Capítulo 4
Un San Valentín inquieto.
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Habían pasado unas semanas desde que Leona llegó a UQ Holder con la intención de quedarse unos días, pero por circunstancias del destino, terminó quedándose en ese lugar.
Los rayos de sol de la mañana alumbraban la habitación mientras un viento suave fresco entraba por las ventanas.
"Leona." le susurro una voz al oído, que causó que hiciera leves quejidos.
"Mm…" murmuró Leona con los ojos cerrados, aun sumida en el sueño.
"Leona." la llamó aquella voz de nuevo, está vez con un tono divertido.
"Cinco minutos más…" dijo Leona somnolienta, sin abrir los ojos, acomodándose más en algo que parecía ser bastante cómodo.
"Mmh…" dijo la voz divertida. "Supongo que te gusta estar así, pero siento decirte que no soy una almohada, niña."
"¿Uh?" dijo Leona abriendo los ojos lentamente. "¿Dónde estoy? ¿Qué es esto?" se preguntó pensativa, segundos después, se dio cuenta que tenía la cabeza apoyada en el pecho de Evangeline.
"?!"
Rápidamente se apartó haciendo que el flequillo se le levantara, mostrando una expresión desconcertada.
"¿Has dormido bien? Supongo que sí, solo había que verte." la miró Evangeline incorporándose en la cama.
"Yo… Yo no-" tartamudeó Leona nerviosa, sonrojada mientras intentaba explicarse.
"No hace falta que digas nada, me hago una idea." se levantó de la cama Evangeline.
"¡Seguro que equivocada!" consiguió decir finalmente Leona.
"¿Oh? ¿Ya te regresó el carácter? Entonces, prepárate, tenemos que trabajar."
"Que seas tu quien lo diga, me hace sentir extraña si pienso en el pasado." parpadeó Leona, recordando las veces que Evangeline se quedaba dormida en clase o lo poco que colaboraba en las cosas que no le daba importancia.
"¿Has dicho algo, Leona?" sonrió Evangeline peligrosamente, mirándola directamente a los ojos con fría advertencia.
"Que voy a ducharme." cambió rápidamente las palabras Leona, si algo no quería, era ser golpeada de buena mañana.
Leona se levantó de la cama y fue hacia el baño mientras Evangeline la observaba con una ceja alzada de manera curiosa.
Minutos después, Leona se metió en la ducha dejando que el agua caliente bajara por su cuerpo.
"¿Por qué siempre me despierto sobre ella?" pensó Leona mientras tenía los ojos cerrados. "Al final me iré a un sofá, de esta manera dejaré de hacerlo." el agua seguía cayendo, relajándola y haciendo que se perdiera en sus pensamientos. "No importa cuantas veces me duche, después de estar en ese lugar, el poder ducharme así me alegra, aunque suene estúpido." se echó hacia atrás el cabello para que el agua se llevara con más facilidad la espuma del champú, entonces notó que alguien se metió en la ducha y se dio la vuelta.
"¡Un Déjà vu!" exclamó Leona mirando a Evangeline.
"¿El que?" parpadeó Evangeline, mirándola confusa, ladeando la cabeza.
"¡Qué haces aquí!" intentó Leona taparse con el antebrazo los pechos, cerrando las piernas, abochornada.
"Pensé en ducharme contigo, así no perdemos tiempo, hay bastante trabajo hoy."
"Eso no es excusa, ¡sabes de sobras que no me gusta que me vean desnuda!"
"¿Por qué? ¿Aun te da vergüenza? No tienes nada que no haya visto." respondió Evangeline, entonces mientras la miraba, se fijó en algo. "¿Es porque no te gusta que se te vea la cicatriz que tienes?" le preguntó viendo la cicatriz que recorría desde casi su hombro derecho hasta casi la cintura del lado izquierdo, formando una diagonal.
"No es eso… De todas formas, aunque a ti te de igual, a mí no, ¡y si no fuera porque voy a ser soltera, hubieras tenido que tomar la responsabilidad!"
Seguidamente, Evangeline se rio ligeramente y la acorraló contra la pared, poniendo la mano apoyada en un costado, y acercó su rostro al de Leona.
"Tal vez la tome." la miró Evangeline intensamente con una sonrisa divertida en sus labios.
"Que-" la miró Leona empezando a sonrojarse, intentando asimilar si lo decía en serio o bromeaba.
"Por cierto, esa denuncia que se supone que ibas a ponerme al bañarnos en mi resort aquella vez, nunca llegó, ¿estás segura de que no te equivocaste de tribunal y fuiste a otro que no era de vampiros?"
Una sombra cubrió la mirada de Leona.
"Deja la broma de una vez… ¡Solo déjame tranquila!"
