Capítulo 21
Un resfriado molesto
.
"Por cierto Evangeline."
"¿Hm?"
"Sobre los pactios… ¿El nuestro es provisional?"
"Sí, ¿por qué lo dices?"
"Tengo entendido que también hay otro."
"Así es, ese es el formal."
"¿Qué diferencia hay?" preguntó Leona con un tono de curiosidad.
Evangeline ladeó la cabeza hacia un lado pensativa y luego la miró de nuevo.
"No hay mucha diferencia entre ellos, los dos son parecidos, pero el provisional solo dura hasta que se forma el otro contrato, por lo que es reemplazado, podría decirse que los provisionales son como contratos de prueba, un mago puede tener una cantidad infinita de contratos provisionales, pero el número de contratos formales depende del poder del mago en cuestión, así que la mayoría solo pueden formar un contrato permanente." explicó haciendo una pausa. "Por otra parte," continuó. "Otra de las diferencias es que el provisional para poder hacerlo se requiere un beso mientras que el formal se hace teniendo relaciones sexuales."
"Re- relaciones…" tartamudeó Leona, sonrojándose levemente, agachando la mirada.
En cuestión de segundos, una ligera sonrisa curvó sutilmente los labios de Evangeline.
"¿Querías hacer uno formal?"
"¿Eh? No… ¡no!" la miró Leona, negando con la cabeza varias veces.
"Cálmate, no voy a obligarte, está bien de esta manera." respondió Evangeline. "A no ser que quieras." sonrió divertida.
"¡No!" se sonrojó Leona.
"Está bien, suficiente por ahora, es mejor que descanses." se levantó Evangeline de la silla. "Voy a ir a mi despacho para seguir trabajando, si necesitas algo, puedes pedírselo a Chachazero, se quedará haciéndote compañía."
"¿Por qué tengo que hacer de niñera, ama? Esto es una mancha en mi currículum."
"No quiero objeciones, a no ser que prefieras ayudar a los demás con la limpieza o vigilar a los niños del lugar mientras juegan." la miró Evangeline, dándole una sonrisa desafiante.
"Bueno, bueno, bueno, ya has oído a la ama, niña, así que nada de quejas."
Leona la miró con una gota en la nuca.
"Vendré a verte más tarde."
Evangeline salió de la habitación, dejándolas.
Leona suspiró y se levantó.
"Hey, niña, mi obligación es vigilarte, ¿dónde crees que vas?"
"No voy a salir de la habitación." dijo Leona, caminando hacia el escritorio, abrió uno de los cajones y sacó varios mazos de cartas.
"¿Qué vas a hacer?"
"Ya que no puedo hacer demasiado, me entretendré con esto."
Mientras, algunos miembros de la organización estaban tomándose un descanso en la cocina mientras comían algo que se habían preparado.
"¿Sabéis si se encuentra mejor, Leona?" preguntó Santa, sentado en una de las sillas que había alrededor de la mesa.
"Jinbei-san dijo que se encuentra mejor." respondió Kuroumaru, sentado al lado de él. "Solo tiene un resfriado."
"Después de lo que dijo Yukihime, no sabía que había pasado por todo eso." dijo Shinobu con un tono preocupado, mirando la taza de té que tenía frente suyo, encima de la mesa.
"Hay veces que no se termina de conocer a alguien." cruzó los brazos Karin bajo su pecho.
"Porqué tuvieron que hacer algo como eso." la miró Shinobu.
"No todas las personas son iguales."
"Mientras esté con nosotros, podremos evitar que suceda." los miró Touta seriamente. "Quiero decir, yo pasé por algo como eso y pude controlarlo al final."
"Sí, eso es algo sorprendente." lo miró Karin.
"De momento." lo miró de reojo Kirie, dándole un bocado a una de las galletas que había cogido de la caja, situada en el centro de la mesa.
"Vosotros no tenéis problemas en resfriaros, ¿no? Eso es una suerte." suspiró Mizore, sentada al lado de Karin. "Recuerdo cuando pillé uno, es muy molesto." cruzó los brazos bajo su pecho.
"Bueno, yo como fantasma, no, pero antes de serlo sí que recuerdo alguna vez." respondió Santa con una sonrisa nerviosa.
"Ah, yo también me resfrié una vez." sonrió Touta, mirándola. "Pero Yukihime estuvo cuidándome hasta que me recuperé."
