Capítulo 20
Un mal despertar
.
A la mañana siguiente, el cielo estaba oscurecido por nubes grises que anunciaban lluvia y el viento cada vez estaba más agitado, entonces las primeras gotas comenzaron a caer sobre el suelo y en los cristales de las ventanas.
"Huh…" despertó Leona, quejándose, incorporándose en la cama. "¿Qué hora es?" se preguntó con la mano en la frente.
"La hora de levantarse, ke, ke, ke." la miró Chachazero desde la mesa del escritorio, sentada.
"¿Y Evangeline?"
"El ama hace un rato que se ha ido, esta mañana tenía bastante trabajo."
"¿No has ido con ella?"
"No, me es más divertido meterme contigo, ke, ke, ke."
Leona suspiró, levantándose con dificultad, se vistió e hizo la cama, después dejó la habitación con Chachazero sobre su hombro.
"Vaya por donde, está lloviendo." comentó Kirie, mirando como caían las gotas en la ventana.
"Mira el lado bueno, Kirie, eso significa que tendremos menos trabajo hoy." sonrió Touta, poniéndose las manos en la cintura.
"En eso tienes razón."
Karin suspiró.
"Parece que os alegráis de ello."
"Seguro que tú también te alegrás." la miró Kirie con una mirada estrecha, después de darse la vuelta.
Karin puso una expresión de incomodidad por el comentario.
"Bueno, será mejor que empecemos a trabajar."
Mientras hablaban, Kuroumaru vio a Leona dirigiéndose hacia ellos.
"Ah, Leona." la llamó Kuroumaru. "Íbamos a empezar." sonrió.
"Hum…" asintió Leona.
"¿Estás bien?" preguntó Kuroumaru, notándola extraña.
"¿Eh? Sí."
"Es por el tiempo que hace, ¿no? A mí también me resulta molesto." Kirie cruzó los brazos bajo su pecho. "Pero piensa que trabajamos menos, no creo que venga demasiada gente hoy."
Karin suspiró mirando al techo.
"Eso tiene un nombre, y es ser vago." dijo Chachazero en el hombro de Leona.
"¿Va-Vago?" parpadeó Kirie. "Teniendo en cuenta lo que se trabaja, yo no lo veo de esa manera." comentó, poniéndose las manos en la cintura.
"Claro, claro, ke, ke, ke."
Kirie le dio una mirada estrecha.
"Está bien, pongámonos con ello." los miró Karin.
"¡Sí!" exclamaron a la vez.
"Bien, Touta y Santa irán juntos, Leona irá con Kuroumaru, y Kirie vendrá conmigo."
"Está bien." asintieron, entonces se separaron yendo por un pasillo distinto.
"Bueno, bueno, iré a ver a la ama." dijo Chachazero, soltándose del hombro de Leona. "No rompáis nada, ke, ke, ke."
"No te preocupes por eso." la miró Leona, viendo cómo se iba volando.
"Empecemos por las habitaciones que estén libres." propuso Kuroumaru.
"Bien." asintió Leona.
Mientras, Chachazero entró en la habitación donde estaba trabajando Evangeline.
"Chachazero." la miró Evangeline. "¿Quieres decirme algo?"
"No, solo quería pasarme, ¿cómo van las cosas por aquí, ama? Ke, ke, ke."
"Perdona, pero si no te importa, me gustaría que nos dejaras trabajar, aunque seas alguien que ha estado con Yukihime-sama durante bastante tiempo, no deberías de estar interrumpiendo." la miró Vasago seriamente.
"Escucha don listillo, cuando yo estaba sembrando el caos, la destrucción y el miedo por el mundo junto con el ama, tú no habías ni nacido todavía, imaginate si hace siglos de eso, deberías tenerme sumisión."
"¡Cómo!"
"Suficiente los dos." suspiró Evangeline. "Vasago, no importa que esté aquí, y tú Chachazero, no le provoques."
"Está bien, Yukihime-sama."
"Bueno, lo intentaré ama, ke, ke, ke."
"¿Crees que dejará de llover?" preguntó Touta mientras quitaba el polvo a un mueble de la entrada.
"No tiene pinta." respondió Santa, mirando una de las ventanas. "A veces cuando el tiempo está así, juego a algunos videojuegos."
"Eso suena divertido." sonrió Touta. "Podríamos jugar aquel que pusimos en Mahora."
"Me parece bien." sonrió Santa.
"¿Has terminado ese lado, Kirie?" preguntó Karin mientras estaban en otra habitación.
"Sí, ¿Crees que Leona siente algo por Touta?"
