CAPITULO 18
20 DE DICIEMBRE DE 1912
NEW YORK
BROADWAY
Aborde un carruaje el cual me llevo al Hotel Grand Royal, me hospede y vi la habitación sencilla, no era una suite como anteriormente me hospedaba en Londres, pero estaba limpio y era lo que más me importaba. Al dejar mi equipaje en el guardarropa me percate que el mueble estaba polvoso por adentro. Así que solicite que limpiaran perfectamente la habitación y que cambiaran las cortinas mientras salía a dar un paseo por Broadway. Podía parecer muy meticuloso respeto a la limpieza, pero desde niño siempre la Duquesa tuvo la disciplina del orden y la limpieza y me lo había inculcado.
Mientras que daba mi propio tour por Broadway admire los teatros y sus grandes marquesinas iluminadas con luces de neón que era algo nuevo en mi vida. Cuando vi una enorme marquesina con la imagen de mi madre Eleonor Baker. ¡Dios mío! Sentí escalofríos en todo mi cuerpo, fui inmediatamente a la taquilla quería verla ahora mismo, pero no había boletos disponibles para esta noche, el vendedor me dijo que todavía había boletos para mañana en la función de las 6:00 p.m. La última función que daba en el día, compre el boleto sin meditarlo le solicite el mejor asiento que tenía y me sorprendí que hubiera un asiento en la cuarta fila del teatro. Tenía mi boleto en mis manos… mañana a las cinco de la tarde veré finalmente a mi madre.
Después de algún tiempo de caminar por Broadway fui a cenar a un lujoso restaurante, cuando me senté en la mesa me percaté que solo había 5 cubiertos en la mesa. Estaba acostumbrado a comer con 11 cubiertos en el Palacio, – sonreí interiormente – Supongo que los americanos no se complican la vida con tantos cubiertos, creo que vivir en América me va a gustar muchísimo – Me senté en un lugar donde se podía ver la hermosa vista de Broadway y las luces de neón que iluminaban las marquesinas.
Comenzaba a nevar, era una pequeña tormenta de nieve, bien pude haberme ido a dormir a mi habitación, pero no tenía sueño, tenía tantas ganas de conocer mi nuevo hogar, el lugar donde iba a vivir de ahora en adelante, tenía frio, pero la curiosidad de conocer la ciudad de Nueva York era tan excitante y a la vez desilusiónate, la arquitectura de los edificios de Nueva York era simple y sencillos nada que ver con la arquitectura Europea. Claro Inglaterra es uno de los países más antiguos y Nueva York es una ciudad moderna comparando a Londres.
Ya era muy noche y decidí irme a mi hotel, estaba cansado del largo viaje de Inglaterra y de caminar por largas horas por Manhattan tenía frio y una vez que me di una ducha de agua caliente me acosté en la cama a conciliar el sueño, pero estaba tan excitado de saber que mañana después de tanto tiempo vería a mi madre nuevamente.
Le voy a decir que deseo vivir con ella, que deseo tomar clases de Arte Dramático y seguir sus pasos, yo también quiero ser actor como mi madre. Quiero reponer el tiempo que no estuvimos juntos, platicar lo que nos ha pasado en los últimos 10 años decirle que soy un buen estudiante.
Amaneció, desayune algo ligero jugo de naranja, fruta y un pan tostado con mermelada. Me di una ducha y me vestí elegantemente, parecía todo un caballero inglés, llegue al teatro con una hora de anticipación, me quede admirando la arquitectura del teatro muy parecido a los teatros londinenses, era sumamente lujosos los palcos, los techos altos con enormes candelabros y asientos bastante cómodos. El telón era grandísimo y de finas telas, pareciera que finalmente veía algo lujoso como en Londres.
Estaba nervioso como nunca en mi vida había estado, el teatro estaba semivacío y poco a poco la gente empezaba a llegar. Mientras mis manos sudaban y mis piernas temblaban como gelatina, iba a ver a mi madre por primera vez después de 10 años de esperanza y anhelo. Los minutos se me hacían eternos, estaba desesperado – Primera llamada – una voz a lo lejos en un micrófono se escuchaba – Dios mío ¿Cómo será en persona? Será tan linda, cariñosa y tierna como cuando era un niño.
El teatro estaba ya completamente lleno, toda la gente murmuraba lo buena actriz que era Eleonor Baker – Segunda llamada, segunda llamada – respire profundamente y desdoble el programa de la obra viendo el reparto de todos los actores cuando anunciaron – Tercera llamada, tercera llamada.
Las luces del teatro se apagaron y el telón rojo comenzó abrirse y un fondo musical se escuchaba, ahí estaba ella junto con 3 actores más – Dios mío creí que mi corazón iba a explotar. Ella comenzó a hablar, actuar y cantaba también. Su voz… que hermosa voz, canta cómo los ángeles, me conmovió tanto su actuación cómo nunca me había imaginado. Mi madre… se acerca tanto por donde yo estaba… estaba sufriendo y lloraba en el escenario… que tan bien puede interpretarse el dolor de una separación. Toda la audiencia lloraba con ella, sufría con ella, con su personaje… era cómo si realmente sufriera. No era una actuación lo que veía, era su vida… su realidad. Había vivido una experiencia igual hace años y me imagine que de esa manera había sufrido en la vida real cuando mi padre la abandono y aparto de sus brazos a su único hijo. Ella sabía interpretar tan bien el dolor ya que lo había vivido en carne propia.
