Capítulo 28

Convierte el dolor de tu corazón en valor

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En un lugar del espacio, se encontraba Ba'al con los doce barones, eran unos demonios de Venus que, tras convencerlos, decidieron combatir a su lado.

De repente, dos personas se tele trasportaron donde se encontraban.

"Vaya no esperaba visita." sonrió Ba'al.

Rápidamente, una de las personas lo golpeó en la mejilla, lanzándolo contra una de las paredes de la nave abandonada.

"Esto es por jodernos los planes, ser ruin y despreciable, estúpido vampiro inmundo, ¡¿quién te dijo que intervinieras?!"

"Rachel, acordamos que no habría violencia." le sonrió Albireo, calmado.

"Tsk, esperando tanto tiempo para que venga este y lo fastidie todo, ahora que por fin iban donde estábamos, ¡sabes lo que tuvimos que esperar!"

Los cristales de las ventanas de la nave abandonada se rompieron tras sus palabras.

"Deberías darme las gracias, os ahorré tener que hacer el trabajo sucio, gracias a mí ya no habrá nadie que os plante cara." se levantó Ba'al, sonriendo. "Aunque no vuelvas a tocar mi cara, humano."

"Tú lo que no vas a ahorrarte va a ser la paliza que vas a recibir gratuitamente." lo miró Rachel con ira.

Albireo le puso la mano sobre su hombro para calmarla.

"Rachel, dejalo, además, sabes que no son del tipo que se rinden tan fácilmente."

"¿Qué estás diciendo?" miró Ba'al hacia Albireo. "Me aseguré de que no hubiera-"

"Es solo una suposición." le sonrió Albireo.

Rachel suspiró.

"No sé cuánto pasará, pero si lo que dice él es cierto, prepárate porque no tendrás ninguna oportunidad."

Ba'al rio por su comentario.

"¿Crees que en el caso de que fuera así, no tendría nada que hacer? Nunca podrían-"

"Por eso mismo, no sabes nada y lo lamentarás, sobre todo por ella."

"¿Quién?"

"No tengo nada más que decir, vámonos Albireo." dijo Rachel, molesta.

"Está bien."

Los dos desaparecieron de lugar, dejando a Ba'al extrañado.

"Ya hemos vuelto." sonrió Albireo, llegando a Plutón.

"¿Cómo fue?" preguntó Rakan.

"Entretenido."

"Podrías explicarte mejor sabes, resumes demasiado." lo miró Rakan, molesto.

Rachel fue hacia Ialda con una expresión bastante molesta.

"Por tu mirada, quieres decirme algo." la miró Ialda.

"¿Por qué le dejaste hacerlo? Por qué dejas que haga lo que le da la realísima gana, ¿no quieres que se cumpla tu plan?"

"La paciencia es una virtud necesaria."

"Tu tendrás paciencia infinita, pero yo no."

Ialda sonrió levemente.

"No logro entenderte, tienes más años que todos los que estamos aquí y sin embargo no te molesta que venga un imbécil e interrumpa, si no hubiera hecho eso, ya habríamos terminado."

"Vamos, Rachel, pensaba que tenías más paciencia." suspiró Yue.

"Tsk."

"Está molesta porque quería encargarse de ella y no pudo."

Seguidamente, Rachel le envió una mirada siniestra a Rakan.

"Vuelve a repetirlo."

"Vamos, no empecéis, que tal si nos entretenemos." intervino Albireo.

Rachel entrecerró los ojos.

"Claro, ahora mismito saco el parchís, por si aún no te has dado cuenta estamos en medio de la nada y con un montón de rocas."

"Si quieres saco uno con mi varita." la miró Yue.

~·~

"Era una ironía." la miró Rachel de reojo.

"¿Dónde estoy?" se preguntó Leona aun con los ojos cerrados, pensativa. "Siento como si estuviera sostenida en el aire… Yo estaba…"

De repente, Leona recordó lo sucedido y abrió los ojos.

"¡Irise!"

"No está aquí." se escuchó una voz que le resultaba familiar. "Ya despertaste."

Leona se dio la vuelta y vio al espíritu del árbol del mundo, aunque esta vez en forma adulta.

"Tú… ¿Otra vez?"

"Tendrás preguntas supongo, te responderé algunas, estás de nuevo aquí por quien te hizo beber aquel líquido."

