Capítulo 15
Enfrentamiento en el castillo
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El hombre iba acercándose a Leona, pero de repente, alguien lo agarró con rudeza por detrás del cuello, sorprendiéndolo, lo tiró hacia atrás e inmediatamente lo apuñaló con una espada de hielo.
"¿No creíste en algún momento que algo podría salir mal?" lo miró fríamente Evangeline para después dejarlo caer al suelo mientras lentamente se formaba un charco de sangre donde había caído.
"Evangeline…" pensó Leona mirándola, ahora estaba llevando la misma ropa que vistió la noche que la vio.
"¡Hola!" saludó Chachazero sobre la cama.
"Chachazero… ¿Dónde estabas? ..."
"El ama me ordenó liberar a las personas atrapadas aquí, después nos deshicimos de los tipos que vigilaban el lugar, fue divertido, ke, ke, ke."
Evangeline le quitó el tapón a un pequeño frasco con un líquido azul y miró a Leona.
"Esto te ayudará a quitarte la parálisis." dijo Evangeline, se acercó a ella y le ayudó a bebérselo.
Unos segundos después, la parálisis desapareció.
"Me siento mejor." se incorporó Leona. "Gracias... Ahora que lo pienso, ¿no te hizo el mismo efecto?" preguntó, mirando a Evangeline.
"No, ese tipo de cosas no tienen efecto en mí, pero tuviste suerte de que viniera, ¿en que estabas pensando?" preguntó Evangeline con una voz severa, cruzando los brazos bajo su pecho.
De repente, alguien abrió la puerta de golpe y vieron al noble.
"¿Qué está pasando aquí?" preguntó el noble, entrando en la habitación. "¡Ah! ¡Un crimen pasional!" exclamó viendo el panorama.
"¿Qué dices el humano este?" dijo Chachazero cruzando los brazos.
"Pero si sois… ¡Vo- Vosotras otra vez!" exclamó el noble, desenvainando la espada. "Debería de haberlo sabido, ¡Dark Evangel esto es cosa tuya! ¡Está vez te atraparé! ¡Y tú quedas arrestada por ser su secuaz!"
"¿Y yo?" preguntó Chachazero.
"Qué- ¡Tú también!"
"Largate, a menos que quieras morir." lo miró Evangeline, sin interés en su voz.
"Si crees que me vas a dar miedo estas equivocada, no voy a perder esta vez."
"No lo decía por mí, sino por él."
"¿Eh?"
El cuerpo del hombre que yacía sin vida en el suelo, empezó a emitir un aura oscura, entonces de ello, salió una sombra distorsionada, sin forma.
"Reconozco que eso no me lo esperaba…" dijo la sombra oscura con una voz grave.
"¿Cómo?" interrumpió el noble. "¡¿Él también?! Están por todas partes, ¡esto es una invasión!"
"Que hombre más pesado." comentó Chachazero.
"Este lugar ya no me sirve… De todas formas, empezaba a aburrirme… Ya no lo necesito."
Un viento oscuro apareció en la habitación y a continuación se produjo una explosión que destruyó la habitación, dejándola en escombros y cenizas.
Seguidamente, la sombra oscura rápidamente dejó el lugar.
"Ama, se escapa."
Evangeline dejó el lugar como hizo la sombra y fue tras ella con Chachazero.
"¡Espera!" dijo Leona que había salido de los escombros, hizo aparecer las alas y a continuación fue tras ella.
"¡Eh! ¡Volved aquí! ¡Es una orden!" exclamó el noble furioso mientras miraba el cielo nocturno por el cual se habían marchado.
Minutos después de estar volando por el cielo, Leona vio a Evangeline descender delante de lo que parecía ser un castillo abandonado.
"Qué lugar más acogedor, ke, ke, ke."
"Entremos, Chachazero."
"¿Qué hacemos con ella, ama?"
Evangeline se dio la vuelta y vio a Leona descender delante de ella.
"¿Por qué viniste?"
"Me preocupaba lo que pudiera pasar si ibas a buscarla."
"Creo que tienes una idea equivocada, niña, marchate."
"Dejame escoltarte al menos."
Evangeline se rio por el comentario.
