Capítulo 7

Misión

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Habían pasado unos días desde que habían ido al parque de atracciones, la mañana había empezado con el ambiente fresco y el cielo nublado, aunque algunos rayos de sol se escapaban entre las nubes, el aire hacía que las hojas de los árboles se movieran de un lado a otro, haciendo que algunas hojas cayeran lentamente al suelo.

"Bien, este lado ya está terminado." pensó Leona, mirando el patio mientras sujetaba una escoba.

"Leona." se escuchó a alguien llamarla haciendo que ella se girara.

"Vasago, ¿qué ocurre?"

"Yukihime-sama quiere que vayas a su despacho."

"¿Evangeline?" pensó Leona, preguntándose la razón de porque la había llamado. "Está bien, iré ahora." asintió y se dirigió a la habitación donde trabajaba Evangeline.

Una vez allí, llamó a la puerta y entró, al hacerlo vio que también estaban Karin, Touta, Kuroumaru y Kirie.

"¡Hey!" la saludó Touta, sonriéndole alegremente.

"Ahora que estáis todos, puedo empezar a explicar la razón por la que os he llamado." los miró Evangeline, sentada en la silla de su oficina, apoyando los codos en la mesa y sus manos sosteniendo su cabeza. "Me han comunicado que hay un lugar donde están teniendo un problema bastante grave y no saben cómo solucionarlo, quiero que vayáis a investigar la causa, y si es posible, solucionarlo."

"Una misión."

"Eso es."

"Si el causante se tratara de algún inmortal, ya sabéis que hacer, si es posible llevarlo a nuestra organización para darle cobijo y si ello falla, ocúpense rápidamente, destruyéndolo o sellándolo.

"¿Quieres que vaya también?" preguntó Leona con una ceja alzada, sorprendida.

"Sí, irás con ellos."

"Yukihime-sama, no tengo ningún problema con su decisión, pero Leona no es ningún número y no sé si está bien que venga con nosotros teniendo en cuenta de que no es inmortal." explicó Karin, con una mirada no muy convencida.

"Es por eso por lo que irá con vosotros, y aunque no sea ningún número, creo que os puede servir de ayuda, pero si os resulta complicado, puedo ir con vosotros-"

"¡No! No es necesario que se tome la molestia, está bien, nos haremos cargo." rectificó Karin rápidamente.

"Entonces os recomiendo que os vayáis hoy, está bastante retirado de aquí, os daré las indicaciones para llegar al lugar."

"Entendido."

"Podéis retiraros."

Horas después, cogieron el barco que tenían en la isla y se fueron hacia donde les había dicho Evangeline.

"No sé porque quiso que fuera con ellos, tal vez fue porque no quería que siempre estuviera allí sin hacer nada." pensó Leona, mirando el mar con una mirada perdida.

"Leona, ¿estás bien?" preguntó Touta, mirándola, a su lado.

"¿Qué? Sí, solo estaba perdida en mis pensamientos." suspiró. "Por cierto, ¿qué significa ser un número? Karin lo nombró antes."

"Ah, bueno…" dijo Touta pensativo, rascándose con el dedo índice la mejilla.

"Como sabrás, UQ Holder es lugar para inmortales que no tienen a donde ir." intervino Karin, yendo hacia ellos.

"Sí, eso es lo que me explicó E- Yukihime…" la miró Leona.

"Pero también ayudamos a las personas que tienen algún problema y ellos a cambio nos dan una compensación razonable, ahí es donde entran los números, son a los que se les asignan las misiones para resolver esos problemas, pero no todos los inmortales que hay en UQ Holder son números, de hecho, solo son unos pocos, para ser un numero tienes que superar antes una prueba, aunque no siempre es la misma." explicó Karin con los brazos cruzados bajo su pecho.

"Cierto, Kuroumaru y yo hicimos una recién llegar."

"Todo porque te encabezonaste con que te aceptaran y por ello me arrastraste a mí." suspiró Kuroumaru.

