Lili corrió a abrirle la puerta a Yikumon mientras el teléfono sonaba a la vez, así que ni tiempo tuvo de recibirla ni nada...
–¿Hola? –dijo ella al contestar el teléfono, mientras Yikumon se acomodaba a su lado en el sillón.
–Sí¿hola¿Lili? –preguntaba el muchacho del otro lado de la línea.
–Sí, soy yo. ¿Quién es?
–Soy Yoshi...
–¿Qué quieres ahora? La vez pasada me colgaste y ahora has de esperar que hable contigo¿no¡Pues fíjate que eso no se me hace justo, Yoshi!
–¡Espera! Solo escucha... Veámonos en la puerta de la escuela, hoy, a las 4 de la tarde¿sí? Por favor, Lili, tengo algo muy importante que decirte...
–Está bien... ¡Bye! –dijo algo brusca, colgando el teléfono.
–¿Quién era, Lili? –dijo Yikumon.
–Era Yoshi pidiéndome que fuera a la escuela hoy a las 4...
Lili continuó hablando, sin prestar mucha atención de lo que le estaba pasando en ese momento a Yikumon.
Solo se dio cuenta de que algo estaba sucediendo cuando ella lanzó un chillido y cayó al suelo después de que había dado unas cuantas vueltas caminando, escuchando a Lili...
–¡Yikumon¡Yikumon¿qué te pasa¡Yikumon! –le gritaba Lili, llorándole.
Lili llevó cargando a penas a Yikumon hasta la antigua habitación de su madre, donde la dejó sobre la cama viendo cómo parecía morirse...
–¡No, Yikumon, no me vayas a dejar¡Por favor, tienes que recuperarte, por favor! –le decía y decía Lili, llorando aún.
Llegaron las 4 de la tarde y pasaron así nada más.
Lili no se acordó de lo que le había prometido a Yoshi, porque para ella estaba antes aquel problema con Yikumon...
Aún así, decidió llamarlo para ver si estaba en su casa y pedirle perdón por no haber ido.
–¡Pero si yo nunca te llamé, Lili! –fue la respuesta de Yoshi a todas aquellas disculpas.
–¿Nunca llamaste¡Pero si hablamos a las 2:30...! –decía Lili.
–Bueno, ha de haber sido alguien más o debiste haberlo soñado, Lili, porque en serio no quisiera verte...
–¡Yoshi, por favor, no cuelgues!
–Está bien, no lo haré; ¿qué quieres ahora?
–Que vengan tú y Kannonmon, necesito de su ayuda, de ambos de ustedes...
–¿Qué sucede ahora¿El famoso Delipa está alcanzando la calle en la que vive tu abuela?
–¡No es eso! Se trata de Yikumon... Por eso necesito a Kannonmon, y posiblemente te necesitaremos a ti también...
–Está bien, ya voy...
–¡Muchas gracias, Yoshi, no sabes cuánto te lo agradezco!
Y ambos colgaron a la vez.
Como ya no tenía hermanitos a los cuales cuidar ni a un padre al cual pedirle permiso para ir a alguna parte, Yoshi salió junto a Kannonmon rumbo a la casa donde estaba Lili...
–Hola, Lili. –dijo Yoshi, entrando a la casa, seguido por Kannonmon.
–¿Y Yikumon¿Dónde está ella? –dijo como desesperado Kannonmon.
–Vengan, los llevo... –dijo Lili.
Entraron en la habitación y entonces Yoshi y Kannonmon se encontraron con que Yikumon había estado empeorando...
Lili tomó del brazo a Yoshi, y él volteó a verla; ella le indicó que debían salir y dejar a Kannonmon ahí.
–Está bien. –le susurró Yoshi, y ambos salieron cerrando la puerta.
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