"Se ríe más descaradamente que de costumbre." pensó Leona con una mirada inexpresiva.
"¿Escoltarme? ¿En serio? ¿Qué te hace pensar que lo necesito?"
"Tal vez te resulte una estupidez, pero para mí no lo es." la miró Leona seriamente. "A estas alturas, no sé si ya cambió algo, si le llegara a suceder algo por mi culpa, no me lo perdonaría." pensó.
"Está bien, haz lo que quieras, pero no me responsabilizo de lo que te pueda pasar."
Seguidamente Evangeline abrió la puerta y entraron.
El salón principal estaba bien iluminado con velas que colgaban de las paredes, pero había un ambiente inquietante en ellas, ya que eran llamas negras mezcladas con un tono azulado, también vieron una alfombra roja que conducía desde la entrada a la escalera principal que llevaba a una puerta de gran tamaño, no había otras puertas además de la que estaba en la parte superior de la escalera, dejando claro que era la única forma de avanzar.
"¿Esto es normal?" preguntó Leona, acercándose a una de las velas.
"Para alguien que puede usar la magia, no es algo complicado de hacer." respondió Evangeline, sin detenerse.
Al subir las escaleras, Evangeline abrió la puerta y encontraron un largo pasillo el cual no se podía ver el fondo, las paredes estaban decoradas con varios cuadros llenos de polvo y deteriorados por la humedad.
Cuando pasaron el pasillo, llegaron a una sala que parecía ser la de huéspedes, al contario que la entrada, apenas tenía luz ya que solo se iluminaba por la luz de la luna que salía por los ventanales.
"¿Es que no va a aparecer nadie?" preguntó Chachazero en el hombro de Evangeline.
"Aquellos que no teman en enfrentarse a mí, pueden seguir adelante, estoy esperando en la cima de la torre, sin embargo, los que retrocedan serán sentenciados por su imprudencia y osadía."
"¿Qué fue eso?" preguntó Leona, mirando a su alrededor.
"Seguramente quien estamos buscando."
De repente, aparecieron unos guardias de gran armadura armados con espadas.
"Si lo llego a saber, lo digo antes." añadió Chachazero.
Los guardias se abalanzaron sobre ellos, pero rápidamente Leona pasó por en medio de ellos y cayeron al ser tocados por el ataque que les había hecho con la espada de hielo que había creado.
"Demasiado lenta, suspendida." dijo Chachazero.
Súbitamente, los guardias empezaron a levantarse.
"Doble suspenso, hay que ser profesional."
"Usted perdone." miró Leona de reojo a Chachazero.
"Espectros." añadió Evangeline, mirándolos fijamente. "Ese tipo de ataques no les afectará."
Uno de ellos se dirigió hacia Evangeline para atacarla con un golpe que iba dirigido a su cuello, pero ella se agachó rápidamente por debajo de la espada y la agarró por la cabeza congelándola, después la aplastó con la mano, el cuerpo del espectro cayó al suelo y se disipó en llamas verdes, seguidamente, desvió los ataques de otro espectro con la Ensis Exsequens y lo cortó por la mitad para después crear una explosión de hielo evitando que se volviera a unir.
Otro de los espectros, aprovechó y fue a atacarla por la espalda, pero Leona paró el golpe con la Ensis Exsequens y lo atravesó, atrapándolo en un bloque de hielo.
Continuaron luchando hasta que minutos después, se deshicieron de ellos.
"Bueno, fue entretenido, ke, ke, ke." dijo Chachazero.
"La Ensis Exsequens no es algo sencillo de aprender, ¿dónde la aprendiste? ¿Te enseñaron?" inquirió Evangeline con una mirada sospechosa.
Leona sintió un escalofrió al notar la mirada detrás de ella, de pronto, la puerta que conducía a la torre se abrió.
"Deberíamos continuar." dijo Leona yendo hacia la puerta, evitando la pregunta.
Evangeline se dirigió a la puerta sin dejar de mirarla fijamente.
Al pasar la puerta, vieron ante ellos, unas escaleras en forma de espiral que parecían interminables, iluminadas por unas antorchas que colgaban de las paredes, las llamas seguían siendo iguales a las que vieron al principio.