"¿Ah?" la miró Karin. "¿A qué viene esa pregunta, Kirie?"
"Bueno, parece que se llevan bastante bien."
"Llevarse bien con la gente es una cualidad que tiene." suspiró Karin. "Además, ya mencionó que no le gusta."
"Eso es lo que se suele decir." la miró Kirie, poniéndose las manos en la cintura.
"¿Y si fuera así que harías?" preguntó Karin, ladeando la cabeza.
"¿Eh? Bueno…" dijo Kirie, apartando la mirada.
"¿Competirías como con las demás?" la miró Karin, dándole una sonrisa traviesa.
"Mi competencia con las demás es por orgullo, no puedo dejar que un humano nos gane." respondió Kirie, mirándola seriamente.
Karin suspiró y la miró de reojo.
"Seguro..."
Las horas fueron pasando hasta que todos habían terminado las tareas. Leona se dirigió a la habitación donde estaba trabajando Evangeline, pero se detuvo antes de llamar.
"Seguramente estará ocupada…" pensó Leona.
Seguidamente se dirigió a la habitación que compartía con Evangeline, una vez allí, se tumbó en la cama, mirando al techo.
"No me siento bien… Creí que se me pasaría, pero…" pensó Leona, poniéndose una mano en la frente.
"Por eso, pienso que de esta manera podríamos obtener mejor beneficio." terminó de explicar Vasago.
"Que coñazo." suspiró Chachazero mirando al techo, sentada en uno de los sofás, lo que hizo que Vasago le diera una mirada severa. "Ahem… Como decía, creo que podría servirnos de ayuda."
"Está bien, le echaré una ojeada."
"¿Ya hemos terminado?" preguntó Chachazero con un tono animado.
"No, aun debemos de mirar las misiones que se han terminado con éxito y repasar las que tenemos pendientes." respondió Vasago, dejando las hojas de papel que llevaba en las manos a un lado de la mesa, a continuación, cogió una carpeta y al abrirla sacó varios documentos.
"Oh…" dijo Chachazero desilusionada y aburrida.
"Du-duele…" pensó Leona, teniendo la mano en el pecho. "Justo ahora que no me siento bien… Que oportuno…" dijo con ironía, intentando levantarse de la cama, entonces abrió uno de los cajones del escritorio y cogió la caja metálica de color blanco, pero al abrirla vio que no le quedaban más capsulas. "Tsk, porras, es cierto, gasté la última…" pensó, entonces cayó al suelo de rodillas mientras comenzó a toser. "E-Evangeline…"
Se levantó ayudándose con el escritorio y fue hacia la puerta de la habitación intentando no caerse, cuando salió, se apoyó con la mano en la pared del pasillo para poder llegar a la habitación donde trabajaba Evangeline.
"Estos son los informes de las ultimas misiones." informó Vasago, dejando un puñado de hojas sobre la mesa. "Una vez firmados y archivados, pasaremos a lo siguiente en la agenda."
"Bien." contestó Evangeline, cogió la primera de las hojas y la empezó a leer con detenimiento.
"¿Qué falta por hacer?" preguntó Chachazero con apatía.
"Gestionar varias cosas." respondió Vasago.
"Si quieres puedes ir con los demás, Chachazero, deben de haber terminado."
"Quizás vaya a ver que hacen por allí, ama, ke, ke, ke."
"Me parece una idea sensata, así estaremos más tranquilos." cerró los ojos Vasago con una expresión seria.
"Ahora me han entrado ganas de quedarme un rato más." sonrió Chachazero, dando leves golpes en el sofá con los pies.
Vasago le dio una mirada severa y Evangeline suspiró.
De pronto, alguien llamó a la puerta.
"Adelante."
"Con permiso." entró Karin. "Le traigo su té, Yukihime-sama." dijo dirigiéndose hacia la mesa y dejándolo encima.
"Gracias, Karin."
Karin asintió y se dirigió a la puerta para irse, pero antes de salir, se abrió de nuevo.
"Leona."
"¿Está… Evangeline…?" preguntó Leona con una voz apagada.
"Sí… ¿Estás bien?" respondió Karin, alzando una ceja.
"Si has venido a buscar a Chachazero, puedes hacerlo." añadió Vasago, mirándola desde la mesa.
"Eso es lo que tú te crees." le respondió Chachazero.
"¿Ocurre algo, Leona?" preguntó Evangeline al notarla extraña.
"¿Tienes… un momento...?"
"Lo siento, Yukihime-sama está ocupada ahora mismo, así que me gustaría que nos dejarais a solas para continuar con la faena."