Leona le dio con tanta fuerza al grifo de la ducha que acabó rompiéndolo, haciendo que, saliera a presión el agua impactando en el rostro de Evangeline.
"?!"
Al darse cuenta, rápidamente Leona bloqueó el agua congelando el grifo con magia y el agua dejó de salir.
"…"
"Ah… Yo no…" la miró Leona nerviosa.
"Leona." dijo al fin Evangeline al cabo de algunos segundos que parecieron eternos, con una mirada seria en su rostro.
"¡No fue con intención!" intentó excusarse Leona, aunque posiblemente no serviría de nada, entonces, de repente, Evangeline la cogió de la muñeca tirándola hacia ella, dándole la vuelta, pegando así la espalda de Leona a su pecho mientras le tapaba los ojos con la mano y sujetaba aun la muñeca de ella con la otra, seguidamente le besó el cuello.
"¿Va a tomar mi sangre? "pensó Leona esperando a que pusiera sus colmillos en su piel y bebiera, pero por alguna razón solo escuchó sus labios apretando con fuerza la zona del cuello como si la estuviera besando, lo que causó que Leona hiciera un gemido, después de uno segundos, la soltó.
"…"
Leona la miró confundida por lo que acababa de pasar.
"Será mejor que te des prisa, como mencioné antes, hay bastante trabajo." dijo Evangeline saliendo de la ducha. "Oh, yo me miraría antes el cuello." la miró con una sonrisa enigmática, después dejó el baño.
"No entiendo nada." pensó Leona saliendo de la ducha, fue hacia el espejo del baño y se miró el cuello.
"¡¿Qué demonios?!"
Al mirarse en el espejo vio que tenía como un moretón en la zona donde la había besado, dejó el baño y miró a Evangeline que ya se había vestido.
"¡Tú! ¡¿Esto que es lo que es?!" se señaló Leona el cuello, mirándola molesta.
"Mm… Yo diría que eso es lo que se suele llamar un chupetón." le respondió Evangeline con simpleza, mirándola detenidamente.
"¿Un qué? ¡Y no hagas como si no supieras porque lo tengo!"
"Supongo que nunca te han hecho uno, no te preocupes se te acabará yendo, pero, yo de ti no iría mostrándolo por el lugar, puede causar confusiones." añadió Evangeline dándole una sonrisa inocente como si no hubiera roto un plato.
"¡Eh!"
"Que te vaya bien, Leona." se despidió Evangeline mientras se iba hacia la puerta.
"E-Espera-" sin poder decir algo más, Evangeline dejó la habitación. "Tsk, ahora que hago con esto."
Minutos más tarde, Leona salió de la habitación y se dirigió hacia donde estaban los demás.
"Buenos días, Leona." sonrió alegremente Touta.
"Buenos días…"
"Buenos días." saludaron los demás.
"¿Te pasa algo en el cuello?" preguntó Kirie observando la gasa que llevaba puesta.
"No… No es nada." respondió Leona, negando con la cabeza. "Como diga un mosquito no va a colar."
"Hoy hay bastante trabajo, pongámonos cuanto antes." dijo Karin mirándolos fijamente.
"Yo ya estoy agotada y eso que acaba de empezar el día…" pensó Leona, suspirando. "¿Por qué?"
"Hoy es San Valentín." respondió Kuroumaru, aclarando su duda. "Por eso hoy hay más gente."
"Por cierto." intervino Kirie. "Quiero preguntarte algo, Leona."
"¿El que?"
"¿Dónde duermes?" preguntó Kirie con curiosidad.
"¿Eh?" parpadeó Leona, confusa.
"Kirie-chan, por qué preguntas eso." la miró Kuroumaru extrañado por aquella pregunta.
"¿Duerme con el incompetente y contigo?" le miró Kirie con las manos en la cintura, inclinándose un poco hacia adelante.
"No… Además, en la habitación solo hay sitio para dos…"
"¿Karin?" la miró Kirie de reojo a lo que Karin respondió negando con la cabeza.
"Mizore."
"No." respondió Mizore con simpleza.
"¿Shinobu?"
"No…"
"¿Entonces con quién? ¿Con alguno de la organización?"
"Eso no puede ser Kirie, sabes que no está bien que una chica y un chico compartan habitación." puntualizó Karin.
"Bueno, tampoco es que seamos muchas mujeres aquí."
"Ahora tengo curiosidad…" murmuró Kuroumaru.
"¿Con quién compartes habitación?" habló Touta mirando a Leona sonriendo levemente.
"Con Eva- Quiero decir, Yukihime..." respondió Leona mirándolos. "No me acostumbro a llamarla así, no." pensó.
Como si el tiempo se hubiera detenido en ese momento, se escuchó el ruido de una escoba partirse en dos, que al parecer era la escoba que estaba sosteniendo Karin.