"Je, je." rio Touta tímidamente, con la mano detrás de la cabeza. "Perdón por eso."

"Ahem." tosió Karin con intención para llamar su atención. "También nos encargamos de vigilar o eliminar a otros inmortales que causen problemas a los humanos para evitar que los cazadores inmortales lo usen como una excusa para cazarlos, aparte de todo eso, si hubiera una amenaza que afectara al mundo, también nos encargaríamos, eso es todo, ¿lo entendiste?"

"Sí." asintió Leona.

"¿Qué creéis que habrá allí?" preguntó Touta con curiosidad, mirándolos.

"Nada bueno, seguro." respondió Kirie con los brazos cruzados bajo su pecho. "No creo que nos reciban con una fiesta."

"Que negativa, Kirie-chan." sonrió Kuroumaru nerviosamente.

"Sea lo que sea, ya tengo ganas de estar allí." sonrió Touta animado.

Horas más tarde, llegaron a la isla, bajaron del barco y se dirigieron al pueblo, era por la tarde y el sol se estaba poniendo, lo que le daba al cielo un color anaranjado.

"¿Seguro de que es por aquí?" preguntó Kirie mientras caminaban, ya hacía unos minutos que habían dejado el barco y se adentraron en el bosque.

"Sí." respondió Karin, Kirie dejó ir un suspiro de impaciencia.

"Mira, ahí está." avisó de repente Touta, señalando con el dedo índice el pueblo delante de ellos, a unos pocos pasos.

Cuando llegaron no había nadie en las calles y solo se escuchaba el sonido del viento.

"¿Es esto un pueblo fantasma?" preguntó Kuroumaru, mirando a su alrededor como los demás.

"Cuando dije que no esperaba una fiesta de bienvenida, no quería decir que ni siquiera habría un alma." dijo Kirie con una mirada inexpresiva.

"¡¿Hola?!" gritó Touta. "¡Venimos de UQ Holder!"

De repente, se escuchó un sonido de una puerta abriéndose lentamente y una joven asomó la cabeza de manera tímida.

"¿Sois de UQ Holder?" preguntó la joven, mirándolos seriamente.

"Sí." asintió Touta.

"Nos enviaron para investigar sobre un problema que hay en este lugar." añadió Karin.

"Está bien, entrar, no es seguro aquí, estaremos mejor dentro."

Se miraron entre ellos y asintieron, seguidamente fueron a la casa de la joven y entraron.

"Podéis sentaros." la joven señaló con un gesto unas sillas que había alrededor de una mesa.

Todos se sentaron incluido la joven.

"Primero de todo, gracias por venir." suspiró la joven. "Me llamo Akari, yo fui quien os pidió que vinierais." Akari tenía el pelo de color castaño por los hombros y sus ojos eran de color verde oscuro, iba vestida con un top azul oscuro sin mangas de cuello redondo, unos pantalones cortos negros y unas sandalias del mismo color.

"No tienes que dárnoslas." sonrió Touta. "¿Entonces fuiste tu quien pidió ayuda?"

Akari asintió.

"¿Nos podrías decir que ocurre? ¿Por qué no hay nadie?" pidió Kirie con una ceja alzada, extrañada por la situación.

"Perdón por eso, todos están en sus casas, temen salir cuando se está poniendo el sol."

"¿En serio?" parpadeó Touta confundido como los demás.

"Os lo explicaré, hace unas semanas, vino un hombre a instalarse en el pueblo, era un hombre callado y apenas se relacionaba con la gente, nadie le dio importancia, hasta que empezó a ocurrir algo extraño."

"¿Qué quieres decir?" preguntó Kirie, intrigada.

"La gente empezó a desaparecer."

"¿Crees que ese hombre está relacionado?" inquirió Karin con una mirada seria y los brazos cruzados bajo su pecho.

Akari asintió.

