La jornada escolar estaba a punto de finalizar. Unos minutos más y la campana indicando el final del día sonaría y todos los alumnos empezarían a salir de la escuela. El deportivo amarillo estaba estacionado al lado opuesto de la calle donde se encontraba la entrada principal del instituto, dando a sus dos pasajeras la posibilidad de ver quienes salían de la institución. Estaban un poco impacientes por ver a su amiga con quien tenían un tiempo sin platicar.

-¿Crees que le agrade que nos encontremos de repente?— preguntó la chica de pelo azul que iba en el asiento del copiloto sin apartar la mirada de la puerta principal.

-Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que nos vimos. Yo diría que se sentirá muy contenta con nuestra visita— respondió su acompañante rubia quien prefería mantener la vista hacia el frente del auto en vez de la puerta de la escuela.

-Sabes, pudimos haber pasado la última hora recorriendo la ciudad. Ver cuántas cosas cambiaron desde la última vez que estuvimos aquí— replicó la chica peliazul.

-Tal vez, pero nos hubiéramos distraído y olvidado el motivo de nuestras visita. Recuerda que no estamos aquí por placer— respondió la chica rubia mientras se acomodaba en el respaldo de su asiento. Había sido ella quien había decidido pasar la última hora en el auto estacionado en frente de la escuela para poder encontrarse con su amiga tan pronto como su amiga terminaran sus clases, pues tenían algo importante que discutir con ella.

Finalmente sonó la campana indicando el final de las clases, y tras unos minutos empezaron a verse a los primeros alumnos salir de la escuela. Ambas chicas bajaron del auto y se encaminaron a la entrada del a escuela para poder buscar a su amiga. Tras esperar otro par de minutos, finalmente la vieron: acompañada de otras dos chicas, empezó a dirigirse hacia la salida, su cabello rubio peinado en dos bombones en la parte alta de su cabeza destacando entre la multitud de estudiantes. Las dos chicas empezaron a encaminarse hacia ella, y cuando estuvieron lo suficientemente cerca, la rubia la saludó. –Hola, cabeza de bombón. Cuánto tiempo sin verte—

Serena reaccionó ante la mención de su peculiar apodo y dirigió la mirada en dirección de dónde provenía la voz. Al ver a las dos señoritas esbozó una sonrisa y caminó rápidamente hacia ellas. -¡Haruka! ¡Michiru!— exclamó Serena mientras se acercaba a ellas. –Que agradable sorpresa verlas aquí—

-Lo mismo digo, cabeza de bombón— respondió Haruka con una sonrisa.

-¿Cómo has estado, Serena?— preguntó Michiru.

-Bastante feliz desde que empezaron las clases— respondió Serena con una sonrisa radiante.

-Haruka, Michiru. Que sorpresa verlas aquí— dijo Amy mientras se acercaba a las chicas.

-Hola, Amy. Un placer verte como siempre— dijo Michiru respondiendo al saludo de su amiga igualmente peliazul.

-No esperábamos verlas por aquí— comentó Lita al acercarse a ellas. –Hasta donde sabíamos, las dos han estado bastante ocupadas—

Tras haber derrotado a Sailor Galaxia, Haruka y Michiru se habían dedicado a estudiar el último año de preparatoria, pero a su vez se enfocaron en sus carreras profesionales, con Haruka volviendo a dedicarse al atletismo y Michiru dando muestras de su talento con el violín y el pincel. Sus talentos eran tan destacables que lograron ingresar a una prestigiosa universidad, pero también se dedicaban a trabajar y apenas tenían tiempo libre. De hecho, la última vez que el grupo de amigas estuvo junto fue el día de la ceremonia de clausura del año escolar para la clase de Haruka y Michiru.

-Es cierto que hemos estado ocupadas, pero decidimos tomar un pequeño descanso para ver cómo han estado nuestras amigas— respondió Haruka.

-Esperen a que le diga a Rei y Mina de su visita. Debemos reunirnos todas para platicar de lo que hemos estado haciendo estos últimos meses— dijo Serena emocionada.

-Hablando de eso, ¿dónde está Mina?— preguntó Haruka al percatarse de su ausencia.