Como si el tiempo se hubiera detenido en ese momento, se escuchó el ruido de un vaso romperse, ello fue el vaso de té que Karin había tenido en la mano, y que ahora el líquido se estaba escurriendo por su mano.
"¿Cu-cuidándote? …" murmuró Karin. "¡¿Yukihime-sama?!" exclamó.
Touta asintió.
"Antes de que me convirtiera en inmortal."
"¡Yo nunca tuve ese privilegio!" exclamó Karin, poniéndose en pie, dando un golpe en la mesa con las manos.
"Karin-senpai… Es normal que lo hiciera…" sonrió Kuroumaru nervioso, intentando calmarla.
"Pero la conociste siendo ya inmortal, ¿no?" la miró Santa con una gota en la nuca, alzando una ceja.
"¿Eso es un privilegio? Si te pasas todo el día en la cama, por no decir cuando te tienes que tomar el medicamento." entrecerró la mirada Kirie.
"A mí me molestaría que me pinchasen." añadió Shinobu.
"Si me pusiera enferma, no me importaría que Touta-sama me cuidara." juntó Mizore las manos con una mirada que emitía un brillo y una expresión alegre y radiante.
"A saber que se está imaginando." dijo Kirie, mirándola con los ojos entrecerrados.
"¡Qué se supone que te hizo!" exigió Karin, mirando a Touta.
"Ah… Lo que se supone que suele hacer cuando uno se encuentra mal." respondió Touta, acariciándose la nuca con la mano.
Los ojos de Karin se ampliaron y las pupilas se encogieron, indicando que estaba molesta.
"¡¿Os bañasteis juntos?! ¡¿Se acostó contigo para darte calor corporal?! ¡¿Sin ropa?!"
"¿Eh?" dijo Touta con los ojos reducidos a dos puntos negros. "¿Perdón?"
"Creo que nos estamos yendo del tema principal…" dijo Santa casi en un susurro.
"Por cierto, Kirie." la miró Mizore, saliendo de sus pensamientos. "Tu inmortalidad se debe a que puedes volver atrás en el tiempo cada vez que mueres, pero si puedes coger un resfriado, ¿no?"
"Sí, bueno… ¿Podríamos dejar el tema?" cruzó los brazos Kirie bajo su pecho, mirando hacia otro lado.
"¿Es que te da miedo que te pinchen?" preguntó Mizore con una sonrisa ladeada.
"Cla- ¡Claro que no! ¡Por qué debería!" exclamó Kirie con un tono molesto, mirándola.
"Según las noticias, va a estar lloviendo todo el día." se escuchó decir a Santa.
"Cuando dije cambiar de tema, me refería a algo que fuera más entretenido que hablar sobre el tiempo." entrecerró Kirie los ojos.
"Podríamos ir a la piscina o a la playa un día de estos." propuso Mizore. "Cuando tengamos algún día libre."
"Me parece una buena idea." sonrió Shinobu.
"Por suerte podemos ir a los dos sitios sin movernos demasiado." dijo Kirie. "¿Qué decís?" les preguntó a los demás, mirándolos.
Touta y Karin seguían hablando mientras Kuroumaru los miraba con una gota en la nuca.
"¿Qué?" parpadeó Touta.
"Decíamos de ir un día de estos a la piscina o a la playa."
"Por mi está bien." sonrió Touta.
"No tengo ninguna objeción." añadió Karin.
"Yo tampoco."
"Entonces decidido." asintió Mizore, sonriendo.
Mientras, Chachazero estaba mirando a Leona que había estado haciendo algo parecido a una casa de gran tamaño con los mazos de cartas.
"Esta es la última…" dijo Leona, subida en la cama mientras intentaba ponerla.
"Ke, ke, ke…" se escuchó a Chachazero reír mientras se dirigía hacia ella.
Seguidamente, Chachazero aplastó con las manos las primeras cartas que sostenían las demás, lo que hizo que todo se derrumbara.
"¡Kyaa!" gritó Leona, cayendo al suelo junto con las cartas.
"…"
"Oh." se escuchó a Evangeline que había entrado unos segundos antes. "Realmente… ¿Qué haces, Leona?" la miró con los ojos entrecerrados, esperando una respuesta. "¿No te dije que descansaras?"
"Ke, ke, ke."
"Chachazero… ¿No sabes estarte quieta?"
"Entiéndame, ama, es como si te encontraras dinero en medio de la calle, no puede ser ignorado."
