Capítulo 19 -Parte III-

Tiempo de Navidad: Celebración

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"Que listo es, ke, ke, ke." dijo Chachazero cuando dejaron la habitación.

"¿Quién?" preguntó Leona, mirándola.

"Ese tipo, se libró del atrevimiento."

"A- ¡Achuus!" estornudó Leona, súbitamente.

"Vaya niña, claro cómo nos gusta ir desnudos, ke, ke, ke."

"Muy graciosa."

Evangeline puso la gabardina que tenía en uno de los sofás a Leona sobre los hombros.

"Será mejor que vayas a ponerte algo encima."

"Sí…"

"Por cierto, espero que no te haya molestado lo de antes."

"¿El qué?"

"Me refiero a ese juego, te noté algo inquieta."

"No… No me molestó." respondió Leona, sonrojándose al recordarlo.

"Te refieres en general o cuando el ama te dio amor incondicional, ke, ke, ke."

"¡En general!"

"Entonces tampoco te molestó que lo hiciera."

"¡Voy a la habitación!" se marchó Leona, sonrojada.

"Chachazero…" suspiró Evangeline.

"Es divertido meterse con ella, ama, ke, ke, ke."

Al llegar a la habitación, Leona dejó la gabardina en la cama y se dirigió al baño para darse una ducha de agua tibia y despejarse, tras asearse durante unos minutos, salió y se vistió, entonces se dirigió al escritorio de la habitación y abrió uno de los cajones, en ello había un regalo envuelto en papel de color celeste, Leona lo sacó poniéndolo encima del escritorio y suspiró.

"Pensé en hacerlo estos días… Pero ahora no sé cómo dárselo…"

"¿Es para el ama?" se escuchó a Chachazero a su lado.

"¡Chachazero!" se sobresaltó Leona, mirándola. "¿Cuánto hace que estás aquí?"

"No mucho, ke, ke, ke." respondió Chachazero, poniéndose encima del escritorio. "Así que le vas a dar algo." se acercó al regalo, dándole unas palmadas.

"Lo estoy pensando."

"Que extraña eres." la miró Chachazero. "Realmente no entiendo a los humanos, os complicáis tanto en estas cosas, ¿qué hay que pensar?" cruzó los brazos.

"…"

"Si quieres dárselo, solo hazlo, ¿qué puede pasar? Si no le gusta, siempre puede mandarte a volar por la ventana junto con ello, ke, ke, ke."

"¿Eso es para darme ánimos?" estrechó Leona la mirada.

"Haz lo que prefieras, pero sería una estupidez no dárselo después de todo, sino no haber hecho nada desde el principio."

"Supongo que tienes razón… Se lo daré más tarde."

Leona dejó el regalo en el cajón y lo cerró.

"Por cierto, el ama quiere que vayas cuando estés."

"Está bien."

Chachazero se puso en el hombro de Leona y dejaron la habitación para dirigirse en la que estaba Evangeline, cuando entraron, la vieron sentada en su asiento ya vestida, mirando delante de ella, una especie de pantalla sostenida en el aire que parecía ser un holograma.

"Leona." la miró Evangeline. "Ven."

Leona parpadeó confundida y fue hacia ella.

"Siéntate." dijo Evangeline, haciendo un gesto con la mano, indicando que se sentara en una de sus piernas.

Leona se sonrojó mientras le miraba el regazo.

"Puedo quedarme de pie."

"Solo será un momento."

Leona dudó unos segundos, pero hizo lo que le pidió.

"Ama, la niña parece estar tan tensa como las cuerdas de una guitarra, ke, ke, ke."

"No… No lo estoy." contestó Leona, nerviosa.

Chachazero saltó en el escritorio de madera.

"Y esto." miró Chachazero la pantalla.

"Iba a hacer una llamada a Chachamaru y a Ayaka para felicitarles, por eso quería que vinierais, les comenté hace unos días sobre vosotros."

"Vaya, vaya, así que mi hermanita aún sigue dándolo todo por servir." asintió Chachazero varias veces con los brazos cruzados.

"No sabía que era tu hermana." parpadeó Leona. "Aunque es cierto que os parecéis."

"En realidad, no lo es, pero como fuimos creadas para servir al mismo amo." respondió Chachazero, mirándola.

"Voy a llamarles."

Después de que Evangeline terminara, Chachazero se acercó más a la pantalla.

"Cha- ¿Chachazero?" se escuchó a Ayaka desde la pantalla.

"Hola, ke, ke, ke."

"Chachazero, estás ocupando todo, sal." ordenó Evangeline.

