Los personajes de Inuyasha pertenecen a la gran Rumiko, yo solo los tomó prestados para poder dar forma a la trama la cual si me pertenece. Todo sin lucro y solo con el afán de entretener.
Mascotas.
VII. Visita.
En cuanto Inuyasha se acostó junto a Kagome en la cama, ella lo tomó como almohada y él la abrazó, no importaba el tiempo que llevaban haciendo eso, no se cansaban.
—Rin me dijo que tú madre organizaba banquetes.
—Sí, hace mucho, diez años.
—¿Ella planeará nuestro menú?— debía saberlo, necesitaba saberlo.
—Dará una sugerencia, le dije lo que nos gusta y antes de mandar pedir la comida, te lo mostraré y haremos los cambios que quieras.
—O queramos— sabía que si le decía a Inuyasha que quería comida condimentada aceptaría, aunque a él le hiciera daño, solo por complacerla—. ¿Por qué casi no me hablas de ellos?
—No hay mucho que decir, mi viejo era profesor de universidad, ya se retiró completamente hace cinco años y comenzó a viajar con mi madre, ella cuando vuelve da clases de música en su tiempo libre.
—Dime la verdad— se incorporó para verlo a la cara—. ¿Yo les agrado?
—¡Claro que sí!, ¿piensas que no?— ya había hablado de eso con Rin, pero creyó que exageraba, que era un mal entendido.
—Honestamente, no lo sé, solo los conocí un par de horas y en el restaurante del aeropuerto. Sería normal que no, ¿cierto?, a las suegras no suelen agradarles sus nueras.
—Les agradas, en verdad, si no fuese así, jamás la hubiese dejado organizar nuestro menú, ni les hubiese dicho que nos casaremos.
—Pero son tus padres.
—¿Y?, yo te amo y aunque ellos sean mis padres, en esta ocasión…— cayó antes de acabar de decir "se equivocarían contigo"—. En esta ocasión sé que eres la indicada.
—Yo también te amo— se inclinó a besarlo y volvió a acostarse.
Inuyasha simplemente la abrazó, pero no durmió. No quería que ella pasara por algo similar a cuando les presentó a Kikyou a sus padres, claro que en retrospectiva ahora no los culpaba, pero Kagome era muy diferente.
Al abrir la puerta aquella mañana luego de volver de dejar a Kagome en su trabajo, la inesperada llegada de sus padres, interrumpió su mañana libre.
—¿Qué hacen aquí?, la boda es en dos semanas y creí estarían en un crucero hasta el próximo viernes.
—Ya que la boda de mi único hijo será en dos semanas y la última vez no pudimos conocer bien a tu novia— comenzó a hablar Izayoi—. Adelantamos nuestro regreso, ayudar en lo que necesiten y terminar de organizar el menú.
—Mamá, recibí tu lista de comida y la llevé con tu amiga, dijo que tendría todo a tiempo y Kagome no está, sale del trabajo dentro de cuatro horas.
—¿Irás por ella o llegará aquí? Porque podríamos ir todos juntos.
—No es necesario que hagan esto— suspiró—. Yo solo les dije que me hubiese gustado que la última vez hubiesen convivido más con Kagome y ella los hubiese conocido mejor, no que dejasen su viaje a medias.
—Creíste que nos fuimos antes porque no nos agrada, porque eso hicimos con…
—No es por eso— interrumpió Inuyasha a su padre, cuando conocieron a Kikyou, a mitad del desayuno, ellos pusieron de pretexto que debían irse o perderían su vuelo, lo cual era una gran mentira—. No totalmente.
—Kikyou quería que te mudases con ella a un apartamento donde no podías tener perros, te sugirió dejar a Pocky con su hermana y quería renunciaras a tu trabajo para irte con ella a otro continente, trabajando como profesor y aunque es una profesión que me enorgullece haber ejercido, no es lo tuyo.
—Sentimos mucho si les dimos una impresión equivocada— dijo Izayoi—. Ella te hace realmente feliz y es lo único que nos importa, te ama con todo y tus defectos.
—¿Cuáles defectos?— fingió que se ofendía.
—Y no olvidemos que es linda.