Termino el primer acto, la gente comentaba la conmovedora actuación de Eleonor Baker yo… yo tenía ganas de entrar a los camerinos y decirle ¡Madre! ¡Madre aquí estoy! ¡Mírame soy tu hijo Terruce! Pero no… no podía hacerlo, tenía que ser cuidadoso no podía gritarlo, nadie sabe que ella tiene un hijo. Comenzó el segundo acto y al finalizar yo lloraba, el final fue muy dramático… no todos lo finales tienen un final feliz.
El público ovaciono de pie por más de 5 minutos. ¡Dios mío nunca había visto una ovación de pie tan prolongado! De esa manera el telón cerro por tercera vez y salí corriendo de ahí era ya la hora, la hora había llegado. Pregunte por los camerinos, pero una señora no me dejo entrar.
– Por favor déjeme verla por un minuto a Eleonor Baker.
– Jovencito ¿Sabe usted cuanta gente desea hablar con la actriz Eleonor Baker? ¡Miles! ¡Miles de personas! Así que váyase ahora mismo por favor.
– Pero necesito verla… vengo desde muy lejos… vengo desde Inglaterra.
– ¡NO! – Fue categórico su respuesta.
– Señora por favor, aunque sea por un minuto… un segundo vengo desde Inglaterra
– Ah jovencito, está bien le diré si puede recibirlo – ella se dirigía a los camerinos.
– ¡Dígale que soy Terruce Grandchester de Inglaterra! Ella sabrá quién soy.
– Esta bien – ella desapareció por el pasillo por un momento. Estoy seguro que al escuchar mi nombre saldrá corriendo al verme. Poco después vi a la señora sin mi madre creí que mi madre quería verme en su camerino. Ella se acercó a mí y me dijo – Lo siento mucho no lo puede recibir, está muy ocupada en este momento… pero en 5 minutos ella saldrá por la puerta trasera del teatro, quizá ahí pueda verla, apúrese.
– Gracias.
Salí corriendo, era mi oportunidad para verla, cuando salí y me dirigí a la parte trasera del teatro me sorprendí, había una multitud de personas esperando que los actores salieran, hombres y mujeres estaba ahí, me pare en seco mirando toda la multitud, trate de acércame cuando salió el actor Jonh Barrymore, los gritos eran ensordecedor que todas las chicas querían acariciarlo, tocarlo y al mismo tiempo salió Eleonor Baker su pareja en la obra de teatro, mujeres y hombres se balanceaban, sentía varios empujones y codazos en mi estómago y yo queriendo estar enfrente de ella para que me viera, pero ¿Qué podía gritarle en aquel momento? ¿Madre? ¡Madre mírame, soy yo, tu hijo Terruce! No podía gritarle… no podía decirle "madre" así que le grite con todo pulmón – ¡Eleonor! ¡Eleonor!
Sentía enormes codazos que no quería que me pusiera delante de ellos, aun así, gritaba con todas mis fuerzas – ¡Eleonor! ¡Eleonor! – ella volteo… volteo donde yo estaba, pero no me vio y subió al carruaje, el carruaje desapareció en pocos segundos y la gente poco a poco se esparció hasta quedarme solo, estuve enfrente de la gran marquesina viendo su enorme afiche… su imagen.
Ella no me vio, volteo, pero… no me vio… no me escucho – se decía el hombre inglés deprimido – Mamá ¿Por qué no me viste? ¿Por qué no me viste? – una lágrima solitaria salió de esas pupilas azules, mientras la señora del teatro salió y lo miro melancólicamente, se acercó al joven sin que se diera cuenta de su presencia y poso su mano en su hombro.
– ¿Qué sucede? ¿Por qué estás tan triste jovencito? ¿Realmente querías verla? – Le preguntó muy afligida a ver el estado de ánimo del joven.
– Vengo desde muy lejos para verla, hace más de 10 años que no la veo. – Bajo la mirada al piso nevado.
– ¿Eres familiar de Eleonor Baker? – Me levanto la barbilla para ver mi mirada.
– Si – fue lo único que pude decir.
– Sé dónde vive Eleonor – La mire sorprendido y sonreí.
– ¡¿De verdad?! ¡¿Me podría decir donde vive ella?!
– No debería de hacerlo. – Después de eso escribió en su tarjeta la dirección donde mi madre vive, una vez que me entrego la tarjeta en la mano miré fijamente a la señora.
– ¿Por qué señora? ¿Por qué me entrego su dirección?
– Por tus ojos… son idénticos a los de ella, te pareces tanto a Eleonor… eres el mismo retrato de ella, esos ojos no me mienten – me sonrió comprensivamente – ¿Qué parentesco tienes con ella? – Preguntó intrigada.
– No, no puedo decirle. – miraba la tarjeta con melancolía.
– No, no puedes decirlo ¿Verdad?… aunque podría asegurar que fueras su hijo, pero… eso es imposible – me guiño el ojo y supe que ella lo comprendió – Ve mañana en la mañana, ahora tiene una cita y una entrevista con un periodista del New York Times, mañana estará sola, podrás visitarla y hablar con ella tranquilamente.
– Gracias, agradezco su ayuda. – Le estreche la mano.
– Sólo una pregunta… me dijo que era inglés ¿Verdad?
– Si, así es ¿Por qué?
– Conozco a Eleonor desde que íbamos al colegio elemental, teníamos 6 años, supe que por más de 3 años ella vivió en Inglaterra dejando la actuación por completo, supongo que eres su sobrino – y me guiño el ojo otra vez.
