Capítulo 10
Un sueño extraño
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"Leona… ¡Leona!"
"¡Eh!" despertó Leona bruscamente, mirando a su alrededor.
El lugar estaba lleno de pupitres vacíos, parecía ser que estaba una clase.
"Te has dormido en clase del profesor Nitta, menudo cabreo ha pillado." rio Haruna al lado de ella, mirándola.
"¿Qué? Tú… No… ¿Dónde estoy?" miró Leona a su alrededor confundida.
"¿Eh?" ladeó la cabeza Haruna. "Parece que hayas visto un fantasma, estás en clase, ya sabes, Mahora." sonrió ampliamente. "Vamos, levanta y vámonos."
Leona se levantó de su asiento y dejó el aula mientras caminaba al lado de Haruna.
"¿Estás bien? Te noto preocupada."
"¿Qué? Supongo que es por el sueño que tuve antes… Todo parecía real."
"Oh, todos los sueños parecen reales, yo a veces sueño que soy una escritora famosa, hasta que me despierto porque Ku Fei estrelló el despertador contra la pared…" comentó Haruna haciendo una mueca. "De todas formas, ¿qué soñaste? ¿Te le declarabas a Eva?" la miró de manera traviesa.
"¿Qué te hace pensar eso?" la miró de reojo Leona.
"Parece que te gusta."
"Olvidalo… Por cierto, ¿sabes dónde está?"
"Se fue con Chachamaru, supongo que se fue donde vive."
"Me iré entonces, nos vemos Haruna."
"Está bien, adiós." se despidió Haruna, sonriendo.
Leona se separó yendo por un camino distinto, después de unos minutos, llegó a la cabaña de Evangeline y se detuvo delante de la puerta.
"¿Realmente todo fue un sueño?" pensó Leona mirando la manilla de la puerta, dudando si debía entrar, después de dudarlo un momento, suspiró y entró.
"Leona." la nombró Chachamaru. "Ya estás aquí."
"Chachamaru..."
"¿Quieres tomar algo?"
"No tienes por qué ser tan amable con ella Chachamaru, puede ir ella misma." intervino Chachazero, sentada encima de uno de los muebles.
"Chachazero… Estás bien." la miró Leona sorprendida.
"¿Cómo que estoy bien? Que insolencia es esta."
"Vamos Chachazero, no seas así." respondió Chachamaru con una voz tranquila, mirándola.
Leona miraba a su alrededor con una expresión distraída, como si buscara a alguien.
"El ama no está, se fue hace un rato."
"¿Eh?" la miró Leona saliendo de sus pensamientos. "Como sabes-"
"Lo supe por tu expresión." sonrió Chachamaru levemente.
"¿Te dijo donde se iba?"
"Debería estar cerca del árbol del mundo."
"Gracias Chachamaru, iré entonces."
Leona se despidió y se marchó de la cabaña para ir hacia el lugar donde le había dicho.
"Es como un koala con su eucalipto, ke, ke, ke."
Chachamaru parpadeó ante el comentario, confundida.
Después de estar caminando por unos minutos, Leona encontró a Evangeline, estaba de espaldas a ella mirando el árbol del mundo.
"¡Evangeline!" la llamó Leona acercándose a ella, pero antes de que pudiera alcanzarla, desapareció delante de ella y todo se volvió oscuro.
"?!"
No importa en qué dirección mirara, no podía ver nada más que oscuridad, y tampoco cuanto caminara, parecía que nunca se movía.
"A veces soñamos lo que anhelamos… Como el deseo de volver a aquellos días…" se escuchó una voz.
"¿Quién eres?"
La voz simplemente se rio mientras Leona miraba a su alrededor tratando de encontrar de donde venía.
"Deberías saberlo, nadie me conoce mejor que tú."
"¿Qué?"
"Te hubiera gustado seguir viviendo de esa manera, pero la realidad es distinta."
"¿Todo esto es cosa tuya, no? ¿Qué quieres?" preguntó Leona molesta y algo preocupada.
"Antes que nada, no es culpa mía, estás aquí porque eres débil, porque no fuiste lo suficientemente fuerte como para derrotar a ese estúpido hombre, ni a ese demonio, fue humillante." la voz parecía hacerse cada vez más fuerte cuanto más hablaba. "Era mucho mejor cuando en tu corazón solo había oscuridad."
"No pude hacer nada…" murmuró Leona, apretando los puños con impotencia.
"No, no pudiste." interrumpió la voz. "Al igual que no pudiste proteger a Rachel hace años, e igual que ahora tuviste que ser salvada por tu maestra… De hecho, quien se encargó de ese tipo, fue tu oscuridad, dejaste que te controlara."
Leona se quedó en silencio.