"Ah, hola Evangeline." saludó Ayaka, cuando se apartó.

"Hola ama, me alegro de verla." saludó Chachamaru, al lado de Ayaka.

"Entonces es cierto, me costaba creerlo cuando me lo mencionaste, pero están vivas las dos." sonrió Ayaka levemente.

"Que os pensabais, hace falta mucho más que eso para deshacerse de mí, además, alguien tiene que guiar a esta gente." dijo Chachazero con las manos en la cintura.

"Qué valor…" murmuró Leona, mirando hacia otro lado.

"Leona, gracias por hacer volver a Chachazero, me alegra que estés viva, pensamos que habías fallecido después de lo que sucedió." comentó Ayaka.

"No… No fue nada." la miró Leona. "Yo también me alegro de veros."

"Por cierto, felices fiestas a todos." sonrió Ayaka. "Un día podéis venir a vernos, estaremos encantados de recibiros."

"Sí." asintió Evangeline.

De repente, alguien llamó a la puerta y entró.

"Yukihime-sama, todo está listo." dijo uno de los hombres de la organización.

"Está bien, Leona puedes ir con él, enseguida voy."

"Puedo esperarte."

"Lo dices porque quieres quedarte más tiempo encima del ama."

"¡No!"

Evangeline suspiró.

"Leona."

"Está bien…"

Leona se despidió y se levantó dejando la habitación.

"Veo que os lleváis igual de bien." rio Ayaka.

"Sigue siendo solo una cria." respondió Chachazero.

"Es una buena noticia, ama, me alegro por usted, finalmente pondrá fin a su soltería."

"Voy a pasar por alto lo que acabas de decir, Chachamaru, de hecho, haré como que nunca pasó." estrechó Evangeline la mirada.

Mientras, Leona iba por el pasillo al lado del hombre.

"Yo también hubiera envejecido así, o quizás la oscuridad que llevo en mi interior me hubiera hecho desaparecer." pensó Leona, mirando la venda de la mano seriamente. "No puedo saber que pasará conmigo realmente."

Después de ir por el pasillo, abrieron una de las habitaciones y entraron, todo estaba decorado, varias mesas estaban puestas de forma ordenada con diferentes platos llenos de comida muy variada y bebidas, al fondo había un escenario con un equipo de música y altavoces, las luces del techo eran de un color fosforescente que encajaba con la oscuridad.

"¡Leona!" se escuchó a Touta desde una de las mesas, sentado con los demás. "¡Estamos aquí!" levantó el brazo para que los viera.

Leona se dirigió hacia la mesa y se sentó con ellos.

"¿No vino Yukihime?" preguntó Touta.

"No, pero no creo que tarde demasiado."

"Bueno, ¿y si empezamos?" comentó Kirie, mirando los platos.

"No hasta que no esté Yukihime-sama." la miró Karin seriamente.

"Solo un poco-"

"NO."

"…"

Minutos después, Evangeline entró con Chachazero y se dirigieron hacia la mesa.

"Bien, ahora que ya estamos todos." dijo Evangeline, mirando a todos. "Quiero agradeceros vuestra colaboración por haber hecho posible que podamos celebrar esta noche tan especial, entonces, sin más que decir, ¡que comience la fiesta! ¡Esta noche beberemos hasta quedarnos satisfechos! ¡Arriba ese ánimo!" exclamó Evangeline, levantado el vaso de vino que tenía en la mano.

"¡Sí!" exclamaron todos levantando sus vasos.

"Cuantas cosas." dijo Santa mirando los diferentes platos que había en la mesa.

"Díselo a Kirie, fue quien se emocionó comprando." dijo Karin, dándole un sorbo a su bebida.

"¿Vais a estar recordándomelo?" preguntó Kirie, poniéndose vino en el vaso.

"¿Vas a tomar eso?" parpadeó Santa.

"¿Cuántos años crees que tengo?" lo miró Kirie dándole una mirada estrecha. "Que sepas que tengo tantos como para poder beber hasta hartarme."

Horas después, todos los miembros de la organización habían terminado de cenar y uno de ellos, se había puesto a cantar encima del escenario con el equipo de música.

"¡Ese es el espíritu!" exclamó uno de los hombres de la organización, riendo.

"¿En serio?" lo miró Kirie con una mirada estrecha y haciendo varios tics en una de sus cejas.

"¿No vas a intentarlo?" preguntó Santa, mirándola.

"¿Cantar? Paso."

"¿Te da vergüenza?" la miró Karin.

