Capítulo 3
Contrato
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A la mañana siguiente, Leona empezó a despertarse mientras los rayos de sol entraban por los ventanales.
"No quiero despertar." pensó Leona aun con los ojos cerrados. "¿Y si todo fue un sueño? Despertaré y estaré de nuevo en ese sitio desagradable."
"¿Dormiste bien?" escuchó una voz mientras sentía una mirada fija en su rostro.
"¿Huh?" Leona abrió los ojos, levantó la cabeza parpadeando lentamente y vio a Evangeline que estaba mirándola mientras sonreía levemente.
"¿E-Eva?" la miró Leona confundida, entonces se dio cuenta de que tenía su cabeza apoyada sobre su pecho y la estaba abrazando mientras Evangeline la tenía abrazada con un brazo, rápidamente, Leona se separó de ella y se cayó de la cama.
"¡Ay! …"
"¿Estás bien?" preguntó Evangeline mirándola con una gota detrás de la cabeza.
"Sí… Pero, por… Por qué estaba… Quiero decir…" dijo Leona sonrojándose furiosamente.
"¿No te acuerdas?"
"Ah…" murmuró Leona, incorporándose en la cama. "Y yo que pensé que solo fue un sueño…" pensó mientras se acariciaba la cabeza por el golpe.
"Bueno, deberías cambiarte, tienes la ropa que vas a llevar mientras estés trabajando aquí en la silla." señaló Evangeline con el dedo índice la silla en la que estaba la ropa, ello era un maid kimono.
"Yo… Iré al baño a cambiarme." se levantó Leona yendo hacia la silla para coger la ropa.
"Puedes cambiarte aquí."
"Prefiero cambiarme en el baño." dijo Leona dirigiéndose hacia la puerta.
"No ha cambiado nada." pensó Evangeline, sonriendo levemente, minutos después, Leona salió con el maid kimono puesto.
"Te queda bien." la miró Evangeline, ya vestida.
"¿En serio?" preguntó Leona, mirándose.
"Vamos, te presentaré a los demás." se levantó Evangeline de la cama.
"¿Presentarme?"
"Le dije a Vasago que reuniera a los demás para conocerte, ¿o prefieres que sigan persiguiéndote?"
"No, gracias." contestó Leona, mirándola estrechamente, seguidamente dejaron la habitación y fueron por uno de los pasillos.
"Ahora que lo pienso, ¿no estabas atrapada en Mahora?" preguntó Leona con curiosidad mientras caminaban. "Y si preguntan sobre mí, ¿les digo la verdad?"
"Simplemente diles que nos conocemos de antes, y Negi consiguió deshacer la maldición hace tiempo." respondió Evangeline sin mirarla, después de bajar por las escaleras, salieron del lugar y fueron a un patio donde había varias personas reunidas, cuando vieron a Evangeline se pusieron firmes.
"Mistress, ¡la esperábamos!" gritaron a la vez los hombres, llevaban una camiseta blanca, unas gafas de sol, unos pantalones de color negro, una chaqueta abotonada del mismo color y una corbata negra.
"Huh… Esto parece una organización de Yakuzas…" parpadeó Leona mirándolos con una gota detrás de la cabeza.
"No exactamente." la miró Evangeline.
"Eso mismo pensé yo." se escuchó a un chico sonriendo, yendo hacia ellas.
"Touta." lo llamó Evangeline, mirándole.
"Es el chico de la foto que hay en la habitación…" pensó Leona.
"¿Quién es, Yukihime?" inquirió Touta mirando a Leona detenidamente.
"Para eso os he reunido." respondió Evangeline poniéndose las manos en la cintura. "Su nombre es Leona, se quedará aquí y trabajará con nosotros desde hoy." la presentó haciendo un gesto con la mano hacia ella.
"Ah, es conocida del ama." se escuchó a uno de los hombres.
"Entonces se entiende." añadió otro de ellos, sonriendo.
"Disculpa lo de ayer, fuimos demasiado descorteses, mi nombre es Makabe." se presentó uno de los hombres, a diferencia de los demás, iba vestido con una camisa blanca con una corbata negra y un chaleco de camarero encima de la camisa, unos pantalones largos negros y unos zapatos del mismo color, también llevaba un medio delantal amarrado a la cintura que le cubría parte de las piernas y unas gafas ovaladas debajo de sus ojos, su cabello era puntiagudo y de color negro, su piel era pálida y sus ojos eran del mismo color que su pelo.
