Capítulo 26
Visita al mundo mágico, un entrenamiento especial y regreso a Senkyokan con una invitación especial.
.
Tres días después de que Senkyokan se reconstruyera de nuevo, UQ Holder se despidió de los miembros que permanecieron en la isla y fueron hacia el mundo mágico con las naves que tenían preparadas para partir.
Ahora en el mundo mágico inverso de Marte, UQ Holder estaba atacando al territorio Zero donde estaban los soldados armados llamados 'del principio'.
"Estamos siendo atacados por un enemigo desconocido! ¡Todos prepararos para la batalla! Repito, ¡estamos siendo atacados!" exclamó uno de los soldados dentro de la fortaleza.
"¡Estamos siendo bombardeados por el enemigo con magia de hielo! ¡Deben de haber traído una flota entera!" añadió otro.
"¡¿Imposible de donde podrían venir esos ataques?! ¡Nuestro radar no indica ninguna señal de una flota enemiga!" exclamó el comandante.
"Solo detecta unos pocos… ¡Son menos de diez!"
"¿Qué? ¡Imposible!"
"Tenemos un reconocimiento de algunos de ellos, y los hemos podido identificar… Estamos siendo atacados por… ¡UQ Holder!" respondió el soldado sorprendido.
"¿Eh? ¿Quiénes son esos insensatos?" lo miró el comandante, extrañado.
"Comandante… No me diga que nunca ha oído hablar de ellos… Son un equipo especial de inmortales organizado por la infame Evangeline conocida como el Evangelio Oscuro."
"¡Qué! ¿Evangeline? ¡Pero si escuché hace tiempo que había sido sellada por el maestro milenario en el viejo mundo! ¡¿Pero me estás queriendo decir que ella sola nos está atacando a todos?!"
"Un quince por ciento de la fortaleza enemiga ha caído Yukihime-sama." le informó Karin por telepatía.
"Entendido, seguiré bombardeándoles con mi magia, grupo de asalto ir hacia el edificio principal."
"¡Bien!"
"¡Maldición! Ese Evangelio Oscuro es peor de lo que dicen las historias… ¡Activa la nueva barrera que hemos estado probando! ¡Nada de este mundo o cualquier otro puede atravesarla!"
"¡Sí, señor!"
"¡Y envía nuestra arma secreta! ¡Todos!"
"¿Qué? Pero señor…"
"¡No discutas conmigo!"
"Entendido…"
"Hey, han puesto una barrera… ¿Qué hacemos?" preguntó Touta, viéndola sobrevolándola con una moto voladora.
"Escuché que Asuna Kagurazaka podía atravesarlas como si nada, ¿puedes hacerlo Touta Konoe? Tienes parte de sus poderes, ¿no?" se escuchó a Makabe viéndolos por un holograma.
"No digas esas cosas Makabe, todavía no lo domino del todo." sonrió Touta con una ceja alzada.
"Necesitamos que lo aprendas." añadió Karin en otro holograma.
"Lo sé, Karin-senpai, estoy trabajando en ello… Entonces Kirie, ¿cómo lo ves?" le preguntó Touta por telepatía, ya que Kirie estaba dentro de la nave.
"Mm… No será fácil de romperla, pero hay un reactor cincuenta pisos debajo de la fortaleza, si lo destruyes, la barrera desaparecerá."
"Entendido, Kirie-chan." se escuchó a Santa. "Me encargaré de ello."
"¿Solo tenemos que destruirlo? Qué fácil." añadió Ikkuu a su lado.
"Espera Santa, iré contigo." lo miró Jinbei. "Con mi switcheroo será más fácil entrar a través de ella."
Los dos saltaron de una de las naves y consiguieron entrar dentro de la barrera.
"Muy bien, ahora Kirie guianos hacia ese reactor." le pidió Jinbei por telepatía.
"Bien, Jinbei."
"Hey, ¿por qué los edificios se están destruyendo?" se preguntó Touta viendo desde su moto voladora unos edificios derrumbándose.
De repente, apareció una mano gigantesca, saliendo de uno de los edificios.
"¿Una mano gigantesca? ¿Será un titán?"
"No… Es un demonio soldado, es un arma poderosa que es usada en las guerras de este mundo." explicó Kuroumaru sujetando por detrás a Touta en la moto mientras veían a varios demonios salir del suelo.
"¿En serio? Pero si miden como cien metros de altura."
"No os asustéis, solo se ven grandes, conociéndoos podéis con ellos." se escuchó a Evangeline hablándoles por telepatía.
"¡Pero son rápidos!"
"Vaya, así que los han mejorado." dijo Evangeline con simpleza.
"Vamos Yukihime, no suenes tan despreocupada sobre ello…" sonrió Touta nerviosamente.
"No os preocupéis, mis amigos primates." sonrió Nikitis, mirándolos desde la nave. "Finalmente, encontramos oponentes quienes son dignos de mi grandeza, heh… heh… heh… ¡Ha! ¡Ha! Bien, ahora-"
"Demasiado lento." le interrumpió Juuzou.
"¿Qué?"
Juuzou saltó de la nave y cortó a uno de los demonios en dos con su espada.
"¡Juuzou-san, eso fue genial!" lo miró Kuroumaru, sorprendido.
"¡Tú! ¡Mi gran entrada!" lo miró Nikitis molesto desde la nave.
"Si te descuidas, pierdes." lo miró Juuzou.
"¡Vamos Kuroumaru! ¡Nosotros también debemos demostrar de lo que somos capaces!"
"¡Sí, Touta-kun!"
Touta usó su magia erebea mientras que Kuroumaru usó su espada y empezaron a eliminar a los demonios.
"¡Ah! ¡Ellos también!" los miró Nikitis.
"Se-señor… Nuestros demonios están siendo aniquilados…"
"¡Qué! ¡Cómo es eso posible!"
"Malas noticias comandante…" intervino otro de los soldados, mirando la pantalla.
"¿Y ahora que porras pasa?"
"Ha habido una explosión en el reactor que teníamos escondido, el cual utilizábamos para protegernos con la barrera."
"¡¿Cómo?!"
"Esto está hecho." dijo Jinbei comunicándose con los demás con telepatía mientras miraba el reactor destruido.
"Sí, hemos terminado aquí." añadió Santa.
"Bien hecho." dijo Evangeline desde la parte exterior de la nave.
"La acompañaré, Yukihime-sama." dijo Sept a su lado.
"Como quieras."
Sept cogió a Evangeline y saltaron de la nave para dirigirse hacia la fortaleza.
"Nuestros números son tan impresionantes como siempre, han hecho un trabajo brillante." comentó Sept mientras se acercaban. "Solo les queda uno de esos demonios."
"Me ocuparé personalmente de ello, acércame."
"Como quiera."