"No, simplemente no me apetece, ¿por qué no vais vosotros?"

"No, gracias." respondió Karin, cerrando los ojos.

"Yo, no sé si lo haría bien." dijo Santa con la mano en la nuca.

"Quizás lo intente." sonrió Touta, animado. "Espera… Ahora que lo recuerdo, por culpa de mi inmortalidad, aún tengo que mejorar mi voz, ya que no puedo crecer." dijo con una sombra cubriendo su mirada.

"Touta-kun." dijo Kuroumaru, dándole unas palmadas en la espalda.

"La comida estuvo realmente buena, a decir verdad, no cocina nada mal." sonrió Jinbei con un leve sonrojo mientras sujetaba su vaso de whisky. "Cuando encuentre alguien y se marche ya no podremos seguir disfrutando de ello."

"¿Ya das por hecho que Leona se va a ir?" rio Ikkuu con los ojos cerrados.

"Lo dudo." dijo Chachazero sin referirse a nadie en particular.

"¿No cree que ya ha bebido demasiado, maestro?" lo miró Makabe, seriamente.

"¿Qué dices? Estoy perfectamente."

"Jinbei-san, ¿podrías venir un momento?" le preguntó Vasago. "Es sobre las luces."

"Claro." asintió Jinbei, se levantó de su asiento y dejó su bebida al lado de la de Leona.

"¿Quieres más, Albert?" miró Chachazero a Chamo, a su lado, en forma animal.

"¿Por qué no?" sonrió Chamo, acercando su vaso para que le pusiera más vino.

"¡Es mi turno!" exclamó otro de los hombres de la organización, subiendo a la tarima.

"¡Venga Zenki-san! ¡Dalo todo!" gritaron varios, entonces las luces del techo cambiaron de color a un azul y verde y Zenki empezó a cantar Careless Whispers mientras sonaba la música.

"¿Qué pasa con este reparto de canciones?" se preguntó Kirie con una gota en su nuca. "¿En serio?"

"¿No vas a cantar, Yukihime-sama?" preguntó Ikkuu, mirándola con una sonrisa.

"No." respondió Evangeline, mirándolo de reojo mientras tomaba un sorbo de su vaso de vino con un leve sonrojo en las mejillas.

"¿Alguno de vosotros?" sonrió Ikkuu, mirando a los demás.

"Me da vergüenza." respondió Leona.

Shinobu negó con la cabeza.

"¿Por qué no lo intentas tú?" lo miró Kirie, cruzando los brazos bajo su pecho.

"No es lo mío." respondió Ikkuu, sonriendo y moviendo las manos en señal de defensa mientras Jinbei regresaba, cogiendo el vaso de nuevo.

"¿No vas a darle aquello?" preguntó Chachazero, poniéndose al lado de Leona.

"Chachazero, ¿a qué te refieres?"

"Que va a ser, el regalo del ama."

"¡Shhh!" siseó Leona. "No lo digas tan alto."

"Si no se enteran, hay demasiado ruido."

"¿Crees que ahora sería el momento?"

"Puedes decírselo fuera."

"…"

"Pero que- Este no es mi vaso de whisky, ¿dónde está?" dijo Jinbei confundido, mirando el vaso de zumo de frutas que tenía en la mano.

"Está bien…. Voy a dárselo." dijo Leona bebiéndose de sopetón toda la bebida que había en el vaso. "¡Ahg! Que fuerte esta esto…" protestó Leona, tosiendo y repentinamente sus mejillas se sonrojaron. "…"

"¿Estás seguro de que no te equivocaste de vaso, maestro?" preguntó Makabe, mirando a Jinbei con los brazos cruzados.

"Podría ser… Sino no me lo explico…" respondió Jinbei, acariciándose la nuca con la mano, mirando el vaso. "Pero entonces, ¿quién tiene el mío?"

"Bueno, ¿quién va ahora?" preguntó uno de los hombres que había terminado de cantar.

"¡Yo! ¡Yo!" exclamó Leona, levantando la mano, abriéndose paso hacia el escenario.

"¡Ese es el espíritu, Leona!" exclamaron algunos.

"¿Pero no había dicho que le daba vergüenza?" parpadeó Kirie.

"¡Está bien! ¡Todo tuyo!" sonrió el hombre dejando el escenario.

"¿Leona?" parpadeó Evangeline.

"Ha bebido del vaso que no era." dijo Chachazero, al lado de ellos.

"Ya sabemos entonces quien se ha bebido tu whisky, Jinbei." lo miró Ikkuu.