Evangeline suspiró.
"Huh…" se quejó Leona dolorida por el golpe, debajo de las cartas.
"Leona."
Leona alzó la mirada y vio a Evangeline con los brazos cruzados bajo su pecho, mirándola directamente a los ojos con una mirada seria y fría que haría estremecerse a cualquiera y una expresión decepcionada.
"Deberías saber que voy a ser yo quien te va a tener que estar poniendo esas… Inyecciones, por lo que no me haría enfadar."
Leona la miró con una expresión aterrada y se fue rápidamente a la cama.
"Yo… Solo quería entretenerme con algo." la miró Leona, sentada con la espalda recostada en el cabecero de la cama.
"¿Qué hay del libro que estabas leyendo?"
"Lo terminé hace unos días."
"Ya veo, tengo varios en las estanterías de la habitación donde trabajo, puedo traerte uno."
"… Está bien."
Evangeline fue hacia la puerta, bajo la maneta y la abrió, entonces salió de la habitación, cerrándola detrás de ella.
"Va a traer, 'Que será lo que tiene ese vampiro que te deja cara de atontado perdido y no dejas de dar suspiro.' "
"Qué clase de título es ese, es demasiado largo para ponerlo en un libro… Espera, ¿por qué ese título?" entrecerró Leona los ojos al recordarlo de nuevo.
"Te sorprendería lo largos que son algunos, y no es necesario que lo diga, ke, ke, ke."
Segundos después, Evangeline regresó con el libro en la mano y se lo dio a Leona.
"¿Qué le ha traído, ama? ¿El kamasutra?"
Un leve sonrojo apareció en las mejillas de Evangeline y seguidamente le dio a Chachazero una mirada fulminante.
"¿El qué?" preguntó Leona, confundida.
"Nada, no le des importancia a lo que dice."
"…"
De repente, alguien llamó a la puerta.
"Adelante."
La puerta se abrió y algunos miembros de la organización entraron.
"¿Yukihime?" la miró Touta. "¿También has venido a ver cómo se encuentra Leona?"
"Algo así, en realidad estoy ocupándome de ella."
"Oh." dijo Touta con simpleza mientras Kirie miró a Karin de reojo.
"¿Cómo te encuentras, Leona-san?" preguntó Kuroumaru con una voz suave.
"Estoy mejor, gracias."
"Habíamos pensado en pasar un rato contigo, jugando a esto."
Touta enseñó un tablero con varios colores mientras Evangeline se levantó de la silla.
"¿No te quedas, Yukihime?" la miró Touta.
"Tengo que volver a mi despacho, Vasago me está esperando, vigilar que guarde reposo, ya que es algo que no acaba de comprenderlo y no sabe estarse quieta."
Un leve sonrojo apareció en las mejillas de Leona.
"Entendido, Yukihime-sama." asintió Karin viéndola salir de la habitación.
Seguidamente, Touta y los demás, se sentaron alrededor de la cama.
"¿Quieres jugar al parchís, Chachazero?" la miró Touta.
"Ya que insistes." respondió Chachazero, levantándose del escritorio para ir hacia ellos.
"Está bien, empecemos." sonrió Touta, animado.
"Os voy a destruir a todos."
"Chachazero… Creo que tienes una idea equivocada de este juego…" la miró Kuroumaru con una gota en la nuca.
"¿No trata de eso?"
"…"
"Bueno, más o menos." dijo Kuroumaru, rascándose la mejilla con el dedo índice.
"Hum… Ahora que lo pienso, ¿no os voy a pasar el resfriado si estáis aquí?" preguntó Leona, mirándolos.
"Ah, no te preocupes por eso, somos inmortales." respondió Kirie, moviendo la mano, restándole importancia.
"Touta-kun es un vampiro, Karin-senpai es inmune, yo suelo tener resistencia a ello, pero tú Kirie-chan…"
"Yo tengo tanta resistencia como tú, no hay de qué preocuparse." cerró los ojos Kirie, poniéndose las manos en la cintura, orgullosa.
Karin entrecerró los ojos.
"¿Tienes dudas de ello, Karin?" la miró Kirie.
"No he dicho nada." respondió Karin.
"Mm… ¿Y cómo es que no enferman los vampiros?" preguntó Touta con un tono de curiosidad.
"Pues…"
"¿Bueno, empezamos o qué?" interrumpió Chachazero.