"Con-"
"¡Qué!" interrumpió Karin a Kirie que a causa de ello se sobresaltó. "Con… ¡¿Con Yukihime-sama?!"
"Porque siento que es algo que no debería de haber respondido." pensó Leona mirando a Karin, dudando.
"¿Co-Cómo es posible?" la seguía mirando Karin fijamente.
"Ella… Yukihime me lo propuso, al no haber más habitaciones libres, ya que la mayoría son para huéspedes y las otras que quedan para compartir son con hombres del trabajo..." explicó Leona con una mano detrás de la cabeza.
"Entiendo." asintió Kirie varias veces con los brazos cruzados bajo su pecho.
"E-entonces la ves dormir cuando te despiertas cada mañana…" dijo Karin mirándola cada vez más nerviosa.
"De hecho, es al revés, quien se despierta antes es ella…" Leona desvió la mirada hacia otro lado rascándose la mejilla con el dedo índice.
"En la misma habitación que Yukihime-sama… Durmiendo con ella, compartiendo el mismo baño…" murmuró Karin perdida en sus pensamientos, sonrojándose cada vez más.
"¿Estás bien…?" la miró Leona confusa.
"Karin-sempai…" la llamó Kuroumaru, poniéndole la mano encima del hombro.
"¡Ah!" se sobresaltó Karin saliendo de sus pensamientos. "Puedo pasarlo por alto solo porque Yukihime-sama lo permitió." puntualizó la última palabra con cierta indignación, mirando a Leona seriamente.
"Estoy empezando a sentirme incomoda…" pensó Leona preguntándose porque la estaba mirando tan seriamente.
"¿Sigue moviéndose demasiado al dormir?" preguntó Touta de repente, al decirlo, todos lo miraron en shock, menos Leona.
"Touta-kun… No me digas que…" lo miró Kuroumaru sorprendido.
"Ah… No puedo responderte con seguridad, pero diría que no… ¿Por qué lo dices?" lo miró Leona alzando una ceja.
"Porque cuando dormíamos en el pueblo, siempre se movía de su futón y terminaba en el mío, y si solo fuera eso, pero también me tiraba hacia ella con la mano poniéndome contra su pecho, era bastante incómodo." dejó escapar un suspiró Touta con los ojos cerrados, cruzando los brazos.
"¡¿No será ella la que en realidad termina abrazándome?!" pensó Leona.
De repente Evangeline sintió un escalofrió mientras trabajaba en su habitación.
"¿Se encuentra bien, Yukihime-sama?" la miró Vasago a su lado, sosteniendo un puñado de hojas.
"No es nada." respondió. "Qué raro, ¿estará alguien hablando de mí?" pensó.
"To-Touta-sama…" tartamudeó Mizore sorprendida.
"¡Cómo te atreves!" exclamó Karin cogiéndolo por la camisa, entonces lo empezó a zarandear. "¡Dormiste con ella esos dos años! ¡Yo ni siquiera-!"
"¿Qué te pasa Karin-sempai?" preguntó Touta intentando soltarse del agarre. "¡No es mi culpa que lo hiciera y de que también entrara desnuda al baño cuando estaba!"
"¡Qué!" exclamó Karin zarandeándolo con más fuerza que antes. "¡Serás!¡ Debería de eliminarte!"
"Touta-kun… Tengo la impresión de que quieres morir…" los miraba Kuroumaru con una gota en la nuca.
"El incompetente no puede, es inmortal." añadió Kirie mirándolos molesta.
Minutos más tarde, Karin se calmó y soltó a Touta.
"Tsk, no puedo creer que durmieras con ella todo ese tiempo, viendo su cara angelical."
"Cara angelical…" pensó Leona con una mirada inexpresiva.
"Vamos, Karin-sempai, ya hace tiempo de aquello…" intentó calmarla Shinobu. "¿Ya pudiste firmar la hoja para trabajar aquí?" miró a Leona, intentando cambiar de tema.
"¿Eh? Sí…"
"¿Y firmaste sin más?" añadió Kirie. "Si que tienes confianza… ¿Ni siquiera te fijaste si había letra pequeña?"
"¿Cómo que letra pequeña?" parpadeó Leona varias veces.
"Kirie, que insinúas, Yukihime-sama nunca haría nada sospechoso."
Kirie dejó ir un simple 'Oh' mientras miraba a Karin de reojo por esa respuesta.
"Puede haber puesto que tenga que hacer los baños durante meses, servirle eternamente o cobrar una miseria-"
"¡Yukihime-sama nunca haría eso!"
"Solo es por curiosidad…" interrumpió Leona. "Hum… ¿Cómo firmasteis?"
"¿Eh? Con un bolígrafo, con que va a ser." respondió Mizore extrañada. "Verdad, Shinobu."