"Tsk." gruñó Nikitis. "No me dejaron ninguno, pero al menos todavía queda uno… ¡De ese me encargaré yo!
Cuando Nikitis iba a atacarle, una potente y gigantesca lanza de hielo atravesó al demonio aniquilándolo.
"¡¿Ahhhh?!
"Ke, ke, ke, ke, ke."
"Chachazero… Deja de reírte…" la miró Leona sentada, apoyada en una de las paredes en el exterior de la nave.
"¡Tú! ¡Se puede saber que te hace tanta gracia!" la miró Nikitis, molesto.
"El ama te dejó sin el ultimo."
"Tsk."
"De hecho, puedo saber cómo te sientes, a mí también me hubiera gustado haber podido hacer algo…" suspiró Leona. "Pero no puedo."
"Querías que el ama te alagara." añadió Chachazero.
"¡No es eso!"
"¿Qué lo entiendes? Como vas a entenderlo… ¡Era mi gran entrada! ¡No era para un simple alago!
"¡Qué no es eso!"
"¿Quiere un cambio de ropa, Yukihime-sama?" le preguntó Sept.
"Sí, ello tomará ventaja de mi reputación como Evangelio Oscuro, aunque no creo que vaya a cambiar algo."
"Comandante, ¿qué hacemos ahora?"
"Tsk, tengo que pensar en algo."
De repente, los cristales del techo del lugar se rompieron, mostrando a Evangeline con un traje más oscuro.
"Soy el Evangelio Oscuro, resistirse es inútil, rendiros seguidores de Ba'al."
"El- ¡¿El Evangelio Oscuro?! En- ¿en persona…? Pe- pero yo había escuchado que la reina demonio había tomado la forma de un crio… No una mujer."
"Rendiros o resistir si queréis, poco importa."
"¡Grrrrr! ¡Nosotros nunca nos rendiremos ante ti! ¡Luchamos por nuestro gran Ba'al-sama! ¡Contraatacar, mis hombres!"
"¿Qué? Pero…"
"¡Pero nada!"
"Hmph, ya veo, entonces supongo… Tendré que atraparos en el hielo por un tiempo." Los miró Evangeline. "¡Thousand year ice flower!"
Al pronunciar el hechizo, toda la fortaleza quedo atrapada por pilares de hielo que sobresalían del lugar congelando a todos los que habían dentro.
"Por aquí, Eva." se escuchó a Mana que había llegado donde ella se encontraba.
"Lo encontraste, ¿Tatsumiya?" la siguió Evangeline dentro del lugar.
"Sí, aquí está." respondió Mana, una vez que entraron en una sala, señalándole un círculo mágico que había en el suelo.
"Así que este es el círculo mágico que Ba'al usaba para viajar."
"Si lo analizamos, deberíamos ser capaces de reducir aún más nuestra búsqueda, todo está yendo bien."
"Sí… Quizás demasiado." sospechó Evangeline, mirando el círculo detenidamente, arrodillada con una pierna. "Seguiremos adelante con ello, pero piensa que podría tratarse de una trampa."
"Gracias por tu ayuda." la miró Mana.
"Bien, números, ¡gracias por todo el trabajo que habéis hecho todo este tiempo a pesar de haber sido complicado! ¡Os merecéis un descanso! Nuestra próxima parada es New Ostia." informó Evangeline en el exterior de la nave, mirándolos a todos con las manos en la cintura.
Mientras la nave se dirigía al lugar.
"¡Hey! ¡Eso es increíble!" exclamó Touta mirándolo, era una isla inmensa flotando en el cielo. "¡Las islas están flotando de verdad! ¡Hay ciudades en esa isla y gente viviendo en ellas!" exclamó entusiasmado.
"Bouya… Quiero decir, Negi y las chicas de su equipo, visitaron esta ciudad en su primera aventura, creo que escuché algo así como que todavía hablan de las batallas de las que Negi luchó cuando era un gladiador." explicó Evangeline, haciendo una pausa para después seguir. "New Ostia es un destino turístico de clase mundial conocido por sus hermosas vistas, sus mayores atracciones son su magnífica arquitectura, las competiciones de gladiadores Y… sus aguas termales."
"¿Qué?" parpadeó Touta.
"¡¿Aguas termales?!" gritaron algunos al escucharlo.
"¡Este lugar es enorme! ¡Es como un parque temático de agua!" exclamó Santa una vez que entraron al lugar, al no ser mixto, se habían dividido en dos grupos.
"Esto es lo mejor, ¡una buena bebida en unas aguas termales después de un largo día de trabajo! Y el agua se siente genial." sonrió Jinbei en el agua, relajándose mientras sostenía un vaso de sake en la mano y a su lado había una bandeja con varios vasos y el sake.
"Pero, por favor, no beba demasiado." le pidió Makabe.
"Tú deberías tomar algo también, Makabe." lo miró Juuzou.
"Hmph, si me hubieseis dejado unos segundos, habría acabado con todos de un solo golpe."
"Sí, sabemos que eres increíblemente fuerte, vamos, bebe algo." le sonrió Touta a Nikitis.
"Hrrrngh…" gruñó Nikitis, molesto.
"¡Pero hombre, estamos aquí por fin! En el Marte inverso, el mundo mágico, realmente, desearía haber escalado la torre y haber llegado hasta aquí desde el espacio, quiero decir, ¿a qué viene esto? ¿Podemos llegar aquí desde el sótano de nuestro escondite?" preguntó Touta de pie en el agua.
"Bueno, esa puerta de tele transportación aún no se ha revelado al público, tendremos que guardar el secreto hasta que la industria de los ascensores espaciales realmente despegue." explicó Ikkuu, mirándolo sentado mientras Santa miraba a su alrededor todavía asombrado.
Mientras en el lado de las mujeres.
"¿Y bien? ¿Cómo fue? Ojalá pudiéramos haber ido con vosotros." dijo Mizore, mirando a Isana y Honoka con Shinobu dentro del agua.
"Sabes que no podíamos llevaros a la batalla." respondió Honoka, sonriendo, su aspecto era igual que el de Konoka, pero más joven.
"Todos estuvieron genial, especialmente la forma en que Kuroumaru-senpai luchó con la espada…" añadió Isana, su aspecto era igual que el de Setsuna, pero más joven, entonces miró a Kuroumaru. "Como seguidora de la misma escuela, realmente te respeto."
"¿Qué? ¡Pero Isana-chan! Com-comparado con Juuzou-san solo soy…"
"No." respondió Isana cogiéndole las manos a Kuroumaru. "Tú eres la única que quiero senpai, ¡hazme tu discípulo!"
"¿Qué?"
"Oh, my… ¿Es esto una nueva pareja la que estoy presenciando…?" se preguntó Mizore viéndolas.