"Irise…"

"No es nada fácil de conseguir a la vez de extraño, pero si bebes eso te hace aparecer aquí, no puedo decirte su motivo, pero seguro que debió ser porque sabía que pasaría."

"Entonces necesito regresar."

"Sabía que dirías eso, pero antes, debes saber ciertas cosas."

"Espera… Si estoy aquí… ¡¿Cuántos años han pasado?!" exclamó Leona preocupada a la vez que habría más los ojos.

"Cuarenta y tres años."

Una sombra cubrió la mirada de Leona.

"Ya mencioné que el tiempo aquí es distinto, al igual que el tiempo de la persona se detiene, sé que ahora estarás preocupada, pero tienes que escuchar lo que tengo que decirte."

Leona intentó calmarse y le respondió asintiendo.

"No puedo saberlo todo porque al fin y al cabo estoy atrapada aquí y no puedo saber lo que sucede en todo el mundo, pero ella no es lo que crees."

"¿Quién? ¿Qué quieres decir?"

"Ialda Baoth, al igual que todos los demás, solo es alguien quien está siendo controlado, ello empezó hace siglos atrás, aquel ser la engañó aprovechándose de su debilidad y entonces la poseyó, por eso sufre de esa manera y cree que solo puede ser salvada de esa forma, pero no puedo pedirte que la liberes después de todo lo ocurrido, eso es algo que debes elegir tú."

"¿Cómo sabes todo eso?"

"Estuvo atrapada dentro del árbol, además…"

El espíritu del árbol estuvo explicándole más sobre ello mientras Leona la miraba fijamente.

"¿Por qué no me lo mencionaste la otra vez?"

"No era el momento adecuado."

"…"

"Ahora puedo explicarte algo de lo ocurrido durante estos años, alguien llamado Ba'al creo un virus por la red que hizo que la gente cayera en coma, es una versión más pequeña del Cosmo Entelecheia de Ialda, él no quiso esperar más su plan y actuó por su cuenta haciendo que años atrás esas personas cayeran en su trampa, ello hace que cuando estas en coma, al final se convierte en cenizas y se desmoronan, y significa que cuando Ialda haga su Cosmo Entelecheia, los cuerpos pulverizados también irán allí, es decir sus almas, pero como la de Ba'al es incompleta, dudo que alguien pueda volver aunque se solucionase el problema del plan de Ialda."

"¿Eso cuando ocurrió?"

"No fue mucho después de que llegaras aquí."

"¿Sabes algo de UQ Holder?"

"Lo siento, pero no puedo saberlo."

"Está bien, hazme regresar, no puedo estar más tiempo aquí."

"Entiendo." le sonrió el espíritu del árbol. "Aunque recuerda que tal vez todo ya no sea como antes."

Leona asintió.

"Gracias por mantenerme aquí de nuevo."

"Yo no hice nada, aunque pensé que estarías más enfadada por estar tantos años."

"Huh… No me lo recuerdes, al final ni sabré la edad que tengo realmente." suspiró Leona.

El espíritu del árbol rio levemente.

"Entonces, buena suerte."

Ella alzó el brazo hacia Leona y empezó a decir unas palabras, después hubo un destello y desapareció.

~·~

Leona despertó en un lugar desértico.

"Huh… Pensé que iba a caer al mar de nuevo… Pero no sé qué es peor…" dijo Leona mirando a su alrededor donde solo había rocas desérticas. "Primero tengo que encontrar a los demás…" murmuró, levantándose del suelo, miró el brazalete e intentó localizar a Evangeline, pero no ocurrió nada. "Qué raro según me explicó, puede tele transportarte al lugar donde se encuentre la otra persona… Aunque no está de color rojizo por lo que debería estar bien…"

A continuación, se puso en la frente la carta de pactio para contactar con ella, pero tampoco dio resultado.

"Estoy empezando a preocuparme."

Leona suspiró y cerró los ojos haciendo aparecer un aura oscura a su alrededor para poder localizar a los demás, segundos después los abrió.

"Creo que pude localizar a uno… Bien."

"Y al fin te encuentro." escuchó una voz familiar.

Leona alzó la vista y vio a Rachel levitando en el aire con los brazos cruzados bajo su pecho.