"Pero eso no es todo, esa misma gente, aparece por las noches como si fueran zombis, entonces se llevan a la gente del pueblo hacia la casa de aquel hombre, lo sé porque una noche, los seguí sin que me vieran."

"Eso fue temerario." suspiró Karin con los ojos cerrados.

"¿Qué otra cosa podía hacer?"

"Todo apunta al hombre, tal como lo dices." comentó Kuroumaru, mirándola seriamente.

"¿Qué hacemos Karin-senpai?" la miró Touta esperando una respuesta, sentado a su lado.

"Mm… Si es así, tendremos que infiltrarnos en la casa de aquel hombre." respondió Karin de brazos cruzados, con la mirada clavada en la mesa. "Así sabremos que trama."

"Yo puedo hacerlo." se ofreció Touta.

"No, pienso que debería ser un humano, por precaución, porque tal vez podrían sospechar de nosotros."

"Iré yo."

"¿Estás segura de eso, Leona-san?" la miró Kuroumaru preocupado, ella asintió.

"Sí."

"Está bien, cuando anochezca dejarás que te capturen esos zombis y así infiltrarte." la miró Karin seriamente.

"¿Estará bien?" preguntó Akari con incertidumbre.

"Si son controlados por ese hombre, no le harán nada." respondió Karin calmadamente para que no se preocupara. "Nos comunicaremos por app."

"¿El qué? ..." parpadeó Leona confundida.

"Son unas aplicaciones mágicas, como su nombre indica se usan con magia, hay diferentes tipos, el que nosotros usaremos será para hablarnos." explicó Karin. "¿Nunca has usado una?" la miró extrañada.

"No…" negó Leona con la cabeza. "Como evoluciona el mundo." pensó.

"Bueno… Hasta que llegue la hora, investigaremos la zona." dijo Karin levantándose del asiento.

"Puedo guiaros por la isla." se ofreció Akari, mirándolos fijamente.

"Eso sería de ayuda, gracias Akari." sonrió Kuroumaru.

Una vez que salieron de la casa, dejaron el pueblo y siguieron a Akari, que iba guiándoles por la zona.

"De momento, no hay nada sospechoso." dijo Touta con las manos entrelazadas detrás de la cabeza, caminando con los demás.

"¿No hace demasiado calor?" preguntó Kirie agitando la mano en el aire.

"En esta isla el ambiente es caluroso, incluso de noche."

"¿Qué es eso?" preguntó de repente Leona.

"¿El qué?" se detuvo Kuroumaru como los demás, mirándola.

"Hay algo ahí." señaló Leona con el dedo índice un rastro de lo que parecía ser un líquido verdoso.

"Cuando revisé esta zona… Eso no estaba…" parpadeó Akari confundida.

"Sigámoslo." propuso Karin, siguieron el rastro hasta que ello se terminó en medio del bosque.

"Aquí no hay nada." dijo Touta confundido, mirando alrededor del bosque.

"¿Soy la única que piensa que esto es demasiado extraño?" inquirió Kirie seriamente con los brazos cruzados bajo su pecho.

"Debió desaparecer o tal vez se teletransportó ocultándose en algún lugar…" comentó Kuroumaru mirando a su alrededor detenidamente.

"Parece baba de algo." añadió Touta, mirándolo fijamente.

"Uhg, no quiero imaginar lo que puede llegar a ser." comentó Kirie con una expresión de aversión.

"Sigamos buscando." suspiró Karin. "Démonos prisa, antes de que se haga de noche."

Después de estar buscando, se dirigieron de nuevo hacia el pueblo y fueron a la casa de Akari.

"Nada, no hemos visto nada, excepto esa cosa viscosa." suspiró Kirie molesta, con una mirada estrecha.

"¿Y si se le cayó algo a alguien y dejó eso?" preguntó Touta, ladeando levemente la cabeza y con los brazos cruzados.

"¿De ese tamaño?" respondió Kirie incrédula, mirándolo con una ceja alzada y con las manos en la cintura.

