Exhalando con clara satisfacción el viciado aire contenido en sus pulmones miraba con expresión neutra a su acompañante sentado en el lugar del conductor, desde que habían abandonado la comisaria no habían intercambiado muchas palabras más allá de las necesarias, por lo que ahora los minutos que llevaban en aquel vehículo solo es alargaban sin que ninguno de los dos ancianos mostrase la menor intención en romper aquel silencio el cual solo era interrumpido por el débil crepitar del cigarro siendo consumido por la boca del robusto hombre.
Para cuando este acabo su primer cigarro y mientras encendía el siguiente, este produjo la primera intención de reanudar cualquier clase de comunicación.
- ¿No crees que te demoraste mucho en pagar la fianza? Ya creía que me ibas a dejar tirado allí el fin de semana completo.
- ¿Sabes siquiera la cantidad de favores que tuve que cobrar en un solo día por ti?
- Al menos unos doce - Exhala una nueva bocanada de humo, empañando ligeramente el cristal frente a él - Veinticinco si cumpliste con el segundo favor y sé que lo hiciste.
- Eres un desgraciado cuando te lo propones.
- Ni siquiera tengo que esforzarme - Da una nueva calada - Y en este momento no me podría importar menos.
- ¿Entonces vas en serio con el niño? De amigo a amigo no creo que sea bueno, y de abuelo a abuelo, tampoco creo que le haga bien al muchacho conocerte.
- Te pagué para que me sacaras donde esos imbéciles y encontraras a mi nieto, no para que me juzgues, además ese muchacho necesita ser enderezado rápidamente, se lo que vi en él y estoy seguro de que se reprime por culpa de las estupideces que el afeminado de su padre le enseño.
- ¿Y crees que una vida de desenfrenada llena de libertinaje junto a un tipo que no conoce es lo que necesita para...
El anciano no pudo terminar su frase antes de que la mano libre de Albert sujetase con fuerza a este de su cuello, marcando suficiente presión para que el color en su rostro rápidamente cambiase mientras su acompañante solo miraba con una turbia sonrisa al asfixiar a su compañero.
- Lo que ese niño necesita es algo que solo yo sé "amigo" - Mientras el hombre luchaba contra el poderoso agarre en su cuello sentía como el rostro de su acompañante se acercaba al punto que podía oler perfectamente el nauseabundo olor de su boca justo frente a su nariz - Solo limítate a hacerme caso, ¿Te parece?
Con desesperación y ante el poco movimiento que aún le quedaba a su cabeza asintió como pudo, algo que Albert pudo notar soltando el agarre de su compañero antes de acomodarse nuevamente en su asiento y terminar lo poco que quedaba de su cigarro. El otro anciano por su parte luchaba por recuperar el aire que había abandonado su cuerpo entre una tos seca y algunas desesperadas bocanadas.
Con el intenso dolor en su garganta abandonándolo lentamente pudo mirar de reojo al sujeto quien ya estaba encendiendo su tercer cigarro mientras tenía una sonrisa de satisfacción al mirar el exterior, ver en lo que se había convertido su mejor amigo y antiguo compañero de armas era algo que le dolía, era como ver una cascara vacía y llena de odio de lo que alguna vez fue el risueño sujeto con el que compartió grandes aventuras durante su vida guiándose por aquel infantil deseo de volver a verle como era antaño por más que aquel sueño hubiese comenzado a pudrirse desde hace tiempo. Sintiendo probablemente el dolor en lugar de quien buscaba evadirlo con toda clase de vicios.
Aun así, este probablemente sería el último favor que le haría.
Pues inclusive comenzaba a sentir lastima por ese pobre muchacho.
- (Tono adolorido) Se que es probable que no vayas a esperar más tiempo así que te dejare en el hogar donde vive actualmente, no fue difícil encontrar a un niño de pelo blanco después de todo.
- Perfecto, ya quiero llevarle a casa y de paso beber algo para...
- Albert - La decisión con la que su compañero le había llamado sorprendió ligeramente al anciano, había una suerte de decisión en ese tono que pudo identificar perfectamente - Se que lo que te hizo ella no tiene perdón pero el muchacho no tiene la culpa, por favor amigo, no hagas algo de lo que te puedas arrepentir.
Aquellas palabras pesaron ligeramente en su cabeza antes de esbozar una nueva sonrisa, una acompañada de una mirada fija hacia quien ostentaba el puesto del conductor, una que le hizo darse cuenta de que probablemente... ya era demasiado tarde.