Evangeline le dio una mirada estrecha.

"No lo hice aposta." la miró Jinbei con una gota en la nuca.

"¡Bien! ¡Vamos allá!" exclamó Leona mientras empezó a sonar la melodía siguiente, entonces empezó a cantar.

Eh, espera, no te vayas,

¿Realmente terminó así?

Tú eras la luz en la cual confiaba,

Tú sonrisa era todo lo que necesitaba. Siempre estabas a mi lado.

Me alentabas con tus palabras,

Eras lo que hacía que la oscuridad desapareciera,

¿Pero todo este tiempo realmente no significó nada?

Realmente no logro entenderlo,

Siempre creí en ti,

Y aun así al final resultó que…

Tu sonrisa solo era una máscara ocultando la mentira,

Estoy sola de nuevo y de nuevo caigo en el abismo,

La oscuridad se ha apoderado de mí.

He intentado tanto olvidarte,

La herida que me dejaste no cicatrizará nunca,

Mi alma se derrumba lentamente, la preocupación me arrastra hacia el sufrimiento,

Me temo que no volveré a ser la misma, al final todo fue una mentira, solo dime porque…

Seguiré por el camino de oscuridad

Pero no me dejaré controlar,

Seguiré por quien amo y no me rendiré.

Aunque sea un futuro incierto no escaparé,

Si tus mentiras son ciertas quedan puertas abiertas para un nuevo amanecer.

Seguiré porque ahora sé que es lo que quiero,

No puedo seguir perdida por los recuerdos del pasado,

Tú me mostraste el lado cruel de este mundo,

Gritaré, lloraré, me desahogaré y de nuevo me levantaré.

Ahora he encontrado un lugar en el cual quedarme,

Encontré una razón para vivir,

En la cual puedo seguir adelante y tu…

Has cambiado tanto que no te reconozco,

Sé que ya no será lo mismo cuando nos encontremos de nuevo…

Pues cada uno siguió su camino, el tiempo que tuvimos terminó,

Y si decidiste acabar conmigo, entonces está bien,

Porque eso significará que ya,

No tendré que dudar cuando nuestras miradas se encuentren,

Todo el tiempo que pasamos no volverá, pero no lo olvidaré,

Aquí termina todo, y comenzamos de nuevo…

Cuando termino de cantar, todos aplaudieron.

"¡Gracias!" dijo Leona bajando del escenario.

"Leona, ¿estás bien?" la miró Kuroumaru, preocupado.

"Kuroumaru… ¿Por qué hay dos Kuroumarus?" preguntó Leona, mirándolo seriamente.

"¿Eh?"

"Creo que ha bebido…" la miró Santa con una gota en la nuca.

"¡Eh! ¿Cuándo?"

"Mi cabeza…" susurró Leona, cayéndose al suelo.

"¡Leona!"

"¡Pero bueno! ¡Quien le ha dado alcohol a la niña!" se escuchó a uno de los hombres.

"A sido aquel de allí." señaló Chachazero a Jinbei.

"¡Hey! ¡Fue un accidente que conste!"

"Hay que vigilar lo que uno bebe." cerró los ojos Kirie, negando con la cabeza y levantando los brazos por encima de los hombros con las palmas de las manos abiertas.

"Bueno, en este caso ha sido culpa de cierta persona." añadió Karin con los brazos cruzados bajo su pecho.

"Pobre chica, siempre termina igual." suspiró Chamo con una mueca.

"La llevaré a su habitación."

"Espera Ikkuu, no es necesario, lo haré yo." suspiró Evangeline, cogiéndola en brazos como una novia.

"Está bien, Yukihime-sama." sonrió Ikkuu levemente.

"¿Se pondrá bien, no?"

"No te preocupes, Kuroumaru, como mucho mañana tendrá una resaca." respondió Kirie mientras Evangeline salía de la habitación.

"Por qué termina cantando cada vez que bebe." dijo Chachazero en el hombro de Evangeline.

"Quien sabe."

"Eva…" se quejó Leona con una voz quebrada.

"…"

"Qué bien, hasta en los sueños hace llorar a la gente, debería estar orgullosa, ama."

"Que tiene de orgulloso."

Cuando entraron en la habitación, Evangeline dejó a Leona sobre la cama.

"… ¿Evangeline? ..." la miro Leona, despertándose.

"Es mejor que te quedes aquí."

"¡No!" exclamó Leona, abrazándola súbitamente.

"Ama, si quiere hacer algo, es el momento."

"Chachazero…" la miró Evangeline con una mirada estrecha. "Leona, suéltame."