-Mina está…— pero antes de que Amy pudiera decir cuál era el paradero de Mina, la voz de un chico la interrumpió de repente.

-Hola, chicas—

-Hola, Daniel. ¿Qué tal estuvo la práctica?— preguntó Lita al percatarse que se trataba de su amigo.

-Estuvo tranquila, así que terminamos temprano— respondió el muchacho mientras se integraba al grupo de chicas.

-Disculpa, pero… ¿Quién eres tú?— preguntó Haruka un poco molesta ante la intromisión de Daniel.

-Haruka, Michiru, les presentamos a Daniel. Es un amigo nuestro— explicó Amy. –Daniel, ellas son Haruka y Michiru. Son amigas nuestras que estudian en la universidad—

Daniel se acercó a ellas y les extendió la mano para saludarlas. –Es un placer conocerlas, señoritas— dijo él. Michiru tomó su mano y devolvió el saludo –Igualmente, Daniel— Después, él se acercó a Haruka y también le extendió la mano. –Espero que nos llevemos bien—

-Lo mismo digo— respondió Haruka al tiempo que estrechaba la mano de su interlocutor. Al momento en que sus manos habían hecho contacto, ella sintió como si unas chispas recorrieran su brazo. Al soltarse, Haruka se quedó viendo su mano, confundida. "Esta sensación… no la había tenido en mucho tiempo". Michiru se percató del estado pensativo de su novia y le preguntó si estaba bien, pero Haruka no respondió. Estaba tan sumida en sus pensamientos que tampoco escuchó a Serena preguntarle a Daniel cómo supo que Haruka era mujer a pesar de ser la primera vez que se veían.


En su cueva oculta en lo profundo de la tierra, Lady Amethyst se encaminaba hacia los aposentos de su amo, lista para presentar un nuevo plan de acción. A pesar de los fracasos de sus anteriores planes, Lady Amethyst estaba muy tranquila y confiada, en especial ahora que tenía un nuevo objetivo en mente.

Al llegar con su amo, Lady Amethyst hizo una reverencia mientras la nube de humo negro abría los cortes blancos que representaban sus ojos. –Lady Amethyst, tus últimas misiones han sido un fracaso. Aunque he logrado proveerme de energía oscura, estoy recibiendo cantidades muy pequeñas. A este paso no lograré reponer mi fuerza para salir al mundo de la superficie— dijo la nube negra tras ver la reverencia de su sirviente.

-Amo, le puedo garantizar que estoy esforzándome en cumplir con sus expectativas, y por ello he creado un nuevo plan para extraer la oscuridad de los humanos— respondió Lady Amethyst con total tranquilidad.

-Más vale que así sea, o nunca saldremos de esta cueva— replicó la nube.

-Le prometo que me esforzaré, amo— respondió Lady Amethyst, y acto seguido se transformó en un fulgor y se fue de la cueva.


-¿Ya estamos todos presentes?— preguntó Haruka luego de que todas las chicas tomaron asiento en la mesa del rincón del Fruits Parlor Crown que siempre ocupaban.

-Así parece, Haruka. Ya podemos comenzar— respondió Rei al tiempo que se acomodaba en su asiento.

Cuando el encuentro de las chicas con Haruka y Michiru en la escuela había terminado, todas acordaron ir a la fuente de sodas para poder platicar. Daniel comprendió que se trataba de una reunión solo para chicas, así que se fue a su casa. Mina apareció unos minutos después acompañada por Michael, y al ver a Haruka y Michiru se emocionó tanto que corrió a saludarlas y les presentó a Michael, quien las saludó de manera cortés. Al igual que lo que había ocurrido con Daniel, Haruka sintió chispas recorrer su brazo al momento de estrchar manos con Michael. Tras eso, Serena le explicó al muchacho que iban a tener una reunión de chicas, por lo que él no podría acompañarlas. Michael se mostró despreocupado por esto, asi que se despidió de las chicas y se fue de ahí. Después Lita y Amy se ofrecieron a ir a buscar a Rei a su escuela para que las demás pudieran adelantarse a la fuente de sodas.

Ahora, Haruka y Michiru se disponían a hablar del motivo de su repentina visita. –Chicas, aunque nuestra reunión era para poder verlas, temo que no era para platicar sobre lo que hemos estado haciendo— dijo Haruka con seriedad. Todas la miraron con sorpresa y confusión.

