para futuras competencias— respondió Michael.
La sorpresa de Mina se acrecentó al oír aquellas palabras. De alguna manera, Michael había creado la misma excusa que ella dio a sus amigas cuando lo fue a espiar a la práctica de béisbol. ¿Cómo era eso posible?
Serena fue quien terminó rompiendo el silencio. -¡Eso de ninguna manera…!—
-Sería un problema— dijo Mina completando la frase de Serena. -¿Por qué no vas con mi amiga Amy que está esperando en la entrada y en un momento los alcanzamos?—
Michael se sintió un poco inseguro ante tal idea. Tras mirar un momento a Mina y después a Serena, el muchacho se dirigió a la entrada junto con Lita, Amy y Daniel. Una vez solas, Serena le dirigió una mirada furiosa a Mina y acto seguido empezó a regañarla.
-¡Mina! ¿¡Qué crees que haces!? ¿¡Y si ese chico es el enemigo?!—
-Tranquila, Serena. No tienes por qué exagerar— respondió Mina con mucha calma. -Si Michael fuera el enemigo ya nos habría atacado, ¿no crees?— preguntó ella mientras se empezaba a dirigir hacia la entrada de la escuela. Mientras caminaba, le susurró a Serena al oído -Además, esta podría ser mi oportunidad para tener novio—
Al escuchar estas palabras, Serena se detuvo en seco y empezó a temblar a causa de la ira que sentía hacia Mina por lo que ella consideraba un tremendo descuido. Al final solo soltó un suspiro de resignación y se encaminó hacia sus amigas.
El grupo de adolescentes decidió ir a pie al centro comercial de Juban para poder entablar conversación con el muchacho que acababan de conocer; sin embargo, no hubo mucho que pudieran saber de Michael ya que él tan solo respondía unas cuantas preguntas. Lo único que pudieron saber sobre él fue que estuvo en el equipo de béisbol de la secundaria, pero había dejado el equipo porque sus calificaciones no eran uy buenas y tenía que esforzarse más para poder ingresar a la preparatoria, y una vez que lo logró, siguió estudiando durante sus primeros dos años para no tener que pasar preocupaciones en tercero y así poder volver a jugar béisbol. También les contó que sus pasatiempos eran ir al karaoke, leer manga y ver doramas de vez en cuando. Tal vez las chicas sentían que esa información no era suficiente para conocerlo, pero para Mina eso bastaba para sentirse más fascinada por él. Tenía las mismas características que le gustaría que tuviera el chico que se volviera su novio.
Las chicas pasaron por Rei a su escuela antes de dirigirse al centro comercial. Al igual que el día anterior, habían llegado tarde a verla, y de nuevo Rei se sorprendió al ver que había otro muchacho nuevo con ellas. Mina de inmediato le presentó a Michael y le explicó cómo fue que lo conocieron. Después de oírla, Rei decidió perdonarlas por su retraso, sintiéndose aliviada de que no se tratara de otro mal entendido por acoso, y mientras empezaban a caminar rumbo al centro comercial, Rei empezó a hacer sus propias preguntas para conocer a Michael.
-Por cierto, chicas. ¿Qué piensan hacer en el centro comercial?— preguntó el muchacho nuevo tras haber sido interrogado.
-Iremos a la fuente de sodas a relajarnos un rato, y tal vez vayamos al centro de videojuegos después— respondió Mina.
-Sería mejor si después de ir a la fuente de sodas regresáramos a nuestras casas a estudiar— señaló Amy.
-Ay, Amy. No seas aguafiestas— replicó Serena.
-Que estemos a inicios del año escolar no significa que podamos dejar de lado los estudios— señaló Amy.
-Pero no es malo tomar un descanso de vez en cuando— respondió Serena.
-Lástima que tú no sepas el significado de vez en cuando— dijo Rei con un ligero tono burlón.
-¡¿Qué quisiste decir con eso, Rei?!— exclamó Serena.