"Sí, perdona Chachazero." rio Touta nerviosamente, mirándola con una mano en la nuca.
Touta lanzó los dados y empezaron a jugar. Los minutos fueron pasando convirtiéndose en horas.
"¡Lo conseguí! ¡Esta partida es mía!" exclamó Kirie, entusiasmada.
"Después de varios intentos." añadió Chachazero.
"Pero lo logré, eso es lo que cuenta." cruzó Kirie los brazos bajo su pecho.
"Vamos, vamos."
"Ah, Touta-kun, creo que va siendo hora de irnos."
"Tienes razón, Kuroumaru, perdimos la noción del tiempo."
"¿Vais a entrenar, no?" preguntó Kirie como si ya supiese la respuesta.
"Sí." asintió Touta.
"Yo iré a mi habitación, quiero ver cómo va la bolsa." se levantó Kirie de la cama.
"¿La qué?" parpadeó Touta.
"Te lo explicaré otro día, aunque no sé si lo entenderás."
"Bien, entonces yo iré a ver cómo va todo por el lugar." comentó Karin, levantándose.
"Y a ver a Yukihime." añadió Kirie, cogiendo el parchís.
Karin cerró los ojos.
"También."
"…"
"Bueno Leona, nos vemos." sonrió Touta ya en la puerta con los demás.
"Hum." asintió Leona. "Gracias."
"Chachazero, te quedas al mando." la miró Karin.
"Okay."
A continuación, Kuroumaru abrió la puerta y salieron de la habitación.
"Bueno, niña, ¿qué vas a hacer ahora?"
"Creo que voy a darme una ducha." levantó los brazos Leona por encima de su cabeza para estirarse.
"Si te resbalas, luego no llores."
"¿Por qué tendría que resbalarme?"
"No hay peces de esos."
Leona la miró con una mirada inexpresiva.
"Voy al baño." dijo Leona, levantándose de la cama, cogió otro pijama de color azul que había en uno de los cajones y lo dejó encima de la cama junto con su ropa interior, después se dirigió hacia la puerta del baño. Una vez dentro, cerró la puerta y empezó a desabrocharse la parte de arriba, cuando terminó de desvestirse, abrió la llave del agua y puso su mano debajo de esta para comprobar la temperatura, segundos después, cuando el agua estaba a la temperatura adecuada para ella, se metió en la ducha, levantó la cabeza y se echó hacia atrás el cabello mientras el agua caía sobre su rostro y se deslizaba por el cuerpo, dejando que el agua caliente aliviara algo su cuerpo cansado por el resfriado. Minutos después, se salió de la ducha y cogió la toalla envolviéndola alrededor de su cuerpo, se dirigió a la puerta y salió del baño.
"Oh, ya has acabado, por lo que veo." se escuchó la voz de Evangeline.
Leona se dio la vuelta y vio a Evangeline sentada en el borde de la cama.
"Qu- ¿Qué haces aquí?" preguntó Leona, con un leve sonrojo en sus mejillas al verla.
"Terminé lo que estaba haciendo, además, también es mi habitación, ¿no?"
"Ah… Cierto…"
Leona miró donde había dejado el pijama y se dirigió hacia la cama, pero cuando avanzó solo un par de pasos, la toalla se soltó cayendo al suelo, dejando ver su cuerpo desnudo, lo que hizo Leona que se sonrojara furiosamente.
"?!"
Leona rápidamente intentó taparse como podía los pechos y su parte intima mientras Evangeline la miraba.
"No… Yo…" intentó decir Leona, pero las palabras no le salían, seguidamente, recogió la toalla del suelo y corrió hacia el baño tan rápido como pudo, cerrando la puerta de golpe.
"Tal vez tenga que hacer algo con esa timidez." dijo Evangeline, mirando la puerta con una gota en la nuca.
"Mm, mm." asintió Chachazero varias veces, después de cerrar los ojos y cruzar los brazos. "Buena suerte con ello, además, a la larga podría ser un problema para el acto prohibido, ¿no, ama?" la miró.
"Chachazero…"
"¿Sí, ama?"
"Cállate."
"Por cierto, ama, ¿se va a quedar la niña todo el día ahí metida?"
Evangeline suspiró y tomó el pijama para dirigirse al baño.