-¿Ocurre algo malo?— preguntó Serena.

-Temo que así es, Serena— respondió Michiru mientras bajaba la mirada en señal de preocupación. –Estamos al tanto de lo que ha ocurrido en estos días—

Ante estas palabras, las chicas se sintieron incómodas. Jamás les había pasado por la cabeza la idea de contarles a sus compañeras las Sailor Outers sobre la nueva amenaza que había aparecido en la ciudad, y ahora que dos de ellas las estaban confrontando sobre ello, no sabían que decir.

Sintiendo la tensión en el ambiente, Serena trató de explicar lo ocurrido. –Perdonen, chicas. Con todo lo ocurrido…—

-Tranquila, Serena. No estamos aquí para llamarles la atención— interrumpió Michiru. –Pero sí es necesario hacer algo al respecto—

Tras dar un sorbo a su café, Haruka tomó el control sobre la conversación. –Michiru y yo hemos decidido tomar un tiempo libre de nuestras actividades para estar aquí en Juban y ayudarlas a detener esta nueva amenaza—

Las chicas se quedaron sorprendidas ante esta noticia, y de inmediato comenzaron a hacer preguntas. Rei fue quien empezó la ronda. –¿En serio van a mudarse a Juban solo para apoyarnos a pelear con este enemigo?—

-Ya tenemos un apartamento alquilado en el centro de la ciudad, así que no habrá problema— respondió Michiru.

-¿Y qué hay de Setsuna y Hotaru? ¿También vendrán con ustedes?— preguntó Amy preocupada.

-Debido a que Hotaru apenas comenzó con el año escolar, no pudimos traerla con nosotras, así que ella se quedó en casa, y Setsuna se encargará de cuidarla— respondió Haruka mientras daba otro sorbo a su café.

-¿Y cómo van a ser las reuniones para contarles lo que sabemos del enemigo?— preguntó Lita.

-Por el momento preferimos enfrentarnos directamente a los enviados del enemigo para conocer mejor a esta nueva amenaza—explicó Haruka manteniendo una actitud calmada.

-Bueno… ¿Y tendremos al menos alguna reunión para pasar el rato todas juntas?— preguntó Mina con un ligero tono sugerente.

-Temo que ese tipo de reunión tendremos que posponerlo hasta que logremos vencer a este nuevo enemigo— respondió Michiru.

De esta manera transcurriría el resto de la conversación entre las chicas: las Sailor Inner harían preguntas, y las Sailor Outers respondían, y mientras más avanzaba la plática, surgían más y más preguntas. Todas estaban tan metidas en este círculo de preguntas y respuestas que nadie se percató de como Haruka se acercaba lentamente a Serena y le decía al oído que quería platicar en privado con ella. Ambas chicas se levantaron de la mesa y se dirigieron al área de los baños para poder hablar en privado. Haruka se recargó en una pared, cruzó los brazos y bajó la mirada. Serena interpretó estos gestos como incomodidad por lo que le iban a decir.

-Serena, ¿qué tan bien conocen a esos dos chicos?— preguntó Haruka mientras veía a Serena a los ojos. Ella la miró confundida, así que Haruka aclaró su pregunta. –Me refiero a los muchachos que nos presentaron hoy en la escuela—

Serena comprendió la pregunta esta vez, y le dijo todo lo que sabía. –Bueno… Daniel es un estudiante de intercambio, y Michael estudia en nuestra escuela. Los conocimos durante las pruebas de ingreso a los equipos deportivos—

Haruka empezó a analizar la información que le dio Serena, y su sospecha empezó a cecer más, así que siguió haciendo preguntas. –¿Sabes de dónde vienen?—

-Pues… Daniel vino de México, y a Michael todavía no le hemos preguntado— respondió Serena un poco confundida y extrañada por las preguntas de su amiga.