"¿Crees que podrás aguantar por siempre? Tarde o temprano caerás porque no eres lo suficientemente fuerte para soportarlo, sin embargo, si decidieras aceptarlo, podrías proteger aquello que es preciado, pero temes herir a los que te rodean y te limitas."
"¿Por qué me estás diciendo todo esto?"
"Deberías buscar la manera de superarte y dominar ese poder que posees antes de que seas tú quien lo sea."
"¿De qué hablas?"
"Aunque no me importaría que eso ocurriera ya que sería mejor para mí."
De repente, notó a alguien detrás de ella, se dio la vuelta y vio una silueta que estaba de espaldas a ella, Leona se dirigió hacia ella, a medida que se iba acercando veía que la persona tenía el cabello rubio platino por la cintura.
"¿Quién eres?"
La persona rio siniestramente ante el comentario.
"¿Todavía no lo sabes? Sé cuánto has sufrido, siempre culpándote por lo que sucedió y ahora que encontraste algo que valga la pena seguir, sabes que volverá a suceder lo mismo porque no tienes lo necesario para evitar que pase."
"Tú-"
"Tú eres yo y yo soy tú." terminó de decir la persona dándose la vuelta mientras sonreía mostrando los colmillos, era idéntica que Leona, excepto por los ojos que eran de color rojo y los colmillos.
"Si no haces nada, morirás y si lo haces, seré yo quien te devore y te haga desaparecer."
Antes de que Leona reaccionara, su doble la atravesó con la mano en el pecho.
"?!"
Leona se despertó bruscamente en una cama, jadeando y temblando, miró a su alrededor dándose cuenta de que no estaba en la isla, trató de sentarse, pero inmediatamente se arrepintió cuando sintió el dolor en su cuerpo.
"¿Dónde estoy? ¿Qué ha sido ese sueño?" pensó Leona, poniéndose la mano en el pecho, entonces notó que tenía una venda en el abdomen, debajo de la camisa del pijama que llevaba desabrochada.
"¡Leona! Menos mal, despertaste." se escuchó la voz de Chamo, Leona se sobresaltó.
"Ka-Chamo…" dijo Leona con una mirada dolorida. "¿Qué ha pasado?"
"Estás en UQ Holder, te encontramos tirada en el suelo, perdiendo sangre, menudo susto nos llevamos." respondió Chamo en forma humana. "Enseguida te llevaron a que te curasen y después te pusieron en esta habitación, has estado tres días inconsciente."
"Ta- ¿Tanto?"
"Eva estuvo realmente preocupada por ti, no dejaba de estar inquieta mientras te curaban, luego estuvo estos días a tu lado cuidándote, deberías de haberla visto." sonrió Chamo de manera traviesa. "De hecho, me pidió que me quedara ya que tenía que irse un momento."
Chamo se dio cuenta de que Leona miraba detrás de él con una sombra cubriendo su mirada.
"¿Está detrás de mí, no?"
"Chamo~" se escuchó a Evangeline detrás de él con un tono de voz peligrosamente suave.
"Ejem, ahora que me acuerdo, tengo que irme para atender unos asuntos…" sonrió Chamo nerviosamente.
Se dirigió a un ritmo acelerado hacia la puerta y se marchó dejándoles mientras Evangeline suspiró, después miró a Leona.
"¿Cómo te encuentras?"
"Estoy bien…"
"¿Seguro? Te noto algo intranquila."
Evangeline se acercó, sentándose a un lado de ella en la cama.
"No es nada…" respondió Leona, evitando su mirada mientras Evangeline seguía mirándola fijamente.
"Si hay algo que te preocupa, puedes decírmelo." dijo Evangeline con una voz tranquilizadora.
"No dormí bien, eso es todo."
De repente, Evangeline puso una mano en su cabeza y la besó en la frente suavemente, cerrando los ojos mientras ella se sorprendió, segundos después, se apartó de ella.
"Por qué… Tú…" tartamudeó Leona sonrojada, sin saber que decir.
"Quería comprobar si tenías fiebre, estos días tuviste… Parece ser que no tienes, de todas formas, será mejor que te ponga el termómetro."
"¿Termómetro…?"
"¿Ocurre algo?" preguntó Evangeline al notarla nerviosa.
"No." negó Leona con la cabeza. "Será mejor que no proteste, no quiero que me lo meta por el trasero como dijo de hacerlo la última vez que quise negarme." pensó al recodarlo.
Mientras tanto, Touta y los demás estaban descansando en las sillas de las mesas de afuera.
"No fuimos lo suficientemente fuertes." dijo Kuroumaru resignado.
"Tienes razón, y es por eso que deberíamos entrenar más." suspiró Karin con los brazos cruzados bajo su pecho.
"También lo creo." añadió Santa.
"Si no me hubiera pillado desprevenida, congelándome, podría haber ayudado." añadió Kirie molesta con los brazos cruzados bajo su pecho.