"No, no importa." respondió Leona.
"Bienvenida, ya somos tres humanos." sonrió una chica, su cabello era rubio atado en dos colas y sus ojos eran verdes. "Mi nombre es Mizore Yukihiro."
"Yukihiro…" susurró Leona ya que ese nombre le resultaba familiar.
"Es la bisnieta de Ayaka." añadió Evangeline.
"Ah… Por eso me sonaba." la miró Leona. "Un momento, ¡la bisnieta!" exclamó segundos después.
"¿Cuánto tiempo crees que ha pasado?" la miró Evangeline, alzando una ceja.
"Ah… Bueno…"
"Esto es todo, ya podéis volver a vuestros puestos de trabajo, Touta, Kuroumaru, Karin, vosotros le enseñareis el lugar y cómo hacer la faena."
"Como quiera, Yukihime-sama." asintió Karin, haciendo una pequeña reverencia poniendo una mano en su pecho, su cabello era corto hasta la barbilla de color azul oscuro, su piel era pálida y sus ojos eran del mismo color que su cabello, iba vestida con un chaleco granate con una camisa blanca debajo de ella, una falda corta que le llegaba hasta los muslos de cuadros de color rojo y negro, unas medias negras y unos zapatos marrón oscuro, también llevaba un lazo rojo en el cuello.
"¡Claro, Yukihime!" exclamó Touta animado mientras Kuroumaru asentía, su cabello era largo hasta su cadera de color castaño oscuro, una parte de ello lo tenía recogido en una coleta en el lado izquierdo de su cabeza, también su cabello cubría su ojo derecho, su piel era pálida y sus ojos eran de color marrón oscuro, iba vestido con una gabardina de color negro, unos pantalones largos y unos zapatos del mismo color, y una camisa blanca con una corbata negra.
"¿Dónde vas?" la miró Leona viendo que se marchaba.
"Voy a mi habitación de trabajo, tengo que hacer unas cosas." respondió Evangeline mientras se alejaba del lugar caminando.
"Yukihime-sama, es la líder aquí, tiene bastantes cosas de las que ocuparse." comentó Karin mirándola seriamente. "Bueno, vamos a cambiarnos de ropa para trabajar, enseguida volvemos."
"Está bien." respondió Leona, tiempo después, volvieron donde estaba Leona, Karin llevaba puesto el mismo uniforme que Leona y Touta y Kuroumaru tenían puesto el que llevaba Makabe.
"Bien, te enseñaremos todo lo que tienes que hacer." sonrió Kuroumaru levemente.
"¿Y de que os conocéis Yukihime y tú?" preguntó Touta, sonriendo con las manos detrás de la cabeza.
"Digamos que somos conocidas…" respondió Leona mirando hacia otro lado.
"¿Conocidas?" preguntó Kuroumaru con un tono de curiosidad.
"Sí."
"Conocidas, conocidas, ¿conocidas de qué? Si se puede saber." interrogó Karin acercando bastante su rostro al de Leona, con una mirada de interrogación. "¿Amistad? ¿Familiar? ¡¿Un romance?!"
"¡Pe- Pero que te ha dado de repente!" exclamó Leona confundida con una mirada desconcertada.
"Karin-sempai… La vas a ahuyentar…" dijo Kuroumaru casi en un susurro con una gota detrás de la cabeza, con la mano alzada en señal de que se detuviera.
"Ah… Perdón." se disculpó separándose de Leona, fingió toser un par de veces con la mano cerrada delante de su boca, para despejarse. "Empezaremos por recepción."
Minutos después de explicarle lo que debía hacer, Leona se puso a barrer las hojas del patio con Touta.
"Como cambia la cosa, un día estas en ese lugar intentando sobrevivir y al otro te encuentras barriendo, pero lo prefiero, es más tranquilo." pensó Leona mientras iba poniendo las hojas en una montaña.
"Hey." la miró Touta. "¿Quieres hacer un descanso?"
"¿Descanso? ... Está bien." respondió Leona, Touta sonrió y se sentaron en el tatami del patio, estuvieron unos segundos sin decirse nada hasta que Touta habló.