"No, sino te irás con Zero a las islas Fujitsu y me dejarás aquí."

"Que cogorza lleva, ke, ke, ke."

Evangeline suspiró.

"No voy a irme a ninguna parte, suéltame."

"Tengo calor." dijo Leona, dejando ir a Evangeline, y empezó a quitarse la camisa.

"Chachazero, quédate con ella, ahora vengo."

"Okay." dijo Chachazero, saltando en la cama.

"Ahora tengo frio…" dijo Leona, quedándose solo con la ropa interior.

"No haberte quitado nada."

Segundos después, Evangeline se dirigió hacia ellos.

"Vamos." dijo Evangeline llevando un pijama en la mano. "Voy a ayudarte a ponértelo."

Leona la miró fijamente sentada en el lateral de la cama mientras la ayudaba a ponerse la parte de arriba, después hizo lo mismo, pero con el pantalón.

"Bien, acuéstate." la miró Evangeline al terminar.

Leona hizo lo que le pidió y se tumbó, Evangeline se acercó a ella para taparla con las sabanas, pero cuando iba a hacerlo, Leona la abrazó contra ella.

"Leona-"

"No te vayas." murmuró Leona en voz baja en su oído. "Quédate a mi lado…"

"No me iré a ninguna parte, ahora suéltame."

Seguidamente, Leona se puso a llorar.

"Y ahora está llorando." añadió Chachazero.

"Soy débil… Ni siquiera sería capaz de proteger la caseta de un perro, terminaré perdiendo todo y me quedare sola, sin nadie… Ni siquiera tendré una cacatúa de compañía." dijo Leona entre sollozos.

"Ke, ke, ke."

"Chachazero."

"Reconozca que tiene su gracia, ama."

Evangeline suspiró.

"No eres débil, ¿no entrenaste con Dana? Dudo que no haya servido teniendo en cuenta los entrenamientos de esa mujer, y no estarás sola, ahora estás con nosotros."

"Ella llora desconsoladamente y el vampiro intenta consolarla."

"Chachazero." la llamó Evangeline con una voz firme, perdiendo la paciencia.

Leona ocultó su mirada con el reverso de la mano mientras le caían las lágrimas por su rostro.

"Realmente no quiero perderte, porque si lo hiciera no sabría qué hacer… Me asusta el pensar de que un día despierte y no estés… Te has vuelto sin darme cuenta alguien demasiado importante."

"Leona, mirame." ordenó Evangeline con una voz apacible, pero ella seguía sin hacerlo. "Mirame. Leona." repitió elevando el tono de su voz, pero aun calmada.

Leona retiró la mano de sus ojos y miró a Evangeline.

"No voy a desaparecer." dijo Evangeline con una mirada seria, poniendo su mano en la barbilla de Leona, obligándola a mirarla a los ojos. "Por lo que deja de preocuparte."

"Quieres que deje de hacerlo, pero no puedo evitarlo porque yo-"

De repente, alguien llamó a la puerta.

"Quien osa interrumpir este momento." miró Chachazero la puerta.

"Yukihime-sama, ¿va todo bien?" se escuchó a Vasago desde el otro lado de la puerta.

Evangeline se levantó de la cama y fue hacia la puerta, abriéndola.

"¿Qué ocurre, Vasago?"

"Como no regresabais, pensé que podría haber pasado algo."

"No te preocupes, solo que Leona no estaba en óptimas condiciones, así que la traje aquí."

"Entiendo, si necesita algo, solo dígamelo."

"Sí."

"Me retiro entonces."

Vasago hizo una reverencia con la mano en el pecho y se alejó, seguidamente, Evangeline cerró la puerta y fue hacia Leona.

"Deberías dormir."

"Bésame."

Evangeline puso una mirada inexpresiva.

"¿Qué?"

"Ha dicho que la bese, ama."

"Ya lo he entendido, Chachazero… Debido al estado en el que te encuentras, realmente no eres consciente de lo que estás diciendo ahora mismo." suspiró Evangeline.

"¡No es cierto!" se quejó Leona, incorporándose. "¡Lo digo en serio! ¡Quiero ser tuya!"

"Ke, ke, ke."

"Ahora sí que no eres consciente de lo que dices." dijo Evangeline con un leve sonrojo en las mejillas, estrechando la mirada, a continuación, se inclinó hacia ella y la recostó, poniéndole una mano en su mejilla sonrojada.

Leona la miraba con los ojos brillosos y su respiración se agitaba al sentir su mano.