"Leona." la llamó Evangeline, después de tocar la puerta un par de veces. "¿Cuánto tiempo piensas quedarte ahí? Vas a ponerte peor de lo que ya estás." dijo haciendo una pausa. "Te he traído lo que tenías sobre la cama."
Seguidamente, la puerta se abrió unos centímetros y Evangeline pasó el pijama por la abertura de la puerta para que Leona lo cogiera. Minutos después, Leona salió del baño vestida.
"Ven, siéntate a mi lado." le indicó Evangeline, haciendo un gesto con la mano para que se sentara a su lado.
Leona hizo lo que le pidió, sentándose donde que ella le indicó.
"Leona." la miró Evangeline. "¿Hay alguna razón por la que sientas tanta vergüenza cuando te veo desnuda? No es como si fuera la primera vez, de hecho, ya han sido unas cuantas."
"No es nada…"
"¿Crees que voy a hacerte algo?"
"¡No!" respondió Leona rápidamente. "No es eso… Solo no me acostumbro…"
"¿Quieres que nos duchemos juntas más seguido? Tal vez así puedas acostumbrarte, no solo a mí, sino también a los demás."
"No, estoy bien así…"
"Está bien, como quieras…" suspiró Evangeline. "¿Cómo te encuentras?" preguntó, ladeando la cabeza levemente.
"Estoy… Mejor…"
"¿Seguro?" remarcó Evangeline con énfasis, mirándola fijamente.
Leona desvió la mirada hacia abajo por unos segundos.
"Solo me encuentro algo cansada."
"Está bien."
Evangeline se levantó y fue hacia el escritorio, allí cogió una pequeña caja de color blanco con letras escritas en ella, la abrió y sacó una ampolla para llenar la jeringa que también había dentro, lo que hizo que Leona se pusiera nerviosa al verlo.
"Ya… Ya estoy mejor…"
"Aunque estés bien, tengo que ponértela de todas formas." dijo Evangeline, dejando la ampolla encima de la mesa para después darle unos golpes leves al líquido que había dentro de la jeringa, seguidamente miró a Leona.
"?!"
"Te ha aumentado la dosis por lo de antes y verás como no acierte, vas a estar toda la noche con dolor de trasero, ke, ke, ke."
"No le hagas caso, ya te lo hice en más de una ocasión y no fue para tanto."
"Pero no en el trasero." añadió Chachazero. "Yo cogería bien la almohada, ke, ke, ke."
"Co- ¿Cómo? …"
"Chachazero, deja de meterle miedo." suspiró Evangeline. "Leona, túmbate."
"Tiene… ¿Tiene que ser ahora?"
"Sí."
"Ah, cierto, ¿cómo es que tenías las mismas capsulas que yo utilizo? Creí que no habían más."
"Cogí una de ellas y la envié a que la analizaran al lugar donde trabajaba Satomi, no resultó difícil que me consiguieran más de ellas, ha mejorado bastante la tecnología estos años, te daré unas cuantas para que tengas."
"No- ¿No tuvieron ningún problema? ..."
"No, es debido a que gracias que les envié una de ellas, pudieron hacerlas antes."
"¿Has terminado de trabajar?"
"Sí."
"Sobre todos esos libros que tienes en las estanterías de tu despacho, ¿los has leído todos?"
"Leona… Si estás intentando perder tiempo para evitar que te la ponga, no va a ser así, solo prolongas lo inevitable."
"…"
"Alguien que es discípulo mío no debería de temerle tanto a una simple inyección."
"Tengo un trauma."
"Túmbate."
Leona la miró nerviosa, pero hizo lo que le pidió y se tumbó en la cama ya que no quería hacerla enfadar, Evangeline cogió un pote de alcohol y un poco de algodón que había sacado del botiquín, fue hacia ella y se sentó en el borde. Seguidamente dejó la inyección en la cama y echó un poco de alcohol sobre el algodón, después le bajó a Leona un poco los pantalones del pijama y pasó el algodón en la zona donde iba a ponérsela.
Leona al notarlo se tensó.
"No te la he puesto aún, solo es alcohol, deja de temblar."
"Recuerde acertar, ama, sino ya sabe lo que pasará, ke, ke, ke."
"Chachazero." pronunció Evangeline su nombre como si fuera una orden. "Leona, vas a romper la aguja si te tensas tanto y te dolerá."
"No puedo…"
"Piensa en cosas hermosas, ke, ke, ke."