"Lo echo, echo está, no le demos más vueltas." intentó calmarles Touta.
"¿Tan mal os fue Touta-senpai?" le preguntó Shinobu, mirándolo a su lado.
"Por desgracia si, aunque pudimos resolverlo al final."
"Por cierto, ¿cómo está?" le preguntó Shinobu.
"Hace poco que ha despertado." se escuchó de repente la voz de Chamo detrás de ellos.
"¿De verdad?" lo miró Touta aliviado.
"¿No estabas con ella, Chamo-san?" lo miró Kuroumaru confundido.
"Sí, pero ahora Yukihime está con ella."
"Ahora que lo pienso, ¿no ha estado con ella todo el tiempo?" preguntó Kirie, alzando una ceja.
"Eso creo." respondió Santa.
"Bueno, no es de extrañar… Se conocen desde hace tiempo." dijo Chamo acariciándose la barbilla de forma pensativa.
"Eso es algo que me he estado preguntado… ¿De qué se conocen?" inquirió Karin mirando a Chamo.
"Ah… Es largo de explicar… Aunque no sé si soy el más indicado para decirlo."
"¿Qué te hace gracia, Kirie-chan?" preguntó Kuroumaru al notar que tenía una sonrisa.
"¿No sentirán algo?" preguntó Kirie, mirándolos.
"¿Eh? ¿A qué te refieres?" parpadeó Touta, mirándola con curiosidad.
"Es raro que se preocupe tanto."
"Kirie, no es inmortal como nosotros, es normal." añadió Kuroumaru, restándole importancia.
"Yo digo que a lo mejor tienen un romance." insistió Kirie, cruzando los brazos bajo su pecho.
"¡¿Romance?!" exclamó Karin, haciendo que los demás se sobresaltaran.
"Kirie-chan… Tú ves romances por todas partes…" suspiró Santa.
"Además, estamos hablando de Yukihime, sería difícil de creer." intervino Chamo, los demás lo miraron.
"Me interesa esta conversación." sonrió Chamo mientras se acariciaba el bigote con la mano.
"Pensad lo que quieras, de hecho, ahora podrían estar haciendo algo." continuó Kirie.
"Especifica eso." exigió Karin con una mirada severa.
"Me refiero que tal vez estén teniendo un momento de privacidad."
"Privacidad…" murmuró Karin mientras se imaginaba una posible escena.
"Yukihime…"
"Ahora que estamos a solas voy a hacer que te sientas mejor."
Evangeline abrazó a Leona y empezó a quitarle la ropa.
"¡Eso no es algo que vaya a suceder!" exclamó Karin sonrojada, dando un golpe en la mesa con el puño, saliendo de sus pensamientos.
"Karin-senpai…" dijo Kuroumaru con una gota en la nuca.
"¿Quieres ir a echar un vistazo?" pregunto Kirie con un brillo en su mirada.
"¡Esta bien!"
"¡Hey! ¡Esperar!" intentó detenerlas Kuroumaru, pero no dio resultado.
Los demás se levantaron de las sillas y las siguieron, excepto Shinobu y Santa que mientras los veían alejarse tenían una gota en la nuca, minutos después, Kirie y Karin estaban apoyadas detrás de la puerta de la habitación de Evangeline, intentando escuchar lo que sucedía adentro.
"¿Cómo hemos llegado a esto?" suspiró Kuroumaru, detrás de ellas.
"¿Te hago un resumen?" lo miró Kirie.
"¿Para qué hemos venido exactamente?" preguntó Touta confundido, acariciándose la cabeza con la mano.
"¡Shh!" siseó Kirie. "Estoy intentando escuchar lo que dicen."
"E-Espera-" se escuchó la voz de Leona.
"¿Qué? ¿Tienes miedo?" se escuchó a Evangeline reírse levemente.
"¡No es eso! Solo que siento que me va a doler…"
"Intentaré hacerlo de manera que no te duela tanto, no estés tan tensa."
"¡Ah!"
"El dolor se te aliviara enseguida."
"E- ¡Eso no es ser gentil! … E-¡Eva!"
"Que están… ¿Haciendo? …" dijo Karin sonrojada furiosamente.
"¿Tu qué crees?" sonrió Kirie con malicia. "¿Realmente están haciéndolo?"
"¿Qué están haciendo?" preguntó Touta acercándose a ellas.
"No deberíamos estar espiándoles…" dijo Kuroumaru sonrojado.
De repente, la puerta se abrió y cayeron al suelo.
"?!"
"¡Yukihime-sama!" alzó la vista Karin, entonces vio que Evangeline estaba sentada encima de Leona.
"¿Qué hacéis?" preguntó Evangeline con la mirada estrecha mientras Leona las miraba con una gota en la nuca, cubriéndose con los brazos.