"Es aquí cuando desearías que hubiese un ascensor." pensó Leona, suspirando y comenzó a subirlas.
"Ama, cuando terminemos esta visita turística, podríamos ver las mazmorras."
"No."
"Oh… Es la mejor parte."
"Lo peor es que lo dice en serio…" pensó Leona. "Zero-"
"Para ti, Chachazero-sama ser humano inferior."
Leona hizo un tic con la ceja, molesta.
"Chachazero-sama."
"Dime, comida portable."
"¿Cómo?"
"Eres la comida del ama, te pondría como si fueras un cerdo normal, pero como por alguna razón, el ama te tiene consideración, te clasifico como un cerdo ibérico, deberías sentirte alagada."
Leona levantó los brazos hasta la altura de sus hombros con las manos abiertas. "Ella me ataca con su tosca ironía, pero yo le respondo con mi fina indiferencia."
"Ama, voto por deshacernos de ella en este instante."
"Denegado."
Cuando llegaron a la cima de la torre, abrieron una puerta robusta bastante pesada y se encontraron una habitación, era una habitación oscura y vacía, apenas iluminada por unas velas colgadas en la pared, ya que, no había ventanas.
"No había presupuesto para ventanas." dijo Chachazero, entrando con Evangeline.
"¿Quieres decir?" la miró Leona, extrañada.
Una niebla tenue y oscura empezó a aparecer por el suelo mientras el aire empezó a ser más pesado, entonces la puerta se cerró de golpe y apareció la sombra que vieron en aquel castillo.
"Habéis venido, por lo que veo."
"Acabemos rápido con esto."
"Debes de ser Dark Evangel, te conozco bien, eres bastante conocida."
"Dudo que me conozcas."
"¿Ahora te dedicas a hacer de niñera?"
"Eso, eso mismo me he estado preguntando yo." añadió Chachazero, levantando el brazo.
Leona dio una mirada inexpresiva.
"Estoy aquí, ¿sabes?"
"Ya que os habéis esforzado en venir hasta aquí, os obsequiaré eliminándoos sin sufrimiento."
La sombra distorsionada les atacó con unos brazos en forma de picos afilados, Leona los esquivó dirigiéndose hacia la sombra y cuando estaba a unos pocos metros de ella, saltó para atacarla de frente con la espada de hielo, pero esta no hizo ningún movimiento al respecto para defenderse y cuando la alcanzó, la traspasó sin que le hiciera nada.
"¡Gelidus Capulus!" exclamó Evangeline, alzando el brazo,
Un carámbano gigante apareció desde el suelo, atrapándola.
"Buen intento, pero eso no funcionará conmigo." dijo la sombra distorsionada, rompiendo el hielo.
"Tsk."
La sombra distorsionada les atacó de nuevo, pero esta vez eran manos oscuras.
"¡Nivis Tempestas Obscurans!" exclamó Evangeline lanzándole un torbellino de hielo y oscuridad en vertical, pero solo consiguió traspasar la sombra, creando un agujero en la pared y antes de que las manos alcanzaran a Evangeline, Leona la apartó empujándola haciendo que las manos la atraparan a ella.
"Eso fue algo estúpido." dijo la sombra, apretando el agarre, entonces empezó a golpearla una y otra vez contra el suelo y el techo del lugar sin soltarla.
"Tú." lo miró Evangeline, haciendo aparecer la Ensis Exsequens, dirigiéndose dónde estaba Leona, la sombra se percató y soltó a Leona lanzándola con fuerza contra una de las paredes, causando un cráter en ella provocando que escupiera sangre por la boca, seguidamente hizo aparecer a su alrededor numerosas espinas oscuras que fueron hacia Evangeline.
"Tsk." gruñó Leona, levantándose mientras sacaba la tarjeta de pactio de su bolsillo. "¡Adeat!"
Esperó por unos segundos, pero la tarjeta seguía igual.
"¡Adeat!" llamó al artefacto de nuevo, pero no dio resultado. "¿Por qué no funciona?... ¿Tal vez es debido a que estoy en el pasado?" pensó, dándole a la tarjeta una mirada confundida.