"Tengo la impresión de que te estás divirtiendo con esto." dijo Leona nerviosa con un tono molesto desde la cama.
"No lo niego, ke, ke, ke."
Evangeline suspiró.
"Está bien, llamaré el doctor para que te recete otra cosa."
Leona al escucharlo se sintió más relajada, Evangeline se percató y aprovechó para ponerle rápidamente la inyección.
"?!"
"Relájate, es un momento." dijo Evangeline con una voz calmada para tranquilizarla, unos segundos después, retiró la aguja y le pasó el algodón de nuevo. "Buena chica, ya he terminado, puedes levantarte." la avisó, a continuación, se levantó para guardar las cosas en su sitio.
"Eso ha sido un golpe bajo…" se quejó Leona, incorporándose en la cama, sentándose con la espalda recostada en el cabecero de la cama.
"¿Te ha dolido?" le preguntó Evangeline, mirándola desde el escritorio.
"No…" respondió Leona con un leve sonrojó en sus mejillas.
"Ves, no era para tanto."
"Pero aún quedan unas cuantas más por poner, ke, ke, ke."
"Unas… Cuantas."
"¿Quieres que le diga a Karin que te las ponga ella? Mostraba cierto interés en querer hacerlo en mi lugar cuando la encontré antes."
"No." negó Leona con la cabeza. "No es necesario."
Evangeline sonrió levemente y se sentó a su lado.
"Si fueras inmortal esto no pasaría, ke, ke, ke."
"Me quieres llevar al lado oscuro." contestó Leona, mirando a Chachazero.
"Desabróchate la camisa."
"¿Eh?" dijo Leona confundida, mirando a Evangeline.
"Te pondré esta pomada." dijo Evangeline, mostrándosela. "Es para la congestión, te ayudará a sentirte mejor."
"Puedo hacerlo yo… Ya has hecho bastante por mí."
"No me es una molestia."
"…"
Leona comenzó a desabrocharse los botones de la camisa del pijama de arriba hacia abajo mientras un leve sonrojo aparecía en sus mejillas.
"Túmbate."
Leona se tumbó en la cama mirando hacia el lado contrario que Evangeline. Seguidamente notó la mano de Evangeline pasar entre sus pechos, aplicándole la crema en la piel, lo que hizo que se estremeciera y soltara un gemido inconscientemente al sentir su tacto y el frio de la pomada.
"¿Estás bien?"
"Sí, no es nada…"
"Al principio puede estar frio."
Evangeline siguió poniéndosela mientras masajeaba suavemente, acariciando y deslizando las manos por la zona.
"¿Qué me pasa? Por qué me siento de esta manera, solo me está haciendo esto y sin embargo siento una sensación inexplicablemente agradable." pensó Leona sonrojándose cada vez más, sintiendo su propia su respiración agitada.
"Como está el ambiente." pensó Chachazero, mirándoles.
"Bien, ya puedes abrocharte." apartó Evangeline la mano. "¿Te encuentras bien? Te noto agitada y tu rostro esta enrojecido."
"No tenemos opción, hay que poner otra, ke, ke, ke."
"No." contestó Leona rápidamente, abrochándose la camisa. "Solo tengo calor…"
"No parece que tengas fiebre." la miró Evangeline. "Descansa, voy a traerte algo para comer."
Evangeline se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta, después salió de la habitación y cerró la puerta detrás de ella.
"Niña."
"¿Qué? …"
"¿Te gustó?"
"¿El qué?"
"La forma en que el ama te estaba tocando."
Leona se sonrojó al oírla decir aquello.
"¡Por qué dices eso!"
"Solo había que verte, ¿ella te gustaaaa?" remarcó Chachazero la última palabra con un tono de picardía en la voz.
"No… Yo-"
"Ya, ya… Uno siempre dice lo mismo."
"No me gusta…" dijo Leona mirando hacia otro lado con un leve sonrojo. "Qué te hace pensar eso."
"Eres como un koala con su eucalipto."
"¿Eh? ¿Qué quieres decir?"
"¿No sabes que los koalas les gusta tanto esos árboles que apenas se separan de ellos?"
"Ya te he dicho que no me gusta… Además, yo no estoy siempre pegada a ella."
"Me refería que te gusta tanto que no puedes vivir sin ella y seguro que si no estuviera te sentirías decaída o desconsolada."
"No lo niego, pero no me gusta, además, ¿cómo estás tan segura?"
"No tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas."