"Pero… de todas formas…" dijo Kirie sonrojada junto a Kuroumaru, mirando los pechos de Mana, Evangeline y Karin que estaban relajándose en el agua. "Estoy sintiendo mucha presión… Presión de la cual no diré de que es."
"No hay necesidad de estar triste, Kirie-sama, he oído que Touta-sama está interesado en un rango de edad bastante abierto."
"Bu-bueno, eso es cierto…" respondió Kirie, mirando a la mujer. "Espera, ¡¿quién eres tú?!" exclamó sorprendida de repente.
"Soy Sept." respondió, sonriendo la mujer.
"¡¿Qué?! ¡¿Shichijuurou?!" exclamó Kirie al verlo ahora convertido en mujer.
"Sí ~"
"Tengo demasiados enemigos en el mundo mágico, y él insistió en ser mi guardaespaldas, así que, le hice un cuerpo femenino, no os preocupéis, realmente él no es ni hombre ni mujer." les explicó Evangeline al lado de Mana.
"Por favor, llamadme Sept Sepko." les pidió Sept con los ojos cerrados y una mano sobre el pecho.
"No, no, ¡no! ¡Esa no es la cuestión! Pero… Por- ¿Por qué estás tan bien proporcionada? Y me irrita que seas tan hermosa." gruñó Kirie, mirándole con los ojos entrecerrados mientras Kuroumaru sonreía nerviosamente a su lado.
"Eso es mi culpa." le sonrió Sept con los ojos cerrados.
"Heh, heh, heh… Solo observad, ¡grandes pechos de seducción!... Un día os superaré a todas, ¡y ello será glorioso!" las miró Mizore de reojo con una vena en la sien, molesta y con un puño alzado a media altura.
"Ha, ha, ha, vamos, Mizore-chan." le sonrió Kirie con los ojos cerrados.
"Por cierto, ¿dónde está Leona?" preguntó Karin.
"Está en la habitación, prefirió quedarse allí, Chachazero está con ella." respondió Evangeline.
"Problemas con lo del mes, ¿no?" sonrió Sept levemente. "Es uno de los problemas de ser un humano."
"Lo del- Ah, entiendo." asintió Karin, sonrojándose levemente.
"Aunque me lo mencionaste, fue una sorpresa encontrala igual." le dijo Mana a Evangeline, mirándola con una sonrisa leve, apoyando el codo en uno de los bordes de la terma y sujetándose la cabeza con la mano cerrada en un puño.
"Lo sé, a mí también me sorprendió cuando la vi." respondió Evangeline, mirando el agua.
"Por cierto… Kirie-san, ¿no te has dado cuenta?" se dio la vuelta Mizore de pie.
"¿Huh…?... Espera… Ahora que ella lo menciona."
"Ella es un poco más alta… y tiene más curvas." añadió Kuroumaru.
"Heh, heh, ho, ¡ho! ¡Exactamente! ¡Ahora tenemos trece años! ¡Nuestros cuerpos han comenzado a madurar!" exclamó Mizore, orgullosa con una mano en la cintura y la otra en la nuca.
"Yo realmente no he…" murmuró Shinobu detrás de ella.
"Yo… Yo pienso…" pensó Kuroumaru fijamente, viéndola con algunas gotas en el rostro.
"Quizás estemos en problemas…" pensó Kirie, viéndola de la misma forma que Kuroumaru.
Mientras en una de las habitaciones, Leona estaba tumbada en la cama, mirando el techo.
"Qué aburrimiento." suspiró Leona.
"¿Preferías ir con el ama y las demás?"
"Ya de por si no me gusta que me vean desnuda, y allí hay demasiada gente."
"No hay quien te entienda, bueno siempre se puede dar una vuelta por la ciudad."
"Dar una vuelta… Está bien, así por lo menos no me aburriré." contestó Leona, levantándose de la cama. "Vamos."
Una vez que dejaron la habitación donde se alojaban, fueron a la ciudad, no era demasiado diferente a la de la tierra, había varios edificios y paradas donde vendían diferentes tipos de productos como comida, flores, recuerdos.
Leona estuvo mirando con Chachazero en su hombro las paradas, había bastante gente comprando y hablando divertida, cuando las dejaron atrás, pasaron por un puente donde se veían las nubes ya que era una isla flotante.
"Si nos caemos, ¿dónde crees que llegaremos?" preguntó Chachazero, apoyada en la barandilla de piedra del puente.
Leona entrecerró los ojos.
"No quiero saberlo."
De repente, se escucharon a unos hombres que parecían ser caza recompensas.
"¿Seguro que aquí está el Evangelio Oscuro?"
"Sí, es lo que escuché de un amigo, acabo con unos de no sé qué fortaleza." respondió el que parecía ser el líder.
"No sé si creerlo, pero si es cierto, entonces podremos entregarla o eliminarla y conseguir la recompensa." rio otro de ellos.
"Hey." se escuchó la voz de Leona detrás de ellos, lo que hizo que se girasen.
"¿Qué quieres, niña?" la miró uno, alzando una ceja.
"Nada, solo os escuché que mencionasteis algo del Evangelio Oscuro."
"Una niña como tú, no debería meterse en asuntos de mayores, pero sí, estamos aquí estamos aquí para liquidar a ese depravado Evangelio Oscuro."
"Entonces, volver por donde habéis venido."
"Estoy empezando a enfadarme, si no quieres salir malherida, lárgate mocosa, vamos a aniquilar a ese estúpido Evangelio Oscuro y así seremos ricos." rio uno de los hombres.
"¿Eh?" dijo Leona con una mirada sombría y fría.
"Ya está, ya la hemos liado, ke, ke, ke."
"¿A qué viene esa mirada, niña? ¿Es que estás a su favor? Si es así, prepárate."
"Puede que no pueda usar todo el poder que quisiera debido a cierta circunstancia, pero, reparto que da gusto."
Leona desapareció y apareció delante de uno de los hombres y lo golpeó en el estómago con fuerza, dejándolo en el suelo.
"¡Con que esas tenemos!" exclamó otro. "¡Ahora verás!"
El hombre iba a pronunciar un hechizo, pero de repente se formó una ola de viento de gran magnitud alrededor de ellos y los lanzó por los aires, llevándolos lejos del lugar.
"My, my… No puedes estarte quieta." se escuchó a Irise riendo.
"Irise…"
"La salidilla."
"Chachazero, que cosas tienes." rio Irise, acercándose. "Siempre me llamas de esa manera."
"¿Qué quieres?" le preguntó Leona, a la defensiva.
"¿Por qué te pones así? No voy a hacerte nada, ya lo dije, está bien, por qué no vamos a tomar algo."
Leona la miró extrañada.
"¿Por qué?"
"¿Qué tiene de malo? Así podemos hablar."
