Capítulo 4
Encuentros
Abriste una ventana despertando una ilusión
Cegando por completo mi razón
Sakura
Caminó lentamente, no deseo estar en este lugar, pero ya estoy cruzando la puerta principal de la universidad, este sitio me trae tantos recuerdos agradables, pero también aquí aprendí como las personas que amas te traicionan.
Así es, ha sido Syaoran Chen o mejor conocido en el sector empresarial como el Sr. Implacable, por su fría personalidad y sus agudos instintos para hacer negocios. Él fue mi mejor amigo y mi primer amor, sin embargo ha sido la persona que más daño me ha causado.
Más que nada porque hace unos días recibí la llamada de un abogado, el señor Yukito Tsukishiro. El representante legal de mi padre Hien Li. El abogado me había comunicado que las empresas Li y los centros comerciales estaban sufriendo una fuerte crisis económica por una mala inversión de los contadores de la familia, decisiones que probablemente nos llevaría a la ruina. Esa noticia no había sido tan inesperada, puesto que desde hace unos meses mis tarjetas de crédito estaban canceladas o sin fondo, por lo que me había visto en la obligación de trabajar y vivir con mi amigo, aún a expensas de las protestas de mi familia y mi ex-amiga Meiling quienes me aseguraban que nada malo sucedía.
Aunque muchas veces he pecado de ingenua, sabía de antemano que esto no era sólo una mala racha sino que tenía un trasfondo más oscuro y con terribles consecuencias, y por lo que me había pasado hace una semana con Syaoran, suponía de antemano que él estaba detrás de todo esto, que esté plan había sido maquinado con mucha preparación y tiempo. Nada de lo que me ocurrió hasta el momento fue casualidad, sino sólo parte de una venganza.
Todo fue una ilusión, un engaño para que me enamorara. ¿Por qué me había mostrado esa amabilidad sino me iba a querer? Es una pregunta que sólo él podía contestar.
Un sendero de piedra es el lleva al edificio principal, es ahí a donde me dirijo, al departamento administrativo que se encuentra en el tercer piso. Y desde aquí la vista es impresionante aunque debo esperar una hora hasta que regresen las secretarias de su junta, esto tardará más de lo esperado.
Allá a lo lejos puedo apreciar a los estudiantes reír y charlar animadamente, a las parejas caminar de la mano mientras se susurran palabras como si sólo existieran ellos, algunas chicas coqueteando, otros concentrados en estudiar y muchos más apresurados en llegar a la siguiente clase. Es un cuadro animado, al que yo hace un mes pertenecía, pero todo cambio...
Recuerdo ese día cuando te vi por primera vez. De eso hace dos años y meses, me enamoré en aquel momento en que posaste tus ojos ámbares en mí y dijiste un simple "hola", todas mis compañeras suspiraron al unísono, yo simplemente me sonroje y sonreí.
Desde ese día te sentabas atrás de mí, cuando entrabas al aula me sonreías y me preguntabas como estaba, yo sólo asentía y así fueron pasando las semanas hasta que un día tomaste mi mano y me sacaste del salón casi arrastras.
-Suéltame. -Ignoraste mi petición y seguiste caminando tan rápido que me era difícil seguirte el paso.- Por favor podrías caminar más despacio.
Silencio. Ahora corría detrás de ti.
Estaba a punto de gritar, cuando de repente te detuviste y yo por andar distraída choque con tu espalda.
-¡AUCHH!-Sobe la parte afectada, seguramente tenía la nariz roja, tú ni siquiera me dedicaste una mirada, estabas buscando algo o a alguien.
Era la oportunidad perfecta para escapar, no quería estar cerca de ti, mucho menos después de cómo me trataste hace unos minutos, estaba a punto de dar la vuelta, cuando tomaste mi mano nuevamente y me sonreíste. Algo dentro de mí hizo clic.
-Necesito que me hagas un favor, Sakura.- Su voz era tan maravillosa, lo miré embobada mientras él seguía hablando.- ¿Qué piensas? ¿Crees que puedas hacerlo?