Haruka se enderezó y se acercó a Serena. La miró a los ojos le dijo con un tono muy serio. –Escucha con atención, cabeza de bombón, porque lo que te voy a decir es bastante serio. Tengo motivos para creer que esos dos chicos tienen una conexión con el enemigo—

Serena se sorprendió ante las palabras de Haruka. ¿Sus nuevos amigos podrían ser en realidad enviados del enemigo? Eso parecía imposible. Daniel y Michael hasta ahora se habían portado muy amables con ella y sus amigas, y cuando habían aparecido villanos, ellos habían intentado defenderlas e incluso salieron heridos por eso. Es cierto que llevaban poco tiempo de conocerlos, pero no parecía posible que ellos fueran los malos. Y si se habían arriesgado por defenderlas, entonces no podían tener malas intenciones… ¿cierto?

Setena estaba a punto de replicar, pero Haruka ya había empezado a caminar de regreso a la mesa. De verdad no quería creer que sus nuevos amigos eran malvados, pero tampoco los conocía lo suficiente para decir que eran buenos.


Un par de horas más tarde la reunión había terminado, y el grupo de amigas dejó la fuente de sodas para dirigirse a sus respectivas casas, pero primero, Haruka y Michiru decidieron llevarlas a su nuevo apartamento para que pudieran conocerlo. Estaban cruzando un parque cuando el grito de un varón llamó su atención. De inmediato todas fueron al lugar de donde provino el grito, y se sorprendieron con lo que vieron al llegar al sitio: una mujer de piel negra con ocho brazos y varios ojos estaba atacando a un muchacho con una sustancia muy parecida a las telarañas.

-¡¿Qué es esa criatura?!— exclamó Rei al ver lo que ocurría.

-¡Es el enemigo! ¡Debemos detenerlo!— gritó Haruka al tiempo que sacaba su varita de transformación del bolsillo de su saco.

-Esperen, chicas. ¡Miren!— dijo Mina señalando al muchacho. Todas lo miraron y sintieron el miedo recorrer sus cuerpos: ¡El muchacho atacado por la mujer araña era Michael!

-¿Pero qué está haciendo él aquí?— preguntó Amy sorprendida y confundida.

-No lo sé, pero con él presente no podremos transformarnos— intervino Lita.

-¡Michael! ¡Debes irte de aquí!— gritó Serena tratando de llamar la atención del muchacho.

Michael se sorprendió de escuchar que alguien decía su nombre y se dio la vuelta. Su sorpresa aumentó en cuanto vio que a unos metros de distancia estaban sus amigas acompañadas por las señoritas que él había conocido horas antes en el día. La mujer araña aprovechó esta distracción para lanzar un ataque, y usó su telaraña para tomar al chico por la cintura y lanzarlo contra un árbol. El impacto fue tan fuerte que Michael terminó en el suelo inconsciente.

-¡MICHAEL!— gritó Mina aterrada tras ver lo ocurrido.

-¡Ahora podemos transformarnos!— exclamó Michiru empuñando su varita de transformación. Todas las chicas asintieron juntas y sacaron sus respectivos accesorios de transformación.

La mujer araña estaba emprendiendo su camino para irse del parque cuando el grito de una chica la hizo detenerse: "¡Alto ahí!". La mujer se dio vuelta y vio a un grupo de siete chicas con trajes de marinero en formación de combate.

-Las arañas podrán dar miedo por su apariencia, pero son necesarias para que haya balance en la Tierra. Nosotras las Sailor Scouts no permitiremos que manches su nombre— dijo la chica rubia al centro del grupo. –Soy Sailor Moon… Y te castigaré en el nombre… ¡De la Luna!—

-¿Así que no les asustan las arañas?— preguntó la mujer con una sonrisa maquiavélica. –¡Pues deberían!—

Con un rápido movimiento de sus manos la mujer araña generó varios hilos de telaraña con los que atacó a las chicas. Todas saltaron en diferentes direcciones para esquivar el ataque, y de forma inmediata lanzaron su contraataque. La primera en atacar fue Sailor Jupiter con su "Trueno de Júpiter", pero la mujer araña creó un capullo con su telaraña y así contuvo el ataque. La siguiente en lanzar una ofensiva fue Sailor Uranus usando su "Temblor", y aunque logró aturdir a la villana, no fue suficiente para vencerla.

