Capítulo 2

Traición

Abriste una ventana despertando una ilusión
Cegando por completo mi razón.

Syaoran

Ella se había ido, lo supo en el momento en que vio aquella carpeta roja debajo de la puerta.

Todo resulto tan fácil.

Demasiado sencillo. Primero se hizo su amigo, luego la sedujo, para finalmente aplastarla como el ser insignificante que era.

Entonces, ¿Por qué no se sentía satisfecho?

Su venganza fue un completo éxito, los papeles ya estaban en su poder, pero nada de eso lo hacía sentirse feliz, más bien era lo contrario, sólo un vacío y una terrible confusión. Probablemente arruinó su única oportunidad de ser feliz, le hizo daño a la persona que lo aceptaba tal y como era.

Le dolía la cabeza por lo que se masajeo las sienes, empezó a dar vueltas por la habitación procurando no hacer ruido, no quería enfrentarse todavía a la mujer que dormía plácidamente en su cama.

Algo intranquilo levanto la carpeta y comenzó a revisar los documentos que aseguraban su victoria, ahí estaba las pruebas para recuperar lo que le pertenecía por derecho propio.

Volvió a mirar los papeles, su premio, debía de estar alegre, pero esa felicidad era ensombrecida por ella.

¿Por qué después de tantos meses, los remordimientos lo atormentaban?

Sabía la respuesta, sin embargo no deseaba ponerle nombre a esos sentimientos.

Unos ruidos provenientes de la cama lo alertaron, pronto despertaría y la pregunta del millón era: ¿y ahora cómo diablos se deshacía de esa mujer?

Ambos habían disfrutado de una insaciable y apasionada noche, él era una persona cínica, no le gustaban los compromisos de ningún tipo, le encantaba tener una fémina diferente cada día.

No era la primera vez que decepcionaba a una chica, para él lo de anoche solo había significado sexo, pero Meiling Dao era un asunto diferente porque lo amaba.

Amor, esa palabra ella no la conocía, tal vez le atraía y sentía algún tipo de cariño, no se puede amar a quien no conoces.

¿Cómo puede decir que le ama cuando ha traicionado a su mejor amiga?

Si, utilizar a aquella estúpida fue una excelente idea para destruir a Sakura.

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no se dio cuenta que la joven ya había despertado y lo contemplaba desde el lecho con una sonrisa tonta. Sintió asco con solo mirarla, era una mujer muy sensual y con un hermoso rostro, le recordaba a todas las demás, igual de superficiales y atolondradas.

-Buenos días, mi amor.- Le dijo en un tono meloso, mientras se levantaba dejando entrever su cuerpo desnudo, estiro los brazos y se acercó poco a poco hacia donde estaba.

-Meiling, tenemos que hablar.- Retiro sus brazos de su cuello y se alejó unos pasos de ella.

-¿Qué pasa, Syaoran?

-Lo de anoche fue sólo sexo, no significo nada más.

Su rostro se tornó rojo, los ojos se le llenaron de lágrimas y tenía el ceño fruncido. La típica actitud.

-No soy ninguna ramera- espetó

-Nunca he dicho que lo fueras, pero por las cosas que me hiciste...

-¡CALLATE! ¡ERES UN ESTUPIDO, MENTIROSO...!

Se abalanzo sobre él, golpeando su torso con los puños, dejo que lo hiciera, podía permitirle esa pequeña concesión, se lo debía, ya que se iba a enfurecer más cuando le dijera que sólo la utilizó.

Después de unos minutos fue cayendo al suelo, llorando sin cesar.

-Odio este tipo de escenas. -Sus sollozos incrementaron, pero no se inmuto. Un Li jamás mostraba piedad.

-Sera mejor que te vayas, te concederé unos minutos para que te vistas. No quiero que te me vuelvas acercar.

-¿Por qué me haces esto, Syaoran? Yo te amo.- Las lágrimas no dejaban de fluir ¿Qué acaso esa mujer era un fuente?

-Para ti soy Li, y respondiendo a tu otra pregunta, es simple ya no me sirves.

Se alejó de ahí sin mirar atrás ni una sola vez. A lo lejos todavía oía sus lamentos.

Ellos pronto vendrían. Por lo que tenía que salir de allí antes de que llegarán, se dirigió a la cocina a tomar un vaso de leche tibia, puso la leche en un recipiente y espero hasta que esta comenzó a hervir, le coloco una pizca de canela molida y la sirvió en una taza. Sabía que debía esperar unos minutos, pues aún seguía muy caliente, pero no le importo el escozor que sintió en la lengua al tomarla, era un recordatorio de sus días junto a Sakura, quien le enseño esa receta para cuando necesitará calmarse y en esos momentos se sentía desesperado con ganas de salir corriendo de su departamento. Y es lo que haría, sólo tendría que esperar que se fuera aquella chica loca.