Yo sólo asentí, no tenía ni idea de lo que me preguntabas. Como siempre había estado divagando.
-Entonces vamos. -Lo seguí, quería preguntarle a donde nos dirigíamos o cual era el favor que me pidió, pero tal vez me tomara por tonta o sorda, mejor dejar las cosas así, llegado el momento improvisaría.
Llegamos a la cafetería, el lugar estaba abarrotado, así que caminamos evitando a varios estudiantes hasta llegar a las mesas del fondo, él se detuvo frente a la mesa de Rika Sasaki, la chica más popular de la universidad.
Ella levanto la vista y le sonrió de manera coqueta, pero cuando advirtió mi presencia su semblante cambio.
-¿Quién es ella, Syaoran?
Así que ella tenía una relación cercana con Chen, porque para permitir que le pidiera explicaciones, significaba que eran íntimos.
-Te presento a Sakura Li, mi novia.
Esas palabras me dejaron estupefacta, era un error, un sueño del cual necesitaba que me despertarán. ¿Cómo era posible? Si nosotros nunca...un momento, este debía ser el favor que él me pidió.
-Pero yo pensé...
-Por eso te dije que sólo podíamos ser amigos.-Se acerco a mí y me abrazó.- Ella es la chica que quiero.
Rika no sonrío ni mostro algún signo de sorpresa, se mostraba tranquila.
-Entiendo Syaoran-. Él me estrujo más y yo aun estaba lo suficiente aturdida como para protestar.- Sakura, ¿de casualidad sabes cuál es el nombre completo de tu novio?
Quede petrificada, no habíamos tenido la oportunidad de hablar más allá de unos simples saludos. Mi susodicho novio noto mi tensión, por lo que tomo mi mano en un intento de calmarme. Su gesto me conmovió, fue ahí cuando me di cuenta que me gustaba mucho.
Mire fijamente a mi contrincante y sonreí.
-Claro que lo sé. Su nombre es Xiaolang Chen o Syaoran como le decimos en Japón. Él nombre proviene de China, más exactamente de la región de Hong Kong.
¿Cómo lo supe? Ni yo misma lo sé, pero por la expresión de ella me di cuenta que había acertado. Tal vez no era tan distraída como pensaba.
-Lo siento Rika, tu y yo podemos ser amigos nada más.- Con este comentario, me soltó y se dio la vuelta.
Increíble, la chica más popular de la universidad fue rechazada.
-Te arrepentirás, esa niña estúpida no puede compararse...
Tenía que alejarme de ella, seguramente empezaría a enumerar todas sus extensas cualidades, algo que no deseaba escuchar.
Nuestra amistad empezó así de esa forma extraña, quién diría que después de varios meses lo que dijo Rika Sasaki era verdad, yo fui una estúpida ingenua y sólo mi mejor amiga Meiling llegaba al nivel de esa chica.
Ahora lo entiendo y tiempo después la misma Rika me lo explicó en una de las tantas fiestas a la que asistía con Mei, ella me advirtió que tuviera cuidado de la que llamaba "mejor amiga" puesto que las dos estábamos enamoradas del mismo chico, pero a diferencia de la otra, yo tenía más ventaja ya que Syaoran pasaba mucho tiempo conmigo y según la misma Rika se notaba que empezaba a enamorarse de mí. Esto resultaba un triángulo amoroso muy conflictivo, pues la "ardida de Meiling" (así la apodaba Rika) podía llegar a ser muy rencorosa y vengativa. Y meses después sus palabras fueron acertadas.
Entonces entendí que no todas las personas son lo que dicen, que pueden fingir tanto y nosotros tan ciegos no queremos darnos cuenta de sus actos, que los llegamos a justificar. ¿Cuántas veces llegué a darme excusas a mi misma para disculpar los berrinches, las malas acciones o las ofensas que hacía en mi contra? Demasiadas para recordar, pero que le llegué a perdonar. Sin embargo mi confianza con ella se había limitado ahora a simple cortesía después de lo acontecido con Syaoran.