"Entonces..." la miró Evangeline fijamente, acercando su rostro, pero cuando estaba a unos centímetros de sus labios, se detuvo. "Sleep." murmuró.

Un brillo apareció en la mano de Evangeline e hizo que Leona se durmiera inmediatamente.

"Bueno, supongo que no sería lo mismo, aunque mañana será divertido, ke, ke, ke, ¿Qué va hacer ahora, ama? ¿O ha cambiado de parecer?"

"Iré a ver que están haciendo, quédate con ella Chachazero, volveré enseguida."

"Okay, ama." contestó Chachazero mientras Evangeline dejó la habitación.

A la mañana siguiente, todo el mundo estaba durmiendo, debido al escándalo de la noche anterior, el sol se ocultaba entre las nubes grises y el aire era más frio de lo habitual, ya que todo estaba cubierto de nieve y se notaba en el ambiente la humedad.

"Donde estoy…" se quejó Leona, incorporándose en la cama. "¿Por qué me duele la cabeza?"

"Bienvenida, es lo que tiene emborracharse, al día siguiente tu vida sigue siendo la misma, pero con resaca, ke, ke, ke."

"¿Qué?" la miró Leona, sin entenderlo.

"No recuerdas nada, normal."

"¿Qué pasó?"

"Bueno, bebiste del vaso que no era por lo que te emborrachaste, te pusiste a cantar, te desmayaste, la ama te tuvo que llevar a la habitación, despertaste, dijiste unas cuantas tonterías como que no te abandonara, también le dijiste al ama que te besara y que querías ser suya-"

"Qué… Qué- ¡QUÉ!" se sonrojó Leona furiosamente.

"Y acabasteis teniendo sexo."

"?!"

"¿Por qué crees que tienes puesto el pijama?"

"¡No puede ser!"

"¿Cómo qué no? Si no dejabas de decirle que no parara mientras se escuchaban tus chillidos sonoros por las cuatro paredes, menos mal que nadie lo escuchó, bueno, es normal con la escandalera que estaban haciendo, ke, ke, ke."

"Qué vergüenza más grande…" se llevó Leona las manos en la cara. "Que le digo yo ahora… Me estará odiando, quiero desaparecer."

"Oh vamos, no es para tanto, además, una de las formas para tener un pactio completo, es tener relaciones sexuales."

"¡Eh!"

"¿Qué estáis haciendo?" se escuchó Evangeline entrando en la habitación, sosteniendo un vaso en el que había un líquido extraño. "Ya despertaste Leona, por lo que veo."

Al escucharla, Leona la miró, dándole una mirada entristecida y apenada.

"¿Leona? …" la miró Evangeline con una gota en la nuca.

"Yo no…" intentó decir Leona mientras la miraba y apartaba la vista de forma rápida.

"Ke, ke, ke."

"Chachazero." la miró Evangeline, estrechando la mirada. "¿Hay algo que tengas que decirme?"

"Solo le explique lo que pasó anoche, ama."

"¿Es eso? No te preocupes Leona, es normal hacer ese tipo de cosas cuando bebes."

"… ¡¿Normal?! … Pero yo… Ni siquiera me acuerdo de nada…" apretó Leona las sabanas con las manos.

Evangeline parpadeó, confundida.

"¿Por qué te pones así?"

"Bueno ama, teniendo en cuenta lo ocurrido, es normal, fue su primera vez."

"¿La primera? Que yo recuerde, ya ocurrió cuando estábamos viviendo en Mahora."

Leona amplió la mirada en shock, alarmada.

"¡Eh! ¡Hubo más veces!"

"¿No te acuerdas? Fue cuando despertaste al día siguiente por el cumpleaños que me organizaste."

Leona se quedó pálida, Evangeline al percatarse de ello, dejó el vaso sobre el escritorio, y fue hacia ella, sentándose a su lado.

"Leona, ¿estás bien?"

"Yo… Ni siquiera sabía que lo hicimos…" respondió Leona cabizbaja, sonrojada.

"¿Eh? ¿A qué te refieres?"

"Tú y yo…"

"¿Qué?"

"Aquello…"

"Leona, si no me lo dices, no sé qué me quieres decir."

"Tuvimos se- sexo…" dijo Leona finalmente, tan sonrojada que incluso su cuello se había puesto rojo.

"¿Qué?" parpadeó Evangeline, sorprendiéndose. "No hemos- Oho… Chachazero…"

"Dígame, ama mía."

"¿Me lo puedes explicar?" remarcó Evangeline mirándola, curvando sus labios en una sonrisa maliciosa que indicaba peligro, mostrando los colmillos.