"Está bien…"
"Puede que a ella la convenzas porque es una cria, pero a mí no, si veo que haces algo indecente, irás a mi ama."
"Como iba a hacerle algo indecente en medio de toda la gente, tengo principios, vamos hay un lugar donde hacen unos postres excelentes."
Leona y Chachazero siguieron a Irise hasta llegar a una cafetería, se sentaron en las mesas de afuera y esperaron a que les tomaran nota, minutos después, les habían traído lo que pidieron, Irise pidió un granizado y Leona una porción de tarta de chocolate.
"Espera." avisó Chachazero antes de que Leona lo probara. "Y si esta envenenado o tiene algún tipo de afrodisiaco potente."
"Pero quien crees que soy, ¿piensas que tengo grandes compañías a mi cargo de hostelería o algo en todos los mundos?"
"Mm… Tiene sentido… Está bien, puedes comerlo." cruzó los brazos Chachazero, sentada encima de la mesa.
Mientras Leona se comía la tarta, Irise la observaba con una sonrisa, hasta que Leona se percató.
"¿Por qué me miras todo el tiempo?"
"Porque eres como un crio, te gustan esas cosas, ¿no? Se te nota en la expresión cuando lo comes." respondió Irise, sonriéndole con una mano en la mejilla, apoyándose en la mesa.
Leona se sonrojó levemente.
"En eso tiene razón, le gustan los postres." añadió Chachazero.
"¿Dónde está Wilson?" preguntó Leona, queriendo cambiar de tema. "¿No estaba contigo?"
"Oh, le di el día libre, aunque no le gustó demasiado, le gusta estar a mi lado, aunque es normal, soy como su ama."
"Pensé que os quedasteis en el planeta tierra con Dana."
"Dana si lo hizo, nosotros no, llegamos por otro camino."
"Claro, para que ayudar con los tipos esos." añadió Chachazero.
"Tampoco os suponían ningún problema, aunque debe confiar en su equipo para dejarte ir con ellos en el estado en el que estás honey."
"¿Qué estado…?"
"Estas con el periodo, ¿no?"
"¡Es que todo el mundo tiene que enterarse!" exclamó Leona, sonrojada.
"Vamos, los vampiros olemos la sangre a bastante distancia, aunque sea solo un pequeño corte, como para no saberlo teniendo en cuenta la cantidad que pierdes."
"¿No tienes filtro?" preguntó Leona, molesta a la vez que sonrojada.
"No te enfades, te invito." le sonrió Irise, haciéndole un giño. "Cambiando de tema, Dana me contó algo que estás haciendo." la miró apoyando la cabeza en sus manos entrelazadas y los codos sobre la mesa.
"¿Eh?"
"Estás practicando hechizos de alto nivel, ¿no?"
"Sí, pero ahora no puedo."
"Es lo que tiene ser humano." asintió Chachazero varias veces, con los brazos cruzados.
"Chachazero, no cuentes cosas."
"No es necesario, ya me hago una idea." sonrió Irise divertida.
"?!"
"No te preocupes, aunque no puedas, puedes entrenar otras cosas."
"¿El qué?"
"A ser más fuerte de espíritu." la miró Irise seriamente. "Puedo ayudarte, de todas formas, no tengo nada que hacer ahora y ya que tu maestra esta con ese chico llamado Touta dando vueltas por la ciudad mientras algunas de su equipo los están siguiendo a escondidas."
"¿Eh?" parpadeó Leona.
"Que cotilla la gente."
Leona miró de reojo a Chachazero y luego miró a Irise.
"¿Cómo lo sabes?"
Irise encogió los hombros.
"Los encontré antes simplemente, bueno, que me dices."
"Está bien, pero como se hace eso."
"Es por eso que digo que quiero ayudarte." sonrió Irise levemente.
Al terminar, se levantaron y después de pagar, fueron a un lugar donde no hubiera apenas gente.
"Bien, siéntate en el suelo y concentrate."
"Es lo mismo que meditar, ¿no?" la miró Leona, extrañada.
"Más o menos." le respondió Irise mientras Leona se sentaba cruzando las piernas. "Si lo resumo, sería como hacer que recordaras recuerdos dolorosos de tu pasado, de esa forma, si los superas fortalecerás tu espíritu y controlarás mejor tu oscuridad."
"Entiendo."
Irise levantó el brazo a media altura e hizo aparecer una esfera oscura en la palma de su mano.
"Cierra los ojos y no pienses en nada, cuando estés preparada, avisame, pondré esta esfera dentro de tu ser, si ves que no puedes soportarlo, entonces la retiraré, sabrás si lo has superado si no necesitas que la retire."
"¿Para qué es esa esfera?"
"Hará que recuerdes lo que más te hace sentir afligido."
"Está bien, ¿pero por qué haces esto?"
"Por nada, solo me aburro." respondió Irise, encogiendo los hombros.
"Eso ha sonado a excusa barata." añadió Chachazero.
"Piensa lo que quieras, ¿y bien? Si no quieres, simplemente me iré a otra parte."
"No, está bien, cuando quieras." la miró Leona.
"Bien."
Horas más tarde, cuando ya el sol se había puesto, Leona caminaba por la ciudad con Chachazero para regresar donde se alojaban mientras las luces de algunas farolas iluminaban la noche.
"¿En serio piensas continuar?" le preguntó Chachazero, intrigada.
"Sí, mañana volveré tal como quedamos."
"Leona." se escuchó una voz.
"Mana." la miró Leona mientras iba hacia ella.
"¿Dónde estabas?"
"Ah… Perdí la noción del tiempo, supongo." respondió Leona, acariciándose la nuca.
"Como no le compráis un reloj de muñeca." añadió Chachazero.
"Como sea, no sabíamos dónde habías ido, así que Eva me pidió que fuera a buscarte, no pensaba que te pudiera pasar algo, pero debido a que tienes-"
"Por favor, no lo digas, ya tuve suficiente." interrumpió Leona, sabiendo que quería decir.
"Eh, yo estoy con ella, no hay de qué preocuparse."
"Ya…" sonrió Mana, mirando a Chachazero. "No importa, regresemos juntas."
Leona asintió.
"¿Sueles venir mucho por aquí?" preguntó Leona mientras regresaban.
"Depende, últimamente tengo bastante trabajo sustituyendo al antiguo director."
"¿Eres la directora de Mahora?"
"Bueno, sustituta."
"Entonces los que envían a tu despacho, les sacas el bazuca."
"Claro que no, Chachazero." le sonrió Mana.
"Como iba a hacerle eso a los estudiantes." añadió Leona, alzando una ceja.
"¿Por qué no?"
"La expulsarían y saldría en todos los titulares de la escuela."
"Que poca severidad."
"Os lleváis bien vosotras dos, eh." rio Mana levemente.