"Ra- Rachel…" la miró Leona, sorprendida.

"¿Qué ocurre? ¿No te alegras de verme?" sonrió Rachel, descendiendo al suelo.

"¿Qué haces aquí?"

"Vine a verte, pude localizarte por tu aura oscura."

"Lo siento, pero no tengo tiempo para tener una conversación contigo." la miró Leona fijamente.

Rachel parpadeó.

"Pensé que estarías más feliz."

"Tú no eres la Rachel que llegué a conocer en el pasado, la que yo conocí ya solo es un recuerdo, ella es la que me dijo que viviera como quisiera y la forma en la que quiero hacerlo es estando a su lado."

"Ah… Entiendo, te refieres a aquel vampiro… Como era… ¿Evangeline? Pierdes el tiempo ya no está."

"¿Qué quieres decir?"

"Claro, no estás al día… Te lo contaré como si fuera un cuento." le sonrió Rachel, moviendo el dedo índice.

"¡Dejate de tonterías y responde!"

"Chica, que temperamento… No te recuerdo así… Bueno, hace años atrás, cierto vampiro miserable llamado Ba'al hizo explotar una nave, la que tú y los demás estabais para ser exactos, no sé porque tú desapareciste, pero los demás lucharon contra él y otros demonios que lo seguían, cuando la pelea terminó, el chico llamado Touta se sacrificó para impedir que el plan del vampiro miserable se completara, impidiendo así que toda la humanidad cayera en su plan, claro que ello tuvo su consecuencia, ya que 'UQ Holder' como tú los llamas, decidieron enfrentarse a Ialda y a sus secuaces… Pero todo acabó en tragedia puesto que sin la ayuda del chico no salieron victoriosos y aquella a quien tanto aprecias…" Rachel hizo una pausa de unos segundos y después sonrió. "Fue poseída por Ialda."

"¿Qué?"

"Como lo has oído, Ialda ahora es Evangeline, ya no es la que conocías, olvidala, es cuestión de tiempo que termine siendo poseída por completo y el plan de Ialda se cumpla."

"¡Donde esta!"

"En Plutón."

"¿Plutón?"

"Sí, lo sé, ya podría haber ido a uno más cercano, pero, en fin." respondió Rachel con un tono de desagrado.

Leona iba a irse rápidamente del lugar, pero Rachel se puso delante de ella en cuestión de segundos.

"No he venido aquí para explicarte el cuento, sino para acabar contigo, ya te lo dije, si no estás junto a mí, no hay nada más que decir."

Seguidamente, Rachel la golpeó en el estómago, lanzándola unos metros lejos de ella.

"Aquí no habrá nadie quien nos interrumpa."

"¡Apartate!" exclamó Leona con ir mientras se levantaba.

"Entonces acaba conmigo."

"Rachel…" la miró Leona, molesta.

"¿Qué ocurre? Si no lo haces seré yo, no me importa, de hecho, ya sabes, mi cuerpo no es más que una farsa, solo estoy hecha de un fango especial, solo lo real es mi alma, si eres tan sensible, olvidate de enfrentarte a ella."

"Como puedes decir eso."

"Por cierto, ya que será la última vez, te daré esto como regalo."

Rachel levantó el dedo índice, señalando a Leona, de ello salió una luz leve y Leona recuperó de repente sus recuerdos de lo sucedido antes de que la organización la atrapara por primera vez.

"Tú…" susurró Leona, poniéndose la mano en el rostro.

"Si te preguntas porqué, ya te lo mencioné, además fui yo quien te los borró, ¿recuerdas? Sino no hubieras vivido de la misma manera en aquel pueblo, aunque te volvieran a atrapar después." suspiró.

Leona recordó como el pueblo donde vivía había sido quemado por los de la organización y como todos los que quería habían sido aniquilados por ellos, incluso sus padres, después había sido llevada a la organización a cargo de Rachel.

"¡¿Esto es una especie de estrategia para sentirme culpable?!"

"No quiero seguir hablando, si no empiezas tú, lo haré yo."

Rachel apareció delante de ella y quiso golpearla en la cara, pero Leona lo detuvo, esquivándola.