"Bueno, como mencioné, le expliqué algunas cosas de lo ocurrido anoche."

"Y."

"Le conté también que tuvisteis sexo, ama."

Evangeline resopló, cerrando los ojos.

"Leona, no hicimos nada anoche."

"¿Eh?- ¿Qué? …"

"Es cierto que te tuve que traer aquí, pero no pasó nada."

"¿Y el pijama?"

"Te ayudé a ponértelo."

"Entonces tampoco te pedí que me besaras, ni nada extraño."

"No, eso sí es cierto." sonrió Evangeline, mirándola divertida al ver su reacción.

"Lo- Lo siento no quise-"

"¿Hm? ¿Qué ocurre? Ayer te veías más decidida." dijo Evangeline, acercándose a ella.

"No me odies…"

"¿Por qué debería odiarte? No eras consciente de lo que hacías, sin embargo… Fue por lo sucedido… ¿O quizás ello era realmente lo que querías que hiciera? Dime, ¿qué realmente quieres que te haga, Leona?" sonrió, poniendo una mano en su mejilla, haciendo que la mirara.

"Ehhh…" dijo Leona con un hilo de voz, apenas perceptible saliendo de sus labios. "¿Qué quiero que me haga? ¿Qué es lo que quiero que haga? ¿Lo dice en serio? ¿Qué me quiere decir con eso?" pensó Leona, sonrojándose cada vez más por momentos.

"¡Ya es de día!" se escuchó a Touta gritando por el patio. "¡Vamos a ver los regalos, Kuroumaru!"

"Ah- ¡Espérame, Touta-kun!"

"¡Vamos Kuroumaru!"

"¡Pero que son estos gritos a estas horas intempestivas! ¡Carajo! ¡Para un día que tenemos de descanso!" gritó uno de los miembros de UQ Holder, asomándose por una de las ventanas mientras miraba a su alrededor buscando al culpable, molesto.

"Creo que es Touta-aniki, cuanta energía tiene la juventud." dijo otro de los miembros, asomándose por otra ventana.

"¿Regalos? … ¡Ah!" pensó Leona, levantándose rápidamente de la cama.

"¿Qué ocurre, Leona?"

"Hay… Hay algo que quiero darte…" dijo Leona, yendo hacia uno de los cajones del escritorio.

"Nada, que no hay manera, ke, ke, ke."

"Quería dártelo ayer, pero… No pude hacerlo." dijo Leona rascándose la mejilla, mostrándole el regalo.

"¿Eh?" parpadeó Evangeline.

"No… No sabía que regalarte, así que… Lo hice yo misma, si no te gusta, está bien, solo tiralo." la miró Leona, nerviosa.

"¿Por qué debería tirarlo? Ni siquiera sé que es." dijo Evangeline, cogiendo el regalo.

"Lencería provocativa, ke, ke, ke."

"¿El qué?" la miró Leona, sin entenderlo.

Seguidamente Evangeline lo abrió y vio que era una bufanda negra con algunos copos de nieve y sus iniciales en una esquina bordado en blanco.

"¿Esto lo has hecho tú, dices?"

"Sí… Cuando tenía tiempo libre en los entrenamientos o en el trabajo…"

"Hm, ya veo." sonrió Evangeline, dejando la bufanda a un lado de la cama, a continuación, se levantó, mirándola.

"¿Hay algo que quieras?"

"¿Cómo …?"

"Que te gustaría tener, me refiero, ¿o pensaste en algo lascivo?" la miró Evangeline, alzando una ceja, divertida.

"¿Qué?- ¡No!"

"¿Y bien?"

Leona se quedó pensando unos segundos.

"No mueras."

"¿Cómo?"

"No mueras, con eso me basta." la miró Leona, seriamente.

Evangeline cerró los ojos y suspiró.

"Bien, si eso es lo que quieres." la miró Evangeline, sonriendo levemente.

"Mira que hay cosas para pedir, que rara es, ke, ke, ke."

"Aunque, de todas formas, ya te había cogido algo."

"¿Qué? Entonces por qué-"

"Hm." sonrió Evangeline, misteriosamente. "Solo simple curiosidad." encogió los hombros, seguidamente, le enseñó el regalo, sacándolo de entre sus pechos. "Aquí."

"?!"

Leona se sonrojó de inmediato al verlo, ampliando la mirada.

"Pero por qué lo tenías ahí…"

"Para que no lo vieras, ¿por qué estás sonrojada?"