- Ese niño es un Smith - Comienza a hacer crujir sus puños - Le haré comprender eso aunque tenga que quitarle con mis propias manos esa asquerosa sangre Loud que tiene en su cuerpo.
Ante eso el anciano no pudo evitar asentir con algo de miedo, realmente estaba arrepentido de lo que estaba por hacer, pero ya no había marcha atrás.
Solo le quedaba orar por la vida del pobre niño que estaba ayudando a condenar.
En ese mismo momento, casa Loud
Rita se encontraba tranquilamente recostada en su cama, agradecía enormemente que aquel bullicio usual de su hogar hubiese desaparecido, realmente no le importaba donde fueron solo agradecía que no interrumpiesen su sueño de esa tarde. Le era una lástima que ese ambiente no fuese el usual pero ya faltaba poco para que la primera se largara del hogar, sabía que habían algunas de las menores que dependían de esta por lo que una vez su presencia no estuviese no sería difícil volcar esa necesidad en Lynn, por lo que inclusive aun cuando no estuviese esa marca en su rostro no necesitaría más trucos baratos para asegurar el flujo de dinero, era solo cosa de esperar.
Por el momento podría amenazar con una demanda, pagar a un abogado sería innecesario ya que él no querría llegar tan lejos y solo sería un malgasto de dinero, Junior es especialmente susceptible a la aprobación por lo que no sería difícil ponerla en contra de su padre el tiempo suficiente para que soltara algún ahorro escondido, ya vería que estrategia adoptar cuando la fecha del próximo pago le obligase a mostrar su cara o simplemente podría sumarla a la lista de amenazas, después de todo cometió un acto perfectamente penal, él debería de saberlo perfectamente, una llamada y todo se acabó para él, tiene testigos, un alta médica, ningún motivo razonable más que alterarse como un demente ante una prueba de embarazo.
Si lo deseaba en menos de 24 horas podría acabar con su vida.
Solo estaba postergando lo inevitable.
La calma de su estancia solo se vio interrumpida por el sonido de móvil en claro tono de llamada, algo que tomo perezosamente debido al quiebre de tan apacible momento notando que en el identificador no era sino un número registrado por ella, más concretamente el de su tercera hija. Ante ello solo suspiro y contesto.
- (Tono seco) ¿Qué ocurre Luna?
- (Tono serio) Buenas tardes ¿Hablo con la madre de Luna Loud verdad?
Aquella era la voz de un hombre adulto, era capaz de notar un cierto aire de molestia en el tono que empleo, pero la velocidad con la que hablo y su forma de expresar indicaban que estaba algo atribulado por lo que no era un secuestro o un chantaje, era probable que algo hubiese hecho la chica y en represalia el hombre se comunicase con ella. Es decir, un cheque más que cobrarle a Lynn.
- Habla con ella ¿Ocurrió algo con mi hija?
- Bueno, su hija en este momento se encuentra en mi hogar y no está en el mejor de los estados, por lo que le pudo que venga a buscarla por favor.
Parte de esa charla había una chispa de incomodidad en aquella petición, parecía haber una suerte de rechazo a la idea de que fuese a buscarle pero al mismo tiempo pareciese que no había otra opción, por lo que algo tuvo que haberle hecho a la chica.
- ¿Entonces mi hija tuvo un accidente? En ese caso debería de haber llamado una ambulancia.
- N..No, escuche, su hija físicamente se encuentra bien pero emocionalmente no lo está, de hecho en este preciso momento se encuentra llorando, ocurrió algo y... bueno, no creo que me corresponda a mi decírselo a usted.
- ¿Acaso abusaron de ella?
- ¡¿Qué?! ¡No!
El hombre ciertamente parecía preocupado, o al menos tenía alguna razón por la que preocuparse y no olvidarla como si nada en la calle a su suerte, tal vez había responsabilidad en su actuar.
- ¿No cree que está usando mucho misticismo para hablar conmigo? Bien podría intentar llevarme a una trampa.
- Señora, creo que su hija realmente le necesita y ella no está en condiciones de hablar, por favor créame que está muy frágil emocionalmente al punto que me da miedo enviarla en un taxi sola, posiblemente allí si abusasen de su pobre estado y no puedo acompañarla ya que debo de cuidar a mi hijo.