"¡Esto no es lo que parece!" intentó excusarse Karin.
"Yo pregunto lo mismo." añadió Kirie, mirándolas fijamente.
"Estoy poniéndole la pomada en la herida a Leona."
"¿EH?" parpadeó Karin, observó a su alrededor y vio que había unas vendas y una pomada en la mesilla de al lado.
"Tenía que ser eso… ¡no sé porque pensé que sería otra cosa!"
"¿Qué otra cosa?" preguntó Evangeline, alzando la ceja.
"Nada… Sentimos haber interrumpido…"
"¿Estabais espiando, verdad?" los miró Evangeline fijamente con un tono peligroso.
"Ah…"
"Estáis aquí… Os estaba buscando." se escuchó a Chamo desde la puerta.
"¡Chamo!" lo nombró Kirie.
"¿Podéis venir a ayudarme con un asunto?"
"¡Sí! ... No estamos ocupados." respondió Kuroumaru rápidamente.
"¿Te importa, Yukihime?" la miró Chamo, sonriendo.
"No."
Los demás salieron y cerraron la puerta dejándoles a solas.
"Gracias Chamo-san." dijo Kuroumaru mientras caminaban por el pasillo.
"No hay de que, aunque deberíais ser más cuidadosos."
"Como pude dejarme llevar de esa manera, y delante de Yukihime-sama…" dijo Karin nerviosa mientras miraba el suelo.
"Vamos, no es para tanto." añadió Kirie, mirándola.
"Si esto pasó, ¡fue precisamente por tus insinuaciones!"
"Un error lo tiene cualquiera." intentó defenderse Kirie.
"Kuroumaru, ¿quieres que vayamos a entrenar después?" preguntó Touta sonriéndole levemente.
"Sí."
Mientras tanto, segundos después de que dejaran la habitación, Evangeline se acercó a Leona.
"Bien… ¿Por dónde íbamos?"
"Ah… No era algo importante como para tener que acordarse…"
"Buen intento, tumbate de nuevo." ordenó Evangeline, mirándola con los brazos cruzados bajo su pecho.
"…Está bien…" respondió Leona, resoplando.
Después de ponerle la pomada y vendarle la herida, Evangeline se sentó en la silla que había al lado de la cama, cruzando una pierna sobre la otra, descansando una mano en la rodilla.
"Ves, no fue para tanto."
"Eso lo dices porque tú puedes curarte las heridas en un momento." murmuró Leona, mirando hacia otra parte.
"¿Decías algo?" sonrió Evangeline con los ojos cerrados.
"Nada…"
"Después te traeré algo de comer, debes recuperar fuerzas."
"Hum… Chamo… Bueno, sobre lo que él dijo… ¿Estuviste cuidándome estos días? ..."
"Sí."
"Me preguntaba el por qué…"
"¿Por qué te sorprende?" parpadeó Evangeline. "Bueno, soy tu maestra, es normal."
"Claro, es por eso." pensó Leona, cabizbaja.
"¿Estás bien?"
"No es nada, solo estoy cansada… Esa persona me pilló desprevenida." suspiró Leona.
"¿Quién?"
"Ah… Creó que pasó después de lo sucedido con aquel tipo, alguien me atacó y se marchó."
"¿Qué? ¿Por qué no me lo dijiste antes?" preguntó Evangeline con una expresión seria.
"No pensé en ello hasta ahora."
"¿Llegaste a verlo?"
"No, no le pude ver la cara." respondió Leona. "Pero es extraño, siento como si su voz la hubiera escuchado antes, es algo que me inquieta." pensó.
"Entonces había alguien más aparte de esos demonios… Tsk, no me di cuenta de ello… La podrían haber matado." pensó Evangeline molesta, seguidamente suspiró. "De momento lo dejaremos aquí."
"Yo… Me gustaría darme una ducha." dijo Leona intentando levantarse, pero Evangeline se levantó de la silla y la cogió en brazos como una novia, ante la sorpresa de ella.
"¡Por qué!" exclamó Leona sonrojada.
"Voy a ayudarte."
"¡Eh! ¿Ayudarme a qué?"
"A bañarte."
"No es necesario, ¡puedo hacerlo por mí misma!"
"Estás herida."
"Pero solo en el abdomen…"
"¿Por qué te molesta tanto? Otra persona daría saltos de alegría si le hiciera lo mismo."
"¿Eh? ... ¿Qué?"
"¿Preferirías que lo hiciera otro?"
"NO."
"Entonces deja de protestar."
Evangeline se dirigió al baño con Leona, una vez allí, la dejó en el suelo con cuidado.
"¿Puedes desvestirte o necesitas que te ayude?"
"Puedo hacerlo sola." respondió Leona con un leve sonrojo. "También puedo ducharme sin ayuda."