"Está bien."
"Pero Yukihime-sama-"
"Solo será un momento, Vasago."
"Bien… Aunque espero que sea urgente."
De repente, Leona se desplomó en el suelo.
"¡Leona!" la miró Karin.
"Mira lo que has conseguido." dijo Chachazero, mirando a Vasago mientras Evangeline se levantó de su asiento y fue hacia ella.
"¡¿Yo?!"
"Parece que tiene fiebre." dijo Evangeline, al ponerle la mano en la frente, viendo sus mejillas rojas, seguidamente vio que apareció una marca en su rostro. "Tsk." gruñó. "Karin, quédate con ella, enseguida vuelvo."
"Entendido, Yukihime-sama."
"Yo también voy, ama."
Evangeline dejó la habitación con Chachazero mientras los demás se quedaron.
"¿Qué le pasa?" preguntó Vasago.
"Parece ser un resfriado, aunque a Yukihime-sama parecía preocuparle bastante." respondió Karin, mirándola. "¿Una marca?" parpadeó Karin al percatarse, seguidamente se arrodilló para verla de cerca.
"¿A qué te refieres, Karin-san?" preguntó Vasago, alzando una ceja.
"Tiene como una marca oscura en el lado derecho."
De repente, Leona se incorporó en el suelo con una sombra cubriendo su mirada.
"…"
"Leona, ¿estás bien?" preguntó Karin, mirándola a su lado.
Leona abrió los ojos y la miró con una mirada en la que el iris y la pupila de sus ojos se había vuelto de color rojo.
"¿Leona? -"
Un fuerte ruido se escuchó en la habitación, lo cual hizo sobresaltar a la mayoría de los miembros de la organización.
"¿Qué ha sido eso?" preguntó Santa, dándole al botón de la pausa en el juego que estaba jugando con Touta.
"Creo que ha sido en la habitación donde suele trabajar Yukihime… Vamos."
Los dos se levantaron y se dirigieron con prisa hacia la habitación, una vez allí, vieron algunos destrozos, además del humo causado por una pequeña explosión.
"¿Pero qué ha pasado aquí?" preguntó Santa, sorprendido.
"Huh…" dijo Karin, saliendo de uno de los escombros.
"¡Karin-senpai!" exclamó Touta, mirándola. "¿Estás bien?"
"Leona…"
"¿Eh?"
"Se refiere a que ha sido la causante." añadió Vasago, sacudiéndose el polvo de la ropa. "No entiendo que ha podido pasar."
"¿Cómo?"
"¡Ahora no importa! ¡Vamos!" ordenó Karin, marchándose de la habitación.
"¡Espera!" exclamó Touta, siguiéndola junto con Santa.
"¿Qué ha sido eso?" preguntó uno de los hombres de la organización por uno de los pasillos.
"Creo que ha sido en la planta de arriba." respondió otro de los hombres.
"¿Sabéis algo de lo ocurrido?" se escuchó a Kuroumaru yendo hacia ellos.
"No, íbamos a ir ahora."
"Hey, ¿no es Leona?" interrumpió el otro hombre, los dos se giraron y la vieron acercándose hacia ellos.
Tenía una mirada rojiza que se veía opaca y vacía, además de un aura oscura a su alrededor.
"Creéis que…"
"Todavía no es seguro."
"Eh, Leona, ¿qué sucede?"
En ese momento, Leona movió el brazo en diagonal y una onda cortante de energía oscura fue hacia ellos, pero Kuroumaru lo bloqueó con su espada, retrocediendo unos metros por el golpe.
"¿Qué le pasa?"
"Esto confirma que debe ser quien causo el alboroto de antes."
"No parece estar consciente…" pensó Kuroumaru, mirándola seriamente.
"Tenemos que detenerla." dijo uno de los hombres, corriendo hacia ella.
"¡Espera!" exclamó Kuroumaru, intentando detenerlo, pero el hombre siguió hacia Leona y cuando estuvo a unos centímetros de ella, Leona lo apartó con la mano con fuerza, lanzándolo contra el techo, enviándolo contra el segundo piso.
"¡Zenki-san!" exclamó Kuroumaru en shock.
"¿Qué hacemos?" preguntó el otro hombre con una voz dudosa mientras miraba a Leona.
"Tsk, no queda otra, intentaré no hacerle demasiado daño." pensó Kuroumaru. "¡Air Cleaving Flash!" exclamó, lanzando una onda cortante de viento hacia Leona, pero ella se lanzó hacia él, desviando el ataque hacia un lado con el brazo y seguidamente lo golpeó en el estómago, enviándolo contra la pared, pero antes de que impactara, Touta lo alcanzó, deteniendo el golpe.