- (Suspiro) Bien, mándeme su dirección por mensaje e iré por ella, gracias por su preocupación.
- (Confundido) Oiga, esp...
Con eso Rita termino la llamada dejando caer el móvil sobre la frazada sin el mayor atisbo de preocupación, por el tono no había culpa o miedo por algún acto grotesco, así que no podría haber ocurrido algún acto con el que hubiese alguna penalización jurídica, solo perdería el tiempo intentando mover a Luna contra el hombre ya que la acción parecía más algo que simplemente le había dolido a la chica, quizás se peleó con una amiga o lo que sea, no era nada importante o de lo que pudiese sacar dinero por lo que solo esperaría que le enviasen la dirección y haría que Lori pasara por ella, en el peor de los casos tendría que hacer que Leni le indicase a Lori que tendría que pasar por la castaña.
Pero por el momento iría por algo de beber, quizás una infusión de frutas le haría bien.
Solo esperaba que todavía quedase algún muffin por allí para acompañar.
Casa de Ethan
- Oiga, espere, acaso no quiere... ¿Hola? ¡¿Hola?! (Molesto) Demonios.
Realmente tuvo la intención de arrojar el dispositivo que tenía en su mano luego del término de esa llamada, había escuchado muchas cosas sobre esa mujer entre las charlas que había mantenido con Lynn, y por más que quería negar algunas de esas afirmaciones el tono con el que la mujer le respondió durante la llamada no hacía sino confirmar varias de aquellas frases, la chica con la que su hijo estaba abrazado cuando llego al lugar después de recibir la llamada del muchacho de lentes ciertamente le extraño, no se parecía a nadie con el que el muchacho se hubiese topado antes, muy probablemente se la hubiese señalado en alguna oportunidad de ser el caso. Lo peor vino cuando se enteró quien era esa chica castaña, una hermana de Lincoln.
Realmente esperaba que aquel encuentro jamás sucediese, había escuchado rumores de aquella familia y había tenido que impartirles clases a dos de estas en el pasado por lo que temía lo impulsivas que podrían llegar a hacer si tenían un encuentro, algo que para su desgracia si ocurrió y fue tan terrible como lo espero.
El chico había salido inocentemente con su amigo a caminar, ni siquiera había pasado mucho desde su intento de huida por la desesperación y ahora estaba en un estado probablemente peor que el de esa mañana y la chica se encontraba tan devastada que sacarle información sobre lo ocurrido era casi inútil, envolviéndose en su propio dolor ante el descubrimiento del fallecimiento de su padre, incluso para el destruir aquella inútil esperanza que tenía en que las palabras del niño fuesen una cruel mentira solo para que el confirmara el deceso fue algo que no le sentó bien.
El hecho de pelearse con su hermana momentos después solo empeoro las cosas, pues se notaba que ni siquiera deseaba llamar a su madre siendo esta la última opción.
Pero... ¿Acaso podía recriminarle? Acababa de enterarse que su padre había muerto y por lo menos tuvo la decencia de pedirle disculpas al muchachito luego de lo que hizo, el hecho que ahora se encontrase sollozando abrazada a sus piernas en el sofá de su salón se podría considerar normal.
Pero también estaba Lincoln, el pobre seguía recibiendo golpes que destruían su moral, el efecto que tuvo ese pequeño animalito en su estado de ánimo parecía ser casi inútil a este punto, apreciaba el intento de su amigo pero... no.
No podía culpar al chico, solo fue un niño con las mejores intenciones.
Si alguien tuvo la culpa fue él, otra vez.
Sintió que fue muy abrasivo con el muchacho y eso solo empeoro las cosas por lo que intento darle libertad total sabiendo el delicado estado en el que se encontraba, creyendo que sería lo mejor para él tomar aire fresco lejos del encierro de ese hogar, cerca de alguien de su edad con el que realmente pudiese abrirse más fácilmente, ignorante de todo cuanto podía salir mal en dejar sin supervisión a alguien que estaba tan frágil emocionalmente.
Los errores solo se acumulaban, el estado del niño solo empeoraba, le ha fallado tantas veces, es su responsabilidad como adulto velar por él y evitarle todo ese sufrimiento, pero... no había logrado nada de eso...
Quizás... quizás el problema era él.
Quizás... la culpa de la infelicidad de Lincoln era él.
