Los personajes de Inuyasha pertenecen a la gran Rumiko, yo solo los tomó prestados para poder dar forma a la trama la cual si me pertenece. Todo sin lucro y solo con el afán de entretener.
Mascotas.
IX. Cachorro.
La lata de refresco cayó de la máquina, haciendo eco en el pasillo vacío, Inuyasha tomó la lata y al girarse, vio a sus padres ir hasta el prácticamente corriendo.
—¡Allí está mi hijo!, venimos en cuanto mandaste el mensaje— dijo Touga.
—¿Cómo están?, ¿qué tal el viaje?
—Nosotros bien— Izayoi le restó importancia—. ¿Cómo están?— preguntó emocionada.
—Muy bien, ahora duermen, salí por algo de beber— mostró su lata de refresco.
—¿Nieta o nieto?— quiso saber Touga.
—Vengan a ver.
—¿Los padres de Kagome ya vinieron?— Izayoi pensó que los encontraría ahí también.
—Sí, fueron a ver a Pocky, pasearla y darle de comer.
El reloj marcaba el medio día e Inuyasha se acostó la cama, estaba cansado. La noche anterior, Kagome se había acomodado para dormir en una posición muy extraña, ocupando la mayor parte de la cama, al principio su plan era dormir en el tatami, pero ella lo quería a su lado, por lo que debió dormir en la orilla. Se tapó los ojos con un brazo, dormiría un rato, Kagome veía una serie en la sala con Pocky haciéndole compañía. Sintió que apenas había cerrado los ojos cuando su perra le saltó encima, se quejó y vio la hora, dos de la tarde.
—¿Qué pasa?— preguntó con pereza y Pocky lo jaló del pantalón—. ¡Kag!— corrió a la sala al captar que ese no era un comportamiento normal—. ¿Están bien?— su esposa seguía en el sofá, haciendo ejercicios de respiración.
—No lo sé, se mueve mucho.
—Te llevaré al hospital, llamaré para decir que vamos para allá.
—¿Y si de nuevo es una falsa alarma?— en la semana ya habían ido dos veces creyendo que el bebé ya nacería.
—No lo creo, Pocky está inquieta— dijo al verla nerviosa e ir por él cuando intentó volver al dormitorio—. Ya vengo, voy por la mochila.
—Estamos bien— dijo Kagome a Pocky, se había acercado de nuevo y no dejaba de ver su vientre.
—Ya tengo todo, vamos a levantarte— ayudó a Kagome a ponerse de pie, vio el sofá y estaba seco, eso era bueno ¿verdad?—. Pórtate bien, mandaré a alguien para que te vea— dijo a Pocky antes de cerrar la puerta.
...
Inuyasha ayudó a Kagome a sentarse en el sofá, mientras ella sostenía en brazos el pequeño bultito rojo, él fue por Pocky, que estaba encerrada en el dormitorio, los padres de Kagome la dejaron ahí para que al llegar no corriese y les brincase encima emocionada. En cuanto abrió la puerta, Pocky quiso salir corriendo, pero su dueño la tomó del collar.
—¡Hey!, quieta, eso es, buena chica— dijo en cuanto la vio sentarse y esperar—. Quiero te comportes— caminó con ella de vuelta a donde Kagome esperaba.
—Pocky, él es Tadashi— presentó Kagome, dejando ver un poco el rostro del bebé.
—Ahora también vas a cuidar de él.
Pocky comenzó a oler al bebé, aunque movía la cola agitadamente claro signo de emoción, se mantuvo en calma, al terminar, puso su cabeza con delicadeza en el regazo de Kagome.
—Creo que se agradan.
—Obviamente, son amigos desde antes de que Tadashi naciera— Inuyasha le acarició la cabeza a Pocky—. Vamos a que duermas— dijo al ver Kagome llevaba tiempo bostezando.
Era la primera semana de Tadashi en el apartamento, aunque era muy tranquilo, ni Inuyasha, ni Kagome dormían mucho, se despertaban a cada rato para ver que estuviese bien.
En ese momento, a petición de Inuyasha, Kagome se relajaba en la tina de baño, al principio se negó, pero terminó aceptando no muy convencida, en cuanto su cuerpo se sumergió en el agua caliente suspiró de alivio. No sabía que necesitaba aquello, puso una toalla en su nuca y cerró los ojos, volvió a abrirlos cuando escuchó un llanto a la distancia, salió de la tina para vestirse e ir por su bebé, seguramente ya tenía hambre.