-Tranquila, Serena. Tal vez Amy tenga razón y sea mejor volver a casa a estudiar— dijo Lita.
-¿Eso significa que no celebraremos mi ingreso al equipo de soccer?— preguntó Daniel. Todas lo vieron confundidas. -El entrenador habló personalmente conmigo para informarme que fui elegido para ser el guardameta del equipo de fútbol.—
-Es cierto. Con toda esta conmoción olvidé decirles que fue por eso que tardamos en reunirnos con ustedes— dijo Lita.
-Entonces, Amy… ¿Podríamos aplazar un poco el estudio para celebrar este momento especial?— preguntó Serena con una mirada que denotaba súplica.
-Bueno… tal vez podamos aplazarlo solo por esta vez— respondió Amy, haciendo que todos soltaran un grito de victoria. Michael se había quedado callado mientras todo esto transcurría, observando entretenido a su nuevo grupo de amigos. A pesar de haberlos conocido ese día ya le agradaban bastante y los consideraba sus amigos.
Por desgracia para todos ellos, la diversión duraría muy poco.
Tras caminar por otro rato, el grupo de adolescentes llegó al fin al centro comercial, pero la vista que los recibía no era muy agradable: los aparadores de los comercios estaban destruidos; restos de vidrio y escombros cubrían la calle y había personas inconscientes en el suelo. Era como si una guerra hubiera ocurrido en el lugar. Los adolescentes miraban todo esto con sorpresa y horror sin entender qué era lo que estaba pasando.
-¿Pero qué fue lo que sucedió aquí?— preguntó Rei.
-Parece como si se hubiera desencadenado una guerra— señaló Amy.
El sonido de dos personas gritando llamó la atención de los chicos, quienes de inmediato voltearon en dirección del sonido. Vieron a dos gatos que corrían a toda velocidad hacia ellos como si estuvieran huyendo de algo.
-¿Esos no son Luna y Artemis?— preguntó Mina tras observarlos con detenimiento. Pero antes de que alguien respondiera uno de los locales explotó y la llamarada de esta casi alcanzó a los gatos, poniendo los pelos de punta a los jóvenes.
-¿¡Qué es lo que está pasando aquí?!— gritó Serena con susto y frustración.
-Tal vez yo pueda responder tu pregunta— dijo una voz femenina.
El grupo de amigos miró con detenimiento el local incendiándose y vieron algo que los impactó: de entre las llamas salía una chica con piel de color violeta y cabello color verde oscuro, lacio y muy largo. Llevaba su delgado cuerpo cubierto por un atuendo de sirvienta francesa que dejaba muy poco a la imaginación, y tenía un micrófono color rosa metálico el cual sujetaba con mucha firmeza.
-¿Quién es esa chica?— preguntaron Mina y Michael al unísono.
-Vaya, vaya. Miren lo que tenemos aquí. Un montón de adolescentes tontos que no reconocen a un gran talento cuando lo ven— dijo la chica monstruo.
-¿Pero de que está hablando?— preguntó Lita.
-Bueno, parece que voy a tener que darles una muestra de mi gran talento— dijo el monstruo mientras llevaba su micrófono hacia su boca. Después, la monstruo cantante soltó una nota muy alta que fue amplificada por el micrófono, haciendo que los chicos sintieran que sus tímpanos iban a reventar al mismo tiempo que sentían un intenso dolor de cabeza. Tan intensos eran estos dolores que todos ellos terminaron retorciéndose en el suelo.
Haciendo acopio de fuerzas, Michael y Daniel empezaron a luchar contra la sensación de dolor. -¡Daniel! ¡¿Puedes oírme?!— gritó Michael tratando de comunicarse con el otro muchacho. Daniel alcanzó a gritar "¡Sí!" para indicar que recibió el mensaje.
-¡Debemos intentar detenerla!— gritó Michael mientras intentaba ponerse de pie.
-¡Yo te sigo!— gritó Daniel mientras hacia lo mismo que su interlocutor.