Me fui al hotel caminando por todo Broadway, después de todo la vería… vería a mi madre, fui a cenar a un restaurante y me di cuenta que solo me sobraba 50 libras, me alegre de pensar que, en los lugares más lujosos como el teatro, los restaurantes recibían libras esterlinas y no era riguroso pagar con dólares americanos, me fui a costar al hotel, pero no podía dormir. – No solo vería a mi madre, sino también veré en donde vive ella, veré en donde voy a vivir de hoy en adelante, estoy seguro que es una hermosa residencia llena de amor y comprensión, dejaré todos mis vicios por ella… seré un mejor hombre… no puedo decirle como he sido yo en el colegio, se avergonzaría de mí y de mi comportamiento tan terrible.
Mañana, mañana será el mejor día de toda mi vida.
Amaneció tome un té caliente como desayuno, tenía empacadas mis cosas entregue la llave de mi habitación, justo a tiempo ya tenía otro lugar a donde dirigirme sin pagar otra noche extra en el hotel. Era 22 de diciembre de 1912 tome un carruaje que me llevaría al domicilio de mi madre, le pedí al cochero que me bajara una cuadra antes, a lo lejos podía apreciar la hermosa residencia, era grande aquella casa, aun si fuese una casa pequeña me gustaría de cualquier manera.
Hacia frío y presentí que muy pronto iba a caer una fuerte tormenta de nieve, estaba helando y el frío me calaba los huesos, pero dentro de mi estaba cálido. Mi hogar, mis sueños… mi realidad de vivir con mi madre lejos de la tutela de mi padre. Toque la puerta, estaba nervioso, abrió la puerta Rita y ella me reconoció de inmediato.
– ¡¿Es usted señorito Terry?! – La mucama corrió a una habitación y toco – ¡Señora! ¡Señora, su hijo Terry esta aquí!
– ¿Mi hijo Terry? ¡Terry! ¡Terry! – Corrió a la puerta y tomo mis manos en las suyas – Terry mi amor ¡Dios mío cómo has crecido! Pero pasa hace frío afuera, haré que la mucama te prepare una bebida caliente.
Pase a la sala y deje mi maleta en el piso me di la media vuelta y corrí a los brazos de mi madre. – ¡Mamá! ¡Mamá!
– ¡Terry! ¡Terry mi amor! ¡Hijo mío! – Nos abrazamos por algún tiempo – Dime hijo ¿Cómo has estado? – Rompió el abrazo para mirarme fijamente. – Te vez tan distinguido… tan elegante…, tan alto – me acaricio mi mejilla – ¡Eres todo un noble inglés! Te he extrañado tanto… tanto.
– Yo también madre, te he extrañado tanto… soñaba con este momento… con abrazarte, sentirte tan cerca de mí. – finalmente la tormenta cayo, me asome por la ventana nunca había visto una tormenta tan fuerte, el viento soplaba con tanta fuerza que pensé que en cualquier momento se tronaría los vidrios de las ventanas. – Mamá, ¿Por qué me abandonaste? – Tenía que preguntar. – ¿Por qué nunca fuiste a visitarme al colegio?
– Terry mi amor, no es lo que tú piensas, yo te amo.
– Necesito saber tu historia. – Me senté en un sillón frente a mi madre y Rita me trajo Té caliente.
– Él me amaba como un hombre puede amar a una mujer, cuando me embarace de ti, tu padre estaba tan orgulloso… la simple idea de tener un hijo conmigo le alegraba tanto. Tu padre me defendió tantas veces y de diferentes maneras – era increíble escuchar la manera de que hablaba mi madre acerca de mi padre, – él tenía fuertes disputas con tu abuelo, se pelearon y dejaron de hablarse por mucho tiempo, vivimos dos años en Escocia y las frecuentes peleas de Richard y tu abuelo hicieron que nos mudáramos a América, su relación ya estaba muy deteriorada.
– ¿Qué sucedió entonces, si mi padre te amaba con locura y te defendía tanto? – Preguntó él intrigado.
– Bueno, tu abuelo se enfermó y él fue tan cruel y despiadado con tu padre… – Ella se detuvo buscando las palabras exactas para proseguir – antes de morir tu abuelo hizo un testamento dejando a él su ducado, – suspiro melancólicamente – Al poco tiempo tu abuelo murió cuando tú tenías cuatro años. Tenía él que escoger entre el deber o su gran amor y desafortunadamente escogió el deber por encima del gran amor que nos teníamos ya que sabía perfectamente que Su Majestad no aprobaría nuestro matrimonio.
– ¿Te arrepientes de haberte enamorado de un aristócrata? – Dijo él con un encogimiento de hombros.
– ¡No, en absoluto, ni por un segundo! – Contestó ella sin pensar un solo segundo – ¡Nunca me he podido enamorarme de otro hombre como me enamore de tu padre! ¿Sabes cuantos aristócratas tienen que renunciar a su verdadero amor por el deber y el "honor" de la nobleza? "La mayoría" y a pesar de todo nunca cambiaría mi destino, aunque hubiese sido únicamente un día, una semana, un mes o los 5 años que estuve con tu padre. Fue la mejor época de mi vida y nunca la cambiaría por nada del mundo.