"Si bueno, que remedio, la ama me ordena vigilarla, soy su niñera."
"Usted perdone, siento quietarle su preciado tiempo para ir por ahí a destrozar cosas."
"Al menos lo admites, bien, bien."
Leona entrecerró los ojos mientras miraba al frente.
"Leona… Eva me contó lo sucedido, siento que regresaras en este tiempo…"
"¿Eh? No tienes que preocuparte, no es algo que podía imaginar, pero no sabía que eras medio demonio."
"Bueno, me gusta mantenerlo en secreto." le sonrió Mana.
"Ya hemos llegado." añadió Chachazero mirando el edificio.
"Bueno, iré a mi habitación, ¿sabes dónde está la tuya, Leona?"
"Sí."
"Entonces, buenas noches." le sonrió Mana mientras entraban a la recepción.
"Buenas noches."
Una vez que llegaron a su habitación, abrió la puerta con la tarjeta y la cerró detrás de ella.
"Leona." la llamó Evangeline, ya que compartían habitación. "Mana me contó que te había encontrado hace un momento, ¿fuiste por la ciudad?"
"Yo…"
"Estuvo con la salidilla." respondió Chachazero con simpleza.
Evangeline cambio su expresión a una seria.
"¿Irise?"
"Eh… Sí… Pero no pasó nada."
"Yo doy fe, ama, no le hizo nada indecente ni le hincó el diente."
"Entonces que se supone que quería." se acercó Evangeline a Leona, con una mirada seria.
"Dieron una vuelta."
"Una vuelta…" le alzó Evangeline la barbilla a Leona, sujetándola con dos dedos obligándola a mirarla mientras la observaba fijamente y sombríamente. "Entonces porque tienes los ojos rojos como si hubieras estado llorando." dijo con un tono de voz frio que a cualquiera intimidaría.
"Debe ser por lo que estuvimos haciendo… Me resulta difícil aguantar el tener que recordar todo." pensó Leona. "No pensé que se daría cuenta…"
"Eso es porque se perdió, quiso alejarse tanto que luego no sabía cómo llegar, y después de andar durante horas, encontramos a la otra medio demonio." explicó Chachazero sentada desde la cama.
"¿Pero qué excusa es esa? Me hace quedar como una idiota y no sé si va a creérselo." pensó Leona.
Evangeline apartó los dos dedos de la barbilla de Leona.
"Ya sabe, como esta en esos días, está sensible."
"¡Chachazero!"
Evangeline suspiró.
"Chachazero, sabes que no me gusta que me mientan."
"¡Lo sabía!" pensó Leona con una sombra cubriendo su mirada.
"¿Por qué no puede llorar por eso, ama?"
"No le veo sentido, ni me lo imagino… Ahora, se me explicará porqué has estado llorando… ¿o tengo que meterme en tus recuerdos para averiguarlo? Y en cuanto a ti Chachazero, puedo enviarte a pasar la noche fuera." dijo Evangeline con los brazos cruzados bajo su pecho con una expresión seria.
"¡Eh! ¡No es necesario! ¡Es privado!"
"¿Entonces?"
"Estuvo ayudándome a entrenar, pero de una manera distinta."
"¿Qué?"
"Es como meditar, pero te ayuda a fortalecerte mediante recuerdos dolorosos."
"¿Por qué deberías querer hacerlo?"
"Todo el mundo está entrenando a su manera, yo también quiero hacerlo, pienso que una de mis debilidades es esa."
"Eso es lo que ocurrió." asintió Chachazero. "Por cierto, ama, ¿Cómo fue la vuelta con el otro mocosete? La salidilla nos mencionó que pasasteis el día juntos."
"Sí, hacía tiempo que no teníamos tiempo para hablar, así que, después cenamos y nos separamos."
"¿Nada más?" la miró de reojo Chachazero.
"¿Qué?"
"Ama, sabe que no puede ocultarme nada, soy su compañera desde hace siglos, ¿o quiere ocultar algo?"
Evangeline suspiró.
"No tengo nada que ocultar, después de la cena, lo besé."
"¿Por qué?"
"¿Siempre fuiste así de cotilla, Chachazero?" la miró Evangeline, alzando una ceja. "Touta estaba pasando por un momento de crisis existencial."
"Ella también." señaló Chachazero a Leona con el dedo índice desde la cama.
"Qué yo… ¿Qué?" parpadeó Leona.
"Sabe aquello de, ¿te lloré todo un rio? Se pasó casi toda la tarde llorando."
Una sombra cubrió la mirada de Leona.
"¡Eso fue porque todavía no estoy preparada para soportarlo!"
Evangeline miró a Leona y se dirigió a ella, lo que hizo que está retrocediera un paso atrás.
"No- No quiero ningún beso."
Seguidamente, Evangeline la tiró hacia ella cogiéndole uno de los brazos y la abrazó.
"No entiendo por qué tienes que pasar por todas esas cosas, mira que llegas a ser testaruda."
"…"
Al cabo de unos cuantos segundos, Leona se tranquilizó, y cuando se separaron Evangeline la besó en los labios poniendo una de sus manos en la nuca de Leona. Ello hizo que Leona se sorprendiera.
"¡¿Mm?!"
Segundos después Evangeline dejó ir a Leona.
"Por… ¿Por qué?"
"Después de lo que Chachazero dijo, parecía que también lo necesitabas."
"¡No tengo una crisis existencial! Yo… Yo voy a ducharme… Estoy cansada…"
Leona se dirigió al baño, ocultando su sonrojo.
"Lastima de periodo." pensó Chachazero.
Seguidamente, Evangeline la miró fijamente.
"Vaya, parece una habitación cómoda esta." dijo Chachazero, mirando alrededor pretendiendo que no se había dado cuenta.
Minutos después, Leona salió del baño con el pijama.
"¿Estás mejor?" le preguntó Evangeline, sentada en la cama.
"¿Por qué lo dices?"
"Te noté extraña."
"No, estoy bien… Por cierto, mañana iré de nuevo con Irise."
Evangeline entrecerró los ojos.
"Y ella se lo dice como si nada, esta niña quiere que ocurra un apocalipsis." pensó Chachazero.
"¿Seguirás con los mismo?"
"Sí."
Evangeline suspiró pesadamente.
"No se preocupe ama, piense que con el periodo no puede hacerle nada tampoco."
"¿Lo hace aposta, no? Repetirlo una y otra vez." pensó Leona, molesta.
"Y si pasara algo están esos brazaletes o la carta de pactio."
"Está bien… Aunque no me convence demasiado." accedió con displicencia. "Cambiando de tema, como te encuentras."
"¿Sobre qué?"
"Lo tuyo."
"Ah… Estoy bien…" respondió Leona con un leve sonrojo.
"¿Seguro? No tienes por qué sentirte avergonzada."