"¿Hace bastante que conoces a Yukihime?"
"¿Eh?" lo miró Leona. "Mas o menos… Es difícil de explicar…"
"Yo estuve viviendo dos años con ella en un pueblo, también fue profesora de donde estudiaba." la miró Touta, sonriendo alegremente.
"¿Profesora?" parpadeó Leona, Touta asintió. "No lo hubiera imaginado…" murmuró mirando hacia otro lado con una mirada inexpresiva.
"¿De qué estarán hablando?" se preguntó Mizore mientras los observaba, escondida detrás de una de las paredes del lugar. "Parece que se llevan bien."
"Bueno, Touta siempre es amistoso con todo el mundo." añadió Kuroumaru al lado de ella.
"Tienes razón, Touta-sama es amable con todo el mundo." sonrió Mizore, asintiendo varias veces.
"Como si dos humanos no fueran suficientes, hay un tercero… Cada vez hay más competencia." dijo una niña mirándolos seriamente mientras apretaba con fuerza el canto de la pared, su cabello era rubio anaranjado y largo hasta la mitad de su espalda, lo tenía recogido con dos trenzas a los lados, su piel era pálida y sus ojos de color anaranjado, iba vestida con una camisa blanca con volantes y una cinta roja en el cuello, una falda negra que llegaba un poco por encima de sus rodillas, un sombrero negro de borde ancho con algunas flores estampadas en el lado derecho, unas botas negras y unas gafas ovaladas por debajo de sus ojos.
"¿Co-Competencia…?" dijo Kuroumaru con incredulidad.
"Te refieres a que ella también con Touta-sama…" la miró Mizore, parpadeando extrañada. "Si se acaban de conocer-"
"¡Tú y Shinobu os enamorasteis al primer día de verlo!"
"¡¿Ah?!"
"Yo lo veo más como una conversación amistosa… No lo noto de esa manera…" añadió Kuroumaru mientras miraba a Touta y Leona.
"Voy a ir."
"¡Eh! ¡Espera Kirie-chan!" exclamó Kuroumaru intentando detenerla, pero ella ya se había ido hacia ellos.
"¿Se puede saber qué haces, Touta?" preguntó Kirie cruzando los brazos bajo su pecho. "Deberías estar trabajando."
"Ah… Estábamos descansando un poco." respondió Touta, acariciándose la cabeza por detrás, Kirie suspiró.
"Escucha Leona… Si te juntas demasiado con él, se te pegará su incompetencia."
"¿Su qué…?"
"Vamos Kirie, que va a pensar de mi si le dices eso."
"Que eres un incompetente, básicamente"
"Se le da un aire a Chisame…" pensó Leona.
"¿De qué estabais hablando?" preguntó Mizore apareciendo con Kuroumaru.
"De Yukihime." contestó Touta.
"¿Yukihime?" parpadeó Kirie.
"Estaba explicándole que estuve viviendo con ella un tiempo."
"Ah… Era eso…"
"¿Qué otra cosa podría ser, Kirie?" la miró Touta confundido.
"No, nada." respondió Kirie rápidamente y miró a Leona. "Si os conocéis de antes debes de ser cercana a ella." dijo cruzando los brazos bajo su pecho.
"…Podría decirse que, le debo mucho…" respondió Leona mirando al suelo, pensativa.
"¿Qué hacéis ahí? Tenemos bastante trabajo, hay que atender a los huéspedes." interrumpió Karin, acercándose a ellos.
"Tienes razón." sonrió Touta, levantándose. "Vamos."
El día transcurrió con normalidad hasta que llegó la noche, al finalizar las tareas, se despidieron y fueron a sus habitaciones.
"Hum… No está aquí." pensó Leona mirando alrededor de la habitación. "Quizás esta todavía trabajando."
Mientras tanto Evangeline estaba sentada en la silla de oficina enfrente de su mesa mirando con atención unas hojas, tenía el codo apoyado y el puño sosteniendo su mejilla. "Solo me falta-" súbitamente, alguien llamó a la puerta.
"Adelante."
"Maes- Evangeline… Pensé que ya habías terminado." dijo Leona cerrando la puerta detrás de ella.