—Nuestros nietos serán adorables— dijo Izayoi con emoción—. ¿Se tardarán mucho en tener hijos?, porque ya quiero sostener a otro bebé en brazos y que mejor si es mi nieto.
Inuyasha solo sonrió, se había preocupado en vano.
—¿Por qué tardaron tanto tiempo en decidir casarse? Viven juntos hace ¿tres años?. Mejor tu amigo se casó antes y ya tiene tres hijos.
—Tres y medio, lo pospusimos sin darnos cuenta, el trabajo nos mantenía ocupados y honestamente lo único que va a cambiar es ese papel donde dice que estamos casados, porque nada va a cambiar, ya vivimos juntos, nos dividimos los gastos, tenemos a Pocky, inclusive Kagome ya aparece como dueña legal de ella. ¿Qué?— sus padres se vieron mutuamente y luego a él.
—Pero ahora podrás decir que es tu esposa y no tu novia— dijo Izayoi.
—Y eso, hijo mío, es un gran cambio y compromiso, va más allá de vivir juntos, es la más grande promesa que se hacen, de ser fieles y honestos el uno con el otro. Desde ese día, ninguno de nosotros podrá decidir sobre ti sí sufres algún grave accidente o enfermas, al igual si ella lo hace, será tú decisión.
—Deseamos que nada de eso pase, tu padre lo dice para que te des cuenta de lo importante que será.
—Me hubiesen dicho esto antes, para haberme casado con ella al siguiente día de que aceptó que viviésemos juntos.
Izayoi y Touga se miraron con una sonrisa, su hijo estaría bien, porque más que nada, querían su felicidad.
...
Esa misma tarde estaban algo apretados en el apartamento de Inuyasha y Kagome, de alguna manera, el universo les había reunido también con Sango y Miroku quienes se les unieron para comer. Desde la barra de cocina que les separaba de la sala que hasta hace unos momentos fungía como comedor, Inuyasha observaba a su madre y a Kagome ver unas fotos que su madre encontró ese mismo día más temprano al ayudarle a sacudir. Él ya no recordaba que las tenía, ni siquiera las había visto, el sobre seguía sellado.
—¿Por qué Pocky está enojada aquí?— preguntó Kagome e Inuyasha se acercó para tomar la foto.
—No le compré algo— dijo rápidamente y dejó la foto en la caja.
—Aquí también tiene mala cara, dejó su galleta— aquello le pareció extraño.
—No le gustó.
Kagome lo vio fijamente, analizándolo, él estaba actuando extraño, muy extraño. Apenas si veía las fotos y no le hacía contacto visual. Con otras fotos le contaba toda una historia, por ejemplo, en la foto con una pata vendada, "Ese día descubrió que los perros pequeños son más agresivos que los grandes, todo el mundo sabe que un chihuahua es una máquina asesina" o la foto de ella desparramada en el suelo "aquí aprendió una gran lección, y yo también, ella no debía comerse la pasta de dientes y yo, no volví a olvidar cerrar el baño". Kagome decidió seguir viendo las fotos hasta que el ladrido de Pocky los espantó.
—¿Qué pasa?
—¡Hey!, compórtate— le regañó Inuyasha, pero su perra no dejaba de gruñir.
—No le agrada esta foto— dijo Kagome al mostrarle una foto donde aparecían varias personas en una reunión, solo reconocía a Miroku e Inuyasha.
El chico suspiró, ahora recordaba ese sobre, fueron las ultimas fotos que tomó antes de Kikyou se fuera. Luego de eso, dejó de lado aquel pasatiempo. Aquella foto fue la fiesta de despedida a Kikyou antes de irse a su nuevo empleo.
—Ella es Kikyou— señaló a una mujer de cabello negro y muy lacio, si fuese perro seguramente ahora mismo tendría las orejas abajo, le habló de Kikyou a Kagome, pero jamás le mostró una foto de ella, deseaba que Kagome no pensara que se lo ocultó a propósito.
—¿Por qué a Pocky no le agrada?
Se hizo el silencio, todos se veían entre sí, menos Inuyasha que mantenía la mirada abajo. Miroku suspiró al ver que Inuyasha no hablaba, comenzando a enumerar con los dedos.