"Touta-kun."
"¿Estás bien, Kuroumaru?"
"Sí… Pero Leona…"
"¿Qué es lo que le pasa?"
"No lo sé… Es como si no fuera consciente de lo que hace…"
"¿Quieres decir como cuando yo no controlaba la magia erebea?"
"Algo así…"
Leona los miró y se preparó para atacarles, pero antes de que lo hiciera, Ikkuu apareció detrás de ella y la sujetó con unos brazos de robot que había hecho aparecer de su espalda.
"Lo siento, Leona, pero no podemos dejar que sigas así."
De repente, los brazos de Ikkuu empezaron a congelarse a una velocidad sumamente rápida y la dejó ir rápidamente, dando un salto hacia atrás.
"Podría haberme quedado atrapado…" pensó Ikkuu.
"Y yo que pensé que hoy sería un día como cualquier otro." se escuchó la voz de Jinbei, encendiendo uno de sus cigarrillos, calmado, mientras a su lado se encontraba Makabe.
"Jinbei-san, Makabe-san." los miró Kuroumaru.
"¿Qué significa esto?" preguntó Makabe, mirándolos.
"Leona está actuando de manera extraña…"
"Ya nos hemos dado cuenta de ello."
"Solo tenemos que dejarla inconsciente y supongo que se solucionara todo." añadió Jinbei, mirando a Leona con las manos en los bolsillos del pantalón.
"¿Supones?"
"¿Puedes echar un vistazo a su nivel?" preguntó Jinbei, mirando a Leona.
Makabe la miró, cambiando el color de sus ojos, seguidamente, algo similar a un HUD apareció con varios datos de Leona en el que todo salía en interrogante, excepto el nombre. "Todo sale en desconocido…" se sorprendió.
"¿En serio? Bueno, supongo que tendremos que atacarle."
Jinbei desapareció y apareció delante de ella en un instante para golpearla, pero Leona lo esquivó e intentó golpearlo, al darse cuenta, Jinbei detuvo el golpe con la palma de la mano y con la otra golpeó a Leona en el rostro, enviándola contra una de las paredes.
"No me lo tengas en cuenta, realmente preferiría no tener que hacerlo." la miró Jinbei mientras seguía tendida en el suelo.
En ese momento, Leona se levantó y repentinamente todo quedó envuelto en la oscuridad por un instante.
"¿Qué fue eso?" preguntó Jinbei, confundido.
Súbitamente, el aura oscura que rodeaba a Leona se volvió más intensa que antes y la atmosfera se había tornado más tensa, lo que hizo que los demás se inquietaran.
"Pero que-"
Antes de que Jinbei pudiera reaccionar, Leona apareció frente a él golpeándole en el estómago con fuerza, ello hizo que se doblegara y rápidamente le dio una patada en las costillas, enviándolo contra la pared, pero antes de que impactara, extendió su brazo y le lanzó una serie de esferas de oscuridad que le dieron en el cuerpo causando una leve explosión.
"¡Maestro!" exclamó Makabe.
"Estoy… bien…" dijo Jinbei, tosiendo con la mano en el estómago mientras el humo se disipaba.
Makabe hizo aparecer una katana y se dirigió hacia ella para atacarla con el reverso, antes de recibir el golpe, Leona se movió hacia un lado esquivándolo y él volvió a atacarla una vez más, los ataques cada vez parecían más difíciles de esquivar debido a la velocidad a la que estaban siendo efectuados, pero de la misma forma que él estaba atacando, Leona los iba esquivando, ambos estuvieron así durante varios segundos, hasta que Leona detuvo uno de los golpes, deteniendo la espada con la mano, inmediatamente le dio un puñetazo en el rostro seguido de una patada en el estómago enviándolo varios metros de distancia,.
Santa, Touta y Karin se dirigieron hacia ella para pillarla desprevenida, Leona los miró y su mirada emitió un brillo que hizo que los tres chocaran contra las paredes causando un cráter por el golpe.
"¡Pero que es todo esto!" se escuchó a Kirie, viendo el destrozo.
"Será mejor que te quedes al margen." dijo Jinbei, poniéndose delante de ella. "Parece que no va a ser tan fácil como pensábamos, bueno, a ver qué tal esto."
Jinbei levantó sus brazos y se volvieron oscuros, haciéndolos mucho más resistentes y fuertes, avanzó hacia ella y la golpeó en el estómago, pero no tuvo ningún efecto en ella, ya que permaneció impasible ante el golpe.