Quizás meterse más allá de lo que le correspondía fue el problema, cuando decidió hablar con Lynn, darle esa oportunidad... quizás... debió seguir siendo solo el maestro.
Quizás... nunca debió acercarse a Lincoln.
Quizás... nunca debió desear tener un hijo.
Mirar no solo a la destruida castaña sino al pequeño quien solo se encontraba sentado en el piso de su habitación escondiendo la cabeza entre sus piernas le dolía enormemente, se sentía inútil, no sabía cómo actuar, que poder decir o como poder animar a ambos hermanos, ni siquiera sabía si era correcto pensar en ellos como hermanos sabiendo que llevaban tal vez minutos conociéndose y ni siquiera sabía que se habían dicho antes, por lo que solo pudo enviar la información de su ubicación y rogar que viniesen a buscar rápidamente a la chica, se aseguraría que no supiese de la presencia de Lincoln y luego vería como acercarse a este, por lo menos así tendría algo de tiempo para pensar que hablar, que decir o hacer... como acercarse a ese muchacho que se caía a pedazos a cada segundo sin destruirlo todavía más con esas frases lindas que probablemente no tendrían ya ningún efecto en él.
Así fue como pasaron una buena cantidad de minutos, incluso parecía que a la castaña se le habían acabado las lágrimas pues ahora se encontraba en un silencio absoluto, tal como el muchachito peliblanco en la habitación, Ethan cada cierto tiempo daba rondas para revisar el estado de estos, pero al notar que no había ningún cambio solo retrocedía.
Quizás en el pasado se hubiese acercado y conversado con Luna, pero luego de ver el resultado que eso tuvo en Lincoln... simplemente no sabía qué hacer.
Al menos el timbre comenzó a sonar, por lo que asumía vendrían a por la chica finalmente.
Y con ello, abrió la puerta, solo para notar que la persona frente a esta distaba considerablemente de la mujer que esperaba llegase a su hogar por la desamparada chica en su sala.
Quien se hallaba frente a él era un hombre castaño de considerable altura, contextura delgada y un atuendo semi formal, quien le miraba tranquilamente a través de unos lentes rectangulares con una expresión neutra, algo que en parte no le inspiraba mucha confianza.
- Discúlpeme por aparecerme de la nada y a esta hora ¿Usted es Ethan Dawkins?
- (Confundido) Si, soy yo, ¿Puedo saber quién es usted?
- Mi nombre es Leo Loud, legalmente sería el tío de Lincoln, fui informado por servicios sociales sobre... bueno, usted me entiende.
- Oh, c..claro, mi más sincero pésame señor Loud, pase por favor.
- Muchas gracias, ¿Le importaría guiarme donde mi sobrino por favor?
- Claro...
Ethan estaba ciertamente confundido, entre aquellas conversaciones que tuvo con el castaño en el pasado jamás le menciono la existencia de algún familiar, Lincoln ni siquiera sabía de la existencia de este sujeto, quizás era un pariente con el que nunca tuvo mucha relación y al enterarse quiso conocer a su sobrino.
La cabeza de Ethan era un lío en ese momento, al punto que ni siquiera noto como observo a la castaña en la sala, pues no tardo en reconocerla y para su suerte, el profesor de arte ni siquiera noto aquella expresión de asco que surgió en su rostro en ese momento.
Leo por su parte estaba algo impresionado, realmente se cuestionaba como aquel hombre que había quedado de tutor de su sobrino le dejase entrar como si nada, como si no importase quien accedía donde un niño que seguramente seguía de duelo ante la pérdida de su figura paterna sin hacer mayor pregunta, confiando ciegamente en alguien que simplemente había dado un apellido que concordaba, llevaba menos de un minuto en ese lugar y ya sentía la imponente necesidad de llevarse inmediatamente a su sobrino, casi como si su instinto le rogase tomar al muchacho y salir corriendo, algo que solo empeoro en el momento en que vio a esa pequeña figura deshecha, arruinada, carente de vitalidad que alguna vez fue ese pequeño bebé que apenas si pudo sostener una sola vez.