Rememorando puedo decir que ha sido mejor amiga Rika que lo que fue Meiling en los ocho años que llevaba en conocerla. En Rika he encontrado un apoyo incondicional en estas tres semanas, ha estado ahí sin siquiera pedírselo y me ha demostrado una lealtad que sólo había conocido en Tomoyo (alguien que no quiero recordar).
Ahora también comprendo porque Syaoran me rechazó en aquella ocasión en que me emborraché después de enterarme que había salido por dos semanas con una amiga de Meiling, una tal Chiharu Mihara, fue uno de los peores momentos de mi vida, sentí tanta vergüenza e impotencia.
Lo recuerdo perfectamente como si hubiera sido ayer y no hace un año.
-Bésame.-le dije. Él me miró por varios segundos y después comenzó a reír.
-¡Estas borracha Sakura!- exclamó- tienes un sentido del humor tan extraño en este estado, que casi no te reconozco, pero dime ¿por qué te emborrachaste? Tú no eres así.
Sus palabras me hirieron, aún en mi embriagadez sabía que no se daba cuenta que lo que le dije había sido en serio, pero no me daría por vencida, tendría que recurrir a armarme de valor para confesarme.
-¿Desde cuándo sales con la tal Mihara?- Mi pregunta lo agarró desprevenido, ¡Por Dios, tendría que amarrarme la lengua para ver si funcionaba! ¿No qué me iba a confesar? ¿Donde estaba el valor de hace unos segundos? Seguramente escondido igual que mi cerebro.
Fue en ese momento que me miró y por dentro me derretí, me fascinaban sus ojos como pasaban del ámbar al color chocolate, podía quedarme viendo por horas en ellos y sin cansarme.
-¿Quién te contó sobre ella? ¿Acaso fue Meiling?-sus preguntas confirmaron todo y al mismo tiempo me hicieron reaccionar, yo no tenía ningún derecho a reprocharle nada, él y yo sólo somos amigos. Sentí tristeza y miedo por lo que pudiera contestar a mi declaración.
-Te amo y quiero que mi primera vez sea aquí contigo.-Su rostro se torno impasible, pude ver la furia en sus pupilas. Había sido una tonta.
-Sakura esté juego no me está gustando, será mejor que ya no sigas con la broma o la borrachera- Agarró mis manos y me jaló hacia él, su mirada se volvió penetrante-Entiéndelo tú eres mi mejor amiga y sabes que intentar otra cosa podría ser una pérdida de tiempo.
El dolor que me atravesó en aquel instante fue intenso, aunque asqueroso o no, el vómito fue lo que me salvó de derrumbarme aquella vez. Después de varios meses, el recuerdo de ese día me oprimía el pecho. Suspiré, los celos eran un potente aliciente para bajarle la autoestima a cualquiera y sobre todo cuando venía acompañado de comentarios hirientes de supuestas amistades. Meiling había ido menoscabando la confianza en mí misma.
A pesar de todo muy dentro de mí quisiera que tanto Meiling como Syaoran sean felices.
Tonta por pensar en él, de una manera u otra lo había llamado con el pensamiento. ¿Por qué precisamente ese día al grandioso Syaoran Chen se le ocurrió presentarse en la universidad?
Tenía que huir de ese lugar, muy lejos de él. No estaba preparada aún para verlo y creía que jamás lo estaría. Un hombre que me arruinó la vida y que a pesar de todo seguía amando.
Idiota, él sólo te utilizó. Corre, aléjate de aquí. Me decía a mí misma, mientras todo mi cuerpo entraba en estado de pánico. ¿Cómo pasar por el corredor sin ser vista?
Miró a su alrededor, árboles de un lado y salones del otro, Syaoran en medio del camino bloqueando la salida del campus, su única vía de escape.