—No llores, démosle a mamá diez minutos más, ella está cansada— escuchaba Kagome que Inuyasha le decía a Tadashi, vio la hora y solo habían pasado 40 minutos desde que se metió en la tina, honestamente ella se imaginó que fue más tiempo, aun así, se sentía relajada.
Fue a la sala y se detuvo ante la escena que sus ojos contemplaban, Inuyasha cargando a Tadashi era demasiado perfecto, se podía sentir el amor con el que lo cargaba, él que siempre había sido algo tosco, ahora utilizaba una delicadeza extrema, Tadashi se movió un poco, parecía que comenzaría a llorar de nuevo, pero Inuyasha lo arrulló, colocándolo sobre su pecho y Kagome debió contener un chillido de emoción, aunque no pudo con las lágrimas, Inuyasha movía su cabeza con delicadeza, de la misma manera en que los perros lo hacen al querer transmitir su amor. Claro que no era la primera vez que lo hacía, con ella lo había hecho miles de veces cuando la abrazaba. Tadashi fue dejando de llorar e Inuyasha sonrió orgulloso.
—Mira, Dashi, mamá terminó de bañarse— había volteado al sentirse observado—. ¿Kagome?— se preocupó al verla estática.
—Todo está bien— fue a sentarse al sofá—. Lo escuché llorar, pero veo que lo tienes todo bajo control.
—Creo que ya tiene hambre, pero creí que seguías en la bañera y quería darte más tiempo— dijo sonrojado.
—Tú eres increíble, Tadashi tiene el mejor papá.
—Exageras.
—No lo hago, ven aquí— tomó a su bebé y comenzó a alimentarlo—. Tranquilo— dijo al sentir como quería comenzar a mamar con rapidez—. Eso eso— le acarició su mejilla cuando las succiones se volvieron más calmadas.
—Debí llevártelo la primera vez— ahora se sentía culpable, su bebé ya tenía hambre.
—Está bien, no pasa nada, realmente necesitaba ese baño.
—Ven aquí— la invitó a que acomodara recargada en él, le fascinaba estar con ella cuando alimentaba a Tadashi.
Kagome se acomodó y evitó reír al sentir como Inuyasha ponía su cabeza sobre su hombro y la movía, ella solo le acarició con su mano libre la cabeza, definitivamente era como un perrito.
Aquel miércoles por la mañana, aprovechando que Yoko estaba en el jardín de niños y había hecho un lugar en su rutina, Rin había ido a visitar a sus amigos. Esta sería la segunda vez que esperaba ver a su sobrino, además de que quería aprovechar y llevarle una tierna pijama que estaba segura de que sus amigos iban a amar. Cuando llegó, Kagome le dijo que Tadashi se acababa de dormir al igual que Inuyasha. Aun así, se quedó, quería pasar tiempo con su amiga.
—Rin, ¡muchas gracias!— dijo Kagome al ver la pijama—. Ya quiero ponérsela, aunque creo que aún le quedará grande— la talla ponía 24 meses.
—Lo sé, pero es idea para cuando comience a hacer frío y si hereda el tamaño de su papá, a los seis u ocho meses le quedará aceptable. Me refiero a que Inu es ancho— agregó al ver la cara de confusión de su amiga—. ¿Me vas a decir que no notas que tiene una espalda ancha?
—¡Claro que sí!— si era una de las cosas que le fascinaban de él.
—Te lo estabas imaginando, ¿cierto?— rió al ver que su amiga se sonrojaba al ser descubierta.
—Un poco.
—¿Y qué tal se están pasando las noches con Tadashi? Yoko tenía el horario de sueño invertido, nos costó mucho hacer que se adaptara.
—Será porque nació de noche, pero Tadashi duerme profundamente por la noche.
—Y aun así, Inuyasha duerme tan profundo que no me ha escuchado y tú, si te ves un poco cansada— la miró fijamente—. Ahora me siento culpable, deberías aprovechar y dormir tú también, pero estoy aquí quitándote tu tiempo.
—Nada de eso, me alegra que vinieras.
—¿Seguirá durmiendo?, quería verlo— casi eran dos horas desde que llegó, su sobrino parecía que no despertaría y ella no pediría que interrumpieran su sueño.