"Si solo esquivas te resultara difícil, eres débil." la miró Rachel sin interés. "Es una pena, a pesar de enviarte al pasado para que te encontraras con tu ascendiente, no sirvió de nada, porque tu poder que representa que debías despertar al ser descendiente de alguien que fue tan poderosa con la luz no se manifestó y tu parte de oscuridad por todo lo que pasaste por Airon y lo ocurrido ahora, no sirve de nada porque no eres capaz de controlar esa oscuridad, si hubieses sido capaz… Esa sangre que te inyectaron la hubieses dominado al igual que el poder de esa luz, realmente serias un guerrero definitivo, pero ya no importa, el plan de Ialda es más rápido, ya no me sirves, por eso acabaré aquí y ahora contigo, al menos esa responsabilidad es solo mía."

"¿Y qué te hace pensar que, aunque hubiese sido así te hubiera obedecido?"

"Porque siempre fui tu luz."

"Tienes razón, pero ahora es distinto, ahora sé que nunca te importé, ¿no es así?"

"Has tardado en darte cuenta, pero cuánto más tardes, más complicado se te hará salvarla."

Rachel le envió una bola de fuego, pero Leona la desvió con la mano hacia otra dirección.

"Sobre lo de enviarme al pasado… ¡Fuiste tú quien hizo enviar a esos dos solo por capricho!"

"Mea culpa." le sonrió.

"No puedo perder más tiempo…" pensó Leona.

Rachel se lanzó hacia ella y empezaron a intercambiar golpes a gran velocidad creando fuertes ondas de choques que sacudía todo el lugar.

Rachel golpeó a Leona en el rostro para después darle una patada en las costillas para luego lanzarle un hechizo de rayo que hizo que ella cayera al suelo creando un pequeño cráter, levantando una nube de humo.

"Y yo que pensé que sería más difícil." suspiró Rachel.

De repente, el humo desapareció y se vio a Leona con un aura oscura, el iris de uno de sus ojos era de color rojo y tanto en su rostro como en el cuello, tenía una marca negra.

"Bueno, ¿al final vamos en serio?" sonrió Rachel. "Yo también se jugar a ese juego."

Rachel se concentró y un aura apareció a su alrededor, aunque a diferencia de Leona era blanca y el iris de sus ojos se habían vuelto de color amarillo.

"Aunque a diferencia de ti, se controlar mi poder."

Rachel apareció delante de Leona y le dio una patada en el estómago, lanzándola hacia una de las rocas, se dirigió hacia ella y al rebotar Leona contra la roca, volvió a golpearla en el estómago con el puño para romperla y haciendo que Leona atravesara la roca, seguidamente se puso detrás y le cogió el rostro estampándola contra el suelo, acto seguido se separó.

"Se acabó." la miró Rachel fríamente, levantando su mano para atravesarla.

Al hacerlo, Leona desapareció ya que era una ilusión, en ese momento, Leona la golpeó en la mejilla y seguidamente en la barbilla enviándola al cielo, Leona empezó a golpearla en el aire cada vez más rápido en diagonal hasta que le dio una patada en la costilla, estrellándola contra el suelo.

Rachel se levantó sonriendo mientras Leona había aterrizado al suelo.

A continuación, Rachel junto sus manos concentrando un hechizo y le lanzó un torbellino blanco en horizontal hacia Leona, pero ella no se movió y lo desvió con la mano, haciendo que impactara hacia una de las rocas, destrozándola, seguidamente empezó a rodear en uno de sus brazos oscuridad.

Rachel la miró y sonrió imitándola, pero rodeando su brazo de una luz blanca.

Mientras unas gotas de lluvia comenzaban a caer del cielo.

Seguidamente, las dos corrieron para chocar para chocar sus puños, al hacerlo, provocaron una gigantesca onda de choque de luz y oscuridad.

Segundos después, las dos permanecían inmóviles mirándose fijamente, aunque debajo de sus pies se había creado un gran cráter.

"¿Ahora qué?" preguntó Rachel.

Rápidamente Leona la golpeó con la rodilla en la barbilla, levantándola hacia el cielo oscuro, Leona desapareció y se puso detrás de ella, golpeándola con las dos manos cerradas en puños en la espalda, lanzándola contra el suelo.

Leona descendió sin dejar de mirarla.

"Ha…" rio Rachel, levantándose. "Y yo que creía que no serias capaz, ha valido la pena esperar tanto, preparate porque voy a ir en serio."