"?!"
Seguidamente, su aura lo empujó, alejándolo.
"Maestro." dijo Makabe yendo hacia él.
Leona levantó la mano y una esfera oscura con rayos rojizos se formó sobre esta.
"Eso no parece ser nada bueno." la miró Jinbei fijamente con una mueca.
"¡Leona, espera!" intentó Kuroumaru detenerla.
Antes de que la lanzara hacia ellos, un carámbano de hielo en forma de pico fue dirigida hacia ella como advertencia, al verlo, hizo desaparecer la esfera y seguidamente lo detuvo con la mano haciendo que se derritiera por una llama oscura.
"Leona." dijo Chamo en su forma humana, mirándola preocupado.
"La que se ha liado en un momento, ke, ke, ke." añadió Chachazero en el hombro de Evangeline.
Leona rodeó su brazo con su aura oscura y se dirigió hacia ellos.
"Que viene." dijo Chachazero.
"Gelidus Capulus." dijo Evangeline alzando el brazo.
Un carámbano gigante de hielo apareció desde el suelo, atrapándola.
"¿Alguien puede explicarme que pasa?" pidió Kirie, frunciendo el ceño, mirándolos seriamente.
"Yukihime-sama." la miró Karin. "Siento no haberla detenido." se disculpó con un tono apenado.
"No te preocupes, Karin."
Varias grietas empezaron a hacerse en el hielo donde estaba atrapada Leona hasta que terminó por romperse en varios trozos, haciendo que se liberara así de ello.
"Tsk."
Inmediatamente Leona hizo aparecer la Ensis Exsequens, la cual el color de la hoja era morado oscuro y fue hacia Evangeline con intención de atacarle.
"¡Cuidado, Evangeline!" la avisó Chamo.
De repente, Leona se detuvo a unos centímetros de ella, como si hubiera reaccionado al escuchar el nombre, se quedó inmóvil durante unos segundos hasta que retrocedió unos pasos y se cubrió la mirada con la mano temblando como si sintiera dolor.
Al percatarse de ello, Evangeline apareció rápidamente detrás de ella y la noqueó con un golpe certero en la nuca, ello hizo que Leona cayera al suelo, inconsciente, pero a pesar de ello, el aura oscura aún seguía rodeándola.
"Chamo."
"Sí, Eva-nēsan."
Chamo se dirigió a ellas y le dio a Evangeline en la mano una botella de plástico en la que en su interior había un líquido rojizo.
Evangeline se agachó y volteó a Leona, levantándole un poco la cabeza para que bebiera el contenido de la botella. Segundos después, el aura desapareció, así como la marca de su rostro, parecía estar más serena, pero aún no le había bajado la temperatura.
"Voy a llevarla a la habitación."
"Un momento," interrumpió Kirie, mirando a Evangeline mientras la cogía en brazos como una novia. "Me gustaría saber que ha pasado, y creo que no soy la única." cruzó los brazos bajo su pecho.
"No te preocupes Kirie, os lo explicaré más tarde."
"Está bien…"
Evangeline asintió y se dirigió a la habitación, seguida por Chachazero y Chamo. Al llegar recostó a Leona en la cama.
"Creo que sería mejor llamar a un médico, debe ser un resfriado." propuso Chamo.
"No me extrañaría que lo hubiese pillado por estar ayer haciendo el tonto en la nieve con los demás mocosetes." dijo Chachazero, sentada encima del escritorio.
"Chachazero…" la miró Chamo con una sonrisa nerviosa.
"Pero ama, ¿por qué no la convierte en un vampiro como usted?" preguntó Chachazero súbitamente.
"¿Qué?"
"Chachazero…" se sorprendió Chamo.
"De todas formas acabara siéndolo por culpa de eso, ¿no sería mejor que lo hiciese? Además, así ganaría a otro sirviente, ke, ke, ke."
"No es tan sencillo." Evangeline miró a Leona.
"¿Qué quieres decir?" preguntó Chamo, alzando una ceja. "Según tengo entendido, tú fuiste quien hizo a Touta un vampiro, ¿no?"
Evangeline suspiró.
"A diferencia de Touta, se tendría que hacer de la manera habitual, es decir, el método tradicional que se suele hacer para ello."
"¿Eso supondría un problema?"