—Sí, luego de bañarse suele dormirse y lo hace por más tiempo si Inu está con él.
—¡Oh!— exclamó al sentir vibrar su celular, era su alarma, debía ir por Yoko—. Ya es hora de que me vaya, me saludas a mí sobrino y a Inuyasha. Luego vuelvo con Sessho y Yoko, ella está emocionada por conocerlo, pero como tuvo algo de gripa decidimos esperar.
—No se preocupen, vengan cuando quieran.
Cuando Rin se hubo marchado, Kagome fue al dormitorio, al entrar se topó con una escena de lo más adorable. Pocky dormía al lado derecho de Inuyasha y Tadashi estaba a su pecho. Salió sin hacer ruido y fue por la cámara de Inuyasha, cuando revelaran ese rollo se iba a llevar una gran sorpresa. Tomó la foto y fue a acostarse en el espacio libre.
Aprovechando el buen clima y que Tadashi debía tomar sus baños de sol. Sango y Rin organizaron una pequeña reunión en el parque, celebrarían el primer mes de vida del pequeño. Ya casi todo estaba listo, Miroku y Sango terminaban de poner la comida sobre el mantel, solo faltaban Rin, Sesshoumaru y Yoko, se habían desviado por un postre e Inuyasha, faltaba el papá, no había controlado su emoción que ya se había acabado un rollo de fotos y debió ir por otro.
—Primer mes, felicidades— dijo Kouga a Kagome al llegar, su amiga estaba sentada en una banca con Tadashi en brazos y Pocky a su lado—. ¿Dónde está Inuyasha? Creí no se apartaría de ustedes.
—Fue por otro rollo de fotos, ya se terminó el que trajo, dice que Tadashi es muy fotogénico— tocó la noticia de su bebé a modo de juego.
—¿Puedo acercarme?— preguntó Kouga a Pocky, ella no lo dejaba de ver—. Traje regalos— de su mochila sacó una bolsa de galletas y una sonaja de peluche en forma de lobo—. Las galletas para ti y la sonaja para Tadashi— Pocky se acercó con cautela, olió las galletas y la sonaja, aceptó las galletas y se echó a comerlas.
—Un soborno, muy listo.
—Una ofrenda de paz— se sentó junto a su amiga y le entregó la sonaja—. Ayame y Ferir llegan en una semana ya podrás conocerlos.
—Los extrañas.
—Como no tienes idea, pero primero quería instalarme yo, me alegra que mi pequeño ya tenga un futuro compañero de escuela, solo se llevan cuatro meses, si pueden ir juntos ¿verdad? Ya no recuerdo el sistema escolar de aquí.
—Claro que sí.
—¿Pocky?
La voz femenina llamó la atención de todos, Kouga no sabía quién era esa mujer, Kagome estaba procesando la llegada de aquella mujer y por su parte, Miroku había dejado de intentar evitar que sus hijas metieran mano a la comida y Sango al ver que su esposo no se movía, lo empujó.
—Ve, no te quedes parado.
—Sí, eres Pocky— al verla más de cerca lo confirmo—. Miroku, hola— saludó al verlo—. ¿Cómo has estado?, ¿la cuidas?
—Hola, no, ella es su dueña— refiriéndose a Kagome.
—¿Finalmente la dio en adopción?— Pocky gruñó y Kagome se mordió el labio para no decir algo de lo que pudiese arrepentirse—. Hola, un gusto, soy Higanbana Kikyou, anterior dueña de Pocky.
¿Anterior dueña?, ¡Claro!, pensó Kagome con sarcasmo.
—Hola— se limitó a saludar.
—Tienen una fiesta.
—Sí, ¿Cuándo volviste?— Miroku se propuso deshacerse de ella lo más rápido posible, ese día era especial.
—Hace dos meses, Miroku, ¿podrías darle mi número a Inuyasha?— le entregó una tarjeta de presentación—. Lo busqué donde vivía y me dijeron que se mudó porque tuvo un nuevo trabajo.
—Sí, él se mudó.
—Sé que eres su amigo y tienes tus razones para guárdame rencor, pero en verdad espero volver a contactar con Inuyasha y sanar el pasado.
—Yo le comentó, espero que tu viaje fuese lo que esperabas.