Unos minutos después escucho como la puerta se cerraba estruendosamente. Meiling la escandalosa se había ido.

Era hora de salir, se ducho y vistió apresuradamente, no fuera ser que ellos lo encontrarán todavía allí, sino la pasaría muy mal. Tendría que buscar un nuevo lugar donde vivir y trasladar todas sus cosas en menos de dos días o le quedaba la otra opción de regresar a vivir con su tío Wen. ¿Podría después de varios años viviendo solo regresar con el autoritario de su tío? Realmente no, pero si no encontraba dentro de una horas otro departamento, no le quedaría opción.

Así con esa decisión salió a caminar un rato y mirar en algunas agencias inmobiliarias, eso lo distraería un rato de las dudas que lo atormentaban, pero la principal era:

¿Dónde estará Sakura?

Sabía que no tenía derecho a pensar en ella, luego de todo el daño que le causo y le estaría causando por su irremediable frialdad y traición. Y es que todavía la venganza no acababa, la peor parte aún estaba por venir y aunque él quisiera por unos momentos detenerlo ya no se podría, porque su tío era la mente maestra de todo eso. De hecho si no hubiera sido por el odio de su tío Wen, él jamás...

Se detuvo y miró alrededor, estaba frente a una cafetería por lo que decidió entrar. Se sentó en una de las mesas y una camarera llegó atenderlo, pidió un frappé de chocolate y algo en la sonrisa o uniforme de la mesera lo hizo pensar de nuevo en Sakura. Fue en ese momento que se dio cuenta que había entrado donde hace un mes trabajaba ella, su amiga, la chica de ojos verdes.

Respiró hondo, parecía que inconscientemente la buscaba, como si ella significará más que un peón sacrificado en ese juego absurdo al que se sometió y la sometió, ya que de una manera u otra participó activamente y ahora aunque se arrepintiera nada volvería a ser igual.

-¡Te amo Syaoran!- gritaba en su oído mientras ambos llegaban al clímax. Era inaudito de su parte, el haberla tomado dos veces en la primera noche y sobre todo porque ella había perdido la virginidad hace apenas unas horas. Pero no pudo contenerse, la estuvo anhelando por tanto tiempo y ahora más porque vivían juntos desde hace dos meses.

Y no supo cómo paso, todo comenzó con una simple discusión acerca del porque llegaba cada día más tarde y como ella se quedaba despierta a esperarlo, él le dijo que no era necesario que al contrario le resultaba una molestia, entonces Sakura se soltó a llorar diciéndole un montón de disparates y él la abrazo, entonces al tratar de consolarla, la beso.

Fue un beso que empezó leve, gentil y suave, que después de unos instantes se tornó salvaje y desesperado, ya que los sentimientos que había contenido por mucho tiempo se habían desatado en el momento en que la toco.

La amaba y en esos instantes podía sentirse libre de sentirlo y decirlo por lo menos interiormente. El reconocerlo fuera de esa habitación era otra cosa, tal vez algo inconcebible, porque él se había hecho su amigo con un objetivo y esto de tener sexo estaba fuera de su límite. Intolerante diría su tío si lo viera o por lo menos supiera lo que sentía, la destruiría más de lo que tenían planeado hacer.

Y aún después de dos semanas de aquellos acontecimientos podía recordar la textura de su piel y el aroma de su cabello, aún conservaba en uno de sus cajones una de sus blusas para que cuando el dolor y la soledad se hicieran más fuerte, el tuviera por lo menos su olor para recordar. Aunque ahorita lo que más deseaba era verla.

Salió del establecimiento y se dirigió al centro de la ciudad, tal vez ella ya no regresaría con él pero por lo menos tendría sus recuerdos. Se detuvo frente al edificio donde Sakura vivía hace unos meses y sabía que por el momento podría calmar esa angustia si tenía algo de ella cerca. Por eso compraría el departamento donde ella rento por tres años y que aún conservaba todavía algunas de sus cosas, puesto que las habían tomado de garantía ya que no pudo pagar el alquiler, eso también fue obra de Wen.

¿Lo odiaría cuando se enterará de todo lo que había tramado y lo que faltaba?Si, aunque si lograba resarcir el daño pudiera llegar a perdonarlo, pero ¿de qué forma?Lo único que podía retrasar todo ese desastre era no dándole los documentos a su tío.

Mierda, pensó.Los dejó en el departamento y a estas horas las personas que trabajaban para su tío Wen ya los tendrían en sus manos.

Otra cosa por lo que Jade no lo perdonaría.

Hola! Espero que les guste este capítulo, agradecería sus comentariosy por todos aquellos que leen esta historia, espero que lo sigan haciendo. Aquí les dejo el link para que puedan verlo en wattpad los capítulos myworks/144580642-fraccionado-por-tu-amor

Bueno aquí les dejo un adelanto:

Tenia que huir de ese lugar, muy lejos de él. No quería voltear y verlo. Todo eso era una pesadilla.