"Eso me sorprendió por un momento, de todas formas, aunque hubiese funcionado, no te hubiera servido de nada." dijo la sombra distorsionada, haciendo aparecer varios espectros que salieron del suelo e inmediatamente atacaron a Leona.
Leona empezó a defenderse y atacarles con la Ensis Exsequens, pero por más que los cortaba, estos se unían como si nada.
Mientras, Evangeline y Chachazero esquivaban y desviaban las espinas.
"Estas cosas no se acaban nunca." dijo Chachazero sin dejar de moverse.
De repente, el suelo donde Evangeline estaba, se volvió oscuro y unas enredaderas negras salieron cogiéndole de las piernas y brazos.
"Tsk." gruñó Evangeline mientras las enredaderas la arrastraban hacia dentro del agujero oscuro para que la absorbiera.
"Tenemos problemas." dijo Chachazero intentado salir de ello.
"Aquí termina todo." rio la sombra distorsionada.
"¡Evangeline!" exclamó Leona, distrayéndose, lo que hizo que uno de los brazos en forma de pico la atravesara por el hombro clavándola contra la pared.
"No tienes que preocuparte, después me encargaré de ti, humano."
"¡Suéltala!" exclamó Leona, mirando la sombra con rabia.
"¿Por qué debería? Solo espera tu turno."
Leona intentó soltarse cogiendo el pico con la mano, pero no conseguía moverlo.
"Pronto no serás más que un recuerdo."
"Te he dicho que la sueltes." terminó Leona la frase con una voz más sombría, consiguiendo quitarse el pico que tenía en el hombro
"¿Eh?" se volteó la sombra distorsionada, mirándola.
"Sé que no estamos en el mismo tiempo, porque esto es el pasado, aun así, aunque no se haya hecho el contrato todavía, si realmente estás atada a mí de alguna manera, ayudame a protegerla las veces que serán necesarias porque si ella deja de existir ya sea en este mundo u otro, tú y yo desapareceremos también, ambos sabemos que cuanto más fuerte sea mi voluntad más fuerte serás, por favor prestame tu poder y yo te daré mi sangre, escucha mi voz y aparece delante de mí para que pueda salvar quien me importa." pensó Leona, mirando la tarjeta de pactio. "¡Adeat!" exclamó, alzando el brazo.
La tarjeta emitió un brillo intenso y se transformó en la espada, Leona cortó a los espectros por la mitad y estos se convirtieron en polvo, desvaneciéndose en el aire y se dirigió dónde estaba Evangeline, seguidamente cortó las enredaderas y la sacó de allí.
"¿Cómo lo hiciste?" le preguntó Chachazero.
"Es cosa del artefacto…" desvió la mirada Leona.
"¿Con quién hiciste ese pactio?" la miró Chachazero fijamente.
"Es secreto."
"¿Secreto?"
"Tú…" se escuchó a la sombra distorsionada. "No deberías tener esa clase de espada, ¿por qué la tienes?"
"No es de tu incumbencia sombra de las narices." la miró Leona, molesta, poniéndose en guardia.
"No te será tan fácil, sigues siendo un simple humano…. Además, por más que tengas esa espada, ello no te garantiza la victoria, porque, aunque la estés empuñando, si no sabes cómo usarla, es una pérdida de tiempo... Y tengo otras formas de lidiar contigo."
Unas manos oscuras aparecieron en la pared que había detrás de Leona para atraparla, Leona se dio la vuelta y las hizo desaparecer cortándolas, la sombra distorsionada rápidamente apareció delante de ella y una mano la sujetó por el cuello, Leona intentó atacarla con la espada, pero unas enredaderas le sujetaron el brazo, quitándole la espada y lanzándola lejos donde estaban.
"Debiste darte cuenta de que no soy una simple sombra demoniaca, soy algo mucho más que eso, algo que un humano no podría llegar a vencer ni aunque tuviera toda la fuerza del planeta, después de ti, eliminaré al Dark Evangel y a esa marioneta molesta, y no podrás hacer nada más que lamentarte por tu triste debilidad."
La mirada de Leona cambió a una rojiza y un aura oscura empezó a rodearla.