"Debes ducharte con cuidado, porque cualquier movimiento brusco puede hacer que la herida se abra."
"¿Y no se estropeará la venda con el agua?"
"No te preocupes por eso, hoy en día hacen vendas especiales utilizando la magia."
"Vaya por dónde." murmuró Leona, mirando hacia otro lado, suspiró y empezó a desvestirse, mientras lo hacía, se dio cuenta de que Evangeline estaba haciendo lo mismo.
"Q- ¿Qué haces?" preguntó Leona, nerviosa.
"Estoy quitándome la ropa, ¿no es obvio? De todas formas, voy a tener que entrar contigo para aclararte, por lo que voy a darme una ducha también."
Al escuchar eso, Leona empezó a sonrojarse, Evangeline al notarlo suspiró.
"Voy a la habitación a coger la ropa, termina de desvestirte."
Leona asintió mientras Evangeline dejaba el baño, cuando regresó puso la ropa limpia en la encimera del baño, cogió la esponja y puso gel y agua en ella.
"Siéntate allí." indicó Evangeline, señalándole con el dedo índice el taburete que había.
Leona hizo lo que le pidió y se sentó, Evangeline se arrodilló y empezó a frotar con la esponja suavemente los hombros dándole un masaje, después lo hizo con los brazos y luego por la espalda, mientras lo hacía, podía sentir la respiración de Evangeline en su cuello, ello hizo que se estremeciera.
"Date la vuelta."
Al escuchar la voz de Evangeline se sobresaltó, pero se dio la vuelta, ruborizada.
"Si te tapas no puedo hacerlo." dijo Evangeline en un suave, pero firme tono de voz al ver que se cubría el pecho con el brazo.
Leona dudó unos segundos, pero apartó el brazo como le había dicho con una mirada tímida, Evangeline comenzó a enjabonarle el pecho con cuidado, y mientras lo hacía Leona comenzó a sentir una sensación que no sabía explicar pero que hacía que su corazón latiera con fuerza, y cuando notó que Evangeline había bajado hacia el muslo, la detuvo con la mano antes de que siguiera.
"No es necesario, puedo hacerlo yo, no estoy herida de cintura para bajo." dijo Leona casi en un susurro, sonrojada, sin mirarla directamente.
"¿Estás bien?" la miró Evangeline. "¿Te duele? ¿O es porque todavía te sientes incomoda si te veo desnuda?"
"No es eso, no me duele, solo… Es solo que me siento extraña porque nunca me habían tocado de esta manera antes y me da vergüenza."
"Está bien." suspiró Evangeline. "Como quieras, termina entonces." se levantó y fue hacia la ducha y abrió el grifo del agua, cuando estuvo a una temperatura adecuada, avisó a Leona para que se metiera dentro, Leona hizo lo que le pidió y entonces Evangeline se metió con ella mientras el agua caía sobre ellas, Evangeline empezó a enjabonarse mientras la espuma se escurría por el agua, entonces miró a Leona al darse cuenta de que la estaba mirando, le sonrió y ella apartó la mirada rápidamente, sonrojándose.
"¿Hay algo que quieras decir?"
"N- ¡No! ¿Por qué lo dices?" preguntó Leona, todavía sin girarse hacia ella.
"Eso me había parecido como me mirabas tan fijamente." respondió Evangeline divertida.
"Que te hace tanta gracia, no estaba-"
Leona se dio la vuelta tan rápido que se resbaló, pero antes de que cayera al suelo, fue detenida por Evangeline que la había sostenido por la cintura, cuando alzó la vista su mirada se encontró con la suya y sus rostros estaban demasiado cerca.
"Esto- Esto yo ya lo he vivido..." pensó Leona muy sonrojada por la situación en la cual se encontraban, la miraba sin saber qué decir, era una situación demasiado incomoda. "Pero por qué… Porque me siento así cada vez que estoy con ella, pensara que soy idiota…" pensó.
"Deberías tener más cuidado, estás herida." la miró Evangeline con seriedad, pero con una voz afable.
"Lo siento." dijo Leona finalmente.
Se quedaron en silencio por un momento hasta que Evangeline rompió el silencio.
"A no ser que en verdad querías estar así conmigo." sonrió Evangeline con malicia, divertida.
"¡Por qué debería querer!" exclamó Leona nerviosa y sonrojada.
"Oh, entonces procura no ser tan torpe." dijo Evangeline mirándola con una sonrisa torcida. "Salgamos." dijo saliendo de la ducha y cogió dos toallas que había al lado colgadas, una se la dio a Leona y la otra se la enrolló por el cuerpo, después de secarse, se vistieron y salieron del baño.
Evangeline había llevado a Leona a la cama, ella se tapó con las sabanas hasta la cabeza, sonrojada furiosamente.