"Me encuentro bien, de verdad." respondió Leona, metiéndose en la cama que compartían, tumbándose de lado. "Solo estoy cansada."
"Está bien, si necesitas algo solo dilo, pediré que lo traigan." la miró Evangeline, sentada en el lado opuesto, aunque se percató de que ya se había dormido.
"Debe haberse esforzado demasiado."
Seguidamente, miró a Chachazero.
"No voy a negarlo."
"Representa que estamos aquí para descansar." suspiró Evangeline con los ojos cerrados.
"Se preocupa demasiado ama, aunque no lo crea, la salidilla no parece tener malas intenciones esta vez, lo sé porque la he estado vigilando todo el tiempo, aunque no sé sus motivos, solo mencionó que se aburría."
Eso último pareció molestarle a Evangeline.
"Mañana estaré todo el tiempo con ella." dijo Chachazero.
"De acuerdo, pero si intenta hacer el más mínimo movimiento, házmelo saber."
"Okay."
A la mañana siguiente, Leona se dirigió al mismo lugar donde estuvo con Irise, con la diferencia de que esta vez, Wilson estaba con ella.
"Has venido." le sonrió Irise.
"¿Por qué no debería?"
"Pensé que tu maestra no te dejaría."
"…"
"¿Y él?" señaló Chachazero a Wilson con el dedo índice.
"Oh, bueno ya mencioné que ayer no estuvo porque le di el día libre, le quise dar otro día si quería, pero se negó." Irise movió la cabeza en negación con los ojos cerrados y los brazos levantados por encima de los hombros con las palmas de las manos abiertas.
"Con uno ya me es suficiente, ama."
"Bueno, si estás preparada, podemos continuar, ¿has desayunado?"
"Huh… Sí…"
"Bien, es importante."
"Claro porque así puedes beber la sangre mucho mejor si el humano está bien alimentado, ¿no?" añadió Chachazero.
"Eso es... Espera, no voy a hacerle nada si es lo que pretendes averiguar, además con la cantidad que ya pierde la pobre con lo suyo solo le faltaría eso, acabaría desmayándose y no tengo ganas de acabar peleando con cierta persona enfurecida."
"¿Podemos empezar?" interrumpió Leona, molesta, sentada en el suelo con las piernas cruzadas.
"Sí." dijo Irise, haciendo aparecer la esfera oscura de nuevo.
Las horas fueron pasando hasta que Irise sacó la esfera del interior de Leona.
"Por… ¿Por qué te has detenido…?" la miró Leona cansada.
"¿Te diste cuenta, Wilson?"
"Sí, ama."
"¿El… qué?" los miró Leona.
Si te concentras lo suficiente, seguramente también te darás cuenta.
Leona cerró los ojos y al concentrarse un aura oscura la rodeó y segundos después notó la energía de Touta lejos de donde estaban, pero parecía distinta a la de siempre.
"¿Es Touta?" les preguntó mirándolos.
"Así es." respondió Irise, mirando hacia otro lado. "¿Quieres ir a ver qué ocurre?"
"Sí."
"Está bien, entonces, vamos."
Todos se dirigieron volando hacia donde parecía encontrarse Touta.
"Quisiera preguntar… ¿Usas las alas porque te gusta o porque no sabes volar sin ellas?" preguntó Irise mientras iban volando.
"No se volar sin ellas."
"Es decir, puedes aprender hechizos de gran nivel entre otras técnicas de lucha, pero no puedes aprender a volar, ¿sabes que es mucho más fácil que lo demás?"
"Exactamente." añadió Chachazero.
"Es por un trauma que tuve en mi infancia." respondió Leona, sonrojada a la vez que molesta.
Irise soltó una risa sonora lo que hizo que a Leona le apareciera una vena en la sien.
"Yo no le veo la gracia."
"Es solo que me desconciertas." la miró Irise con un brillo misterioso.
"Ama, se pueden ver a más personas yendo hacia donde nos dirigimos." avisó Wilson.
"¿Mm?"
Irise vio que se trataba de UQ Holder y sonrió.
"Vaya, no somos los únicos."
Aceleraron la velocidad y se pusieron al lado de ellos.
"¿Contemplando las vistas?"
"¡Tú!" exclamaron algunos de UQ Holder al ver a Irise.
"Leona, ¿cómo es que estás con ella?" preguntó Kirie.
"Es algo largo de explicar… Pero notamos la energía de Touta cambiada y por eso decidimos ir a ver si ocurría algo."
"No estás equivocada, de hecho, el hermano de Kuroumaru, les atacó a ambos y están con su clan." explicó Jinbei.
"Si es así, podremos tener algo de diversión." añadió Nikitis.
"Qué tiene de divertido." lo miró Makabe.
"Debe referirse a pelear contra ellos." respondió Jinbei.
Juuzou sonrió.
"Si es como la otra vez, dudo que tengas tiempo para hacer algo."
"¡Repite eso!"
"Vamos… No es momento para discusiones." intentó Ikkuu calmarlos, sonriendo nerviosamente.
Mientras discutían, Evangeline miraba a Leona que estaba junto a Irise.
Minutos después, llegaron al lugar y descendieron al suelo, era un lugar rocoso, allí se encontraban Kuroumaru y Touta, Kuroumaru estaba desnudo y Touta ahora tenía la piel morena con un tatuaje en el torso, le había crecido el pelo que en vez de negro se le había vuelto blanco y le faltaba una pierna y un brazo.
"¡Vaya por donde! ¡No queda nadie para combatir!" se quejó Nikitis.
"Pensé que podría usar mi espada contra espadachines de la escuela Shinmei." añadió Juuzou.
"Chicos…" dijo Touta apoyándose en Kuroumaru.
"Supongo… Que no llegamos demasiado tarde." lo miró Karin.
"Te ves horrible." añadió Kirie.
"¿Por qué te ves así?" le preguntó Karin.
"Pasaron muchas cosas…" sonrió Touta nerviosamente.
Seguidamente, Touta cerró los ojos y regresó a la normalidad.
"Bien, volví como era antes." dijo Touta.
"Te ves mucho mejor así." lo miró Kirie.
"Estoy de acuerdo." añadió Karin.
"Ngh…"
"¿Estás bien, Touta-kun?" le preguntó Kuroumaru, preocupado.
"Estoy segura de que esta prueba resultará favorable para Kuroumaru y Touta, gracias, Tokisaka." dijo Evangeline dándole la mano al hermano de Kuroumaru.
"No, no hice nada… Todo el trabajo lo hizo Touta, soy yo quien debería de agradecerte… Por tomar a Kuroumaru bajo tu responsabilidad." le respondió Tokisaka, estrechándosela, llevaba una máscara oscura cubriéndole la mirada, vistiendo con un kimono y dos katanas sujetadas en la cintura.