– ¡Eso es ridículo! – Vociferó el joven británico abruptamente – Ambos sacrificaron su amor por el "deber" y por el "honor" Si yo encontrara el verdadero amor nunca la dejaría ir, el honor no significa nada, ni el deber. Nunca dejaría a la chica de quien estaría profundamente enamorado bajo ninguna circunstancia... ¿Si mi abuelo no hubiera muerto y él estuviera vivo, y mi padre no hubiera tomado la difícil decisión de elegir? Quizá mi destino hubiera sido diferente. – Pensé tristemente de lo que fue y pudo haber sido. ¿Cómo una muerte puede cambiar tu destino tan dramáticamente? – Platicamos de otras cosas mientras bebía la taza de té caliente que la mucama me había llevado.
– Así que te va muy bien en el colegio, estoy tan orgullosa de ti cariño… te vez tan distinguido, todo un caballero inglés. – Mi madre reflejaba en sus ojos un amor maternal y tenía una hermosa sonrisa.
– Es la educación severa que he recibido de mi padre y del colegio… todo aquello son normas, reglas y protocolos que debo de seguir a pie de la letra.
– Estoy seguro que serás un excelente noble y trabajaras en la Cámara de Lores cómo tu padre lo ha hecho en toda su vida.
No podía estar separada de ella, quería que me abrazara nuevamente, así que fui a sus brazos y ella me recibió, me acariciaba mi largo cabello castaño. Era como la recordaba, pero mucho más alta de lo que pensaba, mi madre era todavía una cabeza más grande que yo, sus ojos azules verdosos, sus facciones finas de su rostro eran muy parecidos a los míos, su larga cabellera dorada como el sol, tan tierna y cariñosa como la recordaba y maldije en aquel momento a mi padre.
En ese momento sentí que era la hora de decirle que había abandonado Inglaterra, a mi padre, al colegio y a la aristocracia y que no quería trabajar en la Cámara de Lores cómo ella pensaba, quiero vivir con ella y decirle que quiero ser actor como ella… seguir sus pasos. Vivir en Manhattan. Cuando mi madre soltó la bomba primero, era como si ella supiera lo que iba a pedirle.
– Terry, ya no podrás venir más aquí – ella aun me abrazaba fuertemente – porque no se ha revelado que tú eres mi hijo. – Con aquellas palabras sentí un balde de agua fría cayendo sobre mí haciéndome despertar de mis sueños y anhelos, quede en completo shock – hijo no me malinterpretes yo te amo.
Había dicho ella mientras sentía la ira y furia ardiendo en todo mi ser y sin pensarlo le había proporcionado una bofetada y su collar de perlas que colgaba de su cuello se había roto, avente a esa mujer de mí bruscamente, agarré mi maleta que había dejado en el piso de la sala y salí corriendo de la residencia de mi madre.
– ¡Terry! ¡Terry! – Ella no me detuvo… simplemente me grito afuera de la puerta principal de su residencia. – ¡Terry, recuerda que eres hijo del Duque de Grandchester! "No lo olvides" y nunca, nunca le digas a nadie quien es "tu verdadera madre" ¡A nadie! ¡A nadie!
Salí corriendo de ahí en medio de la tormenta, el aire estaba helado y soplaba bruscamente, solo llevaba puesto mi traje blanco con una bufanda blanca y mi capa azul marino que me llegaba hasta las rodillas, levanté el cuello de la capa para cubrirme parte del rostro. Caminaba bajo la tormenta, no tenía a donde ir y sin dinero.
ACTUALIDAD
31 de enero de 1931.
Al día siguiente.
– ¿Ya terminaron de desayunar? – Pregunto Candy a sus dos hijos mientras Terry entraba a la cocina.
– ¡¿Papá que te paso?! – Preguntó Maggie espantada de ver a su padre con la férula en la nariz y dos moretones debajo de los ojos. – ¡¿Mi mamá te golpeo en los ojos?! – miro Maggie a su mamá enojadamente.
– No, claro que no mi amor, – dijo Terry tratando de tranquilizar a su hija – tu mamá no me pego. Se me atravesó un poste en el camino y me lastime la nariz. Ya terminaron de desayunar porque se hace tarde para ir a la escuela.
– Terry ¿Estás seguro que puedes manejar? Si deseas puedo llevarlos a los niños al colegio. – dijo Candy, pues efectivamente le habían salido dos hematomas debajo de los ojos.
– Estoy bien, mi amor. – dijo mientras le daba un beso, sin embargo, su nariz rozo con la mejilla de Candy y le dolió. – ¡Auch!
– Ten mi amor. – ya tenía listo sus pastillas y un vaso de agua – ya es hora para que vuelvas a tomar tus medicamentos para la desinflamación y el dolor, con esto te sentirás mejor.
– Gracias pecas – dijo Terry mirándola a los ojos con amor, mientras se tomaba sus pastillas, a pesar de todo y las fotografías, ella aun lo cuidaba con esmero y era un sentimiento tan maravilloso que alguien se preocupe por ti.
– Maggie ya llegamos, cuídate y estudia mucho. – Se despidió de su hija cuando llegaron al colegio de ella.
– Si papá. – le dio un beso y Ricky se pasó al lugar de Maggie que era el del copiloto.
– Papi, ¿Puedo pedirte un favor? – dijo cuando su padre se dirigía ahora al colegio de él.
– Claro mi amor, ¿Qué deseas pedirme?
– Podrías – dijo sacando dos cartas de su mochila – llevar esto al correo por favor.
– Claro – tomo las cartas – ¡¿Dos cartas para Emma?! – Pregunto sorprendido.
– Si – se sonrojo muchísimo, hubiera deseado dárselas a su mamá, pero se le había olvidado y deseaba ya mandarlas.