"Sí." asintió.
"Luego hablaré con ella al respecto." pensó Leona con una expresión molesta.
"¿Pasa algo, Leona?" la miró Touta al ver su expresión.
"No… Nada." resopló.
"¿Qué hacéis todavía ahí?" se escuchó a Makabe, todos se giraron y vieron que se acercaba a ellos con Jinbei. "Tenemos bastante trabajo, no sé si os habéis dado cuenta."
"¡Sí!" exclamaron a la vez la mayoría mientras se iban a atender a los huéspedes.
"Ah… Siento lo de aquella vez…" se disculpó Leona mirando a Jinbei con una mano detrás de la cabeza, ya que el día en que llegó al lugar, lo golpeó sin querer mientras intentaba huir.
"No te preocupes." sonrió Jinbei, su cabello era largo hasta la cintura de color rojo y negro, lo tenía recogido en una cola baja por detrás, su piel era pálida, y sus ojos eran de color verdes, iba vestido con una camisa de manga corta verde con una corbata negra, encima de la camisa, llevaba un delantal blanco en el que ponía en el lado derecho 'Famous Store', unos pantalones largos negros y unas bambas blancas, también tenía. "He tenido peores."
"¡Leona! ¡Vamos!" se escuchó a Mizore de lejos.
Leona se despidió y se fue con los demás.
"Parece una chica normal." dijo Jinbei mirándola mientras se alejaba.
"¿A qué viene eso?"
"Como al preguntarle a Yukihime sobre ella nos contestó que era discípula suya…"
"Eso no importa, vamos a trabajar nosotros también."
"¿Eh?... ¿Nosotros?"
"Eso he dicho, no pensabas escaquearte, ¿no?" lo miró Makabe estrechamente con un brillo en sus gafas.
"Ah." resopló Jinbei con una expresión resignada.
Mientras iban por uno de los edificios del resort, vieron a un chico en el pasillo que parecía estar esperando.
"Touta-niichan." dijo el chico, su cabello era castaño oscuro y largo hasta las rodillas, su piel era pálida y sus ojos eran de color negro, iba vestido con una sudadera sin mangas con capucha de color granate, unos pantalones largos marrón claro y unas bambas blancas y roja.
"¿Hace mucho que esperas?"
"No."
"Leona, él es Santa." lo presentó Touta sonriendo. "Santa, ella es Leona, aunque ya debiste verla cuando Yukihime la presentó."
"Sí." asintió Santa.
"Dejar las presentaciones y pongámonos a trabajar." los miró Karin con los brazos cruzados bajo su pecho.
Las horas fueron pasando mientras servían a la gente en el resort.
"Gracias, esperamos volver a veros." sonrió Kuroumaru, mirando a dos estudiantes que habían ido a pasar la tarde.
"¡Cuenta con ello!" sonrió la chica, levantándose de su asiento.
"Ah…" suspiró la otra. "Quiero un novio vampiro que me lleve volando por el cielo nocturno estrellado."
"Y yo quiero ser rica."
"Pensé que al exponerse la magia en este mundo podría encontrar alguno, pero no he tenido suerte."
"Y yo pensé que esta vez ganaría algo con el número que compré de lotería."
"Tengo la impresión de que no te estás tomando en serio lo que digo."
"Shinna, no todo es Crepúsculo, no te va a aparecer un vampiro de la nada yendo a clase y menos de día."
"¿Tú qué opinas?" preguntó la chica mirando a Kuroumaru.
"¿Eh?" la miró Kuroumaru con una gota en la nuca mientras recogía lo que había en la mesa. "Bueno… Yo…"
"Deja al pobre chico, tiene bastante trabajo."
"Sí…"
"No se puede ignorar lo que no puede ser ignorado…" pensó Kuroumaru con una gota en la nuca, viéndolas marcharse.
"¿Puedes atender a ese señor, Leona?" pidió Shinobu señalando a uno de los clientes que estaba en una de las mesas de afuera, el cabello de ella era corto hasta la barbilla de color azul oscuro y sus ojos eran de color gris.
"Sí." contestó Leona asintiendo y se dirigió hacia la mesa donde estaba el cliente, "Buenos días." saludó amablemente. "¿Ya sabe que va a pedir?"
"Un café y una porción de tarta de limón, por favor." contestó el hombre mientras Leona tomaba nota.
"Enseguida."
Pocos minutos después, Leona regresó con lo que había pedido.
"Aquí tiene." dijo Leona mientras dejaba el café y la porción de tarta sobre la mesa.
"Gracias." dijo el hombre mirando a Leona detenidamente. "Espera." dijo antes de que ella se fuera a atender a otra mesa.
"¿Quiere pedir algo más?" lo miró Leona.