Ver al pequeño le trajo muchos recuerdos de golpe, sintiendo aquella misma emoción cuando supo que había nacido su primer sobrino, el único que heredaría el apellido Loud considerando que solo pudo tener hijas, aquel pequeño pecoso de blancos cabellos que le regalo una de las sonrisas más adorables que había visto en su vida mientras jugaba con su dedo, aquella tierna expresión que ahora era más similar a un cascaron vació, un pequeño niño de 10 años con notables ojeras, con principios de desnutrición y aspecto hecho un desastre, algo que solo de verlo sintió casi el mismo dolor que cuando escucho aquella fatídica noticia que su hermanito había fallecido sin poder arreglar sus problemas, por lo que ni siquiera le importo presentarse o alguna posible reacción adversa, se arrodillo frente al niño y lo abrazo.
- (Llorando) Lincoln, chico, todo estará bien.
El niño ni siquiera se molestó en reaccionar, el adulto solo podía expresar aquellas palabras que por tantos años tuvo que guardar en su interior para el pequeño, halagos, cariños, bromas sutiles, todo cuando venía en su mente era soltado sin la menor intención de acabar, pero todo ello no era respondido más que por el estoicismo del chico, a quien aquellas palabras producidas por ese extraño se hacían vacías y carentes de sentido.
Después de unos minutos de deshago por parte de Leo este se apartó del lugar con Ethan, aquel derrame de sentimientos que había tenido en el momento del recuentro con su sobrino no había hecho sino elevar a un nuevo punto su furia interna al notar el pésimo estado no solo físico que tenía el niño, sino que el claro estado mental deteriorado que este poseía, por lo que una vez se encontraba solo en la cocina, asegurándose que Luna seguía en la misma posición en el salón se paro firme frente a Ethan, sin tener el menor recelo de ocultar su furia de su rostro.
- Me informaron que mi sobrino había quedado en manos confiables, sabía que lo que había ocurrido era grave, pero estoy seguro que el estado de Lincoln no ha hecho sino empeorar desde ese día (Molesto) ¿No es así?
- (Nervioso) Y..yo, bueno...
- (Furioso) Puedo ver claramente que Lincoln se encuentra en un estado terrible, a usted se lo confiaron porque creyeron que estaría bien ¿Y que me encuentro? A mi sobrino casi carente de vida, con ojos que parecían más muertos que vivos ¿Qué mierda le hizo?
- Señor, verá, él...
- No me des excusas, no puedo siquiera imaginarme cuanto ha sufrido e incluso ahora le veo cerca de esa... esa... ahg, no importa, no tolerare más esto, me llevare a Lincoln.
- ¿Q..Qué? Escúcheme él... él... (Decaído) él... creo... estaría mejor con usted.
Ethan claramente dudaba, claramente quería quedarse con el chico, superar aquella barrera que el destino había puesto en el camino del peliblanco juntos, paso a paso hasta que la vida volviese a la mirada de este y aquel risueño niño volviese verse, pero también era consciente de que no dejaba de fallarle, que ya sea con o sin su supervisión el daño de Lincoln cada día crecía más y más sin ser capaz de al menos estabilizarlo, verle así solo le provocaba daño y lo peor... ni siquiera era realmente algo de él... el hombre frente a él tenía razón sin siquiera considerar el hecho de que entre ellos si había sangre que los unía, ante todo eso ¿Acaso podía hacer algo más que no fuese agachar la cabeza y rogar porque le dejaran seguir viéndolo?
Realmente no tenía nada a su favor, y solo le quedaba rogar que el hombre supiese revivir la felicidad en el pequeño.
Si tenía que pagar el precio de que lo alejaran de él a cambio de recuperar su sonrisa, era un precio barato a pagar para él.
- Bien, entonces iré a empacar sus cosas, necesito que me ayu...
El adulto de lentes no pudo terminar su frase antes que un fuerte golpe se escuchase en la puerta de acceso solo para que de esta emergiese una chica rubia, su maquillaje estaba completamente arruinado y ropa estaba completamente desaliñada mientras sus manos estaban ligeramente laceradas, pero lo peor de todo era la expresión furiosa marcada por lágrimas de rímel que esta poseía.
No espero a ser recibida y de un rápido vistazo escaneo el interior de ese lugar, ignorando por completo a la asustada Luna o a los hombres que comenzaban a acercarse a esta, a ella no le importaba, ni ellos, ni su hermana, ni su estado, ella solo tenía un objetivo y sabía que estaba en ese lugar.
Ignoro las advertencias y rápidamente se escabullo dentro del hogar, no podría importarle menos alguna amenaza contra la policía o el escarmiento de un adulto, su vida era un desastre, todo se había ido al carajo y solamente podía existir un culpable, el cual pudo encontrar luego de patear la puerta que tenía en frente.