"Estoy acabando unos temas, puedes irte." contestó Evangeline sin levantar la vista de las hojas, Leona alzó una ceja.
"Puedo esperar a que termines, no me importa."
"Es tarde para que estés por aquí."
"¿Qué quieres decir?"
"Deberías de estar durmiendo."
Una vena de enfado apareció en la sien de Leona.
"No me trates como una niña, ¿qué edad piensas que tengo? Tengo-" Leona hizo una pausa pensando en ello. "Espera, ¿los años que estuve en aquel lugar no cuentan, no? El tiempo allí estaba detenido…" pensó. "Catorce… Y medio."
"Tengo setecientos años, para mí, sigues siendo una niña."
"Entonces, ¿Qué edad debo tener para que dejes de verme como una niña?"
"Supongo que más de cien."
"¿Te estás burlando de mí?" la miró Leona algo molesta. "¡Cómo voy a tener más de cien! Y además… Solo quería esperarte para ir juntas."
"Oh, ¿no puedes dormir sin mí?" la miró Evangeline de repente, curvando los labios en una sonrisa divertida.
"Olvídalo." se sonrojó Leona levemente. "Iré tirando."
"Espera, ya que estás aquí, necesito que firmes tu contrato."
"¿El… Qué? ..."
"Tu contrato, ¿trabajas aquí, no? Y resides también, ya hice tu ficha."
"¿Mi ficha?... ¿Tienes mis datos personales?"
"Sí."
"¿Cómo? Ni siquiera me hice la revisión médica en clase…"
"¿No te la hiciste?"
"Me la salté, precisamente por lo que pasó ese día con Ako…"
"Ah… Ya me acuerdo, pensaste que quien la atacó, fui yo."
"No voy a entrar en detalles." dijo Leona mirando hacia otro lado.
Evangeline soltó una risa leve ante el comentario mientras cogía una hoja de las que había en la mesa y fue hacia ella.
"¿Qué te hace gracia?"
"Nada, solo me hiciste recordar, creo que es normal que sepa sobre ti, después de todo, estuviste viviendo conmigo y soy tu maestra, incluso se tu tipo de sangre."
"¿Sabes t-todo?" preguntó Leona con una voz y mirada dudosa, tapándose con las manos. "¿Hasta el tipo de sangre?"
"¿Por qué te cubres? ..." la miró Evangeline, alzando una ceja. "Oh… ¿Piensas que se tus medidas?" rio para sí misma. "No te preocupes, no las he puesto en la ficha, no te espié ni nada por el estilo como para saberlas, ahora, ¿vas a firmar?"
"No me gusta estar atada a un contrato."
"¿No confías en mí?"
"No es eso."
"¿Entonces?"
"¿Tengo que hacerme algún tatuaje? ..." preguntó Leona con una mirada incertidumbre.
Hubo un momento de silencio.
"¿Qué?" parpadeó Evangeline extrañada, alzando una ceja. "¿Qué te hace pensar eso?"
"¿No es lo que tienen los Yakuzas de aquí?"
"No sé qué te estas imaginando, pero no somos Yakuzas, ya te lo había dicho, no tienes que tatuarte nada."
"…"
"¿Y bien?" la miró Evangeline, esperando una respuesta.
"Uh… Bueno, está bien…"
"Entonces sentémonos, estaremos más cómodas." propuso Evangeline yendo hacia uno de los sofás, Leona la siguió y se sentó a su lado.
"Solo tienes que firmar, puedes leerlo si quieres." dijo Evangeline mientras le entregaba la hoja.
Leona la tomó y le hecho un vistazo, segundos después, la dejó encima de la mesa y miró alrededor como si estuviera buscando algo.
"Hum… ¿Dónde está el bolígrafo?"
"No es necesario, dame la mano." Leona la miró confundida, pero hizo lo que le pidió y extendió su mano hacia ella, seguidamente, Evangeline le agarró la muñeca y le hizo un ligero corte con la uña, la sangre brotó de inmediato, cayendo ligeramente por la mano.
"?!"
Inmediatamente, antes de que Leona pudiera reaccionar, Evangeline puso la mano en la hoja, dejando la marca de sangre plasmada en el papel.
"Eso es todo, te doy la bienvenida." sonrió Evangeline levemente, mirándola, Leona apartó rápidamente la mano.