"Así que trabajas aquí, ¿no eres demasiado joven?" sonrió el hombre.
"¿Eh?" lo miró Leona confusa. "Tengo el permiso para poder hacerlo."
"Entiendo, ¿Cuál es tu nombre, jovencita?"
"Leona."
"Conozco un lugar bastante acogedor, podemos ir cuando termines la jornada." propuso el hombre, mirándola de arriba abajo de forma descarada.
"Lo siento, pero no me interesa."
"Vamos, no digas eso, si es por dinero, no te preocupes, te invito a mi casa." insistió el hombre sonriendo. "Nos lo pasaremos bien, lo prometo y -"
De repente, una mano se puso sobre la cabeza de Leona, agitando su cabello.
"Leona." se escuchó una voz detrás de ella.
"Yukihime." la miró Leona, al darse la vuelta.
"Ve a atender a los demás."
"Pero-"
"Yo me encargo de terminar de atender a este señor." la miró Evangeline con los ojos cerrados, sonriendo.
"Está bien…" dijo Leona extrañada, se marchó y les dejó solos.
"Oye, estábamos teniendo una conversación bastante interesante." la miró el hombre molesto, esperando una explicación.
De pronto, la expresión de Evangeline cambió a una seria.
"Hey." se inclinó Evangeline acercando su rostro al de él, mirándole fríamente. "Esto es un lugar serio, no sé si sabes lo que quiero decir, de hecho, rara vez vienen tipos como tú." hizo una pausa antes de continuar con sus palabras. "Escucha atentamente porque solo te lo diré una vez, no cruces la línea." recalcó con veneno en su voz, dándole una mirada fría y sombría en la que tenía la esclerótica de color negro y el iris de color amarillo, lo que hizo que al hombre se le congelara el alma. "¿Lo has entendido?"
"Sí… Señora…" asintió el hombre temeroso.
Evangeline se apartó y se marchó dejándole solo.
Horas más tarde, casi en el atardecer, todos terminaron de trabajar y ahora algunos estaban descansando en la cocina.
"Por fin terminó la jornada." suspiró Kirie aliviada, estirando los brazos. "Casi todos eran parejas."
"Que esperabas, es San Valentín, al fin y al cabo." suspiró Karin.
"No hemos parado en todo el día." añadió Shinobu, acariciándose la cabeza.
"¿Qué haces, Mizore?" preguntó Kirie al ver que estaba preparando algo.
"Chocolate, ¡se lo regalaré a Touta-sama! Ahora que él se fue a entrenar, es el momento, ¡Todavía hay tiempo!" sonrió Mizore animada.
"¡Eh!" exclamaron varios a la vez.
"Es cierto… Debería de hacer alguno yo también…" dijo Shinobu tímidamente.
"¡Kuroumaru! ¡Vamos a hacerlo también!" exclamó Kirie con el puño levantado a la altura de su barbilla con una mirada competitiva.
"¡Qué! ¿Yo también?"
"¡No podemos perder contra ellas!"
"Kirie… ¿Te gusta Touta, no?" la miró Karin con una ceja alzada y los brazos cruzados bajo su pecho.
"¡No! ¡Esto es un asunto de honor como inmortal! ¡No dejaré que una humana me gane!"
"Que tendrá que ver una cosa con otra." negó Karin con la cabeza con los ojos cerrados y las manos en la cintura.
"¡No nos quedaremos atrás!"
"¡Pero Kirie-chan!" exclamó Kuroumaru viendo como ella iba hacia la mesa.
"No entiendo que le veis." resopló Karin mirándolos.
Kirie empezó batir a toda velocidad los ingredientes y así acabar antes que nadie, cosa que salpicó por todos lados, lo que hizo que Mizore no se quedará atrás e hizo lo mismo, Shinobu que en ese momento pasaba con su bol, se resbaló por lo que había salpicado en el suelo, con lo que el bol cayó en el suelo cubriéndolo todo del chocolate que ya había preparado, Karin intentó ayudarla a levantarse y Kuroumaru se puso a limpiar el desastre, pero cuando estaban en ello, Kirie no se dio cuenta y al coger rápidamente su bol para ir hacia otra mesa, se resbaló al pisar la zona que había limpiado Kuroumaru, haciendo que perdiera el equilibrio, por suerte no cayó al suelo, sin embargo su bol había caído encima de Mizore, que ahora estaba cubierta de chocolate, ello provocó su ira y tiró el suyo encima de Kirie, en unos momentos, utensilios de repostería empezaron a volar de un lado a otro junto con los huevos, la harina y otros productos más, y así lo que empezó siendo una receta culinaria simple, acabó convirtiéndose en una batalla.