—Lo fue, me replanteé muchas cosas y ahora volví a…— guardó silencio un momento—. Se la das, un placer verte de nuevo.
—Sí, adiós.
Kouga seguía sin entender lo que había pasado, pero por la reacción de todos, suponía que esa mujer era una ex de Inuyasha. Vio a su amiga y le ofreció la mano para ir al mantel de pícnic, lo mejor era iniciar su reunión.
—¿Qué pasó?— preguntó Inuyasha al volver y notar la tensión.
—Tardaste— dijo Kagome, no sabía cómo comenzar a decirle que su ex estaba de vuelta.
—Es difícil conseguir los rollos, así que, compré diez.
—Exagerado.
—Para nada, luego con más calma buscaremos su primer álbum y…
—Inuyasha.
No podían creer que ella hubiese regresado, ¡ya se había ido! Kagome miraba fijamente a su esposo que se había quedado congelado.
—Kikyou… tanto tiempo— logró articular, no esperaba volver a toparse con aquella mujer de nuevo.
—Vaya… vaya…
Kagome le vio con indignación, ¿Acaso se estaba comiendo descaradamente con la mirada a su esposo?
—Estas cambiado, ¿te metiste al gimnasio?— había algo nuevo en él que le hacía lucir súmamente atractivo, más que antes.
—¿Qué?, no… Kikyou, te presento a mi esposa, Kagome— tomó a la chica de la mano, al principio se había desconcertado, pero en cuanto reaccionó, sabía lo que tenía que hacer, presentar a Kagome con aquella palabra que le encantaba.
—¿Y tu hijo?— preguntó incrédula, en el tiempo que estuvieron juntos él jamás mostró interés en ser padre, ahora entendía porque Inuyasha le parecía más atractivo, se había vuelvo más maduro, no solo mentalmente.
—Obviamente— murmuró Kagome.
—No me dijiste que salías con alguien y mucho menos que te casaste.
—¿Por qué tendría que hacerlo?, solo seguí tu consejo, seguí adelante.
—Espero podamos quedar para comer, charlar y ponernos al día, te buscaba porque en la empresa para la que trabajo, buscamos una persona como tú, es un excelente empleo, como muy pocos.
—De momento no buscó otro trabajo.
—Escríbeme y te doy más detalles, Miroku tiene mi tarjeta.
—Vamos a comer— dijo Kagome en cuanto Kikyou se hubo marchado de nuevo.
—Kag… Todo está bien ¿cierto?
—¿Por qué no había de estarlo?
—¡Tío Inu!— la voz de la pequeña Yoko logro distraer a todos—. ¡Tía Kag!, quiero ver a mi primito.
—Yoko, ten más cuidado— regañó Sesshoumaru.
—No nos digan que llegamos tarde— dijo Rin al ver que no había platos servidos.
—Para nada, llegan justo a tiempo— dijo Sango.
Inuyasha esperó a que todos hubiesen tomado asiento, y fue que se animó a sentarse junto a su esposa. La examinó por largo rato, se le notaba feliz, platicaba con las gemelas, Komori y Yoko, los niños parecían fascinados con Tadashi.
El resto de la reunión transcurrió de manera normal, hasta podía decirse que el encuentro con Kikyou jamás había pasado. Pero Inuyasha sabía que ese encuentro, le había afectado a su esposa, quería decir algo, pero no sabía qué, ¿tenía que disculparse? ¿Pero de qué? Él no había hecho nada malo.
La vio ir a la recámara, cambiarse y luego arrodillarse junto a la cama para poder cambiar a Tadashi, por ello decidió esperar en la puerta, buscó a Pocky como si con ello pudiese recibir alguna clase de ayuda divina, pero su perra se había ido a sentar en su sillón, lo estaba dejando morir solo.
—No hagas eso, deja que mami te ponga tu playera— Tadashi había contraído uno de sus bracitos y resultaba muy complicado vestirlo—. Eso es— dijo cuando finalmente había terminado—. Eres un niño tan lindo— soltó un sollozo.
—Kagome— se acercó de inmediato.
—¿Cómo pudo preguntar si era tu hijo? ¡Era obvio! Es igualito a ti.
En ese instante fue que Inuyasha lo comprendió, Kagome no estaba molesta porque se hubiesen topado con Kikyou, estaba molesta porque se había puesto en duda quién era el padre de su bebé. Aunque él no lo había sentido de esa manera, más bien la pregunta de Kikyou la sintió de incredulidad, pero eso era algo que no le diría a Kagome. Su esposa estaba sensible y lo mejor era apoyarla.