¡Perfecto! Dentro de una hora debía ver a Kaho en el parque Pingüino, le había hecho prometer que llegaría temprano, ya que ese día tendrían visitas. Ahora por este incidente...suspiró...impuntual como siempre.
Después de la llamada que recibió de parte de la universidad hace tan sólo una semana y de haberse negado tantas veces ante la insistencia de la sacerdotisa en arreglar los asuntos de la escuela, hoy justamente se había levantado con determinación para venir y ver si existía la posibilidad de tomar el resto del semestre vía internet. Llevaba esperando por dos horas a las secretarias y al rector. Y al final por ese día no lograría hacer los trámites necesarios para poder terminar sus estudios.
Justamente cuando se dirigía a la salida, pudo verlo, tan magnífico como siempre, caminaba con esa seguridad que lo envolvía, haciéndole pensar a los demás que era un hombre perfecto, pero ella muy bien sabía que su fachada era falsa. Tal vez si rodeaba el área de los comedores, podía pasar desapercibida entre los estudiantes. Caminó muy despacio detrás de los bancos de cemento tratando de pasar desapercibida, pero de pronto una risa conocida llamo su atención, era Meiling, quien estaba sentada en una de las mesas de la esquina y desde esa posición ella era muy visible para su ex amiga.
¡Genial! Ahora tenía ante sí a las dos personas que menos quería ver. Aunque así es el destino, pensó. Sus pasos eran sigilosos, no miró atrás ni una sola vez, se fue alejando tratando de camuflajearse con los estudiantes que ya se preparaban para entrar a sus clases. Sin embargo no tuvo tanta suerte porque se topo con un ex compañero llamado Takashi, el cual empezó hacerle bastantes preguntas, que ella trataba de eludir o contestaba con monosílabos. El interrogatorio duro unos cinco minutos y después se despidió de él con la promesa de volver a visitarlo.
Iba a darse la media vuelta para escapar definitivamente de ahí, cuando fue jalada bruscamente del brazo.
- ¡Suéltame! Me lastimas Meiling.
La chica la soltó sin mucha ceremonia y después la miro con desprecio.
- ¿Qué haces aquí? ¿Acaso viniste a rogarle a Syaoran?
Sakura se quedo callada, la traidora de su ex amiga estaba mal de la cabeza, creía realmente que ella era tan estúpida para volver si quiera a dirigirle la palabra al idiota de Chen.
- Meiling, ¿Estas desquiciada o qué? ¿Crees que después de encontrarte a ti y a él revolcándose en su cama, puedo si quiera mirarlos o hablar con ustedes? Me indigna el sólo hecho de estar en su presencia.
- ¿Por qué, Sakura?- me miró con arrepentimiento, aunque yo sabía que era una farsa, esa mujer sólo pensaba en sí misma, la conocía porque habíamos sido amigas durante cerca de ocho años.
- Deja de hacerte la inocente, tú sabías que yo estaba enamorada de ese imbécil. Me traicionaste, te metiste en su cama, trataste de arrebatarme todo y ayudarlo a él con su venganza. – Respiré profundamente y deje que las palabras fluyeran, necesitaba desahogarme- Eres una persona egoísta, cambiaste nuestra amistad por un idiota que no vale la pena, puesto que sólo te utilizó.
- ¡Cállate! Tú no sabes nada, Syaoran me ama y sé que volverá conmigo. En cambio para él, tu nunca fuiste nadie, sólo la pobre patética de Sakura, la que era un simple medio para llegar a Hien e Ieran Li y de esa manera hacerles daño.
Mi reacción fue inmediata, le solté una cachetada, entonces ella contraataco con un empujón, yo caí sin poder meter las manos y me di en la cadera soltando un quejido. Entonces Meiling me miró con desprecio.
-Sabes querida amiga Sakura, lo que me dijo Syaoran el otro día que yacía entre sus brazos, me comentó que tu actitud de niña buena e inocente lo fastidiaba, además que tu cuerpo flacucho y seco no le provocaban el más mínimo afecto, que sentía repugnancia cada vez que se acostaba conti...