"?!"
"¿Por qué tienes una parte de su sangre en ti mezclada con la de esa mujer? No logro comprenderlo…" dijo la sombra distorsionada con un tono preocupado y molesto. "Voy a acabar con esto ahora, si dejo que sigas así, seguro que causara problemas en mis planes y no quiero que te encuentres con él, aunque no haya posibilidad ninguna."
Cuando la sombra distorsionada iba a apuñalarla, la espada de Leona la atravesó.
"Estabas tan distraída que no te percataste de que bajaste la guardia." dijo Evangeline, mirándola con una mirada sombría y fría.
"¡Tú!" exclamó la sombra enfurecida, mirando a Evangeline mientras comenzaba a convertirse en polvo.
"Como te has atrevido… No creas que esto va a terminar así…" dijo la sombra, soltando a Leona. "Me acordaré de esto, ¡y te aseguro que lamentarás está insolencia! ¡Te arrebataré lo que más quieras en este mundo!"
La sombra distorsionada gritó en agonía mientras desaparecía por completo siendo solo partículas de polvo, dejando ningún rastro.
Leona se levantó poniéndose la mano en la herida.
"No tienes por qué seguirme." la miró Evangeline, dándole la espada. "Como puedes ver no soy alguien con quien deberías estar."
"¿Por qué dices eso?"
"Además de lo de ahora, he matado a mucha gente, mis manos están manchadas de sangre."
"Pero-"
"No puedo estar ocupándome de ti, tan solo olvidate de mí y sigue tu propio camino." la miró Evangeline unos segundos, después empezó a irse.
"¡¿Por qué?!" pensó Leona. "¡Espera!"
Seguidamente fue hacia ella y le sujetó una de las manos, alzándola a media altura.
"A mí me gustan tus manos." la miró Leona con una expresión seria. "Aunque estén manchadas de sangre, puede que hayas matado, pero también, aunque ahora no lo creas, son las mismas que salvaron mi vida, y no solo a mí, sino también a otras personas, no puedes pensar que por ello no puedes estar con alguien, realmente no puedo comprenderte porque no he pasado por lo mismo que tú, pero sé que es querer estar sola porque yo desconfiaba de las personas y a la vez me alejaba para no lastimar a los que me importaban, es por ello que sé que eso solo hará que sufras más, no me importa lo que hayas hecho, debiste tener algún motivo y aunque en este mundo o en otro te odien, yo siempre te seguiré incluso si es por el camino de la oscuridad."
Las mejillas de Evangeline se sonrojaron ligeramente.
"Una declaración amorosa… Juventud." mencionó Chachazero.
"¿Qué? ¡No! ¡No es eso!" se sonrojó Leona repentinamente, poniéndose nerviosa. "¡No debería de haber dicho según qué cosas a la Evangeline del pasado! ¡Lo dije sin pensarlo!" pensó Leona, dándose cuenta de ello.
"¿Cómo puedes decirlo tan fácilmente?" la miró Evangeline seriamente, alzando una ceja.
"Confió en ti."
"Sabes que puedo matarte."
"Pero no lo has hecho porque aún sigo aquí."
Evangeline puso sus manos en las mejillas de ella y se las estiró.
"Hablas demasiado como para haber conocido a alguien hace apenas unos días." le dijo dejándola ir segundos después.
"Eso no era necesario." se quejó Leona, poniéndose una de las manos en la mejilla.
"Hmph."
Evangeline se volteó y empezó a irse.
"E-espera, yo-"
"Haz lo que quieras."
Leona suspiró aliviada y seguidamente hizo regresar a la espada a la forma de tarjeta de pactio.
"Gracias." pensó, mirándola antes de guardarla en el bolsillo, miró a Evangeline y fue con ella.
Fin del capítulo.
A pesar de los problemas que tuvieron, consiguieron vencer a aquella sombra misteriosa, ¿hacia dónde irán ahora? ¿Conseguirá Leona regresar?
Gracias por leer, espero que haya gustado, si es así, dejen review por favor, me gustaría saber su opinión, me anima a seguir escribiendo. Cualquier duda de la historia, pueden decirme.