"Leona, ya casi es la hora." la miró Karin. "¿Estás preparada?"

"Sí."

"Bien, tienes que quedarte fuera y esperar a que aparezcan."

"Si cambiasen de idea y no se te llevaran, atacaremos." puntualizó Kuroumaru.

"Entendido."

Leona salió de la casa y esperó sentada en uno de los bancos que había en la calle, de brazos cruzados y con una pierna sobre otra.

"Ahora que lo pienso, ¿por qué solo atacan en las calles y no entran en las casas?" preguntó de repente Kirie.

"Supongo que quien los controla les ordena que no lo hagan, aparte, creo que lo hacen para que no sea sospechoso, los casos que ha habido han sido en zonas donde nadie había para poderlos ver, lo que os he contado lo sé porque los seguí, pero la gente de aquí, cuando se lo expliqué, no se lo creyeron." explicó Akari.

"Creo que ya vienen." avisó Kuroumaru mientras miraba por la ventana a unas personas que se acercaban a Leona lentamente.

"Sí, son ellos." afirmó Akari preocupada, viendo como cogían a Leona del brazo y se la llevaban.

"Ahora solo tenemos que esperar." dijo Karin viéndolos marcharse.

Minutos después, Leona había llegado al lugar donde vivía el hombre, la casa parecía antigua, tenía un jardín lleno de enredaderas que subían por las paredes y arbustos secos con puntiagudas espinas, una vez pasaron el jardín, la puerta principal se abrió y entraron.

"Bienvenida." saludó el hombre, sonriéndole, como si la estuviera esperando. "Espero que el viaje hasta aquí haya sido cómodo." El hombre tenía el pelo corto de color negro, sus ojos eran negros como la noche, iba vestido casi todo de negro, excepto la camisa que llevaba debajo de la chaqueta que era de color blanca.

"Hubiese preferido que no me hubieran traído tirándome del brazo."

"Oh, lo siento, supongo que todavía les faltan algunos modales."

"¿Por qué estoy aquí? Si esto es por falta de clientela, no creo que esto sea la mejor forma de atraer a la gente."

El hombre dejó ir una risa cruel ante el comentario.

"Esto no es ningún sitio de alojamiento, todo a su debido tiempo, pero ¿no tiene miedo, jovencita?"

"¿Debería?" remarcó Leona con un brillo extraño en su mirada.

"Eso es algo que deberás averiguarlo por tu cuenta, ahora, ¿quieres acompañarme?" le tendió la mano el hombre. "Creo que sería la mejor opción."

"Qué remedio." suspiró Leona. "Pero si no es mucho pedir, ¿pueden dejarme ir?"

"Supongo que no será un problema." la miró el hombre fijamente. "Soltadla." ordenó, seguidamente la soltaron del brazo. "Ahora sígueme."

Leona lo siguió mientras los zombis la vigilaban yendo con ellos, se dirigieron hacia unas escaleras y cuando las bajaron, llegaron a un pasadizo donde había una puerta desgastada, el hombre la abrió y entraron, la habitación era fría y húmeda, las paredes estaban manchadas de un color rojizo, habían muebles antiguos llenos de polvo, en el que en una esquina, había uno con puertas de cristal transparente en el cual se encontraban unos estantes con varios frascos de vidrio, y una mesa llena de papeles.

"Bueno, ponte cómoda, será rápido." sonrió el hombre malévolamente, en su mano tenía una jeringa.

"No me gustan las inyecciones."

"Eso es algo que no me importa."

"¿Qué planeas? No será algo relacionado con la inmortalidad, ya empieza a ser un cliché."