Ante el golpe el niño levanto ligeramente la mirada, realmente no le importaba aquello en ese momento, posiblemente sería un nuevo recordatorio de todo lo que estaba mal no solo en él, sino contra él, pero para Lori, ver aquella cabellera blanca y algunos rasgos que le habían contado sus hermanas en aquellas juntas, aquellas investigaciones estúpidas, aquellos momentos donde creyó que tener hermanos estaría bien solo sirvieron para que la sangre en su cuerpo hirviera como nunca en su vida, por lo que mientras nuevas lágrimas cargadas de odio y desesperación se aproximó al niño.
- ¡Tú, asesino! ¡Te voy a matar!
El chico ni siquiera fue capaz de reaccionar antes de recibir una patada que le tumbo desde su posición.
El golpe en su costado le saco gran parte del aire en su interior, el dolor era asfixiante y ni siquiera se detuvo allí, pues la chica no tuvo suficiente con ello, no era suficiente para nada, a sus ojos tenía en frente al gestor de perder el único apoyo que tenía, el único ser que realmente le comprendía, tenía frente a ella a quien gozo siempre de esa persona, quien siempre tuvo todo de ella, a quien nunca le falto un abrazo o una caricia, uno que pudo vivir cómodamente y ser la causa de siquiera tuviese una vida propia, aquel que ni siquiera le dejo ver por una última vez a ese ser que tanto quería y apreciaba. Uno que ya no volvería a ver jamás en su vida.
El niño por su parte recibía los golpes, sentía toda la potencia en cada arremetida en contra suya pero ni siquiera intentaba protegerse, esa era la forma del mundo de devolverle el mal que había causado, sabía que era verdad aun cuando intento evadir por tanto tiempo aquella carga, aquel título que se merecía tanto como esos golpes.
Ese era su justo castigo por intentar se feliz a costa de la felicidad de los demás.
Solo le quedaba esperar que ella terminara rápido para no sufrir más.
Lo que no esperaba es que su maestro entrase horrorizado ante la escena que presencio.
- (Furioso) ¡Hey, detente en este mismo instante!
El hombre rápidamente se abalanzo contra la muchacha en un esfuerzo por detener aquella barbárica acción, pero a la chica no podía importarle menos aquel sujeto por lo que en el momento que sintió como este intentaba jalarla con de un brazo esta se giró soltándole un potente rodillazo en su estómago, tumbándolo fácilmente por la potencia del golpe.
Si bien desde que comenzó el asedio en su contra solo observo sin responder a la furia de aquella chica rubia, en el momento en que esta conecto el golpe con el sujeto pudo sentir como el mundo se ralentizaba, como las cosas perdían el color y los sonidos potencia, era tal como aquel momento en la cafetería, era la misma escena, nuevamente aquellos seres queridos para él resultaban lastimados por su culpa y en esa ocasión ni siquiera pudo causarle un verdadero daño a ese anciano, aquel sabor a hierro en su boca y las punzadas en su cuerpo no le importaron, aquella risa demencial en su cabeza fue ignorada, aquellos principios con los que se crío fueron olvidados.
No iba a permitir que eso sucediese otra vez.
No iba a permitir que dañasen a ese hombre y se escapasen sin castigo otra vez.
Si tenía que entregar su vida en ello, al menos esta hubiese sido útil por primera vez.
- ¡Ahhh!
Lori al escuchar el furioso grito del niño rápidamente se giró en la dirección de este para seguir con su castigo, más no se esperaba encontrarlo saltando en su dirección por lo que solo pudo reaccionar colocando su brazo libre frente a ella, algo que el niño ni siquiera dudo en enterrar sus dientes cuanto le permitió la fuerza en su mandíbula, sintiendo como ahora el sabor a hierro invadía toda su boca mientras la chica gritaba adolorida, algo que no duro más de unos instantes antes que casi como si fuera una reacción impulsase con el brazo al muchacho la pared, golpeándolo fuertemente al aprovechar el movimiento para impulsarse provocando que este soltase la mordida mientras era apresado por el brazo sangrante y veía como la chica preparaba el otro brazo para golpearle con fuerza contra la pared.