—Comida vegana— señaló la foto de la comida—, muchos "no", su perfume, si recuerdo bien, aquí— tomó la primera foto que su amiga les mostró—, íbamos a comer hamburguesas al carbón e Inuyasha al ver que Pocky, al caminar parecía estar saltando de felicidad, decidió tomarle una foto, pero nos encontramos a Kikyou por casualidad, ella la olió antes y puso esa cara, quedando plasmada para la posteridad, también está el exceso de ropa, le encantaba ponerle moñitos y disfraces, luego ponía esas fotos en redes, la encerraba cuando tenían visitas, la aspiradora, la correa… ¿qué? Ella preguntó— dijo al ver que Inuyasha le miraba con el ceño fruncido, al igual que Sango. Sabía que eso debía decírselo Inuyasha, pero parecía congelado, solo quería ayudarlo.
—¿Por qué me miras así?— preguntó Inuyasha a Kagome, su novia le veía fijamente, no sabía en qué pensaba, preferiría que le gritase y comenzase a reclamar, al menos así sabría el motivo de su enfado.
—Explícame lo de encerrarla, la aspiradora y la correa.
—Si hacía una reunión en donde yo vivía, Pocky debía estar en el cuarto de lavado hasta que la última persona se fuera.
—Pero era también casa de Pocky— dijo indignada.
—Cada que nos visitaba aspiraba porque Pocky tira mucho pelo y al pasearla tiraba mucho de la correa.
—Con razón la odia— abrazó a Pocky y le acarició detrás las orejas.
—Pero a ti te ama, la tienes muy consentida— agregó al ver cómo Pocky se restregaba en el regazo de Kagome.
Inuyasha sonrió, a Pocky le había agradado Kagome desde el primer momento, desde antes de tan siquiera saber su nombre. Definitivamente su perra tenía un gran sentido.
...
Las visitas ya se habían ido, luego de ponerle comida y agua a Pocky, Inuyasha se había quedado viendo a Kagome, ella seguía viendo más fotos que él por su cuenta le había dado, suspiró, sabía que ellos dos tenían que hablar.
—Aún no terminas de verlas.
—Ven, no estoy enojada— palpó un lugar junto a ella en el tatami, pero Inuyasha no se sentó.
—Nunca tuve la intención de ocultarte las fotos, ya no recordaba que las tenía.
—Las tomaste con una cámara de rollo, ¿por qué no digital?— vio a Inuyasha ir al dormitorio y volver con una mochila, en esta ocasión si se sentó junto a ella.
—Mi madre me la regaló cuando me mude de casa— le mostró la cámara semi profesional—. Dijo que era para guardar nuevos recuerdos, eso hice, me terminó gustando como pasatiempo.
—Pero lo dejaste, ¿por qué?
—Fue cuando por una foto supe que Kikyou tenía algo con su jefe, publicaba esas fotos como si ya no fuésemos nada, ni siquiera habíamos terminado formalmente, dos días después me escribió "es momento de que también sigas adelante".
—Lo siento— se recargó en el hombro de su novio.
—¿Por qué?, ahora te tengo a ti y eso es mucho mejor— ambos siguieron viendo las fotos, hasta que Kagome se detuvo en una—. ¿Qué ves?
—Soy yo.
—Lo eres— dijo con asombro.
—Estaba como voluntaria en la campaña de adopción, esta carpa que apenas se ve, es donde estaba— señaló una punta de color rosa.
—La última foto del rollo— se quedó pensativo un momento—. Decidí que sería en ese lugar, el agua estaba tranquila y hacía que se viese como…— no sabía cómo describirlo.
—Un espejo, el reflejo era tan perfecto, por eso me separé de la carpa y fui a ver.
—Nuestra primera foto— pasó un brazo por detrás de Kagome y la atrajo a él, casi de inmediato, Pocky se fue a acostar junto a su dueña, recibiendo caricias detrás de la oreja.
Inuyasha sonrió al verlas, tomó la cámara, volvería a usarla y ya sabía hacia dónde haría su primer disparo. Comenzaría a guardar nuevos recuerdos, tantos cómo pudiese.
12/01/2022
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