"Pero… Q… Qu… ¡Qué clase de contrato es este! ¡Parece que sea uno de esos para invocar una criatura de las profundidades ¡¿No podías habérmelo dicho antes?! ¡Encima me estoy desangrando!" la miró con exasperación.
"Si te lo hubiera dicho, habríamos tardado más por tu indecisión de si hacerlo o no." respondió Evangeline, después río levemente. "No te preocupes, no va a salir nada de las profundidades, ahora, dame tu mano."
"Ah no, no voy a firmar dos veces." contestó Leona sujetándose la mano, negándose.
"No vas a firmar de nuevo." aclaró Evangeline, mirándole la muñeca. "Te sangra la muñeca."
"¿Oh? No me digas, ¿en serio? No me había dado cuenta, ¡por que será!"
"Dame la mano." dijo Evangeline de nuevo con una voz tenue. "Voy a curarte la herida."
Leona la miró dudando por un segundo, pero hizo lo que le pidió, Evangeline le cogió la mano de nuevo y lamió la herida, Leona se estremeció dejando escapar un gemido suave mientras Evangeline tenía sus labios en la herida y sintió un leve dolor al notar que ella succionaba la sangre, su respiración se volvió agitada y nerviosa, apartó la mirada y se aferró al sofá con la otra mano, después de unos segundos, Evangeline retiró los labios de la muñeca y la soltó, Leona vio que ya no le sangraba al fijarse en ello.
"Dejó de sangrar…" murmuró Leona, levemente sonrojada.
"La saliva de un vampiro tiene un efecto curativo, analgésico y anticoagulante." explicó Evangeline relamiéndose los labios.
Leona parpadeó varias veces, aturdida, procesando sus palabras.
"¿Qué?" la miró Evangeline.
"Nada… He estado pensando sobre ello… Tú no… ¿por qué no tomas mi sangre como antes?"
"¿Eh?" dijo Evangeline con una mirada inexpresiva.
"Quiero decir, antes solías beber mi sangre, ya fuera por entrenarme o por algún favor… pero ahora…"
"¿Te gusta que lo haga?"
"¡No! ¡No es eso! Solo me resulta extraño... ¿es porque mi sangre no sabe igual?"
Evangeline se quedó unos segundos sin decir nada, hasta que decidió hablar.
"… No es eso, simplemente, me he acostumbrado a no hacerlo, tampoco quiero herirte."
"¿Herirme?"
"¿No sentías nada cuando lo hacía?"
"Cuando me…"
De repente, Leona recordó lo que Irise le dijo tiempo atrás.
"El cuello es un lugar muy sensible, cuando un vampiro muerde allí, la persona puede recibir placer de ello, digamos que es como tener relaciones sexuales, claro que, cuanto más siente la víctima más siente el vampiro."
"Ah…" Leona comenzó a sonrojarse cada vez más por momentos.
"¿Leona? ¿Estás bien?"
"I-Irise…"
"¿Quién?... Irise… Iri- Oh… Te refieres a esa mujer… Había conseguido olvidarla de mi mente." pronunció Evangeline con veneno en su voz, frunciendo el ceño. "¿Qué pasa con ella?"
"No… No tiene importancia." respondió Leona desviando la mirada.
"Dímelo." exigió Evangeline con una voz firme y una mirada seria, Leona la miró inquieta.
"No me siento cómoda hablando de ello contigo."
"¿Por qué? ¿Qué te dijo exactamente? ¿Te hizo algo?" la miró Evangeline fijamente. "Dímelo." exigió de nuevo, elevando la voz un poco más.
"Está bien…" suspiró Leona resignada. "Tú no estabas… Y ella…"
Evangeline estrechó la mirada.
"Pero yo no quise…"
La ceja de Evangeline hizo un ligero tic.
"Pero al final…"
"¿Qué? ¡Dilo de una vez!"
"¡E-Ella me dijo que cuando un vampiro te muerde en el cuello, es lo mismo que si estuvieras teniendo relaciones sexuales!" respondió Leona con los ojos cerrados y sonrojada furiosamente.
"¿Eh?" dijo Evangeline con una mirada inexpresiva.
"¡Es lo que me explicó!"