"Buen trabajo defendiendo a Kuroumaru, chico." le sonrió Jinbei, dándole leves golpes en la espalda.
"Bien hecho, has derrotado a los de la escuela shinmei." añadió Makabe, sonriendo levemente.
"Sí, un trabajo esplendido, me gustaría saber al respecto." dijo Sept.
"No, yo apenas hice algo… Kuroumaru fue quien lo hizo todo…"
De repente, Touta se desmayó.
"¡¿Touta-kun?!"
"No os preocupéis tanto, se recuperará, es inmortal, al fin y al cabo." suspiró Nikitis con los brazos cruzados.
"Tienes razón…"
"Está bien, regresamos a Senkyokan." los miró Evangeline.
"¡Sí!"
Dos días después, Touta se recuperó de las heridas y gracias a su regeneración volvió a tener la pierna y el brazo, ahora estaba entrenando en la orilla de la playa con el bañador mientras los demás estaban sentados en una de las mesas en las que tenía una sombrilla cubriéndolos, con los bañadores de nuevo.
"Huh… ¿No se supone que deberíamos usar este tiempo para entrenar?" pregunto Kuroumaru con una gota en la nuca.
"No te preocupes, con el poder de Kirie-chan, tenemos tiempo, podemos relajarnos." añadió Ikkuu.
"Tiene razón, no hay necesidad de tener prisa." sonrió Karin.
"¿Alguien puede explicarme para que fuimos al mundo mágico exactamente?" preguntó Kirie.
"Solo fuimos para los esbirros de Ba'al, pero ya que estábamos en el mundo mágico, tuvimos una visita rápida." respondió Ikkuu.
"Y tan rápido que fue la visita." suspiró Kirie.
"Entonces, si lo entendí bien…" dijo Leona. "Aparte de que Kuroumaru y su hermano ya se llevan bien, resulta que Ialda está en Plutón y solo tenemos seis meses para impedir su plan, el Cosmo Entelekheia y nos tendremos que ir hacia allí dentro de una semana porque Plutón está en el culo del universo y no hay tele transportación ni nada parecido que te haga llegar en un momento, por lo que tardaremos en llegar allí cinco meses gracias a la nave que nos dejarán." terminó de explicar.
"Exactamente."
"…"
"No pasa nada, lo lograremos." le levantó el pulgar Kirie. "Recuerda que con mi poder podemos regresar tantas veces como queramos con nuestros recuerdos."
"Bueno, Touta-kun, es el que parece estar pasándolo mal por su entrenamiento, Sept, y los demás chicos e incluso Dana están entrenándole, parece un saco de boxeo con tanto poder mágico."
Al cabo de unos minutos, todos excepto Leona y Ikkuu, fueron a la habitación de Kirie para merendar, Kuroumaru y Sept estaban sentados en dos sofás mientras que Karin y Kirie estaban tumbadas en uno.
"Que agradable estar aquí con vosotras." dijo Sept, ahora con cuerpo de mujer. "Y pensar que Kirie-sama nos dejaría."
"Dejame en paz, Sept."
"Por favor, llámame Sepuko cuando estoy así."
"No, Sept."
"Kuroumaru-sama, ya que ahora eres mujer, porque lo escogiste, y eres compañera de Touta-sama podrías hacer tu movimiento." le sonrió Sept.
Ese comentario hizo que Kuroumaru escupiera con fuerza lo que estaba bebiendo.
"¡No! ¡No podría! Además, ya no comparto habitación con Touta desde que lo decidí, por eso estoy compartiendo habitación con Kirie-chan."
"Ya veo, ¿y vosotras dos? Yukihime-sama les dio permiso para profundizar su relación con él."
"¡Qué!"
"Es cierto que le debo por todo lo que hizo, ¡pero no hay razón para que deba profundizar mi relación más con él!" respondió Karin.
"Bueno, en cualquier caso, deberíais pensar en que cuando partamos hacia la batalla no sabremos qué ocurrirá, por eso pienso que deberíais aclarar las cosas con él." las miró Sept.
De repente, Touta abrió la puerta hecho polvo y cansado por el entrenamiento.
"¿Kuroumaru, estás aquí? Quería hablarte sobre algún consejo para-"
Seguidamente se desmayó cayendo al suelo.
"¡Touta-kun! ¿Qué pasa?"
"Que se le va a hacer, todas tendremos que lavarlo y ponerlo en la cama, no podemos dejarlo en este estado." dijo Sept desnudándolo mientras las demás observaban perplejas. "Bueno, ahora debería irme, os dejo el resto."
"¡Espera un momento! ¡¿No ibas a ayudarnos?!" exclamó Kirie, mirándolo.
"Tengo que organizar algunos documentos de Yukihime-sama… Así que… Os lo dejo a vosotras, creo que están preparadas para este trabajo, adiós."
"¡Eh!"
Sept abrió la puerta y se marchó dejándolas con Touta mientras iba por uno de los pasillos, encontró a Leona.
"Hola, Leona." la saludó.
"¿Sabes dónde están las demás?"
"Sí, pero creo que sería mejor que vinieras conmigo si no te importa, ahora están ocupadas."
"¿Eh?"
"Iba a la oficina de Yukihime-sama a organizarle unos documentos y creo que quería decirte algo."
"Está bien…"
"No quieres que vaya con las demás porque sabes que como se entere mi ama de que la has mandado, lo que haría sería patearte el trasero enviándote a Plutón, aunque así te ahorrarías el viaje, ke, ke, ke."
"Chachazero-sama, eres bastante perspicaz."
"No entiendo, ¿qué quieres decir con eso?" preguntó Leona, confundida.
"Nada, niña, vamos a ver a la ama."
"…"
"Por cierto… ¿Quién eres tu…?"
"…"
"Oh, cierto, aun no me vistes así, soy Sept."
"¿Sept…?"
"Sí."
Pasaron unos segundos en silencio desde que Sept respondió.
"¿Eres su hermana con el mismo nombre?"
Chachazero se cayó del hombro de Leona.
"No, solo que puedo cambiar de género, digamos que Ba'al-sama me hizo así, y gracias a Yukihime-sama puedo cambiar cuando quiera." le sonrió Sept.
"Entiendo."
"En serio… A veces pareces idiota." suspiró Chachazero, volando a su lado.
"¡Hey! ¡Cómo quieres que lo sepa!"
"Vamos, no discutáis, vayamos a la oficina."
"¿Yukihime-sama podemos entrar?" preguntó Sept desde detrás la puerta.
Al escuchar a Evangeline dándole el permiso, entraron dentro.
"Vengo a organizar los documentos." le sonrió Sept.
"Gracias."
"Puedo hacerlo yo." dijo Vasago al lado de la mesa donde estaba Evangeline.
"Pero si somos dos iremos más rápido."