Leona la miraba seriamente mientras le caía de la cabeza un hilo de sangre por la cara.

Rachel alzó el brazo e hizo aparecer varias lanzas de hielo hacia ella, entonces Leona hizo aparecer dos Ensis Exsequens, una en cada mano y empezó a partirlas en dos mientras se acercaba a Rachel corriendo, a pesar de que algunas la rozaban y le hacían algún corte, cuando estuvo delante de ella, antes de que la atacara, Rachel le dio una patada en el estómago apartándola e hizo aparecer una espada parecida a la suya de pactio pero de color dorado después de sacar una carta.

"Adivina que es."

"…"

"Hmph, ya que no lo preguntas, es mi artefacto, hice uno de esos pactios con Ialda, es curioso que sea idéntica a la tuya, pero la única diferencia es que no es de oscuridad, que curioso es, no te parece." explicó Rachel mientras acariciaba la hoja de la espada.

Leona sacó su carta de pactio e hizo aparecer su espada.

"Te concedo el honor." sonrió Rachel.

Leona se lanzó hacia ella y empezaron a intercambiar golpes a un ritmo veloz con las hojas de las espadas, cada golpe más fuerte que el anterior, algunos eran bloqueados y otros causaban alguna herida en ambas, pasaron unos minutos así hasta que se apartaron, alejándose una de la otra distanciándose.

"Esto será el final." la miró Rachel seriamente, colocó la espada detrás de su espalda, manteniéndola paralela al suelo y empezó a concentrar magia en la espada.

Leona hizo lo mismo que Rachel.

"¡Dragon slayer light!"

"¡Dark Endless!"

Los dos hechizos, uno de luz y el otro de oscuridad, se lanzaron en forma de torbellino, chocando entre sí, sin retroceder ninguno, provocado una gran una onda expansiva en el lugar.

"Por qué tenía que ser así, por qué no pude estar con ella, si hubiera sido capaz de protegerla… Ahora no puedo dudar." pensó Leona.

"¿Qué ocurre? ¿Eso es todo? Si es así, despídete."

"No puedo perder."

"Sabes, cuando haya terminado contigo, el plan de Ialda será más sencillo y ella acabará desapareciendo como otros que poseyó, es una lástima, pero hasta aquí has llegado." rio Rachel aumentando su potencia.

"Rachel." murmuró Leona.

Ambos iris de los ojos de Leona se volvieron rojos y su potencia aumentó superando el hechizo de Rachel, causando una gran explosión. Después de que el humo se disipara, Rachel estaba tendida en el suelo.

Leona regresó a su estado normal y fue hacia Rachel, tendida en el suelo.

"Ha… Al final terminar así…"

"Rachel." dijo Leona con una sombra cubriendo su mirada.

"¿Qué ocurre? No tienes remedio, incluso después de todo, sigues sintiéndote culpable."

Leona apretó los puños.

"Tsk."

De repente, el cuerpo de Rachel empezó a desvanecerse en polvo.

"¡Rachel!" exclamó Leona, agachándose sin saber qué hacer.

"Es lo que tiene ser así…" sonrió Rachel levemente. "Sabes, quería un mundo donde no hubiese sufrimiento, y el encontrarte a ti, todavía lo quise más, odiaba la organización, y al ser revivida por esa persona y encontrar a Ialda, pensé que podía hacerse realidad, pero al ver que aun seguías con vida, me alegré por un momento, aunque no tengo derecho a decirte nada, espero que puedas seguir como hasta ahora…"

Rachel le puso una mano en una de las mejillas de Leona.

"No te sientas culpable, de hecho, fue mi decisión, a veces tenemos que tomar nuestras propias decisiones, aunque eso nos haga sentir mal…"

"¡Espera!"

"Gracias por todo, Es un alivio… Al final te volviste alguien capaz de defenderte de este mundo... Leona…"

Seguidamente, Rachel desapareció convirtiéndose en polvo, siendo llevado por el aire.

"Rachel…"

Leona permaneció mirando el suelo mientras llovía.

"Por qué…"

"Siempre es lo mismo, como quiere que no me sienta culpable, nunca estoy cuando me necesitan, incluso Evangeline ahora…" pensó.