"Qué vergüenza he pasado, no voy a poder olvidarlo… Sobre todo, cuando me enjabonó con la esponja." pensó Leona. "Creí que me desmayaría… Seguramente mi cara parecía un tomate."
"Leona, ahora vengo." dijo Evangeline dejando la habitación dirigiéndose hacia su oficina, una vez dentro, Makabe estaba esperándola.
"¿Has averiguado algo como te pedí?" lo miró Evangeline, cruzando los brazos bajo su pecho.
"No, estuve mirando el lugar, pero no encontré nada, lo siento Yukihime-sama."
"No te preocupes, supongo que hubiese sido demasiada suerte que encontráramos algo sobre quien la atacó." suspiró Evangeline.
"¿Cómo se encuentra, Leona?"
"Está mejor, aunque necesita reposo."
"Es bueno saberlo, me alegro de que esté mejor."
"Puedes retirarte, informame si averiguas algo."
Makabe asintió y dejó la habitación.
"Voy a llevarle algo de comer." dijo Evangeline dejando la habitación, minutos después, regresó a la habitación con una bandeja en la que había, un plato de sopa de miso, otro con un poco de arroz y un yogurt, aparte del vaso de agua.
"Te he traído algo para comer." dijo Evangeline acercándose, dejó la bandeja en la mesilla y se sentó en la silla.
"No tengo hambre…" dijo Leona mirando hacia otro lado, sonrojada.
"Tienes que comer algo, no puedes estar sin comer."
Leona se incorporó en la cama, quedándose sentada.
"Está bien…" dijo resignada.
Evangeline cogió el plato de sopa, llenó la cuchara, y empezó a soplar la sopa para templarla, entonces acercó la cuchara a Leona.
"Di, ahh." sonrió Evangeline divertida, una sombra cubrió la mirada de Leona.
"No, no es necesario que me lo des." dijo Leona sonrojada levemente.
"No tienes por qué sentirte avergonzada."
"No lo estoy… Pero por alguna razón esta situación me es incomoda…"
"¿Incomoda?" dijo Evangeline dejando la cuchara en el plato.
"O-Olvidalo."
"¿Entonces ese sonrojo es porque tienes fiebre?"
"No, es solo que tengo calor..."
"Oh, así que es eso, ¿quieres que te enfríe?"
"¡No! Está bien, me tomaré eso."
Evangeline sopló de nuevo unos segundos y le acercó la cuchara.
"Ahh."
"Siento que se está burlando de mi…" pensó Leona sonrojada a la vez que molesta, mirando hacia otro lado, después la miró de nuevo y se comió lo que había en la cuchara.
"¿Cómo está?"
"Esta bueno…" respondió después de comerlo. "¿Lo has hecho tú?"
"Así es, ¿cuántos años crees que tengo? Se cocinar lo típico, aunque lleva alimentos medicinales especiales."
"Pensé que no sabías, Touta me dijo que una vez que, preparaste algo y cuando lo probó, le salió fuego por la boca de lo que picaba…"
"Come porque se va a enfriar." dijo Evangeline haciendo un ligero tic en una ceja, dándole otra cucharada de comida.
"Yukihime…" la llamó Chamo entrando a la habitación en forma humana. "Siento interrumpir, Makabe me ha pedido que vayas a verle un momento."
"Está bien." se levantó Evangeline de la silla. "¿Puedes terminar tú?"
"¿Qué?" parpadeó Chamo. "Ah, sí." asintió.
"Ahora vuelvo, Leona." dijo Evangeline dejando el plato en la bandeja, después se marchó de la habitación.
"Bueno…" dijo Chamo sentándose, cogiendo el plato. "Siento interrumpir el momento."
"¿Momento?"
"Di, ahh~"
Leona le dio una mirada inexpresiva.
"Supongo que no es lo mismo." rio Chamo. "¿Cómo te sientes?"
"Bien, aunque me duele de vez en cuando, no es tan doloroso como pensé que sería."
"Supongo que es debido a que Eva ha estado pendiente de ti todo el tiempo."
"…"
"Chamo."
"¿Qué?"
"Tengo la sensación de que es más amable que antes."
"Mm… ¿Te refieres a Eva? Bueno, como decirlo, supongo que sigue siendo igual, pero muestra cosas que antes apenas se le notaba."
Mientras tanto, Evangeline estaba hablando con Makabe.
"Por lo tanto, esa persona está relacionado con esos demonios."
"Eso pude averiguar, aunque no sé porque tiene interés en Leona."
"Está bien, al menos sabemos algo, es mejor que nada."
Horas más tarde, en la noche, Leona estaba mirando el techo mientras Evangeline estaba sentada delante de la mesa de escritorio, mirando con atención varias hojas que tenía esparcidas en ella.