– Y dime Ricky – puso las cartas en su saco. – ¿Qué te escribe Emma, cómo le ha ido?
– ¡Papá, puedes creer lo que me escribió! – Exclamó Ricky emocionado – Me dice Emma que el abuelo le está pagando el colegio y que hace poco tiempo le propuso si deseaba que él fuera su tutor ¡Para que se convierta en una verdadera dama!
– ¿El Duque le propuso a Emma que fuera su tutor? ¿Una verdadera dama? – sonrió Terry, no había tenido la oportunidad de hablar con su padre referente a Emma, y si su padre apoyaba a Emma seguramente no tendría ningún problema con la aprobación de Su Majestad en el futuro.
– ¡Sí! Emma dice… que me extraña mucho y que le gustaría estar conmigo y que le va muy bien en la escuela y que es la primera en su clase. – Terry estaba muy feliz de ver como se le iluminaba el rostro a su hijo cuando hablaba de Emma, era claro que él aunque era aún un niño tenía fuertes sentimientos por ella. – Mi abuelito le dijo que si sigue así con tan excelentes calificaciones cuando termine el ciclo escolar desea inscribirla al Colegio San Joseph y posteriormente al Real Colegio de San Pablo.
– ¡¿A San Joseph y a San Pablo?! ¡¿Desea internarla?! No me esperaba que fuera inscribirla en aquellos colegios tan exclusivos.
– ¿Conoces los colegios?
– ¡¿Conocerlos?! ¡Ahí estudie gran parte de mi vida! En San Joseph me expulsaron por pelearme con un niño, ambos colegios son bastantes estrictos.
– ¿Peor al colegio donde estudiaba en Londres? – Pregunto tristemente.
– Mucho peor… pero no hablemos de eso. Mejor dime ¿Qué le has escrito a ella? Claro si se puede saber. – le guiño el ojo a su hijo para darle confianza.
– Bueno le he escrito de mi vida aquí en Nueva York, que la escuela es mucho más relajada… y que también la extraño muchísimo y que me encantaría estar con ella. – se había sonrojado al decir eso.
– ¿Es en serio lo que me platicas? – Pregunto Terry mirando a su hijo casi llegando al colegio.
– Sí, me gustaría estar con ella. – dijo con una sonrisa enorme.
– ¿Ricky, te gustaría volver a Inglaterra y estudiar en San Joseph y después estar internado en el Real Colegio de San Pablo?
– ¡No! ¡Yo no dije eso! ¡No! ¡Yo no quiero ir a esos colegios! Me gusta mi nueva escuela, mi profesora es muy agradable y no es tan regañona cuando estoy distraído… en algo.
– Es lo que acabas de decirme, que deseas estar con Emma. – En ese momento llegaron al colegio – Bueno no te preocupes, jajajajaja – dio una tremenda carcajada de ver el rostro de susto de su primogénito, definitivamente Ricky no había nacido para el estudio – que no te inscribiré a esos colegios tan estrictos, Ricky – le dio un beso. – estudia mucho y no te distraigas por favor. – le guiño el ojo
– Si papá, llevas al correo mis cartas, por favor.
– Ahora mismo las llevo al correo cariño.
– Gracias papi. – y se echó a correr para entrar a la escuela.
Apartamento de los Grandchester.
– He estado pensado en volver a trabajar como enfermera, – dijo Candy cuando llego Terry y estaban almorzando tranquilamente en el comedor – Terry la miró fijamente a los ojos – un horario de medio tiempo, necesito tener un trabajo… no puedo estar aquí en Nueva York sin hacer absolutamente nada.
– ¿Hablas en serio? Trabajar de enfermera de medio turno. –a Terry no le agrado el tema de conversación.
– Si
– Nuestros horarios son complicados pecas, si trabajas en las mañanas no estarás conmigo y si trabajas en las tardes no estarás con los niños. – comento Terry desanimado.
– Terry, en Inglaterra trabajaba como enfermera y no tenías esa cara de desagrado.
– Sí, pero en Inglaterra trabajaba en la mañana, los niños iban a la escuela en la mañana y tú trabajabas en la mañana y en la tarde todos estábamos reunidos como una familia, pero ahora yo trabajo en la tarde y regreso a las 10 p.m. y estoy seguro que eligieras el turno de la mañana y ¡Ya no estarás conmigo como ahora, que estamos compartiendo el almuerzo y haciendo sobremesa! Pero sobretodo estar juntos sin los niños... podemos amarnos sin interrupciones.– la acarició el dorso de la mano.
– Terry sabes bien que no solo quiero cuidar de los niños y de mi esposo, también tengo aspiraciones y anhelos. ¡Debes de comprenderme!
– No estoy muy seguro que desee que trabajes como enfermera, pero dime tus propuestas de trabajo y tus horarios. – le sonrió seductoramente.
– Ok, solo te aviso que en estos días estaré buscando empleo en los hospitales. – dijo con determinación. – y Terry no puedes hacer ningún tipo de esfuerzo por 15 días.
– Candy no seas cruel conmigo... al menos puedo acariciarte. – le sonrió picaramente.
– No, sigo enojada... quizá hasta el viernes si haces méritos. – se levantó recogiendo los platos y dispuesta a lavarlos.
Teatro.