"Necesito beber algo." pensó Leona dirigiéndose a la cocina, al llegar a la puerta, escuchó bastante barullo que venía de dentro, entonces la abrió.
"Pero que está pasando aquí…" dijo Leona al ver la cocina hecha un desastre, los demás no notaron su presencia y siguieron tirándose cosas. "A cundido la discordia…" dijo con una gota en la nuca.
"Leona." se escuchó la voz de Evangeline.
"!?"
Leona rápidamente cerró la puerta y se dio la vuelta nerviosa.
"¿Qué?"
"¿Has visto a Jinbei?"
"Eh… No." negó Leona con la cabeza. "Pero estaba con Makabe esta mañana…"
"¿Qué es todo ese ruido?" miró Evangeline por encima de Leona hacia la puerta.
"¿Eh?"
"Viene de la cocina."
"Estarán ocupados con algo… Si quieres puedo ayudarte a buscar a Jinbei…" propuso Leona, Evangeline se quedó mirándola por unos segundos, sabiendo que estaba tratando de alejarla de ahí, entonces miró la puerta.
"Espera-"
Al abrir la puerta, Evangeline vio el desastre causado.
"Diablos señorita, ¡deja ya de tirar cosas!"
"¡Lo mismo digo!"
"¡Entonces ríndete!"
"¡Ríndete tú! ¡Admite tu derrota!"
"¡Yo seré quien consiga el amor de Touta-sama!"
"¡Eso ya lo veremos!"
"Kirie, admítelo de una vez, te gusta."
"¡Qué no es eso! ¡Dame más cosas!"
"Deberíamos de parar, si se entera Yukihima-sama…"
"¡Entonces que se rinda primero!"
"Que desastre estamos haciendo…" suspiró Kuroumaru viendo a Mizore y Shinobu en la otra punta de la cocina, protegiéndose con una mesa que habían tirado, mientras que Kirie, Karin y él estaban protegiéndose con otra desde el otro lado, entonces vio a Evangeline y Leona mirándolos desde la puerta, Leona tenía una sombra cubriendo su mirada. "Ka-Karin-sempai…" tartamudeó, poniéndole la mano en el hombro.
"¿Qué pasa, Kuroumaru?"
"Allí…" señaló Kuroumaru con el dedo índice, Karin se volteó.
"¡Yu-Yukihime-sama!" exclamó Karin al percatarse de su presencia, los demás al escucharla se detuvieron y se pusieron blancos al verla.
"Imagino que tendréis las mismas ganas de limpiar como las que habéis tenido en ensuciar." señaló Evangeline mirándolos a todos con una sonrisa siniestra.
"¡Sí, ma'am!" dijeron a la vez, mirándola, notando que la temperatura había bajado unos grados en la cocina.
Seguidamente, se pusieron a limpiar la cocina mientras Evangeline los dejó con ello.
"Lo dejaremos en un empate." mencionó Mizore mirando a Kirie.
"Estoy de acuerdo."
"No puedo creer que Yukihime-sama viera todo este desorden." dijo Karin molesta, limpiando con una bayeta.
"No le des más vueltas, Karin-sempai." añadió Shinobu ayudándola.
"Gracias por ayudar, Leona." la miró Kuroumaru mientras barría el suelo.
"No tienes que dármelas, de esta manera acabaremos antes." contestó Leona mientras fregaba los platos.
/Grace of Destiny II/
"Bueno, por fin terminamos." levantó los brazos Kirie en señal de cansancio, después de estar unas horas limpiando.
"¿Nos ponemos de nuevo?" la miró Mizore.
"¿Eh?"
"Otra vez no…"
"Tranquilo Kuroumaru, esta vez no haremos ningún desorden." lo intentó calmar Mizore, con las manos en la cintura.
"¿Qué vais a hacer?" la miró Leona con curiosidad.
"Chocolate, quiero dárselo a Touta-sama." sonrió Mizore ampliamente. "Ya sabes San Valentín es para expresar tu amor a la persona que quieres."
"Era lo planeado, pero… Terminó de esa manera…" suspiró Kuorumaru con los ojos cerrados.
"¡Le daré un corazón enormemente grande!" exclamó Mizore animada.
"¿Ya se lo podrá terminar…?" la miró Shinobu con una gota en la nuca.
"Bueno, yo voy a retirarme, que os vaya bien."
"Está bien, nos vemos mañana Leona." sonrió Kuroumaru levemente, Leona asintió y dejó la cocina.
"Para expresar tu amor…" pensó Leona mientras iba por el pasillo. "Está claro que no puedo dárselo… Sería como decirle que la quiero." suspiró profundamente.
Después de unos minutos, alguien de la organización pasaba por una de las zonas del lugar y vio a Leona apoyada en una de las ventanas mirando el cielo nocturno con una mirada que parecía perdida.