Los dos jóvenes lograron levantarse y empezaron a caminar hacia la villana, luchando contra el intenso dolor que sentían. Lentamente lograron acercarse a ella, pero se percató de su intento por detenerla y detuvo por un instante su ataque.
-Vaya… Su gusto musical es tan malo que mi bello canto no surte efecto en ustedes— exclamó la cantante. -Bueno, es hora de probar algo un poco más intenso— La monstruo movió un interruptor en su micrófono y una vez más interpretó una nota alta, pero esta vez las notas amplificadas generaron ondas de vibración que mandaron a Michael y Daniel volando por los aires, haciendo que el primero se estrellara contra un poste de luz y terminara inconsciente en el suelo, y el segundo chocara con el aparador de una tienda.
-¡Michael, no!— gritó Mina aterrada al ver lo que ocurrió.
-Ese monstruo hirió a nuestros amigos— señaló Rei.
-Y ahora es momento de que interprete mi última canción— dijo la cantante dirigiéndose a las chicas. -¡Con esto verán por qué soy la mejor cantante del mundo!— Pero antes de que pudiera cantar su canción sintió un dolor punzante en su mano que la hizo soltar su micrófono. Se puso a mirar en todas direcciones tratando de encontrarlo, pero en su lugar vio una rosa roja clavada en el suelo. Las chicas también vieron aquella rosa y de inmediato miraron hacia el extremo opuesto de la calle esperando encontrar a su dueño. Efectivamente, él estaba ahí: un hombre vestido con traje negro de frac, capa y sombrero de copa. La monstruo lo miró con rabia y confusión mientras las chicas lo veían con alegría.
-El canto es un arte mediante el cual voces melodiosas tienen la oportunidad de expresar bellos sentimientos. Yo, Tuxedo Mask, no permitiré que destruyas algo tan hermoso con tu voz desafinada— dijo el hombre a manera de presentación.
-Que alegría me da verte, Tuxedo Mask— dijo Serena con una sonrisa.
-¡¿Cómo te atreves a interrumpirme?!— gritó la monstruo con rabia. Tuxedo Mask sacó su bastón y se lanzó al ataque, logrando conectar un golpe en la nariz de la cantante.
-Sailor Scouts, ¡transfórmense! ¡Rápido!— ordenó Tuxedo Mask a las chicas. Ellas obedecieron la orden lo más rápido que pudieron y se transformaron. Durante ese tiempo la monstruo siguió peleando con Tuxedo Mask.
-¡Maldito enmascarado! Tal vez mi voz sea mi principal atractivo, pero también necesito mi bello rostro para presentarme en mis conciertos— exclamó la monstruo al tiempo que conectaba un golpe en el estómago de Tuxedo Mask. El hombre terminó de rodillas en el suelo frente a su rival, y ella estaba a punto de propinar un golpe vertical cuando frente a ella pasó una llamarada. Molesta, la monstruo dirigió la mirada en dirección del origen del ataque y vio que había cinco chicas vestidas con trajes de marinero.
-¡¿Quién de ustedes se atrevió a atacarme con fuego?!— gritó la monstruo molesta.
-No permitiremos que utilices algo tan hermoso como el canto para destruir la ciudad— respondió Sailor Moon con firmeza. En ese momento, Sailor Venus apuntó su dedo índice a su enemiga y la atacó con el Rayo Creciente de Venus, logrando conectar un golpe fulminante que dejó a su rival en el suelo.
-Rápido, Sailor Moon. Esta es tu oportunidad de detenerla— dijo Sailor Mercury. Sailor Moon asintió.
La guardiana tomó su collar y lo transformó en linterna, y utilizó la Luz Purificadora de la Luna para vencer a la villana. Cuando la luz de la linterna se apagó, pudieron ver que el monstruo en realidad era una chica vestida como sirvienta de serie animada.