"Hmph, supongo que puedo contarlo, ya que no durarás demasiado." dijo el hombre acercándose. "Mi idea es hacerme con este pueblo convirtiéndoles en zombis y así, tenerlos como sirvientes, no tengo nada en contra, podría haber sido cualquier otro pueblo, pero, en fin, quizás estés preguntándote como puedo hacerlo." explicó acercando su rostro al de Leona. "Bueno, es gracias a esto." le mostró la jeringa. "Aparte de transformarse, ello tiene una substancia que hace que pueda controlarlos, y sobre eso de la inmortalidad, no la necesito porque ya lo soy, hice un pacto con un demonio, querida, por lo que ya no soy humano… ¿Eso es lo que quería saber UQ Holder?" sonrió divertido.

"Tú-"

"¿Qué?" interrumpió el hombre. "¿Pensasteis que no sabía que vendríais? Fui informado sobre ello, así que pude investigar algo, ellos te enviaron para que me espiaras y así saber mis planes."

"Por qué haces esto." pidió Leona mirándolo seriamente.

"Ellos, me obedecerán para siempre, tendré un ejército y haré que esos humanos que en su día me despreciaron, paguen por ello, de hecho, los de este lugar deberían de darme las gracias."

"¿Las gracias? Qué gracia tiene ser un maldito zombi sin razón alguna."

"Bueno, eso puedes preguntártelo tu misma cuando lo seas, no me culpes, a quien deberías culpar es a los que te enviaron aquí."

"Eso cambia los planes…" murmuró Leona.

"¿Eh?"

"Sabes, yo no soy uno de los números de UQ Holder."

"¿Y qué?"

"No deberías de confiarte tanto, sobre todo si no me conoces."

"Suficiente, no la dejéis ir." ordenó el hombre a los zombis que inmediatamente la sujetaron del brazo, cuando estaba a punto de inyectarle la jeringa en el brazo, Leona le dio una patada en el estómago haciendo que saliera disparado hacia la pared, atravesándola, seguidamente congeló a los zombis atrapándolos en un bloque de hielo.

"Te dije que odio las inyecciones." dijo Leona con veneno en su voz, marchándose del lugar.

Una vez fuera de la casa, vio que Touta, Kuroumaru y Karin estaban acercándose.

"¡Leona!" exclamó Touta. "¿Estás bien?"

"Sí."

"Menos mal." suspiró Kuroumaru aliviado. "Al escuchar que sabía sobre nuestro plan, fuimos a buscarte."

"¿Dónde están los demás?" preguntó Leona mirando a su alrededor.

"Decidimos que Kirie se quedara con Akari." respondió Touta. "¿Qué pasó con aquel tipo?"

"Lo golpeé, aunque supongo que aparecerá de un momento a otro." respondió Leona, rascándose con el dedo índice la mejilla.

"¿Lo golpeaste?" parpadeó Kuroumaru.

"Yukihime-sama no podía estar equivocada cuando dijo que nos acompañaras." asintió Karin con los brazos cruzados bajo su pecho.

"A mí me dio la impresión de que no parecías muy convencida sobre esa decisión…"

"Me ha parecido que has dicho algo Touta." lo miró Karin con una mirada inquisidora.

"No, nada."

"Vamos-"

"¡Esperar!" se escuchó a Akari, yendo hacia ellos corriendo.

"¿Akari? ¿Por qué estás aquí?" preguntó Touta extrañado.

"Es Kirie…" dijo Akari apoyándose sobre sus rodillas, intentando coger aire. "De repente entraron… Y se la llevaron… Me dijo que… Huyera…"

"¡Qué!"

"Lo siento… Yo…"

"No es tu culpa Akari." dijo Karin intentando animarla. "Debemos de ir a buscarla." miró a los demás.

"Creo que sé dónde podría estar…" los miró Akari seriamente.

"Bien, Touta y Leona, iréis con ella, Kuroumaru y yo buscaremos al hombre."

"¡Entendido Karin-senpai!"


Fin del capítulo.

¿Qué pasará en el siguiente capítulo? ¿Encontrarán a Kirie?

Gracias por leer, espero que haya gustado, si es así, dejen review por favor, me gustaría saber su opinión, me anima a seguir escribiendo. Cualquier duda de la historia, pueden decirme.