"¿Por eso estás así? Pensé que era algo serio." suspiró Evangeline, cerrando los ojos, y poniéndose la mano en la sien.
"Entonces es verdad…" la miró Leona nerviosa.
"Por qué… Espera, estás así porque bebía tu sangre por aquel entonces y al decirte eso aquella mujer, ahora te da vergüenza el pensar en ello, ¿es eso?" la miró estrechamente, Leona asintió, sonrojada.
"En serio…" suspiró Evangeline. "Por un momento llegué a pensar que le había hecho algo." pensó, negando con la cabeza ligeramente. "No le des tanta importancia, es cierto que quizás esa sea una forma de decirlo, hoy en día, está muy visto por la televisión o los libros encontrarse esa explicación." se levantó del sofá, fue hacia su mesa y dejó el contrato sobre ella.
"Pero…"
"Supongamos que necesito tu sangre para no morir, ¿qué harías?" la miró Evangeline.
"¿Qué? Te la daría."
"¿Entonces no pensarías en ello, no?"
"No…"
"Por lo tanto, no le des más vueltas, no te sugestiones." le aconsejó Evangeline cruzando los brazos bajo su pecho.
"Está bien, no tienes que preocuparte por eso, sigues siendo virgen." se escuchó una voz.
"¡Esa no es la cuestión!" exclamó Leona, sonrojándose aún más. "¿Eh?" parpadeó al ver a Chamo en forma humana. "¿Chamo? ¿Por dónde has entrado?"
"Por la puerta." respondió Chamo con simpleza detrás del sofá, encogiendo los homros.
"Chamo, por qué estás aquí." lo miró Evangeline.
"Oh, pensé en lo que me comentaste el otro día y creo que ya se cuál es el problema, debe ser que el pactio se ha anulado debido a lo sucedido."
"Ya veo, eso pensaba." dijo Evangeline, poniéndose la mano en la barbilla, pensativa.
"Hum… ¿De qué estáis hablando?" preguntó Leona, mirándolos con un tono de curiosidad.
"Le comenté a Chamo sobre lo que dijiste de tu carta de pactio, y después de pensarlo, hemos llegado a la conclusión de que si no puedes usarla es porque al estar en aquel lugar y sin recordar nada, la carta se anuló."
"¿Eso es posible? Tenía entendido que el pactio dejaba de servir cuando mueres."
"También deja de servir si quien hizo el pactio pierde la memoria, a Yue le pasó algo parecido." explicó Chamo.
"¿En serio? Aun así, vuelvo a recordarlo todo."
"Aunque la hayas recuperado, la carta ya quedó inservible, no te preocupes, puedes volver a tenerla."
"¿Cómo?" preguntó Leona, ladeando levemente la cabeza, Chamo sonrió con malicia. "¿Qué…?"
"Es sencillo." respondió Chamo, regresando a su forma original de armiño, fue hacia Leona y se puso encima de la mesa. "Solo tienes que dar un besito."
"¿Eh? ..." dijo Leona con una mirada inexpresiva.
"Eso, un beso, como hiciste la otra vez, vamos, bésala-"
"Chamo~." interrumpió la voz de Evangeline de forma ligeramente grave, Chamo sintió un escalofrió.
"¿Sí? ..." la miró nervioso.
"Suficiente." dijo con firmeza entonces miró a Leona. "Es como ha dicho, pero no tienes que hacerlo si no quieres."
"¡Eh! No digas eso Eva, sabes que su artefacto nos vendría bien para pelear." replicó Chamo con fastidio.
"No- no puedo." exclamó Leona, sonrojada.
"¿A qué te refieres? No es el primero que haces, ¿no?" la miró Chamo fijamente.
"Pero ella debe estar saliendo con alguien-"
"No, no estoy con nadie." respondió Evangeline con simpleza, cruzando los brazos bajo su pecho.
"¿Ah?"
"Solucionado, ya puedes darle un beso."
"¡Por qué tú lo digas!" exclamó Leona molesta, mirándolo seriamente.
"¿No querías que dejara de tratarte como una niña? Entonces puedes hacerlo."
"¡No es eso!... ¿Estabas espiando?"
"Bueno, siempre está la otra opción."
"¿Hay otra?"