Había llegado al teatro mucho más temprano de lo acostumbrado, sinceramente no deseaba ser escoltado nuevamente por las gárgolas de mi padre y Candy sin duda alguna estaba muy molesta conmigo por la nota del periódico y las fotos, y eso que no sabe que realmente la he engañado vilmente con Andrea, no, no puedo decírselo. – Suspiro tristemente.
Antes de llegar al teatro se quitó la férula de la nariz y se puso un pequeño curita color piel y se había puesto lentes oscuros – antes de salir a escena me maquillaré los hematomas. – dijo viéndose por el espejo retrovisor.
– Hola Terruce, – saludaron sus compañeros de teatro. – y ¿Esos lentes oscuros? – pregunto Sofía.
– Tuve una mala noche, no dormí bien. – dijo él simplemente.
– Grandchester, ¡Qué milagro verte tan temprano en el teatro! ¿A qué se debe tu hermosa presencia? – Pregunto el gran Cesar.
– No quiero toparme con la prensa, es bastante fastidiosa.
– ¿Lo dices por el artículo del New York Times? – Terry dio un asentimiento de cabeza. – ¡Si es increíble! Un simple beso y ya dan por hecho que tienes relaciones íntimas con Cleopatra.
– Y yo pensaba que ese periódico era el más serio y profesional de todos los periódicos. – dijo Sofía sorprendida también con la nota. – ¿Tuviste problemas con tu esposa? ¿Te paso algo en la nariz? – Pregunto viéndolo fijamente.
– No, estoy bien Sofy. Gracias por preguntar.
– Aunque confieso aquí entre nosotros, a mí sí me gustaría que me inventara un romance con Andrea – dijo el gran Cesar – bueno eso es porque sigo siendo soltero... me sentiría halagado que dijeran que tengo una relación sentimental con ella. Aunque Alexander está también tras sus huesitos, pero ella ni caso le hace. – dio una carcajada. – jajajajaja
– Bueno, voy a relajarme un poco – decía el hombre de lentes oscuros saliendo de la habitación para que Sofía no lo estuviera observando detenidamente. – voy a fumar un cigarro por si el Director pregunta por mí, ya saben dónde me encuentro.
10 minutos después llegaba Andrea al teatro, no había podido dormir nada, había pasado una noche terrible pensando en mil cosas.
– ¡Dios mío Andrea! ¡Qué ojeras tienes! ¿No me digas que tú tampoco no pudiste dormir nada como Grandchester? – Decía el gran Cesar mientras leía el periódico.
– Grandchester, ¿Él ya llego?
– Si, tiene como 10 minutos, al menos él tiene estilo para tapar sus ojeras, se puso unos lentes oscuros, se ve tan guapo, tan apuesto – respondió Sofía mordiéndose el labio inferior. – y más con un cigarro en los labios que lo hace ver tan interesante y mucho más atractivo y varonil. – suspiro profundamente. – lástima que sea un hombre casado y con dos hijos.
– ¡Dios Sofía! No me interesa escuchar nada referente a él, mejor me voy a mi camerino, voy a estudiar mi papel que ayer se me olvidaron algunos párrafos.
– Es una buena idea, jajajajaja – Dijo Alexander con una carcajada, quien había llegado en ese momento – no queremos ver a Cleopatra que sea regañada nuevamente por el Director.
– No estoy de humor para tus chistes babosos Alex. Quiero descansar un poco, no me molestes.
– Hoy amaneciste de muy mal humor princesa – ella se fue a su camerino y la cerró con llave – ¡Abre la puerta Andrea! Perdóname fue un mal chiste… no pensé que estuvieras tan sensible.
– Déjame Alex, necesito pensar y relajarme. – no podía estar quieta, su conciencia la estaba matando, sabía que cuando Terruce fumaba se subía a la azotea del teatro, así que subió.
Terry estaba recargado sobre la pared con un cigarro en los labios.
– Terruce – dijo Andrea al verlo y él volteo.
– ¿Qué haces aquí Andrea? No vas dejarme en paz hasta que finalmente termines por destruir mi matrimonio. – decía Terry bastante molesto cuando la vio, tiro el cigarro que traía en las manos y lo piso con coraje.
– No es lo que piensas Terruce. – Decía realmente afectada Andrea al ver que volvía hablarle de manera tan ruda como al principio.
– ¡¿Crees que soy un idiota o qué?! Dime, ¿Qué demonios fue lo que me diste en la bebida para que perdiera todo mi autocontrol? – preguntó el hombre tomando fuertemente de los brazos de ella. – ¿Y haya tenido sexo contigo? – Deseaba golpearla con fuerza, así que levanto el puño, sin embargo, ella rápidamente se protegió el rostro y a la hora de protegerse le golpeo en la nariz y los lentes de él volaron.
– ¡No tuvimos sexo! Lo juro por mi madre que está en el cielo.
– ¿Qué? – La soltó con brusquedad y se agarró la nariz ya que le había golpeado justo donde le dolía – ¡Crees que no me acuerdo de cómo estaba y como te desvestía y te besaba los senos! ¡Lo recuerdo perfectamente!
– ¡Es lo único que recuerdas! ¿No es verdad? Pero no hubo algo más...
– ¿Cómo puede ser eso verdad? ¡Es imposible! – Se decía así mismo, pero la verdad es que todo era confuso para él.
– ¡Yo no quiero destruir tu matrimonio! Por eso estoy aquí y quiero decirte lo que realmente ocurrió.
Terry la miro directamente a los ojos, en realidad no se acordaba como había llegado a su casa.