Leona golpeó con fuerza el suelo con el puño haciendo un pequeño cráter en este mientras unas lágrimas caían de sus ojos, ocultándose bajo la lluvia.

"¡Por qué siempre es lo mismo!" gritó Leona con fuerza.

Un aura oscura empezó a surgir a su alrededor.

"Ara, ara." se escuchó una voz.

Leona miró con una expresión vacía y vio a Irise con Wilson a su lado con Chachazero sobre su hombro.

"Tú… Eres…" murmuró Leona mientras el aura oscura desaparecía.

"Vas a coger un resfriado." le sonrió Irise.

"Por favor, ama, no creo que sea el momento adecuado."

"Supongo que tienes razón, Wilson, ¿problemas con la vida?" preguntó Irise, mirándola fijamente. "Escucha, no llores, no desesperes, no es el momento para estar lamentándose, te sientes destrozada completamente, por lo de que acaba de pasar con esa mujer y por lo de Evangeline, por desgracia, no puedes volver atrás, deja que esa voluntad sea la que te de fuerzas para luchar, llorar ahora no serviría de nada, no hará que vuelva, ni tampoco salvará a nadie, por eso debes seguir adelante, por doloroso que sea, y una vez que todo haya terminado, podrás llorar… Una vez que hayas superado ese dolor ganaras un corazón lo suficientemente fuerte como para nunca más ser vencido, el miedo es parte de nosotros eso demuestra que estamos vivos, independientemente que seamos humanos o cualquier otra criatura, solo tienes que convertirlo en valor…"

"Tú…" la miró Leona.

"Vayamos a refugiarnos en alguna cueva de aquí."

~·~

"Escucha, sé que estarás preguntándote porque hicimos lo que hicimos." comentó Irise mientras habían encendido una pequeña hoguera en una de las cuevas que habían encontrado. "Sabíamos que ese Ba'al tramaba algo, si no lo hubiéramos hecho, tú también hubieras caído, además pelearon en el espacio, como ibas a ir con ellos." negó con la cabeza. "Tampoco tenías el nivel suficiente y aunque hubiese habido una mínima posibilidad de escapar, después de tantos años, hubieras envejecido."

"Aun así…"

Irise suspiró.

"Ella está bien, de momento, aunque no sabemos cuánto durará, aun así, debemos encontrar los demás."

"El mocosete no está tan lejos." añadió Chachazero.

"Chachazero… Lo siento."

"Eres idiota, deja ya de disculparte por todo, vuelve a ser la idiota de siempre."

Leona entrecerró los ojos.

"Me has llamado idiota dos veces, qué diferencia hay."

"Eso está mejor." asintió Chachazero.

"Como puedes ver, nos encargamos de la marioneta." sonrió Irise.

"Podría haberlo hecho sola, de hecho, deberías de darme las gracias por acompañaros." cruzó los brazos Chachazero. "Que tostón de años."

"Será mejor que descanses, iremos a buscar a uno de ellos de aquí a unos días."

"¿Qué? ¿No iremos mañana?" preguntó Leona, impaciente.

"¿Crees que estás en condiciones? Primero debes reponer energías, esos quienes se hacen llamar los doce barones, han estado por este planeta buscando a cualquier miembro de UQ Holder para eliminarlos."

"Creí que pelearon contra Ialda y…" Leona se detuvo dando una mirada frustrante.

"Es así, pero, si fueron elegidos por ella, dudo que hayan desaparecido del todo, un caso es quien iremos a buscar." explicó Irise, haciendo un gesto con la mano. "Es por eso que deberías descansar, Chachazero podría cocinar estos días." dijo dándole una sonrisa a Chachazero.

"Y un carajo."

~·~

Horas más tarde, Leona se levantó y salió de la cueva, mirando el cielo estrellado varios minutos.

"¿No puedes conciliar el sueño?" se escuchó a Wilson detrás de ella.

"No, la verdad."

"No es de extrañar." contestó Wilson acercándose a ella. "Estás preocupada por varios motivos, pero el que te preocupa más, es tu maestra."

"¿Eh?"

"Si te soy sincero, yo también lo estaría si algo le pasara a mi ama, por eso puedo entenderlo."

"No tengo derecho a ser su discípulo, después de tanto tiempo, sigo siendo débil."