-Parece que habrá que combatir el fuego con fuego— dijo Sailor Venus tras ver lo ocurrido, y entonces usó su "Cadena de Amor de Venus" para atacar, pero la mujer araña fue más rápida y con sus hilos enredó la cadena para detener el ataque.

-Sailor Mercury, tendremos que atacar juntas tú y yo— exclamó Sailor Neptune.

-De acuerdo— respondió Sailor Mercury, y ambas chicas lanzaron sus respectivos ataques: Mercury utilizó su "Rapsodia Acuática de Mercurio" mientras que Neptune hacía lo propio con su "Maremoto de Neptuno". Los dos ataques combinados lograron dar un golpe directo a la mujer araña, logrando afectarla y dejándola tambaleándose sobre sus pies.

-¡Mis hilos! ¡Mis hermosos hilos! ¡Los han arruinado! ¡Van a pagar por esto!— gritó furiosa la mujer araña.

-No te preocupes. Yo te ayudaré a secarlos— dijo Sailor Mars, y en un instante atacó con su "Saeta Llameante de Marte", logrando dejar a la villana de rodillas en el suelo.

-¡Ahora, Sailor Moon! ¡Está débil para poder vencerla!— exclamó Sailor Uranus. Sailor Moon asintió y sacó su linterna para utilizar la Sagrada Luz de Luna. El rayo de luz golpeó de lleno a la mujer araña y la trajo de vuelta a su apariencia normal: una chica rubia y delgada vestida con el uniforme de un prestigioso colegio privado.

-Lo logramos— dijo Sailor Moon tras la batalla.

-Excelente trabajo, Sailor Scouts— dijo Sailor Neptune felicitando a las chicas.

-Aguarden, ¡debemos de ayudar a Michael!— exclamó Sailor Venus mientras iba hacia el árbol al que había sido lanzado el muchacho. Mientras todas iban hacia el árbol, Sailor Uranus llamó a Sailor Moon, y ella le dirigió su atención. –Recuerda lo que hablamos, Sailor Moon. Ten mucho cuidado— dijo Sailor Uranus, y después de eso se fue del parque junto a Sailor Neptune.

Mientras todo esto ocurría, Lady Amethyst estaba observando todo lo ocurrido oculta detrás de un árbol. "Maldita sea. Mi nuevo plan para extraer oscuridad de los humanos fracasó muy rápido. Tendré que volver a mi anterior esquema", pensó ella, y acto seguido se fue del lugar transformándose en un fulgor rosado.


El muchacho empezó a recuperar el conocimiento. Lentamente empezó a abrir los ojos y, a través de sus pestañas, vio a una hermosa chica rubia que lo tenía en brazos. Sonriendo, dijo en voz baja –Qué suerte tengo que un hermoso ángel me tenga en sus brazos—

Mina se mostró aliviada al oír a Michael, pero Rei no tomó bien la broma y golpeó al chico en la cabeza, diciendo -¡Tonto! ¿Tienes idea de lo preocupadas que estábamos?—

-¿Y crees que golpearlo en la cabeza después de lo que le pasó es buena idea?— replicó Mina mientras acariciaba la cabeza del muchacho.

-Quizás no lo hubiera golpeado si no hubiera actuado tan despreocupado— respondió Rei molesta.

-Es cierto que la respuesta de Michael no fue la más apropiada, pero eso no era motivo para golpearlo— intervino Amy.

-Gracias, Amy— dijo Michael aliviado.

-Yo tampoco apruebo lo que hiciste— aclaró Amy haciendo que Michael hiciera una mueca.

-Al menos todo está bien ahora— dijo Lita intentando cerrar la conversación.

Serena estaba de pie a un lado de su grupo de amigas, observando en silencio como transcurría su conversación. Ver a Michael actuar tan tranquilo después de haber sido atacado por un monstruo, y que platicara con las chicas como si no hubiera pasado nada la hacía cuestionarse lo que le había dicho Haruka. Pero también recordó las anteriores ocasiones en las que habían hecho amigos nuevos y resultaron ser enviados del enemigo.

Todas estas cuestiones mantenían agitada la mente de Serena, insegura sobre qué percibir como real o falso, con una misma pregunta retumbando en su cabeza:

"¿Será posible que nuestros amigos en realidad son nuestros enemigos?"