– Todo fue planeado, necesitaba dinero, el reportero que te tomo las fotos y yo ideamos sacar dinero fácilmente e investigamos que tu padre es una persona multimillonaria.
– ¿Es en serio? No me digas. – Lo dijo con risa burlona mientras se cruzaba de brazos.
– En mi casa tengo una carpeta acerca de ti y tu familia… deberías preguntarles a tus gárgolas… él vio la carpeta.
– ¡¿Gárgolas?! – De donde saco ella ese término, ya que solo lo utilizaba con su padre, cuando está molesto con las escoltas de él.
– En fin, el plan era que el fotógrafo te diera unas gotas de un somnífero, en el auto ya dormido en el asiento del copiloto yo te iba a besar y él iba a sacar las fotos…
– No sé, pero no te creo nada. – decía Terry con mirada sumamente fría y de desprecio.
– Ese era el plan inicial sin embargo… yo deseaba que me besaras realmente, quería sentir tus besos… se me hizo fácil darte también unas gotas de extracto de epimedium.
– ¡¿Epimedium?! ¡Me diste epimedium! ¡Eres una maldita perra! – Deseaba darle un puñetazo como su padre le había dado.
– Si, ¡Lo soy! Y mi amigo el reportero tomo las fotos, sin embargo, cuando sentí que te habías calentado aún más besándome los senos y el reportero no dejaba de sacar fotos me paralice y te detuve, – lo dijo con lágrimas en los ojos – no deseaba que él siguiera tomando más fotos… así que decidí manejar ya que no quería que nos vieran… pero en el camino a tu casa el somnífero hizo efecto, así que no hubo absolutamente nada.
– ¡Vaya que considerada de tu parte por no dejarme con la duda! Sin embargo, como le dije ayer a Stewart, que bajo cayó a escoltar a zorras como tú. – La miraba con desprecio.
– Si ya lo sé, tanto que saque 250 mil dólares. – Saco de su bolso el cheque que le había dado Robert – Toma no quiero tener más problemas con tu padre, ¡Ayer me mandó a cuatro de sus matones enseñándome sus armas! ¡Y otro encierro en un cuarto completamente oscuro y en silencio no podría sopórtalo otra vez! – Le dejo el cheque en la mano – Veo que no te fue nada bien ayer con tu padre – dijo viendo los hematomas debajo de los ojos. – Lo lamento tanto, solo deseaba que me besaras, nunca quise realmente afectarte. – se fue.
Ella bajo a su camerino llorando, deseaba decirle que ella no había planeado chantajear a su padre con venderle el rollo, ni mucho menos sacarle un millón de dólares, que todo había sido obra de fotógrafo del New York Times y que fue él quien lo investigo, pero no le iba a creer, tampoco no iba a meter Alexander ya que él fue el que le dio el somnífero. De lo que si era culpable era de haberse enamorado profundamente de Terruce.
Recordó entonces la Premier, cuando trate de ridiculizarlo delante de todos… al contrario él me dio una cachetada con guante blanco, pudo él actuar de la misma forma que yo, sin embargo, no lo hizo y me hizo ver aún más radiante ante la obra y la prensa.
Posteriormente cuando le quisieron hacer las entrevistas en Exclusiva sobre todo la prensa Internacional, él que había prometido en la fiesta de la Premier una semana después, él nos jalo nuevamente a todos los actores y les dijo que si ellos no están en las entrevistas él no iba a dar ninguna, ya que la obra de Antonio y Cleopatra era un trabajo en equipo.
Creo que ahí fue donde me enamore de él, de su sencillez, que les hablaba a todos, hasta los empleados de limpieza los trataba como su igual, de su humanidad de ayudar a los más necesitados, recibió su pago de la actuación y su bono de navidad y en ese mismo instante lo cobro y regalo todo su cheque integro a los 16 trabajadores que no ganan mucho dinero, pero que si trabajan muchísimo.
– ¿Y esto? – Pregunto la señora de la limpieza. – Ya me dieron mi sueldo y mi bono de navidad señor.
– Este es otro bono extra, para que puedas darle una rica cena de navidad a tus hijos y que tengan también muchos regalos.
– Señor muchísimas gracias, pero es muchísimo dinero, yo no podría aceptar tanto dinero.
– Ahórralo o utilízalo para la escuela de tus hijos, para comprar libros y cuadernos, zapatos, ropa. – le guiño el ojo.
– No tengo palabras para agradecerle este generoso obsequio. – decía la señora llorando de felicidad.
Así pasó con todos los trabajadores, ellos llorando de felicidad de poder llevar más dinero a sus hogares, lo hizo a escondidas de todos nosotros, de los actores y hasta del Director y los productores, ya que nadie se enteró, pero yo lo había seguido en secreto.
Nunca había conocido a una persona así, tan humana, sin darme cuenta cambié mi forma de hablar con él, ya no lo molestaba y ya no teníamos conflictos y nos hablábamos de forma cordial y a veces hasta agradable.
Sin embargo, Alexander noto mi cambio de actitud, y él lógicamente celoso, me tiro la bomba.
Flash back
– ¡Deja ya de mirarlo como una niña idiota! Él jamás te hará caso.
– ¡¿De qué demonios hablas?! Ya lo sé, qué él nunca me hará caso. Sin embargo, he llegado a tener una buena amistad con él. Ya no es tan grosero conmigo.
– Jajajaja – soltó una carcajada tremenda y a la vez burlona. – ¡Dios santo Andrea! ¡Tú sí que eres la mujer más ingenua que he conocido!
– ¿De qué hablas?