Al notar la cercanía del rostro de la rubia y en un acto casi de instinto el chico aprovecho para darle un cabezazo con toda la potencia que pudo reunir justo en la nariz de esta, la cual crujió con fuerza mientras esta gritaba por el dolor y el nuevo sangrado, desestabilizándola, momento en el que aprovecho de tomar el despertador que se encontraba a su lado y abalanzarse antes de golpearla nuevamente en la cabeza con este, provocando que la chica perdiese el equilibrio ante tal impacto.
Aun agitado y sumamente adolorido se quiso acercar, aún tenía el despertador en su mano y con ello planeaba seguir haciéndole pagar por lo que le había hecho al señor Dawkins, podía sentir como le faltaba el aire e incluso su visión se nublaba pero mordiendo su lengua dio un nuevo paso, solo para ver de reojo al mismísimo señor Dawkins quien le observaba horrorizado nuevamente.
Ni siquiera noto si alguien más le observaba, solo esa mirada fue suficiente para romper todo su estado mental, se cuestionó que estaba haciendo, el solo estaba recibiendo su justo castigo por sus acciones, era el aviso que su realidad le estaba dando sobre que todo debía terminar allí, pero ahora se encontraba en esa posición, con ese desagradable sabor a hierro en su boca, con su cuerpo herido y a nada de arremeter con violencia contra aquella chica con el objeto que tenía en la mano.
Nuevamente su propio salvajismo se había apoderado de su juicio.
Sus manos quienes ya tenían el peso de haber arrebatado una vida estaban por cobrar otra.
Se sentía horrorizado, asqueado, miserable.
A ese punto, solo quería morir.
- (Horrorizado) Y..Yo...
Pero no pudo terminar su frase pues la chica aprovecho ese momento de descuido para tomar el primer objeto que pudo encontrar, el cual era una figura de porcelana que Ethan había puesto en la habitación del pequeño en un intento de alegrar el ambiente, pero que ahora había sido rota en el costado del pecho del niño provocando que este sintiese como todo el aire en su cuerpo le abandonaba de golpe mientras la chica reanudaba los golpes con lo que quedaba de la figura.
- (Furiosa) ¡Te mataré!
Los espectadores de aquel sangriento espectáculo pudieron notar como ahora la chica aun lacerándose su propia mano había roto por pura presión lo que quedaba de la figura y se dirigía a enterrarlo en el pecho del aturdido muchacho, sintiendo como nadie era capaz de oponerse a esa acción y temiendo lo peor solo pudieron cerrar los ojos mientras oraban por un milagro.
- Crack -
El sonido de un golpe seco acabo con todo el bullicio en la habitación, un profundo silencio que solo fue secundado por otro sonido similar pero más suave.
Lleno de terror Ethan abrió sus ojos, rogando que aquel sonido no fuese lo que él creía, pero frente a él más que preocuparse por encontrar al pequeño desmayado observo otra figura, una que todavía recordaba al punto que por instinto llevo su palma a su mejilla todavía morada, viendo como esta imponente figura separaba a su pequeño de la demente que comenzó aquella pelea.
- Gracias por darme un motivo con el desquitarme después de tantos años - La risa parcialmente cubierta por el bigote del anciano no hacía sino provocar el más profundo miedo dentro de la malherida adolescente - No sabes... cuanto voy a disfrutar esto.
Buenas, creo que debo una explicación por el ritmo extraño de subida pero esperaba a ponerme al día con la historia antes de hacerlo... y bueno, hoy simplemente decidí hacerlo por asuntos personales.
Esta historia la tengo en otra plataforma, Wattpad para ser precisos, pero no confío para nada en la página además de que ya me ha causado más de un problema borrándome contenido mientras editaba algunos capítulos por lo que decidí ahora que mi computadora también me esta dando problemas usar una página más confiable para respaldar la historia y por eso eme aquí.
Desde ahora actualizare esta historia en conjunto con su versión en la página antes mencionada, aún así agradezco a quienes conociéndola o no le dieron una oportunidad, pues me considero todavía un escritor novato y cualquier critica que pudiesen entregarme para mejorar se las agradecería enormemente.
Sobre todo quiero agradecer a Jonas Nagera, bro... tus comentarios realmente me hacían el día además de que me permitieron darle un segundo vistazo a la historia, perdona por no seguir tu consejo de subirla más pausada pero quería quitarme esa incertidumbre y terminar de respaldarla, espero disfrutes de lo que resta de ella.
Sin más que contar espero nos volvamos a ver.
Ika fuera ^u^