"¿Qué estás haciendo?" le preguntó Leona con curiosidad en su voz, mirándola desde la cama.
"Estoy revisando unos asuntos de trabajo, debería estar acabado cuanto antes." respondió Evangeline sin apartar la mirada de las hojas que tenía entre sus manos.
"…"
"Deberías dormir."
"No tengo sueño ahora mismo… Estoy todo el día descansando."
"Tal vez te de sueño si lees algo."
"¿Tú crees? Está bien, leeré algo entonces." dijo Leona, incorporándose en la cama.
Evangeline se levantó del asiento y cogió un libro de los que había encima el escritorio, después se dirigió dónde estaba Leona y se lo dio en las manos, después volvió a sentarse mientras Leona se puso a leer el libro.
"Esto ya está." suspiró Evangeline cuando terminó mientras apilaba las hojas en un pequeño montón, miró hacia donde estaba Leona y vio que ella se había dormido, se levantó y fue hacia ella, cogió el libro y le puso la mano en la frente, después se apartó y dejó el libro en su sitio, entonces abrió uno de los cajones y sacó una pequeña caja metálica, la abrió y en ella había varias inyecciones, cogió una dejando la caja encima la mesa de escritorio.
"¿Qué haces, Yukihime?"se escuchó a Jinbei detrás de ella.
"Tengo que ponerle la inyección a Leona, ¿qué ocurre? ¿Tienes que hablar de algo importante?"
"No, en realidad, venía a ver como estaba, aunque parece ser que ya está durmiendo." respondió Jinbei, acariciándose la nuca con la mano. "Por cierto, ¿por qué no se la pones cuando esta despierta?"
"No las soporta, antes de que lo hiciera, intentaría escaparse por la ventana." suspiró Evangeline.
"¿Sabes ponerla?" preguntó Jinbei cruzando los brazos.
"Me dijo el doctor como se hacía, no puede ser difícil."
"Creo que es mejor que lo haga yo…" dijo Jinbei con una gota en la sien.
"Como quieras." dijo Evangeline encogiendo los hombros, dándole la inyección a Jinbei, después se acercó a Leona.
"¿Puedes arremangarle la manga?" pidió Jinbei, mirando a Evangeline, ella se fue donde estaba y arremangó la manga de uno de los brazos, Jinbei asintió y le cogió el brazo a Leona, pero cuando iba a ponérsela, Leona se despertó y lo miró somnolienta, entonces vio la jeringa cerca de su brazo y le dio una mirada inexpresiva a Jinbei.
"…"
"Esto no… Solo será-"
"Pero qué- ¡Traición!" exclamó Leona soltándose, y congeló a Jinbei dentro de un bloque de hielo antes de que dijera algo más.
"Leona…" dijo Evangeline mirándola con una gota en la nuca.
"E- ¿Evangeline? Por qué…"
"Antes de explicártelo, haz el favor de quitar a Jinbei de ahí." suspiró Evangeline con los ojos cerrados, cruzando los brazos bajo su pecho.
"… Está bien…"
Leona hizo lo que le ordenó Evangeline.
"¡Ah!" exclamó Jinbei. "Menos mal, pensé que iba a quedarme ahí metido…"
"Leona, la razón de porque Jinbei quería ponértela fue porque es lo que el médico te recetó, sino no te recuperaras."
"¿Qué medico? …" preguntó Leona confundida e inquieta.
"El que te atendió cuando estuviste inconsciente." respondió Evangeline con simpleza.
"Ah, te refieres a cuando estabas en la sala de espera inquieta y preocupada porque-"
"Jinbei. Puedes irte." interrumpió Evangeline con una voz fría y una mirada fulminante.
"Entendido." respondió Jinbei con una voz nerviosa, sabiendo que no debería de haberlo dicho. "Bueno Leona, espero que te recuperes pronto." sonrió despidiéndose, después se marchó de la habitación.
"Entonces, voy a ponértela."
"¿Por qué? No me siento tan mal." la miró Leona nerviosa con una voz temblorosa.
Evangeline la miró fijamente.
"¿Por qué reaccionas así cuando se trata de ello?" preguntó Evangeline cruzando los brazos bajo su pecho.
"¿Qué?"
"Es solo una inyección."
"Podría decirse que es un trauma… Sabes que cuando era una niña experimentaron conmigo, me ponían inyecciones y hacían pruebas, era bastante doloroso, debe ser por eso que no las soporto." explicó Leona, cabizbaja.
"Entonces es esa la razón." dijo Evangeline con una mano en la barbilla, pensativa.
"Lo superaré algún día, supongo." suspiró Leona.
"Si vas a hacerlo, ¿por qué no me dejas que lo haga?"
"¿Eh?"
"No voy a hacerte daño."
Leona se quedó en silencio unos segundos.