"Sí, solo tienes que lanzar en el aire un pequeño pergamino y entonces aparecerá un círculo mágico, dependiendo de la relación que tengas con Eva y de cómo os sintáis, ello aparecerá en alguna parte del cuerpo, puede ser en el estómago, en la mano o en la frente, tendréis que juntar los círculos durante tres horas, si os separáis no servirá, aunque probablemente acabé estando en el estómago." explicó Chamo, sonriendo.
"No parece difícil."
"Claro que, de ser así, no tendréis que llevar ropa." sonrió Chamo ampliamente.
Leona empezó a murmurar una serie de cosas que no se entendían bien, pero por su expresión molesta, no parecían ser agradables.
"¿Entonces?" preguntó Chamo.
"No."
"Ya veo, prefieres la otra."
"¡Yo no he dicho eso!"
"Como echaba de menos estos momentos." dijo Chamo con un pequeño pañuelo disimulando lágrimas.
"No escuchas, ¿verdad?"
"¿Te disgusta la idea de volver a tener un pactio conmigo?" preguntó Evangeline, mirándola.
"No, no es eso…" respondió Leona apenada, apartando su mirada de ella. "De hecho, lo haría si no fuera por lo que siento, la primera vez fue más sencillo, no sentía lo mismo que ahora." pensó.
"Deberías considerarlo, como dije antes, tu artefacto nos vendría bien, imagina que nos encontramos en una situación difícil y por no haberlo hecho, no puedes hacer nada o incluso pierdes a alguien." explicó Chamo.
"En eso tiene razón, no quiero perder a nadie más." pensó Leona durante unos segundos. "Está bien…" suspiró resignada.
"¡Bien!" sonrió Chamo. "Ve donde está Eva, ¡prepararé el circulo mágico en un momento!"
Leona se levantó del sofá y fue hacia Evangeline como le indicó.
"Cuando queráis." avisó Chamo cuando terminó de dibujar el circulo mágico en el suelo, Evangeline dio un paso adelante.
"Yo no sé si… Quiero decir, ¿tiene que ser ahora?" preguntó Leona nerviosa.
"Te pones tan nerviosa por cosas que en verdad no son para tanto, Leona." sonrió Evangeline levemente. "Seré gentil." dijo acercando su rostro al de Leona, cuando estuvieron a punto de besarse, alguien llamó a la puerta y entró, entonces se separaron rápidamente, Leona sonrojándose furiosamente.
"Perdón, Yukihime-sama… Iba a informarle mañana, pero vi que había luz así que… ¿Interrumpo algo?" preguntó el hombre mirándolas.
"No." respondió Evangeline yendo hacia él.
"Siempre viene alguien cuando estoy con ella… Supongo que es mejor así… ¿no?" pensó Leona perdida en sus pensamientos.
"Entonces, eso es todo."
"Entendido, buenas noches Yukihime-sama." se despidió el hombre dejando la habitación.
"Siempre tiene que venir alguien en los momentos más inoportunos." suspiró Chamo haciendo una mueca.
"¿Por dónde íbamos?" sonrió Evangeline levemente, acercándose a Leona.
"¿Eh?" dijo Leona saliendo de sus pensamientos. "¿Qué?"
"No creerías que iba a dejarlo estar solo porque nos interrumpieron, ¿no? No te voy a dejar a medias."
"Eso ha sonado raro y mal." añadió Chamo. "Y los sabes."
"Cállate." dijo Evangeline dándole una mirada estrecha.
"En realidad, no me importaría hacerlo otro día…" la miró Leona, pero antes de que pudiera decir algo más, Evangeline puso una mano en su mejilla mientras que con la otra le sujetaba la cintura y la besó.
"¡Mmph!"
"¡Pactio!" gritó Chamo, seguidamente en el circulo mágico apareció un brillante destello de luz y una energía mágica, entonces un fuerte viento se levantó alrededor de ellas.
El beso fue cada vez más intenso, Leona sintió una sensación que hacía que su corazón latiera más rápido y que su temperatura corporal aumentara desmesuradamente, quiso aferrarse a algo, pero al no tener nada cerca, opto por aferrarse a Evangeline cogiéndola de la camisa cosa que hizo que ella la abrazara más contra ella, entonces la sentó a horcajadas encima de la parte trasera del respaldo del sofá, sin separase.