– ¿En serio crees que Grandchester es agradable contigo por que realmente le agradas? ¡Claro que no! Él no te soporta para nada.
– No sé de qué demonios hablas.
– Bueno, no quería que supieras, pero el camerino de Grandchester está a lado del mío, escucho absolutamente todas sus conversaciones, – comenzó a soltar su veneno. – el día de la premier su esposa, lady Grandchester fue en el intermedio de la obra. – Ahí me platico lo que le dijo su esposa Candy.
– ¡¿Tú crees que la amistad que tienes ahora con Grandchester es por qué realmente desea ser tu amigo?! Por dios Andrea no me hagas reír.
– ¡Eso es completamente falso! ¡Todo lo que dices es falso! – gritó.
– Claro que no, y sabes perfectamente lo que te estoy diciendo es la verdad, te acuerdas que dije que me había golpeado con un poster viendo a un perrito faldero.
– Si, ¡¿Te atreviste a decirle eso, en la cara de Grandchester?! – preguntó ella incrédula.
– Si y me dio un buen puñetazo, – la miro a los ojos desafiante – Lo de la fiesta del Alcalde y todas esas entrevistas que te hicieron fueron gracias a Lady Grandchester, y al parecer ella tuvo toda la razón, el odio no se apaga con más odio, así que ¡Deseo cumplido! Jajajaja– Soltó una carcajada – ¡Qué vayan todos los reporteros con la famosísima Cleopatra! – Cuando de repente sintió una bofetada sonora.
– ¿Por qué me dices todo esto Alexander? ¡Porque estás celoso! Porque yo no te hago caso ¿Es eso?
– ¡¿Celoso yo?! – Soltó otra carcajada mientras se sobaba la mejilla – ¡Claro que no! Porque Grandchester te ignora como si tú fueras una molesta fan que lo admira en el teatro, él te trata cómo tú tratas a tus admiradores, saludas y les sonríes, pero de eso a algo más, estás a años luz de distancia.
– ¡Te odio! – Se soltó a llorar.
– Yo sé que estás lastimada, ¿Por qué no mejor retomamos nuestra venganza de un principio? Que tenga un gran escándalo, nuestra venganza.
Fin del flash back.
Fue horrible darme cuenta que lo que me había dicho Alexander era verdad, Terruce me saludaba con cordialidad, pero al pedirle alguna cosa por mínimo que fuera siempre se excusaba, les daba más atenciones a las personas como el señor anciano que lavaba los vestuarios, le comento que había solicitado el sábado, ya que era su 20 aniversario de bodas.
– ¿Qué vas a hacer para ese gran día? – Pregunto Terry interesado.
– Voy a llevarla a cenar en un restaurante sencillo y de regalo me gustaría darle si usted… podría – Dijo titubeante. – Me da pena pedírselo… me gustaría… si podría firmarle un autógrafo para ella. – dijo completamente sonrojado mientras sacaba un afiche.
– ¡¿Un autógrafo?! ¿Le vas a dar como regalo de aniversario un autógrafo?
– Bueno, si no quiere no hay problema.
– Si claro, espérame aquí por 5 minutos. Ahora vengo. – se levantó y se fue.
Pasaron 10 minutos, el señor de los vestuarios se veía realmente desilusionado, pensando que lo había dejado plantado y sin darle el autógrafo, ya se iba a retirar cuando llego Terruce.
– Señor Brown, espere, aquí tengo su autógrafo para su señora. – Dijo entregándole un sobre.
– Ohhh muchas gracias – abrió el sobre y vio que eran dos boletos en la cuarta fila del teatro, – yo… yo… muchas gracias Sr. Grandchester.
– Dígale a su esposa que yo personalmente le voy a dar el autógrafo en persona al finalizar la obra.
– ¡Creo que mi esposa va a darle un infarto si lo conoce en persona! – Ambos rieron.
– Billy me podrías traer una ensalada de verduras con media ración de proteína y agua mineral de la cafetería que está enfrente. Hoy me vine sin comer. – dijo Andrea unos días antes del cumpleaños de Terruce.
– Si claro, van a ser cinco dólares.
– No tengo ahora mi cartera, está en mi camerino. Terruce puedes prestarme 5 dólares.
– ¿Andrea me vez acaso como tu cajero personal?
– No, claro que no, solo si podrías prestarme cinco dólares y hoy mismo te los devuelvo, mi cartera está en mi camerino.
– ¿Y por qué no vas a tu camerino por tu cartera? Ni que estuviera tan lejos.
– Gracias por prestarme 5 dólares, – dijo sarcásticamente bajándose del escenario – ya sé que puedo contar contigo.
– No Andrea, yo no soy el tipo de hombre que hace favores a mujeres.
– No te preocupes Andrea yo te presto los 5 dólares, si quieres te los regalo. – dijo Alexander acercándose a ella.
– No gracias, prefiero pagar por mi comida. – y salió del escenario.
Recordó por qué había hecho lo que había hecho Andrea en el cumpleaños de él.
Coraje, ira, desilusión de que no era ni siquiera una amiga para Terruce. Estaba triste, deprimida, deseaba al menos por una sola ocasión sentir que él la besara, no ella al él, mucho menos dormido como Alexander pensaba hacerlo con un somnífero, ella deseaba que estuviera despierto y qué él le hiciera sentirse como una verdadera mujer. Whisky y Epimedium y chocolate con fresas una excelente combinación para aumentar el libido de los hombres.
CONTINUARA…