"Si me permites, eso no es del todo cierto, lo único que necesitas es alguien quien te ayude, tampoco puedes compararte con un vampiro, pero una vez que hayamos encontrado tus compañeros, mi ama y yo nos encargaremos personalmente de entrenarte para que puedas ir a salvarla."

"¿Qué?" se sorprendió Leona. "¿Por qué haríais algo como eso?"

"Eso es algo que no puedo decir." la miró Wilson fijamente.

"…"

"De hecho, mi ama lo estaba haciendo en el mundo mágico, aunque fuese poco tiempo."

"Gracias, Wilson."

"Yo solo cumplo con mi deber."

"¿Tu deber?" parpadeó Leona.

Wilson permaneció en silencio.

"También no vas a decirlo… Está bien, regresaré dentro."

Leona se alejó de Wilson yendo hacia la cueva.

"Ara, ara~"

"Ama."

"No sabía que tuvieses tanto cariño hacia los humanos, bueno, no me sorprende."

"Yo-"

"No hace falta que me respondas, ya te di el permiso para ayudarla, además sino hubiésemos intervenido, probablemente la oscuridad la hubiera sucumbido." cruzo Irise los brazos bajo su pecho con una mirada seria.

~·~

Pasaron unos días hasta que Leona parecía haberse recuperado de las heridas.

"Bien, supongo que todavía percibes su aura." miró Irise a Leona.

"Sí."

"Entonces vayamos a buscarlo."

Seguidamente, todos desaparecieron del lugar.

~·~

En un lugar lejano, uno de los miembros de UQ Holder se encontraba en una situación complicada, los barones lo habían localizado y lo estaban destrozando.

"Ahora vamos a seguir tomando partes de ti y sellándolas herméticamente, luego te llevaremos a Plutón." dijo uno de los barones, era una mujer con tres ojos, la esclerótica era de color negro y el iris amarillo, su cabello era de color negro, atado en dos coletas, también llevaba un enorme sombrero en su cabeza.

"Entonces el hechizo definitivo de nuestro maestro estará completo." añadió otro de los barones, era un esqueleto con cuernos.

"Es una lástima que hayamos tenido que poner fin a sus dos años de agotador esfuerzo." sonrió otro de los barones, era una mujer más alta que la otra, su rostro era tapado por una máscara en la que en el centro había un ojo.

"Hmph, así que estés el gran Touta Konoe, francamente estoy decepcionada." dijo la chica de los tres ojos, agachándose a su altura mientras estaba Touta en el sello mágico que habían creado. "Fuiste nuestro último obstáculo, pero en los dos años desde que despertaste, ¿qué has estado haciendo? Pequeños trabajos que equivalen a recoger basura en los barrios marginales, ¿qué sentido tiene eso? ¿Tienes idea de cuantos habitantes de los barrios marginales… Cayeron presa de estos monstruos antes de que los derrotaras hoy? Treinta y dos… Lo que estás haciendo… Es demasiado tarde, no puedes hacer nada, ni salvar a nadie."

"Si tu deseo es salvarlo todo… Entonces deberías tomar el camino que ha elegido nuestro maestro." añadió el esqueleto.

"No es demasiado tarde para cambiar de bando." Sonrió otro de los barones, llevaba una máscara blanca en la que solamente se mostraba su sonrisa de dientes afilados.

"Ese… camino… es el único que sé… que está mal…" intentó decir Touta, cada vez mas agotado.

La chica se levantó y cortó varias partes del cuerpo de Touta para que fueron capturados en varios recipientes.

"¡¿Cómo que está mal?! Hace cinco años que acabé con tus amigos Jinbei y Karin, durante cuarenta años, creyeron en ti, que volverías, ellos esperaron y esperaron, y ¿qué les consiguió la espera? Nada."

"Pobres, pero al menos estaban mejor que las otras personas de esta alcantarilla." sonrió el esqueleto.

"Ahora, ¿terminamos con esto?" lo miró la chica de tres ojos.

"Eso es algo que estoy de acuerdo."

"¿Eh?"

De repente, la chica fue golpeada en la cara por una patada que le había dado Leona, enviándola contra una de las paredes, detrás de los demás barones.