"El proceso de transformación no es tan fácil, aparte de ser doloroso, no todos sobreviven, y teniendo en cuenta de que ella ya tiene una parte de vampiro en su interior." dijo Evangeline haciendo una pausa. "Estuve investigando y podría suponer un problema que se mezclaran dos sangres distintas, si no pudiera ser capaz de soportar el cambio, entonces ella se convertiría en un ghoul o bien moriría, además no quiero convertirla en contra de su voluntad, la inmortalidad no es tan maravillosa como la ponen."
"Así que es eso." la miró Chamo, entendiendo lo que quería decir con ello.
En el subconsciente de Leona.
"Mal, debes ser más rápida, debes predecir los ataques de tu oponente y adelantarte antes que ellos, no pienses, actúa." dijo Dana mirando a Leona mientras entrenaban en su castillo flotante.
"¿Cómo se supone que se hace eso?" le preguntó Leona, confundida, recuperándose del golpe que se había llevado.
"¡Averígualo tú misma!"
"Ah, vale, gracias por el consejo." la miró Leona con una mirada inexpresiva.
"¿Me dejas ver tu tarjeta Pactio?"
"¿Eh?" parpadeó Leona. "Sí."
Leona sacó la tarjeta de Pactio y se la mostró.
"Es mejor que no la tengas guardada como carta." dijo Dana mientras miraba la carta.
"¿Por qué?"
"Piensa en ello, ¿qué harías si alguna vez hubiera algo que evitara usarla?"
"… Supongo que intentaría hacer otra cosa…"
"¿Y si la única forma de derrotar a un enemigo fuera con ello?"
"…"
"Ahí está el problema, por eso deberías aprender a tenerla como artefacto, aunque ello haga que agotes más tu maná, pero puede serte útil para poder controlarlo mejor." explicó Dana, devolviéndole la carta. "Cuanto más tiempo tengas el artefacto más tiempo podrás tenerlo sin problemas."
"Ya veo…"
"No solamente tu carta, también tienes que llevar la magia que has aprendido a un nivel superior, si usas rayo, llevalo al trueno, si usas hielo, al cero absoluto, el fuego al magma y así, aparte que, si los combinas entre ellos puedes crear un ataque más potente."
"¿Y la oscuridad?"
"La oscuridad y la luz son casos distintos, a pesar de que es raro, no es imposible, si consiguieras unirlas, serias alguien con bastante poder, ¿entiendes lo que he explicado?"
"Sí, maestra."
"Hmm…" rio Dana para sí misma de forma leve. "Me sorprende que me llames maestra con tanta facilidad, pensé que te costaría más desde que Kitty es tu maestra."
Leona cerró los ojos y negó con la cabeza.
"No me importa tener más maestros."
"Y yo que imaginé que dirías algo como; Ella es mi única maestra, solo la quiero a ella y solo a ella." sonrió Dana, haciendo unos gestos con las manos.
Leona se sonrojó levemente al verla actuar de esa manera mientras decía todo aquello como si fuese ella.
"Bien, que querías preguntarme." dijo Dana, mirando a Leona de nuevo.
"Supongo que conoces mi problema, ya que lo mencionaste."
"Así es."
"Siempre me han dicho que no se puede hacer nada para evitar que acabe convirtiéndome, pero tú quizás-"
"No." intervino Dana con un tono rotundo. "Eso es algo que no puede ser remediado, pero ten en cuenta que, cuanto más fuerte te hagas a través de la oscuridad, más se agravará tu problema y teniendo en cuenta de que quieres aprender esos hechizos del libro, evidentemente no va a ayudarte a demorarlo, sobretodo el hechizo que combinas con la espada que destruye las almas, de hecho, dejame decirte que cuanto más uses ese hechizo más se deteriorará tu alma." explicó Dana, señalándola con el dedo índice.
Leona asintió, aunque algo alicaída.
"Está bien, basta de charla, continuemos con el entrenamiento." dijo Dana con las manos en la cintura.
De repente, desapareció delante de ella y todo se volvió oscuro.
"?!"
No importa en qué dirección mirara, no podía ver nada más que oscuridad.
"Qué-"
"Esa mujer tiene razón." se escuchó una voz detrás de ella.
Leona se dio la vuelta y vio a su doble, pero con la excepción de que sus ojos eran de color rojo.
"Tú… ¿Eso fue un sueño, no?"
"Podría decirse que es una parte de tus recuerdos, así que…"
"Que quisiste decir antes." inquirió Leona, dándole una mirada de fastidio.
"Me refería a que no puedes deshacer lo que ya está hecho, la pregunta es, ¿hasta cuándo podrás retenerlo?" la miró su doble fijamente.
"No te incumbe." respondió Leona, molesta.
"Yo diría que sí, pero seguramente debes estar preguntándote porque estás aquí."