"…"
Seguidamente, la puerta se abrió entrando Evangeline con la bandeja de la cena en la mano. Leona se sobresaltó.
"E-Evangeline."
"¿Qué ocurre?" preguntó Evangeline, mirándola. "Chachazero, ¿ya estabas molestándola?"
"Quien sabe, ke, ke, ke."
Evangeline fue hacia la cama y dejó la bandeja sobre ella mientras se sentaba a su lado.
"¿De qué estabais hablando?"
"Nada en especial…" respondió Leona, nerviosa.
Evangeline entrecerró los ojos.
"Del calor que hace aquí, ¿verdad niña?, ke, ke, ke."
"Sí…"
"¿Tienes calor?" se acercó Evangeline, poniéndole la mano en la frente. "No pareces tener fiebre, aunque estás roja, te pondré el termómetro."
"En el trasero." rio Chachazero.
"¿A qué viene esta repentina obsesión con mi trasero?" la miró Leona, molesta.
"Es divertido, ke, ke, ke."
Una vena de enfado apareció en la sien de Leona.
Evangeline cogió el termómetro de la mesita de noche y se acercó a ella. Leona retrocedió alarmada.
"¿Qué ocurre?" alzó Evangeline una ceja.
"Qué vas a hacer…"
"Voy a ponértelo en el brazo, desabróchate."
Leona hizo lo que le pidió, dejando que le pusiera el termómetro, sintiéndose más relajada. Segundos después, ello pitó y Evangeline se lo retiró.
"No tienes fiebre, tómate la cena y descansa."
Leona miró la bandeja con la cena, la cual consistía en una sopa de verduras y macedonia de postre. Minutos después, terminó de tomarse la sopa y cogió la macedonia, al verlo, se dio cuenta de que había algunas frutas mal troceadas con algo de piel.
"¿Qué les ha pasado a estas frutas? ..." preguntó Leona con una gota en la nuca, mirando un trozo de manzana que había cogido del bol.
"No resultó tan bien como me esperaba." la miró Evangeline con los brazos cruzados bajo su pecho. "Si no te gusta, puedes dejártelo."
"No." dijo Leona echándose a la boca el trozo que tenía en la mano. "Está bien, me gusta."
Evangeline se quedó mirándola mientras seguía comiéndose el resto. Cuando terminó puso la bandeja en la mesita de noche.
"Dame el brazalete que te regalé."
Leona parpadeó confundida, pero se lo dio como le pidió.
"¿Para qué lo quieres?" preguntó Leona con un tono de curiosidad.
"Voy a añadirle que me avise en caso de que vuelvas a sentirte mal por culpa de lo que ya sabemos." respondió Evangeline, mirando el brazalete mientras tocaba las letras que tenía inscritas, ello hizo que empezara a brillar.
"No tienes por qué preocuparte tanto por mí."
"Entonces, no me des disgustos." contestó Evangeline, sonriéndole mientras le devolvía el brazalete, ya que había terminado.
Leona se sonrojó levemente y desvió la mirada. Evangeline se levantó yendo hacia el escritorio.
"Será mejor que duermas, me quedaré aquí." dijo Evangeline, cogiendo uno de los libros.
"No tengo ahora mismo."
"Te puedo dejar inconsciente, ke, ke, ke." propuso Chachazero.
"Agradezco tu propuesta, pero no la quiero." entrecerró Leona los ojos. "Ahora que lo pienso, ¿Cómo les fue a Konoka y a Setsuna? Quiero decir, no sé de ellas…"
"Se casaron."
"Ya veo."
"Fue divertido, el viejo estuvo organizando citas a su nieta durante tanto tiempo, y al final resultó que se casó con la otra chiquilla, ke, ke, ke."
"Espera, ¿se querían?"
"Era obvio, la boda fue de ellas dos."
"Puedo contártelo si quieres." la miró Evangeline, acercándose a ella.
"Hum… Está bien." asintió Leona viendo como Evangeline se sentaba a su lado.
"Sucedió hace unos cuantos años…"
Fin del capítulo.
Leona accedió a ponérsela a pesar de no estar demasiado convencida debido a los comentarios de Chachazero xd, el siguiente capítulo será un flashback.
Gracias por leer, espero que haya gustado, si es así, dejen review por favor, me gustaría saber su opinión, me anima a seguir escribiendo. Cualquier duda de la historia, pueden decirme.