"Mm… ¿Esto estará bien?" pensó Chamo mirándolas, sonrojado. "Siento que esto está yendo a otro nivel… "¿Ah? Es extraño, parece que no esté funcionando… Debo pensar en algo sino no se hará el pactio…" pensó. "Eva, parece que no está sirviendo, no dejes de insistir." avisó Chamo.
"No… No puedo…Seguir… Con lo que siento." pensó Leona sonrojada furiosamente, después de unos segundos que parecían eternos, la luz que las rodeaba desapareció junto con el circulo mágico.
"Bueno, esto ya está." dijo Chamo mirando la tarjeta pactio de Leona que había cogido antes. "Mm… Hey, ya terminó…" avisó Chamo, viendo que todavía seguían. "Eva, yo dejaría ir a la pobre muchacha, creo que necesita un respiro."
Evangeline se separó de Leona.
"Sabes, es mejor que cuando estés besando a alguien, respires, es un consejo, estarás mejor."
"No… No te burles…" susurró Leona, mirándola sonrojada mientras cogía aire. "Si me metes la lengua de repente… Que se supone que debo entender… ¡Vampiro desvergonzado!"
"Lo hice porque ya escuchaste al armiño."
"¡Cómo si lo dice el conde Drácula! Ahora… ¿Puedo bajar ya? ..."
"¿No estás cómoda?"
"Preferiría no estar así."
"¿Cómo se piden las cosas?" sonrió Evangeline divertida, una vena de enfado le apareció a Leona en la sien.
"My Lady, podría hacerme el favor de dejarme bajar de una puñetera vez o no le viene bien en estos momentos." la miró Leona seriamente.
"Si insistes." rio para sí misma Evangeline, apartándose, Leona dio un saltó y bajó del respaldo del sofá.
"Hum… Ya tienes la carta de nuevo, Leona." intervino Chamo con una gota detrás de la cabeza, volviendo a la forma humana. "Aquí tienes."
"Gracias…"
"Será mejor que vayas a la habitación, yo iré enseguida."
"Bien…"
Leona se despidió y los dejó a solas.
"Hoy no duerme." murmuró Chamo mirando la puerta. "Bueno, yo también iré tirando."
"A propósito Chamo, por qué no le dijiste que también estaba la opción de hacer el pacto mediante la sangre." lo miró Evangeline de reojo.
"Pobrecilla, ese método es más doloroso."
"Solo es hacerse un ligero corte."
"Ejem…" fingió toser Chamo un par de veces con la mano. "Qué más da, ya está hecho."
"Claro." negó Evangeline con la cabeza ligeramente. "Me voy a la habitación."
"Yo haré lo mismo, buenas noches." se despidió Chamo, Evangeline salió, cerró la puerta detrás de ella y fue hacia su habitación, una vez allí, vio a Leona acostada, se desvistió y se metió en la cama, al notarlo, Leona se dio la vuelta.
"¿Te desperté?"
"No, estaba despierta." respondió Leona, sonrojándose al verla solo en ropa interior.
"Oh, ¿no puedes dormir? ¿Quieres que te cuente un cuento?"
"¿Otra vez intenta burlarse…?" pensó Leona. "Sí, cuéntame uno, ya que insistes."
Evangeline parpadeó varias veces, entonces sonrió de forma enigmática.
"Érase una vez, un mago y una vampira, el mago idiota le hizo un conjuro a la vampira sellándola en un lugar diciéndole que volvería un día para quitarle el conjuro, pero el muy idiota desapareció y la vampira quedo condenada a permanecer en ese lugar, fin."
"Eso ha sido corto, rápido y con un final malo." suspiró Leona. "Por qué me suena de algo..." murmuró pensativa.
"¿No te gustó?" sonrió Evangeline mostrando los colmillos.
"No voy a decir lo que pienso al respecto, buenas noches." dijo Leona dándose la vuelta, Evangeline la miró divertida y apagó la luz.
Fin del capítulo 3.
Bueno, Leona hizo de nuevo el pactio a pesar de las interrupciones.
Gracias por leer, espero que haya gustado, si es así, dejen review por favor, me gustaría saber su opinión, me anima a seguir escribiendo. Cualquier duda de la historia, pueden decirme.
