Yikumon se acercó con paso rápido a Yoshi, bastante enojada, y le dijo:
–¿En qué diablos estabas pensando¿Por qué soltaste a Lili?
–Ella lo pidió. Aparte, iremos a rescatarla, al igual que a nuestros padres¿no es así? –preguntó Yoshi.
–Sí, pero no tenía planeado que fuera en estas condiciones. –dijo Yikumon.
El Delipa se calmó completamente y Yikumon desapareció su escudo.
Yikumon empezó a caminar alrededor de Yoshi y Kannonmon.
Preocupado por ella, Kannonmon se metió en su camino para detenerla.
–¿Qué quieres, Kannonmon? –preguntó Yikumon.
–Yikumon, quiero que te tranquilices. –dijo Kannonmon– Todo va a estar bien. Todos nosotros somos lo suficientemente fuertes como para derrotar al Delipa, pero necesitamos conservarnos juntos y calmados.
–¿Calmados¡¿Calmados! –decía Yikumon mientras le daba la vuelta a Kannonmon y continuaba con su caminata– ¿Cómo podría yo estar calmada, estando Lili dentro del Delipa!
Kannonmon se retiró del camino de Yikumon cuando ella volvió a pasar por ahí, angustiado por su pesimismo.
Un ruido hizo que todos levantaran la vista al cielo, donde Ambarimon volaba llevando a Hien con él.
–¡Hola¿De qué me perdí? –preguntó Hien al aterrizar.
–Rika, Renamon, Henry, Terriermon y Lili fueron capturados por el Delipa. –informó Yoshi, mirando a Hien con desprecio– ¿Algo más que necesites saber?
–Yoshi, mantente atrás. –ordenó Yikumon, poniéndose entre Hien y Yoshi– Hien, necesito que nos prestes a Ambarimon.
Todos miraron sorprendidos a Yikumon.
¿Para que necesitaba ella a Ambarimon?
¿Cuál era su plan?
Aún así, Hien no preguntó nada más que:
–¿Puedo ir con ustedes?
–Sólo si prometes no ser una carga. –dijo Yikumon.
–¡Claro!
Todos sintieron una leve vibración en el piso, y se hicieron bolita mirando hacia el Delipa.
Yikumon rehizo su escudo justo cuando el agujero negro del Delipa se proponía tragárselos a ellos también.
–¡Yoshi, Kannonmon, Hien, suban sobre Ambarimon y sujétense fuerte! –ordenó Yikumon.
–¿Qué estás planeando, Yikumon? –preguntó Yoshi mientras Kannonmon lo cargaba y posicionaba sobre el lomo del dragón.
–Un asalto al Delipa. –dijo ella– Dejaremos que nos trague. Y una vez dentro, veremos cómo desactivar su poder destructivo y rescataremos a los demás.
–¿Estás segura de que quieres dejar que el Delipa nos coma? –preguntó Hien.
–Muy segura. Aparte, he de recordarles que no me puede destruir…
–Lo sabemos¿pero y qué con nosotros?
Yikumon ignoró la pregunta y evolucionó a su forma de fuego, Flameyikumon.
Inmediatamente, el escudo se deshizo y el Delipa los jaló a todos, absorbiéndolos sin esfuerzo.
Reviews