"Está bien…"
Evangeline cogió la caja metálica del cajón y se sentó al lado de Leona.
"Dame el brazo."
Leona se arremangó y le acercó el brazo, nerviosa.
"Te voy a poner alcohol antes." dijo Evangeline poniendo alcohol en el algodón que había cogido de la mesita, después lo pasó por el brazo de Leona y sopló ligeramente, algo que hizo que Leona sintiera escalofrió, pero cuando cogió la jeringa se tensó de nuevo.
"Si lo ves es peor, solo mira hacia otro lado y relaja el brazo."
Leona miró hacia otro lado, nerviosa.
"Está bien, solo será un momento." dijo Evangeline al notarlo. "Piensa que es como cuando tomo tu sangre."
"No es lo mismo."
"¿A no?"
"No es la misma sensación."
"¿A qué te refieres?"
"Es… No es tan…"
"Listo."
"¿Eh?"
"Ya he terminado."
"No fue tan doloroso…" pensó Leona mirándose el brazo.
"¿Te duele?" la miró Evangeline.
"No, hum… Gracias." respondió Leona sonrojada levemente, mirando hacia otro lado.
"Es bueno saberlo porque voy a tener que hacerlo durante dos días más."
"Dos días… ¿Más?"
Una sombra cubrió la mirada de Leona mientras Evangeline ponía de nuevo las cosas en el escritorio.
"¿Qué ocurre? ¿Todavía te da miedo?" sonrió Evangeline de lado, mirándola con afecto.
"Si eres tú… No me importa, supongo." la miró Leona, sonrojada levemente.
"Oh." sonrió Evangeline acercándose a ella, poniéndose a su altura. "Así que solo si soy yo."
"S-Sí…" tartamudeó Leona inquieta al tenerla tan cerca. "¿Ocurre algo?"
"No, lo consideraré como un halago." respondió Evangeline con una sonrisa enigmática y una mirada profunda. "Deberías dormir, no te preocupes, dormiré a tu lado."
"No sé por qué lo dices, pero no me preocupa dormir sola, de hecho, estuve haciéndolo durante años."
"Oh, lo decía porque antes me llamaste mientras dormías."
"¡Eh! No me acuerdo de ello…"
"No estarás teniendo sueños indecentes." dijo Evangeline con una sonrisa sugerente.
"Inde- ¿Qué?"
"Me refiero a algo relacionado con el sexo."
"C- ¡Claro que no! ¡Por qué tendría que soñar con eso!"
Evangeline comenzó a reírse.
"¿Qué es gracioso?"
"Eres tan fácil de irritar."
Leona hizo un mohín, se metió dentro de la cama y se tapó con las sabanas, dándose la vuelta.
"Buenas noches."
"¿Te has enfadado?"
"No, solo estoy cansada." respondió Leona. "Aunque no creo que pueda dormir, acabo de acordarme de ese sueño horrible." pensó. "Tal vez debería decirle." murmuró.
"¿Decirme que?" preguntó Evangeline sentándose a su lado, alzando una ceja, mirándola.
"No, no es nada, solo es algo que me inquieta, pero es una tontería."
"Aunque sea algo estúpido, me gustaría escucharlo."
"¿Por qué?"
"¿Como que, por qué?"
"Es extraño."
"Tengo curiosidad."
Leona se volteó, mirándola.
"Tuve un sueño extraño esta mañana."
"¿Qué sueño?"
"Bueno… Estaba en Mahora, todo parecía bastante real, me acuerdo de que estaba intentando encontrarte y cuando iba a alcanzarte, todo se volvió oscuro y no había nadie hasta que de repente alguien idéntica a mi aparecía y después me atravesaba el pecho con la mano."
"¿Eso te inquieta? Ah, entonces era eso lo que te molestaba esta mañana… No te preocupes por eso, solo fue un sueño." suspiró Evangeline.
"¿No te parece raro que haya soñado eso?"
"Solo intenta dormirte, si pasa algo sabes que estoy a tu lado."
Leona se sonrojó levemente por el comentario, Evangeline dio por terminada la conversación y apagó la luz acostándose a su lado.
"Recuerda que mañana tengo que ponerte la inyección temprano, así que será mejor que descanses."
Leona puso una expresión molesta al recordarlo.
"No me la pondrás mientras duermo… ¿no?"
"Eso dependerá de si te despertarás cuando te llame, sino tendré que hacerlo, ahora, como me hagas lo mismo que a Jinbei, me aseguraré de que lo sientas y te la pondré en el trasero."
"Socorro…" pensó Leona.
Fin del capítulo.
Gracias por leer, espero que haya gustado, si es así, dejen review por favor, me gustaría saber su opinión, me anima a seguir escribiendo. Cualquier duda de la historia, pueden decirme.