-Buen trabajo, Sailor Scouts. Lograron detener al monstruo— dijo Tuxedo Mask mientras se acercaba a las chicas.
-Gracias por ayudarnos a detenerla, Tuxedo Mask— dijo Sailor Moon mientras se acercaba a él. -¿Nos veremos esta noche?— preguntó Sailor Moon una vez que estuvo frente a frente con Tuxedo Mask.
-Sin duda alguna, princesa— respondió él. -Pero por ahora, debo irme— Tras decir esto, Tuxedo Mask empezó a correr en dirección opuesta a las chicas mientras Sailor Moon lo veía fascinada.
A la vuelta de una esquina, Lady Amethyst vio todo lo que había ocurrido, y no estaba muy feliz con el resultado. "Otra derrota en manos de esas molestas chicas. ¿Qué necesito hacer para poder vencerlas?", pensó Lady Amethyst mientras se alejaba del lugar.
Michael seguía inconsciente. Alguien lo estaba tomando de los hombros y sacudiéndolo un poco tratando de despertarlo. Después de unos instantes entreabrió los ojos y logró ver la silueta de una chica rubia y otra de una chica con cabello azul.
-¿Mina? ¿Eres tú?— preguntó Michael un poco débil.
-Me alegra ver que no me olvidaste— respondió Mina con una sonrisa que denotaba tranquilidad.
-¿Qué fue lo que pasó?— preguntó el muchacho mientras se reincorporaba lentamente.
-Después de que tú y Daniel quedaran inconscientes, las Sailor Scouts llegaron y detuvieron al monstruo— explicó Mina mientras ayudaba a su amigo.
-¿Las Sailor Scouts? ¿Te refieres a esas chicas vestidas de marinero que enfrentan monstruos a diario?— preguntó Michael.
-¿Conoces a las Sailor Scouts?— preguntó Amy sorprendida.
-He escuchado rumores— respondió Michael mientras se ponía de pie. -¿Dónde están las demás?—
-Serena, Lita y Rei fueron a buscar a Daniel mientras nosotras tratábamos de despertarte— respondió Mina.
-Debemos llevarte a un hospital para que te revisen— comentó Amy.
-Pero no siento dolor en ninguna parte— replicó Michael.
-Michael, chocaste contra un poste de luz y recibiste un golpe en la cabeza. Tiene que revisarte un doctor para asegurarse de que no tienes nada— explicó Amy.
-Está bien. Iré con un médico para que me revisen— respondió Michael con un suspiro. -Pero quiero que Mina sea quien me acompañe—
Mina se sorprendió ante tal petición y se quedó sin palabras, así que solo asintió. Pasó el brazo izquierdo de Michael sobre sus hombros y lo empezó a llevar rumbo al hospital. Amy fue a buscar a las demás para ayudarlas con Daniel.
Durante el camino, Michael intentó entablar conversación con Mina. -Es una lástima que haya ocurrido todo esto—
-A veces las cosas simplemente pasan y no podemos evitarlas— respondió Mina sin quitar la vista del frente.
-Lo sé. Pero si esto no hubiera ocurrido habría sido una buena oportunidad para conocerte— dijo Michael con total naturalidad.
Mina se sonrojó ante esa declaración y, bajando la mirada un poco, preguntó -¿De verdad te intereso tanto?—
-Por supuesto que sí. En verdad me gustaría conocerte mejor, Mina— respondió Michael con una pequeña sonrisa. Mina volteó a ver a Michael y, al verlo sonreír, también esbozó una pequeña sonrisa y empezó a hacerle diferentes preguntas. Conforme iban caminando, su conversación se fue volviendo más amena y casual.
A pesar de las circunstancias en las cuales se habían conocido, Mina se sentía feliz de haberse topado con Michael. Era como si todos sus sueños se hubieran materializado en él, y el hecho de que le pidiera acompañarlo al hospital le daba esperanza de que pudiera darse algo más íntimo entre ellos dos.
Pero solo el tiempo tenía la última palabra.
