Yoshi y Lili estaban de pie a unos pocos metros de la puerta de la habitación donde estaban sus Digimon.
El silencio era terrible entre ellos...
–¿Yoshi? –dijo Lili, intentando iniciar una conversación con él.
–¿Qué quieres? –le contestó él de forma brusca.
–Bueno, yo quería saber si... –empezó Lili, pero Yoshi la interrumpió:
–¿Si ya te perdoné lo que hiciste?
Lili asintió con la cabeza, viendo al suelo. Yoshi con eso empezó a calmarse, pero entonces contestó:
–Fue demasiado lo que me hiciste: te fuiste con Hien y perdí a mi padre por andar buscándote. Sin contar que me caíste encima cuando te tiraste del techo del cine.
–¡Pero realmente lo lamento, Yoshi, en serio! –dijo Lili.
–Sí, cómo no, Lili. –dijo Yoshi.
–En serio, no recuerdo nada de lo que me pasó en ese tiempo. Ya te lo dije: fue como hipnosis.
Se alejaron un poco de la puerta para evitar ser escuchados o escuchar de la conversación privada de Yikumon y Kannonmon.
Estaban ahora cada uno en el extremo de una ventana que daba hacia el desolador paisaje causado por el Delipa.
–En serio lo lamento, Yoshi... –dijo Lili.
–Sé que lo sientes, Lili. De verdad lo sé. –dijo Yoshi, y Lili volteó a verlo sorprendida.
–Y entonces¿por qué no me perdonas?
–No lo sé.
El silencio reinó nuevamente entre ellos por unos cortos segundos.
Ninguno de los dos había notado que el Delipa se extendía hacia donde estaba la casa...
–No olvido todo lo que hiciste, Lili, mucho menos las veces en que te atreviste a besarme... –dijo Yoshi, y ambos se sonrojaron.
–¿Y ni por esos pequeños besos me perdonarías? –dijo Lili.
–¿Pequeños...¿Estamos hablando de lo mismo?
–Supongo. Pero lo que tengo que saber es si algún día me perdonarás, Yoshi.
–¿Qué tal si me dejas pensarlo un tiempo?
El mayor ocupante de la escena volvió a ser el silencio, pero esta vez había una tierna mirada entre ambos.
Cuando menos se dieron cuenta, ya estaban a punto de repetir la escena del templo cuando llovía... pero aparecieron sus Digimon.
–Lili, creo que ya estoy mejor. –dijo Yikumon, y Lili y Yoshi saltaron del susto.
–¡Yikumon! –y Lili saltó a abrazar a su Digimon.
Cuando Kannonmon iba a con Yoshi, vio por la ventana y advirtió rápidamente a los otros tres de lo que estaba pasando.
–¿El Delipa se acerca? –dijeron Lili y Yoshi.
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