"Más bien, por qué estás túaquí."
Su doble sonrió mostrando los colmillos.
"¿No lo sabes? Perdiste el conocimiento y la oscuridad que posees se hizo cargo una vez más de ti."
"¿Qué?"
"¿No escuchaste a esa mujer? Cuanto más fuerte te hagas a través de la oscuridad, más se agravará tu problema, lo que quiere decir que más fácil será que caigas."
"Pero no los he usado continuamente."
"Los humanos sois débiles." cruzó su doble los brazos bajo su pecho. "Si enfermas te vuelves más débil, por lo que es más fácil que se apodere de ti, así de sencillo y teniendo en cuenta de que no tomaste esa cosa, no es de extrañar." cerró los ojos, negando con la cabeza varias veces.
"Tsk." gruñó Leona.
"Si te preocupa lo que haya podido pasar, pierdes el tiempo, el hecho de que este aquí significa que ya no estás siendo dominada."
Leona se sintió aliviada al escucharlo.
"Hmph, ¿eso te tranquiliza? Mira que eres ingenua." la miró su doble a través de los ojos entrecerrados. "El hecho que ya no lo estés no significa que no haya pasado nada."
"¿Qué?"
"Atacaste a los demás y si no hubiera sido por ella… Hubiese sido interesante ver cómo se las hubieran arreglado, ya que, a diferencia de ti en ese momento, se contenían para no lastimarte gravemente." suspiró su doble, tapándose la cara con la mano. "Pero debes sentir bastante apego hacia tu maestra para que una parte de ti la reconociera y evitara que la atacaras…" la miró a través de los dedos con un brillo en su mirada. "De todas formas, eso indica que hará las cosas mucho más fáciles cuando no esté."
"Que has querido decir con eso." remarcó Leona sombríamente, clavando su mirada en ella.
Su doble sonrió mientras retiraba la mano de su rostro.
"Hmph, no te preocupes, no me refería a mí, solo es una suposición, pero deberías preguntarte, cómo puedes salvar a alguien si no tienes lo que hace falta, cuando pierdas a alguien importante o tengas la preocupación de saber si esa persona está bien o no, te dejarás llevar por la desesperación y la frustración hasta que caigas en la oscuridad haciendo que no puedas regresar."
"Eso no pasará."
"Ya lo veremos, de momento cuestiónate cómo puedes saber quién eres si no puedes encontrarte a ti misma, aunque ya deberías saberlo."
"¿Por qué me estás diciendo todo eso?"
"Te encuentro perdida en un mar de incertidumbre."
"¿Cómo?"
"Esta conversación termina aquí."
"Hey, como que termina-"
Antes de que Leona reaccionara, su doble apareció rápidamente delante de ella y la atravesó con la mano en el pecho.
"?!"
Leona se despertó bruscamente en una cama, jadeando y temblando.
"Leona."
Al escuchar su nombre, Leona se incorporó en la cama y vio a Evangeline mirándola a su lado, sentada en una silla.
"Evangeline…" dijo Leona viendo que estaba en su habitación. Seguidamente Evangeline se levantó de la silla, acercándose a ella y le puso la mano en la frente.
"Parece que ya no tienes fiebre."
"¿Qué?" se sonrojó Leona, apartando la mirada.
"¿No te acuerdas?" se escuchó a Chachazero, mirándolas desde el escritorio. "Entraste y te desmayaste, luego la liaste porque te pusiste a repartir a diestro y siniestro con la gente y entonces el ama te dejó inconsciente, te dio eso que sueles tomar y te llevó a la habitación, pero al parecer te resfriaste."
"Lo siento…" dijo Leona cabizbaja, sosteniendo las sabanas con fuerza.
"No tienes por qué disculparte." la miró Evangeline, ahora sentada en la silla, de brazos cruzados con las piernas cruzadas una sobre la otra.
"Pero os ataque sin motivo y si hubiera-"
"Pero no lo hiciste porque al final te detuviste." interrumpió Evangeline. "Y tampoco hubo bajas, si te sientes así por lo ocurrido, te diré que no eres la única que pasa por algo como eso, Touta le pasó algo similar, incluso Negi tuvo problemas con lidiar con la magia erebea."
"…"
"Ahora, dime, ¿en que estabas pensando? ¿Por qué no dijiste nada?" preguntó Evangeline, mirándola seriamente.
"Pensé que estarías ocupada… Así que quise esperar hasta que terminaras, pero al ver que no me quedaban más capsulas… Fue cuando intenté ir donde estabas, pero acabé desmayándome."