"¿Cómo fue el día, Leona?" preguntó el hombre que había ido hacia ella, Leona salió de sus pensamientos mirándolo.
"Chamo, bien, aunque agotador…"
"¿Qué haces?"
"Mirando el cielo." suspiró Leona.
"Pareces pensativa, ¿te preocupa algo?"
"Le importa a alguien que este la luna allí arriba, sola en toda la oscuridad." dijo Leona mirando al cielo de nuevo.
"Ho, ho, que profundo, Leona." sonrió Chamo con los ojos cerrados, con una gota en la nuca. "Por cierto, ¿tú no vas a dar?"
"¿Qué?" parpadeó Leona.
"Chocolate, me refiero, he pasado por la cocina."
"No, no he hecho, eso es para declararte."
"No necesariamente, también sirve para agradecer."
"¿En serio?" pregunto Leona extrañada.
"Aunque es más conocido por lo otro." añadió Chamo poniéndose la mano en su barbilla, pensativo. "¿no hay alguien a quien querías agradecer por algún motivo?" la miró.
"Tal vez, no estoy segura de ello." respondió Leona, ahora mirando hacia otra parte.
"¿Por qué no lo intentas entonces? No es como si fuese algo malo."
Leona se quedó pensando unos segundos.
"Está bien." dijo Leona finalmente. "Nos vemos, Chamo." se despidió, marchándose.
"Chachazero, en estos momentos se te extraña." murmuró Chamo mientras la veía alejarse.
Leona fue hacia la cocina, aunque ya no había nadie y se puso a hacer chocolate, más tarde, terminó y los envolvió en una pequeña bolsa atada con un lazo de color naranja, entonces se fue hacia la habitación.
"Ahora no sé cómo dárselo." pensó Leona mirando la bolsa, yendo por el pasillo. "¿Esto es por tu amor y comprensión? Huh… Definitivamente no, ¿De mi para ti porque sí? Tampoco… ¿Cómo nadie te dio pensé en regalártelo? Eso es como un jarro de agua fría y me veo saliendo disparada por la ventana."
Mientras estaba perdida en sus pensamientos, llegó a la habitación.
"Solo es darle esto, no se porque me cuesta tanto." resopló Leona, abrió la puerta, pero no encontró a nadie dentro.
"¿Estará todavía trabajando?" se preguntó Leona, dejando la pequeña bolsa en la mesita de noche. "Iré a ver." dejó la habitación y se dirigió a la que Evangeline solía estar trabajando, pero tampoco la encontró allí.
"¿Dónde estará? Bueno, la esperaré en la habitación."
Leona fue a la habitación de nuevo, pero al llegar vio que Evangeline se estaba comiendo el chocolate de la pequeña bolsa que había dejado antes sobre la mesita.
"¡AH!" exclamó Leona de la impresión.
"¿Qué te pasa, Leona?" preguntó Evangeline mirándola confusa.
"Lo-los chocolates…" los señaló Leona con el dedo índice, nerviosa.
"¿Eh?" parpadeó Evangeline mirándolos. "¡Ah! ¿Eran tuyos? Lo siento Leona, al verlos aquí pensé que-"
"¡No! Quiero decir, son tuyos…"
"¿Qué?" la miró Evangeline extrañada, Leona empezó a explicarle rápidamente la razón, pero lo decía tan rápido que no se la entendía demasiado bien.
"Leona… Relájate, estas tensa." estrechó la mirada Evangeline con una gota en la nuca. "No entiendo lo que me quieres decir."
"Yo… Lo que quiero decir… Es… Son tuyos, los hice antes para ti…"
La ceja de Evangeline hizo un ligero tic mientras la miraba fijamente.
"No- ¡no te equivoques! Solo es para agradecerte, na-nada más…" explicó Leona mirando hacia otro lado, nerviosa.
"¿Agradecerme? ¿Por qué?"
"Tú… Me salvaste aquella vez, me aceptaste como discípula, y ahora me has dejado quedarme aquí…" dijo Leona sonrojada, cabizbaja.
"Oh, que dulce Leona." subrayó Evangeline sonriendo burlonamente. "Te ves adorable ahora mismo."
"¡Estoy intentando ser sincera aquí!" la miró Leona molesta, aun sonrojada.
Evangeline se rio ligeramente y se acercó a Leona.
"¿Quieres que nos lo comamos juntas?"
"¿Qué?" se sorprendió Leona. "Pero son para ti."
"Prueba uno al menos." insistió Evangeline cogiendo una de la pequeña bolsa.
"Además no tengo ham- ¡¿Hmph?!" exclamó Leona ya que Evangeline le había puesto el chocolate en la boca.
"¡Q-Qué haces!" la miró Leona después de comérselo, con un leve sonrojo en las mejillas.