-¡Cállate! ¡Tú no tienes ningún derecho de llamarte mi amiga! - le grité y me levanté del suelo, a pesar del dolor.
-¿Por qué no debería hacerlo? Hace mucho pensé que éramos amigas, pero te empezaste a llevar con la Sasaki y empezaste a cambiar, me relegaste a un segundo plano...
-Meiling- la interrumpí- yo te consideraba una de mis mejores amigas, pero has roto nuestra amistad y mi confianza.
Ella comenzó a reír.
-¿Acaso crees que el mundo gira a tu alrededor, Sakura?-yo no conteste y ella prosiguió- te acuerdas de aquel chico que conocimos cuando aun éramos estudiantes de preparatoria, tú también lo llegaste a tratar un par de veces.
Retrocedí siete años atrás, cuando aun estudiábamos segundo año de preparatoria en Hong Kong y solíamos ser amigas, un día cualquiera Meiling empezó a salir con un estudiante de un grado superior, era un muchacho reservado, guapo a su manera, delgado y de hermosos ojos ámbares, yo sólo lo traté un par de veces, ya que la pareja se veían esporádicamente fuera de la escuela y duraron muy poco tiempo.
Entonces mi mente conecto las probabilidades, aquel joven tenía la manía de revolver su cabello cuando se sentía nervioso, aparte hablaba varios idiomas perfectamente (eso me lo comento Meiling una ocasión), le gustaba jugar futbol, las matemáticas y también era muy admirado entre las estudiantes, a pesar de su frialdad. Eso quería decir que ese novio distante y parco de Meiling, al cual ella decía amar y no haberlo olvidado, era Syaoran.
- Veo que lo recuerdas- me dijo- y también que te comenté hace más de un año que me había encontrado con un viejo amor en la calle y tú sólo me escuchaste. Pues era Chen, mi primer amor. ¿Quién ha traicionado a quién, Sakura?
Sentí un espasmo de dolor, esto tenía que ser una pesadilla, necesitaba pensar calmadamente, pero Meiling no dejaba de insistir en que todo empezó por mi causa, que yo fui la primera en traicionar nuestra amistad, además que siempre vivía en mi burbuja y por lo tanto no me daba cuenta de lo que sentían los demás. Dolía, porque sus palabras tenían mucha verdad, era la ilusa que se enamoro de un mentiroso y embaucador como Syaoran, quien utilizo mis sentimientos para entrar en la corporación Li y, así dañar a mi familia y todo lo que amaba.
Pobre y tonta Sakura.
- Quiero que te alejes de Syaoran, no deseo que lo hostigues o lo incomodes con tu presencia, me debes eso por lo menos.
- Guarda silencio, por favor. Además yo no te debo nada, las dos hemos cometido errores y considero que debemos...
- ¡Tú me debes mucho, por todo el infierno que he pasado!- gritó y luego me dio una cachetada que me tiró al piso- Aquí nadie te quiere, lárgate.
Su actitud me sorprendió, esa postura que había tomado era la de cuando participaba en los combates de Tae Kwon do o Karate en la preparatoria, o sea que ella estaba dispuesta a lastimarme por lo que supuestamente le había hecho, pero si tan si quiera me dejará explicarle...no valía la pena, sabía que cuando tomaba esas maneras infantiles, nada la detenía.
Tenía que ir con calma, porque mi ex amiga se veía fuera de sus cabales y yo nunca fui buena en defensa personal, por lo tanto mi única forma de no salir herida era correr.
Estaba ya preparada para salir de ahí lo más rápido que podía, cuando una voz me sobresalto.
-¿Qué pasa aquí?
Hola! Espero que les guste este capítulo, agradecería sus comentarios y por todos aquellos que leen esta historia, espero que lo sigan haciendo.
Bueno aquí les dejo un adelanto:
Tenia que huir de ese lugar, muy lejos de él. No quería voltear y verlo. Todo eso era una pesadilla.