"Pero que-"

"Le- ¿Leona?" se sorprendió Touta. "Pensé que-"

"Ya lo sé, pero hablaremos más tarde." respondió Leona, mirando a los barones fijamente.

"Tú… ¿Quién eres?" preguntó uno de los barones.

"No sé si molestarme por ese comentario, pero como ya estoy bastante cabreada, solo diré que también soy miembro de UQ Holder."

"Eres estúpida, podrías haber seguido escondida donde quiera que estuvieras." la miró el esqueleto.

"Tsk, esto no te lo voy a perdonar." se levantó la chica por el golpe con una mirada molesta.

"¿Dónde está Ba'al?" preguntó Leona.

"¿Ba'al…? Nuestro líder no tiene por qué estar aquí perdiendo el tiempo, y menos con un ser inferior como tú."

"Entonces, ¿qué hay de Evangeline? ¿Está en Plutón como me mencionaron?"

"Otra pregunta estúpida, por qué deberíamos responder, de hecho, vamos a terminar contigo y seguir con lo importante."

"He preguntado…"

Seguidamente, un aura oscura rodeó a Leona y los miró fríamente, haciendo que se estamparan contra el suelo, haciendo un pequeño cráter bajo ellos mientras el aura oscura los rodeaba.

"Donde está Evangeline."

"Pero… que… es esto…" intentó decir el esqueleto, intentando levantarse.

Leona aumentó el aura haciendo que se sumergieran más en el suelo, haciendo que se les abrieran varias heridas.

"Ella está… en Plutón… pero nuestra… maestra la poseyó…" respondió la mujer de la máscara.

"…"

"Vamos, vamos." se escuchó a Irise aplaudiendo, yendo hacia ellos con Wilson. "Ya te han respondido, ¿por qué no los dejas? Hay cosas más importantes." le sonrió.

Leona suspiró y dejó ir a los barones, disipando su aura oscura.

"Yo de vosotros me iría, a no ser que queráis una paliza y no lo digo solo por ella." sonrió Irise, mirando detrás de ellos.

De repente, Jinbei, Kuroumaru, Juuzou y Makabe, aparecieron golpeándolos.

"Nosotros somos inmortales, cuarenta años no es mucho para nosotros." sonrió Jinbei.

"Jinbei, tú…" lo miró la chica de tres ojos, molesta.

Jinbei movió una de sus manos y tele transportó a los barones algún lugar, lo que hizo que el círculo mágico que sellaba a Touta en el suelo, desapareciera y se recuperara.

"Fiu… Esos demonios son prácticamente inmortales." suspiró Jinbei.

"Chicos…" los miró Touta aun en el suelo con lágrimas en los ojos. "Lo siento, yo no pude hacer nada…"

"¿De qué estás hablando, Touta? Un pequeño retraso como este no es nada para inmortales como nosotros."

"Jinbei…"

"Kuroumaru." dijo Juuzou, poniéndole la mano en el hombro. "Él está ahí."

"Sí…"

Juuzou lo empujó.

"Entonces, ve."

Kuroumaru fue hacia Touta, agachándose para ponerse a su altura.

"Touta-kun… ¿De verdad eres tú?"

"Sí…"

Seguidamente Kuroumaru abrazó a Touta mientras lloraba.

"Bienvenido de vuelta, Touta-kun…"

"Encantado de estar aquí, Kuroumaru…"

"Ahg, que tierno todo." añadió Chachazero en el aire.

"Oh… Cierto, ¡¿cómo estáis aquí?!" se percató Jinbei, sorprendido, retrocediendo un paso.

"Eres un grosero." añadió Chachazero.

"Supongo que todos tenemos cosas que explicar." dijo Irise, encogiendo los hombros.

"Leona, tú estás igual… No lo entiendo…"

Jinbei puso la mano sobre su hombro, pero al hacerlo, su mano recibió un chispazo, haciéndole una pequeña quemadura.

"?!"

Jinbei retiró la mano rápidamente.

"Ah… Perdona, Jinbei, estaba perdida pensando en otras cosas." lo miró Leona.

"…"

"Bueno, ¿regresamos?" añadió Makabe.


Fin del capítulo.

Gracias por leer, espero que haya gustado, si es así, dejen review por favor, me gustaría saber su opinión, me anima a seguir escribiendo. Cualquier duda de la historia, pueden decirme.