"Bueno, al parecer, no está en mal estado."
"¿Por qué iba a estarlo?" la miró Leona haciendo un mohín. "Además, como si te fuera a afectar."
Evangeline dejó la pequeña bolsa en la mesa y se sentó en la cama haciéndole un gesto a Leona con la mano que indicaba que se sentara a su lado, Leona la miró extrañada, pero hizo lo que le pidió y se sentó.
"No se que decir ahora." pensó Leona mirando la habitación mientras pasaban los segundos.
"¿En serio te preocupaba lo del tatuaje?" preguntó Evangeline mirándola, rompiendo el silencio.
"¿Perdón?" la miró Leona con una mirada inexpresiva.
"Es lo que mencionaste cuando te pedí que firmaras."
"No me gustan las agujas." respondió Leona con simpleza.
Evangeline se rio ante el comentario.
"¡¿Qué es lo que tiene gracia?!" exclamó Leona indignada. "No las soporto."
"No te gustan, pero me dejas a mi beber tu sangre."
"¡Eso es por una causa!" dijo Leona en su defensa.
"Oh."
"Tú… Aunque estés bien sin tener que beber sangre, se ves que lo necesitas puedes decírmelo, sabes que no me importa." miró Leona hacia otro lado.
"Hmph, que extraña eres."
"Usted perdone por ser así."
"Lo tendré en cuenta."
"Ah, por cierto, quiero preguntarte algo." la miró Leona seriamente.
"¿A estas horas?" la miró Evangeline extrañada, alzando una ceja. "Oh, ya entiendo, es sobre esa clase de preguntas." la miró inquisitivamente, sonriendo. "Está bien, dime, que quieres saber sobre las relaciones sexuales."
"¡Eh! ¡No! Por el amor de- ¡No quiero saber nada de eso! ¡Por qué debería!" la miró Leona molesta, sonrojándose furiosamente.
"Eso algo normal a tu edad, ¿te asusta?"
"No- ¡No me cambies de tema!"
"Está bien." suspiró Evangeline. "¿qué es?"
"Por qué soy la única que firmó diferente."
"¿Mm? ¿Qué quieres decir?"
"Pregunté a Mizore y tanto ella como Shinobu firmaron de otra manera."
"Oh, era eso… Hmph, ellas son la excepción, de hecho, se firma como tú lo hiciste, pero no iba a hacer que firmaran de esa manera, les dije a los demás que si preguntaban les dijeran que también firmaron como ellas, son humanas, al fin y al cabo."
"Ah, y yo que soy, ¿un grifo?" estrechó la mirada Leona.
"¿No eres humano del todo, no? ¿Pensaste que te hice firmar diferente por algo?"
"No… Solo tenía curiosidad." suspiró Leona, levantándose.
"¿Dónde vas?"
"A dormir al sofá de la otra habitación."
"¿Eh? ¿Por qué?
"Si-siempre despierto abrazada a ti…"
"¿Te incomoda?"
"Mm…" la miro Leona fijamente. "Te recuerdo que antes solía visitar el suelo por tus patadas."
"¿Es eso? Si es porque te gusta que te patee por las mañanas, solo tenías que decirlo, aunque tengo que decir que tienes unos gustos extraños."
"¡Qué no! Solo, solo quiero saber porque antes sí y ahora no…"
"¿Te disgusta que ahora sea así?"
"No…"
"Entonces donde está el problema." inquirió Evangeline alzando una ceja con las manos en la cintura.
"… No importa."
"Esto debe ser lo que llaman pasar por esa etapa de adolescencia." suspiró Evangeline. "Tienes catorce años, al fin y al cabo, de todas formas, no vas a dormir en el sofá así que ven a dormir a la cama."
"Pero-"
Evangeline la miró seriamente advirtiéndole de que vigilase con lo que iba a decir.
"Está bien…" suspiró Leona resignada.
"No te preocupes, no voy a beber tu sangre mientras duermes." sonrió Evangeline mientras veía como se metía en la cama.
"Muy amable de su parte, por cierto, ¿siempre duermes así?" preguntó mirándola, llevaba una camisa completamente desabrochada y abajo solo ropa interior.
"Sí, ¿te molesta?"
"No…" respondió Leona con un leve sonrojo en las mejillas.
"Si alguna vez tienes calor, puedes dormir sin pijama, no me importa." encogió de hombros Evangeline.
"Eso es algo que no haré."
Fin del capítulo 4.
Gracias por leer, espero que haya gustado, si es así, dejen review por favor, me gustaría saber su opinión, me anima a seguir escribiendo. Cualquier duda de la historia, pueden decirme.
Nota:
-MA'AM: Manera formal y cortés de dirigirse a una mujer que no se conoce el nombre o una mujer de rango superior.