"Por nada…"

Leona cogió el regalo extrañada y lo abrió, dentro había un brazalete negro con unas letras blancas extrañas inscritas en ello.

"¿Qué es?" preguntó Leona, sacándolo de la caja.

"Es un brazalete con propiedades mágicas, puedes tele transportarte al lugar donde se encuentre la otra persona y saber si se encuentra en peligro." explicó Evangeline.

"Pero para eso, debería de haber dos, ¿no?"

"Es cierto, por eso, el otro lo tengo yo." sonrió Evangeline, mostrándole el mismo brazalete en su muñeca.

Leona miró el brazalete que sostenía en su mano con un leve sonrojo en sus mejillas.

"Dame tu muñeca."

Leona la miró y extendió su mano hacia ella, Evangeline cogió el brazalete y se lo puso en la muñeca izquierda, al hacerlo, ello soltó una luz azul que se desvaneció segundos después.

"Listo." sonrió Evangeline. "Si alguna de las dos estuviera en peligro, ello se volvería de un color rojizo y para poder tele transportarte, solo tienes que pensar el nombre de la otra persona, ¿lo has entendido?"

Leona asintió mirando la muñeca.

"¿Te gusta?"

"Sí, Gracias…"

"Hmph." dijo Evangeline, cerrando los ojos y cruzando los brazos bajo su pecho, orgullosa.

"De hecho, la ama pidió consejo a aquella que cuida mi hermanita, ya que dudaba sobre que regalarte."

"Chachazero… Cállate." la miró Evangeline de reojo.

"No importa… Me sigue gustando igual." dijo Leona, mirando el brazalete.

"Por cierto, ten esto." dijo Evangeline, dándole el vaso que había traído.

"Eso debe estar ya más frio que un carámbano." añadió Chachazero.

"¿Qué es?" parpadeó Leona, mirándolo.

"Te vendrá bien para la resaca."

"Está bien..." dijo Leona y empezó a beberlo. "Puaj." tosió, poniendo cara de desagrado. "Pero esto que es."

"Solo tomátelo, te sentirás mejor."

"…"

Leona miró el vaso unos segundos y seguidamente se lo tomó de golpe, poniendo cara de disgusto, después dejó el vaso sobre el escritorio.

"Qué asco más grande."

"Quizás hubieras preferido una inyección en el culo, ke, ke, ke."

"NO."

"Entonces, ¿quieres que vayamos con los demás?"

Leona asintió, pero antes de dejar la habitación, Evangeline, la detuvo.

"Espera."

Leona se dio la vuelta y seguidamente Evangeline le besó en la mejilla.

"Es por el regalo, no te había dado las gracias." sonrió Evangeline dejando la habitación con Chachazero mientras Leona se puso la mano en la mejilla, sonrojada.

"…"

Minutos después, se dirigieron dónde los demás, estaban alrededor del árbol que habían decorado, abriendo unos regalos.

"¡Hey, Yukihime! ¡Mira lo que trajo Santa Claus!" sonrió Touta, mirándola.

"Yukihime-sama." dijo Karin levantándose con su regalo "Muchas gracias."

"¿Por qué le das las gracias?" parpadeó Touta, ladeando la cabeza.

"¡Por la fiesta de ayer! ¿Verdad, Karin-senpai?" intervino Kuroumaru nervioso, mirándola.

"¿Eh? Sí…"

"¿Qué te pareció el regalo, Touta?" lo miró Evangeline, sonriéndole.

"¡Me ha encantado!"

"Leona, ¿estás mejor?" preguntó Kuroumaru.

"Sí, gracias."

"Qué lástima, te perdiste el final, fue bastante divertido." sonrió Touta.

"Si te refieres a cuando nos cogieron entre todos, elevándonos en el aire y moviéndonos de un lado a otro… No, ni siquiera sé cómo me dejé convencer." suspiró Kirie.

"A mí me pareció algo divertido…" añadió Santa.

"Bueno, el año que viene podremos repetirlo." sonrió Kuroumaru levemente.

"¡Tienes razón, Kuroumaru!" sonrió Touta.

"Por cierto, vi la factura de lo que se compró anoche, ¿se puede saber quién fue el responsable de las compras?" preguntó Evangeline, mirando a todos con una mirada estrecha.

"…"


Fin del capítulo.

Y así termina este capítulo, ¿qué pasará en el siguiente?

Gracias por leer, espero que haya gustado, si es así, dejen review por favor, me gustaría saber su opinión, me anima a seguir escribiendo. Cualquier duda de la historia, pueden decirme.