"Sí, supongo que tienes razón." contestó Vasago. "¿Y ella?" miró a Leona.
"Le dije que viniera." respondió Sept.
"Se lo pedí yo Vasago, ven conmigo, Leona."
Leona asintió, dejaron la oficina y fueron a la habitación.
"Tengo la impresión de que no le caigo demasiado bien." suspiró Leona.
"Si te refieres a Vasago, no te preocupes, es su carácter."
"¿Qué querías decirme?"
"Verás, el otro día estuve hablando con Ayaka y nos invitó a una de sus fiestas para vernos y tomarnos un descanso antes de irnos."
"¿Cuándo será?"
"Mañana, por la noche, seguramente estará Mana también."
"¿Lo saben los demás?"
"Se lo he dicho algunos, pero no a todos los números."
"Entonces iré a comentárselo a Kirie."
"Ama, están profundizando la relación con ya sabe quién."
Evangeline detuvo a Leona, cogiéndole el brazo.
"No tienes por qué decírselo ahora."
"Deben estar ocupados con algo…" pensó Leona.
"Lo más seguro es que Mizore se lo diga."
"Cierto."
"Si no tienes nada que hacer ahora, ayúdame con estos informes."
"¿No estaban Vasago y Sept con ello?
"Esos son otros documentos." respondió Evangeline, sacando de uno de los cajones unos cuantos, poniéndolos sobre el escritorio.
Leona agrandó los ojos al ver tantos sobre la mesa.
"No… No se me dan bien hacer ese tipo de cosas, de hecho, nunca he hecho uno…"
"No te preocupes por eso, puedo enseñarte." le sonrió Evangeline con malicia.
"…"
Leona se sentó a su lado.
"Tiene que hacerlo de esta manera." le dijo Evangeline explicándoselo de uno de los informes que había hecho. "¿Lo entiendes?"
"Sí…"
"Si tienes alguna duda, dímela."
Pasaron unos minutos desde que se pusieron con los informes.
"Qué aburrido es esto, bueno, no importa, por lo menos la ayudo en algo." pensó Leona.
El tiempo fue pasando hasta que por fin terminaron.
"Al fin." pensó Leona, estirando los brazos por encima de su cabeza, entonces vio a Evangeline suspirar.
"No sabía que los vampiros también se cansaban."
"¿Eh?" la miró. "Qué seamos inmortales y tengamos todas esas habilidades no significa que no nos cansemos, aunque nos recuperemos rápido." le sonrió.
"Yo… Puedo darte un masaje en los hombros entonces."
Evangeline alzó una ceja, mirándola.
"¿Sabes hacerlo?".
"Me enseñaron de pequeña."
"Muchas cosas te hacían hacer a ti cuando eras un pitufo, claro, como eres tan simple." comentó Chachazero.
"¿Qué quieres decir con ello?"
"Nadaa."
Leona entrecerró los ojos.
"Si quieres, no voy a negarme."
Evangeline se levantó de la silla y se sentó en la cama, a continuación, Leona se puso detrás de ella.
"Espera." dijo Evangeline, quitándose la camisa.
"Por… ¿Por qué te quitas la camisa?" preguntó Leona, sonrojada.
"Lo prefiero así, ¿te incomoda?"
"N- No…"
"Entonces, puedes empezar."
"No pasa nada, es lo mismo… Solo concéntrate…" pensó Leona, viendo la espalda de Evangeline.
Seguidamente, empezó a hacerle el masaje en los hombros mientras Evangeline cerró los ojos, relajándose. Al terminar, Leona retiró las manos de sus hombros.
"Listo."
"Eres bastante buena." dijo Evangeline poniéndose la camisa sin abrochársela.
"¿En serio?" añadió Chachazero. "Entonces, yo te nombro masajista oficial del ama a partir de ahora."
"¿Y eso por qué?"
"Porque lo digo yo."
"Sera-"
"Leona." interrumpió Evangeline. "Ya no tienes el periodo, ¿no?"
"No, pero porque todos os ha dado por mencionarlo, por si nadie se ha dado cuenta, soy humana y esas cosas me dan vergüenza, aunque no lo parezca."
Seguidamente, Evangeline se dio la vuelta y tumbó a Leona poniéndose encima de ella, mirándola fijamente.
Leona se sobresaltó sin saber que decir.
"¿Puedo tomar tu sangre?"
"¿Eh? Sí… No me importa…" se sonrojó Leona. "Pero podrías haberlo preguntado antes… ¡Me he sobresaltado!"
"Hm…"
Leona miró a Evangeline durante unos segundos que parecían eternos.
"Huh… No ibas a…" dijo Leona, nerviosa ya que no sabía que estaba pensando.
Evangeline acercó su rostro al cuello de Leona, haciendo que se estremeciera al notar su aliento contra su cuello. Seguidamente sintió sus labios besándola lentamente antes de hundir sus colmillos en ella.
Leona al sentirlo se aferró a su camisa mientras respiraba pesadamente intentando contener la sensación que estaba sintiendo en la que parecía que su cuerpo le estuviera ardiendo por momentos. Segundos después, Evangeline retiró sus colmillos, lamiéndole el cuello para sanar la herida mientras Leona seguía aferrada a ella.
"Leona, he terminado, puedes soltarme."
"?!"
Seguidamente, Leona la soltó sonrojada sin saber que decir.
"Te traeré algún refresco, pareces acalorada."
Leona asintió mientras Evangeline se levantaba de la cama y salió de la habitación con Chachazero.
"Ama, como siga así la niña acabara explotando por falta de necesidad." dijo Chachazero, volando a su lado mientras caminaban.
"¿Qué quieres decir?"
"Sé perfectamente que ocurre cuando un vampiro toma la sangre de un humano y por la reacción de la niña no parecía disgustarle y seguro que lo habrá notado, además sé que su sangre le gusta."
"Es por eso que no seguí, no quiero abusar de ello."
"Se ha vuelto demasiado compasiva, ama, será la edad." suspiró Chachazero.
"Puedo mandarte a fregar los baños, ¿quieres empezar mañana?"
"¿Dónde dice que están los refrescos? Es mejor que nos demos prisa, no vaya a desmayarse la niña."
Poco después, entraron a la habitación con el refresco.
"Aquí tienes." le dio Evangeline el refresco a Leona en la mano.
"Gracias."
"Así que nos han invitado a ir mañana a esa fiesta, bueno, bueno, así veré a mi hermanita, ke, ke, ke."
Fin del capítulo.
Aquí otro capítulo, ¿cómo resultará la fiesta en la que han sido invitados por Ayaka?
Gracias por leer, espero que haya gustado, si es así, dejen review por favor, me gustaría saber su opinión, me anima a seguir escribiendo. Cualquier duda de la historia, pueden decirme.