—Yo creo que se parece más a ti— se hincó tras ella y la abrazó.
—Tiene tú mismo color de ojos y mira su cabello, es lacio.
—Duerme, sonríe y mira como tú— le besó la mejilla—. Ya se está quedando dormido, podemos acostarnos con él o ir a tomar una ducha.
—Quiero descansar un rato.
Inuyasha asintió decepcionado, desde que Tadashi había nacido no habían compartido un baño juntos, sin olvidar el pequeño periodo de abstinencia al que aún le quedaban dos semanas. Se terminó acostando junto a Kagome y sonrió al ella buscar una de sus manos para que la abrazara.
—No vas a aceptar su propuesta de empleo— sentenció ella luego de un rato.
Inuyasha se tardó en procesar sus palabras, creyó ingenuamente que el asunto de Kikyou se había aclarado.
—¿Quieres hacerlo?
—No, no quiero.
—Pero es para "Luxus" solo los mejores trabajan ahí y tú eres de los mejores, no puedo obligarte a…
—¡Kag!, estoy bien donde estoy, si en el futuro tengo otra oportunidad en otro lugar, será donde no me mantengan alejado de ustedes— sabía que un puesto importante en "Luxus" era muy demandante, les trabajaría 24/7 y no podía permitirse eso ahora, quería disfrutar de su esposa y ver crecer a su bebé.
—También viajas en este.
—Lo máximo fue una semana y fue hace siete meses, ¿al mes me ausento tres días?
—Sí, pero…— se giró para verlo a los ojos.
—Pero nada— le interrumpió—. Aquí me están permitiendo trabajar desde casa hasta que Tadashi tenga cuatro meses, claro que en ocaciones debo ir, pero no es todos los días.
—No irás a comer con Kikyou, ¿verdad?
—No.
—Lo siento, estoy exagerando— estaba avergonzada, ahora mismo se sentía como una esposa mega controladora, en su defensa, se sentía celosa, una cosa era saber que Kikyou existía, pero ya no formaba parte de la vida de Inuyasha, y otra era tenerla de vuelta con intenciones de recuperar a su ex—. Si quieres hacerlo, puedes ir, seguramente tienen mucho de que platicar. Tú no te opusiste que yo viese a Kouga, es justo que… confío en ti.
—No exageras— la atrajo más a su cuerpo—. Ya es parte del pasado, no importa que tenga que decir, nada hará que cambie esta vida, los amo, a ambos— le dio un beso en la frente y vio a su bebé que dormía profundamente—. Y respecto a Kouga… no me lo recuerdes, luché mucho por no ir a verlos antes, no porque desconfiara de ti, no paraba de preguntarme ¿y si seguía siendo tan perfecto como decías?
—Yo nunca dije que fuese perfecto.
—Recuerdo que comenzaste con "Kouga es sorprendente" y enumeraste todas las cosas maravillosas que había hecho.
—"Sorprendente" y "perfecto" son términos muy diferentes, perrito celoso— se acomodó mejor sobre el pecho de su esposo, definitivamente era su almohada favorita—. Pero ahora son amigos ¿no?
—Algo así.
—¿Qué pasa?— preguntó Kagome al sentirlo moverse.
—Se despertó— se había estirado para tomar a Tadashi y ponerlo junto a él—. Por cierto, el próximo fin de semana, Miroku y Kouga nos ayudarán a llevar cosas al templo.
—Así que ya comienza la mudanza.
—Tus padres dijeron que ya podíamos.
—¿Escuchaste Tadashi?— le acarició la mejilla a su bebé—. Vamos a ir a vivir a la casa donde crecí.
03/02/2022
Luego de ver el abrazo entre Inuyasha y su pequeña Moroha, Inu mueve su cabeza de un lado a otro como perrito y no pude evitar poner ese detalle aquí. Sigo fangirleando con InuKagMoro, fue una larga espera, pero finalmente se reencontraron y espero sigan así.
Muchas gracias por sus mensajes, alertas, favoritos y recomendaciones de lectura en FB, me llena de alegría que les guste esta historia. Debo algunas escenas y ya las incluiré de alguna manera más adelante.
Nos seguimos leyendo.