"Leona." dijo Evangeline su nombre con un tono serio. "Es conmigo con quien estás hablando, se honesta, si ves que no te sientes bien, dímelo, no tienes porqué aguantar hasta que no puedas más, creo que ya te lo mencioné."
Leona asintió y en ese momento la puerta de la habitación se abrió y entró Jinbei seguido por Makabe.
"¿Cómo está?" preguntó Jinbei, saludando con la mano en alto, yendo hacia ellas.
"Se encuentra mejor."
"Vaya susto nos diste, Leona." sonrió Jinbei con las manos en la cintura. "No sabíamos que estaba pasando."
"Siento haberos atacado antes."
"No hace falta que te disculpes, debido a lo que te ocurrió, es normal que actuaras de esa manera." cruzó Jinbei los brazos.
"¿Qué?"
"No me quedó más remedio que explicarles." cerró los ojos Evangeline, cruzando los brazos bajo su pecho.
"Por cierto, ¿qué dijo el médico?" preguntó Jinbei.
"¿Medico?" parpadeó Leona, confundida. "¿Qué medico?"
"Tiene un resfriado." respondió Evangeline, mirándolos.
"Vaya, que putada, es lo malo de ser un humano." dijo Jinbei, poniéndose una mano en la nuca.
Makabe lo miró de reojo.
"Se pudo haber dicho de otra manera, maestro."
"Bueno, tenemos algunas cosas que hacer, os dejamos, mejórate Leona." sonrió Jinbei, despidiéndose con la mano.
Leona asintió mientras salían de la habitación.
"¿Qué quiso decir con lo del médico?" preguntó Leona, mirando a Evangeline.
"Llamaron a uno para que te viera." contestó Chachazero. "Nos explicó que tenías un resfriado, que deberías guardar reposo y que lo mejor sería recetarte inyecciones."
De repente, Leona su puso pálida al escuchar lo último.
"¿Eh?"
"Es broma."
Leona suspiró aliviada.
"En realidad, te puso una de ellas para bajarte la fiebre y te las recetó."
"?!"
"Chachazero, no era necesario decírselo todo." suspiró Evangeline.
"Lo sé, ama, pero me divierte ver las expresiones que pone, ke, ke, ke."
"A mí no me hace ninguna gracia." remarcó Leona, molesta. "Ya me encuentro mejor, no las necesito."
"Te sientes mejor porque te está empezando hacer efecto." la miró Evangeline, cruzando los brazos bajo su pecho.
"De todas formas, ya es la segunda vez, ¿es que no hay nada más que se recete aparte de eso? Estoy segura de que debe de haber otras cosas que hagan lo mismo."
"Es el método más rápido, solo serán tres días."
"¿Tres?"
"Tres días cada ocho horas." añadió Chachazero.
"Nueve." dijo Leona, después de hacer un rápido calculo.
"Y en el trasero."
"En- ¿Cómo?"
"Chachazero." suspiró Evangeline con los ojos cerrados. "Deja de pincharla."
"De eso se encargará usted, ama, ke, ke, ke."
Evangeline miró a Chachazero dándole una mirada de advertencia.
"¿Cómo que en el trasero? …" dijo Leona casi en un susurro.
"Es lo que decidió el médico."
"¿No es lo mismo en el brazo?"
"En el brazo no se puede inyectar demasiada cantidad de fármaco."
"No te queda más remedio que resignarte, ke, ke, ke."
Leona puso una expresión molesta en su rostro ya que no le hacía gracia la idea.
"Por cierto Leona, no se te asignó un número, ¿no?" preguntó Evangeline.
"¿El qué?"
"Cuando se supera la prueba, se asigna un número, como prueba de que eres un miembro de la organización."
"No… Pero según tengo entendido, eso solo es para inmortales."
"No te preocupes por eso, teniendo en cuenta tu condición, se puede hacer una excepción, así que, ahora es un buen momento para asignarte uno."
"El 69." dijo Chachazero repentinamente.
Evangeline entrecerró la mirada al escucharlo.
"¿Por qué el 69?" parpadeó Leona, sin entender a Chachazero.
"Olvidalo, siguiendo el orden, tendrás el 13." contestó Evangeline, cerrando los ojos.
"Mi sugerencia no a ha tenido éxito, ke, ke, ke."
Fin del capítulo.
Gracias por leer, espero que haya gustado, si es así, dejen review por favor, me gustaría saber su opinión, me anima a seguir escribiendo. Cualquier duda de la historia, pueden decirme.
PD: Hice un nuevo dibujo, ello puede verse en mi perfil.
